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LA HISTORIA DE LOS VALDENSES


LOS VALDENSES
Este artículo trata sobre estos tan ignorados cristianos evangélicos de la Edad Media, de más de 4 siglos antes de Lutero (contra las mentiras romanistas que afirman que el cristianismo evangélico nació de una escisión de Roma con este reformador), y de los cuales sus propios verdugos: los inquisidores de la iglesia católico Romana dijeron lo siguiente:

"Los herejes valdenses se distinguen por su comportamiento y el habla. Son impasibles y sensatos. No se esfuerzan en llamar la atención con vestidos extravagantes o indecorosos. No son comerciantes con el fin de evitar mentir, jurar o engañar. Viven únicamente del trabajo artesano de sus manos. También sus maestros son tejedores y zapateros. No acumulan riquezas, sino que se contentan con lo necesario para vivir. Comen y beben con moderación, no frecuentan posadas ni van a bailes u otros lugares de mala reputación. Son lentos para la ira. Son trabajadores, se dedican a aprender y a enseñar. Les reconocerán por su manera de hablar: con cordura y veracidad. No difaman, no hablan con palabras vulgares o vacías. Evitan toda expresión que pueda ser mentirosa o de juramento. No dirán "sinceramente" o "de verdad", sino que se limitarán a decir "si" o "no". Según ellos hacen así porque Jesús lo ordenó en Mateo 5:37" (Passauer Anonymus).

El inquisidor de Passau en el s.XII dijo de los mismos: "Entre todas las sectas que existen o que han existido, no hay ninguna más perniciosa para la iglesia; y esto por tres razones: La primera por su gran antigüedad, pues algunos dicen que los Valdenses se remontan al tiempo de Silvestre y hasta hay quien asegura que al tiempo de los apóstoles. La segunda por que es la más extendida y apenas si hay un país donde no exista esta secta. La tercera razón es que, mientras todas las demás sectas despiertan horror y la repulsa de sus oyentes por sus blasfemias en contra de Dios, esta demuestra una gran semblanza de piedad; tanto que sus adherentes viven justamente delante de todos los hombres y creen en todos los artículos del Credo, respetando en todo a Dios: Solamente blasfeman de la Iglesia y del clero romanos; por esto tan grandes multitudes de laicos les prestan atención." ("Catolicismo Romano: Orígenes y Desarrollo" José Grau. Tomo I, pág. 330. Ed. EEE, Barcelona 1987)

A continuación una respuesta a afirmaciones hechas en los foros de discusión de religión en Internet por parte de una persona que se hacía llamar C.C. (Cristiano católico) donde llega a decir que si los Valdenses sufrieron tantas matanzas por parte de la ICAR (Iglesia católica) es casi porque se lo merecieron (por ser "enemigos de Roma"). Más abajo hay algunas preguntas y respuestas del citado C.C.

"Ireneo de Lyon" <Ecclesia@Lyonensis.com> escribió en el mensajenews:3f54f4c7$0$27053$626a54ce@news.free.fr...
Olvidados por los siglos, quizá a alguien le interese esta historia... (más abajo se habla de ellos en España)

(Con la esperanza de que C.C. al menos reflexione)

PEDRO WALDO Y LOS VALDENSES

El movimiento evangélico de la Edad Media recibió un valioso refuerzo con la conversión de Pedro Waldo debido,a la impresión que le produjo la muerte repentina de un amigo con el cual estaba conversando. Dicho incidente hizo que este rico comerciante, dejando sus negocios, pensara solo en la salvación de su alma.

Un sacerdote a quien preguntó sobre el asunto le respondió que había varias maneras de salvar el alma, pero que la más segura era poner en práctica las palabras de Jesús al joven rico: -Si quieres ser perfecto, vende todo lo que tienes y dalo a los pobres. Se cree que el cura lo dijo con ironía, por que Waldo era un hombre muy rico; pero éste, que estaba decidido a conseguir la salvación a todo coste, lo cumplió al pie de la letra. Su gran acierto fue que, en lugar de ir a profesar el voto de pobreza en un convento, resolvió deshacerse de sus bienes, empleándolos él mismo para beneficio de los pobres y la extensión del Reino de Dios.

Consideró que era una obra muy buena a los ojos de Dios el mandar traducir y poner en manos del pueblo las Sagradas Escrituras. Hizo escribir a mano muchas copias que eran llevadas por cristianos fieles de un pueblo a otro.

El clero empezó a mirar con recelo a aquellos hombres humildes que, de dos en dos, descalzos y pobremente vestidos, con el volumen sagrado en la mano, iban predicando la Palabra de Dios, y el arzobispo Guichard les prohibió predicar.

 Pedro Waldo apeló al papa esperando que su justa causa sería reconocida, y compadeció con uno de sus colaboradores ante el Concilio de Letrán en marzo del año 1179, El papa los trató amablemente pensando que los pobres de Lyon, como les llamaban, permanecerían dentro de la Iglesia Católica, quedando convertidos en una orden monástica y, según testimonios que tenemos de sus jueces, los hallaron muy piadosos y austeros en su modo de vivir, pero ignorantes -según ellos- e incapaces de predicar. Esto fue porque, en lugar de examinarlos sobre las Sagradas Escrituras y las doctrinas más claras y evidentes del Cristianismo, les interrogaron, en Lenguaje filosófico, sobre la Santísima Trinidad, las dos naturalezas de Cristo, y otras cosas que los Concilios habían tratado de resolver y establecer como dogmas, sin pensar que Dios tiene derecho a reservarse algunos misterios, sin revelárnoslos, hasta aquel día en el cual seremos capaces de comprender todas las cosas.

Vueltos a Lyon, resolvieron que debían predicar el Evangelio con sencillez, porque era menester obedecer a Dios antes que a los hombres, y se lanzaron a la obra, desafiando la persecución. Esto les unió a sus hermanos los antiguos paulicianos -descendientes de los cristianos primitivos-, a los pedrobrusianos y enriquistas, y todos juntos vinieron a formar la Iglesia Evangélica Valdense, que subsistió y se extendió por toda Europa durante varios siglos antes de que apareciese la Reforma.

El edicto de excomunión que se extendió contra ellos en el año 1181 les obligó a salir de Lyon, lo que fue tan beneficioso para la causa del Evangelio como lo había sido la primera persecución que vino a la iglesia cristiana de Jerusalén, la cual obligó a los primeros cristianos a extenderse por todo el mundo antiguo predicando el Evangelio.

Pedro Waldo  huyendo d  la intolerancia llegó hasta Bolonia (hoy Polonia) en la misma frontera de Rusia donde murió el año 1217 después de cincuenta y siete años de servicio para el Señor.

Los Valdenses en España

Animados por su celo misionero los valdenses recorrieron el sur de Alemania, Suiza y Francia llegando a España donde formaron grupos de cristianos disidentes de Roma en las provincias del Norte, y sobre todo en Cataluña.

El hecho de que dos concilios y tres  reyes se hayan  ocupado  de expulsarlos de nuestra patria  demuestra que su número tenía que ser considerable.

El clero impotente para detener el avance y, alarmado, pidió al papa Celestino III que tomase medidas en contra del movimiento. El papa mandó un delegado en el año 1194 que convocó la asamblea de prelados y nobles en Mérida asistiendo personalmente el mismo rey Alfonso II quien dictó el siguiente decreto:

"Ordenamos a todo valdense que en vista de que están excomulgados de la Santa Iglesia son enemigos declarados de este reino y tienen que abandonarlo, e igualmente todos los estados de nuestros dominios. En virtud de esta orden cualquiera que desde hoy se permita recibir en su casa a los susodichos valdenses asistir a sus perniciosos discursos o proporcionarles alimentos atraerá por esto la indignación de Dios Todopoderoso y la nuestra; sus bienes serán confiscados sin apelación y será castigado como culpable del delito de lesa majestad; además cualquier noble o plebeyo que encuentre dentro de nuestros estados a uno de estos miserables sepa que si los ultraja los maltrata o los persigue no hará con esto nada que no nos sea agradable."

 Desde entonces la persecución se hizo sentir con violencia, y en una sola ejecución 114 valdenses fueron quemados vivos y sus cenizas echadas al río Ter en Gerona. Sin embargo, muchos lograron esconderse y seguir secretamente la obra de Dios en el reino de León, en Vizcaya y en Cataluña, pues al contrario de lo que decretaba la orden real, les Veían con costumbres austeras y anunciando tan Claramente las Buenas Nuevas de salvación, bien afirmadas en textos de la Sagrada Escritura, que hasta Se menciona al obispo de Huesca, uno de los más notables prelados de Aragón como protector decidido de los perseguidos Valdenses.

Pero las persecuciones contra ellos no cesaron, llegando a su apogeo por el año 1237, cuando 45 de ellos fueron arrestados en Castellón y 15 de ellos quemados vivos en la hoguera.

En Alsacia y Lorena hubo desde el año 1200 tres grandes centros de actividad misionera. En Meta, el barba (pastor) Crespin y sus numerosos hermanos confundían al obispo Beltrán quien en Vano se esforzaba por suprimirlos. En Estrasburgo los inquisidores mantenían siempre el fuego de la intolerancia contra 1a propaganda activa que hacía el barba Juan y más de 500 hermanos que componían la iglesia perseguida de aquella ciudad.

En Bohemia, donde pedro Waldo terminó su gloriosa carera, 1os resultados de la obra Misionera valdense fueron fecundos. A mediados del Siglo XIII el inquisidor de passau nombraba 42 poblaciones donde los valdenses habían echado raíces; y en Austria, a principios del siglo xIv, el inquisidor Krens hacía quemar 130 valdenses. Se cree que el número de ellos en Austria no bajaba de 80.000.

En Italia 1os Valdenses estaban diseminados Y bien establecidos en todas partes de la península. Tenían propiedades en loS grandes Centros, Y un ministerio itinerante perfectamente organizado.  En Lombardía los discípulos de Arnaldo de Brescia gran opositor del papa a pesar de que nunca llegó a separarse de la Iglesia Católico-Romana y que fue quemado vivo en el año 1155- unían fácilmente a los valdenses cuando éstos les predicaban el Evangelio. En Milán poseían una escuela que era centro de una gran actividad misionera.

En Calabria se establecieron muchos valdenses del Piamonte  en el ano 1300 en Fuscaldo y Montecarlo. Habían conseguido cierta tolerancia y  les permitían celebrar secretamente sus cultos con tal de que pagaran los diezmos al clero.

 En tres de los valles del Piamonte  Lucerna Perusa y San Martín  los  Valdenses formaron  pueblos enteros en las primeras décadas del siglo XIII.

Estos datos históricos que poseemos de la abundante literatura producida por los Valdenses prueban de un modo irrefutable cuán  equivocada y absurda es la afirmación de la Iglesia Romana de  que el Protestantismo tuvo su origen en Lutero: Centenares de años antes de que se produjese el movimiento espiritual de la Reforma existían ya muchos miles de cristianos que no comulgaban con los dogmas de la Iglesia Católica Romana y eran tanto o más protestantes de los errores y abusos del Catolicismo que el famoso fraile sajón. (extracto de "Origen e Historia de las Denominaciones Cristianas" de Samuel Vila, Ed. CLIE, España)

"Ireneo de Lyon" <Ecclesia@lyonensis.com> escribió en el mensajenews:3f54c8f6$0$6192$626a54ce@news.free.fr...
Más gotas sobre los valdenses, para CC:

El abad de Citeaux, Arnaud Amalric, legado papal (de la "Iglesia de Cristo"  según C.C.), contestó la famosa frase: "Matadlos a todos; Dios reconocerá a  los suyos" al consultársele durante la toma de Béziers (Sudeste de Francia)  como distinguir a los "herejes" Valdenses del resto de la población.

Esta frase, bastante discutida por los historiadores revisionistas católicos  del siglo XXI, a mí me parece horriblemente probable: Puesto que de hecho no  hay duda histórica de que no dejó sobreviviente alguno -tampoco niños ni  mujeres- de una ciudad que tenía entonces 20.000 habitantes... no veo porqué  iba a tener escrúpulos por la brutalidad de una frase.

Ireneo

Aquí va otro artículo sobre los Valdenses

Saludos

Lito.

Los valdenses... ¿herejes, o buscadores de la verdad?

¿EL TIEMPO? El siglo doce de la era común... 200 años antes de la época de Wiclef y Hus y 300 años antes de Lutero. ¿El lugar? El sur de Francia y los valles alpinos de aquel país y del norte de Italia. ¿El marco de circunstancias? Una clase clerical rica y a menudo libertina mantiene en ignorancia, a propósito, a la gente común, la cual vive en la pobreza. Por toda Europa, la Iglesia Católica Romana ejerce la supremacía, pues es poderosa, opulenta y mundana.

En vivo contraste, hallamos un grupo de personas que se destacan en este fondo histórico. Creen que la Biblia es la Palabra de Dios y se esfuerzan por vivir en armonía con los principios justos de ella. Caminando en pares, estas personas suben las colinas y bajan los valles predicando y enseñando cualesquier verdades que hayan podido descubrir al leer las porciones de las Escrituras que están disponibles en el propio idioma de ellas. Debido a esto, se les persigue como a herejes, y muchas de ellas pierden la vida. ¿Quiénes son?

En Francia se les llegó a conocer por el nombre de Vaudois. Los que perseguían a estas personas las llamaban, en latín, valdenses, nombre que se mantiene así en español.

PRECURSORES

Los historiadores católicos y protestantes no concuerdan en cuanto a los orígenes de los valdenses. Los primeros quisieran convencernos de que lo que ellos llaman la "secta herética" de los valdenses era un fenómeno aislado que surgió repentinamente a fines del siglo doce bajo la dirección de un francés de Lyón llamado Valdès o Valdo. En cambio, muchos protestantes afirman que los valdenses constituyen un eslabón en la cadena continua de disidentes que surgieron entre la época del emperador Constantino (cuarto siglo de la E.C.) y los reformadores protestantes del siglo dieciséis. Estos protestantes opinan que el nombre valdenses se deriva de la palabra latina vallis, que significa "valle," y se refiere al hecho de que aquellos disidentes a quienes se perseguía con persistencia como herejes se vieron obligados a refugiarse en los valles alpinos de Francia e Italia.

Claro, los historiadores católicos rechazan esta explicación protestante, pues no la consideran histórica. Pero al afirmar que los valdenses aparecieron repentinamente en la escena de la historia medieval bajo la dirección de Valdès o Valdo la Iglesia Católica está minimizando el patente hecho histórico de que hubo muchos otros disidentes antes de que Valdo comenzara a predicar a fines de los años setenta del siglo doce. La verdad parece ser que Valdo y sus asociados llegaron a ser un punto de reunión para grupos similares de disidentes, algunos de los cuales habían estado en existencia por largo tiempo.

A la Iglesia Católica le gustaría que olvidáramos que había semillas de descontento entre los suyos muchos años antes de que apareciera Valdo. Por ejemplo, el obispo Agobard de Lyón, Francia (779-840 de la E.C.), atacó vigorosamente la adoración de imágenes, el dedicar iglesias a santos y la liturgia eclesiástica que no estaba en armonía con la Biblia.

Al otro lado de los Alpes, en Turín, Italia, un contemporáneo de Agobard, el obispo Claudio, adoptó una posición similar. Condenó las oraciones dirigidas a los santos, la veneración de reliquias y de la cruz y, en general, rechazó la tradición eclesiástica debido a que ésta iba en contra de las Escrituras. A Claudio de Turín se le ha llamado "el primer reformador protestante."

En el siglo once, el arcediano Bérenger, o Berengarius, de Tours, Francia, que, según se dice, era uno de los teólogos más influyentes de su tiempo, se opuso al dogma de la transubstanciación y sostuvo que el pan y el vino que se utilizan durante la conmemoración de la muerte de Cristo son emblemáticos y no se transforman milagrosamente en el cuerpo y la sangre de Cristo. También sostuvo que la Biblia era superior a la tradición. Bérenger fue excomulgado por herejía en 1050.

Al mismo principio del siglo doce, dos hombres se destacan en Francia como disidentes notables. Fueron ellos Pedro de Bruys y Enrique de Lausana. El primero comenzó su vida adulta como sacerdote en los Alpes al sudeste de Francia. Al poco tiempo abandonó el sacerdocio porque no estaba de acuerdo con la Iglesia sobre doctrinas importantes como el bautismo de infantes, la transubstanciación, las oraciones para los muertos, la adoración de la cruz y la necesidad de tener edificios que sirvan de iglesias. Después de ser expulsado de la diócesis de los Alpes meridionales, predicó directamente a la gente por todo el sur de Francia e hizo muchos discípulos. Al fin fue quemado en la hoguera en St. Gilles en 1140.

Enrique de Lausana, a quien también se llama Enrique de Cluny, continuó la obra de Pedro de Bruys. Enrique era monje y ya en el año 1101 había empezado a hablar denodadamente en contra de la liturgia eclesiástica, el clero corrupto de aquel entonces y el sistema de una jerarquía religiosa. Sostenía que la Biblia era la única norma para la fe y la adoración. Empezó a predicar en Le Mans, y cuando se le expulsó de allí, continuó su obra misional por todo el sur de Francia y con el tiempo se encontró con Pedro de Bruys. En 1148 se le arrestó y se le puso en prisión, donde pasó el resto de su vida. Pero las ideas de estos hombres se propagaron como un reguero de pólvora desde el sur de los Alpes hasta el Mediterráneo y de un extremo al otro del sur de Francia hasta el Golfo de Vizcaya.

VALDO Y LOS "POBRES DE LYÓN"

Dentro de este ambiente histórico apareció un laico en la escena en Lyón, Francia. No se sabe nada en cuanto al nacimiento de este hombre, que según se dice ocurrió alrededor de 1140 de la E.C. Hasta cierto grado, aun su nombre es un misterio, pues se deletrea Valdès, Valdo o Waldo. El nombre Pierre, o Pedro, no aparece en ningún manuscrito que esté fechado antes de 1368. Se cree que en años posteriores sus discípulos le dieron el nombre, para indicar que él era un imitador más digno del apóstol Pedro que los papas de Roma, que afirman ser los sucesores de Pedro.

Valdo era un comerciante adinerado de Lyón. Estaba casado y tenía dos hijas. Siendo hombre devoto y católico practicante, pidió a un amigo teólogo que le diera consejo de las Escrituras en cuanto a lo que debía hacer para agradar a Dios. En respuesta, su amigo citó Mateo 19:21, donde Jesús dijo al joven rico: "Si quieres ser perfecto, ve, vende tus bienes y da a los pobres y tendrás tesoro en el cielo, y, ven, sé mi seguidor."

Valdo tomó a pecho este consejo. Después de proveer para el sustento de su esposa y colocar a sus dos hijas en un convento, comisionó a dos sacerdotes, Etienne d'Anse y Bernard Ydros, para que tradujeran los Evangelios y otros libros de la Biblia al idioma vernáculo que se hablaba en las provincias de Provenza y Dauphiné en el sudeste de Francia. Entonces distribuyó el resto de sus posesiones entre los pobres y se puso a estudiar la Palabra de Dios. Además, predicó en las calles de Lyón, invitando a los habitantes a que despertaran espiritualmente y regresaran al cristianismo bíblico.

Puesto que Valdo había sido bien conocido como próspero hombre de negocios, muchas personas le escucharon y pronto tuvo un grupo de seguidores. Les alegró oír el mensaje consolador de la Biblia en su propio idioma, pues hasta entonces la iglesia había impedido que se tradujera la Biblia a otro idioma con la excepción del latín. Muchas personas convinieron en renunciar a sus bienes y dedicarse a enseñar la Biblia en el idioma de la gente común. Se les llegó a conocer como los "Pobres de Lyón."

Esta predicación laica incitó la ira del clero. En 1179 el papa Alejandro III prohibió a Valdo y sus seguidores predicar sin el permiso del obispo local. Como era de esperar, el obispo Bellesmains de Lyón rehusó dar su consentimiento. Los registros históricos indican que, ante esta proscripción, Valdo respondió a la jerarquía usando las palabras de Hechos 5:29: "Tenemos que obedecer a Dios como gobernante más bien que a los hombres."

Valdo y sus asociados continuaron predicando. Así, en 1184 el papa Lucio III los excomulgó, y el obispo de Lyón los expulsó de la diócesis. Resultó algo parecido a lo que ocurrió cuando los primeros cristianos fueron echados de Jerusalén. Acerca de ellos, la Biblia declara: "Los que habían sido esparcidos fueron por la tierra declarando las buenas nuevas de la palabra."-Hech. 8:1-4.

Estos disidentes del siglo doce se refugiaron en los Alpes y por todo el sur de Francia, y enseñaban la Biblia a medida que iban de un lugar a otro. Sin duda se toparon con otros grupos disidentes, como los seguidores de Pedro de Bruys y Enrique de Lausana. Al cruzar los desfiladeros de los Alpes en dirección al norte de Italia, se encontraron con grupos de disidentes que ya existían en los valles del Piamonte y de Lombardía. Estos grupos de disidentes con orientación bíblica, que luego llegaron a conocerse por toda Europa como valdenses, deben distinguirse de grupos "herejes" contemporáneos, como los cátaros y los albigenses, cuyas doctrinas estaban basadas más en la filosofía persa que en la Biblia. Los registros históricos muestran que para principios del siglo trece podían hallarse valdenses no solo en el sur de Francia y el norte de Italia, sino también en el este y norte de Francia, en Flandes, en Alemania, en Austria y hasta en Bohemia, donde se dice que Valdo murió en 1217.

EN BUSCA DE LA VERDAD BÍBLICA

Sea que Valdo mismo haya sido el fundador de los valdenses o no, a él se le tiene que dar el crédito por haber tomado la iniciativa de hacer traducir la Biblia del latín a las lenguas vernáculas que en aquel entonces hablaba la gente común a quienes él y sus asociados predicaban. Además, debe recordarse que eso ocurrió unos 200 años antes de que Wiclef tradujera la Biblia para los disidentes que hablaban inglés.

La posición básica de los valdenses primitivos era que la Biblia es la única fuente de la verdad en lo que tiene que ver con la religión. En un mundo que estaba comenzando a salir de lo que se ha llamado la "Edad del Oscurantismo," ellos buscaron a tientas la verdad cristiana. Evidentemente hicieron lo mejor que pudieron con los cuantos libros de las Escrituras Hebreas y Griegas que poseían en un idioma que podían leer y comprender.

No obstante, los valdenses primitivos comprendieron la Biblia lo suficientemente bien como para rechazar la adoración de las imágenes, la transubstanciación, el bautismo de infantes, el purgatorio, el culto de María, las oraciones a los santos, la veneración de la cruz y de las reliquias, el arrepentimiento de última hora, la confesión a los sacerdotes, las misas para los muertos, las indulgencias papales, el celibato sacerdotal y el uso de armas carnales. También rechazaron el uso de imponentes y elegantes edificios religiosos y consideraban que "Babilonia la Grande, la madre de las rameras," era la Iglesia de Roma, e invitaban a sus oyentes a huir de ella. (Apoc. 17:5; 18:4) ¡Todo esto lo hicieron a fines del siglo doce y a principios del siglo trece!

