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Cuatro peligros de la organización de los Testigos de Jehová

La organización de los Testigos de Jehová afirma ser el único grupo cristiano verdadero en el mundo. Dice que el resto de las iglesias, sean católicas o protestantes, enseñan error y que Dios destruirá a cualquier persona que no sea un Testigo de Jehová. Sin embargo, los hechos muestran que este grupo es una secta engañosa. Aquí se exponen cuatro razones por las cuales se debe evitar el contacto con la organización de los Testigos de Jehová.

1. Los Testigos de Jehová Niegan las Enseñanzas Centrales de la Biblia.
La organización de los Testigos de Jehová niega que Jesucristo es Dios. En lugar de esto enseña que Jesucristo es un ángel creado.
"¿No es peligroso seguir una organización que niega las enseñanzas centrales de la Biblia, que falsifica las Sagradas Escrituras, y que utiliza su autoridad de un forma abusiva?"

Sin embargo, la Biblia enseña claramente que Jesucristo, el hijo, es Dios. Por ejemplo, Hebreos 1:8 dice, "Mas del Hijo dice: Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo ..." Muchos otros versículos también enseñan esto ¾ Juan 1:1,14; 20:26-28; Hechos 20:28; Romanos 9:5; Hebreos 1:3,8-9; 2 Pedro 1:1.

Los Testigos de Jehová niegan la resurrección corporal de Jesucristo. En lugar de esto enseñan que el cuerpo de Jesús se disolvió en gases, que Dios el Padre eliminó el cuerpo de Jesús. Charles Taze Russell, fundador de la organización, enseñó, "el hombre Jesús está muerto, por siempre muerto" (Studies in the Scriptures, [Estudios en las Escrituras] vol. 5, 1899, pág. 454).

Sin embargo, la Biblia enseña claramente que el cuerpo de Jesús resucitó. Por ejemplo, Jesús dijo en Lucas 24:39 – "Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy; palpad y ved; porque un espíritu no tiene carne ni huesos como ves que yo tengo." Vea también ¾ Juan 2:19-21; Juan 20:26-28; 1 Corintios 15:6,14.

Los Testigos de Jehová niegan que el Espíritu Santo es Dios. En lugar de esto enseñan que el Espíritu Santo es una fuerza impersonal, como la electricidad.

Sin embargo, la Biblia enseña claramente que el Espíritu Santo es Dios: Hechos 5:3, 4 dice, "Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo... No has mentido a los hombres sino a Dios." Vea también — Juan 14:16-17; 16:13-15; Romanos 8:26-27; 2 Corintios 3:6,17-18; Efesios 4:30.

Los Testigos de Jehová niegan que la salvación es el don gratuito de Dios que no podemos ganar ni merecer. En lugar de esto enseñan que para escapar el juicio, una persona debe unirse a la organización de los Testigos de Jehová, y trabajar para ella.

Sin embargo, la Biblia enseña claramente que la salvación no puede ser ganada, pero se recibe solamente como un regalo de Dios: Efesios 2:8-9, "Porque por gracia sois salvos, por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe." Vea también ¾ Romanos 4:1-4; Gálatas 2:16; Tito 3:5.

Los Testigos de Jehová niegan el castigo eterno del impío. 
En lugar de esto enseñan que los injustos serán aniquilados y dejarán de existir.

Sin embargo, la Biblia enseña claramente el castigo eterno del injusto: Mateo 25:41,46 dice, "Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles... E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna." Vea también ¾ Mateo 18:8; 2 Tesalonicenses 1:8-9; Apocalipsis 14:10,11; 20:10,15.

Los Testigos de Jehová niegan que los seres humanos tienen un espíritu que exista después de la muerte. En lugar de esto enseñan que, como un animal, la vida de una persona deja de existir al morir.

Sin embargo, la Biblia enseña claramente que el espíritu humano continúa una existencia consciente después de la muerte: 2 Corintios 5:8 dice, "pero confiamos, y más quisiéramos estar ausentes del cuerpo y presentes al Señor." Vea también ¾ Lucas 16:19-31; Filipenses 1:23-24; Apocalipsis 6:9-11.

Los Testigos de Jehová enseñan que la vida eterna en la presencia de Dios es solamente para unos cuantos elegidos. Afirman que solamente un grupo especial de 144,000 Testigos de Jehová tendrán la experiencia de nacer otra vez, y podrán vivir para siempre con Dios en el cielo. Los demás Testigos permanecerán en la tierra.

Sin embargo, la Biblia enseña claramente que todos aquellos que ponen su fe en Jesucristo tendrán vida eterna en la presencia de Dios. La Biblia se refiere a este grupo como una multitud innumerable: Apocalipsis 7:9, 15 dice, "Después de esto miré, y he aquí una gran multitud la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero... están delante del trono de Dios, y le sirven día y noche en su templo." Vea también ¾ Juan 3:15; 5:24;12:26; Efesios 2:19; Filipenses 3:20; Colosenses 3:1; Hebreos 3:1; 12:22; 2 Pedro 1:10,11.

Los Testigos de Jehová niegan la naturaleza "trina" de Dios (La Trinidad) y enseñan que Satanás inventó la doctrina de la trinidad. Rechazan todas las escrituras que identifican a Jesucristo como Dios y el Espíritu Santo como Dios.

Sin embargo, la Biblia enseña claramente que el Hijo y el Espíritu Santo, tanto como el Padre, son Dios. Esta enseñanza, junto con las Escrituras que enseñan que hay solamente un Dios (Isaías 43:10; 44:6,8) al igual que Mateo 28:19 donde Jesús habla del nombre [singular] del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, muestran que Dios es una trinidad ¾ un Ser quién existe en tres personas.

¿No es peligroso seguir una organización que niega las enseñanzas centrales de la Biblia?

2. Los Testigos de Jehová Falsifican la Biblia.

La organización de los Testigos de Jehová ha producido su propia versión fraudulenta de la Biblia. Esta versión se llama la Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras. Contiene muchos versículos que han sido cambiados por ellos deliberadamente. Estos cambios tratan de ocultar el hecho de que las enseñanzas de los Testigos de Jehová son falsas y anti-bíblicas.
 
Una Comparación Entre la Biblia y la Engañosa Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras
La Bibliala Engañosa Traducción
del Nuevo Mundo
Juan 1:1 — "En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios."

Esto es una declaración clara que Jesús (el Verbo) es Dios.
Juan 1:1 — "En [el] principio la Palabra era, y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era un dios."

Este cambio fue hecho para apoyar la negación de los Testigos que Jesús es Dios.
Colosenses 1:16 — "Porque en él [Jesús] fueron creadas todas las cosas … todo fue creado por medio de él y para él."

Esto enseña que Jesús es el Creador de todo, y como tal no es, él mismo, un ser creado.
Colosenses 1:16 — "Porque por medio de él todas las [otras] cosas fueron creadas … Todas las [otras] cosas han sido creadas mediante él y para él."

La palabra "otras" ha sido erróneamente añadida a este versículo para apoyar la falsa enseñanza de los Testigos de Jehová de que Jesús mismo es un ángel creado.
Hebreos 1:8 — "Mas del Hijo dice: Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo ..."

Note aquí, que Dios el Padre llama a Jesús el Hijo, "Dios."
Hebreos 1:8 — "Pero respecto al Hijo: ‘Dios es tu trono para siempre jamás …’"

El orden de las palabras ha sido erróneamente cambiado por la organización de los Testigos de Jehová para ocultar el hecho de que Jesús (el Hijo) es identificado como Dios.
¿No es peligroso seguir una organización que falsifica las Sagradas Escrituras?

3. Los Testigos de Jehová Tienen una Historia de Profecías Fallidas

Los líderes de los Testigos de Jehová afirman hablar por Jehová Dios con autoridad profética pero las profecías hechas por ellos no se han cumplidos. Por ejemplo, predijeron que el Armagedón y el fin del mundo vendría en 1975. Para ocultar este incidente de fallo profético, la mayoría de los Testigos de hoy día niegan que hicieron esta predicción aunque se prueba fácilmente por su propia literatura.1
La organización de los Testigos de Jehová también predijo que el fin del mundo vendría en 1914, 1915, 1918, 1925 y 1942. Predijeron que Abraham, Isaac y Jacob serían resucitados y volverían a la tierra en 1925. Han estado equivocados en cada una de sus profecías.2 La Biblia declara que la profecía no cumplida es una señal de un falso profeta (Deuteronomio 18:21-22).

¿No es peligroso seguir una organización con una historia de falsas profecías?

4. La Organización de los Testigos de Jehová Utiliza su Autoridad Abusivamente
A pesar de muchas falsas profecías, la organización de los Testigos de Jehová enseña que es la única religión verdadera, y que solamente sus miembros son verdaderos cristianos. Afirma que nadie puede aprender verdad espiritual fuera de ellos. También enseña que hay salvación solamente en ser un miembro de su organización y que toda persona que no sea Testigo de Jehová será destruida en el Armagedón. La organización de los Testigos de Jehová exige que sus miembros obedezcan y acepten, ciegamente, cada mandato e interpretación bíblica dada por la organización.

Por ejemplo, la organización de los Testigos de Jehová prohíbe el uso de las transfusiones de sangre. Se espera que los Testigos se mueran o dejan a sus niños morir, antes de romper este mandato. Sin embargo, la Biblia en ninguna parte enseña que las transfusiones de sangre estén prohibidas. Cualquier Testigo de Jehová que se atreva a desobedecer esta regla está amenazado con destrucción segura cuando venga el Armagedón — el tiempo de juicio final.

De esta manera los líderes utilizan el miedo y la intimidación para mantener a sus miembros en obediencia a la organización. Los líderes de los Testigos de Jehová también han utilizado sus predicciones del fin del mundo para infundir miedo en el corazón de sus seguidores.

¿No es peligroso seguir una organización que utiliza su autoridad de un forma tan abusiva?
 


Estos cuatro puntos ilustran los peligros espirituales asociados con la organización de los Testigos de Jehová. Usted quizá se pregunte "Entonces, ¿cuáles son las buenas noticias de la Biblia?" Los cuatro puntos siguientes contienen el evangelio verdadero de Jesucristo según la Biblia.

CÓMO ENCONTRAR PAZ CON DIOS


El mensaje de la Biblia se puede resumir en cuatro sencillos puntos:

1. Nuestros pecados nos separan del Dios vivo y verdadero.
"Por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria del Dios." Romanos 3:23
"Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro." Romanos 6:23

2. No podemos salvarnos a nosotros mismos.
"ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado." Romanos 3:20
"nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia." Tito 3:5

3. Jesucristo es el remedio provisto por Dios para nuestro problema del pecado. 
"Porque de tal manera amó Dios al mundo, que a dado a su hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna." Juan 3:16
"Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios." 1 Pedro 3:18a

4. Debemos recibir personalmente a Jesucristo por la fe para tener perdón de pecados y la vida eterna. "Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios. " Juan 1:12
"... si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo." Romanos 10:9
 


Si estas verdades de la palabra de Dios han tocado su corazón, usted puede responder ahora mismo, pidiendo que Dios le perdone sus pecados y que le dé nueva vida en Cristo. Esta sencilla oración le podrá ayudar a expresar su fe en Jesucristo para la salvación.

Dios todopoderoso y misericordioso,
Reconozco que he pecado contra Tí en mis hechos, en mis palabras, y en mis pensamientos. Carezco de tu justicia, y no puedo salvarme a mi mismo. Gracias por enviar a tu hijo, Jesucristo, quien derramó su sangre por mí. Te ruego que me perdones de todos mis pecados, y pongo mi confianza en Jesucristo, quien murió en mi lugar, y que se levantó de los muertos. Amén.


NOTAS  
1. The Watchtower (La atalaya), 15 de agosto, 1968, pág. 499; Kingdom Ministry (Ministerio del reino), mayo 1974, pág. 3.
2. The Time Is At Hand (El tiempo es a mano), edición de 1906, págs. 99, 101; The Time Is At Hand (El tiempo es a mano), edición de 1915, págs. 99,101; Pastor Russell's Sermons (Sermones del Pastor Russell), edición de 1917, pág. 676; The Finished Mystery (El misterio completado), 1918, pág. 404,485; The Watchtower (La atalaya), 1 de septiembre 1922, pág. 262; The Watchtower (La atalaya), 15 de septiembre 1941, pág. 288; Millions Now Living Will Never Die (Millones que ahora viven, jamás morirán), 1920, págs. 88-90.

LOS MORMONES Y JOSÉ SMITH

La herejía Mormona

LOS MORMONES Y JOSÉ SMITH

© C. Vidal, Libertad digital (ProtestanteDigital.com. 2005, España)

Las grandes deserciones mormonas
Falsedades históricas del Libro de Mormón
Más vínculos del mormonismo y la masonería
Mormonismo y poligamia
La dudosa moralidad de Joseph Smith 
En la imagen el falso profeta José Smith recibiendo la visita de unos seres luminosos que le revelaron un nuevo "evangelio" en el "Libro de Mormón" (imagen mormona)

"Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema" (Gálatas 1:8-9) 
"Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz. Así que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras" (2ª Corintios 11:14-15)
Los mormones y Joseph Smith 
La influencia de la masonería (I) 

El peso de la masonería en el reverdecer del ocultismo del siglo XIX fue, como vimos en las entregas anteriores, ciertamente extraordinario, hasta el punto de que no puede entenderse su historia sin hacer referencia a él. Ya hemos indicado como uno de sus componentes esenciales – y de sus atractivos – era la pretensión de poseer un conocimiento secreto, una gnosis, que sólo se comunicaba a los iniciados. Esta circunstancia - absolutamente esencial en la historia de la masonería y, sin embargo, tantas veces omitida - explica, por ejemplo, el considerable papel representado por la masonería en la configuración de algunas de las sectas surgidas durante el siglo XIX. En las siguientes entregas, nos ocuparemos del papel de la masonería en la fundación del mormonismo, de los adventistas, de la Ciencia cristiana y de los testigos de Jehová.

De entre las sectas contemporáneas, la más importante, con diferencia, es la iglesia de Jesucristo de los santos de los últimos días, más conocidos popularmente como los mormones. En la actualidad, los mormones cuentan con no menos de diez millones de miembros en todo el mundo y un peso social, político y económico que supera con mucho el de ese número . Todo eso es más o menos conocido, lo que ya resulta mucho menos sabido es que Joseph Smith Jr. era masón y que la masonería desempeñó un papel muy considerable en el nacimiento y establecimiento de la secta. 

Resulta obligado decir que nada puede alcanzar la categoría de comprensible en relación con la historia y la teología de los mormones – a la que Ferguson denominó la religión sintética de Utah – sin hacer referencia a la persona de su fundador y profeta Joseph Smith . 

Nacido el 23 de diciembre de 1805, cuando Estados Unidos era una jovencísima nación recién emancipada de Gran Bretaña, Smith nació en un entorno doméstico peculiar. Los vecinos de Smith consideraban a la familia de éste como “analfabeta, bebedora de whiskey, holgazana e irreligiosa” (1). La madre de Smith, Lucy Mak, practicaba la hechicería y alimentaba la pretensión – por lo visto no del todo desprovista de fines crematísticos – de tener visiones. 

El padre, Joseph, más conocido como Joe, contaba con una cierta popularidad que emanaba de que su ocupación consistía en buscar tesoros en favor de aquellos que le pagaban con esa finalidad. Está documentado que el joven Joseph Smith acompañaba con frecuencia a su padre en estas expediciones a mitad de camino entre el fraude y lo oculto, y desde edad muy temprana se dedicó a la práctica de la adivinación y de decir la fortuna mediante el uso de piedras, una práctica específicamente prohibida por la Biblia (2). Sin embargo, de manera aún más interesante, la familia de Joseph Smith estaba estrechamente vinculada con la masonería. 

El padre, Joseph Smith Sr. había sido iniciado en el grado de maestro masón el 7 de mayo de 1818 en la logia de Ontario n. 23 de Canandaigua, Nueva York. Uno de los hijos mayores, Hyrum Smith, era miembro de la logia Mount Moriah n. 112 de Palmyra, Nueva York. 

Las fechas resultan interesantes porque en 1820, según el relato de los mormones, Dios se le apareció a Joseph Smith en un episodio que explica el surgimiento de la secta . 

La importancia de esta experiencia es de trascendencia capital para la teología mormona. El dirigente y apóstol de la secta, David O. McKay ha señalado claramente que “La aparición del Padre y del Hijo a Joseph Smith es el fundamento de esta iglesia” (3). En realidad, con ello no hace sino repetir lo que antes han dicho otros apóstoles mormones: si la visión es falsa, todo el edificio del mormonismo se debería derrumbar como un castillo de naipes. 

Tal y como lo expresó el apóstol mormón John A. Widtsoe: “Sobre su realidad (la de la visión) descansa la verdad y el valor de su (de Smith) obra posterior”(4). Desde luego, no es para menos. Si efectivamente Dios se le apareció a Joseph Smith dándole instrucciones concretas, sería estúpido negarle, al menos, un poco de atención. Si, por el contrario, la historia es falsa, Smith sería un farsante, un enfermo o algo peor. 

El relato oficial es como sigue. En 1820, cuando Joseph Smith tenía sólo catorce años , se adentró, una hermosa mañana de inicios de la primavera, en el bosque. Al parecer había decidido orar para descubrir cual de “todas las sectas era la correcta”, una oración nada baladí teniendo en cuenta la vinculación de su padre con la masonería. Mientras, presuntamente, se hallaba en oración vio sobre él, en el aire, a dos personajes. Uno de ellos señaló al otro y exclamó: “Este es mi Hijo amado, escúchalo” . Después, uno de los dos personajes le dijo que todas las iglesias estaban equivocadas. 

En el siguiente artículo analizaremos la revelación de J. Smith. 

(1) Citado en B. Larson, Oc, p. 309. 
(2) Las citas al respecto son claras. Por ejemplo, “No os volváis a los encantadores ni a los adivinos; no los consultéis, contaminándoos con ellos” (Levítico 19:26) o “ No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortilegio, ni hechicero, ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos. Porque es abominación para con el Señor cualquiera que hace estas cosas, y por estas abominaciones el Señor tu Dios echa estas naciones delante de ti. Perfecto serás delante de el Señor tu Dios. Porque estas naciones que vas a heredar, a agoreros y a adivinos oyen; mas a ti no te ha permitido esto el Señor tu Dios” (Deuteronomio 10, 8-14). 
(3) D. O. McKay, Gospels Ideals. Salt Lake City. 1953, p. 85. 
(4) John A Widtsoe, Joseph Smith-Seeker After Truth, SALT Lake City, 1951, pg. 19.

Mormones: la visión de Joseph Smith 
La influencia de la masonería (II) 

Vimos que en 1820, según el relato de los mormones, Dios se le apareció a Joseph Smith en un episodio que explica el surgimiento de la secta, siendo la importancia de esta experiencia es de trascendencia capital para la teología mormona. El dirigente y apóstol de la secta, David O. McKay ha señalado claramente que "La aparición del Padre y del Hijo a Joseph Smith es el fundamento de esta iglesia"(1). En realidad, con ello no hace sino repetir lo que antes han dicho otros apóstoles mormones: si la visión es falsa, todo el edificio del mormonismo se debería derrumbar como un castillo de naipes.

Como relatamos en el artículo anterior, el relato oficial es que en 1820, cuando Joseph Smith tenía sólo catorce años mientras, presuntamente, se hallaba en oración vio sobre él, en el aire, a dos personajes. Uno de ellos señaló al otro y exclamó: "Este es mi Hijo amado, escúchalo". Después, uno de los dos personajes le dijo que todas las iglesias estaban equivocadas. 

Sería de esperar que esta visión de radical importancia hubiera sido registrada desde el principio entre los recuerdos y testimonios del futuro profeta. Lo cierto es que no fue así. Los mismos mormones se han visto obligados a reconocer que "el relato oficial de la primera visión de Joseph Smith y las visitas del ángel Moroni... fue publicado por primera vez en 1842"(2), es decir, 22 años después de acontecidos los hechos. Hasta qué punto este "retraso" resulta absurdo podemos verlo en el hecho de que la secta fue fundada oficialmente en 1830, el mismo año de publicación del Libro de Mormón. ¿A qué se debe que la piedra básica - la visión divina de Smith - sobre la que está edificada la secta de los mormones no fuera mencionada por el profeta sino veintidós años después de presuntamente acontecida?. 

Diversas investigaciones parecen apuntar a una causa bien poco presentable: el mismo Joseph Smith no contó siempre la misma historia y ello se debe sencillamente a que la misma no era verdad. Jerald y Sandra Tanner (3) han dejado de manifiesto que en el interior de la secta circulaban, al menos, dos versiones diferentes de la visión divina de Smith si bien no salieron a la luz pública hasta que Paul Cheesman, un estudiante de la universidad Brigham Young, las publicó en 1965. Por si esto fuera poco, al año siguiente, James B. Allen, profesor asociado de Historia de la BYU, reveló otra versión más de la visión. Demasiados relatos discordantes para creer en una versión - hoy oficial - que, al parecer, desconocieron dirigentes mormones como Brigham Young y Oliver Cowdery (4). 

El mismo Joseph Smith se destacó por ser el origen de este tremendo embrollo. A fin de cuentas, no relató siempre la misma historia . Así, el Messenger and Advocate de septiembre de 1834 y de febrero de 1835 publicó diversas versiones de la "primera visión" considerablemente diferentes de la oficial de 1842. Las diferencias son de bulto. En la versión ahora oficial, Joseph Smith tenía catorce años, buscaba saber qué secta era la verdadera y se le aparecieron el Padre y el Hijo. En las de 1834 y 1835, Joseph Smith tenía diecisiete años, lo que ansiaba saber es si existía un ser supremo y el que se le apareció fue un simple ángel. Para terminar de complicar las cosas el 29 de mayo de 1852 el Desert News publicaba unas declaraciones del profeta Smith en que afirmaba que la primera visión la tuvo a los catorce años y que fue de ángeles. 

Esto fue corroborado posteriormente, por el apóstol mormón Orson Pratt (5) y por John Taylor, el tercer presidente de los mormones (6). Por desgracia para Smith, ni siquiera en la época en que coincidían casi todos en que quien se había aparecido era un ángel, llegaban a ponerse de acuerdo sobre la identidad del mismo. En la primera edición de la "Perla de gran precio" de 1851, pg. 41, se decía que el ángel era Nephi y la misma opinión sustentaba Lucy Mack, su madre. No obstante, después se denominó al ángel con el apelativo de Moroni. Finalmente, alguien debió de llegar a la conclusión de que una aparición del Padre y del Hijo siempre es mucho más atrayente que la de un simple enviado. Así esta tesis acabaría imponiéndose de manera oficial en la "Perla de gran precio", uno de los libros sagrados de los mormones (7) . 

Como fundamento- según el profeta y apóstol MacKay - de la organización que afirmaba ser la única iglesia cristiana, la visión primera de Smith da la impresión de dejar mucho que desear. No coinciden - de acuerdo a las diferentes versiones - ni la edad de Smith, ni el motivo de su oración ni los personajes que se le aparecieron. Francamente, un profeta con una memoria tan dudosa sobre asunto de tanta importancia no consigue crear precisamente confianza en la manera en que transmite las revelaciones ni en la veracidad de las mismas. Para colmo, la última - por el momento - versión de la visión de Smith se contradice con sus propias enseñanzas de manera directa. 

En 1832, Joseph Smith afirmó haber tenido una revelación de Dios según la cual nadie puede ver a Dios sin tener el sacerdocio. Según el propio SmitH él no tuvo ese sacerdocio hasta pasado 1830 (8) pero la visión de Dios fue, al menos, diez años antes. Como y por qué Dios hizo una excepción a Su revelación en relación a Smith constituye un misterio que - hasta la fecha - ningún adepto de la secta ha conseguido aclarar. 

Como ha dejado de manifiesto Floyd C. Mc Elveen, ambas revelaciones no pueden ser verdad. O bien Smith vio a Dios en 1820 - y eso se contradice con la revelación sobre el sacerdocio de 1832 - o bien la revelación de 1832 es falsa y con ello queda a salvo la veracidad de la versión - hoy oficial- de la visión de 1820. Naturalmente cabe también la posibilidad de que ambas visiones no fueran sino una falacia. 

