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Efesios 2: 20 /Efesios 4: 11; y la controvertida “Nueva Reforma Apostólica”

Refutación del llamado “nuevo fundamento apostólico” Índice del Tema 1. Antecedentes Un solo rebaño: La Iglesia 2. Edificados sobre “el fundamento de los apóstoles y profetas” Añadiendo al fundamento de los apóstoles y profetas ¿Jesús no es el cimiento, y sí lo son los actuales apóstoles y profetas? Para ellos la Biblia nunca es suficiente Los apóstoles de Jesucristo, y los misioneros ¿Evangelistas, pastores y maestros, sí, pero apóstoles y...

EL GRAN FRAUDE ECUMÉNICO

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LAS BLASFEMIAS DE DANTE GEBEL, y otras hierbas

Estas son palabras literales del falso maestro cristiano Dante Gebel: “¡Nunca olvides que tenés el ADN de Dios! Tu padre hizo las galaxias. Tu hermano derrotó a la muerte. Moisés partió el mar (hay fe en tu línea sanguínea). El tío David derrotó a Goliat (Llevas valentía en la sangre). Sansón derribó un edificio (hay fuerza sobrenatural en tu sangre). Daniel estuvo con leones y sobrevivió (protección divina corre por tus venas). Nehemías reconstruyó...

ESOS FALSOS MAESTROS QUE JAMÁS FUERON SALVOS

(2 Pedro 2: 1) “Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina” Introducción Realmente imponen estos falsos maestros de la actualidad, pues tienen una apariencia , en principio, contraria a su realidad de falsedad. Son sumamente carismáticos,...

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Efesios 2: 20 /Efesios 4: 11; y la controvertida “Nueva Reforma Apostólica”

Refutación del llamado “nuevo fundamento apostólico”

Índice del Tema

“Por tanto, acordaos de que en otro tiempo vosotros, los gentiles en cuanto a la carne, erais llamados incircuncisión por la llamada circuncisión hecha con mano en la carne. En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo. Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo. Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación, aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz, y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ella las enemistades. Y vino y anunció las buenas nuevas de paz a vosotros que estabais lejos, y a los que estaban cerca; porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre. Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios, edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo, en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor; en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu” (Efesios 2: 11-22)

Añadiendo a la Palabra

1. Antecedentes

En este texto paulino podemos apreciar la obra excelsa de la cruz de Cristo, la reconciliación que Dios efectuó, no sólo con los judíos, sino también con el resto de la humanidad, los llamados gentiles.
De hecho, este texto va dirigido principalmente a los creyentes de origen gentil, con los cuales Pablo desarrollaba su ministerio apostólico.
A esos creyentes de Éfeso, gentiles en su mayoría, Pablo les recordaba su pasado de exclusión de Dios (v. 12), no como reproche, sino como realidad, y en ese mismo contexto, les anuncia que gracias al ministerio de Cristo y del derramamiento de su sangre, pudieron participar de los mismos privilegios que sus ahora hermanos, el Israel de Dios (ver Gl. 6: 16) “porque por medio de Él (Cristo) los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre” (v. 18)
Es en el contexto de la misericordia de Dios, por Su bondad, que la gentilidad que un día estaba alejada de la ciudadanía de Israel y era ajena a los pactos de la promesa, que estaba sin esperanza y sin Dios en el mundo, ahora, por la fe en Cristo y permaneciendo en esa bondad había sido hecha cercana a Dios por la sangre de Cristo (Ro. 11: 22; Ef. 2:12, 13)

La Cruz hizo la diferencia

“La Cruz hizo la diferencia entre la muerte y la vida eternas”
Un solo rebaño: La Iglesia
Todo ello a tal punto, que de los dos pueblos, es decir, del pueblo judío y del gentil (no judío) hizo un solo pueblo, y ese muro de separación existente e infranqueable, fue de repente derribado al suelo, cumpliéndose de ese modo las mismas palabras de Cristo:
“También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquéllas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor”(Juan 10: 16)
Ese rebaño aludido por el Señor es la Iglesia; la Iglesia de Jesucristo. De ese modo, Él creó en sí mismo de los dos pueblos, un solo y nuevo hombre” (V. 15), porque “en Cristo Jesús ni la circuncisión vale nada, ni la incircuncisión, sino una nueva creación(Gl. 6: 15); “porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre” (Ef. 2: 18)

asamblea

La Iglesia es la asamblea formada por todos aquellos que hemos experimentado un verdadero nuevo nacimiento en Jesucristo (Jn. 3: 3)”
Decimos, pues, que mediante la cruz, Jesús de Nazaret reconcilió con Dios a ambas humanidades, y en esa cruz destruyó las enemistades y todo lo que ante Dios procedía a la separación entre unos y otros, causando la paz, y haciendo llevar este mensaje, el cual se llama el Evangelio o Buenas Nuevas hasta el último rincón de la tierra; tanto a los que estaban lejos, como a los que estaban cerca (Ef. 2: 16, 17)
Por tanto, los que un día éramos simplemente gentiles, y consiguientemente éramos extranjeros y ajenos a Dios, por haber creído en Aquél que dio su propia vida por nosotros, fuimos automáticamente cortados del que por naturaleza es olivo silvestre, y contra naturaleza fuimos injertados en el buen olivo, viniendo a ser participantes del pacto incondicional de Dios con Abraham y con su descendencia, fruto de Su promesa (Ef. 2: 19; Ro. 11: 24; Gl. 3: 18)
De este modo, fuimos constituidos conciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios (Ef. 2: 19), y todavía más…hemos sido:
Edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo” (Efesios 2: 20)

2. Edificados sobre “el fundamento de los apóstoles y profetas”

Hasta aquí quería yo llegar, estimados lectores. Me he permitido hacer esta breve exposición del texto aludido de Efesios, para mejor entender el contexto de lo que vamos a ver a continuación, más en detalle.
Permítanme antes de proseguir, advertirles que sigue vigente aquello de que “un texto fuera de contexto, es un pretexto para hacer otro texto”. Y ya les adelanto que ese “otro texto” es el que nos presentan desde hace unos pocos años, los exponentes de la llamada Nueva Reforma Apostólica, y a la cabeza de ellos, entre otros, el propio C. Peter Wagner.
Veremos lo que enseña al respecto este hombre que se presenta ante todos, no sólo como maestro de la Palabra, sino además como apóstol, y veremos lo que en realidad la Palabra de Dios nos dice.
Por el sentido de lo que hemos estado exegéticamente analizando, tanto los verdaderos creyentes de origen judío, como los de origen gentil, en Cristo constituimos un solo pueblo, al que el mismo Jesús llamó: la Iglesia (Mt. 16: 18), es decir, la asamblea exclusivamente constituida por todos los miembros renacidos en Cristo (Jn. 3: 3).
Este pueblo o asamblea apartado para Dios en Cristo Jesús, la Palabra en Efesios refiriéndose a los creyentes de origen gentil (como somos la muy inmensa generalidad), hemos sido edificados sobre un fundamento muy preciso.
En el griego la palabra que se traduce como “edificados”, es “epoikodomezéntes”, del verbo “epoikodomeo”, que significa, “construir encima”, “construir sobre”, “edificar o modelar espiritualmente”. Así pues, la Biblia nos enseña sin ningún lugar a dudas, que los creyentes, lo somos porque nuestra fe está basada, o construida, o edificada, sobre un fundamento muy concreto; el apóstol Pablo, inspirado por el Espíritu Santo lo llamó “el fundamento de los apóstoles y profetas” (V. 20).