En su obra de predicar, los valdenses primitivos enseñaban la Biblia y daban mucha importancia al Sermón del Monte y al padrenuestro, en los cuales se muestra que el reino de Dios es lo que se debe buscar primeramente y lo que se debe pedir en oración. (Mat. 6:10, 33) Sostenían que cualquier cristiano, fuera hombre o mujer, que poseyera suficiente conocimiento de la Biblia estaba autorizado para predicar las "buenas nuevas." Además, consideraban a Jesús como el único mediador entre Dios y el hombre. Puesto que Jesús había muerto una vez para siempre, ellos sostenían que un sacerdote no podía reanudar este sacrificio por medio de celebrar una misa. Los valdenses primitivos conmemoraban la muerte de Cristo, utilizando pan y vino como símbolos.

LA PREDICACIÓN RESULTA EN PERSECUCIÓN

Los valdenses primitivos sostenían que no era necesario ir a una iglesia para adorar a Dios. Celebraban reuniones clandestinas en establos, hogares particulares y dondequiera que pudieran hacerlo. Durante estas reuniones estudiaban la Biblia y preparaban nuevos predicadores, los cuales acompañaban a los más experimentados. Viajaban en pares de granja en granja y, cuando estaban en los pueblos y aldeas, iban de casa en casa. El autoritativo libro de consulta intitulado Dictionnaire de Théologie Catholique (Tomo 15, columna 2591) en un artículo que, por lo demás, no favorece a los valdenses, declara: "Desde la más tierna edad, sus hijos empezaban a aprender los Evangelios y las Epístolas. La predicación de sus diáconos, sacerdotes y obispos consistía principalmente en citas de
la Biblia."

Otras obras nos informan que los valdenses tenían una excelente reputación de ser muy trabajadores, sumamente morales y honrados al pagar sus impuestos. Expulsaban a los pecadores que no se arrepentían.

Así eran estas personas temerosas de Dios a quienes perseguidores religiosos persiguieron hasta la muerte, pues a muchas de ellas las quemaron en la hoguera. Una gran cantidad de ellas fueron víctimas de la terrible cruzada que ordenó el papa Inocencio III en 1209 contra los cátaros y albigenses en el sur de Francia. Otros sufrieron tortura y se les dio muerte durante la temible Inquisición que empezó en el sur de Francia en 1229. Algunos de los valdenses lograron escapar a otros países, y muchos más se refugiaron en los elevados valles de los Alpes de Francia e Italia, donde por siglos sobrevivieron comunidades valdenses.

A principios del siglo dieciséis, los valdenses se unieron a sus hermanos protestantes y hoy en día son considerados una denominación protestante más.

Pero los valdenses primitivos, aunque se les acusó de ser "herejes," estaban de hecho sinceramente buscando la verdad y tomaron la delantera en traducir la Biblia, enseñarla y vivir conforme al modo sencillo que corresponde al cristianismo. Es cierto que no se libraron de todas las doctrinas erróneas de la religión babilónica falsa. Pero evidentemente vivieron conforme al conocimiento que habían obtenido de la Palabra de Dios. Muchos, según parece, estuvieron dispuestos a morir más bien que a renunciar a su fe. Claro, solo "El Señor conoce a los que le pertenecen." Por eso, con confianza podemos dejar en manos de Él el dar cualquier galardón de vida futura.-2 Tim. 2:19.


LA HISTORIA DE LA IGLESIA PRESBITERIANA


HISTORIA DEL PRESBITERIANISMO
El Presbiterianismo es un renacimiento de la Iglesia del Nuevo Testamento.  Da énfasis a su
teología, adoración, educación, práctica ética y gobierno representativo.  Tiene sus raíces en el
movimiento de la Reforma Protestante del siglo 16, iniciada por Martín Lutero y continuada por
otros reformadores, entre ellos Juan Calvino y Juan Knox.
LA IGLESIA PRIMITIVA & PERSEGUIDA
Después de la vida, muerte y resurrección de Jesucristo, el cristianismo empezó en el primer
siglo en Jerusalén con obra misionera de los Apóstoles.  Para el final del siglo, el Evangelio se
expandió a la capital del mundo existente, Roma.  El cristianismo de los primeros tres siglos
(30  – 313 d.C.)  fue  por lo general  un movimiento fiel y valiente en el que los peligros eran
afrontados con valor por la firmeza de las personas cristianas de la Iglesia Primitiva.  Estas
personas cristianas se vieron obligadas a reunirse en catacumbas por la constante amenaza de
los emperadores contra sus vidas.  Muchos de estas personas murieron como mártires. LA IGLESIA IMPERIAL & MEDIEVAL
Para el año 313 d.C. surgió un emperador romano llamado Constantino que dejó de perseguir
a las personas cristianas con su ―Edicto de Tolerancia.‖  Para 440 d.C. el cristianismo se
estableció como la religión oficial del estado.  Esto dio lugar a que entraran al cristianismo
algunas prácticas seculares que adulteraron la  fe verdadera.   Es increíble como la Iglesia que
empezó entre las personas más pobres y humildes del Imperio Romano llegó a ―cristianizar‖ al
mundo conocido y conquistar al Imperio en  tan relativamente poco tiempo.  Es cierto que las
personas cristianas  pudieron desde esos momentos en adelante adorar libremente y aún
adoptar el Credo de Nicea, pero también es cierto que perdieron mucho del celo y la pureza que
les caracterizó en el principio.
Para la  Edad Media hubo mucha corrupción,  Cruzadas,  violencia  e inmoralidad en la Iglesia
dominante.   Por ejemplo, casi no habían requisitos educacionales para los ministros.  Muchas
veces los ministros compraban sus posiciones, y otros abiertamente violaban sus votos de
celibato.  Los hijos de monarcas a veces eran nombrados a posiciones en la iglesia sin tener las
calificaciones.  Aún los monasterios, que antes eran centros de erudición y devoción religiosa,
habían llegado a ser centros opulentos de ociosidad y libertinaje.     LA IGLESIA REFORMADA:  MARTIN LUTERO & ULRICO ZWINGLIO EN EUROPA
Las denominaciones Protestantes o evangélicas surgen como resultado del movimiento que se
conoce en la historia humana como la Reforma.  Por ser el monje agustino, teólogo alemán y
profesor universitario, el Dr.  Martín Lutero (1483-1546), su más ardiente exponente, se le
conoce como su líder y la fecha del 31 de octubre de 1517 como el Día de la Reforma.  Fue en
esa fecha que Lutero clavó (como era de costumbre en aquellos tiempos) sus ―95 Tesis‖ en la
puerta de la Abadía de la Universidad de Wittenberg en Alemania, en la que expresaba su
desacuerdo con varias prácticas de la Iglesia dominante, especialmente la venta de indulgencias
(que básicamente funcionaba como una ―póliza de seguro‖ porque prometía el perdón de los
pecados pasados y futuros y la abreviación del sufrimiento en la vida venidera mediante la
recolección de dinero para el costo de construcción de la Basílica).
Un día en el 1517 un  monje que vendía indulgencias llamado Johann Tetzel vino al pueblo
donde Lutero servía como un profesor de religión  en la universidad local.  Tetzel iniciaba sus
ventas de indulgencias voceando el lema:  "Tan pronto la moneda en el cofre resuena, el alma
al cielo brinca sin pena."   A través de su estudio de la carta del Nuevo Testamento a los
Romanos, Lutero  empezó su  convicción de que la gracia y el perdón de Dios no se podían
comprar, sino que eran un regalo gratis recibido por fe.  Lutero reaccionó fuertemente en
contra de la práctica de indulgencias y declaró sus quejas (95 de ellas) en la puerta de
Wittenberg, las cuales fueron traducidas rápidamente y copiadas ampliamente por toda Europa.    
Aunque Lutero deseaba ―reformar‖ a la Iglesia y no crear otra denominación, la Iglesia en el
momento rehusó reformarse.  En 1521 ante un tribunal Lutero rehusó retractarse y dicen que él
declaró:   "Que se me convenza mediante testimonios de la Escritura y claros argumentos de la
razón—porque no le creo…ni a los concilios, ya que está demostrado que a menudo han errado,
contradiciéndose a sí mismos—por los textos de la Sagrada Escritura que he citado, estoy
sometido a mi conciencia y ligado a la Palabra de Dios.  Por eso no puedo ni quiero retractarme
de nada, porque hacer algo en contra de la conciencia no es seguro ni saludable.  ¡No puedo
hacer otra cosa; esta es mi postura!  ¡Que Dios me ayude!"   En fin, Lutero protestó en contra
de las pretensiones y  los  abusos de la Iglesia existente y llamó a la Iglesia a volver a un
gobierno espiritual.  Lutero tuvo éxito en gran parte por la invención de la imprenta en el siglo
16 y por la distribución de sus escritos en el lenguaje común del pueblo.  La gente empezó a
pensar por sí sola.  El resultado fue el comienzo de la Iglesia Luterana.  Otro reformador era Ulrico Zwinglio (1484-1531), quien fue pastor, músico, teólogo, líder de
la Reforma suiza y fundador de la Iglesia Reformada Suiza.  Independiente de Lutero, Zwinglio
llegó a conclusiones similares con respecto al re-descubrimiento del Evangelio.   Aunque su
interpretación del significado de la Santa Cena fue diferente a Lutero, Zwinglio hizo hincapié en
la autoridad de las Escrituras y también denunció las prácticas de la Iglesia occidental.  Zwinglio
subrayó la soberana voluntad de Dios  declarada en las Escrituras como la  guía para el ser
humano.LA IGLESIA REFORMADA:  JUAN CALVINO EN SUIZA
Se reconoce al contemporáneo teólogo francés, el Dr.  Juan Calvino (1509-1564), como el
pionero espiritual del Presbiterianismo, quien se estableció en exilio en Ginebra, Suiza para el
año 1540.  Calvino tenía ocho años cuando Lutero clavó sus ―95 Tesis‖ y doce años cuando
Lutero rehusó retractarse.  En sí, Calvino era un Reformador de segunda generación.  Juan
Calvino, quien estudió para sacerdote, también estudió leyes.  Se convirtió al protestantismo en
el año 1533.  A la edad de 26 años escribió la primera edición de su obra teológica,  Las
Instituciones de la Religión Cristiana, que todavía es leída por estudiantes de teología.   En esta
obra magna, Calvino presenta en forma sistemática el rechazo a la autoridad medieval, la
incapacidad humana de salvarse por el pecado; la doctrina de la justificación por la gracia
mediante la fe; la doctrina de la soberanía de Dios y la realidad y función de la Iglesia como
Cuerpo de Cristo.  La característica principal del pensamiento de Calvino es su esfuerzo por
interpretar las Escrituras como la auténtica revelación de un Dios soberano.  Su teología y su
forma de gobierno están basadas en la Biblia.  Durante sus años de actividad en Ginebra,
estableció el sistema de gobierno representativo, el cual sirve como modelo al gobierno
presbiteriano.
Calvino tuvo la más influencia sobre la  Reforma y fue de tremenda influencia a la sociedad  y
cultura occidental.  Fue un erudito de la época del Renacimiento, donde se enfatizaba el estudio
de los lenguajes originales (como el hebreo y griego para los estudios bíblicos).  Calvino era un
experto en las humanidades.  Afirmaba que la humanidad era la buena creación de Dios con la
capacidad de lograr alcanzar el bienestar común, pero a la misma vez la humanidad era
pecaminosa y capaz de lograr hacer mucho mal.  Calvino fue el primero en escribir una serie de
comentarios  exegéticos  sobre (casi todos) los libros de la Biblia y reorganizar la adoración
pública en las iglesias de Ginebra.  En fin, la interpretación bíblica de Calvino hizo énfasis en la
soberanía de Dios sobre la creación e historia humana.  Por tanto, según él, es deber de la
criatura rendir culto a Dios.  También Calvino dio especial atención  a la educación teológica y
general, a la conducta moral, al ahorro económico y a la democracia representativa.   Si Lutero
es conocido como el ―corazón‖ de la Reforma, Calvino se destaca por ser su ―cerebro.‖  Hoy en
día, los Presbiterianos o calvinistas se les conocen por ser Reformados porque históricamente
eran considerados más ―reformados‖ que los Luteranos.   LA IGLESIA REFORMADA:  JUAN CALVINO & EL GOBIERNO CIVIL / ECLESIASTICO
Es significante  como la experiencia  personal  de Calvino (con el gobierno civil y eclesiástico) y
como su creencia en la habilidad humana  (de  tanto  alcanzar hacer bien  y  lograr hacer daño)
influenció las tres opciones que él escogió para gobernar o dirigir a la iglesia.  Como un exiliado
por la monarquía en su país natal de Francia, Calvino se refugió en Ginebra y por consecuente
tenía un mal concepto de los gobiernos jerárquicos.  Al otro extremo, él no confiaba en la idea
del gobierno congregacional, donde  existía la probabilidad  de que la masa o  el  populacho
tomara decisiones por mera reacción.  Calvino consideraba esto como un ―gobierno de pandilla‖
(o la ley de la calle).  Su fe en la bondad de la humanidad para ser usada por Dios para lograr
Su voluntad en el mundo y también su creencia en el pecado humano, llevó a Calvino a
desarrollar un sistema donde el énfasis mayor se ponía en tomar decisiones colectivamente en
grupos, y a crear un sistema de limitar y balancear el poder humano.
En este sistema presbiteriano, el pueblo escoge a los ancianos/as (o ―presbíteros‖) para tomar
las decisiones mayores en su lugar.   En la actualidad, la estructura de tomar decisiones en la
Iglesia Presbiteriana consiste de cuatro  concilios o  cuerpos gobernantes:   Consistorio  (nivel
local) – Presbiterio (nivel regional) – Sínodo (nivel estatal) – Asamblea General (nivel nacional).
La congregación elige ancianos/as (ministros y laicos) para servir en su Consistorio.  El
Consistorio envía ancianos/as para servir en el Presbiterio.  El Presbiterio envía ancianos/as
(ministros y laicos) para servir en el Sínodo y la Asamblea General.

LA IGLESIA REFORMADA:  JUAN KNOX EN ESCOCIA
Otro reformador y estadista escocés fue Juan Knox (1506-1572), un discípulo y compañero de
Juan Calvino, quien organizó lo que se conoce como la Primera Asamblea General Presbiteriana
en Escocia.  Dicha Asamblea se celebró en 1560, constituyéndose presbiterios y sínodos, y
aprobándose el sistema presbiteriano en las Islas Británicas.   Huyendo de la persecución
religiosa, Knox salió de Escocia y fue a Ginebra donde estaba Calvino.  Estudió en la academia
de Calvino y en 1559 regresó fervientemente a Escocia donde llevó los principios reformadores
de Calvino y estableció el Presbiterianismo.  LA IGLESIA MODERNA & MISIONERA:  EL PRESBITERIANISMO EN AMERICA
De Escocia vinieron los Presbiterianos  a las colonias de los Estados Unidos.  Además, los
Presbiterianos vinieron de Suiza y Holanda hasta llegar a México y Sur América.  El origen del
Presbiterianismo en los Estados Unidos comenzó en 1626 en el Río Hudson, mucho antes
de la fundación de la nación americana.  Los que emigraron al Nuevo Mundo en los años 1600 y
1700 trajeron con ellos los puntos de vista de Calvino sobre la teología Reformada y el gobierno
Presbiteriano.  La primera iglesia presbiteriana fundada en las colonias americanas fue en 1640.
La personalidad presbiteriana más distinguida durante esa época, Francis Makemie (un Irlandés
que fue educado en Escocia),  comenzó muchas iglesias presbiterianas y fue instrumental en
establecer el primer Presbiterio en Norteamérica en Filadelfia en 1706.  El primer Sínodo fue en
1716, consistiendo de cuatro Presbiterios.   La primera Asamblea General fue en 1789.  La
Revolución Americana por su independencia de Inglaterra en 1776 fue llamada por los
británicos como la ―Revolución Presbiteriana‖ por el apoyo inmenso de tantas personas
presbiterianas.  Por lo menos 14 de los firmantes de la Declaración de Independencia eran
presbiterianos (incluyendo el único ministro, el Rvdo. John Witherspoon).  Al menos diez laicos
presbiterianos participaron en la Convención Constitucional de 1787-1788.  Las creencias
presbiterianas  de ellos  acerca del  potencial humano y el  pecado humano se reflejan en la
Constitución de los Estados Unidos que cede el poder a los grupos representativos y contiene
un sistema de balance  e igualdad  entre las tres ramas del gobierno federal:  ejecutiva
(Presidente), legislativa (Congreso) y judicial (Tribunal Supremo).
 
La historia del presbiterianismo es una de división, unión, más divisiones y más re-uniones.  Por
ejemplo:  (1) El Primer Gran Despertamiento en América (temprano en los 1700s) produjo
el ―Lado Viejo‖ (Princeton) y el ―Lado Nuevo‖ (George Whitefield).  (2) El  Segundo Gran
Despertamiento (temprano en  los  1800s) trajo división entre aquellos que promovían el
avivamiento  (Charles Finney, Jonathan Edwards) y los tradicionalistas.   También produjo la
Iglesia Presbiteriana Cumberland, que no exigía tanta educación teológica para sus ministros en
la frontera de América.  (3) La  división más grande ocurrió en 1861 sobre la cuestión de la
esclavitud  de los Africanos-Americanos y la Guerra Civil Americana.   Por consiguiente, se
formó dos iglesias:  una en el Norte y la otra en el Sur.  (4) La controversia teológica entre los
Fundamentalistas y Liberales (temprano en los 1900s), se enfocó en el estudio crítico de la
Biblia (ej., el Darwinismo social y la ―inerrancia‖ o ―infalibilidad‖ de la Escritura); la tensión entre
la  evangelización y la justicia social;  las sospechas del movimiento ecuménico; y el rol  y la
ordenación  de la mujer en el ministerio.    A pesar de los conflictos internos, la Iglesia
Presbiteriana envió misioneros, estableció escuelas y plantó nuevas congregaciones en varios
países del mundo, como en Corea y Brasil, donde hoy en día hay una población presbiteriana
más numerosa que en los mismos Estados Unidos.  LA IGLESIA POST-MODERNA
Durante la historia del cristianismo, se puede decir que la Iglesia y la civilización ha pasado por
tres fases generales:  La primera fase fue la Pre-Moderna (hasta el 1648), donde las dogmas
de la Biblia (según la interpretación de la Iglesia) eran aceptadas sin cuestionamiento alguno
por las masas, que usualmente eran analfabetas.  La segunda fase fue la Moderna (hasta el
final de la Segunda Guerra Mundial), donde el movimiento Racionalista y Científico predominaba
en  la filosofía, ciencia, arte, industria y política; donde se destronó la Escritura y Tradición en
busca de una supuesta utopia—hasta que se observó con horror la crueldad destructiva del
Holocausto y las armas nucleares/químicas  entre naciones supuestamente modernas.   Esa
desilusión  con el modernismo creó lo que  se conoce en la actualidad como el  PostModernismo (prevalente en los 1960s y el siglo 21), donde se caracteriza por la desconfianza
en cualquier ideología exclusivista (ya sea religiosa, institucional, gubernamental, racionalista o
científica) y por enfocarse en la exaltación del individualismo.  Según esta mentalidad, la verdad
o ―felicidad‖ no se encuentra ni en la Biblia/Iglesia ni en la Ciencia/Razón, sino en lo que uno
sienta.  El individuo es la autoridad final y determina si algo es verdadero o no.   Esta actitud
post-moderna se manifiesta no solamente en la sociedad, sino en las iglesias.  Por ejemplo, ya
no hay una lealtad denominacional, sino que  el individuo  busca congregaciones que puedan
satisfacer primordial y subjetivamente sus necesidades particulares o familiares.    
En 1983 hubo la fusión de la Iglesia Presbiteriana en los Estados Unidos o PCUS (con base en
los estados sureños) y la Iglesia Presbiteriana Unida en los Estados Unidos de América o
UPCUSA (con base en los estados norteños).  Esta reunión histórica creó lo que hoy llamamos la
Iglesia Presbiteriana (EUA) o PC(USA).    Su Constitución contiene dos partes:  El  Libro de
Confesiones  y el  Libro de Orden.   En adición, existen más de nueve denominaciones
presbiterianas en los Estados Unidos que son más pequeñas y conservadoras (ej, Presbyterian
Church in America, Evangelical Presbyterian Church, Orthodox Presbyterian Church, Cumberland
Presbyterian Church, Reformed Church of America, etc.)
Hoy en día, las iglesias Presbiterianas y Reformadas representan a 75 millones de cristianos en
106 países en el mundo.  La más grande  e histórica  de todas las otras denominaciones
presbiterianas en los Estados Unidos es la Iglesia Presbiteriana (EUA) con algunos 2.4 millones
de miembros, 11,295 congregaciones, 20,858 ministros/as ordenados/as, 979 candidatos/as al
ministerio, 111,789 ancianos/as, 73,676 diáconos/nisas en todos los 50 Estados y Puerto Rico.
Desde el siglo 20, la Iglesia Presbiteriana (EUA) es una de las diez denominaciones más grandes
en los Estados Unidos.  Superando a los Episcopales, es la denominación con más personas con
grados universitarios y con más contribuciones financieras de las congregaciones (casi $1.8
billones).  Como  es  una denominación que cubre a toda la nación, tiene 16 Sínodos, 173
Presbiterios, 269 Universidades (inclusive la Universidad Interamericana de Puerto Rico), y  10
Seminarios Teológicos  acreditados  (incluyendo el prestigioso Princeton  Theological Seminary).
También tiene  un convenio con el Seminario Evangélico de Puerto Rico y  cientos de obras
misioneras por todo el mundo.  Muchos miembros del Congreso de los Estados Unidos son
presbiterianos.  LA IGLESIA PRESBITERIANA:  SU SINGULARIDAD
La diferencia más grande entre los Presbiterianos y otros cristianos de otras denominaciones no
es tanto la adoración pública o la creencia común, sino es la manera de que ellos se gobiernan
y contestan las siguientes tres preguntas:  ―¿Cómo escogen a sus líderes?  ¿Cuánta autoridad
tienen los líderes?  ¿Cuánta autoridad tiene el pueblo?‖   Respaldadas con bases bíblicas, hay
generalmente tres maneras en que las iglesias cristianas se gobiernan:
 Por un lado, el sistema  Jerárquico o Episcopal  es dirigido por ―obispos‖ [como en la
Iglesia Católica Romana, Iglesia Ortodoxa, Iglesia Episcopal/Anglicana, Iglesia Luterana,
Iglesia Metodista Unida, etc.].  Por lo general, los líderes (quienes no son elegidos por el
pueblo) tienen mucha autoridad, y el pueblo tiene  ninguna o poca autoridad en las
decisiones mayores.
 En el centro, el sistema Presbiteriano es dirigido por ―ancianos/as‖ [como en la Iglesia
Presbiteriana (EUA), Iglesia Reformada en América, etc.]    Los líderes (quienes  son
elegidos por el pueblo) tiene bastante autoridad, y el pueblo y los líderes  comparten la
autoridad en las decisiones mayores.  Tales decisiones no son hechas por un individual ni
por todo el mundo, sino por un grupo inclusivo y representativo (un cuerpo gobernante).
 Por el otro lado, el sistema  Congregacional es  dirigido por  ―miembros‖ [como las
Iglesias Bautistas, Iglesia Cristiana (Discípulos de Cristo), Iglesia Unida en Cristo, Iglesia
Menonita,  Iglesia Adventista,  algunas Iglesias Pentecostales, etc.]    Por lo general, los
líderes (quienes  son elegidos por el pueblo) tiene menos autoridad, y el pueblo tiene
toda la autoridad en las decisiones mayores.


