No es común que una religión aparezca en los titulares de primera página de los periódicos del día, particularmente en forma regular. Pero durante los últimos 20 años hay una religión que ha ocupado los titulares tal vez más que ninguna otra… la religión del islamismo. El islamismo dice tener hasta mil millones de seguidores en todo el mundo.
No es sólo la religión de crecimiento más rápido en el mundo, sino que su influencia toca prácticamente cada área de la vida-no sólo el área espiritual sino el político y económico también. Más aún, su influencia comienza a sentirse cada vez más cerca de casa. Hay ahora unos 5 millones de musulmanes en los Estados Unidos, y más de 1.100 mezquitas y centros islámicos.
¿Qué enseña el islamismo? ¿En qué se parecen las enseñanzas del islamismo a las del cristianismo? ¿En qué difieren? ¿Cuál debe ser nuestra actitud hacia el islamismo y hacia aquellos que siguen esta religión poderosa? Estas son algunas de las preguntas que queremos abordar en este ensayo.
La Historia del Islamismo
En primer lugar, necesitamos echar una mirada hacia atrás, hacia la historia del islamismo. El islamismo fue fundado a principios del siglo siete por Mahoma. Cuando tenía 40 años de edad, en 610 d.C., Mahoma dijo estar recibiendo mensajes de Dios. Estos mensajes fueron compilados más tarde y registrados en el Corán-el libro sagrado del islamismo.
Por este mismo tiempo, Mahoma comenzó a predicar en contra de la avaricia, la opresión económica y la idolatría que acosaban a los pueblos árabes. Apeló a varias facciones de los pueblos árabes a unirse bajo la adoración a Alá, el principal dios del panteón árabe de deidades. Aunque su mensaje fue rechazado inicialmente, para el año 630 había logrado el control de la Meca, el centro económico y religioso de la península arábica.
Aunque Mahoma murió dos años más tarde, el movimiento político-religioso que fundó se extendió rápidamente por todo el mundo árabe, y mucho más allá. Para 750 d.C., el imperio musulmán abarcaba desde España, al oeste, hasta la India, en el este. En los siglos que siguieron, el islamismo penetró más profundamente hacia África y Asia, llegando tan lejos como las Filipinas. Durante su “edad dorada,” el islamismo ostentaba algunos de los más excelentes filósofos y matemáticos del mundo. Fue también durante este tiempo que el islamismo y el cristianismo chocaron como resultado de las Cruzadas que se llevaron a cabo para reclamar la Tierra Santa a los musulmanes.
Desde el año 1500, aproximadamente, y en forma acelerada después de la revolución industrial de los años 1700-1800, el islamismo sintió la influencia creciente de las potencias europeas. Con el tiempo, grandes porciones del mundo musulmán fueron colonizadas por países europeos. Esta dominación política y económica de Europa continuó hasta el final de la Segunda Guerra Mundial, luego de la cual los países musulmanes comenzaron a lograr la independencia política. Con el descubrimiento y el desarrollo de las vastas reservas de petróleo en tierras musulmanas, de repente la independencia económica estuvo a su alcance también. Por fin, el islamismo tenía al alcance de su mano tanto la oportunidad como los recursos para reafirmarse como una fuerza poderosa en el mundo. ¡Después de haber estado a la defensiva durante muchos siglos, el islamismo tomaba ahora la ofensiva!
El Estado Actual del Islamismo
En este punto deberíamos hablar del estado actual del islamismo. Al hacerlo, es importante darse cuenta que el islamismo no es un sistema monolítico. Si bien todos los musulmanes toman su inspiración de Mahoma y del Corán, pueden identificarse muchos grupos y movimientos dentro del islamismo.
La división más obvia es la que existe entre el islamismo sunita (o sunnita) y chiita. Los sunitas (que componen alrededor del 90% de los musulmanes) toman su nombre del hecho de que se fijan tanto en el Corán como en el “sunna” para determinar la conducta musulmana correcta. El “sunna” es el comportamiento o ejemplo de Mahoma y de la primitiva comunidad musulmana. Por supuesto, hay muchas subdivisiones entre los sunitas, pero todos se identifican como sunitas.