Peter Wagner

“C. Peter Wagner”
Añadiendo al fundamento de los apóstoles y profetas
Llegados a este punto, y antes de proseguir con el análisis exegético de esta porción de la Escritura, veamos lo que C. Peter Wagner enseña refiriéndose a Ef. 2: 20:
“Los cimientos de la iglesia a través de los años deben ser los apóstoles y profetas…Si la iglesia tiene a Jesús pero no tiene apóstoles y profetas, es posible que no cumpla con todas las expectativas que Dios tiene para ella” (1) (énfasis nuestro)
Nos quedamos asombrados de la declaración de este llamado maestro de la Biblia… ¿Cómo puede la Iglesia tener a Jesús, pero no tener apóstoles y profetas para no llegar a cumplir las expectativas de Dios? Si la Iglesia tiene a Jesús, es porque tiene la doctrina de Jesús, es decir, la doctrina apostólica…o… ¿a qué apóstoles y profetas se está realmente refiriendo Wagner?Este es el quid de la cuestión.
¡Qué astutamente llegan a torcer el sentido de la Escritura en beneficio de sus espurios argumentos!
Indiscutiblemente, así Wagner como cientos más, cuando mencionan Efesios 2: 20, no tienen en sus mentes lo que concreta y cabalmente enseña la Escritura, sino su propia e interesada versión de la misma.
¿Jesús no es el cimiento, y sí lo son los actuales apóstoles y profetas?
Siempre en el contexto de Efesios 2: 20, cuando Wagner menciona diciendo que “los cimientos de la iglesia a través de los años deben ser los apóstoles y profetas”, unas líneas justo atrás escribe lo siguiente:
“Un himno muy conocido afirma: “La base de la Iglesia es Jesucristo, su Señor…”. En un sentido teológico general esto es así, porque no habría iglesia alguna sin la persona y la obra de Jesucristo. Sin embargo, en lo que se refiere al crecimiento y desarrollo de la iglesia después de su ascensión, Jesús prefiere ser reconocido, no como los cimientos, sino como la piedra angular. Los cimientos de la iglesia a través de los años deben ser los apóstoles y profetas”  (2) (énfasis nuestro)
¿Dónde en la Palabra encontramos la afirmación de Wagner, de que Jesús prefiere ser reconocido, no como los cimientos (o fundamento) sino sólo como la piedra angular, como excluyendo una cosa en supuesto beneficio de la otra?... En ninguna parte.
Enfáticamente, la Biblia nos dice que Jesús de Nazaret es tanto el fundamento de la Iglesia como la piedra angular, y ningún precepto excluye al otro. Veámoslo:
“Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo” (1 Corintios 3: 11)
“Para vosotros, pues, los que creéis, él (Jesús) es precioso; pero para los que no creen,
  la piedra que los edificadores desecharon, ha venido a ser la cabeza del ángulo” (1 Pedro 2: 7)
Jesucristo es tanto el fundamento como la piedra angular que sostiene todo el edificio que es la Iglesia. Punto.
El cimiento es Cristo (1 Co. 3: 11), así como el fundamento de los apóstoles y profetas también lo es (Ef. 2: 20)… ¡de hecho es lo mismo! Es la doctrina apostólica.
La misma Palabra dice que la casa de Dios, que es la Iglesia del Dios viviente, es columna y baluarte de la verdad (1 Ti. 3: 15), ¿por qué? Porque está basada en la Palabra de Cristo, la cual es la Biblia, la cual es, expresado de otro modo: el fundamento de los apóstoles y profetas: ¡Sola Scriptura!

La Biblia es la Verdad

“La Biblia es el fundamento de los apóstoles y profetas”
De esta manera, todo el edificio que es la Iglesia, bien coordinado, va creciendo (Ef. 2: 21); no solamente el Israel de Dios (Gl. 6: 16), sino también nosotros, los de procedencia gentil, somos “juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu” (Ef. 2: 22)
De nuevo, ¿por qué ese enconado énfasis de Wagner en los apóstoles y profetas, como “cimientos de la iglesia a través de los años”? (3). Pues porque para él y para algunos cientos más de infiltrados en la verdadera Iglesia, esos apóstoles y profetas son los hombres y mujeres que se atribuyen el serlo hoy en día, y que serían cimiento de la iglesia. ¡Craso y funesto error!
Pero Wagner mismo así lo asegura:
“Una iglesia sin apóstoles y profetas activos, es una iglesia con un fundamento incompleto” (4) (énfasis nuestro)
Nótese que no está hablando del ministerio apostólico común, como el que fue en su día el de Bernabé, o el de Junias, Silas, etc. y en este tiempo el que se refiere a las personas comisionadas a llevar el Evangelio allí donde no ha sido predicado todavía, sino que está hablando de la cuestión fundamental fundacional. Está hablando del “fundamento de los apóstoles y profetas” de Efesios 2: 20.
Si no es suficiente con esto, lean lo que descaradamente dice en ese mismo libro, refiriéndose a los apóstoles y profetas de Efesios 2: 20:
“Los apóstoles y los profetas no son personajes con una actuación especial histórica de dos mil años o más en el pasado.Son una realidad actual. Es de extrema importancia establecer de entrada este principio bíblico en nuestras mentes” (5) (énfasis nuestro)
¡Qué barbaridad! ¡En absoluto eso es un principio bíblico, y menos todavía lo hemos de establecer en nuestras mentes!
Así que según Wagner, es lo que los “nuevos apóstoles y profetas” han de decir, lo que ha de ser el fundamento de fe de los creyentes de hoy en día…por lo tanto, está diciendo que hoy por hoy se sigue requiriendo de nueva doctrina, la que llama “doctrina de los nuevos apóstoles”, cuando la misma Biblia nos asegura que el canon ya está cerrado, y que nada se puede añadir a la revelación una vez dada a los santos una vez y para siempre (Jud. 3).
Pero Wagner insiste:
“El fundamento de la Iglesia está en los apóstoles y profetas” (6)
Pero como venimos diciendo, esto no es lo que la Biblia dice en Efesios 2: 20, sino que dice que somos “edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas”, el fundamento no son los hombres, sino que es el dicho divino de aquellos hombres escogidos por Dios, antes que el canon se cerrara.
John MacArthur refiriéndose a los hombres a los que se les reveló la Escritura, acertadamente escribe en su comentario bíblico:
“…el fundamento no era la persona y obra de ellos mismos, sino la enseñanza que por revelación divina impartieron con autoridad de lo Alto, y las palabras de Dios que hablaron a la Iglesia antes de que se completara el Nuevo Testamento(énfasis nuestro)
¡Menos todavía podemos pensar que el fundamento de la Iglesia reside en los así llamados apóstoles y profetas que pululan por doquier hoy en día!
Para ellos la Biblia nunca es suficiente
La realidad es que Wagner (y cientos más), no creen que el canon haya sido completado, y que toda la revelación de Dios a Su Iglesia haya sido dada, lo cual llamamos la Biblia. Wagner dice otra cosa. El cree que todavía nos es necesaria más revelación, la cual necesariamente habría de venir por parte de los “apóstoles y profetas” de su Nueva Reforma Apostólica que él defiende a capa y espada. Dice así:
“…cuando algunos leen esto [se refiere a Efesios 2: 20], suponen que los apóstoles y profetas debieron iniciar la Iglesia en el siglo primero, y que cuando se cumplió esa tarea y se cerró el canon bíblico, ya no hubo más necesidad de apóstoles y profetas en la Iglesia” (7) (énfasis nuestro)
¡No lo suponemos Wagner, sabemos que en cuanto al fundamento de los apóstoles y profetas, el asunto hace ya unos 2.000 años que está cumplido!
Para apoyar esa hipótesis suya, en cuanto a que es necesario más ministerio fundacional apostólico y profético, Wagner apela a Efesios 4: 8, 11. Escribe así a renglón seguido de lo anterior:
“Sin embargo, les haría bien informarse que el mismo libro de Efesios continúa diciendo que aún necesitamos apóstoles y profetas. Dice que cuando Jesús ascendió al cielo, “dio dones a los hombres” (Efesios 4: 8) ¿Cuáles fueron esos dones?: Él mismo constituyó a unos, apóstoles, a otros profetas; a otros evangelistas; y a otros, pastores y maestros” (V. 11) (8)
Sacar el texto del contexto es muy común, además de obvio, en todos aquellos que se escudan en la Biblia para defender lo indefendible. Tal es el caso muchas veces de Wagner (y de cientos más, infiltrados en la Iglesia).
Definitivamente, el libro de Efesios NO dice que necesitamos del concurso de supuestos nuevos apóstoles y profetas fundacionales. Wagner deliberadamente confunde un tipo de apóstol, el “apóstol de Jesucristo” (que es el fundacional, y que ya cesó), con otro, el del misionero.

Panfleto

“Panfleto promocional del “Congreso Internacional de Jóvenes Hechos 29”, de la iglesia de Cash Luna. Nótese el título: “Hechos 29”, capítulo inexistente en la Biblia que viene a decir, que se sigue escribiendo lo que quedó supuestamente interrumpido en Hechos cap. 28, último capítulo del libro de los Hechos de los Apóstoles”
En cuanto a lo que dice que Jesús ascendió al cielo y, “dio dones a los hombres” (Efesios 4: 8) refiriéndose a los diferentes ministerios de 4: 11, esto es parcialmente descontextualizar el texto.
Fíjense que en el versículo anterior encontramos que se nos dice que a cada uno de los creyentes nos ha sido concedida la gracia, conforme a la medida del don de Cristo (v. 7). La Palabra aquí nos está hablando de que como miembros del Cuerpo (v. 4), cada uno tenemos diferentes dones por Su gracia en Cristo, porque Él tiene la autoridad para hacerlo así (vrs. 9, 10)
Por un lado la Palabra al respecto nos habla de que Él dio “dones”, y por otro nos habla de que constituyó “ministerios”. Aunque es evidente que los ministerios son también dones de Dios, no podemos – como hace Wagner – exclusivizar esos dones como sólo esos ministerios. Esto es utilizar el texto de una manera interesada. 
Refiriéndose a Efesios 4: 8, escribe MacArthur:
“Tras la ascensión de Cristo, vinieron todos los dones espirituales investidos de poder por el Espíritu Santo quien fue enviado tras Su partida”
Efectivamente, según el contexto, esos dones aludidos fueron (y son) impartidos por el Espíritu Santo (ver 1 Co. 12: 8-10). Mayormente, los dones del versículo 8 son los del Espíritu.

