Debido a tantas peticiones de información que estamos recibiendo, así como a las múltiples visitas a nuestra página web en relación al G12; debido al enorme interés que actualmente tantos tienen por conocer, no sólo el planteamiento teórico y teológico, sino también las implicaciones reales y prácticas en las vidas de sus proponentes y seguidores, nos ha parecido bien volver a hablar sobre esta cuestión, aportando datos sobre los aspectos filosófico, social, espiritual/anímico y, como no, escatológico, derivados del así llamado, Gobierno de los doce.
Visiones que producen divisiones
César Castellanos enseña que <
Pero para así hacer, da un ejemplo gráfico, que también otros lo han reproducido de otras maneras similares. Castellanos dice: <
Ese “viejo edificio” es para Castellanos lo que frena esa “revolución espiritual” anteriormente aludida. Es el <
A lo largo de estos últimos años, he recibido, en concreto, diferentes testimonios acerca de “visiones” o “profecías” del mismo corte. En definitiva, se trataría de la iglesia de siempre yendo en un vehículo definido (en un tren, en un barco, en un bus) los cuales ya quedaron viejos u obsoletos, y al lado de cada uno, un nuevo vehículo listo para arrancar, que simbolizaría la “Visión del G12 como fundamento” y puesta en acción. Es el mismo ejemplo para definir la misma idea: El G12 o gobierno de los doce es lo que Dios está usando ahora para que <
Un pastor del G12 aquí en España, haciendo su presentación de la II Conferencia Ibérica del G12 que se realizó en su congregación, no dudó en declarar lo siguiente (4):
<<…Desde hace más de cuatro años la VISIÓN DEL GOBIERNO DE LOS 12 se extiende por nuestras tierras despertando y renovando a una Iglesia gastada y cargada de viejas costumbres y tradiciones que la frenan notablemente en su propósito eterno de llevar el Evangelio de Jesucristo y extender el Reino de Dios>> (énfasis nuestro)
Francamente, nos quedamos anonadados al leer ese párrafo, y así se lo hice saber al pastor, no dejando de expresarle mi más profunda preocupación.
¿Cómo es posible que se pueda hablar así de la Iglesia? Eso no es sino un insulto a la Obra de Cristo, a Él y a los demás que estamos en la brecha y no compartimos el G12.
No se han dado cuenta todavía que tal “visión” es un engaño sin paliativos que lo que está consiguiendo es causar división allí donde entra, e inflar el ego de sus seguidores. Es una visión que produce división.
Pero para Castellanos, la manera tradicional de hacer iglesia (entiéndase, iglesia evangélica), ya ha llegado a su parada final, y ya es tiempo de que entre en una nueva dinámica; en un “nuevo paradigma”. Esa dinámica es el G12. Tal y como lo expone sin ambages: <
1. Hay que demoler lo antiguo…dicen
Es impresionante el entusiasmo que a priori produce la Visión del G12 entre los que la acogen. En su día embelesados por el crecimiento numérico de la M.C.I (Misión Carismática Internacional) de Bogotá, Colombia, llegan a creer la mentira de que <
¡Hermanos, que quede claro que esto es enseñanza de la Nueva Era! De acorde a las enseñanzas del movimiento de la Nueva Era, para que se pueda entrar en el “nuevo paradigma”, se debe abandonar el “viejo paradigma”.
Castellanos ha llegado a hacer creer a muchos pastores y creyentes en general que <
Pero Castellanos lo argumenta con gran rotundidad, cuando dice: <
¡Qué triste que tantos hermanos queridos hayan llegado a ser contaminados por esta falacia, y sin percatarse de ello!
Nuevo paradigma: Nueva unción
Y eso es porque quieren “algo nuevo”, que llene sus almas de nuevas emociones y desafíos. Muchos han llegado a convertirse en buscadores de novedades espirituales, convenciéndose de que Dios está enviando una “nueva unción”, un segundo Pentecostés, que no está siquiera registrado en la Biblia; y no se lo quieren perder.
Ya no les satisface más el simple estudio y enseñanza de la Palabra; necesitan llenar el vacío espiritual/emocional que sienten con “algo nuevo”; es decir, con un “nuevo paradigma”. El G12 les ha parecido a muchos, ser un buen antídoto para ese síndrome de ansiedad espiritual; por esa razón, no han vacilado en entregarse de pleno a ello, con todas las consecuencias.