El otro grupo importante de los musulmanes son los chiitas (que forman alrededor del 10% de todos los musulmanes, y residen principalmente en Iraq y en Irán). La palabra chiita significa “partidario,” y se refiere al hecho que los chiitas son “partidarios de Alí.” Alí era el yerno y primo de Mahoma y uno de los primeros califas o sucesores de Mahoma como líder del pueblo musulmán. Los chiitas creen que el líder del islamismo debería estar entre los descendientes de Alí, quienes ellos creen que poseen una unción divina especial para esta tarea. La mayoría de los chiitas cree que el último de estos líderes designados divinamente, o “imanes”, está “oculto” en otro dominio de la existencia. El Ayatollah Khomeini era considerado un vocero de este “imán oculto.”
Un tercer grupo que debería mencionarse son los sufíes-aquellos musulmanes (tanto entre los sunitas como los chiitas) que buscan una experiencia mística con Dios, antes que simplemente un conocimiento intelectual de Él, y que también se entregan a una cantidad de prácticas supersticiosas.
Además de estas divisiones dentro del islamismo, se debe hacer mención también de las actitudes de los musulmanes hacia el contacto con el mundo occidental en los tiempos modernos. Si bien la situación es mucho más compleja de lo que podemos tratar en este artículo, hay dos grandes tendencias que han sido evidentes dentro del islamismo.
Una tendencia es hacia algún grado de acomodamiento y ajuste al occidente y a las formas modernas de vida. Esto se ha manifestado en forma más obvia en países como Turquía, que ha instituido mayormente formas seculares de gobierno mientras conserva prácticas religiosas islámicas.
La tendencia opuesta es hacia un retorno a un enfoque más tradicional de la vida islámica y un rechazo a las formas occidentales y modernas. La expresión más extrema de esta tendencia se manifiesta en varias formas de fundamentalismo islámico que insisten en la implementación de la ley musulmana (llamada la Sharia) en cada área de la vida. Los fundamentalistas han tenido más éxito en Arabia Saudita, Irán, Paquistán y Sudán, pero están activos en prácticamente cada país musulmán, recurriendo a veces a la violencia y al terrorismo al tratar de implementar su programa.
Al entender este potente movimiento religioso y político, es importante entender las diversas divisiones y actitudes dentro del islamismo y las creencias básicas que están en el núcleo del islamismo.
Las Creencias Básicas del Islamismo
Si bien las creencias de los musulmanes en todo el mundo son casi tan diversas como las que hay entre los cristianos, hay seis artículos básicos de fe comunes a casi todos los musulmanes.
El primero de estos es que no hay otro Dios fuera de Alá. Los árabes pre-islámicos eran politeístas. Pero Mahoma logró llevarlos a dedicarse exclusivamente al principal Dios del panteón, que ellos llamaban Alá (que simplemente significa Dios). Adorar o atribuir alguna deidad a otro ser es considerada blasfemia. El Corán menciona numerosos nombres de Alá, y estos nombres se encuentran frecuentemente en los labios de los musulmanes devotos que creen que tienen un poder casi mágico.
El segundo artículo de fe es la creencia en los ángeles y en los jinn. Los jinn son seres espirituales capaces tanto de acciones buenas como malas y de poseer a seres humanos. Por encima de los jinn, en rango, están los ángeles de Dios. Se considera que dos de ellos acompañan a todo musulmán, uno a la derecha para registrar sus buenas obras, y otro a la izquierda para registrar sus malas obras.
El tercer artículo es la creencia en los libros sagrados de Dios, 104 de los cuales son mencionados en el Corán. Los principales entre estos libros son la Ley dada a Moisés, los Salmos dados a David, el Evangelio (o Injil) dado a Jesús y el Corán dado a Mahoma. Se considera que cada uno de estos libros comunicó el mismo mensaje básico de la voluntad de Dios al hombre. Las obvias discrepancias entre las Escrituras judías y cristianas y el Corán (particularmente con referencia a Jesús y Mahoma) fueron explicadas por Mahoma en sugiriendo que la Biblia había sido alterada por los judíos y los cristianos.