(1) D. O. McKay, Gospels Ideals. Salt Lake City. 1953, p. 85. 
(2) Improvement Era, julio de 1961, p. 490. 
(3) Jerald y Sandra Tanner, The First ision Examines. Salt Lake City. 1969.La obra constituye un clásico en el estudio de las fuentes de la secta. 
(4).C..Mc Elveen, The mormon illusion, Ventura, 1977 pp. 24-25. 
(5) Vid: Messenger and Advocate, vol.I, pp. 78-79. 
(6) Journal of Discourses, Salt Lake City. (1966) vol. 13, pp. 65-66. 
(7) Pearl of Great Price, Salt Lake City, 1958, p.48 par.17. 
(8) Bruce R. McConkie, doctrines of Salvation, SALT Lake City, 1954, vol. I, p. 4.

El "Libro del Mormón" 
La influencia de la masonería (III) 

Aún más problemas plantea esa obra que Mark Twain denominó "cloroformo en forma de libro" y que nosotros conocemos como el Libro del Mormón. La historia oficial del mismo es digna de ser referida aunque sea brevemente. En la Perla de gran precio, uno de los libros sagrados de la secta, Joseph Smith narra una visión que tuvo en 1823. De acuerdo con este libro, en el curso de la misma se le apareció a Smith un ángel llamado Moroni que le señaló la misión que Dios le había encomendado. Smith tenía que encontrar unas placas de oro en las que había escrita una obra cuya traducción debía acometer. Junto a las placas, Smith encontraría unas gafas que le permitirían traducir las placas del egipcio reformado en que estaban escritas al inglés. Para colmo de maravillas, las mencionadas lentes fueron identificadas por el ángel con el Urim y el Tumim del Antiguo Testamento. La obra señalada por el ángel, presuntamente, era el Libro del Mormón.

No hace falta decir que para una vez que una revelación presuntamente divina no se produce por inspiración sino por traducción, hubiera resultado sumamente interesante poder examinar los textos y el artilugio destinado a facilitar su comprensión a los mortales. No ha sido posible. Según la tesis mormona, después de que Smith tradujo las 116 primeras páginas del Libro del Mormón, aquellas desaparecieron. ¿Y las gafas? Se las llevó el ángel. 

Según los tres testigos del Libro del Mormón, David Whitmer, Oliver Cowdery y Martín Harris, el método de traducción de Smith era auténticamente peculiar. En primer lugar, Smith colocaba los lentes en un sombrero y después metía la cara en el mismo comenzando a continuación a traducir de las placas de oro... que prácticamente nunca estuvieron presentes. Dado el método utilizado, no es de extrañar que no hicieran ni falta. 

No acaba aquí la cosa. Según ha dejado escrito David Whitmer (1), una vez que Smith se echaba a la cara el sombrero con las gafas, aparecía una especia de jeroglífico con la traducción inglesa debajo. Smith la leía entonces para que copiara Cowdery o cualquier otro y si quedaba escrito correctamente la frase desaparecía. 

El método se presenta como un tanto alambicado, pero así es como fue presentado por Smith y sus adeptos más cercanos. La obra era una revelación de Dios de igual importancia - en la práctica más - que la Biblia. Por desgracia para Smith y su secta, la nueva revelación por escrito iba a levantar aún mayores dudas que el relato referente a su presunta visión divina. Joseph Smith afirmó que la obra fue escrita en torno al 384 al 421 A. de C. por Mormón, el padre de Moroni. Por ello, no deja de ser curioso que la obra reproduzca textualmente la versión de la Biblia del Rey Jaime que se imprimió... en 1611 A.D. El cómo un libro puede llevar millares de citas textuales de una obra que, supuestamente, se imprimió dos mil años después es otro de los grandes enigmas de la religión mormona, y el enigma se agranda cuando vemos que hasta las palabras en cursiva de la versión del Rey Jaime se reproducen así en el Libro del Mormón. 

No menos curioso es el estilo gramatical de la obra . Supuestamente, "cada palabra y cada letra le fueron dadas (a Joseph Smith) por el don y el poder de Dios", pero eso no ha evitado que los mormones hayan realizado unos cuatro mil cambios de estilo - y no sólo de estilo - en la obra (2). Francamente, resulta curioso que las autoridades mormonas se hayan mostrado tan predispuestas a alterar con suma libertad una obra que - presuntamente - fue dada por Dios al profeta fundador de la secta. Quizá una explicación de este fenómeno resida en el hecho de que cuando Smith cita de la versión de King James o Rey Jaime (supuestamente escrita dos mil años después que el Libro de Mormón) su gramática es impecable, pero deja de serlo en el momento en que - al parecer - traducía del egipcio ayudado por las gafas que le dio el ángel. Desde luego, si Dios entregó la revelación a Smith de manera directa, lo hizo en momentos en que Su gramática no era muy sólida. 

Estas y otras cuestiones - que, desde luego, no contribuyen lo más mínimo a afianzar la creencia de que Joseph Smith era un profeta de Dios - suelen ser dejadas de lado por los adeptos de la secta con una referencia rápida al testimonio, favorable al Libro de Mormón, de los testigos. 

Efectivamente, en las páginas iniciales del Libro de Mormón se menciona el "Testimonio de los tres Testigos", a saber, Oliver Cowdery, David Whitmer y Martín Harris; así como el de los "Ocho testigos", es decir, Christian Whitmer, Jacob Whitmer, Irma Page, Joseph Smith, Sen; Hyrum Smith y Samuel H. Smith. Según los adeptos, el testimonio de estas personas en bloque no deja ninguna duda de que el Libro de Mormón fue una obra inspirada por Dios y revelada a Su profeta, Joseph Smith. Sin duda, muchos adeptos lo creen. El problema es que el mencionado testimonio no se sostiene ni siquiera parcialmente. Para empezar el grupo de los "tres testigos" jamás afirmó haber visto las placas de oro donde - supuestamente - se escribió el Libro de Mormón. Lo más que llegaron a afirmar fue que tuvieron una "visión" de las mismas, que las vieron "con el ojo de la fe" o cuando estaban envueltas o tapadas (3). Si alguien vio alguna vez - y resulta dudoso - aquellas placas fue sólo Joseph Smith. 

(1) Estudios sobre el tema en A. Budvarson - Book of Mormon -, True or False?, Concord, 1959; M. W. Cowan-Mormón Claims Answered, ed. autor. 1975 y J. y S. Tanner- Mormonism, Shadow o Reality, Salt Lake City. 1975. 
(2) Estudios sobre el tema en A. Budvarson - Book of Mormon -, True or False?, Concord, 1959; M. W. Cowan-Mormón Claims Answered, ed. autor. 1975 y J. y S. Tanner- Mormonism, Shadow o Reality, Salt Lake City. 1975. 
(3) Cf: F.C. McElveen, Oc, p. 48 ss.

Las grandes deserciones mormonas 
La influencia de la masonería (IV) 

Por desgracia, no termina en el Libro del Mormón en sí el cúmulo de problemas que presentan los mencionados testigos de Shmit. Veámoslos, aunque sea por encima. De los once testigos mencionados, todos se marcharon de la secta salvo los Smith, es decir, los de la familia del profeta e incluso de éstos, un par de los hijos de Smith dejaron la secta para afiliarse a la iglesia reorganizada de los Santos de los Últimos Días.

Como relatamos en artículos anteriores, el relato oficial es que en 1820, cuando Joseph Smith tenía sólo catorce años mientras, presuntamente, se hallaba en oración vio sobre él, en el aire, a dos personajes. Uno de ellos señaló al otro y exclamó: "Este es mi Hijo amado, escúchalo". Después, uno de los dos personajes le dijo que todas las iglesias estaban equivocadas. Existen los llamados tres testigos del Libro del Mormón, David Whitmer, Oliver Cowdery y Martín Harris. 

Visto el éxito final que tuvo con ellos, no es de extrañar que el profeta Smith denominara a los tres testigos principales "ladrones y embusteros" (1) y que incluso manifestara en la "Historia de la Iglesia" que habría que olvidarlos (2). De nuevo este conjunto de circunstancias no pueden sino resultar sorprendentes al venir ligadas a una revelación supuestamente de Dios. Por ello, resulta injustificable que la secta de los mormones tenga el valor de presentarlos como testigos a favor de las revelaciones de su profeta, cuando todos, menos los familiares de éste, la abandonaron convencidos de que aquello no tenía ninguna relación, ni siquiera lejana, con Dios. 

Realmente, da la impresión de que la gente más cercana a Smith creía que todo era un fraude y se cansó de seguir la farsa. A causa de ellos, Smith los descalificó como embusteros y ladrones en un intento de privar de valor a los testimonios - esta vez ciertos - que pudieran dar acerca del. Posteriormente, la secta correría un tupido velo sobre el abandono e insistiría en que todos ellos eran piedra fundamental para creer la veracidad de las pretensiones de Smith. No hace falta ser muy avispado para darse cuenta de a quien beneficiaba esa falsedad consciente. 

Una cuestión adicional sirve para dejar aún más de manifiesto el dudosa carácter de los poderes de Smith. Para desgracia de la secta, el asunto pasó por los tribunales y las minutas del procedimiento fueron localizadas por Wesley P. Walters el 28 de julio de 1971 (3). En 1826, es decir, seis años después de la supuesta visión divina, Joseph Smith fue acusado (y condenado) por ser un "glass looker". El término anglosajón, que se podría traducir como "mirador de cristal", sirve para designar a una persona que mirando a través de un vidrio o de una piedra puede encontrar tesoros o propiedades perdidas. Smith había estafado a una persona llamada Josiah Stowell asegurándole que, mirando a través del cristal, localizaría tesoros y propiedades perdidas. 

No deja de ser curioso que Smith fracasara utilizando la misma metodología que le permitió - en teoría - traducir las placas de oro que un ángel de Dios le había mostrado y tampoco deja de llamar la atención que, seis años (o tres, según la visión) después de hablar con el Padre y el Hijo (o con un ángel, llamado o Moroni o Nephi, según qué visión y qué persona) anduviera dedicado a los menesteres - nada respetables - que había aprendido en su familia. No parece lo más adecuado que un profeta de Dios se dedique a estafar al prójimo prometiéndole encontrar tesoros... a menos, claro está, que no se sea tal tipo de profeta. Desde luego, con esos antecedentes tampoco llama mucho la atención las controversias desatadas desde el principio en relación con el Libro de Mormón. 

(1) Times and Seasons, vol. I, pg. 81; Elders Journal, pg. 59; Senate Documents 189, pp. 6,9. 
(2) Smith, History of the Church, vol. 3, p. 232. 
(3) Una reproducción fotográfica de las minutas judiciales originales en J. Y S. Tanner, Joseph Smith´s 1826 Trial, Salt Lake City. 1971.

Falsedades históricas del Libro de Mormón 
La influencia de la masonería (V) 

Los libros sagrados de las diversas religiones suelen contener datos históricos, geográficos y arqueológicos susceptibles de ser verificados por los especialistas en estas ciencias. En alguna medida, su fiabilidad viene confirmada o negada precisamente por la posibilidad de verificar si los datos históricos o arqueológicos son o no reales. El ejemplo más destacado de esta tesis lo constituye, sin lugar a dudas, la Biblia. Los datos geográficos, históricos y arqueológicos que aparecen en la misma no sólo son reales y están cuidadosamente expuestos sino que han servido de base para realizar descubrimientos arqueológicos en tiempos modernos. En el caso de otros libros religiosos los datos son escasos y difícilmente comprobables vg: los libros canónicos del hinduismo, pero incluso así parece existir un fondo histórico real aunque se haya visto deformado por la leyenda. La única excepción a esta regla la constituye el Libro de Mormón, la presunta revelación divina recibida por Joseph Smith, un escrito que resulta aún menos fiable que los textos sagrados del hinduismo.

La historia contenida en esta obra no deja de ser un tanto complicada en sus detalles. Haremos aquí un breve resumen de la misma en relación con sus aspectos fundamentales. En las páginas del libro canónico por antonomasia del mormonismo, se nos narra que un pueblo llamado jareditas, procedentes de la Torre de Babel, emigró a América en el año 2247 A.C. Supuestamente esta cultura ocupó América Central hasta desvanecerse a causa de los conflictos internos. Un superviviente llamado Ether escribió su historia en 24 placas metálicas. 

LA HISTORIA SEGÚN EL LIBRO DE MORMÓN 
Hacía el año 600 A.C., las dos familias de Lehi e Ismael salieron de Jerusalén y cruzando el océano Atlántico desembarcaron en América del Sur. Dos hijos de Lehi, llamados Laman y Nephi, acabaron enfrentándose junto con sus seguidores en el campo de batalla. De aquí procederían los pieles rojas que poblarían el Nuevo Mundo. La razón, según Joseph Smith, no podía ser más fácil: los lamanitas era rebeldes contra Dios y El los castigó haciendo que su piel se oscureciera dando así origen a los indios americanos. 

Los nefitas, por el contrario, que seguían conservando una piel inmaculadamente blanca, fueron favorecidos por Dios y se asentaron en América Central en la época de Cristo. Después de su crucifixión, Jesús se les apareció en esta parte del continente americano e instituyó el bautismo, el sacramento del pan y el vino, el sacerdocio, etc. Un par de siglos después, aquella cultura centroamericana abandonó los caminos del Señor y otro siglo y medio después nefitas y lamanitas se enfrentaron de nuevo en batalla. 

El jefe de los nefitas era un profeta y sacerdote llamado Mormón. Cuando comprendió que la derrota era una posibilidad clara, decidió escribir en placas de oro la historia de su pueblo. Se las entregó a su hijo Moroni que, supuestamente, la escondió en una colina cerca de Palmyra, Nueva York, unos mil cuatrocientos años antes de que, presuntamente, un ángel se le apareciera a Smith y le dijera donde encontrarlas. Por qué escogió este lugar – salvo porque Smith viviría cerca de él – es un enigma. Enigma resulta también que Mormón retara a los lamanitas a trabar combate en un cerro insignificante llamado Cumorah. Este lugar, al parecer, se hallaba a centenares de miles de millas de donde se encontraba su pueblo y, por ello, aquel se vio obligado a cruzarlas. Lógicamente, debió llegar hecho trizas al lugar de la batalla. Mormón, si es que existió, fue quizá un profeta y un sacerdote piadoso, pero, desde luego, dejaba mucho que desear como estratega. De acuerdo con el Libro de Mormón, hacia el 421 A.de C. todos los nefitas habían sido asesinados y los impíos lamanitas dominaban la tierra. Presuntamente cuando Colón llegó a América en 1492, se encontró a los descendientes de los lamanitas. 

LAS BASES HISTÓRICAS REALES 
Desde luego, no cabe duda que la historia como tal, pese al tono aburridísimo de su exposición, derrocha imaginación. El problema, para Smith y la secta, claro está, es que existen buenas razones para pensar que no cuenta con la más mínima base histórica. 

Para empezar, está la cuestión del incremento de la población . Según el Libro de Mormón, en treinta años, de 28 personas se formaron dos naciones poderosas (I Nephi; 2 Nephi 5:5,6,28), nephitas y lamanitas que se enfrentarían a muerte. En términos demográficos, tal posibilidad es absolutamente inaceptable. Por si fuera poco, siempre según el Libro de Mormón, esas dos naciones – que se formaron en treinta años – edificaron multitud de ciudades poderosas, seguramente durante el tiempo que no se dedicaban a multiplicarse frenéticamente. En el Libro de Mormón se mencionan al menos 38 ciudades: Ammonihah, Bountiful, Gideon, Shem, Zarahemla, etc. No se han encontrado restos de una sola siquiera ni en Centroamérica ni en Suramérica. 

Como remate, tampoco tenemos pruebas de que, como afirma el Libro de Mormón, en América se utilizara profusamente el egipcio reformado y el hebreo . Para ser honrados habría que decir que no contamos con un solo vestigio de ello. Algo, por otra parte, incomprensible su fiera cierto que, como afirma el Libro de Mormón, ambas lenguas fueron utilizadas durante siglos en el continente americano. 

Las cuestiones menores de dudosa fiabilidad son numerosísimas . Por sólo citar algún ejemplo diremos que el profeta Nephi, que supuestamente escribió varios siglos antes de Cristo, cita a Mateo, Lucas, Pedro y Pablo que no vivieron ni escribieron hasta el siglo primero de nuestra Era. En Alma 46:15 se llama “cristianos” a fieles que vivían 73 años antes del nacimiento de Cristo. Se afirma en Ether 2:3 que había abejas en América unos dos mil años A.de C., cuando lo cierto es que fueron los españoles los que las llevaron al Nuevo Mundo, etc. 

En realidad, lo que resulta establecido más allá de cualquier duda razonable es que el Libro de Mormón es un verdadero fraude histórico . De hecho, autoridades competentes como el Instituto Smithsoniano de Washington han dejado claro que carece de la más mínima base histórica o arqueológica afirmando, por ejemplo, que “los arqueólogos del Smithsoniano no ven ninguna conexión entre la arqueología del Nuevo Mundo y el tema del Libro (de Mormón)” (1). Como ha señalado el Dr. Frank H.H. Roberts, Jr., director del departamento de etnología americana del citado instituto: “No existe ninguna prueba de ninguna emigración desde Israel a América, y de manera similar no hay ninguna prueba de que los indios precolombinos tuvieran ningún conocimiento del cristianismo o de la Biblia”. De la misma opinión es el arqueólogo Michael Coe, especialista en culturas precolombinas: “No hay un solo arqueólogo profesional, que no sea mormón, que encuentre alguna justificación científica para creer que (el Libro de Mormón) es cierto”.(2) 

Los datos resultan tan aplastantes que, incluso, algunos arqueólogos mormones se han visto obligados a aceptarlos . Un ejemplo claro es el del reconocido arqueólogo mormón Dee F. Green que efectivamente ha afirmado: “La moderna topografía no permite situar ninguno de los lugares a los que se refiere el Libro de Mormón. Se puede estudiar la arqueología bíblica, porque sabemos dónde estaban y está Jerusalén y Jericó, pero no sabemos dónde estaban ni están Zarahemla y Bountiful, ni ningún otro sitio realmente (3). 

(1) J. Y S. Tanner-Mormonism Shadow or Reality. Salt Lake City. 1975, p. 57. 
(2) Dialogue: A Journal of Mormon Thought, “Mormons and Archaeology: An Outside View”.Verano de 1973, p.p. 41-42, 46 . 
(3) Dialogue, Oc, verano de 1969, pp. 77-78.

Más vínculos del mormonismo y la masonería 
La influencia de la masonería (VI) 

No es de extrañar que ante los datos mencionados en el artículo anterior acerca del Libro de Mormón, multitud de personas dejen de creer en el carácter divino de la revelación de Smith. Uno de los casos más claros es el de Thomas Stuart Ferguson (1). Fundador de la Fundación Arqueológica del Nuevo Mundo, era un miembro respetado de la secta, en apoyo de la cual había escrito tres libros con argumentos a favor de la veracidad del Libro de Mormón. Tras veinticinco años de investigación, llegó a la conclusión de que "las pruebas en contra de Joseph Smith eran absolutamente rotundas" y perdió la fe en el mormonismo como revelación divina.

Bajo presiones de las autoridades de la secta escribió una carta en la que afirmaba que no rompería su relación con la misma, sin embargo, había dejado de creer - convencido por la aplastante evidencia - en Joseph Smith como profeta de Dios (2). 

A pesar de todo, la verdad es que el Libro de Mormon levantó tantas expectativas que, al parecer, Joseph Smith decidió adentrarse por el camino de las sucesivas revelaciones. Supuestamente, en 1835, Smith compró varias momias egipcias y rollos de papiro de un tal Michael H. Chandler. Al parecer, el profeta tradujo los textos y con ellos formó el "Libro de Abraham" que está incluido en otro de los textos sagrados del mormonismo, "La Perla de Gran Precio". 

Según la interpretación de Smith, el primer dibujo mostraba al sacerdote idólatra Elkenah intentando ofrecer a Abraham como sacrificio. El pájaro que aparecía en el dibujo era el Ángel del Señor, etc. 

Por desgracia para Smith, esta vez sí que hubo quien vio los textos. F.S. Spalding envió copias de este facsímil y de otros que dibujó Smith a varios de los egiptólogos más competentes del mundo (2). Todos, sin excepción, manifestaron que el tema de los papiros era el embalsamamiento de los muertos. Asimismo, fueron unánimes en afirmar que la interpretación de Smith - sagrada palabra de Dios para sus seguidores - era falsa y que no constituía una traducción veraz de los jeroglíficos. 

Al igual que ha sucedido con arqueólogos mormones que perdieron su fe en J. Smith después de examinar científicamente el Libro de Mormón ha acontecido con esta otra revelación. Dee Jay Nelson (3), un supuesto egiptólogo mormón, abandonó la secta tras examinar los datos y llegar a la conclusión de que la supuesta traducción de Smith era un fraude. Su caso no es único. 

A pesar de todo lo anterior - que, difícilmente, puede considerarse propio de una persona honrada - Joseph Smith no tuvo ninguna dificultad para que la masonería aceptara iniciarlo en sus secretos. Cómo se llegó hasta ese paso es - como sucede con tantos episodios de la historia de la masonería - verdaderamente novelesco. 

Dentro de la historia de la masonería constituye un capítulo especialmente importante el relacionado con la historia de la muerte de William Morgan, un hombre asesinado por escribir un libro en el que, supuestamente, revelaba secretos relacionados con la masonería. 

El episodio provocó una gran reacción contra la masonería en los Estados Unidos, pero no es ése el aspecto en el que vamos a detenernos aquí. Al ser asesinado Morgan por los mormones, dejó una viuda llamada Lucindia. Inicialmente, Lucindia no dudó en elevar votos de mantenerse fiel a la memoria de su marido y, por supuesto, recibió donativos de no pocos anti-masones que la contemplaban con simpatía y afecto. Sin embargo, cuando Lucindia volvió a casarse el 23 de noviembre de 1830, lo hizo con un masón llamado George W. Harris. Acto seguido, se convirtió al mormonismo y se trasladó a Nauvoo, Illinois. Ni de lejos iba a ser la única vinculación entre la masonería y el mormonismo. De hecho, el 6 de abril de 1840, fue fundada la Gran Logia de Illinois por el general, juez y patriarca mormón, James Adams. La nueva Gran Logia de manera inmediata se entregó a establecer estrechos vínculos con la secta fundada por Smith. Al cabo de poco tiempo, Nauvoo contaba con tres logias y Iowa con dos, las cinco eran denominadas las "logias mormonas" y contaban con unos 1550 hermanos. El mismo Joseph Smith Jr., profeta de Dios según su testimonio, fue iniciado como aprendiz masón el martes, 15 de marzo de 1842. El episodio aparece documentado en las minutas de la logia de Nauvoo correspondientes a esa fecha donde se habla de cómo Smith Jr. y Sydney Rigdon "fueron debidamente iniciados como aprendices masones durante el día". 

Se trataba tan sólo del principio. Los cinco primeros presidentes de la secta - Joseph Smith, Brigham Young, John Taylor, Wilford Woodruff y Lorenzo Snow - fueron todos iniciados en la masonería en la misma logia de Nauvoo. De hecho, prácticamente todos los miembros de la jerarquía o eran ya masones o fueron iniciados en la masonería una vez que Joseph Smith fue ascendido al grado de maestro masón. A decir verdad, es posible que la logia mormona de Nauvoo haya sido la que ha contado con más personas celebres entre sus miembros con la excepción de la ya citada Logia de las Nueve hermanas. 

Una vez que la masonería fue introducida en Nauvoo, la logia celebró sus reuniones en la habitación superior del almacén de Joseph Smith hasta que se construyera el edificio especialmente dedicado a las tenidas. Éste fue dedicado por Hyrum Smith el 5 de abril de 1844. 

