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¿Puede un cristiano perder la salvación?


Salvacion 
Así que, con esta definición en mente, ¿puede un cristiano perder la salvación? Quizá la mejor manera de responder a estar importante y crucial pregunta es examinando lo que la Biblia dice que ocurre en la salvación, y entonces estudiar lo que implicaría perder la salvación. Estos son algunos ejemplos 
Antes de que esta pregunta sea respondida, debe ser definido el término “cristiano.” Un “cristiano” no es una persona que haya dicho una oración, o pasado al frente, o que haya crecido en una familia cristiana. Mientras que cada una de estas cosas pueden ser parte de la experiencia cristiana, no son éstas las que “hacen” a un cristiano. Un cristiano es una persona que ha recibido por fe a Jesucristo y ha confiado totalmente en Él como su único Salvador (Juan 3:16; Hechos 16:31; Efesios 2:8-9).



Un cristiano es una nueva criatura. “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas” (2 Corintios 5:17). Estos versos hablan de una persona que se ha convertido enteramente en una nueva criatura, como resultado de estar “en Cristo.” Para que un cristiano perdiera la salvación, la nueva creación tendría que ser revertida y cancelada.

Un cristiano es redimido. “Sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación.” (1 Pedro 1:18-19). La palabra “redimido” se refiere a una compra que ha sido hecha, a un pecio que ha sido pagado. Para que un cristiano perdiera la salvación, Dios tendría que revocar Su compra por la que pagó con la preciosa sangre de Cristo.

Un cristiano es justificado. “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo.” (Romanos 5:1). “Justificar” significa “declarar justo.” Todos los que reciben a Jesucristo como Salvador son “declarados justos” por Dios. Para que un cristiano perdiera la salvación, Dios tendría que desdecir lo dicho en Su Palabra y retractarse de lo que Él declaró previamente.

A un cristiano se le promete la vida eterna. “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, más tenga vida eterna.” (Juan 3:16). La vida eterna es una promesa eterna (para siempre) en el Cielo con Dios. Dios promete “cree, y tendrás vida eterna.” Para que un cristiano perdiera la salvación, la vida eterna tendría que ser retirada. Si a un cristiano se le ha prometido vivir para siempre, ¿cómo entonces puede Dios romper esta promesa, quitándole la vida eterna?

A un cristiano se le garantiza la glorificación. “Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó.” (Romanos 8:30). Como lo aprendemos en Romanos 5:1, la justificación es declarada al momento de la fe. De acuerdo a Romanos 8:30, la glorificación está garantizada para todos aquellos a quienes Dios justifica. La glorificación se refiere a un cristiano recibiendo un perfecto cuerpo resucitado en el Cielo. Si un cristiano pudiera perder la salvación, entonces Romanos 8:30 es un error, porque Dios no puede garantizar la glorificación para todos aquellos a quienes Él predestinó, llamó, y justificó.

Podrían compartirse muchas más ilustraciones de lo que ocurre en la salvación. Sin embargo, aún estas pocas hacen abundantemente claro que un cristiano no puede perder la salvación. La mayor parte, sino todo lo que la Biblia dice que ocurre a una persona cuando recibe a Jesucristo como Salvador, sería invalidado si la salvación pudiera perderse. La salvación no puede ser revertida. Un cristiano no puede ser des-creado como nueva criatura. La redención no puede ser deshecha. La vida eterna no puede perderse y seguirse considerando como eterna. Si un cristiano perdiera la salvación, Dios tendría que retractarse de Su Palabra y cambiar de parecer – dos cosas que la Escritura nos dice que Dios jamás hace.

Las objeciones más frecuentes a la creencia de que un cristiano no puede perder la salvación son; (1) ¿qué hay de aquellos que son cristianos y continuamente viven una vida inmoral? – y – (2) ¿qué pasa con aquellos que son cristianos, pero luego rechazan la fe y niegan a Cristo? El problema con estas dos objeciones es la suposición de que “son cristianos” (1) La Biblia declara que un verdadero cristiano ya no continuará viviendo una vida inmoral (1 Juan 3:6). (2) La Biblia declara que alguien que se separa de la fe, demuestra que realmente nunca fue un cristiano (1 Juan 2:19).

No, un cristiano no puede perder la salvación. Nada puede separar a un cristiano del amor de Dios (Romanos 8:38-39).
Nada puede arrebatar a un cristiano de la mano de Dios (Juan 10:28-29). Dios quiere y tiene el poder para garantizar y mantener la salvación que Él nos ha dado. Judas 24-25 dice, “Y Aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros in mancha delante de su gloria con gran alegría, al único y sabio Dios, nuestro Salvador, sea gloria y majestad, imperio y potencia, ahora y por todos los siglos. Amén.”

LA PERSECUCIÓN CONTRA LOS CRISTIANOS AVANZA EN MEXICO

Obreros de Satanás 


En México un grupo de católicos comandados por sus sacerdotes, del municipio de Tlapa, expulsaron a cuatro familias evangélicas debido a que las cuatro familias cristianas se niegan a participar de las practicas paganas que la secta católico-romana impone. Esta secta (iglesia católica) exige que "todos colaboren" (incluyendo los cristianos evangélicos) .