El cuarto artículo de fe es la creencia en los profetas de Dios, mediante los cuales Alá apeló al hombre a seguir Su voluntad tal como fue revelada en Sus libros sagrados. No hay ningún acuerdo respecto de cuántos profetas ha habido-algunos dicen cientos de miles. Entre ellos estuvieron Adán, Noé, Abraham, Moisés y Jesús. Pero todos concuerdan en que Mahoma fue el profeta final y supremo de Dios-el “sello” de los profetas. Si bien Mahoma mismo dijo que era un pecador, no obstante hay muchos musulmanes en todo el mundo que parecen estar cerca de adorarlo.
El quinto artículo de fe es la creencia en la voluntad absoluta y predestinadora de Alá. Aun cuando algunos musulmanes han modificado esta doctrina en alguna medida, el Corán parece apoyar la idea de que todas las cosas (tanto buenas como malas) son el resultado directo de la voluntad de Dios. Aquellos que llegan a la conclusión que el islamismo es una religión fatalista tienen buenas razones para hacerlo.
El sexto y último artículo de fe es la creencia en la resurrección y en el juicio final. Al final de la historia, Dios juzgará las obras de todos los hombres. Aquellos cuyas obras buenas pesan más que sus obras malas entrarán en el paraíso (retratado en términos más bien sensuales). El resto será consignado al infierno. El rasgo supremo de la fe islámica, aparte de su fuerte monoteísmo, es que es una religión de obras humanas. La posición de una persona con relación a Ala está determinada por su éxito en guardar Sus leyes.
Las Prácticas Básicas del Islamismo
Ahora queremos enfocarnos en las más importantes de esas obras. Éstas están resumidas en lo que suelen llamarse las “Cinco Columnas del Islamismo.”
La primera columna es la recitación del credo: “No hay más Dios que Alá, y Mahoma es su profeta.” Es una creencia común que recitar este credo en la presencia de dos testigos significa convertirse en musulmán-uno en sumisión a Dios. Por supuesto, la palabra islam significa simplemente “sumisión.”
La segunda columna es la práctica de las oraciones en forma regular. A los musulmanes sunitas se les requiere que reciten oraciones específicas acompañadas por movimientos prescritos cinco veces al día. (Los chiita sólo lo hacen tres veces por día.) A todos los musulmanes varones se les ordena reunirse para una oración comunitaria (y un sermón) cada viernes al mediodía.
La tercera columna es dar limosnas. Al haber nacido él mismo como huérfano, Mahoma estaba profundamente preocupado por los necesitados. El Corán requiere que el 2,5% del ingreso de una persona sea dado a los pobres o para la extensión del islamismo.
La cuarta columna del islamismo es el ayuno durante el mes de Ramadán (el noveno mes lunar del calendario musulmán, durante el cual se dice que Mahoma recibió la primera de sus revelaciones de Dios, y durante el cual él y sus seguidores hicieron su travesía histórica desde la Meca hasta Medina). Durante este mes, a los musulmanes que tengan buena salud se les requiere que renuncien a todo alimento y líquido durante las horas del día. Este ayuno promueve la auto-disciplina del musulmán, la dependencia de Alá y la compasión por los necesitados.
La quinta columna es el Hajj o peregrinaje a la Meca. En lo posible, todo musulmán debe hacer un peregrinaje a la Meca una vez durante su vida. Esto puede hacerse en forma adecuada sólo unos pocos días durante el último mes del año musulmán. El Hajj promueve las ideas de la unidad mundial y la igualdad entre los musulmanes. Pero también contiene muchos elementos de actividad obligatoria que son de origen pagano.