(1) Una narración más extensa del mismo en Ed. Decker y D. Hunt, Los fabricantes de dioses, Minneapolis, 1987. pp. 78 ss. 
(2) Durante años se ha defendido la tesis de que El Libro de Mormón no fue siquiera obra de Joseph Smith, sino que éste la plagió de un tal Solomon Spaulding. Al parecer, éste había escrito una novela histórica sobre una familia judía que emigraba al Nuevo Mundo. Esta explicación del origen del Libro de Mormón es, a nuestro juicio, la más satisfactoria por tres razones. Primero, explica la utilización de la Biblia del Rey Jaime de 1611. Es lógico que un protestante del siglo XIX la utilizara para citar de las Escrituras al ser la de mayor difusión en las naciones de habla inglesa. Segundo, explica la falta de base histórica ya que se trata sólo de novelar y no de historiar. Tercero, la tesis viene apoyada por multitud de testigos que afirmaron haber leído o escuchado fragmentos de la obra de Spaulding que eran idénticos a la que Smith presentaba como Libro de Mormón. No hace falta decir que de ser cierta esta teoría, el profeta Smith saldría aún peor parado en sus pretensiones, pero ese no es un problema para el investigador imparcial.. 
(3) Los egiptólogos fueron A.H. Sayce de la universidad de Oxford, William M.F. Petrie de la universidad de Londres, A.C. Mace del departamento de egiptología del Museo metropolitano de Nueva York, J. Peters, director de la expedición babilónica de la universidad de Pensylvania; S.A.B. Mercer del Western Theological Seminary de Chicago, E. Meyer de la universidad de Berlín y B.V. Bissing de la universidad de Munich. 
(4) Dee Jay Nelson, The Joseph Smith Papyri, part. 2 y The Eye of Ra.

Mormonismo y poligamia 
La influencia de la masonería (VII) 

Las relaciones de la nueva secta del mormonismo así como de su fundador con la masonería resultaban, desde luego, inmejorables. Sin embargo, Joseph Smith distaba mucho - consideraciones sobre sus revelaciones aparte - de ser un modelo moral tal y como, presuntamente, exige la masonería de sus miembros. De hecho, en 1842, el profeta fue acusado de asesinato. Fuera o no cierto, la verdad es que salió bien parado en el procedimiento judicial e incluso se permitió declararse candidato a la presidencia de los Estados Unidos. No se saldría con la suya, pero el año siguiente recibiría otra revelación de enormes consecuencias. Su tema sería la poligamia. Al parecer antes de la canónica revelación de 12 de julio de 1843, Smith había tenido otras varias relativas a este tema, la diferencia estaba en que, hasta entonces, fueron privadas y generalmente iban dirigidas a convencer a la mujer ansiada (que podía ser tanto soltera como casada) de que Dios deseaba que se entregara al profeta Smith.

Si la mujer se convencía - cosa, al parecer, no muy difícil dado el poder de atracción de Smith - se celebraba un matrimonio secreto y, a partir de entonces, tenían lugar los encuentros sexuales de manera oculta. Ann Whitney, por citar sólo un ejemplo, se casó con Smith cerca de un año antes de la revelación de 1843 (1), pero la costumbre de perpretrar adulterios de manera constante, venía de muy lejos. 

La primera acusación pública de adulterio formulada contra Smith procedió, nada menos, que de uno de los testigos del Libro de Mormón: Oliver Cowdery. Está documentado que, desde 1835, Smith mantuvo con una tal Fanny Alger una relación adulterina de la que no lograron disuadirlo ni siquiera algunos de sus colaboradores más cercanos (2). Pronto el número de amantes - esposas, según Smith - llegó a más de ochenta. 

Al parecer, a Smith no le importaba mucho lo moral de sus actuaciones, pero sí el que su esposa Emma le pudiera descubrir . Esto, al menos, es lo que se desprende de una carta descubierta por Michael Marqwardt en el George Albert Smith Collection de la Biblioteca de la Universidad de Utah (3). Tanto le preocupaba la cólera de la esposa engañada que incluso, en algunas ocasiones, el profeta arregló casamientos fingidos entre sus "mujeres" y otros hombres (4), para cubrir una realidad más evidente: esas mujeres eran las amantes adulterinas de Smith. Desde luego, el sistema no deja de parecer una actitud curiosa si aceptamos la tesis de que Smith sólo hacía lo que Dios le ordenaba. 

Como es de suponer, la lujuria del profeta pronto se convirtió en una pesadilla para muchos de sus adeptos. Tener una esposa hermosa era un riesgo porque, a buen seguro que, tarde o temprano, constituiría una tentación que Smith no podría ni querría resistir. Si una mujer le apetecía sexualmente, la tomaba sin el más mínimo problema de conciencia. Hay que decir, no obstante, que en algunas ocasiones estuvo dispuesto a aceptar un canje. 

Un caso así fue el de Vilate Kimball, casada con el apóstol mormón Heber C. Kimball. La mujer debía tener un cierto atractivo físico y el profeta le comunicó que debía acceder a sus deseos sexuales. Ni a ella ni a su esposo les debió convencer - mucho menos honrar - la sugerencia. Finalmente, idearon una forma de escapar a tan alto honor. Kimball, con enorme tacto, preguntó a Smith si le daría igual tomar a la hija en lugar de la madre. El profeta aceptó el cambio (5). 

En otros casos, como suele suceder en estas circunstancias con relativa frecuencia, el marido engañado por el profeta desconocía que su esposa - a la que consideraba un ejemplo de virtudes - había pasado a formar parte del harén de Smith (6). El conocimiento del secreto quedaba reducido a los protagonistas y a algunas personas muy cercanas. 

Con todos los alicientes que el tener relaciones adúlteras con un supuesto profeta de Dios pudiera presentar para las mujeres, no puede decirse que aquella práctica hiciera especialmente felices a todas las de la secta. Cuando la poligamia se extendió a todos los varones del movimiento, no pocas adeptas se desesperaron y prefirieron suicidarse antes de allanarse a una conducta que las rebajaba de esa manera. 

Naturalmente, todo aquello resultaba excesivo para la gente que vivía cerca de los mormones - nada pacíficos, por otro lado - y que temía verse desbordada por ellos (7). En el estado de Illinois la bigamia era un delito y Joseph Smith - en aquellos momentos en excelentes relaciones con la masonería - y su hermano Hyrum - el masón más importante de Nauvoo - fueron arrestados. Sin embargo, no fueron esos los únicos cargos presentados contra él. Las acusaciones iban desde gran inmoralidad a falsificación, pasando por encubrimiento y otros delitos. Hubiera sido de desear que compareciera ante un tribunal porque, quizá de esta manera, habría podido quedar establecido de manera legal cuál era el verdadero carácter de Smith. No fue así. Un grupo de unas ciento cincuenta personas hartas de los excesos de Smith asaltó la prisión de Carthage, en que estaba confinado, con ánimo de lincharlo. 

Joseph Smith intentó salvarse realizando alguno de los gestos rituales de la masonería y profiriendo gritos de auxilio hacia posibles masones que pudieran encontrarse entre sus asaltantes. No podemos saber a ciencia cierta si había masones entre ellos, pero, en cualquiera de los casos, no le sirvió de nada. La turba disparó a través de la puerta de la cárcel y mataron instantáneamente a Hyrum. Joseph Smith disponía de un revólver y logró herir a cuatro de los atacantes. Sin embargo, cuando vio que la situación era desesperada, intentó escapar lanzándose por la ventana. Fue atrapado en la huída y asesinado. 

(1) The Contributor, vol. 6, n. 4,enero de 1885, p. 131. 
(2) Historical Record pg. 15, una fuente mormona da por verídico el dato. 
(3) Reproducida en E. Decker y D. Hunt, Oc. P, 139. 
(4) Cf. E. Decker y D. Hunt, Oc, p. 139 y ss. 
(5) Dr. Wyl, Mormon Portraits, 1886, pp. 70-72. 
(6) Tal como fue el caso de un tal H. B. Jacobs. 
(7) Cf. No man knows my story, Fawn M. Brodie. 1945.

Mormonismo: la dudosa moralidad de Joseph Smith 
La influencia de la masonería (VIII)

Joseph Smith en diversas ocasiones había declarado que "podía desafiar a la Tierra y al infierno (1)", que era el hombre más importante que hubiera vivido jamás, incluido Jesucriston (2), que era un abogado, un gran legislador y que abarcaba todo, el cielo, la tierra y el infierno y que iba a descubrir el conocimiento que cubriría a todos los otros abogados, doctores y cuerpos de letrados (3). Al fundar la iglesia mormona, Smith se había colocado por delante de todo profeta o apóstol anterior a él, incluyendo al propio Cristo: "Tengo más para jactarme de lo que haya tenido nunca ningún hombre. Soy el único hombre que ha sido capaz de mantener unida a toda una iglesia desde los días de Adán... Ni Pablo, ni Juan, ni Pedro, ni Jesús lo consiguieron nunca. Presumo de que ningún hombre hizo nunca un trabajo como el que yo hago. Los seguidores de Jesús se apartaron corriendo de El, pero los Santos de los Últimos Días nunca se apartarán de mí" (History of the Church, vol. 6, pp. 408-9).

Pretendía asimismo que él no era un siervo de Dios sino que, por el contrario, Dios era su mismo ayudante. Así lo dijo de manera indiscutible: "La tierra entera será testigo de que yo, como la roca elevada en medio del océano, que ha resistido la poderosa embestida de las olas durante siglos, soy invencible... 

"Yo combato los errores de la Historia, me enfrento con la violencia de las masas; me las arreglo con los procedimientos ilegales de la autoridad; corto el nudo gordiano de los poderes y resuelvo los problemas matemáticos de las universidades, con la verdad, con la verdad primera: y DIOS ES MI HOMBRE DE CONFIANZA, MI MANO DERECHA".(4) 

Su sueño megalómano concluyó aquel día al lado de la prisión de Carthage (que mencionamos en el artículo de la semana anterior). En el St. Clair Banner de 17 de septiembre de 1844 se publicó una declaración jurada de G.T.M. Davis en la que se revelaban los propósitos del profeta: 

"El gran objetivo de Joseph Smith era evidentemente el de asumir poderes ilimitados - civiles, militares, eclesiásticos - sobre todos los que llegaran a ser miembros de su sociedad. 
"... y para satisfacer a su gente... mostrando que la autoridad que Dios le había otorgado... se extendía sobre toda la raza humana y que los Santos de los Últimos Días, y las órdenes de Joe como rey y legislador iban a dominar a los gentiles y que obtendrían su sumisión mediante la espada". (5) 

No resulta, por lo tanto, extraño que Joseph Smith enseñara y ordenara a sus adeptos que practicaran el robo, el saqueo y el asesinato de aquellos que se les enfrentaban. Esta conducta - que difícilmente podría denominarse cristiana, pero que cuenta con paralelos en procesos sociales impulsados por la masonería - era etiquetada con el término de "despojar a los gentiles". Como ha reconocido el escritor mormón Leland Gentry se consideraba que "había llegado el tiempo en que las riquezas de los gentiles debían ser consagradas a los Santos".(6) 

La muerte de Smith provocó el lógico problema sucesorio. Originalmente, Joseph Smith había deseado que fuera un hijo suyo el que le sucediera a la cabeza de la secta ocultista fundada por él. Un manuscrito fechado el 17 de enero de 1844 y firmado por Joseph Smith apenas cinco meses antes de su muerte establece: 

"Bendición dada por Joseph Smith Jr. A Joseph Smith III... Bendito del Señor es mi hijo Joseph III. porque él será mi sucesor en la Presencia del Alto sacerdocio; un vidente, un revelador, un profeta para la Iglesia; su designación le pertenece a él por mi bendición; y también por derecho". 

Así lo quería el profeta, pero no le sirvió de nada. Uno de sus lugartenientes, Brigham Young, se autonombró sucesor suyo y el heredero oficial tuvo que conformarse con formar otra secta aparte. El 24 de julio de 1847, la primera caravana de mormones al mando de Brigham Young entraba en el Valle de Salt Lake. Más del sesenta por ciento de los mormones que llegaban a un territorio que pronto sería suyo eran masones, entre ellos toda la jerarquía de la secta. En los años venideros, los rituales del templo mormón de Salt Lake City - supuestamente procedentes del templo de Salomón - serían tomados de manera directa y apenas modificada de los de la masonería. 

(1) Carta fechada el 22 de julio de 1844 de Sarah Scott en la que se describe las pretensiones de Smith. 
(2) History of the Church, vol. 6, p. 408. 
(3) Idem, vol. 5, p. 467. 
(4) Idem, vol. 6, p. 78. 
(5) Citado por J. Y S. Tanner - Mormonism - Shadow or Reality?. Pp. 415-6. 
(6) L. Gentry, A History of Alter Day Saints in Norteen Missouri form 1836-1839, UBY, 1965, p. 32.

LA FALSA IGLESIA QUE SURGIÓ DEL HADES

¿Una iglesia que emergió del Hades? Sí, de eso estaremos hablando, y esa organización, es la contraposición de lo dicho por Jesús, cuando dijo: “Yo edifico Mi Iglesia y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella”
Ciertamente, las puertas del Hades no han podido, ni podrán contra la Iglesia de Cristo, pero el diablo ha sido muy hábil y sutil en levantar desde el Hades su versión particular de la iglesia, con el fin de engañar a muchos, aunque esto ya fue profetizado también en la Escritura.

LA FALSA IGLESIA QUE SURGIÓ DEL HADES

Pero vayamos por partes.
“Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha” (Efesios 5:25-27)
Uno lee las enseñanzas y vida de los apóstoles de Cristo, y la vida del mismo Cristo, y luego mira la conducta y doctrina y tantas otras cosas de la iglesia de Roma, y… es que no tienen nada que ver, del todo, nada que ver. Y nos preguntamos por qué. ¿Qué pasó?

La Iglesia de Jesucristo, empieza en Hechos 2, bajo el Vicariato del Espíritu Santo, continúa a lo largo de la vida de los apóstoles, y sigue después de ellos. En lo visible, sabemos acerca de los ministros de Cristo post apostólicos, de las comunidades de cristianos a lo largo y ancho del imperio romano, de las persecuciones a muerte que sufrieron aquellos valientes hijos de Dios, y, llega a un punto el asunto, cuando parece que el mundo se hace amigo de la iglesia visible. Ese mundo que antes la odiaba, ahora ocurre todo lo contrario, la adora (s. V en adelante)
Vemos con claridad que a partir de Constantino, y sobre todo de Teodosio I en el 380, el cambio es brutal en esa iglesia, paso a paso, poco a poco, se va convirtiendo más y más en una organización jerarquizada, pagana e idolátrica, que más y más va dando culto a la figura de un hombre.
Al entonces llamado obispo de Roma, se le da (y él acepta gustoso) el ignominioso título de Pontifex Maximus, añadiendo más títulos espiritualmente indecorosos a su persona conforme el tiempo va pasando. En plena Edad Media, ese hombre se hace llamar “vicario de Cristo”, arrebatándole el papel del Espíritu Santo, y así en adelante. Cuando el mundo reconoció el “cristianismo”, y quiso profesarlo, ese cristianismo se pervirtió hasta límites insospechados. Esa jamás fue la Iglesia de nuestro Señor Jesucristo. Los paganos e idólatras entraron a mansalva en los templos, y su paganismo e idolatría, con ellos.
Y sin embargo, de forma tan explícita, la Palabra de Dios nos dice que no hay comunión entre Cristo Belial.
Alguien me dirá, ¿entonces Cristo mintió o falló cuando dijo que las puertas del Hades no iban a prevalecer contra ella? Obviamente no. La verdadera Iglesia, aquella que principia en la declaración crística de: “donde haya dos o tres reunidos en Mi Nombre, Yo estaré en medio de ellos” es y será, así como fue. Lo que ocurre es que los hombres nos dejamos impresionar demasiado por lo que ven nuestros ojos, y juzgamos según la apariencia. Muchos todavía siguen engañados, pretendiendo ver una continuidad en la iglesia (papal) visible, a pesar de lo atroz que es; que no da esperanza, que no hay salvación en ella.
No han entendido que el Señor ha edificado siempre en términos espirituales la Iglesia, jamás en términos naturales, visibles, en cuanto a jerarquía de hombres. No han entendido que la Iglesia es la compuesta por personas que son hermanos, porque son de Cristo, los santos, como por ejemplo, los que estaban en Éfeso, o Corinto, o Roma, o Colosas, o Tesalónica, o Jerusalén, o Filipos, o Antioquía, etc. algunos de los cuales recibieron epístolas o cartas de los benditos apóstoles. Estos hermanos, los del Camino, han existido siempre, aunque por siglos debían esconderse de la Ramera…
Nada tiene que ver la santa, pura y verdadera Iglesia de Jesucristo con la teatral, fastuosa, riquísima,  seductora,  tenaz, Roma religiosa, la cual fue visiblemente constatable a partir de Constantino.
Esta última, es la falsa iglesia que surgió del Hades.
SOLI DEO GLORIA
Dios les bendiga
© Miguel Rosell Carrillo, pastor de Centro Rey, Madrid, España.
Noviembre 2014
www.centrorey.org

¿DE QUÉ MANERA SURGIÓ LO QUE CONOCEMOS COMO CATOLICISMO ROMANO?


El catolicismo romano, como lo conocemos hoy, arranca, no del siglo I, como pretende  hacernos creer Roma, sino a partir del Edicto de Milán del año 313 d.C. (*)
(*) “El Edicto de Milán (en latín, Edictum Mediolanense), conocido también como “La tolerancia del cristianismo”, fue promulgado en Milán en el año 313, por el cual se establecía la libertad de religión en el Imperio romano, dando fin a las persecuciones dirigidas por las autoridades contra ciertos grupos religiosos, particularmente los cristianos. El edicto fue firmado por Constantino I el Grande y Licinio, dirigentes de los imperios romanos de Occidente y Oriente, respectivamente”.
El edicto de tolerancia, como decimos fue promulgado en el 313 d.C., pero fue bajo el emperador Teodosio en el año 380 d.C. que la religión del Imperio vino a ser el denominado cristianismo, ya muy tocado por la influencia nefasta del paganismo, puesto que la pureza de las verdaderas conversiones, se dejaba de lado, con tal de llenar los templos.
Veamos con cierto detalle el proceso.
El cristianismo no se convirtió en la religión oficial en tiempos de Constantino, pero vino a ser la religión popular, la religión del momento, pues era la que “profesaba” el emperador (aunque no fue bautizado sino hasta a punto de morir, algunos dicen que ya era un cadáver).
Siendo, vox populi, cristiano el emperador, eso fue considerado un gran triunfo del cristianismo, y en eso muchos fueron engañados y seducidos.
El cristianismo fue convirtiéndose en un ritual ceremonial, y poco más, alejándose de la verdadera espiritualidad y sencillez del Evangelio.
Las gentes en masa y en desconcierto, eran bautizadas en agua solamente, y de ese modo, los impíos y paganos se “convirtieron” en cristianos, sin serlo, y por supuesto, las costumbres y prácticas paganas fueron añadiéndose al culto cristiano. Esa práctica continuó sin freno con el catolicismo romano que conocemos.
Ya con Constantino, el emperador colmó de privilegios a los cristianos y elevó a muchos obispos a puestos relevantes, confiándoles, en ocasiones, tareas más propias de funcionarios civiles que de pastores de la Iglesia de Cristo. El contubernio estaba servido.
A cambio, Constantino no cesó de entrometerse en las cuestiones de la Iglesia, diciendo de sí mismo que era “el obispo de los de afuera” de la Iglesia. Las nefastas consecuencias de esta falaz alianza pasaron desapercibidas por todos aquellos que amaban más el mundo que el Cielo. Siendo de ese modo, muchos cristianos huyeron con sus familias a las montañas, de ahí el surgimiento del movimiento Valdense, y otros que seguramente desconocemos. “…cuando se levantan los impíos, tienen queesconderse los hombres” (Prov.28:12)
En el tiempo de Teodosio, el obispo de Roma de aquel entonces, era Dámaso I (366-384). Dámaso reclamó la colaboración del Estado para imponer decisiones eclesiásticas. Eso le encantó al emperador Teodosio.
En el año 380 d.C. selló la alianza con un decreto que exigía a todos los súbditos del Imperio que aceptaran “La religión de Pedro”, de la cual, decía, eran depositarios el obispo romano Dámaso de Roma y Pedro de Alejandría, obispo de aquella ciudad.
Este decreto, y atención a esto, ha sido calificado como “la Escritura Notarial Clásica de la Iglesia Estatal Católica”. Con ello, Dámaso, crea el concepto de “Sede Apostólica” o “Santa Sede”, y en esa línea ya se va perfilando la afirmación de la identidad del papa romano con Pedro, cosa que jamás había existido anteriormente.
La iglesia visible ya era un poder político-religioso de enorme influencia en las almas de miles de ciudadanos del Imperio Romano. Los emperadores se empezaban a dar cuenta de ese hecho y buscaban la manera de aprovecharse de ello, y en esa línea ya se va perfilando la afirmación de la identidad del papa con Pedro, como decimos.
Escribe Dave Hunt: “Dámaso...fue el primero quien, en el 382, usó la frase “Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia”, para reclamar la autoridad espiritual suprema. Este papa sanguinario, adinerado, poderoso y extremadamente corrupto, se rodeó de lujos que habrían hecho sonrojar a un emperador. No hay forma alguna de poder justificar cualquier conexión entre él y Cristo. Sin embargo, sigue siendo un eslabón en esa cadena de alegada sucesión ininterrumpida hasta Pedro” (“A Woman Rides the Beast”, p. 108).
A partir de entonces, lo que conocemos como la Roma papal, fue desarrollándose hasta convertirse en el monstruo que fue durante la Edad Media en adelante, y el que podía haber sido si Hitler hubiera ganado la guerra. A raíz de la derrota del Eje (1945), y a partir del Concilio Vaticano II (1962), Roma ha ido mostrando en su “aggiornamento” su cara más amable y sonriente, pero no nos engañemos, es sólo una fachada, un teatro; en el fondo es siempre la misma, “Semper Eadem”, hasta que deje de existir (Ap. 17:18)
Miguel Rosell Carrillo
Octubre 2014
SOLI DEO GLORIA