LA HISTORIA DE LA IGLESIA METODISTA

La iglesia metodista fue fundada en el siglo XVIII por Juan Wesley. Talvez Wesley se revolcaría en la tumba si escuchase decir que él fue quien fundó esta Iglesia. En realidad nunca quiso fundar una nueva iglesia. Esto lo consideraba arrogante, pues pensaba que quien funda una iglesia necesariamente es por que considera que las existentes son inferiores. La anglicana era la iglesia oficial de Inglaterra, y Wesley nació anglicano, vivió anglicano, murió anglicano y fue enterrado bajo el rito anglicano.

Wesley trabajó toda su vida para que los cristianos, no importando su denominación, fueran practicantes serios de su fe. Sin proponérselo, resultó liderando un gran avivamiento espiritual en plena revolución industrial inglesa. Durante más de 60 años predicó al aire libre a grandes multitudes, más de tres sermones diarios. Alguna vez en su diario escribió: Mi vida es predicar. Decía Paul Johnson, el historiador, que si Wesley no fue el más grande predicador de la historia, por lo menos si fue el más tenaz. Fue un hombre inquieto, disciplinado y metódico. De acá viene el nombre metodista, que al comienzo sólo era un sobrenombre, pero que con el tiempo vino a ser una importante Iglesia.

Wesley publicó una extensa biblioteca de autores cristianos. Incluyó autores de diversas tendencias. Tenía un espíritu ecuménico. Aprendió español, sólo, por el placer que le producía la poesía y la mística española. Aprendió y dominó el Alemán para conocer de cerca el pietismo alemán y a Lutero. Citaba la Biblia directamente del griego. El hebreo no lo dominaba muy bien. Leyó en Latín las extensas obras de la patrística cristiana, de la cual fue ampliamente conocedor. También escribió cerca de 200 libros, muchos de los cuales eran resúmenes de obras técnicas de su tiempo, pero la mayor parte fueron obras teológicas y sermones.

Yo pienso como Kierkegard, que lo más placentero en la vida es leer un buen sermón. Personalmente me considero buen lector de sermones. Disfruto mucho los de San Agustín, Lutero y mas recientemente, los de Barth, pero los sermones de Wesley son un capitulo aparte en mi vida, son los que más disfruto y los que mas influencia y poder han ejercido sobre mí. Hoy se conservan más de 800 sermones escritos, pero Wesley apartó una lista de 52, a los que llamó normativos, y dijo: El que quiera ser metodista tiene que aceptar estos sermones como base de su fe.

Millones se hicieron metodistas. Wesley los organizó en grupos pequeños que debían reunirse en horarios que no interfirieran con los cultos de las iglesias a las que pertenecían los metodistas. Entre los más serios y comprometidos, Wesley creo un cuerpo de predicadores itinerantes. No podían ofrecer sacramentos, sólo predicar. Wesley les decía: Ofrezcan a Cristo.

Los predicadores metodistas ingleses rápidamente llegaron a América. Como eran itinerantes y solían, como Wesley, ir a caballo de pueblo en pueblo llevando el evangelio. Rápidamente crecieron y se expandieron por las nuevas colonias de Norteamérica. Usaban una liturgia de la palabra muy sencilla. Esta forma de celebrar el culto cristiano, influenció todo el protestantismo norteamericano posterior. Hoy se dice que los cien millones de cristianos protestantes (Pentecostales) que debe haber en América latina, son hijos directos de Wesley. En otra ocasión puedo explicar en detalle la anterior frase.

Cuando los Estados Unidos se independizaron de Inglaterra, el rey Inglés ordenó la salida de todos los pastores de la oficial iglesia anglicana que se encontraban en América. Los metodistas, que desde siempre rehusaron ser iglesia, se quedaron sin pastores ordenados que ofrecieran los sacramentos de la Santa Cena y bautismo. Desde siempre en la iglesia cristiana sólo pastores ordenados pueden ofrecer sacramentos al pueblo. Así que no hubo mas remedio y los metodistas tuvieron que convertirse en Iglesia y establecer sus propios procedimientos de ordenación y organización para el ministerio cristiano y poder así ofrecer sacramentos al pueblo. Así nació la primera Iglesia Metodista en el mundo. (1784)

Pronto la metodista llegó a ser la iglesia más grande e influyente en los Estados Unidos. A mediados del siglo XVIII, la iglesia metodista era más grande que la sumatoria de todas las demás denominaciones cristianas del país. Después la guerra entre el norte industrial y el sur agrario y esclavista dividió a los Estados Unidos y produjo grandes heridas y múltiples fragmentaciones en el metodismo. A finales del siglo XVIII hubo otra gran fragmentación en las iglesias protestantes norteamericanas, fue la época en que nacieron los funtamentalismos, carismatismos y pentecostalismos. Las iglesias congregacionalistas (Bautistas) crecieron y la inmigración de italianos e Irlandeses de tradición católica visibilizó a la Iglesia de Roma, iglesia que antes sólo era conocida en las fronteras con México.

En la actualidad, en tamaño, la metodista es la tercera denominación religiosa de los Estados Unidos, pero es talvez la que históricamente más ha influenciado el ethos religioso de la nación.

En la conferencia misionera de Edimburgo (1910), dominada por el protestantismo europeo, se concluyó que América latina ya era un continente cristiano y por tanto no había necesidad de evangelizarlo. Para aquel entonces los cristianos de América latina eran católico romanos y con frecuencia linchaban a los pocos protestantes que habían. Justo González, el otro historiador, dice que probablemente esta es la razón por la cual amplios sectores evangélicos de América latina, son alérgicos al ecumenismo.

Los protestantes norteamericanos no estuvieron de acuerdo con esta decisión de la conferencia de Edimburgo y programaron una nueva conferencia en Panamá (1916). Acá se programó la evangelización protestante de América Latina. Se decidió que para no crear confusión, no entraría más de una denominación (Iglesia) protestante a cada país. Creo que a Colombia le correspondió ser evangelizada por la iglesia presbiteriana. Con los años este acuerdo de panamá no se respetó, pero el metodismo siempre lo respetó y nunca enviaron misioneros a Colombia. Es por esta razón que el metodismo es nuevo en Colombia y no es producto del esfuerzo de misionero de extranjeros.

En la actualidad el metodismo hace presencia en prácticamente todos los países del mundo. El concilio mundial metodista congrega a unos 70 millones de fieles. 

¿Qué Hay detrás del Nombre: "Bautista?"