Una sexta columna, la del jihad, es agregada a menudo. (El término significa “esfuerzo” o “lucha” a favor de Dios.) El jihad es el medio por el cual aquellos que están fuera de la familia del islamismo son traídos a su regazo. El jihad puede ser mediante la persuasión, o puede ser mediante la fuerza o “guerra santa.” ¡El hecho que a todo musulmán que muere en una guerra santa se le asegure su lugar en el paraíso provee un fuerte incentivo para la participación!
Los musulmanes en todo el mundo consideran a estas columnas como guías para modelar sus prácticas religiosas. Pero, además de estas columnas, hay numerosas leyes y tradiciones contenidas en el Hadith-la literatura que fue compilada después de completado el Corán, que supuestamente contiene el ejemplo y las declaraciones de Mahoma sobre muchos temas. Como las leyes del Hadith y el Corán cubren prácticamente cada área de la vida, el islamismo ha sido considerado correctamente como una forma de vida que todo lo abarca, además de una religión.
Una Perspectiva Cristiana del Islamismo
A esta altura es adecuado ofrecer una breve evaluación del islamismo desde una perspectiva cristiana.
De entrada, debe decirse que hay mucho en el islamismo que el cristiano puede afirmar. Entre las doctrinas islámicas más significativas que pueden ser afirmadas genuinamente por el cristiano es su creencia en un Dios, su reconocimiento de Jesús como nacido de una virgen, un profeta sin pecado y mesías de Dios, y su expectativa de una resurrección y juicio futuros.
Hay, sin embargo, algunas áreas muy significativas diferentes. Mencionaremos sólo unas pocas. Primero, la percepción musulmán de Dios no es de ninguna forma la misma que la que revela la Biblia. El islamismo retrata a Dios como imposible de conocer en última instancia. De hecho, en el Corán Alá revela Su voluntad, pero nunca se revela a sí mismo. Ni tampoco es retratado jamás como un Dios de amor, ni como un Padre para su pueblo, como es retratado en la Biblia.
Segundo, si bien Jesús es presentado como un profeta hacedor de milagros y un mesías, y aun sin pecado, el islamismo niega que Él es el Hijo de Dios o el Salvador del mundo. Por cierto, se niega el hecho mismo que Jesús haya muerto, y mucho menos por los pecados del mundo.
Tercero, si bien la humanidad es descrita como débil y propensa al error, el islamismo niega que el hombre sea pecador por naturaleza y que necesite un Salvador, como la Biblia enseña tan claramente. Las personas son capaces de someterse a las leyes de Dios y de merecer su aprobación final. Según el islamismo, la necesidad espiritual del hombre no es de un salvador sino de un guía.
Esto conduce al hecho de que, dado que en el islamismo la aceptación por Dios es algo que debemos ganar por nuestras obras, no puede de ninguna forma proveer un sentido de seguridad que puede hallarse en la gracia de Dios, tal como lo enseña la Biblia.
Muchos de nosotros encontraremos oportunidades de hacer amistad con vecinos, compañeros de trabajo o amigos musulmanes. Al hacerlo, debemos estar conscientes de algunas de las barreras que existen entre los musulmanes y los cristianos debido a animosidades del pasado y del presente.
La actitud de muchos musulmanes hacia el cristianismo y hacia el occidente está coloreado por la historia de conflicto que ha encontrado expresión en las Cruzadas de los tiempos de la Edad Media, la dominación europea y el colonialismo, además del apoyo occidental al sionismo en los tiempos más recientes. Debemos permitir que el amor de Dios venza nuestro propio temor y actitud defensiva y penetre estas barreras.
En los últimos años muchos musulmanes han sido impresionados profundamente por la compasión mostrada por los occidentales (y particularmente por los Estados Unidos) hacia países musulmanes que han sobrellevado penurias muy duras. Este tipo de compasión puede ser demostrado en un nivel individual también. Al hacerlo, podemos entonces invitar a nuestros amigos musulmanes a unirse a nosotros para estudiar el Nuevo Testamento, que revela la única fuente de aceptación ante Dios en Su amor y gracia, expresados en Su Hijo Jesucristo y Su don del Espíritu Santo.