Organigrama

“Organigrama del llamado “Global Apostolic Network”. En él está el “Wagner Leadership Institute”
Los apóstoles de Jesucristo, y los misioneros
Por otra parte, y no menos importante, lo que dice Efesios 2: 20 es lo que dice, y no permite ninguna añadidura: El fundamento de nuestra fe es la Biblia, y esta es “el fundamento de los apóstoles y profetas; esto es, todo el consejo de Dios” (Hchs. 20: 27), y en él estamos basados.
Prolongar o extrapolar más allá lo declarado en Efesios 2: 20 como hace Wagner es absolutamente inviable, ya que está fuera del contexto. Dicho sin ambages, nada tiene que ver el fundamento apostólico de Efesios 2: 20 (doctrina apostólica), con el ministerio apostólico y profético post neotestamentario.
Una cosa son los denominados “apóstoles de Jesucristo”, es decir, los doce y Pablo (Hchs. 1: 21ss; 1 Co. 1: 1), y otra muy diferente es el resto de apóstoles (o enviados) que comúnmente operaron en el pasado y operan en la actualidad. Estos últimos son los típicos misioneros, plantadores de iglesias, y predicadores del Evangelio entre las gentes que jamás han realmente oído, que levantan obra allí donde no ha habido ninguna previamente. Estos son los verdaderos nuevos apóstoles.
Los apóstoles de Efesios 4: 11, aun y pudiendo referirse en parte a los trece (no doce) de Jesucristo, usados – sobre todo como lo fue Pablo – en cuanto a revelación neotestamentaria, definitivamente nos habla de los misioneros que llevan el Evangelio allí donde Cristo no ha sido predicado.
Estos últimos, fueron (y son) constituidos por Cristo, junto con el resto de los ministerios descritos “para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo” (V. 12), y no tienen ningún atisbo de jerarquía, puesto que todos somos hermanos:
Pero vosotros no queráis que os llamen Rabí; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo, y todos vosotros sois hermanos (Mt. 23: 8)
Por tanto, no son ningún fundamento, ni constituyen el fundamento, sino que son obreros, y están para ayudar a los santos a trabajar en el ministerio – es decir, en el servicio – para el común y extensivo desarrollo del cuerpo de Cristo, que es la Iglesia (Ef. 4: 11, 12). Nada más.
¿Evangelistas, pastores y maestros, sí, pero apóstoles y profetas, no?
Pero Wagner todavía va más lejos. Escribe así en su libro “Apóstoles de la ciudad”:
“Por regla general nos hemos sentido a gusto con evangelistas, pastores y maestros en nuestras iglesias. Pero algunos han tenido graves dificultades con los apóstoles y profetas. Hay, sin embargo, poca justificación para trazar una línea exegética imaginaria entre los dos primeros oficios y los últimos tres en el mismo versículo. Los apóstoles y profetas pertenecen allí, pero ¿por cuánto tiempo?...” (9)
Según hemos estado viendo hasta aquí, creo que es claro el sentido de Ef. 2: 20, y de Ef. 4: 11, a diferencia de lo que apunta Wagner. Personalmente me encuentro tan a gusto con los pastores, evangelistas, maestros, así como con los apóstoles y con los profetas, porque así como yo, miles más entendemos el sentido de Efesios 4: 11.
Dejamos de una vez claro que esos apóstoles aludidos, son los enviados a la misión, conforme a Romanos 15: 20; 2 Corintios 8: 23. Y los profetas, no contando con los que fueron necesarios antes de tener toda la revelación final, son los que conforme a 1 Corintios 14: 29 desarrollan su ministerio, no trayendo “nueva revelación”, sino que a modo de Judas y Silas, consuelan y confirman a los hermanos (Hchs. 15: 32). Estos últimos nada tienen que ver con el “fundamento de los apóstoles y profetas” de Efesios 2: 20.
Por otra parte, otra cosa es profetizar, a lo cual todo creyente es llamado (ver 1 Co. 14: 1-3).
¿La unidad de la fe y del conocimiento de Jesucristo, depende de aceptar o no a los apóstoles wagnerianos?
Aun y así, todavía Wagner va más lejos, cuando sigue escribiendo a renglón seguido:
“De este modo, todos llegaremos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a una humanidad perfecta que se conforme a la plena estatura de Cristo” (V. 12). No conozco a alguien que pueda decir que la iglesia, según la conocemos, haya alcanzado este nivel de unidad y perfección. Por lo tanto, parece que aún necesitamos apóstoles y profetas”  (10) (énfasis nuestro)
Es grave y tremendamente oportunista esta declaración de Wagner. Según nos viene a decir, la Iglesia está fallando porque la misma Iglesia no reconoce a esos supuestos apóstoles y profetas “neo reformados” o wagnerianos. Por otra parte, inconsecuentemente nos vendría a decir que el Espíritu Santo está siendo flojo al estar supeditado al arbitrio de ese sector eclesial inmovilista que se opone a esos santos hombres que no son suficientemente acogidos y reconocidos (¡gracias a Dios!).

Wes Richards

“La implicación del G12 en el “nuevo movimiento apostólico”, es una realidad indiscutible. Aquí aparece Wes Richards, uno de los hombres fuertes del G12 en el Reino Unido, que se presenta también como apóstol”
Por otra parte, no sé – porque no lo dice – que versión de la Biblia usa Wagner, pero realmente difiere bastante, este versículo doce, del original griego en muchos aspectos, uno de ellos es cuando traduce “una humanidad perfecta”, cuando el griego original nos habla de un “varón maduro”…Nada que ver.
Wagner parece no darse cuenta que el único que puede realmente discernir el estado de la verdadera Iglesia, no es hombre alguno, sino sólo el mismo que la levantó y dio su vida por ella:
“Pero el fundamento de Dios está firme, teniendo este sello: Conoce el Señor a los que son suyos…” (2 Timoteo 2: 19)
La unidad de la Iglesia es la unidad, no humana, sino la del Espíritu Santo (Ef. 4: 4), y es llamada la unidad de la fe; y desde luego que esta enseñanza espuria donde las haya de la pluma de C. Peter Wagner no ayuda en absoluto a la misma, sino que es más bien, piedra de tropiezo.
De ahí que hoy en día se levanten hombres y mujeres que exigen a los demás un reconocimiento especial. Exigen que se les acepte y se les trate como a agentes de Dios que están por encima de la media de los creyentes. Exigen una utópica, y a todas luces imposible ante Dios, jerarquía y mando, que hubiera hecho que Pablo se les enfrentara a voz en cuello, como por mucho menos hizo con aquellos falsos apóstoles de 2 de Corintios.
¿No está el gobierno de Dios, si no están suficientemente reconocidos los apóstoles de Wagner?
Tan osado se muestra Wagner, que llega exclamar:
Este es el punto esencial: si a los apóstoles de la ciudad no se les reconoce ni se les confiere el poder de dirigir, para el que Dios los ha ungido, el gobierno divino de la ciudad no estará en su lugar adecuado (11) (énfasis nuestro)
¡Fíjense! ¿El gobierno de Dios no está si no se reconocen a esos supuestos apóstoles? ¿El gobierno de Dios depende de hombres, o de que se les acepte o no? ¿Quién gobierna, el Espíritu Santo, o esos supuestos ungidos – a todas luces, falsos ungidos (Mt. 24: 24)?
Me pregunto, ¿Realmente Wagner cree todo esto que dice? Personalmente creo que no, ya que hasta un niño puede entender lo que la Biblia tan claramente enseña al respecto.
Pero no solamente Wagner habla así. El supuesto apóstol Guillermo Maldonado (por poner un ejemplo de entre los hispanos), dice esto:
“Dios nos ha llamado a nosotros, los apóstoles, para que traigamos toda esta reforma a cabo, implantándola dentro de la Iglesia; la reforma es poderosa porque trae el Avivamientola reforma es lo que trae el orden en las cosas...para poder estar en el filo cortante de lo que Dios está haciendo hoy, tenemos que pegarnos a los apóstoles, porque los apóstoles tienen el acceso a la abundante revelación del Espíritu de Dios” (12) (énfasis nuestro)

Guillermo Maldonado

“El llamado apóstol Guillermo Maldonado”
Maldonado, como más finamente apunta Wagner, en realidad está levantando (sólo en su imaginación) un sacerdocio por encima del sacerdocio universal del creyente (1 Pr. 2: 9), porque hace que el creyente común requiera ineludiblemente de esos hombres, ya que según ellos: “los apóstoles tienen el acceso a la abundante revelación del Espíritu de Dios”. Esto hace que haya una casta especial de iluminados, muy por encima de los demás creyentes, y que a su vez a estos últimos no les sea suficiente su vinculación personal con el Espíritu Santo, contradiciendo abiertamente 1 Juan 2: 20; (“Pero vosotros tenéis la unción del Santo, y conocéis todas las cosas”), sino que deban depender de terceros.
En definitiva, no es más que una nueva versión del catolicismo romano.
Bajo el báculo jesuita
Resueltamente creen (o dicen creer) que para reestablecer el reino de Dios en la tierra es necesario el concurso de esa nueva jerarquía de apóstoles sobre la Iglesia, y eso no difiere en absoluto del planteamiento católico más reaccionario. Como botón de muestra, vean lo siguiente. En el libro de Georges Viance, “La Federación Nacional Católica, en su prólogo, escrito por R.P. Janvier, se lee así:
“Sagrado Corazón de Jesús: Los líderes y representantes de los católicos franceses, postrados ante ti, han reunido y organizado la Federación Católica Nacional para reestablecer tu reino en esta tierra…” (13)
Este párrafo que hemos leído de ese libro de inspiración jesuita (14), es un claro indicio para el que tiene ojos para ver, en el sentido de entender también la trama y trampa que se ha cernido sobre lo que comúnmente llamamos iglesia evangélica, llevada a cabo entre otros, por esos falsos apóstoles y profetas fundacionales, los cuales se mueven en similares parámetros.
Ineludiblemente se percibe el respaldo jesuita y anexos en toda esta “Nueva Reforma Apostólica” que no es más que el intento de tener a la iglesia bajo el control de unos pocos, y llevarla muy lejos del puro Evangelio. No podemos dejar de vislumbrar la oscura sombra del Vaticano detrás de todo esto, en su esfuerzo de “atraer” a todos a hacia la unidad de los cristianos – o más bien – el control hacia los cristianos.
Último consejo
Por todo ello decimos: ¡Pueblo santo, cesa de oír las enseñanzas que te hacen divagar de las razones de sabiduría! (Prov. 19: 27)
Dios les bendiga.
© Miguel Rosell Carrillo, pastor de Centro Rey, Madrid, España.
Diciembre 2008
www.centrorey.org