El origen de la Iglesia Católica

La Iglesia Católica Romana sostiene que su origen se encuentra en la muerte, resurrección y ascensión de Jesucristo aproximadamente en el año 30 de nuestra era. La iglesia Católica se proclama a sí misma como la Iglesia por la que murió Jesucristo, la Iglesia que fue establecida y construida por los apóstoles. ¿Es ese realmente el origen de la Iglesia Católica? Por el contrario. Aún una lectura superficial del Nuevo Testamento revelará que la Iglesia Católica no tiene su origen en las enseñanzas de Jesús o Sus apóstoles. En el Nuevo Testamento, no hay mención del papado, la veneración o adoración de María (o de la inmaculada concepción de María, la perpetua virginidad de María, la ascensión de María, o María como co-redentora y mediadora), las peticiones a los santos en el cielo por su intercesión, la sucesión apostólica, las ordenanzas de la iglesia funcionando como sacramentos, el bautismo infantil, la confesión de pecados a un sacerdote, el purgatorio, las indulgencias, o la autoridad paralela de las tradición eclesiástica y la Escritura. Así que, si el origen de la Iglesia Católica no se encuentra en la enseñanzas de Jesús y Sus apóstoles, como están registradas en el Nuevo Testamento, ¿cuál es el verdadero origen de la Iglesia Católica?
Muchas personas no creen en la existencia de Dios. Muchas personas incluso creen que Jesús fue un mito o alguien que nació en un pesebre rodeado de paja, animalitos y dos personajes con aureola mientras una estrella cruzaba el firmamento.
Muchos no-Cristianos (Budistas, Musulmanes, Indúes, etc.) reconocen la existencia de este niño que nació en Belén como “un gran maestro”, un “maestro ascendido” y así una serie de titulos, poniendo a Jesús en la categoría de sus lideres (Maoma, Krishna, Buda, etc.) ¿Pero qué diferencia a este Jesús de los demás? Simple: Cambió la historia de la Humanidad dividiendola en un “antes” y en un “después” de Cristo. Ni Maoma, ni Buda, ni Krishna volvieron de la muerte para luego reunirse con sus discípulos y luego ascender a su trono en el cielo. Maoma murió. Buda murió. Krishna… murió. Pero Jesús a pesar de morir, volvió a la vida.
Una vez que Jesús dejó este planeta. Sus discipulos comenzaron a dar a conocer las enseñanzas que les fueron encomendadas. A este grupo se le llama conmunmente “la iglesia primitiva” pues la conformaban personas que se iban aglutinando en torno a las enseñanzas de los discipulos de Jesús y asi sucesivamente. Esta iglesia primitiva vivian y practicaban las enseñanzas dadas a través de Jesus y sus discípulos.
Estamos hablando de una época en la cual no existian sacerdotes ó líderes cristianos, de hecho la cristiandad se vivía casi en secreto ya que era perseguida y para el Estado Romano la creciente cantidad de personas que aceptaban las enseñanzas de Jesús les producía miedo pués podían perder el control de sus subditos. Por ello el estado romano reunía a grupos de cristianos y los dejaban ser devorados vivos por leones hambrientos en presencia del público de modo de entretener a su pueblo y asi mismo de provocar temor y con ello que el cristianismo se dispersara.
El origen de la Iglesia Católica es el trágico compromiso del cristianismo con las religiones paganas que la rodeaban
Durante los primeros 280 años de la historia cristiana, la cristiandad fue prohibida por el imperio romano, y los cristianos fueron terriblemente perseguidos. Esto cambió después de la “conversión” del emperador romanoConstantino. Constantino “legalizó” el cristianismo en el Edicto de Milán en el año 313. Después en el 325 d.C. Constantino convocó al Concilio de Nicea en un intento por unificar la cristiandad. Constantino visualizó el cristianismo como una religión que pudiera unir al Imperio Romano, el cual en ese tiempo comenzaba a fragmentarse y dividirse. Mientras esto hubiera parecido ser un desarrollo positivo para la iglesia cristiana, el resultado fue todo menos positivo. Al igual que Constantino se negó a adoptar de lleno la fe cristiana, sino que continuó con muchas de sus creencias y prácticas paganas; así también la iglesia cristiana que Constantino promovió era una mezcla del verdadero cristianismo con el paganismo romano.
Constantino descubrió que con la gran extensión del Imperio Romano, tan diverso y expansivo, no todos accederían a renunciar a sus creencias religiosas y abrazar el cristianismo en su lugar. Así que Constantino permitió, y aún promovió la “cristianización” de la creencias paganas (con el famoso Decreto de la Tolerancia). Constantino se declaró el primer papa y cambió el nombre a todas las deidades (ídolos) remplazandola con nombres “cristianos”; así nace la Iglesia Catolica “Apostólica” Romana. Y así, creencias completamente paganas y totalmente antibíblicas le dieron nuevas identidades al “cristianismo”. Algunos claros ejemplos de ello son los siguientes:
  • El Culto a Isis, una religión de la madre-diosa egipcia, fue absorbida dentro del cristianismo, reemplazando a Isis con María. Muchos de los títulos que fueron usados por Isis, tales como “Reina del cielo”, “Madre de Dios”, y “theotokos” (quien dio vida a Dios) fueron adjudicados a María. Se le concedió a María un exaltado papel en la fe cristiana, mucho más allá de lo que la Biblia describe de ella, para atraer a los adoradores de Isis a la fe, que de otro modo no hubieran adoptado. Las primeras claras señales de la Mariología católica ocurrieron en los escritos de Origen, quien vivió en Alejandría, Egipto, el cual resultaba ser el punto focal de la adoración a Isis.La adoración a María proviene de la religión babilónica de la cual Baal (el dios-sol) es hijo de Astoret y juntos mantienen una comunión. Aquí hay un punto de mucho interés ya que, desde que la humanidad tiene historia, se ha adorado al Dios Sol, mientras “cruzaba” las 12 constelaciones (coincidencia con los 12 apóstoles?). En el documental de Zeitgeistse explora a fondo este punto.La “Virgen María” con el niño en sus brazos ya se adoraba miles de años antes de cristo; En Asiria se le llamó Istar a la madre y Tamus al hijo, En Fenicia se le llamó Astarté a la madre y Baal al hijo, En Egipto se le llamó Isis a la mandre y Osiris u Horus al hijo, En Grecia se le llamó Afrodita a la madre y Eros al hijo, En Roma se le llamo Venus a la madre y Cupido al hijo…
Documental Zeitgeist
  • El Mitraísmo era una religión en el Imperio Romano del I hasta el V siglo d.C. Era muy popular entre los romanos, especialmente entre los soldados romanos, y posiblemente fue la religión de muchos emperadores romanos. Mientras que nunca se le concedió un estatus “oficial” al Mitraísmo en el Imperio Romano fue de hecho la religión oficial, hasta que Constantino y los siguientes emperadores romanos reemplazaron el Mitraísmo con el Cristianismo. Una de las características claves del Mitraísmo era una comida de sacrificio, la cual consistía en comer la carne y beber la sangre de un toro. Mitras, el dios del Mitraísmo, estaba “presente” en la carne y la sangre del toro, y cuando eran consumidas, se otorgaba la salvación a aquellos que tomaban parte en la comida del sacrificio. (teofagia, la práctica de comer el cuerpo de un dios). El Mitraísmo también tenía siete “sacramentos”, haciendo que las similitudes entre el Mitraísmo y el catolicismo Romano sean demasiadas para ser ignoradas. Constantino y sus sucesores fundaron un fácil substituto de la comida sacrificial del Mitraísmo en el concepto de la Cena del Señor / La Comunión Católica. Tristemente, algunos de los primeros cristianos comenzaron a añadir el misticismo a la Cena del Señor, rechazando el concepto bíblico de un simple acto de adoración y recordatorio de la muerte y derramamiento de sangre de Cristo. La romanización de la Cena del Señor hizo la transición a una consumación del sacrificio de Jesucristo, conocido ahora como la Misa Católica / la Eucaristía
  • La mayoría de los emperadores romanos (y ciudadanos) eran enotistas. Un enotista es alguien que cree en la existencia de muchos dioses, pero que tiene un enfoque primario en un dios en particular, o considera a un dios en particular como supremo sobre los otros dioses. Por ejemplo, el dios romano Júpiter, era supremo sobre el “panteón” (la totalidad de los dioses) romano. Los marinos romanos con frecuencia eran adoradores de Neptuno, el dios de los océanos. Cuando la Iglesia Católica absorbió el paganismo romano, simplemente reemplazó el “panteón” de dioses con los santos. Así como el panteón de dioses romanos tenía un dios del amor, un dios de la paz, un dios de la guerra, un dios de la fuerza, un dios de la sabiduría, etc., la Iglesia Católica tiene un santo que “está a cargo” de cada una de estas características, y existen muchas otras categorías. Igualmente, así como muchas ciudades romanas tenían un dios específico para la ciudad, también la Iglesia católica provee sus “santos patrones” para las ciudades.
  •  La supremacía del obispo romano (el papado), fue creado con la ayuda de los emperadores romanos. Siendo la ciudad de Roma el centro de gobierno del imperio romano, y con los emperadores romanos viviendo en Roma, la ciudad de Roma se levantó como preeminencia en todas la facetas de la vida. Constantino, y sus sucesores, dieron su apoyo al obispo de Roma como el supremo gobernante de la iglesia. Desde luego, era mejor para la unidad del imperio romano, que el gobernante y la sede de la religión se encontraran centrados en el mismo lugar. Mientras que muchos otros obispos (y cristianos) se resistieron a la idea de que hubiera un obispo romano supremo, eventualmente el obispo romano se elevó a la supremacía, a través del poder y la influencia de los emperadores romanos. Cuando el imperio romano se colapsó, los papas tomaron el título que previamente había pertenecido a los emperadores romanos – “Pontificus Maximus”.
Pagano es un concepto que se encuentra por primera vez en inscripciones cristianas de principios del siglo IV en el ámbito cultural del Imperio romano para designar a quienes en aquella época adoraban a los dioses y, por ende, rechazaban la creencia en un dios único.
En vez de proclamar el Evangelio y convertir a los paganos, la Iglesia Católica “cristianizó” las religiones paganas, y “paganizó” el cristianismo. Al mezclar las diferencias y borrar las características distintivas, si, la Iglesia Católica se hizo a sí misma atractiva a la gente del imperio romano. Uno de los resultados fue que la Iglesia Católica se convirtiera en la religión suprema en el “mundo romano” durante siglos.
Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas. Timoteo 4:3-4
  • El origen del purgatorio: Se trata de un invento de la iglesia católica para controlar a sus fieles y llenarle de temores. El culto católico se formó en base a creencias paganas e idolátricas, no es un culto cristiano. Sólo se hace llamar “cristiano” para conseguir adhesión.Es cosa singular que las Iglesias protestantes digan, unánimemente de acuerdo, que los frailes inventaron el purgatorio. No cabe duda de que inventaron el ardid de sacar dinero a los vivos haciéndoles rezar por los muertos; pero el purgatorio es anterior a los frailes. Quizás indujo a los doctos a incurrir en este error que el papa Juan XVII instituyera, según se cree, la fiesta de los muertos hacia la mitad del siglo X.Al principio, a través de la intercesión por los muertos, la Iglesia manifiesta, hasta el final, el origen de su fe en el Purgatorio. Luego, con sabia lentitud, definirá su doctrina especialmente en el concilio de Lyon II (1274), en el concilio de Florencia (1438) y, finalmente, en el concilio de Trento (sesión 25 del 3 de diciembre de 1563).Desde hace mucho el purgatorio proporcionó muchísimo dinero a los que tenían el poder de abrir las puertas de él.La cancillería romana estableció una tarifa para la absolución de los muertos, y habían en dicha ciudad muchísimos altares privilegiados, en los que cada misa que se decía en ellos, pagando seis liards, en los siglos XIV y XV, sacaba un alma del purgatorio.Consideraba herejes la primitiva Iglesia a los que admitían la existencia del purgatorio, y condenaba a los simoníacos, que creían que las almas podían purgarse. Más tarde, San Agustín condenó a los discípulos de Orígenes que sostenían este dogma. ¿Los simoníacos y los origenistas admitieron acaso el purgatorio por encontrar algo semejante en Virgilio, en Platón y en Egipto? Con claridad lo anuncia el sexto libro de la Eneida, siendo lo más singular que Virgilio describe almas suspendidas en los aires, almas que se queman y almas que se ahogan
  • El origen de “la ostia” se remonta al origen del culto babilónico. Para poder entenderlo debemos remontarnos a la historia. Según el culto babilónico Nimrod estaba casado con Semiramis y dió a luz un hijo engendrado por un rayo de sol…TamúsSemiramis ofreció a su hijo como libertador de la Tierra. Tamús, sin embargo muere por el ataque de un jabalí salvaje en su edad adulta. Ante la muerte de Tamús Semiramisllora por cuarenta días (dando origen a la cuaresma) tras lo cual se celebraba la resurrección de Tamúsintercambiando huevos. A Semiramis se le veneraba ofreciéndole una ostia. El acto litúrgico a través del cual el sacerdote levanta una ostia (redonda) es un acto que se realizaba ya en Babilonia.
  • El origen de Semana Santa: A principios del siglo IV había en la cristiandad una gran confusión sobre cuándo había de celebrarse la Pascua cristiana o día de Pascua de Resurrección, con motivo del aniversario de la resurrección de Jesús. Habían surgido en aquel momento numerosas tendencias o grupos de practicantes que utilizaban cálculos propios. Ya en el Concilio de Arlés (en el año 314), se obligó a toda la Cristiandad a celebrar la Pascua el mismo día, y que esta fecha habría de ser fijada por el Papa, que enviaría epístolas a todas las iglesias del orbe con las instrucciones necesarias. Sin embargo, no todas las congregaciones siguieron estos preceptos. Es en el Concilio de Nicea I(en el año 325) donde se llega finalmente a una solución para este asunto.Pascua, Cuaresma, Ayuno y Abstinencia: La palabra “Viernes” viene del nombre “Freya”, la cual era conocida como la diosa de la paz, el placer de la fertilidad, por los antiguos paganos. Como su símbolo de fertilidad, el pez era considerado sagrado por esa diosa. El pez había sido conocido como el símbolo de la fertilidad desde tiempos muy antiguos. Así era entre los antiguos babilonios, los asirios, los fenicios, chinos y otros.
    La propia palabra “Pez” proviene de la palabra “Dag”, que implica aumento o fecundación. La razón por la cual el pez fue usado como símbolo de la fertilidad es por el simple hecho de que el pez tiene un alto índice de reproducción. El bacalao, por ejemplo, pone alrededor de nueve mil huevos, y otras clases incluso ponen diez mil y hasta un millón de huevos al año. Por esta razón, el pez ha sido símbolo de fertilidad y fue asociado por los romanos con Freya, la diosa de la fertilidad, cuyo día conmemorativo era el viernes.
    A la diosa de la fertilidad, los griegos la llamaban Venus. Y es de este nombre que vienen las conocidas palabras de “venérea” y “enfermedad venérea”. El viernes era considerado como su día sagrado porque se creía que el planeta Venus reinaba sobre la primera hora del Viernes y por esto era llamado “Dies Veneris”. Y para hacer el significado más completo, el pez era considerado la ofrenda consagrada a ella. Venus Freyaeran originalmente la misma diosa y ambas provienen de la madre-diosa original de Babilonia. El pez era considerado consagrado a Astaroth, el nombre bajo el cual los israelitas adoraban a la diosa pagana. En el viejo Egipto, Isis es frecuentemente representada con un pez en la cabeza.
    El origen de la palabra Pascua es “Pascha” (Heb. “Pesaj”; Gr. “Pasja”), la fiesta ordenada por Jehová (Lev. 23: 27-44) como Sábado de Expiaciones en recuerdo a la salida de Israel de Egipto. En las regiones Nórdicas de Europa, así como también en los Estados Unidos y Canadá, el Domingo de Pascua es celebrado en varias costumbres que provienen de Babilonia, tales como el pintar huevos de diferentes colores, éstos se esconden y los niños los buscan para comerlos. El huevo era un símbolo sagrado usado por babilonios! Creían en una vieja fábula acerca de un huevo de gran tamaño que se suponía había caído desde el cielo al río Eufrates. De este maravilloso huevo -de acuerdo con la historia-fue engendrada la diosa Astarté. Por esto el símbolo del huevo llegó a ser asociado con esta diosa. De Babilonia -la madre de las falsas religiones-la humanidad se llenó de estas creencias y toda la tierra recibió la influencia de la idea del huevo místico; por esto hallamos el huevo como un símbolo sagrado en muchas naciones. Así, en este caso, se sugirió que al igual que un pollo sale del huevo, ¡Cristo salió de la tumba!
    Otra costumbre de la Pascua es la celebración del culto “Al Amanecer”. La opinión común es que este servicio en honor de Cristo es debido a que Él resucitó en la mañana del Domingo de Pascua al salir el sol. En el Antiguo Testamento, el pueblo escogido por Dios fue llevado en cautiverio a Babilonia debido a su mezcla de paganismo y el culto al sol. Los ritos relacionados con el amanecer -en una u otra forma-eran conocidos en infinidad de naciones. Los que construyeron la Esfinge en Egipto, lo hicieron para que cuidase del nacimiento del sol al Oriente. Desde el monte Fuji-Yama (Japón) se dan oraciones cara al Oriente. “Los peregrinos oran a su sol naciente, mientras escalan los lados de la montaña… A veces se pueden ver cientos de peregrinos que van a Shinto en sus túnicas blancas saliendo de sus sombrillas y cantando al sol naciente”. Y los mitraistas paganos de Roma, se reunían al amanecer en honor de su dios solar.
    La evidencia cristiana es clara: la presente costumbre de la Semana Santa no es cristiana. Sus costumbres son simplemente una mezcla de paganismo con cristiandad.
  • El origen de la cruzLos primeros cristianos no consideraban a la cruz como un símbolo sagrado, de honor o de virtud, sino como un “árbol maldito”, un instrumento de “vergüenza” y de muerte. Hebreos 12:2. La práctica de hacer la señal de la cruz tiene gran prominencia en la Iglesia Católica Romana, pero también es practicada entre los ortodoxos orientales y los episcopales. La historia de la señal de la cruz tiene su origen en un pasado tan lejano como Tertuliano, el padre de la iglesia primitiva que vivió entre los años 160 a 220 d.C. Tertuliano escribió, “En todos nuestros viajes y movimientos, en todas nuestras salidas y llegadas, al ponernos nuestros zapatos, al tomar un baño, en la mesa, al prender nuestras velas, al acostarnos, al sentarnos, en cualquiera de las tareas en que nos ocupemos, marcamos nuestras frentes con el signo de la cruz.” Originalmente, se trazaba una pequeña cruz en la frente con el pulgar o un dedo. Mientras que es difícil señalar exactamente cuando fue que se cambió el trazo de la pequeña cruz en la frente a la moderna práctica de trazar una larga cruz desde la frente hasta el pecho y de hombro a hombro, lo que si sabemos es que este cambio ocurrió por el siglo XI d.C., cuando el Libro de Oración del Rey Enrique menciona una instrucción de “marcar con la santa cruz los cuatro lados del cuerpo.”Los católicos encontraron la justificación para la señal de la cruz, primeramente en sus muchos años de tradición eclesiástica, y seguidamente en Éxodo 17:9-14 y Apocalipsis 7:3; 9:4; 14:1. Mientras que los pasajes hablan de una señal en la frente para protección del juicio de Dios, éstos deben ser interpretados a la luz de su contexto. En las bases de su contexto, no hay razón para creer que cualquiera de los versos prescriban el ritual de la señal de la cruz.
    No fue sino hasta que el cristianismo comenzó a mezclarse con el paganismo, que la cruz comenzó a reconocerse como un símbolo cristiano. Fue en el año 431 d.C que se introdujo el uso de cruces en Iglesias y recámaras; mientras que el uso de las cruces en las cúpulas no llegó sin hasta el año 586 d.C.
    En el siglo XI la imagen del crucifijo fue agregada y su culto fue aceptado por la iglesia de Roma.
    Sin embargo, existe una teoría más ligada a la astronomía antigua, y a la adoración del Sol como Dios (se repite una vez más el Dios Sol) en donde, en un período de tiempo entre el 22,23 y 24 de diciembre el Sol pasa por la constelación conocida como Cruxla cruz del sur, después de este tiempo, el 25 de diciembre se dice que “el Sol ha muerto sobre la cruz” por 3 días y ha vuelto a nacer. Resulta interesante que tanto Jesús como otros numerosos Dioses compartan la crucifixión, la muerte por 3 días y el concepto de resurrección. Este es pues, el período de transición después de que el Sol cambia de dirección hacia el hemisferio norte del planeta, llevando la primavera…y la salvación. Esta teoría está mucho mejor explicada en el DocumentalZeitgeist antes mencionado.
El mismo signo de la cruz que venera la iglesia hoy fue usado en los misterios de Babilonia. Aquello que es conocido hoy como la cruz cristiana, no fue originalmente un símbolo cristiano sino el símbolo místico Tau de los Caldeos y Egipcios (forma original de la T), la inicial deTammus la cual fue usada en una gran variedad de formas como un símbolo sagrado.
Como podemos ver hasta ahora, y solo con un pequeño repaso de la historia, los inicios de la Iglesia Católica como institución son bastante controversiales. Pero vamos un poco más allá y hablemos de los escritos en los cuales “esta basada su fe” y es sin lugar a dudas el pilar fundamental de su institución: La biblia.
La Biblia es una compilación de textos que en un principio eran documentos separados (llamados «libros»), escritos primero en hebreo, arameo y griego durante un periodo muy dilatado y después reunidos para formar elTanaj (Antiguo testamento para los cristianos) y luego el Nuevo testamento. Ambos testamentos forman la Biblia cristiana.
La Biblia es un libro usado por todos los cristianos, aun cuando no todos los grupos de cristianos la lean asiduamente. Las Biblias cristianas están constituidas por escritos hebreos, arameos y griegos, que han sido retomados de la Biblia griega, llamada Septuaginta, y del Tanaj hebreo-arameo, y luego reagrupados bajo el nombre de Antiguo testamento. A estos se ha sumado una tercera serie de escritos griegos cristianos agrupados bajo el nombre de Nuevo testamento. Distintos grupos cristianos han debatido largamente sobre la inclusión o exclusión de algunos de los libros de ambos testamentos, surgiendo los conceptos de apócrifos ydeuterocanónicos para hacer referencia a algunos de estos textos.
La historia de la Humanidad es como el ADN, una larga cadena de elementos interconectados, que de forma independiente pierden su sentido, pero que en conjunto nos ayudan a entender qué somos y de dónde venimos. Dentro de esta cadena, hay sucesos que por su mayor significación cobran una importancia especial, y adquieren el valor de fechas de referencia, piedras miliares del cambio social, cultural y político a lo largo de los siglos.
El origen de la biblia y las religiones: pequeño documental donde se repasa brevemente la historia de la biblia
El Concilio de Nicea es uno de esos acontecimientos sobre los que ha pivotado nuestra historia. Auténtico punto de inflexión de la cultura clásica, supone un fín y un inicio. El fin de una cultura gestada a lo largo de casi mil años, en las tierras de la lejana y turbulenta Grecia, y que tiene su punto de máximo esplendor en la Roma Imperial.
El primer Concilio ecuménico se celebró en el año 325 en Nicea (actualmente Iznik), ciudad de Asia Menor, en el territorio de la actual Turquía, y se conoce como el Concilio de Nicea, fue convocado por el emperador romano Constantino, quien acababa de imponer su dominio sobre la totalidad del Imperio Romano después de vencer a Licinio; Constantino, aunque simpatizaba con los cristianos, no se bautizó hasta que se hallaba en su lecho de muerte. En aquellos momentos, la cuestión principal que dividía a los cristianos era la denominada controversia arriana, es decir, el debate sobre la naturaleza divina de Jesús. Aunque todos los obispos cristianos del Imperio fueron formalmente convocados a reunirse en Nicea, se cree que en realidad asistieron alrededor de 300 o quizás menos.
Después de Nicea los debates sobre este asunto siguieron por décadas y el propio Constantino y sus sucesores fueron alternando su apoyo entre los arrianos y los partidarios de las resoluciones de Nicea. Finalmente, el emperador Teodosio estableció el credo del Concilio de Nicea como la norma para su dominio y convocó elConcilio de Constantinopla en 381 para aclarar la fórmula. Aquel concilio acordó colocar al Espíritu Santo en el mismo nivel de Dios y de Cristo y empezó a perfilarse la doctrina trinitaria. Sin embargo, ni siquiera después del Concilio de Constantinopla llegó la Trinidad a ser un credo extensamente aceptado. Algunos se oponían a él, y se atraían por ello violenta persecución. Solo en siglos posteriores fue formulada la Trinidad en credos fijos.
Fue ahí, en esa época de la historia donde comenzó lo que podríamos denominar como el “levantamiento” del Imperio Católico o de la Iglesia Católica como la conocemos hoy en día.
Fue a partir del Concilio de Nicea donde quedaron catalogados los “Libros” que hoy forman la Biblia cristiana. Vale decir, que muchos de esos manuscritos antiguos fueron dejados a un lado incluso muchos de ellos fueron quemados, por hablar de un Jesús no tan “Divino”.
La Biblia, fue escrita, seleccionada y traducida por personas, solo un libro más intencionado para manipular a la gente, lo cual llevó a periodos atroces como las cruzadas y la inquisiciónperpetrados por la iglesia católica romana, en contra de todos aquellos que de una u otra forma estuviesen en desacuerdo con sus creencias.
Recordemos que la Biblia fue escrita por personas en una época en que todavía se creía que la tierra era plana, y que el mayor logro tecnológico era la carreta. Aún así seguimos creyendo y dándole el calificativo de “sagrado” a un libro de hace más de 2000 años, que está sin lugar a dudas plagado de irregularidades que en ningún caso son apoyadas por evidencias históricas.
Religulous: Documental conducido por Bill Maher, quien explora distintos puntos de vista a través de sus viajes a distintos destinos religiosos (MUY recomendado de ver)

Fuentes consultadas: Biblioteca del

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Cuatro peligros de la organización de los Testigos de Jehová

La organización de los Testigos de Jehová afirma ser el único grupo cristiano verdadero en el mundo. Dice que el resto de las iglesias, sean católicas o protestantes, enseñan error y que Dios destruirá a cualquier persona que no sea un Testigo de Jehová. Sin embargo, los hechos muestran que este grupo es una secta engañosa. Aquí se exponen cuatro razones por las cuales se debe evitar el contacto con la organización de los Testigos de Jehová.