Por el Pastor José Luis Torres
INTRODUCCIÓN
En un mundo donde semana a semana surgen nuevos grupos religiosos y sectas extravagantes, es cada vez más difícil, para las verdaderas iglesias cristianas, que predican y creen en la Biblia, mantener una identidad que los separe del resto de las falsas iglesias seudo-cristianas. Ya ni el simple título de "cristianos" dice mucho, ya que encontramos toda clase de iglesias "cristianas" que portan el nombre, no solamente equivocadamente, sino en prejuicio de los que realmente lo son, ya que confunden a la gente, haciéndoles creer que los cristianos son ellos, cuando en realidad no lo son, y los mal informados no pueden notar la diferencia.
¿Qué nombre, entonces, deben usar las verdaderas iglesias cristianas para identificarse? No es una respuesta fácil. Lo ideal sería que se pudieran llamar simplemente "Iglesia de Cristo", pero desafortunadamente ya existe una secta con ese nombre. (Y para los que consideraban la así llamada Iglesia de Cristo como verdadera cristiana, han de saber que ellos predican otro evangelio, por predicar que sólo los miembros de su iglesia se van a salvar, y que el bautismo es parte de la salvación; eso es salvación por obras, y va en contra de las enseñanzas del Nuevo Testamento).
Otro nombre ideal sería "Iglesia de Dios". Pero hay mucho en esa clase de iglesias que no es de Dios, tal como el emocionalismo, las demostraciones de éxtasis del hablar en lenguas, las revelaciones extra-bíblicas y la creencia indiscriminada en sanadores (no en la sanidad); de manera que no podemos usar ese nombre. Hay iglesias que han adoptado los nombres de alguno de sus líderes prominentes, o de su fundador, pero eso lo rechazan los verdaderos cristianos porque no quieren dar honra al hombre; de hecho, aquellos que se auto denominan usando el nombre de una persona, bien pueden ser identificados como iglesias equivocadas, si bien, no todas podrían catalogarse como sectas.
Por toda esta problemática, algunas iglesias que predican y creen en la Biblia, simplemente han optado por llamarse "Iglesias Bíblicas", rechazando cualquier nombre, que aunque en algún tiempo tenía una buena connotación, en la actualidad ya no la tiene. Eso es, hasta cierto punto, plausible, pero los editores de esta revista creemos que el nombre "Bíblica" solamente, ha separado a las nuevas iglesias que predican la Biblia sin reservas, de sus antepasados históricos, dejándolos prácticamente sin nadie con quien identificarse. No es suficiente argumento rechazar el nombre "Bautista", como el nombre que los cristianos que más se han apegado a la Biblia han utilizado en los últimos siglos, sólo porque en la actualidad haya iglesias que se dicen ser bautistas y no lo son (así como hay iglesias que no se dicen bautistas, pero en doctrina y práctica lo son); es tanto como decir que uno se va a quitar su apellido porque hay personas en la cárcel que llevan ese nombre, o como dejar de decirse mexicano (o cualquiera que sea la nacionalidad de uno) sólo porque hay malos mexicanos.
La realidad de las cosas es que tanto los de dentro, como los de fuera, desconocen lo que realmente hay detrás del nombre "BAUTISTA"; aun aquellos fieles creyentes, defensores de la verdad, fundamentalistas, con una educación de seminario, desconocen la herencia que llevamos los bautistas fundamentales, porque en sus seminarios no les han enseñado nuestra historia. La mayoría de los seminarios, incluyendo muchos bautistas, no se han dado a la tarea de rescatar nuestro gran pasado bautista, enseñando la Historia de los Bautistas, y no solamente la Historia de la Iglesia o del Cristianismo -- que en la mayoría de los casos, se centra más bien en la Iglesia Católica, y esporádicamente en le verdadero cristianismo--.
Una razón de que se desconozca, y por lo tanto, no se enseñe y promueva la Historia de los Bautistas es porque el material disponible sobre el tema es muy escaso. John T. Christian, autor de A History of the Baptists (Una Historia de los Bautistas) dice en el prefacio de su libro que la dificultad de poder escribir sobe la historia de los bautistas se debe a varias razones:
1) Estamos demasiado alejados de las tantas circunstancias bajo estudio; 2) Las descripciones de los bautistas frecuentemente fueron hechas por los enemigos, porque así les convenía a sus propósitos, para denigrar su carácter, de ahí que el testimonio de tales fuentes deben recibirse con discriminación y conceder gran concesión a muchas de sus declaraciones. 3) En algunos casos se hicieron intentos constantes y decididos para destruir los documentos relacionados con esta gente; el material que permanece está esparcido en muchas bibliotecas y archivos, en muchos lugares y no siempre son de fácil acceso. 4) A menudo, debido a las persecuciones, los bautistas estuvieron mucho más interesados en esconderse que en dar cuenta de sí mismos o de su paradero. 5) Estuvieron esparcidos por muchos países, en la ciudad, en la cueva, donde pudieran encontrar un escondite; y 6) Frecuentemente se les dio diferentes nombres por sus enemigos; lo cual originó confusión. No obstante, su historia es una de realeza, que vale muy bien la pena decirla y preservarla. (John T. Christian, A History of the Baptists. Bogard Press, Texarkana, Ark.-Tex; 1922. página 3).
De ahí que nos propongamos en este breve artículo, informar lo que hay detrás del nombre bautista, para crear una conciencia más recta sobre el grupo de cristianos que en la actualidad no se avergüenzan de llamarse BAUTISTAS.
CONSIDERACIONES HISTÓRICAS
Los Bautistas no son Protestantes.
Ya en el artículo Los Bautistas y Su Herencia, del Dr. Strouse, también en esta edición de APOLOGÍA, se exponen las diferentes teorías sobre el origen de los bautistas. Allí se establece claramente que los bautistas no somos protestantes, porque el movimiento bautista nunca resultó del movimiento de la Reforma del siglo XVI, iniciado por Lutero.
Estrictamente hablando, el nombre "protestante" fue dado a los gobernantes que "protestaron" a la rescisión (anulación), del edicto del primer Diet (palabra en alemán que significa "día", y se refería al día de asambleas donde se resolvían cuestiones religiosas) de Spiers. Este Diet había logrado el acuerdo de territorialismo "de quién es tal región, tal será la religión" que establecía que de acuerdo a los que vivían en tal región, la religión de la mayoría sería la oficial en esa región. Eso perjudicaba los intereses de la Iglesia Católica, y como el rey Carlos V era católico, anuló el edicto del Diet de Spiers de 1526, convocando uno nuevo en la misma ciudad en 1529, donde oficialmente se les dio el nombre "protestante" a tales gobernantes que protestaron. El nombre fue luego dado a todos los que abandonaban la Iglesia Católica.
Ya que los bautistas (anabautistas, en esa época) no se beneficiaban con ninguno de los edictos, por no ser mayoría en ninguna región, ni se les puede llamar católicos, ni mucho menos protestantes; ya que fueron encarnizadamente perseguidos tanto por la Iglesia Católica, como por los protestantes, y no tomados en cuenta; pero aun si lo hubieran sido, seguramente hubieran rechazado la idea de que alguna región se designará anabautista, o cualquier otros nombre de los grupos religiosos mayoritarios, solo por ser mayoría.
Sorprendentemente, y contrario a la opinión popular, los protestantes fueron los que más persiguieron a los bautistas. En la trágica Guerra de los Campesinos de Munster, donde 5.000 de ellos perdieron la vida, muchos bautistas fueron inmolados, acusados falsamente de sedición. Lutero mismo reclamó toda responsabilidad diciendo: "Yo, Martín Lutero, he derramado la sangre de los campesinos rebeldes; puesto que yo los mandé matar. Su sangre sea en verdad sobre mi cabeza; pero", y en forma blasfema añadió, "la he puesto sobre la cabeza del Señor Dios, por cuyo mandato hablé". (John T. Christian, página 156).
De manera que tanto históricamente, como por decisión determinada, los bautistas informados nos rehusamos a ser identificados como "protestantes", y no solamente por las atrocidades infligidas sobre nuestros antepasados por los protestantes, sino más aun, porque en su esfuerzo por reformar la Iglesia Católica, los protestantes no sólo no lograron desembarazarse de todas las prácticas y creencias católicas paganas, sino que las siguieron practicando, y persiguieron a los anabautistas que los denunciaban por no haber andado hasta el final del camino en su huida del catolicismo. Es del conocimiento de la mayoría que Lutero, por ejemplo, murió católico. Él nunca renunció al catolicismo, aunque fue excomulgado por el Papa Leo X en 1521 en el Diet de Worms; su deseo no era iniciar una nueva denominación, sino reformar la Iglesia Católica desde dentro.
Todos los historiadores evangélicos no-bautistas, enseñan que los anabautistas del siglo XVI salieron de la reforma de Suiza con Zuinglio. Cierto es que Baltasar Hubmeir, Grebel y Manz, una vez convertidos del catolicismo al verdadero cristianismo, intentaron trabajar al lado de dicho reformador suizo, pero finalmente se separaron de él por rehusarse a dejar de lado la herética práctica de la transustanciación (doctrina católica que enseña que el vino y la hostia se convierten milagrosamente en el cuerpo y la sangre de Cristo en la comunión -- los católicos la llaman comulgación), y del bautismo infantil. Zuinglio se rehusaba a tomar tan radicales pasos, no porque no creyera que estos futuros anabautistas estuvieran en lo correcto, sino porque no consideraba que al cambiar tan rápidamente estas prácticas, beneficiaría a sus planes de reforma. Dicho en otras palabras, quería reformar la iglesia, pero sin "pisarle los callos a nadie", no quería ofender a nadie. (Eso se asemeja a la moderna predicación de los neo-evangélicos).
Una vez convencidos que Zuinglio no iba a acceder a sus demandas, optaron por separarse, y en privado, se bautizaron bíblicamente por inmersión y empezaron una predicación y evangelización anabautista que finalmente les costó la vida. Ellos no iniciaron el movimiento anabautista, solamente se identificaron con él al apegarse a lo que ellos sabían que era enseñado claramente en las Escrituras; probablemente desconociendo, o quizá no, que ya había otro grupo de cristianos apodados despectivamente "anabautistas" (re-bautizadores) por insistir que el bautismo es una ordenanza para los creyentes; y dado que los que se convertían de otras religiones normalmente ya habían sido bautizados de infantes, los enemigos consideraban el bautismo practicado por los anabautistas como un segundo bautismo. Lo cierto es, como lo establece la teoría del Parentesco Espiritual descrito en el artículo del Dr. Strouse (en esta misma APOLOGÍA), que ellos pueden muy bien ser considerados como auténticos anabautistas.
Los auténticos bautistas modernos, reconocemos nuestro antepasado anabautista con orgullo, porque sabemos que aquellos llevaron a la práctica las convicciones tomadas de las Escrituras costara lo que costara. No como los modernos "evangélicos" (neo-evangélicos) que han vendido a Aquel que los compró con su sangre, y aun a sus verdaderos antepasados reformistas: Lutero, Calvino, Zuinglio, etc. ya que en la actualidad trabajan codo a codo con los católicos en esfuerzos evangelísticos, y dicen que encuentran una "concordancia dinámica" entre la enseñanza reformista que solo las Escrituras son base para la doctrina, y la pagana Tradición católica. No me está permitido decir quiénes, en la actualidad, nos producen náuseas al hacer lo arriba descrito, y que llaman al Papa: "Siervo de Dios"; o que cuando visitaron a la ahora extinta Unión Soviética, dijeron no haber visto ninguna represión religiosa; pero sí les podemos dar sus iniciales; ellos son: Billy Graham, Luis Palau, Intervasity, Navigators, etc., etc. Alguna duda?
Los bautistas no empezaron con Roger Williams, ni John Smyth
Una de las teorías de la Historia de los Bautistas es que tuvieron su origen con el movimiento separatista inglés, del cual Roger Williams y John Smyth fueron líderes. Cierto es que Roger Williams fue uno de los primeros en repudiar la idea de la unión de la Iglesia (Anglicana) y el Estado (Inglaterra), y por eso vino a América a principios del siglo XVII, y que asimismo repudió el bautismo infantil y sostenía el bautismo de creyentes por inmersión, pero él mismo no quiso ser identificado como bautista porque en ese tiempo, era sinónimo de rebelde y alborotador. Si acaso Williams fue bautista, lo fue durante tres o cuatro meses. De todos modos, Williams, aunque no fundó el movimiento bautista, ni siquiera en los EE.UU., es reconocido como un adalid en el avance de la moral, y el establecimiento de muchos principios y doctrinas cristianos en la Nueva Inglaterra.
John Smyth, por su parte, sí fue bautista salido de la Iglesia Anglicana, repudiando su bautismo allí, y huyendo a Holanda a establecer una iglesia allí, también a principios del siglo XVII; pero al igual que en el caso de Williams en América, en Holanda ya había evidencias de que los bautistas estaban allí antes que él llegara.
Es la Iglesia Católica, los Testigos de Jehová, y otras sectas, quiénes se deleitan y empecinan en señalar a algunos de éstos como los fundadores de los bautistas, en un afán de desprestigiar a los creyentes neo-testamentarios, y afirmar, así su propia secta como la auténtica.
Los bautistas no empezaron con Juan el Bautista
Algunos que sostienen la teoría sucesionista, van al extremo de creer que tienen sus raíces en Juan el Bautista. Eso ha conducido a muchos a creer que los bautistas tomaron su nombre de Juan el Bautista, o que él fue quién inició la denominación bautista.
Los verdaderos bautistas admiran a Juan el Bautista como un personaje auténtico bíblico, digno de imitar, como a todos los demás caudillos bíblicos, pero nos rehusamos en llevar un nombre en honor de un hombre. Cierto es que en los antepasados bautistas hay quiénes llevaron el nombre de algún líder prominente, como los petrobrusianos, los waldenses, etc.; pero ellos, al igual que todos los bautistas, o creyentes que se adhieren más a las Escrituras, llevaron tales nombres como apodos dados a ellos por sus enemigos. Nunca ha sido la intención de este tipo de creyentes llevar un nombre otro que "cristianos", pero desafortunadamente, como se estableció al principio de este artículo, eso ya no dice mucho. En cambio, decirse bautista, lo identifica a uno con aquellos distintivos bíblicos que caracterizaron a los auténticos creyentes a través de los siglos.
Insistimos, no queremos decir con esto que todos los que lleven el apodo "bautistas" son los verdaderos discípulos de Cristo, ni que no pueda haber verdaderos creyentes en otras denominaciones, aunque no lleven dicho apodo.
LOS DISTINTIVOS BÍBLICOS DE LOS BAUTISTAS
Reiteramos que, lejos de poder trazar una línea ininterrumpida de sucesión de iglesias bautistas hasta Jesucristo y los apóstoles, sí podemos reclamar una sucesión ininterrumpida de iglesias neo-testamentarias a través de los siglos, con diferentes nombres, y en diferentes lugares, que se pueden relacionar espiritualmente por sus doctrinas y prácticas, a pesar de que haya grandes lagunas en la historia, en las que sea difícil de señalar un grupo con estas características que en seguida se analizan. Tal confianza la podemos tener en base a las Escrituras. Tenemos la promesa de Cristo hecha a Pedro de que las puertas del Hades no prevalecerían contra la Iglesia (Mateo 16:18), y la promesa de que Cristo sería glorificado en la Iglesia por todos los siglos (Efesios 3:21). Sería imposible que Cristo recibiera gloria si no ha habido "Iglesia" en cada siglo, o sería falso que el infierno (Hades) no prevalecería contra la Iglesia, si no creyéramos que siempre ha habido un "baluarte y columna de la verdad: la Iglesia" (1 Timoteo 3:15).Eso es lo que enseñan los libros de historia católicos, y que desafortunadamente, muchos protestantes enseñan también en sus libros, diciendo que desde los primeros siglos desapareció la verdadera Iglesia, pero resurgió en el siglo XVI con la Reforma; o como aseveran los líderes de sectas modernas: que la Iglesia permaneció en oscuridad y sueño espiritual hasta ahora que, según ellos, Dios les ha mandado avivar su Iglesia.
Las características, o distintivos, por medio de los cuales encuentran parentesco espiritual los cristianos a través de los siglos son:
La Biblia, única regla de Fe y Práctica.
Los bautistas siempre se han caracterizado por sostener que la única fuente de autoridad en qué basar sus creencias y prácticas es la Biblia, la Palabra de Dios. La historia está repleta de instancias en las que en el momento en que un grupo, otrora ortodoxo, empezó a poner tanta o más importancia en otras fuentes, además de la Biblia, ese grupo irremisible se desvió de la verdad, o de la verdadera línea del cristianismo.
Este es el principal punto de diferencia entre el catolicismo romano y el cristianismo. Cuando a un servidor alguien le pregunta sobre la diferencia entre la religión católica y la mía, la resumo simplemente diciendo que nosotros nos basamos absoluta y exclusivamente en la Biblia, mientras que los católicos no. Eso implica que, ya que el catolicismo sostiene muchas doctrinas y prácticas que no están apoyadas en la Biblia, pero sí en la Tradición, las diferencias son muchas y muy variadas. Entendiendo por "Tradición" todo documento oficial -- bulas papales, encíclicas, documentos emanados de los así llamados "Concilios Ecuménicos", y toda declaración papal dicha "ex-cátedra" -- emanado de la Iglesia Católica a través de sus ya casi 17 siglos de existencia.
Este fue también el punto de separación entre los anabautistas suizos y Zuinglio. Zuinglio prefirió dejar en manos del concilio de la ciudad la decisión si se iba a eliminar la práctica de la misa, el bautismo infantil, etc.; a lo que los anabautistas respondieron que no podían dejar en manos de los hombres lo que Dios ya había decidido en su Palabra desde hacía muchos años.
Una vez que junto a la Biblia se ponen otras fuentes de autoridad, queda la puerta abierta para que entren en la iglesia toda clase de doctrinas y prácticas completamente ajenas a la Biblia. La Biblia dice de sí misma: Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra. (2 Timoteo 3:16,17) Pablo exhortaba a los corintios: Pero esto, hermanos, lo he presentado como ejemplo en mí y en Apolos por amor de vosotros, para que en nosotros aprendáis a no pensar más de lo que está escrito, no sea que por causa de uno, os envanezcáis unos contra otros. Aunque aquí Pablo está advirtiendo a los corintios a que pensar más de lo que está escrito sobre él o Apolos podía conducir al envanecimiento, es válido aplicarlo también en toda otra doctrina; pensar más de lo que está escrito va irremisiblemente a conducir a abusos y excesos de la Palabra de Dios.
Toda secta, incluyendo la católica, tiene, además de la Biblia, otras fuentes de autoridad. Y esto es por necesidad. Las sectas sostienen un sinnúmero de doctrinas y prácticas extrañas al cristianismo predicado por Cristo y los apóstoles, que para apoyarlas, necesitan salirse de la fuente que Cristo estableció para su iglesia.
Membresía formada solamente por Personas Regeneradas
Nadie nace siendo cristiano. Los cristianos bautistas no han aceptado automáticamente en la membresía de sus iglesias, ni a los hijos de sus miembros. Se ha hecho siempre el esfuerzo de asegurarse que los que van a engrosar la lista de membresía sean personas que hayan creído en Cristo para su salvación y den alguna evidencia de ello. Ese es el peligro que se corre en algunas iglesias bautistas modernas de aceptar instantáneamente en la membresía de la iglesia a personas que no tienen más que horas de haber, según ellos, creído en Cristo y sido bautizados.
Cristo sacudió el sistema teológico de Nicodemo con la revolucionaria declaración: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios (Juan 3:3). En el libro de Hechos se nos muestra cómo fue la práctica apostólica de aceptar dentro de la membresía: Así que los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas (Hechos 2:41). Y la señal de que habían sido regenerados se mostraba en el siguiente versículo: Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones. (Hechos 2:42)
La entrada a la membresía es por la regeneración, no por herencia, ni por bautismo. Un niño que es bautizado podrá, de acuerdo con la iglesia católica, ser considerado "cristiano", pero de acuerdo con la Biblia. Un cristiano es una persona que voluntariamente ha escogido creer en Cristo como su Salvador; y un bebé es incapaz de hacer esa elección en su temprana edad.
Pablo, en todas sus epístolas, se dirigía a los receptores de las mismas como santos, creyentes, personas que habían sido ya regeneradas, pero nunca como personas que necesitaban ser salvos. Eso significa que las iglesias a las que escribió Pablo estaban formadas solamente por personas que ya habían experimentado el nuevo nacimiento, y habían dado muestras de ello.
La primer gran incursión en iglesias cristianas de la historia se llevó a cabo cuando Constantino en el siglo IV declaró oficialmente que el cristianismo sería la iglesia oficial del Imperio Romano. No solamente estaba uniendo la iglesia y el estado, sino que automáticamente las iglesias se vieron repletas de soldados inconversos que infiltraron sus antiguas prácticas paganas de su anterior religión. Eso dio como origen a lo que ahora conocemos con el nombre de Iglesia Católica Apostólica y Romana. Claro es que en esos comienzos, dicha iglesia no había llegado a ser el complejo sistema religioso que es en la actualidad.
Gobierno Autónomo de la Iglesia
Los bautistas siempre se han opuesto a la jerarquía de unas iglesias sobre otras. Cada iglesia local tiene la libertad y responsabilidad ante Cristo solamente, por su doctrinas y prácticas, sin otra autoridad terrenal que las gobierne. Las iglesias bautistas tienen la libertad de decidir por sí mismas, y de solicitar consejo y ayuda de otras similares, sin que ello signifique que éstas últimas tengan ninguna autoridad sobre aquéllas. De manera que los obispados, arquidiócesis, presbiterios, consistorios, y cualquier otra jerarquía eclesiástica, por ser completamente ajenas a la enseñanza del Nuevo Testamento para el gobierno de la Iglesia, han sido rechazadas por los bautistas a través de la historia.
La autoridad de la Iglesia descansa en la iglesia local. Cristo enseñó en Mateo 18 que cuando un miembro se rehusa a corregir su camino errado, el asunto debe ser llevado a la iglesia. y al usar la palabra "iglesia", Cristo no se refería a las autoridades eclesiásticas como lo usan en la actualidad la Iglesia Católica y sus hijastras, las protestantes.
Fueron los miembros de la iglesia los que formaron el comité para nombrar al apóstol que sustituiría a Judas el traidor en Hechos 1; fueron los miembros de la iglesia los que buscaron, a sugerencia de los apóstoles, a los siete diáconos que sirvieran en sus funciones, para que los apóstoles no fueran distraídos de las de ellos en Hechos 6; fueron los miembros de la iglesia quiénes comisionaron a los apóstoles a tener el primer Concilio de la Iglesia en Jerusalén en Hechos 15, la cual, por cierto, no fue presidida por el "primer Papa" sino por Santiago, apóstol y medio hermano del Señor; fueron los miembros de la iglesia, los que señalaban y enviaban a los misioneros, etc., etc. En todo el libro de los Hechos, y para tal efecto, en todo el Nuevo Testamento, nunca se encuentra ni indicio de que hubiera una jerarquía ni en los líderes espirituales de la iglesia, ni entre las iglesias. Esa ha sido la práctica de los creyentes neo-testamentarios en la historia de la Iglesia.
El Sacerdocio de todos los Creyentes
En ninguna parte del Nuevo Testamento, documento oficial para la Iglesia que instituyó el Señor Jesucristo, se encuentra que ésta haya sido organizada con sacerdotes, sino con pastores, presbíteros, obispos o ancianos. Todos estos términos se usan hasta cierto punto indistintamente para referirse a los ministros encargados de la predicación de la Palabra de Dios, y el cuidado de la grey de Dios; y en ningún lado se sugiere ni siquiera la idea de que unos sean superiores a otros, o ejercerían autoridad sobre otros. El sacerdocio mismo fue abolido por Cristo cuando entró una vez para siempre, con su propia sangre, al lugar Santísimo, donde antes entraba una vez al año el sacerdote de la religión judía (Hebreos 9:11-12).
El Nuevo Testamento, en cambio, establece claramente que los creyentes de esta era no necesitan más de intermediario que los lleve a Dios. Pedro declara, hablando a cristianos: Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable (1 Pedro 2:9). De manera que ahora cada creyente es un sacerdote para sí mismo. El escritor de la epístola a los Hebreos declara también, en base al camino abierto por Cristo: Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión. Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero son pecado. Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro (Hebreos 4:14-16).
El rango de superioridad con atribuciones exclusivas del sacerdote católico, es una de las herencias más notables de las antiguas religiones paganas romanas y babilonias traídas a las iglesias antiguas por los inconversos, y es completamente extraño a la enseñanza del Nuevo Testamento. Los bautistas, a través de todos los siglos, siempre se opusieron a tan extraviada idea.
Libertad de Conciencia
El fanatismo religioso, producto inequívoco del error, es intolerante hacia quiénes sostienen ideologías diferentes a las de la persona fanática. La verdad, en cambio, reconoce la libertad inherente a cada individuo concedida por Dios para creer, no solamente cualquier otro tipo de sistema doctrinal religioso, sino aun filosófico, o ideológico, aunque no necesariamente tenga que ver con la religión. Ello explica por qué los defensores del error religioso, como lo hacen las sectas, son intolerantes, y han perseguido hasta el homicidio, a quiénes no comulgan con su particular sistema de creencias; y asimismo, los que sostienen la verdad, la cual es Cristo, siguen la enseñanza de su Maestro en cuanto a la no persecución de aquellos que se oponen y se rehusan a creer en esa verdad.
Cristo prohibió a Pedro utilizar la espada para defenderlo cuando lo vinieron a apresar diciendo: Vuelve la espada a su lugar; porque todos los que tomen espada, a espada perecerán. Acaso piensas que no puedo ahora orar a mi Padre, y que Él no me daría más de doce legiones de ángeles? Pero cómo entonces se cumplirían las Escrituras de que es necesario que así se haga? A los que no recibieron a Cristo y sus discípulos en Samaria, los discípulos querían pedir fuego del cielo para consumirlos, a lo que Cristo contestó: Vosotros no sabéis de qué espíritu sois; porque el Hijo del Hombre no ha venido para perder las almas de los hombres, sino para salvarlas. (Lucas 9:55,56)
Nunca fue la violencia, el método para imponer la verdad del evangelio, ni en los tiempos de Cristo mismo, ni a través de todos los siglos de existencia del cristianismo. En cambio, la historia imborrable demuestra cómo muchos, católicos, y no católicos también, en nombre de Dios, persiguieron hasta el martirio y la muerte a aquellos que se oponían a "su" verdad. No es desconocido de todos nosotros las atrocidades que la "Santa Inquisición", tanto en España como en México, cometieron contra los "herejes", sólo por el pecado de creer en otra religión diferente a la católica. Y no tenemos que remontarnos mucho en la historia para ver estos hechos. En México, a principios de siglo, los cristeros, en nombre de Dios, y con el estandarte de la virgen María, mataron a aquellos que se rehusaban a reconocer la autoridad política de la Iglesia Católica en México. Y mucho más reciente aún, los periódicos en México relatan la intolerancia llevada hasta la violencia y la muerte, ejercida por los católicos en el estado mexicano de Chiapas, hacia los protestantes.
Los bautistas siempre han sostenido la libertad de conciencia, y han estado en contra de la violencia como medio de imponer sus creencias, y eso es un hecho histórico. Esa es la razón por la que se opusieron al Diet de Spiers en el siglo XVI, y esa es la razón también por la que fueron perseguidos por católicos y protestantes por igual en la misma época.
Solamente dos ordenanzas: Bautismo de creyentes por inmersión, y la Cena del Señor
No son sacramentos, simplemente porque no confieren ninguna gracia a los que de ellas participan, ni son siete como lo estableció el Concilio de Trento. La manera, por cierto, en que el Concilio determinó el número de sacramentos es por demás singular: "Porque siete son los días de la semana, siete son los pecados mortales (!), siete fueron las plagas de Egipto (!), siete son los planetas (!)" Y lo curioso, como lo dice la Enciclopedia Ilustrada de Historia de la Iglesia de Samuel Vila y Darío Santa María, es que la Iglesia Católica elevó a sacramento el matrimonio, pero lo dejó prohibido a los sacerdotes, dificultando aún más la entrada al cielo a estos pobres ciegos, guías de ciegos.
El Nuevo Testamento enseña que Cristo solamente dejó el mandato de bautizar a los creyentes (Mateo 28:19), y que se conmemorara la Cena del Señor, como anuncio de su muerte hasta que el regresara otra vez (1 Corintios 11:26). Así lo practicaron los apóstoles en el libro de los Hechos, y así lo han practicado los bautistas a través de los siglos. No hay ni insinuaciones de que se hayan bautizado infantes, ni mucho menos por aspersión en el libro de los Hechos, y las casos de la práctica del bautismo infantil y la aspersión ha sido más bien la marca de la Iglesia Católica y sus descendientes. Es más, la misma iglesia referida practicó la inmersión y el bautismo de adultos en sus inicios, como lo demuestran los documentos y las pilas bautismales aún existentes en muchas iglesias católicas en Europa.
En cuanto a la Cena del Señor, o Comunión, como también se le llama; es claro en el Nuevo Testamento que nunca se instituyó con el propósito de salvar a los participantes, y que los elementos: el pan y el jugo de la uva, se debían ofrecer a todos los participantes. Cuando Cristo dijo: "esto es mi cuerpo [. . .] esta es mi sangre" al sostener en su mano el pan y el vino, es obvio que no podía referirse literalmente a su cuerpo y su sangre porque no podría estar vivo y sostener al mismo tiempo en su mano su propio cuerpo y su propia sangre que en ese mismo instante circulaba por sus venas, lo que quería decir es que aquello representaba su cuerpo y su sangre. La doctrina de la transustanciación es insostenible por las enseñanzas del Nuevo Testamento.
Otras iglesias, practican el lavamiento de pies como otra ordenanza, o alguna otra buena práctica como esa. El lavamiento de pies, en la humilde opinión del que esto escribe, es, más que una ordenanza, una buena práctica de higiene que seguramente es agradecida por aquéllos que tienen que convivir todos los días con los que lo practican; pero en cuanto a lo espiritual se refiere, no tiene ningún valor.
Una vez más, la práctica de estas dos ordenanzas, al igual que los otros distintivos, han sido características de los creyentes del Nuevo Testamento a través de los siglos.
Separación de la Iglesia y del Estado
El Nuevo Testamento reconoce que Dios ha establecido tres instituciones para esta era apostólica, a saber: La Iglesia, el Estado, y la familia. Cada una de ellas con una función bien definida, la cual no puede ni debe interferir con las demás. La Iglesia para llevar a cabo la Gran Comisión, traer gloria a Cristo, y sostener y defender la verdad (Mateo 28:19-20; Efesios 3:20-21; 1 Timoteo 3:15); el Estado para traer orden y paz en la comunidad (Romanos 13:1-7); y el hogar para educar y criar a los hijos en el temor de Dios (Deuteronomio 6:6-9). Ninguna de estas instituciones debe usurpar los deberes de las otras dos. La obligación de la Iglesia no es educar a los hijos, ni es obligación del Estado proporcionar fondos a la Iglesia para la predicación del evangelio, ni es responsabilidad de la familia recaudar impuestos para la educación de sus hijos.
Cristo estableció la separación entre el Estado y la Iglesia cuando les dijo a sus enemigos que dieran al César lo que era del César y a Dios lo que era de Dios. Cristo enseñó a Pedro a pagar tributo (impuesto), y los apóstoles se sometieron a las autoridades del gobierno cuando sus leyes no entraban en conflicto con las de Dios. Pero no encontramos en ninguna parte del Nuevo Testamento que el gobierno tiene la responsabilidad de imponer sobre las personas tal o cual religión, aunque sea la cristiana, como ha ocurrido desde que Constantino hizo oficial la religión cristiana (?) para el Estado Romano en el año 313 D. C., y se auto proclamó, además de jefe de Estado, jefe de la Iglesia.
Tal práctica perduró en la mayoría de los países de Europa desde ese entonces, hasta la fecha, y fue copiada por la Iglesia Anglicana, cuando se separó ésta de la Iglesia Católica en el siglo XVI.
Los bautistas, y ahora muchos protestantes, siempre han rechazado esa práctica. En nuestros países latinoamericanos hemos sufrido por los abusos que originó, a partir de la Conquista de la Madre España, los gobiernos dominados por la Iglesia Católica. En México, por ejemplo, hasta que el presidente Juárez redujo el poder de la Iglesia Católica en los asuntos del gobierno, es que se mejoró la economía del país, ya que la Iglesia era dueña da la mayoría de los inmuebles y tierras, evadía impuestos, e impedía así el avance económico del país. Lo mismo puede verse qué ha sucedido en los demás países de habla hispana donde se impuso la religión católica a los pobres indios indefensos nativos de estas tierras.
No solamente es bíblico mantener separados a la Iglesia y al Estado, sino que es saludable para el país.
Separación Ética y Eclesiástica
Los creyentes neo-testamentarios se han caracterizado también por enseñar y sostener que el cristiano debe vivir una vida separada del mundo para Dios, absteniéndose de todo lo malo, y renunciando a los placeres temporales mundanos, así como de los hermanos que anden desordenadamente (2 Corintios 6:14-15:1; Tito 2:11-12; 1 Juan 2:15). Y que asimismo, no puede haber alianzas ecuménicas entre iglesias neo-testamentarias que enseñan y practican la verdad, y aquellas que no lo hacen. Los bautistas, por definición, no creen en la formación de denominaciones o asociaciones que determinen el curso de las creencias de las iglesias locales.
En cuanto a la separación ética, los bautistas no creemos que por vivir vidas separadas del mundo como: no fumar, no ir a bailes, alejarse de la fornicación, cuidar la música que uno escucha, y sus amistades y lugares que frecuenta, vamos a ir al cielo; pero sí creemos que una señal del discípulo de Cristo es la abstención de las cosas mundanas. Otras denominaciones, aunque evangélicas, no han puesto el mismo énfasis en este tipo de separación, sino que más bien son bastante indulgentes con sus miembros; sobre todo en estos tiempos modernos; y ni qué decir de la Iglesia Católica. Lutero mismo detestaba el énfasis de los anabautistas en la separación del mundo del cristiano diciendo que eso era volver a creer en la salvación por obras.
La historia revela, que en el afán de purificar denominaciones, los individuos e iglesias han cedido a sus convicciones, demostrando así, que para ellos, es más importante mantener la fidelidad a la denominación, que a la Palabra de Dios. Eso es lo que ocurre en la actualidad con la mayoría de las denominaciones evangélicas, en las que se han filtrado las corrientes teológicas liberales, pero los "conservadores" dentro de las mismas denominaciones se resisten a abandonarlas, ignorando que Dios no está tan interesado en mantener su denominación, como en que se obedezca su Palabra, y que verdaderas iglesias fieles a la Palabra de Dios, han existido en todas las edades sin necesidad de afiliación eclesiástica o denominacional ninguna (Mateo 16:18).
El gran predicador bautista del siglo pasado, Carlos H. Spurgeon en Julio de 1889 dijo acerca de la separación eclesiástica:
El día llegará cuando los que piensan que pueden reparar la casa, que no tiene fundamento, verán lo sabio de salirse completamente de ella. Todo el tiempo hemos visto que salirse de asociaciones con doctrinas cuestionables es la única solución posible para una dificultad que, cómo quiera que sea negada, no es para jugar con ella por aquellos que están conscientes de su terrible realidad. (Tomado de la revista FRONTLINE, edición sep-oct 1992)
De ahí que, aunque haya bautistas que pertenezcan a asociaciones o denominaciones, aquellos bautistas que siguen practicando lo que sus antecesores en el pasado, continúan enseñando y practicando la separación eclesiástica.
Estas son las marcas que han caracterizado a los creyentes a través de los siglos, que aunque portaron diferentes nombres, el hecho de haber sostenido estos distintivos, los une en un parentesco espiritual indisoluble, y por ello, no faltamos a la verdad al llamarlos también bautistas.
CONCLUSIÓN
Este artículo no tiene la intención de menospreciar a cristianos sinceros en otras denominaciones evangélicas, ni tampoco establecer que los bautistas, ni siquiera los que más se han adherido a las enseñanzas del Nuevo Testamento, son mejor que otros cristianos no bautistas. El único propósito de este breve escrito es informar a creyentes e incrédulos en general, sobre lo que hay detrás del nombre bautista, y desmentir las falsas ideas propagadas por los enemigos, acerca de los que sin vergüenza portamos el nombre.
Este es un llamado triple. Es un llamado para todo aquel cristiano sincero que, al comparar las marcas bíblicas de una iglesia neo-testamentaria descritas aquí, se da cuenta que su iglesia no las tiene, y esté dispuesto a dar el paso de fe de unirse a una iglesia que sí las tenga. También es un llamado a aquellos bautistas que menosprecian el nombre por desconocer la gloriosa herencia que nos dejaron nuestros antepasados. Y finalmente, es también un llamado a cualquier otra persona, no cristiana, a que valore, a la luz de este escrito, pero sobre todo, a la luz de la Biblia, las doctrinas y prácticas de su religión para que deposite su fe más bien en Cristo, que en su religión, para la salvación de su alma; pues es Cristo quién murió por sus pecados, y no ninguna otra iglesia, religión o denominación. Acepte a Cristo ahora.

El tinte de cabello Garnier Nutrisse que casi mata a una mujer



La mujer compró una botella de Garnier Nutrisse de Negro y se fue a casa para ponerse guapa. Poco después de aplicarse el producto su cabeza comenzó a oler a quemado mientras que el pus salía de su cuero cabelludo
Mariade Kelly estuvo a punto de perder la vida por una grave alergia al tinte con el que trataba de cambiar el aspecto de su pelo. La mujer de 29 años permaneció tres días hospitalizada después de que los componentes químicos la piel de su cara se le enrojeciera, su cuello cabelludo comenzara a supurar pus y apenas pudiera respirar.
Mariade Kelly, que lleva dándose tinte desde muy joven, no le dió mucha importancia y pensó que con algún antihistamínico y una crema resolvería el problema. Se fue a la cama pensando que al día siguiente estaría mejor, pero no fue así, según publica el ‘Daily Mail’ .
Su calvario que duraría 48 horas solo estaba comenzando. Como al levantarse el pus le corría por el rostro decidió ir al médico que le indicó unas pastillas y la mandó a casa.
Los síntomas fueron empeorando y llegó el momento en que apenas podía respirar, la garganta se le cerró y aumentó la frecuencia cardíaca con 180 latidos por minuto, al borde de un infarto.
La cara se le inflamó y apenas podía ver, hasta el lóbulo de la oreja aumentó su tamaño. Se vio obligada a regresar a Urgencias, donde decidieron ingresarla inmediatamente.
Mariade Kelly pasó tres días en el hospital donde la bomberdearon con dosis altas de antihistamínicos e inyecciones de esteroides.
Después de salir de la gravedad, el médico le sugirió que se sometiera a una prueba de alergia a la Fenillendiamina, un componente prohibido en muchos países de Europa, presente en los tintes.