Anotaciones:
  1. 1. C. Peter Wagner, “Apóstoles en la Iglesia de Hoy”, pág. 9
  2. 2. Ibidem, págs. 8, 9
  3. 3. Ibidem, pág. 9
  4. 4. C. Peter Wagner, “Apóstoles de la ciudad”, pág. 20
  5. 5. Ibidem, pág. 59
  6. 6. Ibidem, pág. 19
  7. 7. Ibidem, pág. 19
  8. 8. Ibidem , págs. 18, 19
  9. 9. Ibidem, pág. 20
  10. 10. Ibidem
  11. 11. Ibidem, pág. 59
  12. 12. Apóstol Guillermo Maldonado; Conf. Apost. 2006, Santo Domingo – Rep. Dom.
  13. 13. Georges Viance, “La Federation nationale catholique”; el prólogo escrito por R.P. Janvier, pág. 186. Paris, 1930)
  14. 14. Edmond Paris, La Historia Secreta de los Jesuitas, pág. 167.

EL GRAN FRAUDE ECUMÉNICO

Índice del Tema

“No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? ¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo? ¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré entre ellos, y seré su Dios,  y ellos serán mi pueblo. Por lo cual, salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, y no toquéis lo inmundo, y Yo os recibiré” (2 Corintios 6: 14-17)
“Vino entonces uno de los siete ángeles que tenían las siete copas, y habló conmigo diciéndome: Ven acá, y te mostraré la sentencia contra la gran ramera, la que está sentada sobre muchas aguas; con la cual han fornicado los reyes de la tierra, y los moradores de la tierra se han embriagado con el vino de su fornicación. Y me llevó en el Espíritu al desierto; y vi a una mujer sentada sobre una bestia escarlata llena de nombres de blasfemia, que tenía siete cabezas y diez cuernos… Y oí otra voz del cielo, que decía: Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas; porque sus pecados han llegado hasta el cielo, y Dios se ha acordado de sus maldades. Dadle a ella como ella os ha dado, y pagadle doble según sus obras; en el cáliz en que ella preparó bebida, preparadle a ella el doble” (Apocalipsis 17: 1-3: 18: 4-6)

¿CRISTIANO?

Introducción

Muchos ingenuamente piensan que a partir del Concilio Vaticano II, el catolicismo actual ya no es como el que siempre fue, que ahora los protestantes ya no somos anatemas (malditos) sino “hermanos separados”, y que es posible la unidad entre lo católico y el cristianismo verdadero. ¡Qué equivocados están!
La realidad es que dicho Concilio reafirmó los cánones y decretos de los concilios anteriores, que definieron el dogma romano: “Este concilio sagrado (Vaticano II) acepta lealmente la venerable fe de nuestros antecesores...y propone de nuevo los decretos del Segundo Concilio de Nicea, del Concilio de Florencia, y del Concilio de Trento” (Flannery, op. Cit. Tomo 1 p.412) (1)
Realmente, a pesar del cacareado aggiornamento, nada ha cambiado. Roma es “Semper Eadem” (siempre la misma), y lo será hasta su estruendoso final (Ap. 17: 16, 18)

concilio vaticano II

“El Concilio Vaticano II”

1. Los dos tipos de evangélicos ecuménicos

¿Deberíamos preocuparnos los verdaderos cristianos por el manido asunto del ecumenismo en el contexto evangélico-católico”? Yo creo que sí, hermanos; yo creo que sí…
Sin más preámbulos debo decir que ese tipo de ecumenismo es absolutamente aborrecible ante los ojos de Dios – es elGran Fraude Ecuménico.
En cuanto a la parte evangélica, les diré que existen dos tipos de creyentes involucrados en esa cuestión ecuménica. Uno se corresponde con el creyente que es muy ingenuo e ignorante y quizás hasta insensato, y el otro se corresponde con el falso hermano.
Dentro de esta categoría existe una subcategoría, la del falso hermano que sabe muy bien lo que está haciendo, y a quién realmente sirve: a ciertas instancias del Vaticano. De estos últimos, incluso hay muchos ministros.
Medítenlo: ¿Le sería muy difícil a la institución del Vaticano el preparar concienzudamente a agentes suyos para que se hicieran pasar por ministros evangélicos - aun y por años - hasta que muchos creyentes confiaran en ellos sin llegar a percatarse de nada extraño? No por cierto. Estos agentes católicos infiltrados estarían sirviendo a su “Santa Madre Iglesia” y a su papa de esta manera, meritando de ese modo. Debo añadir que esto es una indiscutible realidad.

Infiltración en las iglesias

“La infiltración en las iglesias evangélicas, y en el seno eclesial en general es una realidad, que por lo dantesca, a muchos les cuesta aceptar  y aun pensar en ello”

Katherine Khulman con Pablo VI

“La afamada Katherine Khulman, que nunca alentó a los católicos a salir de su iglesia sino todo lo contrario, tomada por las manos como gesto muy especial y exclusivo por el finado Pablo VI”

Benny Hinn con Cantalamessa

“Benny Hinn, fiel discípulo de la Khulman, en su visita a Roma,  rezando con el cura fraile Cantalamessa”
Católicos carismáticos
Hay que decir, respecto al primer tipo de evangélicos mencionados arriba, (sobre todo los de tipo neo pentecostal/carismático), que están muy engañados en cuanto a lo que realmente es un católico carismático. Han llegado a creer que – en general - un verdadero católico (*), en este caso carismático y que habla en lenguas (**), es necesariamente un verdadero cristiano.
(*) Nótese que hablo de un católico obediente y sujeto al dogma de su organización religiosa.
(**) Muchos ingenuamente piensan que porque un católico hable en lenguas, esa es señal de que ha nacido de nuevo. Las lenguas nada tienen que ver con este asunto.
¿Se puede ser cristiano sin ser salvo? ¡No hay manera! Lo que define a un verdadero cristiano - en primera instancia - es que ha nacido de nuevo, es decir, que ha sido justificado (Ro.5:1), que es salvo (Jn. 3: 3).
¿Puede un católico, como descrito arriba, fehacientemente creer que es salvo en vida? No. A un católico confeso – sea carismático o no - no le es permitido creer que es salvo bajo ningún concepto. Ampliaremos este punto más adelante.

2. La ramera astuta y seductora

En aras de ese ecumenismo, el Vaticano dispone de mentes muy pensantes, que han sabido y saben recrear diversas astucias para traer a su terreno al ingenuo creyente evangélico.

“Roma, desde el Concilio Vaticano II intenta agradar a todos y mostrar su cara más amable, pero no lo ha conseguido”