1. Los Testigos de Jehová Niegan las Enseñanzas Centrales de la Biblia.
La organización de los Testigos de Jehová niega que Jesucristo es Dios. En lugar de esto enseña que Jesucristo es un ángel creado.
"¿No es peligroso seguir una organización que niega las enseñanzas centrales de la Biblia, que falsifica las Sagradas Escrituras, y que utiliza su autoridad de un forma abusiva?"

Sin embargo, la Biblia enseña claramente que Jesucristo, el hijo, es Dios. Por ejemplo, Hebreos 1:8 dice, "Mas del Hijo dice: Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo ..." Muchos otros versículos también enseñan esto ¾ Juan 1:1,14; 20:26-28; Hechos 20:28; Romanos 9:5; Hebreos 1:3,8-9; 2 Pedro 1:1.

Los Testigos de Jehová niegan la resurrección corporal de Jesucristo. En lugar de esto enseñan que el cuerpo de Jesús se disolvió en gases, que Dios el Padre eliminó el cuerpo de Jesús. Charles Taze Russell, fundador de la organización, enseñó, "el hombre Jesús está muerto, por siempre muerto" (Studies in the Scriptures, [Estudios en las Escrituras] vol. 5, 1899, pág. 454).

Sin embargo, la Biblia enseña claramente que el cuerpo de Jesús resucitó. Por ejemplo, Jesús dijo en Lucas 24:39 – "Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy; palpad y ved; porque un espíritu no tiene carne ni huesos como ves que yo tengo." Vea también ¾ Juan 2:19-21; Juan 20:26-28; 1 Corintios 15:6,14.

Los Testigos de Jehová niegan que el Espíritu Santo es Dios. En lugar de esto enseñan que el Espíritu Santo es una fuerza impersonal, como la electricidad.

Sin embargo, la Biblia enseña claramente que el Espíritu Santo es Dios: Hechos 5:3, 4 dice, "Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo... No has mentido a los hombres sino a Dios." Vea también — Juan 14:16-17; 16:13-15; Romanos 8:26-27; 2 Corintios 3:6,17-18; Efesios 4:30.

Los Testigos de Jehová niegan que la salvación es el don gratuito de Dios que no podemos ganar ni merecer. En lugar de esto enseñan que para escapar el juicio, una persona debe unirse a la organización de los Testigos de Jehová, y trabajar para ella.

Sin embargo, la Biblia enseña claramente que la salvación no puede ser ganada, pero se recibe solamente como un regalo de Dios: Efesios 2:8-9, "Porque por gracia sois salvos, por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe." Vea también ¾ Romanos 4:1-4; Gálatas 2:16; Tito 3:5.

Los Testigos de Jehová niegan el castigo eterno del impío. 
En lugar de esto enseñan que los injustos serán aniquilados y dejarán de existir.

Sin embargo, la Biblia enseña claramente el castigo eterno del injusto: Mateo 25:41,46 dice, "Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles... E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna." Vea también ¾ Mateo 18:8; 2 Tesalonicenses 1:8-9; Apocalipsis 14:10,11; 20:10,15.

Los Testigos de Jehová niegan que los seres humanos tienen un espíritu que exista después de la muerte. En lugar de esto enseñan que, como un animal, la vida de una persona deja de existir al morir.

Sin embargo, la Biblia enseña claramente que el espíritu humano continúa una existencia consciente después de la muerte: 2 Corintios 5:8 dice, "pero confiamos, y más quisiéramos estar ausentes del cuerpo y presentes al Señor." Vea también ¾ Lucas 16:19-31; Filipenses 1:23-24; Apocalipsis 6:9-11.

Los Testigos de Jehová enseñan que la vida eterna en la presencia de Dios es solamente para unos cuantos elegidos. Afirman que solamente un grupo especial de 144,000 Testigos de Jehová tendrán la experiencia de nacer otra vez, y podrán vivir para siempre con Dios en el cielo. Los demás Testigos permanecerán en la tierra.

Sin embargo, la Biblia enseña claramente que todos aquellos que ponen su fe en Jesucristo tendrán vida eterna en la presencia de Dios. La Biblia se refiere a este grupo como una multitud innumerable: Apocalipsis 7:9, 15 dice, "Después de esto miré, y he aquí una gran multitud la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero... están delante del trono de Dios, y le sirven día y noche en su templo." Vea también ¾ Juan 3:15; 5:24;12:26; Efesios 2:19; Filipenses 3:20; Colosenses 3:1; Hebreos 3:1; 12:22; 2 Pedro 1:10,11.

Los Testigos de Jehová niegan la naturaleza "trina" de Dios (La Trinidad) y enseñan que Satanás inventó la doctrina de la trinidad. Rechazan todas las escrituras que identifican a Jesucristo como Dios y el Espíritu Santo como Dios.

Sin embargo, la Biblia enseña claramente que el Hijo y el Espíritu Santo, tanto como el Padre, son Dios. Esta enseñanza, junto con las Escrituras que enseñan que hay solamente un Dios (Isaías 43:10; 44:6,8) al igual que Mateo 28:19 donde Jesús habla del nombre [singular] del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, muestran que Dios es una trinidad ¾ un Ser quién existe en tres personas.

¿No es peligroso seguir una organización que niega las enseñanzas centrales de la Biblia?

2. Los Testigos de Jehová Falsifican la Biblia.

La organización de los Testigos de Jehová ha producido su propia versión fraudulenta de la Biblia. Esta versión se llama la Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras. Contiene muchos versículos que han sido cambiados por ellos deliberadamente. Estos cambios tratan de ocultar el hecho de que las enseñanzas de los Testigos de Jehová son falsas y anti-bíblicas.
 
Una Comparación Entre la Biblia y la Engañosa Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras
La Bibliala Engañosa Traducción
del Nuevo Mundo
Juan 1:1 — "En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios."

Esto es una declaración clara que Jesús (el Verbo) es Dios.
Juan 1:1 — "En [el] principio la Palabra era, y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era un dios."

Este cambio fue hecho para apoyar la negación de los Testigos que Jesús es Dios.
Colosenses 1:16 — "Porque en él [Jesús] fueron creadas todas las cosas … todo fue creado por medio de él y para él."

Esto enseña que Jesús es el Creador de todo, y como tal no es, él mismo, un ser creado.
Colosenses 1:16 — "Porque por medio de él todas las [otras] cosas fueron creadas … Todas las [otras] cosas han sido creadas mediante él y para él."

La palabra "otras" ha sido erróneamente añadida a este versículo para apoyar la falsa enseñanza de los Testigos de Jehová de que Jesús mismo es un ángel creado.
Hebreos 1:8 — "Mas del Hijo dice: Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo ..."

Note aquí, que Dios el Padre llama a Jesús el Hijo, "Dios."
Hebreos 1:8 — "Pero respecto al Hijo: ‘Dios es tu trono para siempre jamás …’"

El orden de las palabras ha sido erróneamente cambiado por la organización de los Testigos de Jehová para ocultar el hecho de que Jesús (el Hijo) es identificado como Dios.
¿No es peligroso seguir una organización que falsifica las Sagradas Escrituras?

3. Los Testigos de Jehová Tienen una Historia de Profecías Fallidas

Los líderes de los Testigos de Jehová afirman hablar por Jehová Dios con autoridad profética pero las profecías hechas por ellos no se han cumplidos. Por ejemplo, predijeron que el Armagedón y el fin del mundo vendría en 1975. Para ocultar este incidente de fallo profético, la mayoría de los Testigos de hoy día niegan que hicieron esta predicción aunque se prueba fácilmente por su propia literatura.1
La organización de los Testigos de Jehová también predijo que el fin del mundo vendría en 1914, 1915, 1918, 1925 y 1942. Predijeron que Abraham, Isaac y Jacob serían resucitados y volverían a la tierra en 1925. Han estado equivocados en cada una de sus profecías.2 La Biblia declara que la profecía no cumplida es una señal de un falso profeta (Deuteronomio 18:21-22).

¿No es peligroso seguir una organización con una historia de falsas profecías?

4. La Organización de los Testigos de Jehová Utiliza su Autoridad Abusivamente
A pesar de muchas falsas profecías, la organización de los Testigos de Jehová enseña que es la única religión verdadera, y que solamente sus miembros son verdaderos cristianos. Afirma que nadie puede aprender verdad espiritual fuera de ellos. También enseña que hay salvación solamente en ser un miembro de su organización y que toda persona que no sea Testigo de Jehová será destruida en el Armagedón. La organización de los Testigos de Jehová exige que sus miembros obedezcan y acepten, ciegamente, cada mandato e interpretación bíblica dada por la organización.

Por ejemplo, la organización de los Testigos de Jehová prohíbe el uso de las transfusiones de sangre. Se espera que los Testigos se mueran o dejan a sus niños morir, antes de romper este mandato. Sin embargo, la Biblia en ninguna parte enseña que las transfusiones de sangre estén prohibidas. Cualquier Testigo de Jehová que se atreva a desobedecer esta regla está amenazado con destrucción segura cuando venga el Armagedón — el tiempo de juicio final.

De esta manera los líderes utilizan el miedo y la intimidación para mantener a sus miembros en obediencia a la organización. Los líderes de los Testigos de Jehová también han utilizado sus predicciones del fin del mundo para infundir miedo en el corazón de sus seguidores.

¿No es peligroso seguir una organización que utiliza su autoridad de un forma tan abusiva?
 


Estos cuatro puntos ilustran los peligros espirituales asociados con la organización de los Testigos de Jehová. Usted quizá se pregunte "Entonces, ¿cuáles son las buenas noticias de la Biblia?" Los cuatro puntos siguientes contienen el evangelio verdadero de Jesucristo según la Biblia.

CÓMO ENCONTRAR PAZ CON DIOS


El mensaje de la Biblia se puede resumir en cuatro sencillos puntos:

1. Nuestros pecados nos separan del Dios vivo y verdadero.
"Por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria del Dios." Romanos 3:23
"Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro." Romanos 6:23

2. No podemos salvarnos a nosotros mismos.
"ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado." Romanos 3:20
"nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia." Tito 3:5

3. Jesucristo es el remedio provisto por Dios para nuestro problema del pecado. 
"Porque de tal manera amó Dios al mundo, que a dado a su hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna." Juan 3:16
"Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios." 1 Pedro 3:18a

4. Debemos recibir personalmente a Jesucristo por la fe para tener perdón de pecados y la vida eterna. "Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios. " Juan 1:12
"... si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo." Romanos 10:9
 


Si estas verdades de la palabra de Dios han tocado su corazón, usted puede responder ahora mismo, pidiendo que Dios le perdone sus pecados y que le dé nueva vida en Cristo. Esta sencilla oración le podrá ayudar a expresar su fe en Jesucristo para la salvación.

Dios todopoderoso y misericordioso,
Reconozco que he pecado contra Tí en mis hechos, en mis palabras, y en mis pensamientos. Carezco de tu justicia, y no puedo salvarme a mi mismo. Gracias por enviar a tu hijo, Jesucristo, quien derramó su sangre por mí. Te ruego que me perdones de todos mis pecados, y pongo mi confianza en Jesucristo, quien murió en mi lugar, y que se levantó de los muertos. Amén.


NOTAS  
1. The Watchtower (La atalaya), 15 de agosto, 1968, pág. 499; Kingdom Ministry (Ministerio del reino), mayo 1974, pág. 3.
2. The Time Is At Hand (El tiempo es a mano), edición de 1906, págs. 99, 101; The Time Is At Hand (El tiempo es a mano), edición de 1915, págs. 99,101; Pastor Russell's Sermons (Sermones del Pastor Russell), edición de 1917, pág. 676; The Finished Mystery (El misterio completado), 1918, pág. 404,485; The Watchtower (La atalaya), 1 de septiembre 1922, pág. 262; The Watchtower (La atalaya), 15 de septiembre 1941, pág. 288; Millions Now Living Will Never Die (Millones que ahora viven, jamás morirán), 1920, págs. 88-90.

LOS MORMONES Y JOSÉ SMITH

La herejía Mormona

LOS MORMONES Y JOSÉ SMITH

© C. Vidal, Libertad digital (ProtestanteDigital.com. 2005, España)

Las grandes deserciones mormonas
Falsedades históricas del Libro de Mormón
Más vínculos del mormonismo y la masonería
Mormonismo y poligamia
La dudosa moralidad de Joseph Smith 
En la imagen el falso profeta José Smith recibiendo la visita de unos seres luminosos que le revelaron un nuevo "evangelio" en el "Libro de Mormón" (imagen mormona)

"Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema" (Gálatas 1:8-9) 
"Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz. Así que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras" (2ª Corintios 11:14-15)
Los mormones y Joseph Smith 
La influencia de la masonería (I) 

El peso de la masonería en el reverdecer del ocultismo del siglo XIX fue, como vimos en las entregas anteriores, ciertamente extraordinario, hasta el punto de que no puede entenderse su historia sin hacer referencia a él. Ya hemos indicado como uno de sus componentes esenciales – y de sus atractivos – era la pretensión de poseer un conocimiento secreto, una gnosis, que sólo se comunicaba a los iniciados. Esta circunstancia - absolutamente esencial en la historia de la masonería y, sin embargo, tantas veces omitida - explica, por ejemplo, el considerable papel representado por la masonería en la configuración de algunas de las sectas surgidas durante el siglo XIX. En las siguientes entregas, nos ocuparemos del papel de la masonería en la fundación del mormonismo, de los adventistas, de la Ciencia cristiana y de los testigos de Jehová.

De entre las sectas contemporáneas, la más importante, con diferencia, es la iglesia de Jesucristo de los santos de los últimos días, más conocidos popularmente como los mormones. En la actualidad, los mormones cuentan con no menos de diez millones de miembros en todo el mundo y un peso social, político y económico que supera con mucho el de ese número . Todo eso es más o menos conocido, lo que ya resulta mucho menos sabido es que Joseph Smith Jr. era masón y que la masonería desempeñó un papel muy considerable en el nacimiento y establecimiento de la secta. 

Resulta obligado decir que nada puede alcanzar la categoría de comprensible en relación con la historia y la teología de los mormones – a la que Ferguson denominó la religión sintética de Utah – sin hacer referencia a la persona de su fundador y profeta Joseph Smith . 

Nacido el 23 de diciembre de 1805, cuando Estados Unidos era una jovencísima nación recién emancipada de Gran Bretaña, Smith nació en un entorno doméstico peculiar. Los vecinos de Smith consideraban a la familia de éste como “analfabeta, bebedora de whiskey, holgazana e irreligiosa” (1). La madre de Smith, Lucy Mak, practicaba la hechicería y alimentaba la pretensión – por lo visto no del todo desprovista de fines crematísticos – de tener visiones. 

El padre, Joseph, más conocido como Joe, contaba con una cierta popularidad que emanaba de que su ocupación consistía en buscar tesoros en favor de aquellos que le pagaban con esa finalidad. Está documentado que el joven Joseph Smith acompañaba con frecuencia a su padre en estas expediciones a mitad de camino entre el fraude y lo oculto, y desde edad muy temprana se dedicó a la práctica de la adivinación y de decir la fortuna mediante el uso de piedras, una práctica específicamente prohibida por la Biblia (2). Sin embargo, de manera aún más interesante, la familia de Joseph Smith estaba estrechamente vinculada con la masonería. 

El padre, Joseph Smith Sr. había sido iniciado en el grado de maestro masón el 7 de mayo de 1818 en la logia de Ontario n. 23 de Canandaigua, Nueva York. Uno de los hijos mayores, Hyrum Smith, era miembro de la logia Mount Moriah n. 112 de Palmyra, Nueva York. 

Las fechas resultan interesantes porque en 1820, según el relato de los mormones, Dios se le apareció a Joseph Smith en un episodio que explica el surgimiento de la secta . 

La importancia de esta experiencia es de trascendencia capital para la teología mormona. El dirigente y apóstol de la secta, David O. McKay ha señalado claramente que “La aparición del Padre y del Hijo a Joseph Smith es el fundamento de esta iglesia” (3). En realidad, con ello no hace sino repetir lo que antes han dicho otros apóstoles mormones: si la visión es falsa, todo el edificio del mormonismo se debería derrumbar como un castillo de naipes. 

Tal y como lo expresó el apóstol mormón John A. Widtsoe: “Sobre su realidad (la de la visión) descansa la verdad y el valor de su (de Smith) obra posterior”(4). Desde luego, no es para menos. Si efectivamente Dios se le apareció a Joseph Smith dándole instrucciones concretas, sería estúpido negarle, al menos, un poco de atención. Si, por el contrario, la historia es falsa, Smith sería un farsante, un enfermo o algo peor. 

El relato oficial es como sigue. En 1820, cuando Joseph Smith tenía sólo catorce años , se adentró, una hermosa mañana de inicios de la primavera, en el bosque. Al parecer había decidido orar para descubrir cual de “todas las sectas era la correcta”, una oración nada baladí teniendo en cuenta la vinculación de su padre con la masonería. Mientras, presuntamente, se hallaba en oración vio sobre él, en el aire, a dos personajes. Uno de ellos señaló al otro y exclamó: “Este es mi Hijo amado, escúchalo” . Después, uno de los dos personajes le dijo que todas las iglesias estaban equivocadas. 

En el siguiente artículo analizaremos la revelación de J. Smith. 

(1) Citado en B. Larson, Oc, p. 309. 
(2) Las citas al respecto son claras. Por ejemplo, “No os volváis a los encantadores ni a los adivinos; no los consultéis, contaminándoos con ellos” (Levítico 19:26) o “ No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortilegio, ni hechicero, ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos. Porque es abominación para con el Señor cualquiera que hace estas cosas, y por estas abominaciones el Señor tu Dios echa estas naciones delante de ti. Perfecto serás delante de el Señor tu Dios. Porque estas naciones que vas a heredar, a agoreros y a adivinos oyen; mas a ti no te ha permitido esto el Señor tu Dios” (Deuteronomio 10, 8-14). 
(3) D. O. McKay, Gospels Ideals. Salt Lake City. 1953, p. 85. 
(4) John A Widtsoe, Joseph Smith-Seeker After Truth, SALT Lake City, 1951, pg. 19.

Mormones: la visión de Joseph Smith 
La influencia de la masonería (II) 

Vimos que en 1820, según el relato de los mormones, Dios se le apareció a Joseph Smith en un episodio que explica el surgimiento de la secta, siendo la importancia de esta experiencia es de trascendencia capital para la teología mormona. El dirigente y apóstol de la secta, David O. McKay ha señalado claramente que "La aparición del Padre y del Hijo a Joseph Smith es el fundamento de esta iglesia"(1). En realidad, con ello no hace sino repetir lo que antes han dicho otros apóstoles mormones: si la visión es falsa, todo el edificio del mormonismo se debería derrumbar como un castillo de naipes.

Como relatamos en el artículo anterior, el relato oficial es que en 1820, cuando Joseph Smith tenía sólo catorce años mientras, presuntamente, se hallaba en oración vio sobre él, en el aire, a dos personajes. Uno de ellos señaló al otro y exclamó: "Este es mi Hijo amado, escúchalo". Después, uno de los dos personajes le dijo que todas las iglesias estaban equivocadas. 

Sería de esperar que esta visión de radical importancia hubiera sido registrada desde el principio entre los recuerdos y testimonios del futuro profeta. Lo cierto es que no fue así. Los mismos mormones se han visto obligados a reconocer que "el relato oficial de la primera visión de Joseph Smith y las visitas del ángel Moroni... fue publicado por primera vez en 1842"(2), es decir, 22 años después de acontecidos los hechos. Hasta qué punto este "retraso" resulta absurdo podemos verlo en el hecho de que la secta fue fundada oficialmente en 1830, el mismo año de publicación del Libro de Mormón. ¿A qué se debe que la piedra básica - la visión divina de Smith - sobre la que está edificada la secta de los mormones no fuera mencionada por el profeta sino veintidós años después de presuntamente acontecida?. 

Diversas investigaciones parecen apuntar a una causa bien poco presentable: el mismo Joseph Smith no contó siempre la misma historia y ello se debe sencillamente a que la misma no era verdad. Jerald y Sandra Tanner (3) han dejado de manifiesto que en el interior de la secta circulaban, al menos, dos versiones diferentes de la visión divina de Smith si bien no salieron a la luz pública hasta que Paul Cheesman, un estudiante de la universidad Brigham Young, las publicó en 1965. Por si esto fuera poco, al año siguiente, James B. Allen, profesor asociado de Historia de la BYU, reveló otra versión más de la visión. Demasiados relatos discordantes para creer en una versión - hoy oficial - que, al parecer, desconocieron dirigentes mormones como Brigham Young y Oliver Cowdery (4). 

El mismo Joseph Smith se destacó por ser el origen de este tremendo embrollo. A fin de cuentas, no relató siempre la misma historia . Así, el Messenger and Advocate de septiembre de 1834 y de febrero de 1835 publicó diversas versiones de la "primera visión" considerablemente diferentes de la oficial de 1842. Las diferencias son de bulto. En la versión ahora oficial, Joseph Smith tenía catorce años, buscaba saber qué secta era la verdadera y se le aparecieron el Padre y el Hijo. En las de 1834 y 1835, Joseph Smith tenía diecisiete años, lo que ansiaba saber es si existía un ser supremo y el que se le apareció fue un simple ángel. Para terminar de complicar las cosas el 29 de mayo de 1852 el Desert News publicaba unas declaraciones del profeta Smith en que afirmaba que la primera visión la tuvo a los catorce años y que fue de ángeles. 

Esto fue corroborado posteriormente, por el apóstol mormón Orson Pratt (5) y por John Taylor, el tercer presidente de los mormones (6). Por desgracia para Smith, ni siquiera en la época en que coincidían casi todos en que quien se había aparecido era un ángel, llegaban a ponerse de acuerdo sobre la identidad del mismo. En la primera edición de la "Perla de gran precio" de 1851, pg. 41, se decía que el ángel era Nephi y la misma opinión sustentaba Lucy Mack, su madre. No obstante, después se denominó al ángel con el apelativo de Moroni. Finalmente, alguien debió de llegar a la conclusión de que una aparición del Padre y del Hijo siempre es mucho más atrayente que la de un simple enviado. Así esta tesis acabaría imponiéndose de manera oficial en la "Perla de gran precio", uno de los libros sagrados de los mormones (7) . 

Como fundamento- según el profeta y apóstol MacKay - de la organización que afirmaba ser la única iglesia cristiana, la visión primera de Smith da la impresión de dejar mucho que desear. No coinciden - de acuerdo a las diferentes versiones - ni la edad de Smith, ni el motivo de su oración ni los personajes que se le aparecieron. Francamente, un profeta con una memoria tan dudosa sobre asunto de tanta importancia no consigue crear precisamente confianza en la manera en que transmite las revelaciones ni en la veracidad de las mismas. Para colmo, la última - por el momento - versión de la visión de Smith se contradice con sus propias enseñanzas de manera directa. 

En 1832, Joseph Smith afirmó haber tenido una revelación de Dios según la cual nadie puede ver a Dios sin tener el sacerdocio. Según el propio SmitH él no tuvo ese sacerdocio hasta pasado 1830 (8) pero la visión de Dios fue, al menos, diez años antes. Como y por qué Dios hizo una excepción a Su revelación en relación a Smith constituye un misterio que - hasta la fecha - ningún adepto de la secta ha conseguido aclarar. 

Como ha dejado de manifiesto Floyd C. Mc Elveen, ambas revelaciones no pueden ser verdad. O bien Smith vio a Dios en 1820 - y eso se contradice con la revelación sobre el sacerdocio de 1832 - o bien la revelación de 1832 es falsa y con ello queda a salvo la veracidad de la versión - hoy oficial- de la visión de 1820. Naturalmente cabe también la posibilidad de que ambas visiones no fueran sino una falacia. 