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LA HISTORIA DE LOS VALDENSES


LOS VALDENSES
Este artículo trata sobre estos tan ignorados cristianos evangélicos de la Edad Media, de más de 4 siglos antes de Lutero (contra las mentiras romanistas que afirman que el cristianismo evangélico nació de una escisión de Roma con este reformador), y de los cuales sus propios verdugos: los inquisidores de la iglesia católico Romana dijeron lo siguiente:

"Los herejes valdenses se distinguen por su comportamiento y el habla. Son impasibles y sensatos. No se esfuerzan en llamar la atención con vestidos extravagantes o indecorosos. No son comerciantes con el fin de evitar mentir, jurar o engañar. Viven únicamente del trabajo artesano de sus manos. También sus maestros son tejedores y zapateros. No acumulan riquezas, sino que se contentan con lo necesario para vivir. Comen y beben con moderación, no frecuentan posadas ni van a bailes u otros lugares de mala reputación. Son lentos para la ira. Son trabajadores, se dedican a aprender y a enseñar. Les reconocerán por su manera de hablar: con cordura y veracidad. No difaman, no hablan con palabras vulgares o vacías. Evitan toda expresión que pueda ser mentirosa o de juramento. No dirán "sinceramente" o "de verdad", sino que se limitarán a decir "si" o "no". Según ellos hacen así porque Jesús lo ordenó en Mateo 5:37" (Passauer Anonymus).

El inquisidor de Passau en el s.XII dijo de los mismos: "Entre todas las sectas que existen o que han existido, no hay ninguna más perniciosa para la iglesia; y esto por tres razones: La primera por su gran antigüedad, pues algunos dicen que los Valdenses se remontan al tiempo de Silvestre y hasta hay quien asegura que al tiempo de los apóstoles. La segunda por que es la más extendida y apenas si hay un país donde no exista esta secta. La tercera razón es que, mientras todas las demás sectas despiertan horror y la repulsa de sus oyentes por sus blasfemias en contra de Dios, esta demuestra una gran semblanza de piedad; tanto que sus adherentes viven justamente delante de todos los hombres y creen en todos los artículos del Credo, respetando en todo a Dios: Solamente blasfeman de la Iglesia y del clero romanos; por esto tan grandes multitudes de laicos les prestan atención." ("Catolicismo Romano: Orígenes y Desarrollo" José Grau. Tomo I, pág. 330. Ed. EEE, Barcelona 1987)

A continuación una respuesta a afirmaciones hechas en los foros de discusión de religión en Internet por parte de una persona que se hacía llamar C.C. (Cristiano católico) donde llega a decir que si los Valdenses sufrieron tantas matanzas por parte de la ICAR (Iglesia católica) es casi porque se lo merecieron (por ser "enemigos de Roma"). Más abajo hay algunas preguntas y respuestas del citado C.C.

"Ireneo de Lyon" <Ecclesia@Lyonensis.com> escribió en el mensajenews:3f54f4c7$0$27053$626a54ce@news.free.fr...
Olvidados por los siglos, quizá a alguien le interese esta historia... (más abajo se habla de ellos en España)

(Con la esperanza de que C.C. al menos reflexione)

PEDRO WALDO Y LOS VALDENSES

El movimiento evangélico de la Edad Media recibió un valioso refuerzo con la conversión de Pedro Waldo debido,a la impresión que le produjo la muerte repentina de un amigo con el cual estaba conversando. Dicho incidente hizo que este rico comerciante, dejando sus negocios, pensara solo en la salvación de su alma.

Un sacerdote a quien preguntó sobre el asunto le respondió que había varias maneras de salvar el alma, pero que la más segura era poner en práctica las palabras de Jesús al joven rico: -Si quieres ser perfecto, vende todo lo que tienes y dalo a los pobres. Se cree que el cura lo dijo con ironía, por que Waldo era un hombre muy rico; pero éste, que estaba decidido a conseguir la salvación a todo coste, lo cumplió al pie de la letra. Su gran acierto fue que, en lugar de ir a profesar el voto de pobreza en un convento, resolvió deshacerse de sus bienes, empleándolos él mismo para beneficio de los pobres y la extensión del Reino de Dios.

Consideró que era una obra muy buena a los ojos de Dios el mandar traducir y poner en manos del pueblo las Sagradas Escrituras. Hizo escribir a mano muchas copias que eran llevadas por cristianos fieles de un pueblo a otro.

El clero empezó a mirar con recelo a aquellos hombres humildes que, de dos en dos, descalzos y pobremente vestidos, con el volumen sagrado en la mano, iban predicando la Palabra de Dios, y el arzobispo Guichard les prohibió predicar.

 Pedro Waldo apeló al papa esperando que su justa causa sería reconocida, y compadeció con uno de sus colaboradores ante el Concilio de Letrán en marzo del año 1179, El papa los trató amablemente pensando que los pobres de Lyon, como les llamaban, permanecerían dentro de la Iglesia Católica, quedando convertidos en una orden monástica y, según testimonios que tenemos de sus jueces, los hallaron muy piadosos y austeros en su modo de vivir, pero ignorantes -según ellos- e incapaces de predicar. Esto fue porque, en lugar de examinarlos sobre las Sagradas Escrituras y las doctrinas más claras y evidentes del Cristianismo, les interrogaron, en Lenguaje filosófico, sobre la Santísima Trinidad, las dos naturalezas de Cristo, y otras cosas que los Concilios habían tratado de resolver y establecer como dogmas, sin pensar que Dios tiene derecho a reservarse algunos misterios, sin revelárnoslos, hasta aquel día en el cual seremos capaces de comprender todas las cosas.

Vueltos a Lyon, resolvieron que debían predicar el Evangelio con sencillez, porque era menester obedecer a Dios antes que a los hombres, y se lanzaron a la obra, desafiando la persecución. Esto les unió a sus hermanos los antiguos paulicianos -descendientes de los cristianos primitivos-, a los pedrobrusianos y enriquistas, y todos juntos vinieron a formar la Iglesia Evangélica Valdense, que subsistió y se extendió por toda Europa durante varios siglos antes de que apareciese la Reforma.

El edicto de excomunión que se extendió contra ellos en el año 1181 les obligó a salir de Lyon, lo que fue tan beneficioso para la causa del Evangelio como lo había sido la primera persecución que vino a la iglesia cristiana de Jerusalén, la cual obligó a los primeros cristianos a extenderse por todo el mundo antiguo predicando el Evangelio.

Pedro Waldo  huyendo d  la intolerancia llegó hasta Bolonia (hoy Polonia) en la misma frontera de Rusia donde murió el año 1217 después de cincuenta y siete años de servicio para el Señor.

Los Valdenses en España

Animados por su celo misionero los valdenses recorrieron el sur de Alemania, Suiza y Francia llegando a España donde formaron grupos de cristianos disidentes de Roma en las provincias del Norte, y sobre todo en Cataluña.

El hecho de que dos concilios y tres  reyes se hayan  ocupado  de expulsarlos de nuestra patria  demuestra que su número tenía que ser considerable.

El clero impotente para detener el avance y, alarmado, pidió al papa Celestino III que tomase medidas en contra del movimiento. El papa mandó un delegado en el año 1194 que convocó la asamblea de prelados y nobles en Mérida asistiendo personalmente el mismo rey Alfonso II quien dictó el siguiente decreto:

"Ordenamos a todo valdense que en vista de que están excomulgados de la Santa Iglesia son enemigos declarados de este reino y tienen que abandonarlo, e igualmente todos los estados de nuestros dominios. En virtud de esta orden cualquiera que desde hoy se permita recibir en su casa a los susodichos valdenses asistir a sus perniciosos discursos o proporcionarles alimentos atraerá por esto la indignación de Dios Todopoderoso y la nuestra; sus bienes serán confiscados sin apelación y será castigado como culpable del delito de lesa majestad; además cualquier noble o plebeyo que encuentre dentro de nuestros estados a uno de estos miserables sepa que si los ultraja los maltrata o los persigue no hará con esto nada que no nos sea agradable."

 Desde entonces la persecución se hizo sentir con violencia, y en una sola ejecución 114 valdenses fueron quemados vivos y sus cenizas echadas al río Ter en Gerona. Sin embargo, muchos lograron esconderse y seguir secretamente la obra de Dios en el reino de León, en Vizcaya y en Cataluña, pues al contrario de lo que decretaba la orden real, les Veían con costumbres austeras y anunciando tan Claramente las Buenas Nuevas de salvación, bien afirmadas en textos de la Sagrada Escritura, que hasta Se menciona al obispo de Huesca, uno de los más notables prelados de Aragón como protector decidido de los perseguidos Valdenses.

Pero las persecuciones contra ellos no cesaron, llegando a su apogeo por el año 1237, cuando 45 de ellos fueron arrestados en Castellón y 15 de ellos quemados vivos en la hoguera.

En Alsacia y Lorena hubo desde el año 1200 tres grandes centros de actividad misionera. En Meta, el barba (pastor) Crespin y sus numerosos hermanos confundían al obispo Beltrán quien en Vano se esforzaba por suprimirlos. En Estrasburgo los inquisidores mantenían siempre el fuego de la intolerancia contra 1a propaganda activa que hacía el barba Juan y más de 500 hermanos que componían la iglesia perseguida de aquella ciudad.

En Bohemia, donde pedro Waldo terminó su gloriosa carera, 1os resultados de la obra Misionera valdense fueron fecundos. A mediados del Siglo XIII el inquisidor de passau nombraba 42 poblaciones donde los valdenses habían echado raíces; y en Austria, a principios del siglo xIv, el inquisidor Krens hacía quemar 130 valdenses. Se cree que el número de ellos en Austria no bajaba de 80.000.

En Italia 1os Valdenses estaban diseminados Y bien establecidos en todas partes de la península. Tenían propiedades en loS grandes Centros, Y un ministerio itinerante perfectamente organizado.  En Lombardía los discípulos de Arnaldo de Brescia gran opositor del papa a pesar de que nunca llegó a separarse de la Iglesia Católico-Romana y que fue quemado vivo en el año 1155- unían fácilmente a los valdenses cuando éstos les predicaban el Evangelio. En Milán poseían una escuela que era centro de una gran actividad misionera.

En Calabria se establecieron muchos valdenses del Piamonte  en el ano 1300 en Fuscaldo y Montecarlo. Habían conseguido cierta tolerancia y  les permitían celebrar secretamente sus cultos con tal de que pagaran los diezmos al clero.

 En tres de los valles del Piamonte  Lucerna Perusa y San Martín  los  Valdenses formaron  pueblos enteros en las primeras décadas del siglo XIII.

Estos datos históricos que poseemos de la abundante literatura producida por los Valdenses prueban de un modo irrefutable cuán  equivocada y absurda es la afirmación de la Iglesia Romana de  que el Protestantismo tuvo su origen en Lutero: Centenares de años antes de que se produjese el movimiento espiritual de la Reforma existían ya muchos miles de cristianos que no comulgaban con los dogmas de la Iglesia Católica Romana y eran tanto o más protestantes de los errores y abusos del Catolicismo que el famoso fraile sajón. (extracto de "Origen e Historia de las Denominaciones Cristianas" de Samuel Vila, Ed. CLIE, España)

"Ireneo de Lyon" <Ecclesia@lyonensis.com> escribió en el mensajenews:3f54c8f6$0$6192$626a54ce@news.free.fr...
Más gotas sobre los valdenses, para CC:

El abad de Citeaux, Arnaud Amalric, legado papal (de la "Iglesia de Cristo"  según C.C.), contestó la famosa frase: "Matadlos a todos; Dios reconocerá a  los suyos" al consultársele durante la toma de Béziers (Sudeste de Francia)  como distinguir a los "herejes" Valdenses del resto de la población.

Esta frase, bastante discutida por los historiadores revisionistas católicos  del siglo XXI, a mí me parece horriblemente probable: Puesto que de hecho no  hay duda histórica de que no dejó sobreviviente alguno -tampoco niños ni  mujeres- de una ciudad que tenía entonces 20.000 habitantes... no veo porqué  iba a tener escrúpulos por la brutalidad de una frase.

Ireneo

Aquí va otro artículo sobre los Valdenses

Saludos

Lito.

Los valdenses... ¿herejes, o buscadores de la verdad?

¿EL TIEMPO? El siglo doce de la era común... 200 años antes de la época de Wiclef y Hus y 300 años antes de Lutero. ¿El lugar? El sur de Francia y los valles alpinos de aquel país y del norte de Italia. ¿El marco de circunstancias? Una clase clerical rica y a menudo libertina mantiene en ignorancia, a propósito, a la gente común, la cual vive en la pobreza. Por toda Europa, la Iglesia Católica Romana ejerce la supremacía, pues es poderosa, opulenta y mundana.

En vivo contraste, hallamos un grupo de personas que se destacan en este fondo histórico. Creen que la Biblia es la Palabra de Dios y se esfuerzan por vivir en armonía con los principios justos de ella. Caminando en pares, estas personas suben las colinas y bajan los valles predicando y enseñando cualesquier verdades que hayan podido descubrir al leer las porciones de las Escrituras que están disponibles en el propio idioma de ellas. Debido a esto, se les persigue como a herejes, y muchas de ellas pierden la vida. ¿Quiénes son?

En Francia se les llegó a conocer por el nombre de Vaudois. Los que perseguían a estas personas las llamaban, en latín, valdenses, nombre que se mantiene así en español.

PRECURSORES

Los historiadores católicos y protestantes no concuerdan en cuanto a los orígenes de los valdenses. Los primeros quisieran convencernos de que lo que ellos llaman la "secta herética" de los valdenses era un fenómeno aislado que surgió repentinamente a fines del siglo doce bajo la dirección de un francés de Lyón llamado Valdès o Valdo. En cambio, muchos protestantes afirman que los valdenses constituyen un eslabón en la cadena continua de disidentes que surgieron entre la época del emperador Constantino (cuarto siglo de la E.C.) y los reformadores protestantes del siglo dieciséis. Estos protestantes opinan que el nombre valdenses se deriva de la palabra latina vallis, que significa "valle," y se refiere al hecho de que aquellos disidentes a quienes se perseguía con persistencia como herejes se vieron obligados a refugiarse en los valles alpinos de Francia e Italia.

Claro, los historiadores católicos rechazan esta explicación protestante, pues no la consideran histórica. Pero al afirmar que los valdenses aparecieron repentinamente en la escena de la historia medieval bajo la dirección de Valdès o Valdo la Iglesia Católica está minimizando el patente hecho histórico de que hubo muchos otros disidentes antes de que Valdo comenzara a predicar a fines de los años setenta del siglo doce. La verdad parece ser que Valdo y sus asociados llegaron a ser un punto de reunión para grupos similares de disidentes, algunos de los cuales habían estado en existencia por largo tiempo.

A la Iglesia Católica le gustaría que olvidáramos que había semillas de descontento entre los suyos muchos años antes de que apareciera Valdo. Por ejemplo, el obispo Agobard de Lyón, Francia (779-840 de la E.C.), atacó vigorosamente la adoración de imágenes, el dedicar iglesias a santos y la liturgia eclesiástica que no estaba en armonía con la Biblia.

Al otro lado de los Alpes, en Turín, Italia, un contemporáneo de Agobard, el obispo Claudio, adoptó una posición similar. Condenó las oraciones dirigidas a los santos, la veneración de reliquias y de la cruz y, en general, rechazó la tradición eclesiástica debido a que ésta iba en contra de las Escrituras. A Claudio de Turín se le ha llamado "el primer reformador protestante."

En el siglo once, el arcediano Bérenger, o Berengarius, de Tours, Francia, que, según se dice, era uno de los teólogos más influyentes de su tiempo, se opuso al dogma de la transubstanciación y sostuvo que el pan y el vino que se utilizan durante la conmemoración de la muerte de Cristo son emblemáticos y no se transforman milagrosamente en el cuerpo y la sangre de Cristo. También sostuvo que la Biblia era superior a la tradición. Bérenger fue excomulgado por herejía en 1050.

Al mismo principio del siglo doce, dos hombres se destacan en Francia como disidentes notables. Fueron ellos Pedro de Bruys y Enrique de Lausana. El primero comenzó su vida adulta como sacerdote en los Alpes al sudeste de Francia. Al poco tiempo abandonó el sacerdocio porque no estaba de acuerdo con la Iglesia sobre doctrinas importantes como el bautismo de infantes, la transubstanciación, las oraciones para los muertos, la adoración de la cruz y la necesidad de tener edificios que sirvan de iglesias. Después de ser expulsado de la diócesis de los Alpes meridionales, predicó directamente a la gente por todo el sur de Francia e hizo muchos discípulos. Al fin fue quemado en la hoguera en St. Gilles en 1140.

Enrique de Lausana, a quien también se llama Enrique de Cluny, continuó la obra de Pedro de Bruys. Enrique era monje y ya en el año 1101 había empezado a hablar denodadamente en contra de la liturgia eclesiástica, el clero corrupto de aquel entonces y el sistema de una jerarquía religiosa. Sostenía que la Biblia era la única norma para la fe y la adoración. Empezó a predicar en Le Mans, y cuando se le expulsó de allí, continuó su obra misional por todo el sur de Francia y con el tiempo se encontró con Pedro de Bruys. En 1148 se le arrestó y se le puso en prisión, donde pasó el resto de su vida. Pero las ideas de estos hombres se propagaron como un reguero de pólvora desde el sur de los Alpes hasta el Mediterráneo y de un extremo al otro del sur de Francia hasta el Golfo de Vizcaya.

VALDO Y LOS "POBRES DE LYÓN"

Dentro de este ambiente histórico apareció un laico en la escena en Lyón, Francia. No se sabe nada en cuanto al nacimiento de este hombre, que según se dice ocurrió alrededor de 1140 de la E.C. Hasta cierto grado, aun su nombre es un misterio, pues se deletrea Valdès, Valdo o Waldo. El nombre Pierre, o Pedro, no aparece en ningún manuscrito que esté fechado antes de 1368. Se cree que en años posteriores sus discípulos le dieron el nombre, para indicar que él era un imitador más digno del apóstol Pedro que los papas de Roma, que afirman ser los sucesores de Pedro.

Valdo era un comerciante adinerado de Lyón. Estaba casado y tenía dos hijas. Siendo hombre devoto y católico practicante, pidió a un amigo teólogo que le diera consejo de las Escrituras en cuanto a lo que debía hacer para agradar a Dios. En respuesta, su amigo citó Mateo 19:21, donde Jesús dijo al joven rico: "Si quieres ser perfecto, ve, vende tus bienes y da a los pobres y tendrás tesoro en el cielo, y, ven, sé mi seguidor."

Valdo tomó a pecho este consejo. Después de proveer para el sustento de su esposa y colocar a sus dos hijas en un convento, comisionó a dos sacerdotes, Etienne d'Anse y Bernard Ydros, para que tradujeran los Evangelios y otros libros de la Biblia al idioma vernáculo que se hablaba en las provincias de Provenza y Dauphiné en el sudeste de Francia. Entonces distribuyó el resto de sus posesiones entre los pobres y se puso a estudiar la Palabra de Dios. Además, predicó en las calles de Lyón, invitando a los habitantes a que despertaran espiritualmente y regresaran al cristianismo bíblico.

Puesto que Valdo había sido bien conocido como próspero hombre de negocios, muchas personas le escucharon y pronto tuvo un grupo de seguidores. Les alegró oír el mensaje consolador de la Biblia en su propio idioma, pues hasta entonces la iglesia había impedido que se tradujera la Biblia a otro idioma con la excepción del latín. Muchas personas convinieron en renunciar a sus bienes y dedicarse a enseñar la Biblia en el idioma de la gente común. Se les llegó a conocer como los "Pobres de Lyón."

Esta predicación laica incitó la ira del clero. En 1179 el papa Alejandro III prohibió a Valdo y sus seguidores predicar sin el permiso del obispo local. Como era de esperar, el obispo Bellesmains de Lyón rehusó dar su consentimiento. Los registros históricos indican que, ante esta proscripción, Valdo respondió a la jerarquía usando las palabras de Hechos 5:29: "Tenemos que obedecer a Dios como gobernante más bien que a los hombres."

Valdo y sus asociados continuaron predicando. Así, en 1184 el papa Lucio III los excomulgó, y el obispo de Lyón los expulsó de la diócesis. Resultó algo parecido a lo que ocurrió cuando los primeros cristianos fueron echados de Jerusalén. Acerca de ellos, la Biblia declara: "Los que habían sido esparcidos fueron por la tierra declarando las buenas nuevas de la palabra."-Hech. 8:1-4.

Estos disidentes del siglo doce se refugiaron en los Alpes y por todo el sur de Francia, y enseñaban la Biblia a medida que iban de un lugar a otro. Sin duda se toparon con otros grupos disidentes, como los seguidores de Pedro de Bruys y Enrique de Lausana. Al cruzar los desfiladeros de los Alpes en dirección al norte de Italia, se encontraron con grupos de disidentes que ya existían en los valles del Piamonte y de Lombardía. Estos grupos de disidentes con orientación bíblica, que luego llegaron a conocerse por toda Europa como valdenses, deben distinguirse de grupos "herejes" contemporáneos, como los cátaros y los albigenses, cuyas doctrinas estaban basadas más en la filosofía persa que en la Biblia. Los registros históricos muestran que para principios del siglo trece podían hallarse valdenses no solo en el sur de Francia y el norte de Italia, sino también en el este y norte de Francia, en Flandes, en Alemania, en Austria y hasta en Bohemia, donde se dice que Valdo murió en 1217.

EN BUSCA DE LA VERDAD BÍBLICA

Sea que Valdo mismo haya sido el fundador de los valdenses o no, a él se le tiene que dar el crédito por haber tomado la iniciativa de hacer traducir la Biblia del latín a las lenguas vernáculas que en aquel entonces hablaba la gente común a quienes él y sus asociados predicaban. Además, debe recordarse que eso ocurrió unos 200 años antes de que Wiclef tradujera la Biblia para los disidentes que hablaban inglés.

La posición básica de los valdenses primitivos era que la Biblia es la única fuente de la verdad en lo que tiene que ver con la religión. En un mundo que estaba comenzando a salir de lo que se ha llamado la "Edad del Oscurantismo," ellos buscaron a tientas la verdad cristiana. Evidentemente hicieron lo mejor que pudieron con los cuantos libros de las Escrituras Hebreas y Griegas que poseían en un idioma que podían leer y comprender.

No obstante, los valdenses primitivos comprendieron la Biblia lo suficientemente bien como para rechazar la adoración de las imágenes, la transubstanciación, el bautismo de infantes, el purgatorio, el culto de María, las oraciones a los santos, la veneración de la cruz y de las reliquias, el arrepentimiento de última hora, la confesión a los sacerdotes, las misas para los muertos, las indulgencias papales, el celibato sacerdotal y el uso de armas carnales. También rechazaron el uso de imponentes y elegantes edificios religiosos y consideraban que "Babilonia la Grande, la madre de las rameras," era la Iglesia de Roma, e invitaban a sus oyentes a huir de ella. (Apoc. 17:5; 18:4) ¡Todo esto lo hicieron a fines del siglo doce y a principios del siglo trece!