El G12, cala sobretodo en todos aquellos, que están insatisfechos; que tienen, o bien una gran carencia emocional, o bien una ambición desmedida por conseguir reconocimiento; sea personal, ministerial, etc.
2. Trabajo arduo
Y no obstante, el sistema G12 tiene numerosos estándares muy estrictos. La carga que se impone a la gente es enorme. Para ser parte de la Visión, se espera del individuo que esté totalmente dedicado a la misma, en cuerpo, alma y espíritu.
Deberá asistir a la célula una vez por semana; ir a los “preencuentros”, a los “encuentros”, y a los “pos-encuentros”; asistir a la “escuela de líderes” una vez por semana; asistir a las reuniones especiales con el líder, y a la del líder del líder. Reuniones de hombres, reuniones de mujeres; actividades de tipo social en el contexto de su célula. Aparte las reuniones normales, evangelismo, culto dominical, etc. etc.
En cuanto a la famosa “escuela de líderes”, se realiza una vez por semana, durante doce semanas (constando de tres niveles). Si por la razón que sea, no se asiste a tres de esas doce reuniones semanales, le es obligatorio al candidato volver a repetir el curso entero de nuevo.
Para el adepto, toda la semana está absolutamente llena de obligaciones religiosas, las cuales no puede dejar de lado si quiere permanecer en la Visión…fiel a la Visión; atado a la Visión; semana tras semana; mes tras mes… La Visión llega a ser el dios al que ha de servir.
La vida del discípulo del G12 está regida por una disciplina casi espartana y una sumisión total al líder inmediato, sin tener la opción de acudir al pastor de la congregación, el cual es poco menos que inalcanzable, en la mayoría de los casos.
¿El trabajo os hará libres?
Nos preguntamos, ¿Por qué tanto trabajo y obligación? Aunque dicen que las comparaciones son odiosas, todo esto me hace recordar la leyenda que colgaba del campo de concentración nazi de Auschwitz, que decía: “El trabajo os hará libres”. Era una manera de seducir y engañar a los presos allí, pretendiendo hacerles creer que su dignidad como personas iba a acrecentarse, en la medida en que se involucraran en el trabajo duro y despiadado al que eran sometidos. No era sino una mentira y manipulación diabólicas.
Sin palabras
Vemos el mismo principio en cuanto a lo que estamos tratando aquí. Vemos que a través de la mucha ocupación y disciplina, se pretende dominar al individuo, controlándole a través de la mucha tarea entre otras cosas, para que llegue a encajar a la perfección en el “modelo” G12, haciéndole creer que a causa de su compromiso ejemplar con el sistema, está subiendo en categoría espiritual respecto a los demás cristianos que no están bajo las siglas del G12. No obstante, lo que sube no es otra cosa sino su orgullo espiritual.
Y abundando en ello, Castellanos reitera, ejemplificándolo así: <
Todo este esfuerzo para hacer creer lo increíble, es parte de un plan meticulosamente trazado por mentes especializadas, con el fin de obtener la obediencia y sumisión requeridas del individuo, ¿Con que fin? Lo veremos más adelante.
El entontecer la conciencia y acallar el alma del adepto, haciéndole desconectar de la realidad que le rodea, aun la familiar; haciendo de él un fanático, es la meta a corto plazo; haciendo de él un esclavo de la libertad que le prometen por haber abrazado la Visión, llegándose, no obstante, a cumplir a cabalidad las palabras proféticas del apóstol Pedro, cuando dijo: <
Caldo de cultivo para las herejías
Además, de esa manera, es muy fácil llegar a introducir nuevas doctrinas heréticas en las mentes acostumbradas a obedecer y a someterse sin rechistar, de ese modo las ovejas del G12 están obligadas a comer todo lo que se les da. No hay posibilidad ni libertad para cuestionar nada, y el control sobre el individuo es la constante. El abuso, por tanto, es evidente. A continuación trascribo lo expresado por un ex líder del G12: <
3. ¡Líderes; líderes; líderes!
Según César Castellanos, <
Y no obstante, en ningún lugar de la Biblia (Reina Valera) se encuentra el sustantivo líder como tal; y en la versión inglesa (King´s James) aparece solamente tres veces, y de forma exclusiva en el Antiguo Testamento (1 Cr. 12: 27; 13: 1; Is. 55: 4).
Por otra parte, la Biblia no me enseña que debemos hacer de cada creyente, un líder. En cambio, sí me enseña que cada creyente debería ser un discípulo de Cristo. La palabra líder difiere de la de discípulo. Un discípulo, (matethes en gr.), es un aprendiz, un seguidor de Cristo en este caso, un servidor de Cristo, mientras que el concepto de líder conlleva en sí mismo un fuerte cariz de autoridad.