(1) D. O. McKay, Gospels Ideals. Salt Lake City. 1953, p. 85. 
(2) Improvement Era, julio de 1961, p. 490. 
(3) Jerald y Sandra Tanner, The First ision Examines. Salt Lake City. 1969.La obra constituye un clásico en el estudio de las fuentes de la secta. 
(4).C..Mc Elveen, The mormon illusion, Ventura, 1977 pp. 24-25. 
(5) Vid: Messenger and Advocate, vol.I, pp. 78-79. 
(6) Journal of Discourses, Salt Lake City. (1966) vol. 13, pp. 65-66. 
(7) Pearl of Great Price, Salt Lake City, 1958, p.48 par.17. 
(8) Bruce R. McConkie, doctrines of Salvation, SALT Lake City, 1954, vol. I, p. 4.

El "Libro del Mormón" 
La influencia de la masonería (III) 

Aún más problemas plantea esa obra que Mark Twain denominó "cloroformo en forma de libro" y que nosotros conocemos como el Libro del Mormón. La historia oficial del mismo es digna de ser referida aunque sea brevemente. En la Perla de gran precio, uno de los libros sagrados de la secta, Joseph Smith narra una visión que tuvo en 1823. De acuerdo con este libro, en el curso de la misma se le apareció a Smith un ángel llamado Moroni que le señaló la misión que Dios le había encomendado. Smith tenía que encontrar unas placas de oro en las que había escrita una obra cuya traducción debía acometer. Junto a las placas, Smith encontraría unas gafas que le permitirían traducir las placas del egipcio reformado en que estaban escritas al inglés. Para colmo de maravillas, las mencionadas lentes fueron identificadas por el ángel con el Urim y el Tumim del Antiguo Testamento. La obra señalada por el ángel, presuntamente, era el Libro del Mormón.

No hace falta decir que para una vez que una revelación presuntamente divina no se produce por inspiración sino por traducción, hubiera resultado sumamente interesante poder examinar los textos y el artilugio destinado a facilitar su comprensión a los mortales. No ha sido posible. Según la tesis mormona, después de que Smith tradujo las 116 primeras páginas del Libro del Mormón, aquellas desaparecieron. ¿Y las gafas? Se las llevó el ángel. 

Según los tres testigos del Libro del Mormón, David Whitmer, Oliver Cowdery y Martín Harris, el método de traducción de Smith era auténticamente peculiar. En primer lugar, Smith colocaba los lentes en un sombrero y después metía la cara en el mismo comenzando a continuación a traducir de las placas de oro... que prácticamente nunca estuvieron presentes. Dado el método utilizado, no es de extrañar que no hicieran ni falta. 

No acaba aquí la cosa. Según ha dejado escrito David Whitmer (1), una vez que Smith se echaba a la cara el sombrero con las gafas, aparecía una especia de jeroglífico con la traducción inglesa debajo. Smith la leía entonces para que copiara Cowdery o cualquier otro y si quedaba escrito correctamente la frase desaparecía. 

El método se presenta como un tanto alambicado, pero así es como fue presentado por Smith y sus adeptos más cercanos. La obra era una revelación de Dios de igual importancia - en la práctica más - que la Biblia. Por desgracia para Smith y su secta, la nueva revelación por escrito iba a levantar aún mayores dudas que el relato referente a su presunta visión divina. Joseph Smith afirmó que la obra fue escrita en torno al 384 al 421 A. de C. por Mormón, el padre de Moroni. Por ello, no deja de ser curioso que la obra reproduzca textualmente la versión de la Biblia del Rey Jaime que se imprimió... en 1611 A.D. El cómo un libro puede llevar millares de citas textuales de una obra que, supuestamente, se imprimió dos mil años después es otro de los grandes enigmas de la religión mormona, y el enigma se agranda cuando vemos que hasta las palabras en cursiva de la versión del Rey Jaime se reproducen así en el Libro del Mormón. 

No menos curioso es el estilo gramatical de la obra . Supuestamente, "cada palabra y cada letra le fueron dadas (a Joseph Smith) por el don y el poder de Dios", pero eso no ha evitado que los mormones hayan realizado unos cuatro mil cambios de estilo - y no sólo de estilo - en la obra (2). Francamente, resulta curioso que las autoridades mormonas se hayan mostrado tan predispuestas a alterar con suma libertad una obra que - presuntamente - fue dada por Dios al profeta fundador de la secta. Quizá una explicación de este fenómeno resida en el hecho de que cuando Smith cita de la versión de King James o Rey Jaime (supuestamente escrita dos mil años después que el Libro de Mormón) su gramática es impecable, pero deja de serlo en el momento en que - al parecer - traducía del egipcio ayudado por las gafas que le dio el ángel. Desde luego, si Dios entregó la revelación a Smith de manera directa, lo hizo en momentos en que Su gramática no era muy sólida. 

Estas y otras cuestiones - que, desde luego, no contribuyen lo más mínimo a afianzar la creencia de que Joseph Smith era un profeta de Dios - suelen ser dejadas de lado por los adeptos de la secta con una referencia rápida al testimonio, favorable al Libro de Mormón, de los testigos. 

Efectivamente, en las páginas iniciales del Libro de Mormón se menciona el "Testimonio de los tres Testigos", a saber, Oliver Cowdery, David Whitmer y Martín Harris; así como el de los "Ocho testigos", es decir, Christian Whitmer, Jacob Whitmer, Irma Page, Joseph Smith, Sen; Hyrum Smith y Samuel H. Smith. Según los adeptos, el testimonio de estas personas en bloque no deja ninguna duda de que el Libro de Mormón fue una obra inspirada por Dios y revelada a Su profeta, Joseph Smith. Sin duda, muchos adeptos lo creen. El problema es que el mencionado testimonio no se sostiene ni siquiera parcialmente. Para empezar el grupo de los "tres testigos" jamás afirmó haber visto las placas de oro donde - supuestamente - se escribió el Libro de Mormón. Lo más que llegaron a afirmar fue que tuvieron una "visión" de las mismas, que las vieron "con el ojo de la fe" o cuando estaban envueltas o tapadas (3). Si alguien vio alguna vez - y resulta dudoso - aquellas placas fue sólo Joseph Smith. 

(1) Estudios sobre el tema en A. Budvarson - Book of Mormon -, True or False?, Concord, 1959; M. W. Cowan-Mormón Claims Answered, ed. autor. 1975 y J. y S. Tanner- Mormonism, Shadow o Reality, Salt Lake City. 1975. 
(2) Estudios sobre el tema en A. Budvarson - Book of Mormon -, True or False?, Concord, 1959; M. W. Cowan-Mormón Claims Answered, ed. autor. 1975 y J. y S. Tanner- Mormonism, Shadow o Reality, Salt Lake City. 1975. 
(3) Cf: F.C. McElveen, Oc, p. 48 ss.

Las grandes deserciones mormonas 
La influencia de la masonería (IV) 

Por desgracia, no termina en el Libro del Mormón en sí el cúmulo de problemas que presentan los mencionados testigos de Shmit. Veámoslos, aunque sea por encima. De los once testigos mencionados, todos se marcharon de la secta salvo los Smith, es decir, los de la familia del profeta e incluso de éstos, un par de los hijos de Smith dejaron la secta para afiliarse a la iglesia reorganizada de los Santos de los Últimos Días.

Como relatamos en artículos anteriores, el relato oficial es que en 1820, cuando Joseph Smith tenía sólo catorce años mientras, presuntamente, se hallaba en oración vio sobre él, en el aire, a dos personajes. Uno de ellos señaló al otro y exclamó: "Este es mi Hijo amado, escúchalo". Después, uno de los dos personajes le dijo que todas las iglesias estaban equivocadas. Existen los llamados tres testigos del Libro del Mormón, David Whitmer, Oliver Cowdery y Martín Harris. 

Visto el éxito final que tuvo con ellos, no es de extrañar que el profeta Smith denominara a los tres testigos principales "ladrones y embusteros" (1) y que incluso manifestara en la "Historia de la Iglesia" que habría que olvidarlos (2). De nuevo este conjunto de circunstancias no pueden sino resultar sorprendentes al venir ligadas a una revelación supuestamente de Dios. Por ello, resulta injustificable que la secta de los mormones tenga el valor de presentarlos como testigos a favor de las revelaciones de su profeta, cuando todos, menos los familiares de éste, la abandonaron convencidos de que aquello no tenía ninguna relación, ni siquiera lejana, con Dios. 

Realmente, da la impresión de que la gente más cercana a Smith creía que todo era un fraude y se cansó de seguir la farsa. A causa de ellos, Smith los descalificó como embusteros y ladrones en un intento de privar de valor a los testimonios - esta vez ciertos - que pudieran dar acerca del. Posteriormente, la secta correría un tupido velo sobre el abandono e insistiría en que todos ellos eran piedra fundamental para creer la veracidad de las pretensiones de Smith. No hace falta ser muy avispado para darse cuenta de a quien beneficiaba esa falsedad consciente. 

Una cuestión adicional sirve para dejar aún más de manifiesto el dudosa carácter de los poderes de Smith. Para desgracia de la secta, el asunto pasó por los tribunales y las minutas del procedimiento fueron localizadas por Wesley P. Walters el 28 de julio de 1971 (3). En 1826, es decir, seis años después de la supuesta visión divina, Joseph Smith fue acusado (y condenado) por ser un "glass looker". El término anglosajón, que se podría traducir como "mirador de cristal", sirve para designar a una persona que mirando a través de un vidrio o de una piedra puede encontrar tesoros o propiedades perdidas. Smith había estafado a una persona llamada Josiah Stowell asegurándole que, mirando a través del cristal, localizaría tesoros y propiedades perdidas. 

No deja de ser curioso que Smith fracasara utilizando la misma metodología que le permitió - en teoría - traducir las placas de oro que un ángel de Dios le había mostrado y tampoco deja de llamar la atención que, seis años (o tres, según la visión) después de hablar con el Padre y el Hijo (o con un ángel, llamado o Moroni o Nephi, según qué visión y qué persona) anduviera dedicado a los menesteres - nada respetables - que había aprendido en su familia. No parece lo más adecuado que un profeta de Dios se dedique a estafar al prójimo prometiéndole encontrar tesoros... a menos, claro está, que no se sea tal tipo de profeta. Desde luego, con esos antecedentes tampoco llama mucho la atención las controversias desatadas desde el principio en relación con el Libro de Mormón. 

(1) Times and Seasons, vol. I, pg. 81; Elders Journal, pg. 59; Senate Documents 189, pp. 6,9. 
(2) Smith, History of the Church, vol. 3, p. 232. 
(3) Una reproducción fotográfica de las minutas judiciales originales en J. Y S. Tanner, Joseph Smith´s 1826 Trial, Salt Lake City. 1971.

Falsedades históricas del Libro de Mormón 
La influencia de la masonería (V) 

Los libros sagrados de las diversas religiones suelen contener datos históricos, geográficos y arqueológicos susceptibles de ser verificados por los especialistas en estas ciencias. En alguna medida, su fiabilidad viene confirmada o negada precisamente por la posibilidad de verificar si los datos históricos o arqueológicos son o no reales. El ejemplo más destacado de esta tesis lo constituye, sin lugar a dudas, la Biblia. Los datos geográficos, históricos y arqueológicos que aparecen en la misma no sólo son reales y están cuidadosamente expuestos sino que han servido de base para realizar descubrimientos arqueológicos en tiempos modernos. En el caso de otros libros religiosos los datos son escasos y difícilmente comprobables vg: los libros canónicos del hinduismo, pero incluso así parece existir un fondo histórico real aunque se haya visto deformado por la leyenda. La única excepción a esta regla la constituye el Libro de Mormón, la presunta revelación divina recibida por Joseph Smith, un escrito que resulta aún menos fiable que los textos sagrados del hinduismo.

La historia contenida en esta obra no deja de ser un tanto complicada en sus detalles. Haremos aquí un breve resumen de la misma en relación con sus aspectos fundamentales. En las páginas del libro canónico por antonomasia del mormonismo, se nos narra que un pueblo llamado jareditas, procedentes de la Torre de Babel, emigró a América en el año 2247 A.C. Supuestamente esta cultura ocupó América Central hasta desvanecerse a causa de los conflictos internos. Un superviviente llamado Ether escribió su historia en 24 placas metálicas. 

LA HISTORIA SEGÚN EL LIBRO DE MORMÓN 
Hacía el año 600 A.C., las dos familias de Lehi e Ismael salieron de Jerusalén y cruzando el océano Atlántico desembarcaron en América del Sur. Dos hijos de Lehi, llamados Laman y Nephi, acabaron enfrentándose junto con sus seguidores en el campo de batalla. De aquí procederían los pieles rojas que poblarían el Nuevo Mundo. La razón, según Joseph Smith, no podía ser más fácil: los lamanitas era rebeldes contra Dios y El los castigó haciendo que su piel se oscureciera dando así origen a los indios americanos. 

Los nefitas, por el contrario, que seguían conservando una piel inmaculadamente blanca, fueron favorecidos por Dios y se asentaron en América Central en la época de Cristo. Después de su crucifixión, Jesús se les apareció en esta parte del continente americano e instituyó el bautismo, el sacramento del pan y el vino, el sacerdocio, etc. Un par de siglos después, aquella cultura centroamericana abandonó los caminos del Señor y otro siglo y medio después nefitas y lamanitas se enfrentaron de nuevo en batalla. 

El jefe de los nefitas era un profeta y sacerdote llamado Mormón. Cuando comprendió que la derrota era una posibilidad clara, decidió escribir en placas de oro la historia de su pueblo. Se las entregó a su hijo Moroni que, supuestamente, la escondió en una colina cerca de Palmyra, Nueva York, unos mil cuatrocientos años antes de que, presuntamente, un ángel se le apareciera a Smith y le dijera donde encontrarlas. Por qué escogió este lugar – salvo porque Smith viviría cerca de él – es un enigma. Enigma resulta también que Mormón retara a los lamanitas a trabar combate en un cerro insignificante llamado Cumorah. Este lugar, al parecer, se hallaba a centenares de miles de millas de donde se encontraba su pueblo y, por ello, aquel se vio obligado a cruzarlas. Lógicamente, debió llegar hecho trizas al lugar de la batalla. Mormón, si es que existió, fue quizá un profeta y un sacerdote piadoso, pero, desde luego, dejaba mucho que desear como estratega. De acuerdo con el Libro de Mormón, hacia el 421 A.de C. todos los nefitas habían sido asesinados y los impíos lamanitas dominaban la tierra. Presuntamente cuando Colón llegó a América en 1492, se encontró a los descendientes de los lamanitas. 

LAS BASES HISTÓRICAS REALES 
Desde luego, no cabe duda que la historia como tal, pese al tono aburridísimo de su exposición, derrocha imaginación. El problema, para Smith y la secta, claro está, es que existen buenas razones para pensar que no cuenta con la más mínima base histórica. 

Para empezar, está la cuestión del incremento de la población . Según el Libro de Mormón, en treinta años, de 28 personas se formaron dos naciones poderosas (I Nephi; 2 Nephi 5:5,6,28), nephitas y lamanitas que se enfrentarían a muerte. En términos demográficos, tal posibilidad es absolutamente inaceptable. Por si fuera poco, siempre según el Libro de Mormón, esas dos naciones – que se formaron en treinta años – edificaron multitud de ciudades poderosas, seguramente durante el tiempo que no se dedicaban a multiplicarse frenéticamente. En el Libro de Mormón se mencionan al menos 38 ciudades: Ammonihah, Bountiful, Gideon, Shem, Zarahemla, etc. No se han encontrado restos de una sola siquiera ni en Centroamérica ni en Suramérica. 

Como remate, tampoco tenemos pruebas de que, como afirma el Libro de Mormón, en América se utilizara profusamente el egipcio reformado y el hebreo . Para ser honrados habría que decir que no contamos con un solo vestigio de ello. Algo, por otra parte, incomprensible su fiera cierto que, como afirma el Libro de Mormón, ambas lenguas fueron utilizadas durante siglos en el continente americano. 

Las cuestiones menores de dudosa fiabilidad son numerosísimas . Por sólo citar algún ejemplo diremos que el profeta Nephi, que supuestamente escribió varios siglos antes de Cristo, cita a Mateo, Lucas, Pedro y Pablo que no vivieron ni escribieron hasta el siglo primero de nuestra Era. En Alma 46:15 se llama “cristianos” a fieles que vivían 73 años antes del nacimiento de Cristo. Se afirma en Ether 2:3 que había abejas en América unos dos mil años A.de C., cuando lo cierto es que fueron los españoles los que las llevaron al Nuevo Mundo, etc. 

En realidad, lo que resulta establecido más allá de cualquier duda razonable es que el Libro de Mormón es un verdadero fraude histórico . De hecho, autoridades competentes como el Instituto Smithsoniano de Washington han dejado claro que carece de la más mínima base histórica o arqueológica afirmando, por ejemplo, que “los arqueólogos del Smithsoniano no ven ninguna conexión entre la arqueología del Nuevo Mundo y el tema del Libro (de Mormón)” (1). Como ha señalado el Dr. Frank H.H. Roberts, Jr., director del departamento de etnología americana del citado instituto: “No existe ninguna prueba de ninguna emigración desde Israel a América, y de manera similar no hay ninguna prueba de que los indios precolombinos tuvieran ningún conocimiento del cristianismo o de la Biblia”. De la misma opinión es el arqueólogo Michael Coe, especialista en culturas precolombinas: “No hay un solo arqueólogo profesional, que no sea mormón, que encuentre alguna justificación científica para creer que (el Libro de Mormón) es cierto”.(2) 

Los datos resultan tan aplastantes que, incluso, algunos arqueólogos mormones se han visto obligados a aceptarlos . Un ejemplo claro es el del reconocido arqueólogo mormón Dee F. Green que efectivamente ha afirmado: “La moderna topografía no permite situar ninguno de los lugares a los que se refiere el Libro de Mormón. Se puede estudiar la arqueología bíblica, porque sabemos dónde estaban y está Jerusalén y Jericó, pero no sabemos dónde estaban ni están Zarahemla y Bountiful, ni ningún otro sitio realmente (3). 

(1) J. Y S. Tanner-Mormonism Shadow or Reality. Salt Lake City. 1975, p. 57. 
(2) Dialogue: A Journal of Mormon Thought, “Mormons and Archaeology: An Outside View”.Verano de 1973, p.p. 41-42, 46 . 
(3) Dialogue, Oc, verano de 1969, pp. 77-78.

Más vínculos del mormonismo y la masonería 
La influencia de la masonería (VI) 

No es de extrañar que ante los datos mencionados en el artículo anterior acerca del Libro de Mormón, multitud de personas dejen de creer en el carácter divino de la revelación de Smith. Uno de los casos más claros es el de Thomas Stuart Ferguson (1). Fundador de la Fundación Arqueológica del Nuevo Mundo, era un miembro respetado de la secta, en apoyo de la cual había escrito tres libros con argumentos a favor de la veracidad del Libro de Mormón. Tras veinticinco años de investigación, llegó a la conclusión de que "las pruebas en contra de Joseph Smith eran absolutamente rotundas" y perdió la fe en el mormonismo como revelación divina.

Bajo presiones de las autoridades de la secta escribió una carta en la que afirmaba que no rompería su relación con la misma, sin embargo, había dejado de creer - convencido por la aplastante evidencia - en Joseph Smith como profeta de Dios (2). 

A pesar de todo, la verdad es que el Libro de Mormon levantó tantas expectativas que, al parecer, Joseph Smith decidió adentrarse por el camino de las sucesivas revelaciones. Supuestamente, en 1835, Smith compró varias momias egipcias y rollos de papiro de un tal Michael H. Chandler. Al parecer, el profeta tradujo los textos y con ellos formó el "Libro de Abraham" que está incluido en otro de los textos sagrados del mormonismo, "La Perla de Gran Precio". 

Según la interpretación de Smith, el primer dibujo mostraba al sacerdote idólatra Elkenah intentando ofrecer a Abraham como sacrificio. El pájaro que aparecía en el dibujo era el Ángel del Señor, etc. 

Por desgracia para Smith, esta vez sí que hubo quien vio los textos. F.S. Spalding envió copias de este facsímil y de otros que dibujó Smith a varios de los egiptólogos más competentes del mundo (2). Todos, sin excepción, manifestaron que el tema de los papiros era el embalsamamiento de los muertos. Asimismo, fueron unánimes en afirmar que la interpretación de Smith - sagrada palabra de Dios para sus seguidores - era falsa y que no constituía una traducción veraz de los jeroglíficos. 

Al igual que ha sucedido con arqueólogos mormones que perdieron su fe en J. Smith después de examinar científicamente el Libro de Mormón ha acontecido con esta otra revelación. Dee Jay Nelson (3), un supuesto egiptólogo mormón, abandonó la secta tras examinar los datos y llegar a la conclusión de que la supuesta traducción de Smith era un fraude. Su caso no es único. 

A pesar de todo lo anterior - que, difícilmente, puede considerarse propio de una persona honrada - Joseph Smith no tuvo ninguna dificultad para que la masonería aceptara iniciarlo en sus secretos. Cómo se llegó hasta ese paso es - como sucede con tantos episodios de la historia de la masonería - verdaderamente novelesco. 

Dentro de la historia de la masonería constituye un capítulo especialmente importante el relacionado con la historia de la muerte de William Morgan, un hombre asesinado por escribir un libro en el que, supuestamente, revelaba secretos relacionados con la masonería. 

El episodio provocó una gran reacción contra la masonería en los Estados Unidos, pero no es ése el aspecto en el que vamos a detenernos aquí. Al ser asesinado Morgan por los mormones, dejó una viuda llamada Lucindia. Inicialmente, Lucindia no dudó en elevar votos de mantenerse fiel a la memoria de su marido y, por supuesto, recibió donativos de no pocos anti-masones que la contemplaban con simpatía y afecto. Sin embargo, cuando Lucindia volvió a casarse el 23 de noviembre de 1830, lo hizo con un masón llamado George W. Harris. Acto seguido, se convirtió al mormonismo y se trasladó a Nauvoo, Illinois. Ni de lejos iba a ser la única vinculación entre la masonería y el mormonismo. De hecho, el 6 de abril de 1840, fue fundada la Gran Logia de Illinois por el general, juez y patriarca mormón, James Adams. La nueva Gran Logia de manera inmediata se entregó a establecer estrechos vínculos con la secta fundada por Smith. Al cabo de poco tiempo, Nauvoo contaba con tres logias y Iowa con dos, las cinco eran denominadas las "logias mormonas" y contaban con unos 1550 hermanos. El mismo Joseph Smith Jr., profeta de Dios según su testimonio, fue iniciado como aprendiz masón el martes, 15 de marzo de 1842. El episodio aparece documentado en las minutas de la logia de Nauvoo correspondientes a esa fecha donde se habla de cómo Smith Jr. y Sydney Rigdon "fueron debidamente iniciados como aprendices masones durante el día". 

Se trataba tan sólo del principio. Los cinco primeros presidentes de la secta - Joseph Smith, Brigham Young, John Taylor, Wilford Woodruff y Lorenzo Snow - fueron todos iniciados en la masonería en la misma logia de Nauvoo. De hecho, prácticamente todos los miembros de la jerarquía o eran ya masones o fueron iniciados en la masonería una vez que Joseph Smith fue ascendido al grado de maestro masón. A decir verdad, es posible que la logia mormona de Nauvoo haya sido la que ha contado con más personas celebres entre sus miembros con la excepción de la ya citada Logia de las Nueve hermanas. 

Una vez que la masonería fue introducida en Nauvoo, la logia celebró sus reuniones en la habitación superior del almacén de Joseph Smith hasta que se construyera el edificio especialmente dedicado a las tenidas. Éste fue dedicado por Hyrum Smith el 5 de abril de 1844. 