En su obra de predicar, los valdenses primitivos enseñaban la Biblia y daban mucha importancia al Sermón del Monte y al padrenuestro, en los cuales se muestra que el reino de Dios es lo que se debe buscar primeramente y lo que se debe pedir en oración. (Mat. 6:10, 33) Sostenían que cualquier cristiano, fuera hombre o mujer, que poseyera suficiente conocimiento de la Biblia estaba autorizado para predicar las "buenas nuevas." Además, consideraban a Jesús como el único mediador entre Dios y el hombre. Puesto que Jesús había muerto una vez para siempre, ellos sostenían que un sacerdote no podía reanudar este sacrificio por medio de celebrar una misa. Los valdenses primitivos conmemoraban la muerte de Cristo, utilizando pan y vino como símbolos.

LA PREDICACIÓN RESULTA EN PERSECUCIÓN

Los valdenses primitivos sostenían que no era necesario ir a una iglesia para adorar a Dios. Celebraban reuniones clandestinas en establos, hogares particulares y dondequiera que pudieran hacerlo. Durante estas reuniones estudiaban la Biblia y preparaban nuevos predicadores, los cuales acompañaban a los más experimentados. Viajaban en pares de granja en granja y, cuando estaban en los pueblos y aldeas, iban de casa en casa. El autoritativo libro de consulta intitulado Dictionnaire de Théologie Catholique (Tomo 15, columna 2591) en un artículo que, por lo demás, no favorece a los valdenses, declara: "Desde la más tierna edad, sus hijos empezaban a aprender los Evangelios y las Epístolas. La predicación de sus diáconos, sacerdotes y obispos consistía principalmente en citas de
la Biblia."

Otras obras nos informan que los valdenses tenían una excelente reputación de ser muy trabajadores, sumamente morales y honrados al pagar sus impuestos. Expulsaban a los pecadores que no se arrepentían.

Así eran estas personas temerosas de Dios a quienes perseguidores religiosos persiguieron hasta la muerte, pues a muchas de ellas las quemaron en la hoguera. Una gran cantidad de ellas fueron víctimas de la terrible cruzada que ordenó el papa Inocencio III en 1209 contra los cátaros y albigenses en el sur de Francia. Otros sufrieron tortura y se les dio muerte durante la temible Inquisición que empezó en el sur de Francia en 1229. Algunos de los valdenses lograron escapar a otros países, y muchos más se refugiaron en los elevados valles de los Alpes de Francia e Italia, donde por siglos sobrevivieron comunidades valdenses.

A principios del siglo dieciséis, los valdenses se unieron a sus hermanos protestantes y hoy en día son considerados una denominación protestante más.

Pero los valdenses primitivos, aunque se les acusó de ser "herejes," estaban de hecho sinceramente buscando la verdad y tomaron la delantera en traducir la Biblia, enseñarla y vivir conforme al modo sencillo que corresponde al cristianismo. Es cierto que no se libraron de todas las doctrinas erróneas de la religión babilónica falsa. Pero evidentemente vivieron conforme al conocimiento que habían obtenido de la Palabra de Dios. Muchos, según parece, estuvieron dispuestos a morir más bien que a renunciar a su fe. Claro, solo "El Señor conoce a los que le pertenecen." Por eso, con confianza podemos dejar en manos de Él el dar cualquier galardón de vida futura.-2 Tim. 2:19.


LA HISTORIA DE LA IGLESIA PRESBITERIANA


HISTORIA DEL PRESBITERIANISMO
El Presbiterianismo es un renacimiento de la Iglesia del Nuevo Testamento.  Da énfasis a su
teología, adoración, educación, práctica ética y gobierno representativo.  Tiene sus raíces en el
movimiento de la Reforma Protestante del siglo 16, iniciada por Martín Lutero y continuada por
otros reformadores, entre ellos Juan Calvino y Juan Knox.
LA IGLESIA PRIMITIVA & PERSEGUIDA
Después de la vida, muerte y resurrección de Jesucristo, el cristianismo empezó en el primer
siglo en Jerusalén con obra misionera de los Apóstoles.  Para el final del siglo, el Evangelio se
expandió a la capital del mundo existente, Roma.  El cristianismo de los primeros tres siglos
(30  – 313 d.C.)  fue  por lo general  un movimiento fiel y valiente en el que los peligros eran
afrontados con valor por la firmeza de las personas cristianas de la Iglesia Primitiva.  Estas
personas cristianas se vieron obligadas a reunirse en catacumbas por la constante amenaza de
los emperadores contra sus vidas.  Muchos de estas personas murieron como mártires. LA IGLESIA IMPERIAL & MEDIEVAL
Para el año 313 d.C. surgió un emperador romano llamado Constantino que dejó de perseguir
a las personas cristianas con su ―Edicto de Tolerancia.‖  Para 440 d.C. el cristianismo se
estableció como la religión oficial del estado.  Esto dio lugar a que entraran al cristianismo
algunas prácticas seculares que adulteraron la  fe verdadera.   Es increíble como la Iglesia que
empezó entre las personas más pobres y humildes del Imperio Romano llegó a ―cristianizar‖ al
mundo conocido y conquistar al Imperio en  tan relativamente poco tiempo.  Es cierto que las
personas cristianas  pudieron desde esos momentos en adelante adorar libremente y aún
adoptar el Credo de Nicea, pero también es cierto que perdieron mucho del celo y la pureza que
les caracterizó en el principio.
Para la  Edad Media hubo mucha corrupción,  Cruzadas,  violencia  e inmoralidad en la Iglesia
dominante.   Por ejemplo, casi no habían requisitos educacionales para los ministros.  Muchas
veces los ministros compraban sus posiciones, y otros abiertamente violaban sus votos de
celibato.  Los hijos de monarcas a veces eran nombrados a posiciones en la iglesia sin tener las
calificaciones.  Aún los monasterios, que antes eran centros de erudición y devoción religiosa,
habían llegado a ser centros opulentos de ociosidad y libertinaje.     LA IGLESIA REFORMADA:  MARTIN LUTERO & ULRICO ZWINGLIO EN EUROPA
Las denominaciones Protestantes o evangélicas surgen como resultado del movimiento que se
conoce en la historia humana como la Reforma.  Por ser el monje agustino, teólogo alemán y
profesor universitario, el Dr.  Martín Lutero (1483-1546), su más ardiente exponente, se le
conoce como su líder y la fecha del 31 de octubre de 1517 como el Día de la Reforma.  Fue en
esa fecha que Lutero clavó (como era de costumbre en aquellos tiempos) sus ―95 Tesis‖ en la
puerta de la Abadía de la Universidad de Wittenberg en Alemania, en la que expresaba su
desacuerdo con varias prácticas de la Iglesia dominante, especialmente la venta de indulgencias
(que básicamente funcionaba como una ―póliza de seguro‖ porque prometía el perdón de los
pecados pasados y futuros y la abreviación del sufrimiento en la vida venidera mediante la
recolección de dinero para el costo de construcción de la Basílica).
Un día en el 1517 un  monje que vendía indulgencias llamado Johann Tetzel vino al pueblo
donde Lutero servía como un profesor de religión  en la universidad local.  Tetzel iniciaba sus
ventas de indulgencias voceando el lema:  "Tan pronto la moneda en el cofre resuena, el alma
al cielo brinca sin pena."   A través de su estudio de la carta del Nuevo Testamento a los
Romanos, Lutero  empezó su  convicción de que la gracia y el perdón de Dios no se podían
comprar, sino que eran un regalo gratis recibido por fe.  Lutero reaccionó fuertemente en
contra de la práctica de indulgencias y declaró sus quejas (95 de ellas) en la puerta de
Wittenberg, las cuales fueron traducidas rápidamente y copiadas ampliamente por toda Europa.    
Aunque Lutero deseaba ―reformar‖ a la Iglesia y no crear otra denominación, la Iglesia en el
momento rehusó reformarse.  En 1521 ante un tribunal Lutero rehusó retractarse y dicen que él
declaró:   "Que se me convenza mediante testimonios de la Escritura y claros argumentos de la
razón—porque no le creo…ni a los concilios, ya que está demostrado que a menudo han errado,
contradiciéndose a sí mismos—por los textos de la Sagrada Escritura que he citado, estoy
sometido a mi conciencia y ligado a la Palabra de Dios.  Por eso no puedo ni quiero retractarme
de nada, porque hacer algo en contra de la conciencia no es seguro ni saludable.  ¡No puedo
hacer otra cosa; esta es mi postura!  ¡Que Dios me ayude!"   En fin, Lutero protestó en contra
de las pretensiones y  los  abusos de la Iglesia existente y llamó a la Iglesia a volver a un
gobierno espiritual.  Lutero tuvo éxito en gran parte por la invención de la imprenta en el siglo
16 y por la distribución de sus escritos en el lenguaje común del pueblo.  La gente empezó a
pensar por sí sola.  El resultado fue el comienzo de la Iglesia Luterana.  Otro reformador era Ulrico Zwinglio (1484-1531), quien fue pastor, músico, teólogo, líder de
la Reforma suiza y fundador de la Iglesia Reformada Suiza.  Independiente de Lutero, Zwinglio
llegó a conclusiones similares con respecto al re-descubrimiento del Evangelio.   Aunque su
interpretación del significado de la Santa Cena fue diferente a Lutero, Zwinglio hizo hincapié en
la autoridad de las Escrituras y también denunció las prácticas de la Iglesia occidental.  Zwinglio
subrayó la soberana voluntad de Dios  declarada en las Escrituras como la  guía para el ser
humano.LA IGLESIA REFORMADA:  JUAN CALVINO EN SUIZA
Se reconoce al contemporáneo teólogo francés, el Dr.  Juan Calvino (1509-1564), como el
pionero espiritual del Presbiterianismo, quien se estableció en exilio en Ginebra, Suiza para el
año 1540.  Calvino tenía ocho años cuando Lutero clavó sus ―95 Tesis‖ y doce años cuando
Lutero rehusó retractarse.  En sí, Calvino era un Reformador de segunda generación.  Juan
Calvino, quien estudió para sacerdote, también estudió leyes.  Se convirtió al protestantismo en
el año 1533.  A la edad de 26 años escribió la primera edición de su obra teológica,  Las
Instituciones de la Religión Cristiana, que todavía es leída por estudiantes de teología.   En esta
obra magna, Calvino presenta en forma sistemática el rechazo a la autoridad medieval, la
incapacidad humana de salvarse por el pecado; la doctrina de la justificación por la gracia
mediante la fe; la doctrina de la soberanía de Dios y la realidad y función de la Iglesia como
Cuerpo de Cristo.  La característica principal del pensamiento de Calvino es su esfuerzo por
interpretar las Escrituras como la auténtica revelación de un Dios soberano.  Su teología y su
forma de gobierno están basadas en la Biblia.  Durante sus años de actividad en Ginebra,
estableció el sistema de gobierno representativo, el cual sirve como modelo al gobierno
presbiteriano.
Calvino tuvo la más influencia sobre la  Reforma y fue de tremenda influencia a la sociedad  y
cultura occidental.  Fue un erudito de la época del Renacimiento, donde se enfatizaba el estudio
de los lenguajes originales (como el hebreo y griego para los estudios bíblicos).  Calvino era un
experto en las humanidades.  Afirmaba que la humanidad era la buena creación de Dios con la
capacidad de lograr alcanzar el bienestar común, pero a la misma vez la humanidad era
pecaminosa y capaz de lograr hacer mucho mal.  Calvino fue el primero en escribir una serie de
comentarios  exegéticos  sobre (casi todos) los libros de la Biblia y reorganizar la adoración
pública en las iglesias de Ginebra.  En fin, la interpretación bíblica de Calvino hizo énfasis en la
soberanía de Dios sobre la creación e historia humana.  Por tanto, según él, es deber de la
criatura rendir culto a Dios.  También Calvino dio especial atención  a la educación teológica y
general, a la conducta moral, al ahorro económico y a la democracia representativa.   Si Lutero
es conocido como el ―corazón‖ de la Reforma, Calvino se destaca por ser su ―cerebro.‖  Hoy en
día, los Presbiterianos o calvinistas se les conocen por ser Reformados porque históricamente
eran considerados más ―reformados‖ que los Luteranos.   LA IGLESIA REFORMADA:  JUAN CALVINO & EL GOBIERNO CIVIL / ECLESIASTICO
Es significante  como la experiencia  personal  de Calvino (con el gobierno civil y eclesiástico) y
como su creencia en la habilidad humana  (de  tanto  alcanzar hacer bien  y  lograr hacer daño)
influenció las tres opciones que él escogió para gobernar o dirigir a la iglesia.  Como un exiliado
por la monarquía en su país natal de Francia, Calvino se refugió en Ginebra y por consecuente
tenía un mal concepto de los gobiernos jerárquicos.  Al otro extremo, él no confiaba en la idea
del gobierno congregacional, donde  existía la probabilidad  de que la masa o  el  populacho
tomara decisiones por mera reacción.  Calvino consideraba esto como un ―gobierno de pandilla‖
(o la ley de la calle).  Su fe en la bondad de la humanidad para ser usada por Dios para lograr
Su voluntad en el mundo y también su creencia en el pecado humano, llevó a Calvino a
desarrollar un sistema donde el énfasis mayor se ponía en tomar decisiones colectivamente en
grupos, y a crear un sistema de limitar y balancear el poder humano.
En este sistema presbiteriano, el pueblo escoge a los ancianos/as (o ―presbíteros‖) para tomar
las decisiones mayores en su lugar.   En la actualidad, la estructura de tomar decisiones en la
Iglesia Presbiteriana consiste de cuatro  concilios o  cuerpos gobernantes:   Consistorio  (nivel
local) – Presbiterio (nivel regional) – Sínodo (nivel estatal) – Asamblea General (nivel nacional).
La congregación elige ancianos/as (ministros y laicos) para servir en su Consistorio.  El
Consistorio envía ancianos/as para servir en el Presbiterio.  El Presbiterio envía ancianos/as
(ministros y laicos) para servir en el Sínodo y la Asamblea General.

LA IGLESIA REFORMADA:  JUAN KNOX EN ESCOCIA
Otro reformador y estadista escocés fue Juan Knox (1506-1572), un discípulo y compañero de
Juan Calvino, quien organizó lo que se conoce como la Primera Asamblea General Presbiteriana
en Escocia.  Dicha Asamblea se celebró en 1560, constituyéndose presbiterios y sínodos, y
aprobándose el sistema presbiteriano en las Islas Británicas.   Huyendo de la persecución
religiosa, Knox salió de Escocia y fue a Ginebra donde estaba Calvino.  Estudió en la academia
de Calvino y en 1559 regresó fervientemente a Escocia donde llevó los principios reformadores
de Calvino y estableció el Presbiterianismo.  LA IGLESIA MODERNA & MISIONERA:  EL PRESBITERIANISMO EN AMERICA
De Escocia vinieron los Presbiterianos  a las colonias de los Estados Unidos.  Además, los
Presbiterianos vinieron de Suiza y Holanda hasta llegar a México y Sur América.  El origen del
Presbiterianismo en los Estados Unidos comenzó en 1626 en el Río Hudson, mucho antes
de la fundación de la nación americana.  Los que emigraron al Nuevo Mundo en los años 1600 y
1700 trajeron con ellos los puntos de vista de Calvino sobre la teología Reformada y el gobierno
Presbiteriano.  La primera iglesia presbiteriana fundada en las colonias americanas fue en 1640.
La personalidad presbiteriana más distinguida durante esa época, Francis Makemie (un Irlandés
que fue educado en Escocia),  comenzó muchas iglesias presbiterianas y fue instrumental en
establecer el primer Presbiterio en Norteamérica en Filadelfia en 1706.  El primer Sínodo fue en
1716, consistiendo de cuatro Presbiterios.   La primera Asamblea General fue en 1789.  La
Revolución Americana por su independencia de Inglaterra en 1776 fue llamada por los
británicos como la ―Revolución Presbiteriana‖ por el apoyo inmenso de tantas personas
presbiterianas.  Por lo menos 14 de los firmantes de la Declaración de Independencia eran
presbiterianos (incluyendo el único ministro, el Rvdo. John Witherspoon).  Al menos diez laicos
presbiterianos participaron en la Convención Constitucional de 1787-1788.  Las creencias
presbiterianas  de ellos  acerca del  potencial humano y el  pecado humano se reflejan en la
Constitución de los Estados Unidos que cede el poder a los grupos representativos y contiene
un sistema de balance  e igualdad  entre las tres ramas del gobierno federal:  ejecutiva
(Presidente), legislativa (Congreso) y judicial (Tribunal Supremo).
 
La historia del presbiterianismo es una de división, unión, más divisiones y más re-uniones.  Por
ejemplo:  (1) El Primer Gran Despertamiento en América (temprano en los 1700s) produjo
el ―Lado Viejo‖ (Princeton) y el ―Lado Nuevo‖ (George Whitefield).  (2) El  Segundo Gran
Despertamiento (temprano en  los  1800s) trajo división entre aquellos que promovían el
avivamiento  (Charles Finney, Jonathan Edwards) y los tradicionalistas.   También produjo la
Iglesia Presbiteriana Cumberland, que no exigía tanta educación teológica para sus ministros en
la frontera de América.  (3) La  división más grande ocurrió en 1861 sobre la cuestión de la
esclavitud  de los Africanos-Americanos y la Guerra Civil Americana.   Por consiguiente, se
formó dos iglesias:  una en el Norte y la otra en el Sur.  (4) La controversia teológica entre los
Fundamentalistas y Liberales (temprano en los 1900s), se enfocó en el estudio crítico de la
Biblia (ej., el Darwinismo social y la ―inerrancia‖ o ―infalibilidad‖ de la Escritura); la tensión entre
la  evangelización y la justicia social;  las sospechas del movimiento ecuménico; y el rol  y la
ordenación  de la mujer en el ministerio.    A pesar de los conflictos internos, la Iglesia
Presbiteriana envió misioneros, estableció escuelas y plantó nuevas congregaciones en varios
países del mundo, como en Corea y Brasil, donde hoy en día hay una población presbiteriana
más numerosa que en los mismos Estados Unidos.  LA IGLESIA POST-MODERNA
Durante la historia del cristianismo, se puede decir que la Iglesia y la civilización ha pasado por
tres fases generales:  La primera fase fue la Pre-Moderna (hasta el 1648), donde las dogmas
de la Biblia (según la interpretación de la Iglesia) eran aceptadas sin cuestionamiento alguno
por las masas, que usualmente eran analfabetas.  La segunda fase fue la Moderna (hasta el
final de la Segunda Guerra Mundial), donde el movimiento Racionalista y Científico predominaba
en  la filosofía, ciencia, arte, industria y política; donde se destronó la Escritura y Tradición en
busca de una supuesta utopia—hasta que se observó con horror la crueldad destructiva del
Holocausto y las armas nucleares/químicas  entre naciones supuestamente modernas.   Esa
desilusión  con el modernismo creó lo que  se conoce en la actualidad como el  PostModernismo (prevalente en los 1960s y el siglo 21), donde se caracteriza por la desconfianza
en cualquier ideología exclusivista (ya sea religiosa, institucional, gubernamental, racionalista o
científica) y por enfocarse en la exaltación del individualismo.  Según esta mentalidad, la verdad
o ―felicidad‖ no se encuentra ni en la Biblia/Iglesia ni en la Ciencia/Razón, sino en lo que uno
sienta.  El individuo es la autoridad final y determina si algo es verdadero o no.   Esta actitud
post-moderna se manifiesta no solamente en la sociedad, sino en las iglesias.  Por ejemplo, ya
no hay una lealtad denominacional, sino que  el individuo  busca congregaciones que puedan
satisfacer primordial y subjetivamente sus necesidades particulares o familiares.    
En 1983 hubo la fusión de la Iglesia Presbiteriana en los Estados Unidos o PCUS (con base en
los estados sureños) y la Iglesia Presbiteriana Unida en los Estados Unidos de América o
UPCUSA (con base en los estados norteños).  Esta reunión histórica creó lo que hoy llamamos la
Iglesia Presbiteriana (EUA) o PC(USA).    Su Constitución contiene dos partes:  El  Libro de
Confesiones  y el  Libro de Orden.   En adición, existen más de nueve denominaciones
presbiterianas en los Estados Unidos que son más pequeñas y conservadoras (ej, Presbyterian
Church in America, Evangelical Presbyterian Church, Orthodox Presbyterian Church, Cumberland
Presbyterian Church, Reformed Church of America, etc.)
Hoy en día, las iglesias Presbiterianas y Reformadas representan a 75 millones de cristianos en
106 países en el mundo.  La más grande  e histórica  de todas las otras denominaciones
presbiterianas en los Estados Unidos es la Iglesia Presbiteriana (EUA) con algunos 2.4 millones
de miembros, 11,295 congregaciones, 20,858 ministros/as ordenados/as, 979 candidatos/as al
ministerio, 111,789 ancianos/as, 73,676 diáconos/nisas en todos los 50 Estados y Puerto Rico.
Desde el siglo 20, la Iglesia Presbiteriana (EUA) es una de las diez denominaciones más grandes
en los Estados Unidos.  Superando a los Episcopales, es la denominación con más personas con
grados universitarios y con más contribuciones financieras de las congregaciones (casi $1.8
billones).  Como  es  una denominación que cubre a toda la nación, tiene 16 Sínodos, 173
Presbiterios, 269 Universidades (inclusive la Universidad Interamericana de Puerto Rico), y  10
Seminarios Teológicos  acreditados  (incluyendo el prestigioso Princeton  Theological Seminary).
También tiene  un convenio con el Seminario Evangélico de Puerto Rico y  cientos de obras
misioneras por todo el mundo.  Muchos miembros del Congreso de los Estados Unidos son
presbiterianos.  LA IGLESIA PRESBITERIANA:  SU SINGULARIDAD
La diferencia más grande entre los Presbiterianos y otros cristianos de otras denominaciones no
es tanto la adoración pública o la creencia común, sino es la manera de que ellos se gobiernan
y contestan las siguientes tres preguntas:  ―¿Cómo escogen a sus líderes?  ¿Cuánta autoridad
tienen los líderes?  ¿Cuánta autoridad tiene el pueblo?‖   Respaldadas con bases bíblicas, hay
generalmente tres maneras en que las iglesias cristianas se gobiernan:
 Por un lado, el sistema  Jerárquico o Episcopal  es dirigido por ―obispos‖ [como en la
Iglesia Católica Romana, Iglesia Ortodoxa, Iglesia Episcopal/Anglicana, Iglesia Luterana,
Iglesia Metodista Unida, etc.].  Por lo general, los líderes (quienes no son elegidos por el
pueblo) tienen mucha autoridad, y el pueblo tiene  ninguna o poca autoridad en las
decisiones mayores.
 En el centro, el sistema Presbiteriano es dirigido por ―ancianos/as‖ [como en la Iglesia
Presbiteriana (EUA), Iglesia Reformada en América, etc.]    Los líderes (quienes  son
elegidos por el pueblo) tiene bastante autoridad, y el pueblo y los líderes  comparten la
autoridad en las decisiones mayores.  Tales decisiones no son hechas por un individual ni
por todo el mundo, sino por un grupo inclusivo y representativo (un cuerpo gobernante).
 Por el otro lado, el sistema  Congregacional es  dirigido por  ―miembros‖ [como las
Iglesias Bautistas, Iglesia Cristiana (Discípulos de Cristo), Iglesia Unida en Cristo, Iglesia
Menonita,  Iglesia Adventista,  algunas Iglesias Pentecostales, etc.]    Por lo general, los
líderes (quienes  son elegidos por el pueblo) tiene menos autoridad, y el pueblo tiene
toda la autoridad en las decisiones mayores.