“Roma, desde el Concilio Vaticano II intenta agradar a todos y mostrar su cara más amable, pero no lo ha conseguido”
El doble lenguaje
Una de las artimañas del Vaticano es el “doble lenguaje”; es decir usando unas mismas palabras, decir dos cosas diferentes.
En la Conferencia Católica, Indianápolis ´90, y en preparación de la “Evangelización 2000”, Tom Forrest, el cura que dirige dicho movimientodesde el mismo Vaticano, ¡supo usar los términos evangélicos correctos cuando habló ante una audiencia mixta de protestantes y católicos! (quédense con esto)
Atrajo aplausos de los protestantes cuando clamó por la "Unidad Cristiana"pero cuando habló en un taller sólo para católicos, dejó saber, con aplausos repetidos de sus correligionarios católicos, lo que él realmente cree, y lo que los católicos deben creer también. Lo leemos a continuación:
“Nuestra labor es la de hacer verdaderos cristianos llevándoles al seno de la Iglesia Católica. Así pues, la evangelización nunca es completamente exitosa, sólo es parcial, hasta que el convertido es hecho miembro del cuerpo de Cristo por ser llevado al seno de la Iglesia Católica. 
Escuchad las palabras del papa Pablo VI. Este es un documento que cada uno de vosotros deberíais tener en vuestras casas, llamado “Sobre la evangelización del mundo moderno”. Esto es lo que el papa dice:
“El compromiso de alguien al que se acaba de evangelizar no puede quedar como algo abstracto (‘¡Oh, soy cristiano', esto es demasiado abstracto). Debe dársele una forma visible y concreta a través de ser parte de la Iglesia Católica, nuestro sacramento visible de salvación”.
Me gusta decir estas palabras, y las voy a decir otra vez: “¡Nuestro sacramento visible de salvación!”. ¡Esto es lo que la Iglesia (católica) es, y si eso es lo que es la Iglesia (católica), debemos estar evangelizando hacia la Iglesia! No, no debéis solamente invitar a alguien a ser cristiano, les invitáis a ser católicos.
¿Cuál es la importancia de esto? Primeramente, existen siete sacramentos, y la Iglesia Católica tiene esos siete sacramentos. En nuestros altares tenemos el cuerpo de Cristo, bebemos la sangre de Cristo. Jesús está vivo en nuestros altares, somos uno con Cristo en la eucaristía. Como católicos tenemos a María, y esta Madre nuestra, Reina del Cielo, está rezando por nosotros hasta que nos vea en la gloria. Como católicos tenemos el papado, una historia de papas desde Pedro hasta Juan Pablo II, tenemos la roca sobre la cual Cristo edificó su Iglesia.
Como católicos, me encanta esto que voy a decir, tenemos el purgatorio, ¡gracias a Dios! Yo soy una de esas personas que nunca llegarían a ver a Dios sin él. Esta es la única manera de ir. Así pues, como católicos, nuestra labor es usar esta década antes del 2000 evangelizando a todos y cada uno tanto como podamos para llevarles al seno de la Iglesia Católica” (hasta aquí el cura Forrest) (2)
¿No se dan cuenta, queridos lectores, de la argucia que supone el decir una cosa queriendo decir otra, y dejándolo claro más tarde ante sus correligionarios? A eso se le llama “doble lenguaje”.

Doble lenguaje

El doble lenguaje es el típico usado por toda institución religionista, para, manipulando así, conseguir sus propósitos”

Tom Forrest

“El cura católico carismático Tom Forrest”
Para el cura Forrest, católico carismático, y de cara a los católicos suyos, la cosa es bien clara; “… la Iglesia Católica, es el sacramento visible de salvación”. Esto es así porque para el católico verdadero, su iglesia es la única verdadera, y es el mecanismo exclusivo de salvación. Esto está obligado a creer.
Si el “sacramento de salvación” es la iglesia romana, entonces quedan excluidos de la salvación todos aquellos que no pertenezcan a esa “salvífica” institución, y eso mismo enseña Roma.
O como dice el Dr. Nadir Carreño:
“El ecumenismo católico es muy simple: 'Yo soy la Iglesia. Sólo yo tengo la plenitud de los medios de gracia, aunque por cortesía, llamo iglesias a otras comunidades. La unidad ya existe: está en mí. Vuelvan a mí y se habrá logrado el propósito del ecumenismo. En mí habrá campo para que cada denominación mantenga sus tradiciones propias'”. (3)
Sólo hay salvación en la iglesia de los papas…eso aseguran
Claramente, Roma enseña que no hay salvación fuera de la iglesia romana. En el principal documento del Concilio Vaticano II, la Constitución Dogmática “Lumen Gentium” (sobre la Iglesia) Cap. I,  leemos textualmente lo siguiente:
“14. El sagrado Concilio pone ante todo su atención en los fieles católicos y enseña, fundado en la Escritura y en la Tradición, que esta Iglesia peregrina es necesaria para la Salvación…por lo cual no podrían salvarse quienes, sabiendo que la Iglesia católica fue instituida por Jesucristo como necesaria, rehusaran entrar o no quisieran permanecer en ella” (4)
Y no cabe la menor de las dudas en cuanto a todo ello, cuando esa misma institución religiosa por medio de sus responsables, asegura que ella es la única iglesia de Cristo:
El día 5 de septiembre de 2000, el cardenal Joseph Ratzinger (el que fuera papa Benedicto XVI), responsable entonces de la llamada “Congregación para la Doctrina de la Fe”, antes llamada la “Santa Inquisición”, publicó la declaración “Dominus Lesus”. En ella reiteró que “la iglesia católica romana es la única verdadera”.
Dicha declaración fue ratificada por el Papa Juan Pablo II “con ciencia cierta y con su autoridad apostólica”, es decir “ex cátedra”, o en otras palabras, con infalibilidad. Dice la “Dominus Lesus” en su artículo 17: “Existe, por lo tanto, una única Iglesia de Cristo, que subsiste en la Iglesia Católica, gobernada por el Sucesor de Pedro y por los Obispos en comunión con él…”. (5) Esto último está transcrito al Catecismo (5b).
Ahora bien, se identifica al “sucesor de Pedro” con el papa romano. Por lo tanto, el católico está obligado a creer que la iglesia de los papas es la única y verdadera iglesia, y que no hay salvación fuera de ella.
¡Es evidente que un católico no puede ser cristiano, si decide seguir siendo católico!
Podríamos rizar el rizo, pero siempre llegaríamos a la misma conclusión: la iglesia de Roma es la más grande de las sectas, ya que ella se auto proclama la única y verdadera iglesia de Cristo. Por lo tanto buscar unidad con ese espécimen constituye el GRAN FRAUDE ECUMÉNICO.

“Bergoglio con diferentes representantes de diferentes religiones…”

“Bergoglio con diferentes representantes de diferentes religiones…”

Billy Graham

“El famoso evangelista y ecuménico Billy Graham, que nunca alentó a los católicos a salir de su iglesia sino todo lo contrario, con su apreciado papa romano”

3. Volviendo a la cuestión ecuménica

En esa conferencia católica/carismática de Indianápolis ´90, asistió nada más y nada menos que el afamado “apóstol” C. Peter Wagner.
Según la web official de la American Presbyterian Church, en su artículo titulado “Fuller Seminary – exhibit A”, C. Peter Wagner, citando a “Foundation, Julio-Agosto 1990”, fue junto a George Kraft – ambos profesores del Fuller Institute, cito,“figuras clave en la Conferencia Católica/Carismática de Indianápolis ´90; sus seminarios reportaron audiencias más numerosas que todos los demás allí” (6)

Peter Wagner

“El “apóstol” y gran ecuménico C. Peter Wagner”
¿Qué estaban haciendo ahí esos supuestos evangélicos?  ¿Qué pretenden esos ministros supuestamente evangélicos, que por serlo, conocen perfectamente acerca de lo que estoy escribiendo aquí, apareciendo como “figuras clave” en una conferencia católica?... Pero hay mucho más que añadir a esto.

El cura fraile Cantalamessa

“El cura fraile Cantalamessa, rodeado de otros curas y de pastores evangélicos”
de vuelta a Roma
“Con la misión de llevar a los cristianos de vuelta a Roma”

Dominionista Marcos Witt

“El dominionista Marcos Witt participando en el acto ecuménico de arriba”

Benny Hinn y Marcos Witt

“Benny Hinn y Marcos Witt”

¿¿¿tan Ciegos Son???

“Cómo se puede confraternizar con ese hombre que dice ser Cristo en la tierra, ¿tan ciegos son?”
¡Pero hay muchos más!
Lo que voy a dar a conocer a continuación es escalofriante. Paso transcribir algunas de las declaraciones de algunos muy conocidos ministros evangélicos acerca de la unidad presuntamente cristiana en relación con el catolicismo romano. Declaraciones todas ellas hechas en un congreso ecuménico-carismático patrocinado por el Comité de Servicio de Renovación Americana en St. Louis, Missouri del 21 al 23 de junio del 2000, y llamado “Celebration Jesus 2000”. Me tomo la libertad de hacer algunos comentarios respectivamente.
Vinson Synan, neo pentecostal, y ecuménico convencido dijo:
“Hay personas en St Louis del cuerpo de Cristo: Católicos, Episcopalianos, Luteranos, Bautistas, Pentecostales, etc…A pesar de nuestras diferencias teológicas, Jesús oró para que pudiéramos ser uno…Dios está derrumbando las barreras para que podamos mostrar al mundo nuestra unidad” (énfasis nuestro)

¿Las diferencias teológicas no son importantes? ¿Es igual lo que cada uno crea con tal de ser “uno”? ¿Cómo se puede ser “uno” no pudiéndolo ser? ¿Fue Cristo “uno” con la doctrina de los fariseos, que eran los creyentes de su tiempo?
La auténtica barrera que Dios derrumbó fue la levantada por el pecado, por enviar a Su Hijo a dar su vida por nosotros. La sola fe en Cristo: ese es el mensaje bíblico, sin añadiduras, como la “Tradición” católica. No nos engañemos.

