Michoacán, México.- Lasautoridades comunitarias del poblado de Santa Fe de la Laguna, ordenaron quemar una iglesia evangélica, por haber iniciado la construcción de su nuevo templo.
Félix Pérez Gaspar y Aristeo Huacuz, fieles católicos, dirigieron una multitud de esa religión, hacia laIglesia Apostólica en la fe en Cristo Jesús, en el preciso momento que celebraban el culto dominical.
La turba ingresó al templo, y agredieron física y verbalmente al pastor Ángel Gutiérrez Bermúdez y a los miembros de la iglesia. A pesar del llamado a la calma de los evangélicos, los agresores no hicieron caso yprocedieron a incendiar la casa de madera que utilizaban desde hace varios años para los cultos, y con un tractor y mazos, destruyeron los cimientos y las paredes del nuevo templo que pretendían construir.
Aunque no hubo heridos, el daño moral fue enorme y evidente, los niños y las mujeres lloraban por la destrucción del templo, procedimiento arbitrario en contra de las leyes establecidas en México.
Las autoridades de la comunidad amenazaron también con destruir el otro templo evangélico de la comunidad, a pesar de no contar con la aprobación de la Asamblea Comunitaria, y de ser una violación directa a la libertad de creencia, según informa La Coordinación de Organizaciones Cristianas.
Félix Pérez Gaspar y Aristeo Huacuz, fieles católicos, dirigieron una multitud de esa religión, hacia laIglesia Apostólica en la fe en Cristo Jesús, en el preciso momento que celebraban el culto dominical.
La turba ingresó al templo, y agredieron física y verbalmente al pastor Ángel Gutiérrez Bermúdez y a los miembros de la iglesia. A pesar del llamado a la calma de los evangélicos, los agresores no hicieron caso yprocedieron a incendiar la casa de madera que utilizaban desde hace varios años para los cultos, y con un tractor y mazos, destruyeron los cimientos y las paredes del nuevo templo que pretendían construir.
Aunque no hubo heridos, el daño moral fue enorme y evidente, los niños y las mujeres lloraban por la destrucción del templo, procedimiento arbitrario en contra de las leyes establecidas en México.
Las autoridades de la comunidad amenazaron también con destruir el otro templo evangélico de la comunidad, a pesar de no contar con la aprobación de la Asamblea Comunitaria, y de ser una violación directa a la libertad de creencia, según informa La Coordinación de Organizaciones Cristianas.