LA HISTORIA DE LA IGLESIA METODISTA

La iglesia metodista fue fundada en el siglo XVIII por Juan Wesley. Talvez Wesley se revolcaría en la tumba si escuchase decir que él fue quien fundó esta Iglesia. En realidad nunca quiso fundar una nueva iglesia. Esto lo consideraba arrogante, pues pensaba que quien funda una iglesia necesariamente es por que considera que las existentes son inferiores. La anglicana era la iglesia oficial de Inglaterra, y Wesley nació anglicano, vivió anglicano, murió anglicano y fue enterrado bajo el rito anglicano.

Wesley trabajó toda su vida para que los cristianos, no importando su denominación, fueran practicantes serios de su fe. Sin proponérselo, resultó liderando un gran avivamiento espiritual en plena revolución industrial inglesa. Durante más de 60 años predicó al aire libre a grandes multitudes, más de tres sermones diarios. Alguna vez en su diario escribió: Mi vida es predicar. Decía Paul Johnson, el historiador, que si Wesley no fue el más grande predicador de la historia, por lo menos si fue el más tenaz. Fue un hombre inquieto, disciplinado y metódico. De acá viene el nombre metodista, que al comienzo sólo era un sobrenombre, pero que con el tiempo vino a ser una importante Iglesia.

Wesley publicó una extensa biblioteca de autores cristianos. Incluyó autores de diversas tendencias. Tenía un espíritu ecuménico. Aprendió español, sólo, por el placer que le producía la poesía y la mística española. Aprendió y dominó el Alemán para conocer de cerca el pietismo alemán y a Lutero. Citaba la Biblia directamente del griego. El hebreo no lo dominaba muy bien. Leyó en Latín las extensas obras de la patrística cristiana, de la cual fue ampliamente conocedor. También escribió cerca de 200 libros, muchos de los cuales eran resúmenes de obras técnicas de su tiempo, pero la mayor parte fueron obras teológicas y sermones.

Yo pienso como Kierkegard, que lo más placentero en la vida es leer un buen sermón. Personalmente me considero buen lector de sermones. Disfruto mucho los de San Agustín, Lutero y mas recientemente, los de Barth, pero los sermones de Wesley son un capitulo aparte en mi vida, son los que más disfruto y los que mas influencia y poder han ejercido sobre mí. Hoy se conservan más de 800 sermones escritos, pero Wesley apartó una lista de 52, a los que llamó normativos, y dijo: El que quiera ser metodista tiene que aceptar estos sermones como base de su fe.

Millones se hicieron metodistas. Wesley los organizó en grupos pequeños que debían reunirse en horarios que no interfirieran con los cultos de las iglesias a las que pertenecían los metodistas. Entre los más serios y comprometidos, Wesley creo un cuerpo de predicadores itinerantes. No podían ofrecer sacramentos, sólo predicar. Wesley les decía: Ofrezcan a Cristo.

Los predicadores metodistas ingleses rápidamente llegaron a América. Como eran itinerantes y solían, como Wesley, ir a caballo de pueblo en pueblo llevando el evangelio. Rápidamente crecieron y se expandieron por las nuevas colonias de Norteamérica. Usaban una liturgia de la palabra muy sencilla. Esta forma de celebrar el culto cristiano, influenció todo el protestantismo norteamericano posterior. Hoy se dice que los cien millones de cristianos protestantes (Pentecostales) que debe haber en América latina, son hijos directos de Wesley. En otra ocasión puedo explicar en detalle la anterior frase.

Cuando los Estados Unidos se independizaron de Inglaterra, el rey Inglés ordenó la salida de todos los pastores de la oficial iglesia anglicana que se encontraban en América. Los metodistas, que desde siempre rehusaron ser iglesia, se quedaron sin pastores ordenados que ofrecieran los sacramentos de la Santa Cena y bautismo. Desde siempre en la iglesia cristiana sólo pastores ordenados pueden ofrecer sacramentos al pueblo. Así que no hubo mas remedio y los metodistas tuvieron que convertirse en Iglesia y establecer sus propios procedimientos de ordenación y organización para el ministerio cristiano y poder así ofrecer sacramentos al pueblo. Así nació la primera Iglesia Metodista en el mundo. (1784)

Pronto la metodista llegó a ser la iglesia más grande e influyente en los Estados Unidos. A mediados del siglo XVIII, la iglesia metodista era más grande que la sumatoria de todas las demás denominaciones cristianas del país. Después la guerra entre el norte industrial y el sur agrario y esclavista dividió a los Estados Unidos y produjo grandes heridas y múltiples fragmentaciones en el metodismo. A finales del siglo XVIII hubo otra gran fragmentación en las iglesias protestantes norteamericanas, fue la época en que nacieron los funtamentalismos, carismatismos y pentecostalismos. Las iglesias congregacionalistas (Bautistas) crecieron y la inmigración de italianos e Irlandeses de tradición católica visibilizó a la Iglesia de Roma, iglesia que antes sólo era conocida en las fronteras con México.

En la actualidad, en tamaño, la metodista es la tercera denominación religiosa de los Estados Unidos, pero es talvez la que históricamente más ha influenciado el ethos religioso de la nación.

En la conferencia misionera de Edimburgo (1910), dominada por el protestantismo europeo, se concluyó que América latina ya era un continente cristiano y por tanto no había necesidad de evangelizarlo. Para aquel entonces los cristianos de América latina eran católico romanos y con frecuencia linchaban a los pocos protestantes que habían. Justo González, el otro historiador, dice que probablemente esta es la razón por la cual amplios sectores evangélicos de América latina, son alérgicos al ecumenismo.

Los protestantes norteamericanos no estuvieron de acuerdo con esta decisión de la conferencia de Edimburgo y programaron una nueva conferencia en Panamá (1916). Acá se programó la evangelización protestante de América Latina. Se decidió que para no crear confusión, no entraría más de una denominación (Iglesia) protestante a cada país. Creo que a Colombia le correspondió ser evangelizada por la iglesia presbiteriana. Con los años este acuerdo de panamá no se respetó, pero el metodismo siempre lo respetó y nunca enviaron misioneros a Colombia. Es por esta razón que el metodismo es nuevo en Colombia y no es producto del esfuerzo de misionero de extranjeros.

En la actualidad el metodismo hace presencia en prácticamente todos los países del mundo. El concilio mundial metodista congrega a unos 70 millones de fieles. 

¿Qué Hay detrás del Nombre: "Bautista?"