Vinson Synan

“Vinson Synan, con algunos religiosos”
El obispo Samuel Green, Iglesia de Dios en Cristo, dijo:
“Necesitamos recibir a todos los grupos: Católicos, Episcopalianos, Bautistas. Yo admiro al papaNo estamos reconciliados con Dios a menos que aceptemos a otros sin importar su denominación (énfasis nuestro)
Pero ya sabemos que el catolicismo no es una denominación cristiana; ni siquiera es denominación, ya que se considera único de Cristo... y, ¿Qué cristiano auténtico puede decir: “yo admiro al papa”?
Nancy Kellar, una monja católica entre los evangélicos, advirtió:
“…debemos confesar nuestros pecados por cómo hemos quebrado el cuerpo de Cristo a través de la división”.
¡División!, Sí, aunque más que división, debería ser separación: “No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas?” (2 Co. 6: 14)
El célebre Pat Robertson, de “Christian Broadcasting Network” (CBN), club 700, comentó:
“Necesitamos tener entre nosotros a algunos católicos carismáticos viniendo a nuestras iglesias bautistas para enseñarnos como adorar  (énfasis nuestro)  (7)
¡Lamentable…!

Pat Robertson

“Pat Robertson de CBN”
Así pues, para estas personas presuntamente comprometidas con el Evangelio de nuestro Señor Jesucristo, según hemos leído:
a) El catolicismo es parte del cuerpo de Cristo.
b) Es la voluntad de Dios la unidad de los cristianos con los creyentes en el catolicismo.
c) Dios quiere mostrar al mundo la unidad de los verdaderos creyentes junto con los creyentes en el catolicismo romano.
d) Necesitamos recibir como hermanos en la fe a los profesantes del catolicismo.
e) Quizás también admirar al papa de Roma.
f) Dios no nos perdona a menos que aceptemos la fe católica.
g) Es división que apena a Dios no mezclarse con el catolicismo… y quizás lo más pintoresco de todo,
h) Deberíamos adorar como lo hacen los católicos carismáticos (¿quizás también a María?).
Y digo de nuevo, ¿cómo se puede estar tan ciego?... ¿o no son tan ciegos muchos de ellos?

4. ¿Puede un católico romano ser verdadero cristiano?

Retomamos lo que explicábamos al principio. Para un católico, sea carismático o no, su misma iglesia le prohíbe creer que es salvo en vida, aduciendo que si así hace, incurre en pecado de presunción. Ese sería uno de los peores pecados, porque según esa institución religiosa, se cometería “contra el Espíritu Santo”, y sería: la presunción de salvarse sin merecimientos (8)
El catecismo de la iglesia católica enseña, que si una persona cree tener la seguridad de que irá al cielo cuando muera, comete el pecado de presunción. Leemos del siguiente modo en el citado catecismo:
"Hay dos clases de presunción. O bien el hombre presume de sus capacidades (esperando poder salvarse sin la ayuda de lo alto), o bien presume de la omnipotencia o de la misericordia divinas (esperando obtener su perdón sin conversión y la gloria sin mérito)" (p. 465, #2092). (énfasis nuestro) (9)
Esta declaración conciliar invalida la misma Escritura, donde Dios nos dice que los verdaderos cristianos Por gracia somos salvos, por medio de la fe, y esto no de nosotros, pues es don de Dios, no por obras para que nadie se gloríe” (Ef. 2: 8, 9)
Pero si un católico quiere ser y definirse como católico, está obligado por ley canónica a no declarar que es salvo por la fe (contradiciendo así la misma Escritura, véase: 1 Jn. 5: 13; Ef. 2: 8, 9; Ro. 3: 24; 5: 1; 8: 1, 16; etc. etc.)

Catecismo de la iglesia de Roma

“Portada del Catecismo de la iglesia de Roma”
La católica, una “salvación” aleatoria
Por lo tanto, un católico profesante jamás podrá estar seguro de su salvación, ya que el obtenerla depende no sólo de su fe en Cristo y Su suficiente obra meritoria, sino del cumplimiento de las obligaciones sacramentales, así como de numerosas obras (nadie sabe cuántas) con las cuales deberá meritar. Es decir, ¡Se ha de ganar el cielo!
El Concilio de Trento, en su sesión número seis, concluyó diciendo que las buenas obras personales no sólo nos justificandelante de Dios, sino que son esenciales para la salvación. Así lo afirma el Canon 24 de ese mismo Concilio de Trento. Esto implica que sólo Dios sabe cuantas “buenas obras” hay que hacer y meritar para llegar al cielo, pero el católico regular no lo sabe. El católico romano es un esclavo de su propia creencia; porque es un siervo de su institución.
Nos detenemos a preguntarnos: ¡¿De qué sirve seguir concienzudamente todos los pasos que exige la religión de Roma, si nadie que la practique puede tener la seguridad y certeza de la salvación?! ¿¡No dice la Palabra que la fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve!? (Hebreos 11: 1)
Dave Hunt escribe al respecto:
“Para el católico, la salvación no viene mediante recibir a Cristo como Salvador personal, sino que es un extenso proceso que comienza con el bautismo, y de ahí en adelante depende de la relación continua de la persona con la Iglesia. La salvación viene mediante la participación en los sacramentos, penitencias, buenas obras, sufriendo por los pecados personales y los pecados de otros aquí y/o en el purgatorio, indulgencia para reducir el tiempo en el purgatorio, y cantidades casi interminables de misas y rosarios dichos a favor del feligrés aún después de la muerte. El “evangelismo” católico es por obras, la antítesis propiamente dicha de “el evangelio de la gracia de Dios”  (10)
En el catolicismo, el dogma católico se pone por delante del Evangelio de la gracia, y lo esconde de los ojos del católico; esta es la creencia y herencia del católico regular. Dicho con compasión: ¡El católico es un ser infeliz!
¿Purgatorio?
El Concilio de Trento, artífice de toda la oficialidad dogmática romana lo expone con claridad meridiana:
“Si alguien dijera que después de la recepción de la gracia de justificación, la culpa es remitida y la deuda de la pena eterna es borrada de cada pecador arrepentido, que no queda ninguna deuda temporal a ser descargada en este mundo o en el purgatorio antes que las puertas del cielo puedan abrirse, sea anatema” (es decir, maldito o excomulgado) (11)
Para la iglesia católica, la gracia que justifica, contradiciendo lo que enseña la Biblia (véase Ef. 2: 8, 9), no es suficiente. Para esa institución, el fiel deberá meritar, en este mundo, y en el próximo, en lo que llaman el purgatorio:
“Los pecados deben ser expiados; esto puede hacerse en este mundo mediante tristezas, miserias y tribulaciones de esta vida y, sobre todo, mediante la muerte” (12)
En esta declaración dogmática conciliar, vemos que la verdadera expiación, la que logró para todos los hombres Cristo Jesús brilla por su ausencia, y es sustituida por “las tristezas, miserias y tribulaciones de esta vida”. En otras palabras, ¡no sólo es insuficiente el sacrificio inigualable de Cristo para cada hombre, sino que además, cada hombre debe de ser su propio cristo!
Sobre el asunto de la muerte, como lugar de expiación, Roma sigue dice a través del Concilio Vaticano II: “De lo contrario, la expiación debe hacerse en el más allá mediante el fuego y los tormentos o castigos purificadores” (13) es decir, el lugar de la “purga”: El llamado, purgatorio; (lugar inexistente, por otra parte).
Para el católico la sangre de Cristo no es suficiente para purgar sus pecados, es necesario el fuego atormentador, el cual – según esa institución – logra purgar dichos pecados. Es el fuego, y no la sangre de Cristo; ¡terrible blasfemia!

Representación del purgatorio

“Representación del purgatorio, con los justos quemándose ¡Qué horror! ¿Querrá Dios que los que han creído en Su Hijo se quemen por siglos en ese supuesto lugar? ¡Qué falsedad! Pues esto es lo que un católico está obligado a creer”
Acordémonos de las palabras del cura carismático Tom Forrest:
“Como católicos, me encanta esto que voy a decir, tenemos el purgatorio, ¡gracias a Dios! Yo soy una de esas personas que nunca llegarían a ver a Dios sin él”
Forrest está ansioso por pasar por ese lugar de tormento.
¡En modo alguno el catolicismo romano puede ser cristiano; en modo alguno!
Y sin embargo, como venimos diciendo, muchos evangélicos han llegado a creer que esos infelices católicos son hermanos en la fe. Lo siento, pero no lo pueden ser si siguen creyendo esa errada doctrina de los papas, por tanto, poniéndola por encima de la Escritura.
El católico deberá escoger entre la Escritura y la doctrina de los papas. Si escoge lo primero, automáticamente dejará de ser católico.
Una cosa es clara también, cuando los católico-romanos que tienen un corazón para Dios llegan a leer con fe la Biblia, obedeciéndola por encima de los dictados romanistas, encuentran al verdadero Jesús, y dejan de ser católicos para ser cristianos, pertenecientes a la Iglesia Universal de Jesucristo.
Por eso Roma rechaza el concepto de Sola Scriptura, porque sabe que el Libro la denuncia, si se lee con atención.