(1) Una narración más extensa del mismo en Ed. Decker y D. Hunt, Los fabricantes de dioses, Minneapolis, 1987. pp. 78 ss. 
(2) Durante años se ha defendido la tesis de que El Libro de Mormón no fue siquiera obra de Joseph Smith, sino que éste la plagió de un tal Solomon Spaulding. Al parecer, éste había escrito una novela histórica sobre una familia judía que emigraba al Nuevo Mundo. Esta explicación del origen del Libro de Mormón es, a nuestro juicio, la más satisfactoria por tres razones. Primero, explica la utilización de la Biblia del Rey Jaime de 1611. Es lógico que un protestante del siglo XIX la utilizara para citar de las Escrituras al ser la de mayor difusión en las naciones de habla inglesa. Segundo, explica la falta de base histórica ya que se trata sólo de novelar y no de historiar. Tercero, la tesis viene apoyada por multitud de testigos que afirmaron haber leído o escuchado fragmentos de la obra de Spaulding que eran idénticos a la que Smith presentaba como Libro de Mormón. No hace falta decir que de ser cierta esta teoría, el profeta Smith saldría aún peor parado en sus pretensiones, pero ese no es un problema para el investigador imparcial.. 
(3) Los egiptólogos fueron A.H. Sayce de la universidad de Oxford, William M.F. Petrie de la universidad de Londres, A.C. Mace del departamento de egiptología del Museo metropolitano de Nueva York, J. Peters, director de la expedición babilónica de la universidad de Pensylvania; S.A.B. Mercer del Western Theological Seminary de Chicago, E. Meyer de la universidad de Berlín y B.V. Bissing de la universidad de Munich. 
(4) Dee Jay Nelson, The Joseph Smith Papyri, part. 2 y The Eye of Ra.

Mormonismo y poligamia 
La influencia de la masonería (VII) 

Las relaciones de la nueva secta del mormonismo así como de su fundador con la masonería resultaban, desde luego, inmejorables. Sin embargo, Joseph Smith distaba mucho - consideraciones sobre sus revelaciones aparte - de ser un modelo moral tal y como, presuntamente, exige la masonería de sus miembros. De hecho, en 1842, el profeta fue acusado de asesinato. Fuera o no cierto, la verdad es que salió bien parado en el procedimiento judicial e incluso se permitió declararse candidato a la presidencia de los Estados Unidos. No se saldría con la suya, pero el año siguiente recibiría otra revelación de enormes consecuencias. Su tema sería la poligamia. Al parecer antes de la canónica revelación de 12 de julio de 1843, Smith había tenido otras varias relativas a este tema, la diferencia estaba en que, hasta entonces, fueron privadas y generalmente iban dirigidas a convencer a la mujer ansiada (que podía ser tanto soltera como casada) de que Dios deseaba que se entregara al profeta Smith.

Si la mujer se convencía - cosa, al parecer, no muy difícil dado el poder de atracción de Smith - se celebraba un matrimonio secreto y, a partir de entonces, tenían lugar los encuentros sexuales de manera oculta. Ann Whitney, por citar sólo un ejemplo, se casó con Smith cerca de un año antes de la revelación de 1843 (1), pero la costumbre de perpretrar adulterios de manera constante, venía de muy lejos. 

La primera acusación pública de adulterio formulada contra Smith procedió, nada menos, que de uno de los testigos del Libro de Mormón: Oliver Cowdery. Está documentado que, desde 1835, Smith mantuvo con una tal Fanny Alger una relación adulterina de la que no lograron disuadirlo ni siquiera algunos de sus colaboradores más cercanos (2). Pronto el número de amantes - esposas, según Smith - llegó a más de ochenta. 

Al parecer, a Smith no le importaba mucho lo moral de sus actuaciones, pero sí el que su esposa Emma le pudiera descubrir . Esto, al menos, es lo que se desprende de una carta descubierta por Michael Marqwardt en el George Albert Smith Collection de la Biblioteca de la Universidad de Utah (3). Tanto le preocupaba la cólera de la esposa engañada que incluso, en algunas ocasiones, el profeta arregló casamientos fingidos entre sus "mujeres" y otros hombres (4), para cubrir una realidad más evidente: esas mujeres eran las amantes adulterinas de Smith. Desde luego, el sistema no deja de parecer una actitud curiosa si aceptamos la tesis de que Smith sólo hacía lo que Dios le ordenaba. 

Como es de suponer, la lujuria del profeta pronto se convirtió en una pesadilla para muchos de sus adeptos. Tener una esposa hermosa era un riesgo porque, a buen seguro que, tarde o temprano, constituiría una tentación que Smith no podría ni querría resistir. Si una mujer le apetecía sexualmente, la tomaba sin el más mínimo problema de conciencia. Hay que decir, no obstante, que en algunas ocasiones estuvo dispuesto a aceptar un canje. 

Un caso así fue el de Vilate Kimball, casada con el apóstol mormón Heber C. Kimball. La mujer debía tener un cierto atractivo físico y el profeta le comunicó que debía acceder a sus deseos sexuales. Ni a ella ni a su esposo les debió convencer - mucho menos honrar - la sugerencia. Finalmente, idearon una forma de escapar a tan alto honor. Kimball, con enorme tacto, preguntó a Smith si le daría igual tomar a la hija en lugar de la madre. El profeta aceptó el cambio (5). 

En otros casos, como suele suceder en estas circunstancias con relativa frecuencia, el marido engañado por el profeta desconocía que su esposa - a la que consideraba un ejemplo de virtudes - había pasado a formar parte del harén de Smith (6). El conocimiento del secreto quedaba reducido a los protagonistas y a algunas personas muy cercanas. 

Con todos los alicientes que el tener relaciones adúlteras con un supuesto profeta de Dios pudiera presentar para las mujeres, no puede decirse que aquella práctica hiciera especialmente felices a todas las de la secta. Cuando la poligamia se extendió a todos los varones del movimiento, no pocas adeptas se desesperaron y prefirieron suicidarse antes de allanarse a una conducta que las rebajaba de esa manera. 

Naturalmente, todo aquello resultaba excesivo para la gente que vivía cerca de los mormones - nada pacíficos, por otro lado - y que temía verse desbordada por ellos (7). En el estado de Illinois la bigamia era un delito y Joseph Smith - en aquellos momentos en excelentes relaciones con la masonería - y su hermano Hyrum - el masón más importante de Nauvoo - fueron arrestados. Sin embargo, no fueron esos los únicos cargos presentados contra él. Las acusaciones iban desde gran inmoralidad a falsificación, pasando por encubrimiento y otros delitos. Hubiera sido de desear que compareciera ante un tribunal porque, quizá de esta manera, habría podido quedar establecido de manera legal cuál era el verdadero carácter de Smith. No fue así. Un grupo de unas ciento cincuenta personas hartas de los excesos de Smith asaltó la prisión de Carthage, en que estaba confinado, con ánimo de lincharlo. 

Joseph Smith intentó salvarse realizando alguno de los gestos rituales de la masonería y profiriendo gritos de auxilio hacia posibles masones que pudieran encontrarse entre sus asaltantes. No podemos saber a ciencia cierta si había masones entre ellos, pero, en cualquiera de los casos, no le sirvió de nada. La turba disparó a través de la puerta de la cárcel y mataron instantáneamente a Hyrum. Joseph Smith disponía de un revólver y logró herir a cuatro de los atacantes. Sin embargo, cuando vio que la situación era desesperada, intentó escapar lanzándose por la ventana. Fue atrapado en la huída y asesinado. 

(1) The Contributor, vol. 6, n. 4,enero de 1885, p. 131. 
(2) Historical Record pg. 15, una fuente mormona da por verídico el dato. 
(3) Reproducida en E. Decker y D. Hunt, Oc. P, 139. 
(4) Cf. E. Decker y D. Hunt, Oc, p. 139 y ss. 
(5) Dr. Wyl, Mormon Portraits, 1886, pp. 70-72. 
(6) Tal como fue el caso de un tal H. B. Jacobs. 
(7) Cf. No man knows my story, Fawn M. Brodie. 1945.

Mormonismo: la dudosa moralidad de Joseph Smith 
La influencia de la masonería (VIII)

Joseph Smith en diversas ocasiones había declarado que "podía desafiar a la Tierra y al infierno (1)", que era el hombre más importante que hubiera vivido jamás, incluido Jesucriston (2), que era un abogado, un gran legislador y que abarcaba todo, el cielo, la tierra y el infierno y que iba a descubrir el conocimiento que cubriría a todos los otros abogados, doctores y cuerpos de letrados (3). Al fundar la iglesia mormona, Smith se había colocado por delante de todo profeta o apóstol anterior a él, incluyendo al propio Cristo: "Tengo más para jactarme de lo que haya tenido nunca ningún hombre. Soy el único hombre que ha sido capaz de mantener unida a toda una iglesia desde los días de Adán... Ni Pablo, ni Juan, ni Pedro, ni Jesús lo consiguieron nunca. Presumo de que ningún hombre hizo nunca un trabajo como el que yo hago. Los seguidores de Jesús se apartaron corriendo de El, pero los Santos de los Últimos Días nunca se apartarán de mí" (History of the Church, vol. 6, pp. 408-9).

Pretendía asimismo que él no era un siervo de Dios sino que, por el contrario, Dios era su mismo ayudante. Así lo dijo de manera indiscutible: "La tierra entera será testigo de que yo, como la roca elevada en medio del océano, que ha resistido la poderosa embestida de las olas durante siglos, soy invencible... 

"Yo combato los errores de la Historia, me enfrento con la violencia de las masas; me las arreglo con los procedimientos ilegales de la autoridad; corto el nudo gordiano de los poderes y resuelvo los problemas matemáticos de las universidades, con la verdad, con la verdad primera: y DIOS ES MI HOMBRE DE CONFIANZA, MI MANO DERECHA".(4) 

Su sueño megalómano concluyó aquel día al lado de la prisión de Carthage (que mencionamos en el artículo de la semana anterior). En el St. Clair Banner de 17 de septiembre de 1844 se publicó una declaración jurada de G.T.M. Davis en la que se revelaban los propósitos del profeta: 

"El gran objetivo de Joseph Smith era evidentemente el de asumir poderes ilimitados - civiles, militares, eclesiásticos - sobre todos los que llegaran a ser miembros de su sociedad. 
"... y para satisfacer a su gente... mostrando que la autoridad que Dios le había otorgado... se extendía sobre toda la raza humana y que los Santos de los Últimos Días, y las órdenes de Joe como rey y legislador iban a dominar a los gentiles y que obtendrían su sumisión mediante la espada". (5) 

No resulta, por lo tanto, extraño que Joseph Smith enseñara y ordenara a sus adeptos que practicaran el robo, el saqueo y el asesinato de aquellos que se les enfrentaban. Esta conducta - que difícilmente podría denominarse cristiana, pero que cuenta con paralelos en procesos sociales impulsados por la masonería - era etiquetada con el término de "despojar a los gentiles". Como ha reconocido el escritor mormón Leland Gentry se consideraba que "había llegado el tiempo en que las riquezas de los gentiles debían ser consagradas a los Santos".(6) 

La muerte de Smith provocó el lógico problema sucesorio. Originalmente, Joseph Smith había deseado que fuera un hijo suyo el que le sucediera a la cabeza de la secta ocultista fundada por él. Un manuscrito fechado el 17 de enero de 1844 y firmado por Joseph Smith apenas cinco meses antes de su muerte establece: 

"Bendición dada por Joseph Smith Jr. A Joseph Smith III... Bendito del Señor es mi hijo Joseph III. porque él será mi sucesor en la Presencia del Alto sacerdocio; un vidente, un revelador, un profeta para la Iglesia; su designación le pertenece a él por mi bendición; y también por derecho". 

Así lo quería el profeta, pero no le sirvió de nada. Uno de sus lugartenientes, Brigham Young, se autonombró sucesor suyo y el heredero oficial tuvo que conformarse con formar otra secta aparte. El 24 de julio de 1847, la primera caravana de mormones al mando de Brigham Young entraba en el Valle de Salt Lake. Más del sesenta por ciento de los mormones que llegaban a un territorio que pronto sería suyo eran masones, entre ellos toda la jerarquía de la secta. En los años venideros, los rituales del templo mormón de Salt Lake City - supuestamente procedentes del templo de Salomón - serían tomados de manera directa y apenas modificada de los de la masonería. 

(1) Carta fechada el 22 de julio de 1844 de Sarah Scott en la que se describe las pretensiones de Smith. 
(2) History of the Church, vol. 6, p. 408. 
(3) Idem, vol. 5, p. 467. 
(4) Idem, vol. 6, p. 78. 
(5) Citado por J. Y S. Tanner - Mormonism - Shadow or Reality?. Pp. 415-6. 
(6) L. Gentry, A History of Alter Day Saints in Norteen Missouri form 1836-1839, UBY, 1965, p. 32.

LA FALSA IGLESIA QUE SURGIÓ DEL HADES

¿Una iglesia que emergió del Hades? Sí, de eso estaremos hablando, y esa organización, es la contraposición de lo dicho por Jesús, cuando dijo: “Yo edifico Mi Iglesia y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella”
Ciertamente, las puertas del Hades no han podido, ni podrán contra la Iglesia de Cristo, pero el diablo ha sido muy hábil y sutil en levantar desde el Hades su versión particular de la iglesia, con el fin de engañar a muchos, aunque esto ya fue profetizado también en la Escritura.

LA FALSA IGLESIA QUE SURGIÓ DEL HADES

Pero vayamos por partes.
“Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha” (Efesios 5:25-27)
Uno lee las enseñanzas y vida de los apóstoles de Cristo, y la vida del mismo Cristo, y luego mira la conducta y doctrina y tantas otras cosas de la iglesia de Roma, y… es que no tienen nada que ver, del todo, nada que ver. Y nos preguntamos por qué. ¿Qué pasó?

La Iglesia de Jesucristo, empieza en Hechos 2, bajo el Vicariato del Espíritu Santo, continúa a lo largo de la vida de los apóstoles, y sigue después de ellos. En lo visible, sabemos acerca de los ministros de Cristo post apostólicos, de las comunidades de cristianos a lo largo y ancho del imperio romano, de las persecuciones a muerte que sufrieron aquellos valientes hijos de Dios, y, llega a un punto el asunto, cuando parece que el mundo se hace amigo de la iglesia visible. Ese mundo que antes la odiaba, ahora ocurre todo lo contrario, la adora (s. V en adelante)
Vemos con claridad que a partir de Constantino, y sobre todo de Teodosio I en el 380, el cambio es brutal en esa iglesia, paso a paso, poco a poco, se va convirtiendo más y más en una organización jerarquizada, pagana e idolátrica, que más y más va dando culto a la figura de un hombre.
Al entonces llamado obispo de Roma, se le da (y él acepta gustoso) el ignominioso título de Pontifex Maximus, añadiendo más títulos espiritualmente indecorosos a su persona conforme el tiempo va pasando. En plena Edad Media, ese hombre se hace llamar “vicario de Cristo”, arrebatándole el papel del Espíritu Santo, y así en adelante. Cuando el mundo reconoció el “cristianismo”, y quiso profesarlo, ese cristianismo se pervirtió hasta límites insospechados. Esa jamás fue la Iglesia de nuestro Señor Jesucristo. Los paganos e idólatras entraron a mansalva en los templos, y su paganismo e idolatría, con ellos.
Y sin embargo, de forma tan explícita, la Palabra de Dios nos dice que no hay comunión entre Cristo Belial.
Alguien me dirá, ¿entonces Cristo mintió o falló cuando dijo que las puertas del Hades no iban a prevalecer contra ella? Obviamente no. La verdadera Iglesia, aquella que principia en la declaración crística de: “donde haya dos o tres reunidos en Mi Nombre, Yo estaré en medio de ellos” es y será, así como fue. Lo que ocurre es que los hombres nos dejamos impresionar demasiado por lo que ven nuestros ojos, y juzgamos según la apariencia. Muchos todavía siguen engañados, pretendiendo ver una continuidad en la iglesia (papal) visible, a pesar de lo atroz que es; que no da esperanza, que no hay salvación en ella.
No han entendido que el Señor ha edificado siempre en términos espirituales la Iglesia, jamás en términos naturales, visibles, en cuanto a jerarquía de hombres. No han entendido que la Iglesia es la compuesta por personas que son hermanos, porque son de Cristo, los santos, como por ejemplo, los que estaban en Éfeso, o Corinto, o Roma, o Colosas, o Tesalónica, o Jerusalén, o Filipos, o Antioquía, etc. algunos de los cuales recibieron epístolas o cartas de los benditos apóstoles. Estos hermanos, los del Camino, han existido siempre, aunque por siglos debían esconderse de la Ramera…
Nada tiene que ver la santa, pura y verdadera Iglesia de Jesucristo con la teatral, fastuosa, riquísima,  seductora,  tenaz, Roma religiosa, la cual fue visiblemente constatable a partir de Constantino.
Esta última, es la falsa iglesia que surgió del Hades.
SOLI DEO GLORIA
Dios les bendiga
© Miguel Rosell Carrillo, pastor de Centro Rey, Madrid, España.
Noviembre 2014
www.centrorey.org

¿DE QUÉ MANERA SURGIÓ LO QUE CONOCEMOS COMO CATOLICISMO ROMANO?


El catolicismo romano, como lo conocemos hoy, arranca, no del siglo I, como pretende  hacernos creer Roma, sino a partir del Edicto de Milán del año 313 d.C. (*)
(*) “El Edicto de Milán (en latín, Edictum Mediolanense), conocido también como “La tolerancia del cristianismo”, fue promulgado en Milán en el año 313, por el cual se establecía la libertad de religión en el Imperio romano, dando fin a las persecuciones dirigidas por las autoridades contra ciertos grupos religiosos, particularmente los cristianos. El edicto fue firmado por Constantino I el Grande y Licinio, dirigentes de los imperios romanos de Occidente y Oriente, respectivamente”.
El edicto de tolerancia, como decimos fue promulgado en el 313 d.C., pero fue bajo el emperador Teodosio en el año 380 d.C. que la religión del Imperio vino a ser el denominado cristianismo, ya muy tocado por la influencia nefasta del paganismo, puesto que la pureza de las verdaderas conversiones, se dejaba de lado, con tal de llenar los templos.
Veamos con cierto detalle el proceso.
El cristianismo no se convirtió en la religión oficial en tiempos de Constantino, pero vino a ser la religión popular, la religión del momento, pues era la que “profesaba” el emperador (aunque no fue bautizado sino hasta a punto de morir, algunos dicen que ya era un cadáver).
Siendo, vox populi, cristiano el emperador, eso fue considerado un gran triunfo del cristianismo, y en eso muchos fueron engañados y seducidos.
El cristianismo fue convirtiéndose en un ritual ceremonial, y poco más, alejándose de la verdadera espiritualidad y sencillez del Evangelio.
Las gentes en masa y en desconcierto, eran bautizadas en agua solamente, y de ese modo, los impíos y paganos se “convirtieron” en cristianos, sin serlo, y por supuesto, las costumbres y prácticas paganas fueron añadiéndose al culto cristiano. Esa práctica continuó sin freno con el catolicismo romano que conocemos.
Ya con Constantino, el emperador colmó de privilegios a los cristianos y elevó a muchos obispos a puestos relevantes, confiándoles, en ocasiones, tareas más propias de funcionarios civiles que de pastores de la Iglesia de Cristo. El contubernio estaba servido.
A cambio, Constantino no cesó de entrometerse en las cuestiones de la Iglesia, diciendo de sí mismo que era “el obispo de los de afuera” de la Iglesia. Las nefastas consecuencias de esta falaz alianza pasaron desapercibidas por todos aquellos que amaban más el mundo que el Cielo. Siendo de ese modo, muchos cristianos huyeron con sus familias a las montañas, de ahí el surgimiento del movimiento Valdense, y otros que seguramente desconocemos. “…cuando se levantan los impíos, tienen queesconderse los hombres” (Prov.28:12)
En el tiempo de Teodosio, el obispo de Roma de aquel entonces, era Dámaso I (366-384). Dámaso reclamó la colaboración del Estado para imponer decisiones eclesiásticas. Eso le encantó al emperador Teodosio.
En el año 380 d.C. selló la alianza con un decreto que exigía a todos los súbditos del Imperio que aceptaran “La religión de Pedro”, de la cual, decía, eran depositarios el obispo romano Dámaso de Roma y Pedro de Alejandría, obispo de aquella ciudad.
Este decreto, y atención a esto, ha sido calificado como “la Escritura Notarial Clásica de la Iglesia Estatal Católica”. Con ello, Dámaso, crea el concepto de “Sede Apostólica” o “Santa Sede”, y en esa línea ya se va perfilando la afirmación de la identidad del papa romano con Pedro, cosa que jamás había existido anteriormente.
La iglesia visible ya era un poder político-religioso de enorme influencia en las almas de miles de ciudadanos del Imperio Romano. Los emperadores se empezaban a dar cuenta de ese hecho y buscaban la manera de aprovecharse de ello, y en esa línea ya se va perfilando la afirmación de la identidad del papa con Pedro, como decimos.
Escribe Dave Hunt: “Dámaso...fue el primero quien, en el 382, usó la frase “Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia”, para reclamar la autoridad espiritual suprema. Este papa sanguinario, adinerado, poderoso y extremadamente corrupto, se rodeó de lujos que habrían hecho sonrojar a un emperador. No hay forma alguna de poder justificar cualquier conexión entre él y Cristo. Sin embargo, sigue siendo un eslabón en esa cadena de alegada sucesión ininterrumpida hasta Pedro” (“A Woman Rides the Beast”, p. 108).
A partir de entonces, lo que conocemos como la Roma papal, fue desarrollándose hasta convertirse en el monstruo que fue durante la Edad Media en adelante, y el que podía haber sido si Hitler hubiera ganado la guerra. A raíz de la derrota del Eje (1945), y a partir del Concilio Vaticano II (1962), Roma ha ido mostrando en su “aggiornamento” su cara más amable y sonriente, pero no nos engañemos, es sólo una fachada, un teatro; en el fondo es siempre la misma, “Semper Eadem”, hasta que deje de existir (Ap. 17:18)
Miguel Rosell Carrillo
Octubre 2014
SOLI DEO GLORIA