Por el Pastor José Luis Torres
INTRODUCCIÓN
En un mundo donde semana a semana surgen nuevos grupos religiosos y sectas extravagantes, es cada vez más difícil, para las verdaderas iglesias cristianas, que predican y creen en la Biblia, mantener una identidad que los separe del resto de las falsas iglesias seudo-cristianas. Ya ni el simple título de "cristianos" dice mucho, ya que encontramos toda clase de iglesias "cristianas" que portan el nombre, no solamente equivocadamente, sino en prejuicio de los que realmente lo son, ya que confunden a la gente, haciéndoles creer que los cristianos son ellos, cuando en realidad no lo son, y los mal informados no pueden notar la diferencia.
¿Qué nombre, entonces, deben usar las verdaderas iglesias cristianas para identificarse? No es una respuesta fácil. Lo ideal sería que se pudieran llamar simplemente "Iglesia de Cristo", pero desafortunadamente ya existe una secta con ese nombre. (Y para los que consideraban la así llamada Iglesia de Cristo como verdadera cristiana, han de saber que ellos predican otro evangelio, por predicar que sólo los miembros de su iglesia se van a salvar, y que el bautismo es parte de la salvación; eso es salvación por obras, y va en contra de las enseñanzas del Nuevo Testamento).
Otro nombre ideal sería "Iglesia de Dios". Pero hay mucho en esa clase de iglesias que no es de Dios, tal como el emocionalismo, las demostraciones de éxtasis del hablar en lenguas, las revelaciones extra-bíblicas y la creencia indiscriminada en sanadores (no en la sanidad); de manera que no podemos usar ese nombre. Hay iglesias que han adoptado los nombres de alguno de sus líderes prominentes, o de su fundador, pero eso lo rechazan los verdaderos cristianos porque no quieren dar honra al hombre; de hecho, aquellos que se auto denominan usando el nombre de una persona, bien pueden ser identificados como iglesias equivocadas, si bien, no todas podrían catalogarse como sectas.
Por toda esta problemática, algunas iglesias que predican y creen en la Biblia, simplemente han optado por llamarse "Iglesias Bíblicas", rechazando cualquier nombre, que aunque en algún tiempo tenía una buena connotación, en la actualidad ya no la tiene. Eso es, hasta cierto punto, plausible, pero los editores de esta revista creemos que el nombre "Bíblica" solamente, ha separado a las nuevas iglesias que predican la Biblia sin reservas, de sus antepasados históricos, dejándolos prácticamente sin nadie con quien identificarse. No es suficiente argumento rechazar el nombre "Bautista", como el nombre que los cristianos que más se han apegado a la Biblia han utilizado en los últimos siglos, sólo porque en la actualidad haya iglesias que se dicen ser bautistas y no lo son (así como hay iglesias que no se dicen bautistas, pero en doctrina y práctica lo son); es tanto como decir que uno se va a quitar su apellido porque hay personas en la cárcel que llevan ese nombre, o como dejar de decirse mexicano (o cualquiera que sea la nacionalidad de uno) sólo porque hay malos mexicanos.
La realidad de las cosas es que tanto los de dentro, como los de fuera, desconocen lo que realmente hay detrás del nombre "BAUTISTA"; aun aquellos fieles creyentes, defensores de la verdad, fundamentalistas, con una educación de seminario, desconocen la herencia que llevamos los bautistas fundamentales, porque en sus seminarios no les han enseñado nuestra historia. La mayoría de los seminarios, incluyendo muchos bautistas, no se han dado a la tarea de rescatar nuestro gran pasado bautista, enseñando la Historia de los Bautistas, y no solamente la Historia de la Iglesia o del Cristianismo -- que en la mayoría de los casos, se centra más bien en la Iglesia Católica, y esporádicamente en le verdadero cristianismo--.
Una razón de que se desconozca, y por lo tanto, no se enseñe y promueva la Historia de los Bautistas es porque el material disponible sobre el tema es muy escaso. John T. Christian, autor de A History of the Baptists (Una Historia de los Bautistas) dice en el prefacio de su libro que la dificultad de poder escribir sobe la historia de los bautistas se debe a varias razones:
1) Estamos demasiado alejados de las tantas circunstancias bajo estudio; 2) Las descripciones de los bautistas frecuentemente fueron hechas por los enemigos, porque así les convenía a sus propósitos, para denigrar su carácter, de ahí que el testimonio de tales fuentes deben recibirse con discriminación y conceder gran concesión a muchas de sus declaraciones. 3) En algunos casos se hicieron intentos constantes y decididos para destruir los documentos relacionados con esta gente; el material que permanece está esparcido en muchas bibliotecas y archivos, en muchos lugares y no siempre son de fácil acceso. 4) A menudo, debido a las persecuciones, los bautistas estuvieron mucho más interesados en esconderse que en dar cuenta de sí mismos o de su paradero. 5) Estuvieron esparcidos por muchos países, en la ciudad, en la cueva, donde pudieran encontrar un escondite; y 6) Frecuentemente se les dio diferentes nombres por sus enemigos; lo cual originó confusión. No obstante, su historia es una de realeza, que vale muy bien la pena decirla y preservarla. (John T. Christian, A History of the Baptists. Bogard Press, Texarkana, Ark.-Tex; 1922. página 3).
De ahí que nos propongamos en este breve artículo, informar lo que hay detrás del nombre bautista, para crear una conciencia más recta sobre el grupo de cristianos que en la actualidad no se avergüenzan de llamarse BAUTISTAS.
CONSIDERACIONES HISTÓRICAS
Los Bautistas no son Protestantes.
Ya en el artículo Los Bautistas y Su Herencia, del Dr. Strouse, también en esta edición de APOLOGÍA, se exponen las diferentes teorías sobre el origen de los bautistas. Allí se establece claramente que los bautistas no somos protestantes, porque el movimiento bautista nunca resultó del movimiento de la Reforma del siglo XVI, iniciado por Lutero.
Estrictamente hablando, el nombre "protestante" fue dado a los gobernantes que "protestaron" a la rescisión (anulación), del edicto del primer Diet (palabra en alemán que significa "día", y se refería al día de asambleas donde se resolvían cuestiones religiosas) de Spiers. Este Diet había logrado el acuerdo de territorialismo "de quién es tal región, tal será la religión" que establecía que de acuerdo a los que vivían en tal región, la religión de la mayoría sería la oficial en esa región. Eso perjudicaba los intereses de la Iglesia Católica, y como el rey Carlos V era católico, anuló el edicto del Diet de Spiers de 1526, convocando uno nuevo en la misma ciudad en 1529, donde oficialmente se les dio el nombre "protestante" a tales gobernantes que protestaron. El nombre fue luego dado a todos los que abandonaban la Iglesia Católica.
Ya que los bautistas (anabautistas, en esa época) no se beneficiaban con ninguno de los edictos, por no ser mayoría en ninguna región, ni se les puede llamar católicos, ni mucho menos protestantes; ya que fueron encarnizadamente perseguidos tanto por la Iglesia Católica, como por los protestantes, y no tomados en cuenta; pero aun si lo hubieran sido, seguramente hubieran rechazado la idea de que alguna región se designará anabautista, o cualquier otros nombre de los grupos religiosos mayoritarios, solo por ser mayoría.
Sorprendentemente, y contrario a la opinión popular, los protestantes fueron los que más persiguieron a los bautistas. En la trágica Guerra de los Campesinos de Munster, donde 5.000 de ellos perdieron la vida, muchos bautistas fueron inmolados, acusados falsamente de sedición. Lutero mismo reclamó toda responsabilidad diciendo: "Yo, Martín Lutero, he derramado la sangre de los campesinos rebeldes; puesto que yo los mandé matar. Su sangre sea en verdad sobre mi cabeza; pero", y en forma blasfema añadió, "la he puesto sobre la cabeza del Señor Dios, por cuyo mandato hablé". (John T. Christian, página 156).
De manera que tanto históricamente, como por decisión determinada, los bautistas informados nos rehusamos a ser identificados como "protestantes", y no solamente por las atrocidades infligidas sobre nuestros antepasados por los protestantes, sino más aun, porque en su esfuerzo por reformar la Iglesia Católica, los protestantes no sólo no lograron desembarazarse de todas las prácticas y creencias católicas paganas, sino que las siguieron practicando, y persiguieron a los anabautistas que los denunciaban por no haber andado hasta el final del camino en su huida del catolicismo. Es del conocimiento de la mayoría que Lutero, por ejemplo, murió católico. Él nunca renunció al catolicismo, aunque fue excomulgado por el Papa Leo X en 1521 en el Diet de Worms; su deseo no era iniciar una nueva denominación, sino reformar la Iglesia Católica desde dentro.
Todos los historiadores evangélicos no-bautistas, enseñan que los anabautistas del siglo XVI salieron de la reforma de Suiza con Zuinglio. Cierto es que Baltasar Hubmeir, Grebel y Manz, una vez convertidos del catolicismo al verdadero cristianismo, intentaron trabajar al lado de dicho reformador suizo, pero finalmente se separaron de él por rehusarse a dejar de lado la herética práctica de la transustanciación (doctrina católica que enseña que el vino y la hostia se convierten milagrosamente en el cuerpo y la sangre de Cristo en la comunión -- los católicos la llaman comulgación), y del bautismo infantil. Zuinglio se rehusaba a tomar tan radicales pasos, no porque no creyera que estos futuros anabautistas estuvieran en lo correcto, sino porque no consideraba que al cambiar tan rápidamente estas prácticas, beneficiaría a sus planes de reforma. Dicho en otras palabras, quería reformar la iglesia, pero sin "pisarle los callos a nadie", no quería ofender a nadie. (Eso se asemeja a la moderna predicación de los neo-evangélicos).
Una vez convencidos que Zuinglio no iba a acceder a sus demandas, optaron por separarse, y en privado, se bautizaron bíblicamente por inmersión y empezaron una predicación y evangelización anabautista que finalmente les costó la vida. Ellos no iniciaron el movimiento anabautista, solamente se identificaron con él al apegarse a lo que ellos sabían que era enseñado claramente en las Escrituras; probablemente desconociendo, o quizá no, que ya había otro grupo de cristianos apodados despectivamente "anabautistas" (re-bautizadores) por insistir que el bautismo es una ordenanza para los creyentes; y dado que los que se convertían de otras religiones normalmente ya habían sido bautizados de infantes, los enemigos consideraban el bautismo practicado por los anabautistas como un segundo bautismo. Lo cierto es, como lo establece la teoría del Parentesco Espiritual descrito en el artículo del Dr. Strouse (en esta misma APOLOGÍA), que ellos pueden muy bien ser considerados como auténticos anabautistas.
Los auténticos bautistas modernos, reconocemos nuestro antepasado anabautista con orgullo, porque sabemos que aquellos llevaron a la práctica las convicciones tomadas de las Escrituras costara lo que costara. No como los modernos "evangélicos" (neo-evangélicos) que han vendido a Aquel que los compró con su sangre, y aun a sus verdaderos antepasados reformistas: Lutero, Calvino, Zuinglio, etc. ya que en la actualidad trabajan codo a codo con los católicos en esfuerzos evangelísticos, y dicen que encuentran una "concordancia dinámica" entre la enseñanza reformista que solo las Escrituras son base para la doctrina, y la pagana Tradición católica. No me está permitido decir quiénes, en la actualidad, nos producen náuseas al hacer lo arriba descrito, y que llaman al Papa: "Siervo de Dios"; o que cuando visitaron a la ahora extinta Unión Soviética, dijeron no haber visto ninguna represión religiosa; pero sí les podemos dar sus iniciales; ellos son: Billy Graham, Luis Palau, Intervasity, Navigators, etc., etc. Alguna duda?
Los bautistas no empezaron con Roger Williams, ni John Smyth
Una de las teorías de la Historia de los Bautistas es que tuvieron su origen con el movimiento separatista inglés, del cual Roger Williams y John Smyth fueron líderes. Cierto es que Roger Williams fue uno de los primeros en repudiar la idea de la unión de la Iglesia (Anglicana) y el Estado (Inglaterra), y por eso vino a América a principios del siglo XVII, y que asimismo repudió el bautismo infantil y sostenía el bautismo de creyentes por inmersión, pero él mismo no quiso ser identificado como bautista porque en ese tiempo, era sinónimo de rebelde y alborotador. Si acaso Williams fue bautista, lo fue durante tres o cuatro meses. De todos modos, Williams, aunque no fundó el movimiento bautista, ni siquiera en los EE.UU., es reconocido como un adalid en el avance de la moral, y el establecimiento de muchos principios y doctrinas cristianos en la Nueva Inglaterra.
John Smyth, por su parte, sí fue bautista salido de la Iglesia Anglicana, repudiando su bautismo allí, y huyendo a Holanda a establecer una iglesia allí, también a principios del siglo XVII; pero al igual que en el caso de Williams en América, en Holanda ya había evidencias de que los bautistas estaban allí antes que él llegara.
Es la Iglesia Católica, los Testigos de Jehová, y otras sectas, quiénes se deleitan y empecinan en señalar a algunos de éstos como los fundadores de los bautistas, en un afán de desprestigiar a los creyentes neo-testamentarios, y afirmar, así su propia secta como la auténtica.
Los bautistas no empezaron con Juan el Bautista
Algunos que sostienen la teoría sucesionista, van al extremo de creer que tienen sus raíces en Juan el Bautista. Eso ha conducido a muchos a creer que los bautistas tomaron su nombre de Juan el Bautista, o que él fue quién inició la denominación bautista.
Los verdaderos bautistas admiran a Juan el Bautista como un personaje auténtico bíblico, digno de imitar, como a todos los demás caudillos bíblicos, pero nos rehusamos en llevar un nombre en honor de un hombre. Cierto es que en los antepasados bautistas hay quiénes llevaron el nombre de algún líder prominente, como los petrobrusianos, los waldenses, etc.; pero ellos, al igual que todos los bautistas, o creyentes que se adhieren más a las Escrituras, llevaron tales nombres como apodos dados a ellos por sus enemigos. Nunca ha sido la intención de este tipo de creyentes llevar un nombre otro que "cristianos", pero desafortunadamente, como se estableció al principio de este artículo, eso ya no dice mucho. En cambio, decirse bautista, lo identifica a uno con aquellos distintivos bíblicos que caracterizaron a los auténticos creyentes a través de los siglos.
Insistimos, no queremos decir con esto que todos los que lleven el apodo "bautistas" son los verdaderos discípulos de Cristo, ni que no pueda haber verdaderos creyentes en otras denominaciones, aunque no lleven dicho apodo.
LOS DISTINTIVOS BÍBLICOS DE LOS BAUTISTAS
Reiteramos que, lejos de poder trazar una línea ininterrumpida de sucesión de iglesias bautistas hasta Jesucristo y los apóstoles, sí podemos reclamar una sucesión ininterrumpida de iglesias neo-testamentarias a través de los siglos, con diferentes nombres, y en diferentes lugares, que se pueden relacionar espiritualmente por sus doctrinas y prácticas, a pesar de que haya grandes lagunas en la historia, en las que sea difícil de señalar un grupo con estas características que en seguida se analizan. Tal confianza la podemos tener en base a las Escrituras. Tenemos la promesa de Cristo hecha a Pedro de que las puertas del Hades no prevalecerían contra la Iglesia (Mateo 16:18), y la promesa de que Cristo sería glorificado en la Iglesia por todos los siglos (Efesios 3:21). Sería imposible que Cristo recibiera gloria si no ha habido "Iglesia" en cada siglo, o sería falso que el infierno (Hades) no prevalecería contra la Iglesia, si no creyéramos que siempre ha habido un "baluarte y columna de la verdad: la Iglesia" (1 Timoteo 3:15).Eso es lo que enseñan los libros de historia católicos, y que desafortunadamente, muchos protestantes enseñan también en sus libros, diciendo que desde los primeros siglos desapareció la verdadera Iglesia, pero resurgió en el siglo XVI con la Reforma; o como aseveran los líderes de sectas modernas: que la Iglesia permaneció en oscuridad y sueño espiritual hasta ahora que, según ellos, Dios les ha mandado avivar su Iglesia.
Las características, o distintivos, por medio de los cuales encuentran parentesco espiritual los cristianos a través de los siglos son:
La Biblia, única regla de Fe y Práctica.
Los bautistas siempre se han caracterizado por sostener que la única fuente de autoridad en qué basar sus creencias y prácticas es la Biblia, la Palabra de Dios. La historia está repleta de instancias en las que en el momento en que un grupo, otrora ortodoxo, empezó a poner tanta o más importancia en otras fuentes, además de la Biblia, ese grupo irremisible se desvió de la verdad, o de la verdadera línea del cristianismo.
Este es el principal punto de diferencia entre el catolicismo romano y el cristianismo. Cuando a un servidor alguien le pregunta sobre la diferencia entre la religión católica y la mía, la resumo simplemente diciendo que nosotros nos basamos absoluta y exclusivamente en la Biblia, mientras que los católicos no. Eso implica que, ya que el catolicismo sostiene muchas doctrinas y prácticas que no están apoyadas en la Biblia, pero sí en la Tradición, las diferencias son muchas y muy variadas. Entendiendo por "Tradición" todo documento oficial -- bulas papales, encíclicas, documentos emanados de los así llamados "Concilios Ecuménicos", y toda declaración papal dicha "ex-cátedra" -- emanado de la Iglesia Católica a través de sus ya casi 17 siglos de existencia.
Este fue también el punto de separación entre los anabautistas suizos y Zuinglio. Zuinglio prefirió dejar en manos del concilio de la ciudad la decisión si se iba a eliminar la práctica de la misa, el bautismo infantil, etc.; a lo que los anabautistas respondieron que no podían dejar en manos de los hombres lo que Dios ya había decidido en su Palabra desde hacía muchos años.
Una vez que junto a la Biblia se ponen otras fuentes de autoridad, queda la puerta abierta para que entren en la iglesia toda clase de doctrinas y prácticas completamente ajenas a la Biblia. La Biblia dice de sí misma: Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra. (2 Timoteo 3:16,17) Pablo exhortaba a los corintios: Pero esto, hermanos, lo he presentado como ejemplo en mí y en Apolos por amor de vosotros, para que en nosotros aprendáis a no pensar más de lo que está escrito, no sea que por causa de uno, os envanezcáis unos contra otros. Aunque aquí Pablo está advirtiendo a los corintios a que pensar más de lo que está escrito sobre él o Apolos podía conducir al envanecimiento, es válido aplicarlo también en toda otra doctrina; pensar más de lo que está escrito va irremisiblemente a conducir a abusos y excesos de la Palabra de Dios.
Toda secta, incluyendo la católica, tiene, además de la Biblia, otras fuentes de autoridad. Y esto es por necesidad. Las sectas sostienen un sinnúmero de doctrinas y prácticas extrañas al cristianismo predicado por Cristo y los apóstoles, que para apoyarlas, necesitan salirse de la fuente que Cristo estableció para su iglesia.
Membresía formada solamente por Personas Regeneradas
Nadie nace siendo cristiano. Los cristianos bautistas no han aceptado automáticamente en la membresía de sus iglesias, ni a los hijos de sus miembros. Se ha hecho siempre el esfuerzo de asegurarse que los que van a engrosar la lista de membresía sean personas que hayan creído en Cristo para su salvación y den alguna evidencia de ello. Ese es el peligro que se corre en algunas iglesias bautistas modernas de aceptar instantáneamente en la membresía de la iglesia a personas que no tienen más que horas de haber, según ellos, creído en Cristo y sido bautizados.
Cristo sacudió el sistema teológico de Nicodemo con la revolucionaria declaración: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios (Juan 3:3). En el libro de Hechos se nos muestra cómo fue la práctica apostólica de aceptar dentro de la membresía: Así que los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas (Hechos 2:41). Y la señal de que habían sido regenerados se mostraba en el siguiente versículo: Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones. (Hechos 2:42)
La entrada a la membresía es por la regeneración, no por herencia, ni por bautismo. Un niño que es bautizado podrá, de acuerdo con la iglesia católica, ser considerado "cristiano", pero de acuerdo con la Biblia. Un cristiano es una persona que voluntariamente ha escogido creer en Cristo como su Salvador; y un bebé es incapaz de hacer esa elección en su temprana edad.
Pablo, en todas sus epístolas, se dirigía a los receptores de las mismas como santos, creyentes, personas que habían sido ya regeneradas, pero nunca como personas que necesitaban ser salvos. Eso significa que las iglesias a las que escribió Pablo estaban formadas solamente por personas que ya habían experimentado el nuevo nacimiento, y habían dado muestras de ello.
La primer gran incursión en iglesias cristianas de la historia se llevó a cabo cuando Constantino en el siglo IV declaró oficialmente que el cristianismo sería la iglesia oficial del Imperio Romano. No solamente estaba uniendo la iglesia y el estado, sino que automáticamente las iglesias se vieron repletas de soldados inconversos que infiltraron sus antiguas prácticas paganas de su anterior religión. Eso dio como origen a lo que ahora conocemos con el nombre de Iglesia Católica Apostólica y Romana. Claro es que en esos comienzos, dicha iglesia no había llegado a ser el complejo sistema religioso que es en la actualidad.
Gobierno Autónomo de la Iglesia
Los bautistas siempre se han opuesto a la jerarquía de unas iglesias sobre otras. Cada iglesia local tiene la libertad y responsabilidad ante Cristo solamente, por su doctrinas y prácticas, sin otra autoridad terrenal que las gobierne. Las iglesias bautistas tienen la libertad de decidir por sí mismas, y de solicitar consejo y ayuda de otras similares, sin que ello signifique que éstas últimas tengan ninguna autoridad sobre aquéllas. De manera que los obispados, arquidiócesis, presbiterios, consistorios, y cualquier otra jerarquía eclesiástica, por ser completamente ajenas a la enseñanza del Nuevo Testamento para el gobierno de la Iglesia, han sido rechazadas por los bautistas a través de la historia.
La autoridad de la Iglesia descansa en la iglesia local. Cristo enseñó en Mateo 18 que cuando un miembro se rehusa a corregir su camino errado, el asunto debe ser llevado a la iglesia. y al usar la palabra "iglesia", Cristo no se refería a las autoridades eclesiásticas como lo usan en la actualidad la Iglesia Católica y sus hijastras, las protestantes.
Fueron los miembros de la iglesia los que formaron el comité para nombrar al apóstol que sustituiría a Judas el traidor en Hechos 1; fueron los miembros de la iglesia los que buscaron, a sugerencia de los apóstoles, a los siete diáconos que sirvieran en sus funciones, para que los apóstoles no fueran distraídos de las de ellos en Hechos 6; fueron los miembros de la iglesia quiénes comisionaron a los apóstoles a tener el primer Concilio de la Iglesia en Jerusalén en Hechos 15, la cual, por cierto, no fue presidida por el "primer Papa" sino por Santiago, apóstol y medio hermano del Señor; fueron los miembros de la iglesia, los que señalaban y enviaban a los misioneros, etc., etc. En todo el libro de los Hechos, y para tal efecto, en todo el Nuevo Testamento, nunca se encuentra ni indicio de que hubiera una jerarquía ni en los líderes espirituales de la iglesia, ni entre las iglesias. Esa ha sido la práctica de los creyentes neo-testamentarios en la historia de la Iglesia.
El Sacerdocio de todos los Creyentes
En ninguna parte del Nuevo Testamento, documento oficial para la Iglesia que instituyó el Señor Jesucristo, se encuentra que ésta haya sido organizada con sacerdotes, sino con pastores, presbíteros, obispos o ancianos. Todos estos términos se usan hasta cierto punto indistintamente para referirse a los ministros encargados de la predicación de la Palabra de Dios, y el cuidado de la grey de Dios; y en ningún lado se sugiere ni siquiera la idea de que unos sean superiores a otros, o ejercerían autoridad sobre otros. El sacerdocio mismo fue abolido por Cristo cuando entró una vez para siempre, con su propia sangre, al lugar Santísimo, donde antes entraba una vez al año el sacerdote de la religión judía (Hebreos 9:11-12).
El Nuevo Testamento, en cambio, establece claramente que los creyentes de esta era no necesitan más de intermediario que los lleve a Dios. Pedro declara, hablando a cristianos: Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable (1 Pedro 2:9). De manera que ahora cada creyente es un sacerdote para sí mismo. El escritor de la epístola a los Hebreos declara también, en base al camino abierto por Cristo: Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión. Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero son pecado. Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro (Hebreos 4:14-16).
El rango de superioridad con atribuciones exclusivas del sacerdote católico, es una de las herencias más notables de las antiguas religiones paganas romanas y babilonias traídas a las iglesias antiguas por los inconversos, y es completamente extraño a la enseñanza del Nuevo Testamento. Los bautistas, a través de todos los siglos, siempre se opusieron a tan extraviada idea.
Libertad de Conciencia
El fanatismo religioso, producto inequívoco del error, es intolerante hacia quiénes sostienen ideologías diferentes a las de la persona fanática. La verdad, en cambio, reconoce la libertad inherente a cada individuo concedida por Dios para creer, no solamente cualquier otro tipo de sistema doctrinal religioso, sino aun filosófico, o ideológico, aunque no necesariamente tenga que ver con la religión. Ello explica por qué los defensores del error religioso, como lo hacen las sectas, son intolerantes, y han perseguido hasta el homicidio, a quiénes no comulgan con su particular sistema de creencias; y asimismo, los que sostienen la verdad, la cual es Cristo, siguen la enseñanza de su Maestro en cuanto a la no persecución de aquellos que se oponen y se rehusan a creer en esa verdad.
Cristo prohibió a Pedro utilizar la espada para defenderlo cuando lo vinieron a apresar diciendo: Vuelve la espada a su lugar; porque todos los que tomen espada, a espada perecerán. Acaso piensas que no puedo ahora orar a mi Padre, y que Él no me daría más de doce legiones de ángeles? Pero cómo entonces se cumplirían las Escrituras de que es necesario que así se haga? A los que no recibieron a Cristo y sus discípulos en Samaria, los discípulos querían pedir fuego del cielo para consumirlos, a lo que Cristo contestó: Vosotros no sabéis de qué espíritu sois; porque el Hijo del Hombre no ha venido para perder las almas de los hombres, sino para salvarlas. (Lucas 9:55,56)
Nunca fue la violencia, el método para imponer la verdad del evangelio, ni en los tiempos de Cristo mismo, ni a través de todos los siglos de existencia del cristianismo. En cambio, la historia imborrable demuestra cómo muchos, católicos, y no católicos también, en nombre de Dios, persiguieron hasta el martirio y la muerte a aquellos que se oponían a "su" verdad. No es desconocido de todos nosotros las atrocidades que la "Santa Inquisición", tanto en España como en México, cometieron contra los "herejes", sólo por el pecado de creer en otra religión diferente a la católica. Y no tenemos que remontarnos mucho en la historia para ver estos hechos. En México, a principios de siglo, los cristeros, en nombre de Dios, y con el estandarte de la virgen María, mataron a aquellos que se rehusaban a reconocer la autoridad política de la Iglesia Católica en México. Y mucho más reciente aún, los periódicos en México relatan la intolerancia llevada hasta la violencia y la muerte, ejercida por los católicos en el estado mexicano de Chiapas, hacia los protestantes.
Los bautistas siempre han sostenido la libertad de conciencia, y han estado en contra de la violencia como medio de imponer sus creencias, y eso es un hecho histórico. Esa es la razón por la que se opusieron al Diet de Spiers en el siglo XVI, y esa es la razón también por la que fueron perseguidos por católicos y protestantes por igual en la misma época.
Solamente dos ordenanzas: Bautismo de creyentes por inmersión, y la Cena del Señor
No son sacramentos, simplemente porque no confieren ninguna gracia a los que de ellas participan, ni son siete como lo estableció el Concilio de Trento. La manera, por cierto, en que el Concilio determinó el número de sacramentos es por demás singular: "Porque siete son los días de la semana, siete son los pecados mortales (!), siete fueron las plagas de Egipto (!), siete son los planetas (!)" Y lo curioso, como lo dice la Enciclopedia Ilustrada de Historia de la Iglesia de Samuel Vila y Darío Santa María, es que la Iglesia Católica elevó a sacramento el matrimonio, pero lo dejó prohibido a los sacerdotes, dificultando aún más la entrada al cielo a estos pobres ciegos, guías de ciegos.
El Nuevo Testamento enseña que Cristo solamente dejó el mandato de bautizar a los creyentes (Mateo 28:19), y que se conmemorara la Cena del Señor, como anuncio de su muerte hasta que el regresara otra vez (1 Corintios 11:26). Así lo practicaron los apóstoles en el libro de los Hechos, y así lo han practicado los bautistas a través de los siglos. No hay ni insinuaciones de que se hayan bautizado infantes, ni mucho menos por aspersión en el libro de los Hechos, y las casos de la práctica del bautismo infantil y la aspersión ha sido más bien la marca de la Iglesia Católica y sus descendientes. Es más, la misma iglesia referida practicó la inmersión y el bautismo de adultos en sus inicios, como lo demuestran los documentos y las pilas bautismales aún existentes en muchas iglesias católicas en Europa.
En cuanto a la Cena del Señor, o Comunión, como también se le llama; es claro en el Nuevo Testamento que nunca se instituyó con el propósito de salvar a los participantes, y que los elementos: el pan y el jugo de la uva, se debían ofrecer a todos los participantes. Cuando Cristo dijo: "esto es mi cuerpo [. . .] esta es mi sangre" al sostener en su mano el pan y el vino, es obvio que no podía referirse literalmente a su cuerpo y su sangre porque no podría estar vivo y sostener al mismo tiempo en su mano su propio cuerpo y su propia sangre que en ese mismo instante circulaba por sus venas, lo que quería decir es que aquello representaba su cuerpo y su sangre. La doctrina de la transustanciación es insostenible por las enseñanzas del Nuevo Testamento.
Otras iglesias, practican el lavamiento de pies como otra ordenanza, o alguna otra buena práctica como esa. El lavamiento de pies, en la humilde opinión del que esto escribe, es, más que una ordenanza, una buena práctica de higiene que seguramente es agradecida por aquéllos que tienen que convivir todos los días con los que lo practican; pero en cuanto a lo espiritual se refiere, no tiene ningún valor.
Una vez más, la práctica de estas dos ordenanzas, al igual que los otros distintivos, han sido características de los creyentes del Nuevo Testamento a través de los siglos.
Separación de la Iglesia y del Estado
El Nuevo Testamento reconoce que Dios ha establecido tres instituciones para esta era apostólica, a saber: La Iglesia, el Estado, y la familia. Cada una de ellas con una función bien definida, la cual no puede ni debe interferir con las demás. La Iglesia para llevar a cabo la Gran Comisión, traer gloria a Cristo, y sostener y defender la verdad (Mateo 28:19-20; Efesios 3:20-21; 1 Timoteo 3:15); el Estado para traer orden y paz en la comunidad (Romanos 13:1-7); y el hogar para educar y criar a los hijos en el temor de Dios (Deuteronomio 6:6-9). Ninguna de estas instituciones debe usurpar los deberes de las otras dos. La obligación de la Iglesia no es educar a los hijos, ni es obligación del Estado proporcionar fondos a la Iglesia para la predicación del evangelio, ni es responsabilidad de la familia recaudar impuestos para la educación de sus hijos.
Cristo estableció la separación entre el Estado y la Iglesia cuando les dijo a sus enemigos que dieran al César lo que era del César y a Dios lo que era de Dios. Cristo enseñó a Pedro a pagar tributo (impuesto), y los apóstoles se sometieron a las autoridades del gobierno cuando sus leyes no entraban en conflicto con las de Dios. Pero no encontramos en ninguna parte del Nuevo Testamento que el gobierno tiene la responsabilidad de imponer sobre las personas tal o cual religión, aunque sea la cristiana, como ha ocurrido desde que Constantino hizo oficial la religión cristiana (?) para el Estado Romano en el año 313 D. C., y se auto proclamó, además de jefe de Estado, jefe de la Iglesia.
Tal práctica perduró en la mayoría de los países de Europa desde ese entonces, hasta la fecha, y fue copiada por la Iglesia Anglicana, cuando se separó ésta de la Iglesia Católica en el siglo XVI.
Los bautistas, y ahora muchos protestantes, siempre han rechazado esa práctica. En nuestros países latinoamericanos hemos sufrido por los abusos que originó, a partir de la Conquista de la Madre España, los gobiernos dominados por la Iglesia Católica. En México, por ejemplo, hasta que el presidente Juárez redujo el poder de la Iglesia Católica en los asuntos del gobierno, es que se mejoró la economía del país, ya que la Iglesia era dueña da la mayoría de los inmuebles y tierras, evadía impuestos, e impedía así el avance económico del país. Lo mismo puede verse qué ha sucedido en los demás países de habla hispana donde se impuso la religión católica a los pobres indios indefensos nativos de estas tierras.
No solamente es bíblico mantener separados a la Iglesia y al Estado, sino que es saludable para el país.
Separación Ética y Eclesiástica
Los creyentes neo-testamentarios se han caracterizado también por enseñar y sostener que el cristiano debe vivir una vida separada del mundo para Dios, absteniéndose de todo lo malo, y renunciando a los placeres temporales mundanos, así como de los hermanos que anden desordenadamente (2 Corintios 6:14-15:1; Tito 2:11-12; 1 Juan 2:15). Y que asimismo, no puede haber alianzas ecuménicas entre iglesias neo-testamentarias que enseñan y practican la verdad, y aquellas que no lo hacen. Los bautistas, por definición, no creen en la formación de denominaciones o asociaciones que determinen el curso de las creencias de las iglesias locales.
En cuanto a la separación ética, los bautistas no creemos que por vivir vidas separadas del mundo como: no fumar, no ir a bailes, alejarse de la fornicación, cuidar la música que uno escucha, y sus amistades y lugares que frecuenta, vamos a ir al cielo; pero sí creemos que una señal del discípulo de Cristo es la abstención de las cosas mundanas. Otras denominaciones, aunque evangélicas, no han puesto el mismo énfasis en este tipo de separación, sino que más bien son bastante indulgentes con sus miembros; sobre todo en estos tiempos modernos; y ni qué decir de la Iglesia Católica. Lutero mismo detestaba el énfasis de los anabautistas en la separación del mundo del cristiano diciendo que eso era volver a creer en la salvación por obras.
La historia revela, que en el afán de purificar denominaciones, los individuos e iglesias han cedido a sus convicciones, demostrando así, que para ellos, es más importante mantener la fidelidad a la denominación, que a la Palabra de Dios. Eso es lo que ocurre en la actualidad con la mayoría de las denominaciones evangélicas, en las que se han filtrado las corrientes teológicas liberales, pero los "conservadores" dentro de las mismas denominaciones se resisten a abandonarlas, ignorando que Dios no está tan interesado en mantener su denominación, como en que se obedezca su Palabra, y que verdaderas iglesias fieles a la Palabra de Dios, han existido en todas las edades sin necesidad de afiliación eclesiástica o denominacional ninguna (Mateo 16:18).
El gran predicador bautista del siglo pasado, Carlos H. Spurgeon en Julio de 1889 dijo acerca de la separación eclesiástica:
El día llegará cuando los que piensan que pueden reparar la casa, que no tiene fundamento, verán lo sabio de salirse completamente de ella. Todo el tiempo hemos visto que salirse de asociaciones con doctrinas cuestionables es la única solución posible para una dificultad que, cómo quiera que sea negada, no es para jugar con ella por aquellos que están conscientes de su terrible realidad. (Tomado de la revista FRONTLINE, edición sep-oct 1992)
De ahí que, aunque haya bautistas que pertenezcan a asociaciones o denominaciones, aquellos bautistas que siguen practicando lo que sus antecesores en el pasado, continúan enseñando y practicando la separación eclesiástica.
Estas son las marcas que han caracterizado a los creyentes a través de los siglos, que aunque portaron diferentes nombres, el hecho de haber sostenido estos distintivos, los une en un parentesco espiritual indisoluble, y por ello, no faltamos a la verdad al llamarlos también bautistas.
CONCLUSIÓN
Este artículo no tiene la intención de menospreciar a cristianos sinceros en otras denominaciones evangélicas, ni tampoco establecer que los bautistas, ni siquiera los que más se han adherido a las enseñanzas del Nuevo Testamento, son mejor que otros cristianos no bautistas. El único propósito de este breve escrito es informar a creyentes e incrédulos en general, sobre lo que hay detrás del nombre bautista, y desmentir las falsas ideas propagadas por los enemigos, acerca de los que sin vergüenza portamos el nombre.
Este es un llamado triple. Es un llamado para todo aquel cristiano sincero que, al comparar las marcas bíblicas de una iglesia neo-testamentaria descritas aquí, se da cuenta que su iglesia no las tiene, y esté dispuesto a dar el paso de fe de unirse a una iglesia que sí las tenga. También es un llamado a aquellos bautistas que menosprecian el nombre por desconocer la gloriosa herencia que nos dejaron nuestros antepasados. Y finalmente, es también un llamado a cualquier otra persona, no cristiana, a que valore, a la luz de este escrito, pero sobre todo, a la luz de la Biblia, las doctrinas y prácticas de su religión para que deposite su fe más bien en Cristo, que en su religión, para la salvación de su alma; pues es Cristo quién murió por sus pecados, y no ninguna otra iglesia, religión o denominación. Acepte a Cristo ahora.

El tinte de cabello Garnier Nutrisse que casi mata a una mujer



La mujer compró una botella de Garnier Nutrisse de Negro y se fue a casa para ponerse guapa. Poco después de aplicarse el producto su cabeza comenzó a oler a quemado mientras que el pus salía de su cuero cabelludo
Mariade Kelly estuvo a punto de perder la vida por una grave alergia al tinte con el que trataba de cambiar el aspecto de su pelo. La mujer de 29 años permaneció tres días hospitalizada después de que los componentes químicos la piel de su cara se le enrojeciera, su cuello cabelludo comenzara a supurar pus y apenas pudiera respirar.
Mariade Kelly, que lleva dándose tinte desde muy joven, no le dió mucha importancia y pensó que con algún antihistamínico y una crema resolvería el problema. Se fue a la cama pensando que al día siguiente estaría mejor, pero no fue así, según publica el ‘Daily Mail’ .
Su calvario que duraría 48 horas solo estaba comenzando. Como al levantarse el pus le corría por el rostro decidió ir al médico que le indicó unas pastillas y la mandó a casa.
Los síntomas fueron empeorando y llegó el momento en que apenas podía respirar, la garganta se le cerró y aumentó la frecuencia cardíaca con 180 latidos por minuto, al borde de un infarto.
La cara se le inflamó y apenas podía ver, hasta el lóbulo de la oreja aumentó su tamaño. Se vio obligada a regresar a Urgencias, donde decidieron ingresarla inmediatamente.
Mariade Kelly pasó tres días en el hospital donde la bomberdearon con dosis altas de antihistamínicos e inyecciones de esteroides.
Después de salir de la gravedad, el médico le sugirió que se sometiera a una prueba de alergia a la Fenillendiamina, un componente prohibido en muchos países de Europa, presente en los tintes.