Añade que “los científicos utilizaron las células cutáneas de dos pacientes de edad avanzada con insuficiencia cardíaca. De esas muestras lograron “cultivar” tejido sano del músculo cardíaco, que fue trasplantado a animales. El injerto no fue rechazado como cuerpo extraño e incluso sus células resultaron ser capaces de interaccionar con las células del corazón. Los resultados de la investigación son alentadores. Teóricamente cuando se injerta un tejido cultivado del propio “donante” en principio
no debe haber rechazo.
La investigación se basa en un trabajo del científico japonés Shinya Yamanaka, quien demostró que las células comunes pueden convertirse en células semejantes a las células madre embrionarias, de las que se puede cultivar prácticamente cualquier tejido del organismo. Yamanaka las denominó células madre pluripotentes inducidas o células iPS. El descubrimiento animó al Dr. Gepstein a iniciar una investigación propia de las células madre y de su aplicación en el tratamiento de las enfermedades del corazón.
El Dr. Gepstein está seguro que si el método llega a superar todas las pruebas y verificaciones, entonces su laboratorio obtendrá financiación para ese trabajo y en el curso de entre cinco y diez años emprenderá las investigaciones clínicas.
La información finaliza diciendo que “los científicos deben asimismo incrementar la cantidad de células que se cultivan. Ahora se pueden producir tan solo varios millones de células, mientras que el corazón de un adulto consta de aproximadamente cuatro mil millones de células. Cuando un hombre sufre un ataque cardíaco mueren aproximadamente una cuarta parte de las células sanas”
.