La palabra “líder” es un anglicismo, y según el diccionario general de la Lengua Española, significa “dirigente”, “jefe”. Así pues, entendemos que un líder es alguien a quien en mayor o menor grado se le atribuye autoridad. Esa autoridad no es necesariamente la autoridad espiritual que tenemos todos los santos (Lc. 10: 19; Ef. 6: 12), sino una supuesta “autoridad” sobre los demás creyentes.
La posibilidad de tener autoridad y poder sobre los demás es algo que no debiera ser propuesto por ningún verdadero siervo de Dios, ya que con ello, sólo se consigue alentar la carne del individuo, exaltando su ego. Y sin embargo, Castellanos, de forma vehemente, lo enseña así: <
Este “nuevo paradigma” contradice abiertamente lo enseñado por el mismo Señor Jesucristo cuando dijo: <
A. ¿Todos son líderes?
Pero, ¿es esto verdad?, ¿es verdad que cada uno tiene que ser un líder? Si todos son líderes, ¿quiénes serán los liderados? Pero la cuestión aquí es mucho más profunda y mezquina; y me explicaré en un instante.
Primeramente, se nos presenta la premisa de que los líderes son los representantes de Dios, y que por lo tanto hay que obedecerles sin cuestionar sus veredictos. El Pastor Víctor Pino Gamboa, disertando sobre el Carismatismo, dice acerca de la cuestión: <
Esto, nos recuerda al más recalcitrante catolicismo romano, donde tienen a su papa que es considerado infalible cuando habla ex cátedra.
De hecho, se transmite un “temor al líder”, por encima del temor a Dios, haciendo que los adeptos al G12 tengan más presente la opinión y dictado de su líder inmediato (¡y qué decir de los líderes superiores!), que lo que la Palabra enseña. En la práctica, eso es así. También veremos un ejemplo de esto más adelante.
Por supuesto, que la inmensa mayoría de los discípulos del G12 no se percatan de todo esto; están bajo el influjo y el dominio del espíritu del G12, y no se dan cuenta, porque en su momento llegaron a creer el embuste de que es necesario que la Iglesia se organice de a doce, habiendo aceptado, por tanto, la autoridad de todos los líderes que tienen por encima.
¿Está César Castellanos tomando el lugar de Cristo?
A priori este encabezamiento podría sonar a flagrante ataque contra dicho varón; y sin embargo, no es así, como veremos en un instante. Pero, antes que nada, prestemos atención a lo que dice el evangelista Jorge Rashke: <<…se darán cuenta del énfasis de “gobierno de la iglesia” que tienen estos grupos. Muchos de ellos piensan y enseñan que estos nuevos profetas y apóstoles son los que tienen autoridad y que están siendo usados para instituir la verdadera estructura de gobierno de la iglesia en esta generación, y obviamente habrá una nueva cepa y casta de líderes>> (10)
Esta declaración de Rashke, tan verdadera, ya ha quedado corta después de prestar atención a los nuevos acontecimientos que se están produciendo en ciertos sectores del neopentecostalismo y la carismatía (llámesele aquí G12).
De tal manera el espíritu de la apostasía está avanzando en estos últimos días, que ha llegado a un punto, que la lealtad que se profesa al líder principal en los círculos del G12, no tiene parangón en la historia de la Iglesia, llegando, en este caso, a poner a César Castellanos en el lugar de Cristo Jesús. ¿Exageramos? No, por cierto.
Esto es lo exclamado por uno de sus líderes: <
Yendo en contra de la Palabra
La Palabra de Dios nos enseña que no debemos ser contenciosos, ni querellosos; y menos aún con los hermanos en la fe: <
Pues aquí es donde voy a dar el ejemplo que comenté iba a dar un poco más arriba, acerca del hecho de que los seguidores del G12 llegan a tener más presente la opinión y dictado de su líder, que lo que la Palabra enseña. El mismo autor de la cita anterior, que no es otro, sino el director del Movimiento de la Juventud del G12 del Sur de Florida (E.U.A.), exclamó lo siguiente refiriéndose a los hermanos en la fe que nos oponemos al G12:
<
Lejos siquiera de cualquier planteamiento pretendidamente cristiano, más nos recuerda esto a la mafia y a sus listas negras. ¿Dónde está aquí el Espíritu de Cristo? ¡Juzguen por Vds. mismos!