El origen de la Iglesia Católica

La Iglesia Católica Romana sostiene que su origen se encuentra en la muerte, resurrección y ascensión de Jesucristo aproximadamente en el año 30 de nuestra era. La iglesia Católica se proclama a sí misma como la Iglesia por la que murió Jesucristo, la Iglesia que fue establecida y construida por los apóstoles. ¿Es ese realmente el origen de la Iglesia Católica? Por el contrario. Aún una lectura superficial del Nuevo Testamento revelará que la Iglesia Católica no tiene su origen en las enseñanzas de Jesús o Sus apóstoles. En el Nuevo Testamento, no hay mención del papado, la veneración o adoración de María (o de la inmaculada concepción de María, la perpetua virginidad de María, la ascensión de María, o María como co-redentora y mediadora), las peticiones a los santos en el cielo por su intercesión, la sucesión apostólica, las ordenanzas de la iglesia funcionando como sacramentos, el bautismo infantil, la confesión de pecados a un sacerdote, el purgatorio, las indulgencias, o la autoridad paralela de las tradición eclesiástica y la Escritura. Así que, si el origen de la Iglesia Católica no se encuentra en la enseñanzas de Jesús y Sus apóstoles, como están registradas en el Nuevo Testamento, ¿cuál es el verdadero origen de la Iglesia Católica?
Muchas personas no creen en la existencia de Dios. Muchas personas incluso creen que Jesús fue un mito o alguien que nació en un pesebre rodeado de paja, animalitos y dos personajes con aureola mientras una estrella cruzaba el firmamento.
Muchos no-Cristianos (Budistas, Musulmanes, Indúes, etc.) reconocen la existencia de este niño que nació en Belén como “un gran maestro”, un “maestro ascendido” y así una serie de titulos, poniendo a Jesús en la categoría de sus lideres (Maoma, Krishna, Buda, etc.) ¿Pero qué diferencia a este Jesús de los demás? Simple: Cambió la historia de la Humanidad dividiendola en un “antes” y en un “después” de Cristo. Ni Maoma, ni Buda, ni Krishna volvieron de la muerte para luego reunirse con sus discípulos y luego ascender a su trono en el cielo. Maoma murió. Buda murió. Krishna… murió. Pero Jesús a pesar de morir, volvió a la vida.
Una vez que Jesús dejó este planeta. Sus discipulos comenzaron a dar a conocer las enseñanzas que les fueron encomendadas. A este grupo se le llama conmunmente “la iglesia primitiva” pues la conformaban personas que se iban aglutinando en torno a las enseñanzas de los discipulos de Jesús y asi sucesivamente. Esta iglesia primitiva vivian y practicaban las enseñanzas dadas a través de Jesus y sus discípulos.
Estamos hablando de una época en la cual no existian sacerdotes ó líderes cristianos, de hecho la cristiandad se vivía casi en secreto ya que era perseguida y para el Estado Romano la creciente cantidad de personas que aceptaban las enseñanzas de Jesús les producía miedo pués podían perder el control de sus subditos. Por ello el estado romano reunía a grupos de cristianos y los dejaban ser devorados vivos por leones hambrientos en presencia del público de modo de entretener a su pueblo y asi mismo de provocar temor y con ello que el cristianismo se dispersara.
El origen de la Iglesia Católica es el trágico compromiso del cristianismo con las religiones paganas que la rodeaban
Durante los primeros 280 años de la historia cristiana, la cristiandad fue prohibida por el imperio romano, y los cristianos fueron terriblemente perseguidos. Esto cambió después de la “conversión” del emperador romanoConstantino. Constantino “legalizó” el cristianismo en el Edicto de Milán en el año 313. Después en el 325 d.C. Constantino convocó al Concilio de Nicea en un intento por unificar la cristiandad. Constantino visualizó el cristianismo como una religión que pudiera unir al Imperio Romano, el cual en ese tiempo comenzaba a fragmentarse y dividirse. Mientras esto hubiera parecido ser un desarrollo positivo para la iglesia cristiana, el resultado fue todo menos positivo. Al igual que Constantino se negó a adoptar de lleno la fe cristiana, sino que continuó con muchas de sus creencias y prácticas paganas; así también la iglesia cristiana que Constantino promovió era una mezcla del verdadero cristianismo con el paganismo romano.
Constantino descubrió que con la gran extensión del Imperio Romano, tan diverso y expansivo, no todos accederían a renunciar a sus creencias religiosas y abrazar el cristianismo en su lugar. Así que Constantino permitió, y aún promovió la “cristianización” de la creencias paganas (con el famoso Decreto de la Tolerancia). Constantino se declaró el primer papa y cambió el nombre a todas las deidades (ídolos) remplazandola con nombres “cristianos”; así nace la Iglesia Catolica “Apostólica” Romana. Y así, creencias completamente paganas y totalmente antibíblicas le dieron nuevas identidades al “cristianismo”. Algunos claros ejemplos de ello son los siguientes:
  • El Culto a Isis, una religión de la madre-diosa egipcia, fue absorbida dentro del cristianismo, reemplazando a Isis con María. Muchos de los títulos que fueron usados por Isis, tales como “Reina del cielo”, “Madre de Dios”, y “theotokos” (quien dio vida a Dios) fueron adjudicados a María. Se le concedió a María un exaltado papel en la fe cristiana, mucho más allá de lo que la Biblia describe de ella, para atraer a los adoradores de Isis a la fe, que de otro modo no hubieran adoptado. Las primeras claras señales de la Mariología católica ocurrieron en los escritos de Origen, quien vivió en Alejandría, Egipto, el cual resultaba ser el punto focal de la adoración a Isis.La adoración a María proviene de la religión babilónica de la cual Baal (el dios-sol) es hijo de Astoret y juntos mantienen una comunión. Aquí hay un punto de mucho interés ya que, desde que la humanidad tiene historia, se ha adorado al Dios Sol, mientras “cruzaba” las 12 constelaciones (coincidencia con los 12 apóstoles?). En el documental de Zeitgeistse explora a fondo este punto.La “Virgen María” con el niño en sus brazos ya se adoraba miles de años antes de cristo; En Asiria se le llamó Istar a la madre y Tamus al hijo, En Fenicia se le llamó Astarté a la madre y Baal al hijo, En Egipto se le llamó Isis a la mandre y Osiris u Horus al hijo, En Grecia se le llamó Afrodita a la madre y Eros al hijo, En Roma se le llamo Venus a la madre y Cupido al hijo…
Documental Zeitgeist
  • El Mitraísmo era una religión en el Imperio Romano del I hasta el V siglo d.C. Era muy popular entre los romanos, especialmente entre los soldados romanos, y posiblemente fue la religión de muchos emperadores romanos. Mientras que nunca se le concedió un estatus “oficial” al Mitraísmo en el Imperio Romano fue de hecho la religión oficial, hasta que Constantino y los siguientes emperadores romanos reemplazaron el Mitraísmo con el Cristianismo. Una de las características claves del Mitraísmo era una comida de sacrificio, la cual consistía en comer la carne y beber la sangre de un toro. Mitras, el dios del Mitraísmo, estaba “presente” en la carne y la sangre del toro, y cuando eran consumidas, se otorgaba la salvación a aquellos que tomaban parte en la comida del sacrificio. (teofagia, la práctica de comer el cuerpo de un dios). El Mitraísmo también tenía siete “sacramentos”, haciendo que las similitudes entre el Mitraísmo y el catolicismo Romano sean demasiadas para ser ignoradas. Constantino y sus sucesores fundaron un fácil substituto de la comida sacrificial del Mitraísmo en el concepto de la Cena del Señor / La Comunión Católica. Tristemente, algunos de los primeros cristianos comenzaron a añadir el misticismo a la Cena del Señor, rechazando el concepto bíblico de un simple acto de adoración y recordatorio de la muerte y derramamiento de sangre de Cristo. La romanización de la Cena del Señor hizo la transición a una consumación del sacrificio de Jesucristo, conocido ahora como la Misa Católica / la Eucaristía
  • La mayoría de los emperadores romanos (y ciudadanos) eran enotistas. Un enotista es alguien que cree en la existencia de muchos dioses, pero que tiene un enfoque primario en un dios en particular, o considera a un dios en particular como supremo sobre los otros dioses. Por ejemplo, el dios romano Júpiter, era supremo sobre el “panteón” (la totalidad de los dioses) romano. Los marinos romanos con frecuencia eran adoradores de Neptuno, el dios de los océanos. Cuando la Iglesia Católica absorbió el paganismo romano, simplemente reemplazó el “panteón” de dioses con los santos. Así como el panteón de dioses romanos tenía un dios del amor, un dios de la paz, un dios de la guerra, un dios de la fuerza, un dios de la sabiduría, etc., la Iglesia Católica tiene un santo que “está a cargo” de cada una de estas características, y existen muchas otras categorías. Igualmente, así como muchas ciudades romanas tenían un dios específico para la ciudad, también la Iglesia católica provee sus “santos patrones” para las ciudades.
  •  La supremacía del obispo romano (el papado), fue creado con la ayuda de los emperadores romanos. Siendo la ciudad de Roma el centro de gobierno del imperio romano, y con los emperadores romanos viviendo en Roma, la ciudad de Roma se levantó como preeminencia en todas la facetas de la vida. Constantino, y sus sucesores, dieron su apoyo al obispo de Roma como el supremo gobernante de la iglesia. Desde luego, era mejor para la unidad del imperio romano, que el gobernante y la sede de la religión se encontraran centrados en el mismo lugar. Mientras que muchos otros obispos (y cristianos) se resistieron a la idea de que hubiera un obispo romano supremo, eventualmente el obispo romano se elevó a la supremacía, a través del poder y la influencia de los emperadores romanos. Cuando el imperio romano se colapsó, los papas tomaron el título que previamente había pertenecido a los emperadores romanos – “Pontificus Maximus”.
Pagano es un concepto que se encuentra por primera vez en inscripciones cristianas de principios del siglo IV en el ámbito cultural del Imperio romano para designar a quienes en aquella época adoraban a los dioses y, por ende, rechazaban la creencia en un dios único.
En vez de proclamar el Evangelio y convertir a los paganos, la Iglesia Católica “cristianizó” las religiones paganas, y “paganizó” el cristianismo. Al mezclar las diferencias y borrar las características distintivas, si, la Iglesia Católica se hizo a sí misma atractiva a la gente del imperio romano. Uno de los resultados fue que la Iglesia Católica se convirtiera en la religión suprema en el “mundo romano” durante siglos.
Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas. Timoteo 4:3-4
  • El origen del purgatorio: Se trata de un invento de la iglesia católica para controlar a sus fieles y llenarle de temores. El culto católico se formó en base a creencias paganas e idolátricas, no es un culto cristiano. Sólo se hace llamar “cristiano” para conseguir adhesión.Es cosa singular que las Iglesias protestantes digan, unánimemente de acuerdo, que los frailes inventaron el purgatorio. No cabe duda de que inventaron el ardid de sacar dinero a los vivos haciéndoles rezar por los muertos; pero el purgatorio es anterior a los frailes. Quizás indujo a los doctos a incurrir en este error que el papa Juan XVII instituyera, según se cree, la fiesta de los muertos hacia la mitad del siglo X.Al principio, a través de la intercesión por los muertos, la Iglesia manifiesta, hasta el final, el origen de su fe en el Purgatorio. Luego, con sabia lentitud, definirá su doctrina especialmente en el concilio de Lyon II (1274), en el concilio de Florencia (1438) y, finalmente, en el concilio de Trento (sesión 25 del 3 de diciembre de 1563).Desde hace mucho el purgatorio proporcionó muchísimo dinero a los que tenían el poder de abrir las puertas de él.La cancillería romana estableció una tarifa para la absolución de los muertos, y habían en dicha ciudad muchísimos altares privilegiados, en los que cada misa que se decía en ellos, pagando seis liards, en los siglos XIV y XV, sacaba un alma del purgatorio.Consideraba herejes la primitiva Iglesia a los que admitían la existencia del purgatorio, y condenaba a los simoníacos, que creían que las almas podían purgarse. Más tarde, San Agustín condenó a los discípulos de Orígenes que sostenían este dogma. ¿Los simoníacos y los origenistas admitieron acaso el purgatorio por encontrar algo semejante en Virgilio, en Platón y en Egipto? Con claridad lo anuncia el sexto libro de la Eneida, siendo lo más singular que Virgilio describe almas suspendidas en los aires, almas que se queman y almas que se ahogan
  • El origen de “la ostia” se remonta al origen del culto babilónico. Para poder entenderlo debemos remontarnos a la historia. Según el culto babilónico Nimrod estaba casado con Semiramis y dió a luz un hijo engendrado por un rayo de sol…TamúsSemiramis ofreció a su hijo como libertador de la Tierra. Tamús, sin embargo muere por el ataque de un jabalí salvaje en su edad adulta. Ante la muerte de Tamús Semiramisllora por cuarenta días (dando origen a la cuaresma) tras lo cual se celebraba la resurrección de Tamúsintercambiando huevos. A Semiramis se le veneraba ofreciéndole una ostia. El acto litúrgico a través del cual el sacerdote levanta una ostia (redonda) es un acto que se realizaba ya en Babilonia.
  • El origen de Semana Santa: A principios del siglo IV había en la cristiandad una gran confusión sobre cuándo había de celebrarse la Pascua cristiana o día de Pascua de Resurrección, con motivo del aniversario de la resurrección de Jesús. Habían surgido en aquel momento numerosas tendencias o grupos de practicantes que utilizaban cálculos propios. Ya en el Concilio de Arlés (en el año 314), se obligó a toda la Cristiandad a celebrar la Pascua el mismo día, y que esta fecha habría de ser fijada por el Papa, que enviaría epístolas a todas las iglesias del orbe con las instrucciones necesarias. Sin embargo, no todas las congregaciones siguieron estos preceptos. Es en el Concilio de Nicea I(en el año 325) donde se llega finalmente a una solución para este asunto.Pascua, Cuaresma, Ayuno y Abstinencia: La palabra “Viernes” viene del nombre “Freya”, la cual era conocida como la diosa de la paz, el placer de la fertilidad, por los antiguos paganos. Como su símbolo de fertilidad, el pez era considerado sagrado por esa diosa. El pez había sido conocido como el símbolo de la fertilidad desde tiempos muy antiguos. Así era entre los antiguos babilonios, los asirios, los fenicios, chinos y otros.
    La propia palabra “Pez” proviene de la palabra “Dag”, que implica aumento o fecundación. La razón por la cual el pez fue usado como símbolo de la fertilidad es por el simple hecho de que el pez tiene un alto índice de reproducción. El bacalao, por ejemplo, pone alrededor de nueve mil huevos, y otras clases incluso ponen diez mil y hasta un millón de huevos al año. Por esta razón, el pez ha sido símbolo de fertilidad y fue asociado por los romanos con Freya, la diosa de la fertilidad, cuyo día conmemorativo era el viernes.
    A la diosa de la fertilidad, los griegos la llamaban Venus. Y es de este nombre que vienen las conocidas palabras de “venérea” y “enfermedad venérea”. El viernes era considerado como su día sagrado porque se creía que el planeta Venus reinaba sobre la primera hora del Viernes y por esto era llamado “Dies Veneris”. Y para hacer el significado más completo, el pez era considerado la ofrenda consagrada a ella. Venus Freyaeran originalmente la misma diosa y ambas provienen de la madre-diosa original de Babilonia. El pez era considerado consagrado a Astaroth, el nombre bajo el cual los israelitas adoraban a la diosa pagana. En el viejo Egipto, Isis es frecuentemente representada con un pez en la cabeza.
    El origen de la palabra Pascua es “Pascha” (Heb. “Pesaj”; Gr. “Pasja”), la fiesta ordenada por Jehová (Lev. 23: 27-44) como Sábado de Expiaciones en recuerdo a la salida de Israel de Egipto. En las regiones Nórdicas de Europa, así como también en los Estados Unidos y Canadá, el Domingo de Pascua es celebrado en varias costumbres que provienen de Babilonia, tales como el pintar huevos de diferentes colores, éstos se esconden y los niños los buscan para comerlos. El huevo era un símbolo sagrado usado por babilonios! Creían en una vieja fábula acerca de un huevo de gran tamaño que se suponía había caído desde el cielo al río Eufrates. De este maravilloso huevo -de acuerdo con la historia-fue engendrada la diosa Astarté. Por esto el símbolo del huevo llegó a ser asociado con esta diosa. De Babilonia -la madre de las falsas religiones-la humanidad se llenó de estas creencias y toda la tierra recibió la influencia de la idea del huevo místico; por esto hallamos el huevo como un símbolo sagrado en muchas naciones. Así, en este caso, se sugirió que al igual que un pollo sale del huevo, ¡Cristo salió de la tumba!
    Otra costumbre de la Pascua es la celebración del culto “Al Amanecer”. La opinión común es que este servicio en honor de Cristo es debido a que Él resucitó en la mañana del Domingo de Pascua al salir el sol. En el Antiguo Testamento, el pueblo escogido por Dios fue llevado en cautiverio a Babilonia debido a su mezcla de paganismo y el culto al sol. Los ritos relacionados con el amanecer -en una u otra forma-eran conocidos en infinidad de naciones. Los que construyeron la Esfinge en Egipto, lo hicieron para que cuidase del nacimiento del sol al Oriente. Desde el monte Fuji-Yama (Japón) se dan oraciones cara al Oriente. “Los peregrinos oran a su sol naciente, mientras escalan los lados de la montaña… A veces se pueden ver cientos de peregrinos que van a Shinto en sus túnicas blancas saliendo de sus sombrillas y cantando al sol naciente”. Y los mitraistas paganos de Roma, se reunían al amanecer en honor de su dios solar.
    La evidencia cristiana es clara: la presente costumbre de la Semana Santa no es cristiana. Sus costumbres son simplemente una mezcla de paganismo con cristiandad.
  • El origen de la cruzLos primeros cristianos no consideraban a la cruz como un símbolo sagrado, de honor o de virtud, sino como un “árbol maldito”, un instrumento de “vergüenza” y de muerte. Hebreos 12:2. La práctica de hacer la señal de la cruz tiene gran prominencia en la Iglesia Católica Romana, pero también es practicada entre los ortodoxos orientales y los episcopales. La historia de la señal de la cruz tiene su origen en un pasado tan lejano como Tertuliano, el padre de la iglesia primitiva que vivió entre los años 160 a 220 d.C. Tertuliano escribió, “En todos nuestros viajes y movimientos, en todas nuestras salidas y llegadas, al ponernos nuestros zapatos, al tomar un baño, en la mesa, al prender nuestras velas, al acostarnos, al sentarnos, en cualquiera de las tareas en que nos ocupemos, marcamos nuestras frentes con el signo de la cruz.” Originalmente, se trazaba una pequeña cruz en la frente con el pulgar o un dedo. Mientras que es difícil señalar exactamente cuando fue que se cambió el trazo de la pequeña cruz en la frente a la moderna práctica de trazar una larga cruz desde la frente hasta el pecho y de hombro a hombro, lo que si sabemos es que este cambio ocurrió por el siglo XI d.C., cuando el Libro de Oración del Rey Enrique menciona una instrucción de “marcar con la santa cruz los cuatro lados del cuerpo.”Los católicos encontraron la justificación para la señal de la cruz, primeramente en sus muchos años de tradición eclesiástica, y seguidamente en Éxodo 17:9-14 y Apocalipsis 7:3; 9:4; 14:1. Mientras que los pasajes hablan de una señal en la frente para protección del juicio de Dios, éstos deben ser interpretados a la luz de su contexto. En las bases de su contexto, no hay razón para creer que cualquiera de los versos prescriban el ritual de la señal de la cruz.
    No fue sino hasta que el cristianismo comenzó a mezclarse con el paganismo, que la cruz comenzó a reconocerse como un símbolo cristiano. Fue en el año 431 d.C que se introdujo el uso de cruces en Iglesias y recámaras; mientras que el uso de las cruces en las cúpulas no llegó sin hasta el año 586 d.C.
    En el siglo XI la imagen del crucifijo fue agregada y su culto fue aceptado por la iglesia de Roma.
    Sin embargo, existe una teoría más ligada a la astronomía antigua, y a la adoración del Sol como Dios (se repite una vez más el Dios Sol) en donde, en un período de tiempo entre el 22,23 y 24 de diciembre el Sol pasa por la constelación conocida como Cruxla cruz del sur, después de este tiempo, el 25 de diciembre se dice que “el Sol ha muerto sobre la cruz” por 3 días y ha vuelto a nacer. Resulta interesante que tanto Jesús como otros numerosos Dioses compartan la crucifixión, la muerte por 3 días y el concepto de resurrección. Este es pues, el período de transición después de que el Sol cambia de dirección hacia el hemisferio norte del planeta, llevando la primavera…y la salvación. Esta teoría está mucho mejor explicada en el DocumentalZeitgeist antes mencionado.
El mismo signo de la cruz que venera la iglesia hoy fue usado en los misterios de Babilonia. Aquello que es conocido hoy como la cruz cristiana, no fue originalmente un símbolo cristiano sino el símbolo místico Tau de los Caldeos y Egipcios (forma original de la T), la inicial deTammus la cual fue usada en una gran variedad de formas como un símbolo sagrado.
Como podemos ver hasta ahora, y solo con un pequeño repaso de la historia, los inicios de la Iglesia Católica como institución son bastante controversiales. Pero vamos un poco más allá y hablemos de los escritos en los cuales “esta basada su fe” y es sin lugar a dudas el pilar fundamental de su institución: La biblia.
La Biblia es una compilación de textos que en un principio eran documentos separados (llamados «libros»), escritos primero en hebreo, arameo y griego durante un periodo muy dilatado y después reunidos para formar elTanaj (Antiguo testamento para los cristianos) y luego el Nuevo testamento. Ambos testamentos forman la Biblia cristiana.
La Biblia es un libro usado por todos los cristianos, aun cuando no todos los grupos de cristianos la lean asiduamente. Las Biblias cristianas están constituidas por escritos hebreos, arameos y griegos, que han sido retomados de la Biblia griega, llamada Septuaginta, y del Tanaj hebreo-arameo, y luego reagrupados bajo el nombre de Antiguo testamento. A estos se ha sumado una tercera serie de escritos griegos cristianos agrupados bajo el nombre de Nuevo testamento. Distintos grupos cristianos han debatido largamente sobre la inclusión o exclusión de algunos de los libros de ambos testamentos, surgiendo los conceptos de apócrifos ydeuterocanónicos para hacer referencia a algunos de estos textos.
La historia de la Humanidad es como el ADN, una larga cadena de elementos interconectados, que de forma independiente pierden su sentido, pero que en conjunto nos ayudan a entender qué somos y de dónde venimos. Dentro de esta cadena, hay sucesos que por su mayor significación cobran una importancia especial, y adquieren el valor de fechas de referencia, piedras miliares del cambio social, cultural y político a lo largo de los siglos.
El origen de la biblia y las religiones: pequeño documental donde se repasa brevemente la historia de la biblia
El Concilio de Nicea es uno de esos acontecimientos sobre los que ha pivotado nuestra historia. Auténtico punto de inflexión de la cultura clásica, supone un fín y un inicio. El fin de una cultura gestada a lo largo de casi mil años, en las tierras de la lejana y turbulenta Grecia, y que tiene su punto de máximo esplendor en la Roma Imperial.
El primer Concilio ecuménico se celebró en el año 325 en Nicea (actualmente Iznik), ciudad de Asia Menor, en el territorio de la actual Turquía, y se conoce como el Concilio de Nicea, fue convocado por el emperador romano Constantino, quien acababa de imponer su dominio sobre la totalidad del Imperio Romano después de vencer a Licinio; Constantino, aunque simpatizaba con los cristianos, no se bautizó hasta que se hallaba en su lecho de muerte. En aquellos momentos, la cuestión principal que dividía a los cristianos era la denominada controversia arriana, es decir, el debate sobre la naturaleza divina de Jesús. Aunque todos los obispos cristianos del Imperio fueron formalmente convocados a reunirse en Nicea, se cree que en realidad asistieron alrededor de 300 o quizás menos.
Después de Nicea los debates sobre este asunto siguieron por décadas y el propio Constantino y sus sucesores fueron alternando su apoyo entre los arrianos y los partidarios de las resoluciones de Nicea. Finalmente, el emperador Teodosio estableció el credo del Concilio de Nicea como la norma para su dominio y convocó elConcilio de Constantinopla en 381 para aclarar la fórmula. Aquel concilio acordó colocar al Espíritu Santo en el mismo nivel de Dios y de Cristo y empezó a perfilarse la doctrina trinitaria. Sin embargo, ni siquiera después del Concilio de Constantinopla llegó la Trinidad a ser un credo extensamente aceptado. Algunos se oponían a él, y se atraían por ello violenta persecución. Solo en siglos posteriores fue formulada la Trinidad en credos fijos.
Fue ahí, en esa época de la historia donde comenzó lo que podríamos denominar como el “levantamiento” del Imperio Católico o de la Iglesia Católica como la conocemos hoy en día.
Fue a partir del Concilio de Nicea donde quedaron catalogados los “Libros” que hoy forman la Biblia cristiana. Vale decir, que muchos de esos manuscritos antiguos fueron dejados a un lado incluso muchos de ellos fueron quemados, por hablar de un Jesús no tan “Divino”.
La Biblia, fue escrita, seleccionada y traducida por personas, solo un libro más intencionado para manipular a la gente, lo cual llevó a periodos atroces como las cruzadas y la inquisiciónperpetrados por la iglesia católica romana, en contra de todos aquellos que de una u otra forma estuviesen en desacuerdo con sus creencias.
Recordemos que la Biblia fue escrita por personas en una época en que todavía se creía que la tierra era plana, y que el mayor logro tecnológico era la carreta. Aún así seguimos creyendo y dándole el calificativo de “sagrado” a un libro de hace más de 2000 años, que está sin lugar a dudas plagado de irregularidades que en ningún caso son apoyadas por evidencias históricas.
Religulous: Documental conducido por Bill Maher, quien explora distintos puntos de vista a través de sus viajes a distintos destinos religiosos (MUY recomendado de ver)

Fuentes consultadas: Biblioteca del