5. Roma rechaza el concepto de Sola Scriptura (sólo la Biblia)

Esto fue lo que el papa Pío VII, el que en el año 1814 rehabilitara a la Sociedad Jesuita, le escribió al primado de Polonia en el año 1816:
“Es evidente, desde la experiencia, que las Sagradas Escrituras, circulando en lengua vernácula, han producido más daño que beneficio (parafraseando a Trento)...Hemos deliberadamente tomado las medidas oportunas para remediar y abolir esta pestilencia”. (14)
El papa se quejaba de que la Biblia escrita en la lengua nativa o vernácula, había dañado a sus intereses papistas, hasta el punto de tratarla de pestilencia e intentar abolirla.

el Impío Pío VII

“El papa que levantó a los jesuitas: Pío VII”
Que la Biblia pone a la luz la mentira y maldad del catolicismo romano lo sabían los cardenales del papa Julio III, por ello le aconsejaron lo siguiente:
(*) “Hay que abrir bien los ojos y usar toda la fuerza posible en la cues­tión, a saber,  para permitir lo menos posible la lectura del Evangelio especialmente en lengua nativa, en todos los países bajo la jurisdicción. Baste la pequeña parte del Evangelio leída usualmente en la misa, y no se permita que nadie lea más. En cuanto el pueblo esté contento con esa pequeña porción, florecerán los intere­ses de vuestra Santidad, pero cuando el pueblo quiera leer más, sus intereses comen­zarán a fallarLa Biblia es un libro que, más que cualquier otro, ha levantado contra nosotros los alborotos y tempestades, por los cuales casi perecemos. De hecho —escriben los cardenales—, si alguien examina de cerca y compara las en­señanzas de la Biblia, como ocurre en nuestras iglesias, entonces encontrará discordias y comprenderá que nuestra enseñanza es muchas veces diferente a la Biblia y nunca cesará de desafiarnos hasta que todo sea expuesto y entonces nos volveremos objeto de burlas y odios universalesPor tanto, es necesario retirar la Biblia de la vista del pueblo, pero con cuidado, a fin de no causar rebelión” (énfasis nuestro).(15)
(*) Este discurso está contenido en un documento histórico, del tiempo de la Reforma, conservado en la Biblioteca Nacional de París, en la hoja B, nº 1.088, vol. II, págs. 641 -650)
Dese cuenta el lector de que se está tratando aquí: la iglesia de Roma siempre ha sido la primera y tremenda opositora al Libro que pretende haber creado, poseer y defender: la Biblia.

6. Concluyendo

Huelga decir aquí que nosotros los verdaderos cristianos debemos amar a todos los hombres, eso evidentemente incluye a los católicos; no por ser católicos, sino por ser personas, por las cuales Cristo también dio su vida.
Precisamente, por amor, hay que decir la verdad, y mostrar la verdad. No podemos tratar a un católico como a un verdadero hermano en la fe, porque entonces estaríamos pecando (1 Co. 5: 11; 2 Juan 1: 10, 11). Existe un límite al respecto.
Un católico regular, necesita ser salvo, así como un musulmán, un judío, un testigo, un mormón, un ateo, un evangélico nominal, etc. ¡Todo hombre precisa de la salvación, y esta sólo viene por gracia, por medio de la fe en Jesucristo, y sin añadiduras! (Ef. 2: 8, 9)
La solución no vendrá en forzar una unidad a como de lugar, siguiendo el GRAN FRAUDE ECUMÉNICO - camino ineludible a la apostasía - sino en hablar la verdad de la Biblia, y así permitir que el Espíritu Santo redarguya y convenza a todos aquellos a los que amamos, pero que están fuera del Camino, aunque se consideren dentro.
Jesucristo dijo que el Camino es Él mismo, y no una institución religiosa que dice ser la única suya, pero que no lo es, es decir, Roma. Si el católico quiere conocer al verdadero Dios, deberá recibir a Cristo (Jn.1:12), tal y como Cristo así lo estableció, y tal instrucción es la Biblia, sin añadiduras (es decir, la “Tradición conciliar católica”).
¡Sola Gratia!¡Sola Fide! ¡Solus Christus! ¡Sola Scriptura! ¡¡SOLI DEO GLORIA!!
El ya cristiano, deberá compartir el Evangelio a todos, guardándose de toda levadura y contaminación (Mt. 16: 6; 2 Co. 7: 1)
Pero vosotros, amados, edificándoos sobre vuestra santísima fe, orando en el Espíritu Santo, conservaos en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna. A algunos que dudan, convencedlos. A otros salvad, arrebatándolos del fuego; y de otros tened misericordia con temor, aborreciendo aun la ropa contaminada por su carne”(Judas 20-23)
Amigo católico, lee esto:
“Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios” (1 Juan 5: 13)
“Y oí otra voz del cielo, que decía: Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas; porque sus pecados han llegado hasta el cielo, y Dios se ha acordado de sus maldades” (Ap. 18: 4, 5)
SOLI DEO GLORIA
Dios les bendiga. ¡Cristo viene pronto!
© Miguel Rosell, pastor de Centro Rey Jesucristo, Madrid, España.
Julio 2009
Revisado Diciembre 2014
www.centrorey.org
Citas:
1. Flannery, op. Cit. Tomo 1 pág. 412.
2. - "Roman Catholic Double-Talk at Indianapolis '90," Foundation, pp. 14-16, 
3. Dr. Nadir Carreño, cit. por el Ps. Víctor Pino Gamboa en su art. “Hacia una iglesia mundial” http://ceirberea.blogspot.com/
4. (Documentos del Concilio Vaticano II)
http://www.archimadrid.es/princi/princip/otros/docum/magigle/vaticano/vati.htm
5. “Dominus Lesus”; art. 17
5b. Catecismo de la Iglesia Católica (p. 208, #870)
6. American Presbiterian Church http://www.americanpresbyterianchurch.org/fuller_seminary.htm
7. David W. Cloud, Fundamental Baptist Information Service, por Huron.
8. http://www.corazones.org/espiritualidad/espiritu_santo/pecado_contra_es.htm)
9. Catecismo de la Iglesia Católica (p. 465, #2092)
10. Dave Hunt, su libro, “Una mujer cabalga la bestia”
11. Concilio de Trento (Sexta sesión, canon 30, p. 46).
12. Concilio Vaticano II: Los documentos conciliares y postconciliares, ed. Rev. (Costello Publishing, 1988), tomo 1, p. 63).
13. Ibidem.
14. Documento en archivo
15. Biblioteca Nacional de París, en la hoja B, nº 1.088, vol. II, págs. 641 -650


LAS BLASFEMIAS DE DANTE GEBEL, y otras hierbas

LAS BLASFEMIAS DE DANTE GEBEL, y otras hierbas
Estas son palabras literales del falso maestro cristiano Dante Gebel:
“¡Nunca olvides que tenés el ADN de Dios! Tu padre hizo las galaxias. Tu hermano derrotó a la muerte. Moisés partió el mar (hay fe en tu línea sanguínea). El tío David derrotó a Goliat (Llevas valentía en la sangre). Sansón derribó un edificio (hay fuerza sobrenatural en tu sangre). Daniel estuvo con leones y sobrevivió (protección divina corre por tus venas). Nehemías reconstruyó los muros (determinación en tu línea sanguínea). Ester arriesgó su vida (el heroísmo está en tu sangre)” (1)

El ADN según Dante Gebel

Dante Gebel dice que tenemos el ADN de Dios, como si Dios fuera, o tuviera un organismo físico. Dante Gebel hace de Dios una criatura. Eso es blasfemo.
Para empezar parece no tener ni idea de lo que es el ADN. El ADN es un ácido. El ácido desoxirribonucleico, abreviado como ADN, es un ácido nucleico que contiene instrucciones genéticas usadas en el desarrollo y funcionamiento de todos los organismos vivos conocidos y algunos virus, y es responsable de su transmisión hereditaria… ¿Tiene esto algo que ver con Dios mismo, Gebel?
Añade poniendo al cristiano como Hijo de Dios (nótese la “H” de hijo en mayúscula), cuando el cristiano es hijo de Dios, no por naturaleza sino por adopción.
Dice que hay fe en la línea sanguínea… ¿Qué tendrá que ver la sangre con la fe, o la fe con la sangre? Y sigue diciendo que:
Hay valentía, fuerza sobre natural, determinación, heroísmo… en la sangre del cristiano. ¡Qué estupidez!, y de nuevo, qué blasfemia, ya que, en todo caso, el que produce tanto el bien como el querer es Dios por Su Espíritu, y eso no está en la sangre, sino en la misma Persona del Espíritu Santo que habita en el verdadero hijo de Dios.
Por eso toda la gloria es para Dios, y nada de ella para el cristiano.
Dante Gebel, miente, y lo sabe, y ha de saber que engaña a muchos con estas falacias.
Es un nuevo Flautista de Hamelín.
La misma tontería escribía el falso pastor gedociano de multitudes, César Castellanos en su libro “Cambia tu ADN para recibir linaje real”. Se han puesto todos de acuerdo para engañar a cuantos más, mejor.

¿Por qué tantos creen estas mentiras, y otras?