B. ¿Qué se pretende con todo este lavado de cerebro?
Pero, ¿por qué toda esa molestia de preparar tanto supuesto líder, motivando a todos y a cada uno a serlo, aun y sin tener de parte de Dios necesariamente el llamamiento? Recuerden que previamente dije que la razón es más profunda y escabrosa de lo que pudiera parecer.
A través del exhaustivo adoctrinamiento que se hace acerca de la sumisión al líder, se va creando una conciencia de sumisión al hombre, antes que al Espíritu de Dios. La sumisión al líder, viene a ser algo natural una vez se ha aceptado la Visión, y habiendo previamente recibido la impartición del “espíritu de la Visión”. No es otra cosa sino un lavado del alma.
Sistema piramidal; sistema de control
Con todo ello, lo que se pretende es crear toda una red, o mejor expresado, toda una pirámide, que partiendo de su vértice superior, vaya paulatinamente bajando hasta la base de la misma. Toda una estructura jerarquizada, donde, partiendo del líder principal, se va confeccionando un tejido de líder-liderado-líder, etc. que lo abarque todo. Todo está bajo el perfecto control del líder principal a través de toda una cadena de mando; una iglesia jerarquizada, que nada tiene que ver con el espíritu de la Iglesia de Jesucristo.
Ahí tenemos la cuestión. Lo que veo en todo esto, es toda una preparación psicológica y espiritual, para entre otras cosas, concienciar a los cristianos y a las iglesias, desde los pastores o presbíteros en adelante, acerca de la supuesta necesidad de estar todos bajo mando, con el incentivo de corte fascista de poder mandar en la parcela que se nos adjudique (la célula de a doce; p. e.). De esta manera, la iglesia entera está bajo el control de unos pocos. Ese es el concepto de gobierno del G12: Una imposición del hombre hacia el hombre en el supuesto nombre de Cristo.
Es mentalizar al pueblo de Dios, utilizando el concepto secular de líder, de manera que nos venga a sonar familiar el asunto. La meta a priori es que los cristianos no se asusten cuando se hable de gobierno, es decir, de jerarquía. La palabra líder, con su significado implícito, ha venido a ser tan extremadamente usada, que ayuda a que los cristianos acepten por simpatía lo que se está preparando. Es parte del plan.
C. El objetivo final
Se ve claramente que lo que se persigue, como meta final, es pretender llevar a la Iglesia a ser parte del “Nuevo Orden Mundial” que ya se está gestando, y está casi listo para ser manifestado en este mundo. Este es el objetivo del diablo.
El enemigo de nuestras almas está arduamente trabajando en una misma dirección, que tiene dos ramificaciones que van en paralelo. Por una parte, pretender que muchos cristianos genuinos, por haber sido engañados y seducidos por un falso espíritu a través de falsos líderes, lleguen a apostatar, o al menos, a no ser “tenidos por dignos de escapar de las cosas que vendrán” (Lc. 21: 36), y no sean entonces arrebatados cuando venga el Señor.
Esto nos lleva a un segundo punto: El diablo está trabajando a través de los falsos líderes para levantar su falsa iglesia mundial, la iglesia del Falso Profeta (Ap. 13), por cierto, a un ritmo veloz. Para ello está obrando de dos maneras también:
(1) Implementando un sistema jerarquizado, utilizando entre otros, sistemas de gobierno como el G12;
(2) Trabajando en las mentes de los creyentes que se someten a esos líderes, entre otras cosas, creándoles la necesidad de dependencia de ellos a través de sus líderes inmediatos, llegando a creer sin duda ninguna en lo que enseñan, como verdad de Dios.
Esto es lo que en realidad es la “Visión” , y para asistirla y potenciarla, está el “espíritu de la Visión”.
Podríamos entenderlo mejor según el siguiente cuadro:
Concluyendo
al magisterio de la Biblia: <
Las bases para el levantamiento de la falsa iglesia del Falso Profeta están más que solidificadas ya. Mientras muchos creyentes esperan el momento de establecer el Reino en esta tierra en este tiempo y sin Cristo presente, siguiendo las directrices del G12, entre otras, muchos otros cristianos, (y oramos y trabajamos para que seamos muchos más), estamos esperando la venida del Señor, mientras queremos seguir guardando los mandamientos de Cristo (Jn. 14: 15)
Dios les bendiga a todos//.
TOMADO DE http://www.centrorey.org/g12_3.htm