¿Qué por qué muchos creyentes están dispuestos a creer todas estas estupideces, herejías y blasfemias?, pues porque muchos no son renacidos. Esa es la primera de las cuestiones, pero hay más.
Muchos todavía creen la falsedad que “proféticamente” se metió en lo que llamamos iglesia, referente al nuevo y mundial avivamiento que viene (y nunca llega) que hará que las gentes de este planeta se conviertan a Cristo (como si dependiera de la gente la conversión). Al creer semejante mentira postmilenarista/universalista, cualquier cosa que aparentemente tenga éxito y mueva masas deberá ser de Dios; y no se dan cuenta que esto es parte de la apostasía anunciada por el mismo Cristo y sus apóstoles que debería de producirse al final de estos días de la gracia.
Confunden el éxito aparente con la voluntad de Dios.
Recuerdo una vez que un supuesto ministro del evangelio me comentaba diciendo que, era lógico que hubiera conversiones a millones y cientos de millones en estos días, ya que el número de habitantes sobre el planeta es de 7 mil millones de personas. Desde su visión arminiana, ese varón pensaba que la salvación está en la decisión del individuo.
Como que Dios ha tenido que hacer crecer la población mundial para de ese modo tener más gente en el cielo, como que Dios poco puede hacer en cuanto a la “decisión” de creer en Jesucristo; así pues, las posibilidades de “llenar el cielo” son mayores, cuanto más humanos haya sobre la tierra. Estupidez.
Ese varón parecía olvidar que en el momento más álgido de crecimiento de la población de antes del Diluvio, fue entonces cuando este vino, y mató a todos, excepto sólo ocho personas.
Nuestro concepto humano de lo que es el éxito, poco, o nada tiene que ver con el concepto de Dios. Ahora mismo hay megaiglesias, como nunca las hubo en la historia, pero que enseñan, no el evangelio, sino un falso evangelio, acomodado al uso de las gentes. Ni siquiera muchas de las iglesias numéricamente escasas se libran de tamaña plaga. Sólo unas pocas, comparativamente hablando son verdaderas iglesias de Cristo.
Esa es la realidad.
No son estos tiempos de gloria, sino tiempos peligrosos, donde sólo la Luz de Dios alumbra, jamás la del hombre.
SOLI DEO GLORIA
Nota:
  1. http://www.cristianosenserio.com.ar/2011/09/las-mejores-frases-de-dante-gebel.html?showComment=1396364036900#c2813759721886219853

ESOS FALSOS MAESTROS QUE JAMÁS FUERON SALVOS

(2 Pedro 2: 1) “Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina”

ESOS FALSOS MAESTROS QUE JAMÁS FUERON SALVOS

Introducción

Realmente imponen estos falsos maestros de la actualidad, pues tienen una apariencia , en principio, contraria a su realidad de falsedad. Son sumamente carismáticos, y por tanto, son muy convincentes en sus maneras y en su acercarse al gran público evangélico profesante.
Tienen un don natural para trasmitir su mensaje cautivador; una osadía nata, bañada de esquelética piedad, barnizada ésta solamente con simple colorante. Un poco de color y nada más.
Con razón el Señor insistió en que los creyentes debíamos ser prudentes como serpientes, ya que a nuestro alrededor se iban a levantar feroces lobos disfrazados de tiernos corderitos.
Lo lamentable, es que muchos, muchos, todavía no han aprendido esta lección tan básica, y todavía se quedan embelesados cuando aparece en el escenario religioso ese hombre o esa mujer, vestido casi a la perfección, de amplia sonrisa “Signal”, con o sin Biblia en la mano, pero que sin ningún reparo ni temor de Dios, se le llena la boca con el “en el nombre de Jesús”, vocalizándolo a diestra y siniestra.
Los pobres ingenuos son cautivados porque, ¿cómo pueden ser engañadores estos que hablan de Dios y de Jesucristo, y no les cae un rayo que les parta? Así discurren…
Pero éstos, son falsos hombres y mujeres de Dios, falsos profetas, hijos del Falso Profeta (Ap. 13: 11ss), que jamás, jamás fueron salvos, porque a modo de nuevos Balaam, engañan por codicia a todos aquellos que se prestan a ese juego religioso-malabar.
Estudiemos seguidamente y sin más preámbulos esta sección de la segunda epístola de Pedro con todo detalle, el por qué jamás fueron siquiera salvos.
“Saben llenar estadios enteros estos falsos maestros, porque saben cautivar a muchos con sus mensajes de falso evangelio”“Saben tocar la fibra sensible místico-religiosa de muchos, y sacar un buen provecho de ello. Aquí vemos la “cruz del G12”, y a esos desvalidos espirituales agarrándola como si fuera un dios”
“Saben llenar estadios enteros estos falsos maestros, porque saben cautivar a muchos con sus mensajes de falso evangelio”“Saben tocar la fibra sensible místico-religiosa de muchos, y sacar un buen provecho de ello. Aquí vemos la “cruz del G12”, y a esos desvalidos espirituales agarrándola como si fuera un dios”

1. Compró vs. Rescató

El apóstol Pedro dice que esos falsos maestros aludidos que engañan al pueblo de Dios, niegan al Señor - lo cual significa, que no le niegan necesariamente de boca, pero sí niegan la verdad de Dios en algún punto o en muchos. También dice que “los rescató”.
¿Significa esto que estos hombres malvados, que se aprovechan de la fe ingenua de los creyentes para hacer mercadeo de ellos (2 Pr. 2: 3) en algún momento en sus vidas nacieron de nuevo, para luego perder la salvación? No, no dice eso. La salvación, si es, es.
La traducción de la Reina Valera aquí no es la mejor para el término agorazo¸ en Griego, que mejor traducido es: compró.
“y aún negarán al Señor (Despotes) que los compró…”:
La palabra que se traduce por Señor aquí es “Despotes”, y literalmente significa: Dueño, Amo. La implicación entonces, es la de posesión. Todos los hombres sobre la tierra son posesión de Dios, son posesión del Señor, como Dueño y Amo. Ese es uno de los sentidos. Hay más.
Pedro está diciéndonos aquí que esos hombres que supuestamente enseñaban la verdad de Cristo, pero que hacían lo contrario, habían sido comprados por el Amo (Despotes).
Eso no significa que eran salvos, o que alguna vez lo habían sido, sino que le pertenecían a Él. Tal caso lo vemos versículos más adelante cuando el mismo Pedro nos habla de Balaam, claro exponente de lo que es un falso profeta.

“Balaam fue el padre de todos los nuevos falsos profetas de la prosperidad, los cuales introducen encubiertamente herejías destructoras"

“Balaam fue el padre de todos los nuevos falsos profetas de la prosperidad, los cuales introducen encubiertamente herejías destructoras, y por avaricia hacen mercadería con los creyentes profesantes con palabras fingidas”

“El fin de ellos es sin duda el lago que arde con fuego y azufre”

“El fin de ellos es sin duda el lago que arde con fuego y azufre”
Balaam le pertenecía a Dios, pero jamás fue salvo. Dios usó a Balaam como también usó a Faraón, para Sus propósitos. Veámoslo:
“Porque la Escritura dice a Faraón: Para esto mismo te he levantado, para mostrar en ti mi poder, y para que mi nombre sea anunciado por toda la tierra” (Romanos 9: 17)
De Dios son todo los hombres, y tiene misericordia de quien quiere tener misericordia, y a quien quiere endurecer, endurece (Romanos 9: 18).
Ese “comprar” tiene también otro sentido. Cristo pagó el precio por los pecados de todos los hombres al dar su vida y sangre en la cruz del calvario (2 Corintios 5: 19). Es cierto que sólo los que ponen su fe en el Salvador tienen el beneficio de la salvación, pero el precio de la compra incluye también a los que no se salvan.
El precio se pagó por estos últimos, pero ellos no quisieron salir de su esclavitud (en lo que per toca al hombre).
Por lo tanto, Pedro usa aquí al decir que “los compró” un tipo de analogía, más que un argumento doctrinal o teológico. Esa analogía o ejemplo, es el de un amo que tiene dominio sobre sus posesiones y personas, tipo clásico en la antigüedad. Escribe al respecto en Matthew Henry:
“El vocablo “despótes”, “amo, dueño”, se aplica, tanto en el griego clásico como en el bíblico al señor que tenía esclavos”.
El dueño o señor compraba los esclavos, y éstos debían obedecerle sin rechistar por encima de sus voluntades. Este es el sentido.
El verbo que Pedro usa para “comprar”, como vengo diciendo, es “agorasanta” (está en participio aoristo), y significaba para aquella comunidad del tiempo de Pedro, “comprar en la plaza del mercado”, donde además de alimentos se compraban y vendían esclavos.
Los esclavos, la mayoría odiaban a sus dueños, pero debían obedecerles por fuerza. Ese es el sentido.
Ningún comentarista bíblico serio admite que estos falsos maestros aludidos por Pedro (cuáles los hay hoy en día a mansalva) hubieran en algún momento nacido de nuevo.
Pedro enfatiza en esta descripción bíblica que hemos leído arriba, el carácter sumamente siniestro y pervertido de los falsos maestros que declaran a Cristo de labios para afuera, pero niegan de hecho, y desde sus mismos corazones Su Señorío sobre ellos mismos, y de hecho, sobre los demás. Apartémonos de ellos (Romanos 16: 17, 18).
Huyamos de lo aparente, para centrarnos en lo verdadero. Huyamos del espíritu idolátrico de esos pequeños avatares pseudo evangélicos de turno.
Dios les bendiga.
© Miguel Rosell Carrillo, pastor de Centro Rey, Madrid, España.
Septiembre 2011
www.centrorey.org

FIN