Los cristianos evangélicos son acusados de oponerse a participar en el trabajo de los preparativos para la celebración de la "Semana Santa" de la secta denominada "Iglesia Católica" en el pueblo. Los expulsados –dicen- son acusados además de negarse a participar en actos cívicos en los que se hacen honores a la bandera o se entona el Himno Nacional y a participar en las asambleas a las que convoca el idólatra comisario municipal.
La decisión del destierro acaba de ser realizado por los integrantes de este culto de origen satánico. Mediante una asamblea una asamblea, convocada por el comisario del pueblo Diego Méndez Lázaro, en la que se acordó expulsar a los pobladores evangélicos de sus hogares y del pueblo por estos “graves” cargos mencionados. Reza el acta de esta samblea que “los evangélicos deben ser expulsados de la comunidad por no pagar las cuotas religiosas”, incluyendo a 14 niños.
LA PERSECUSION HA COMENZADO DANDOSE CUMPLIMIENTO A LA LA PROFESIA DE JESUCRISTO : " Y SEREIS ABORRECIDOS POR CAUSA DE MI NOMBRE"
Como consecuencia, un total de 20 personas fueron sacadas por la fuerza del interior de sus viviendas y encerradas por más de dos horas en la comisaría del poblado. Más tarde, fueron obligados a subir a camionetas y trasladados hasta los límites de la comunidad, ubicada en la zona de la Montaña Alta de Guerrero. Fueron avisados de que no volvieran bajo la amenaza de ser “quemados vivos” si regresan a su comunidad.
El comisario municipal Y CÓMPLICE DE LA MALDAD PROVENIENTE DE LA SECTA CATOLICA : Diego Méndez Lázaro entiende que este salvaje acto digno de una religión tan pagana como el de las antiguas y actuales sectas "es absolutamente legal, ya que afirma que todo lo ocurrido surge de la buena voluntad del pueblo que en un acta del pasado 23 de febrero de 2006 acordó “generosamente” otorgar una oportunidad a las familias evangélicas para que participaran en los actos cívicos y colaboraran en las labores comunitarias" , y de este modo involucrar a los cristianos en el Pecado del ECUMENISMO QUE PROMUEVE EL VATICANO de modo de llevar a millones de personas a lugar reservado para ellos segun las escrituras.
RECORDEMOS QUE SEMANA SANTA ES UNA PRATICA PAGANA QUE NADA TIENE QUE VER CON EL 14 DE NISÁN, FECHA QUE JESUS SOLICITÓ SE RECORDASE SU ENTREGA A LA MUERTE EN REMPLAZO DE NUESTROS PECADOS
Diego Méndez. entregando eplicacones absurdas, ilogicas y que escapan a todo signo de la supuesta tolerancia que predica el culto satanico-católico se lava las manos. Escrito esta que "tendran apariencia de piedad pero negaran la eficacia de ésta" (1 Timoteo)
Escrito esta: Bienaventrados cuando sean perseguidos por causa de mi nombre dice Jesucristo.
¿DONDE ESTAN LAS ORGANIZACIONES DE DERECHOS HUMANOS?
*brillan por su ausencia.
Las familias expulsadas, encabezadas por Dircio González Cruz, Nicolás González Pérez, José González González, y Armando Morales, pidieron la intervención del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan para resolver el problema.
Pero Jehová promere no te abandonare nite desampararé (Josué cap 1) y es asi como los cristianos fueron rescatados por policías en la zona de la Montaña Alta de Guerrero y llevados a la ciudad de Tlapa. Allí permanecen realojados, de momento, en el auditorio municipal, hasta que se negocie con las autoridades de su localidad y se intente que regresen a sus hogares.
PRINCIPIO DE DOLORES
Todo Cristiano debe ser valiente tal cual lo ordenó Jehová a Josué. "NO TE DEJARE NI TE DESAMPARARE" , Lo tiempos del fin estan a pasos. y esta secta diabólica logrará reunir a las demas sectas (juntando supuesto cristianos evangelicos en un ecumenismo que es el preludio a la bienvenida al Hombre de Pecado, El Hijo de perdición)
OTRO CASO EN MEXICO
Obreros de SatanásEN CHIAPAS.- El pasado martes les fueron cortados los servicios de agua potable y luz eléctrica a un grupo de 10 familias cristianas evangélicas en la comunidad de Santa Rita, Municipio de la Trinitaria, Chiapas por no haber cooperado paras las fiestas de la secta católica de la localidad.
Encabezados por otro complice del principe de este mundo, el Comisariado Ejidal, un grupo de católicos decidió, de manera arbitraria, privar del agua a las familias, poniendo en riesgo la salud de al menos 40 personas, entre ellos varios niños, toda vez que los evangélicos no han querido pagar una cuota de 10 mil pesos (poco más de mil dólares) para la realización de festividades religiosas contrarias a los estamentos Bíblicos
El pastor de la Iglesia cristiana Adán Aguilar Pérez, mencionó que estas cuotas se han acumulado de tal forma que actualmente las familias tienen un adeudo de unos 40 mil pesos. “El gobierno local promete apoyarnos con 32 mil pesos, pero quieren que yo los pague y luego ellos me los repondrán, y la verdad no les creo”, dijo el ministro.
El Pastor Aguilar Pérez también ha sido despojado de 10 solares urbanosA pesar de que un tribunal le ha otorgado la posesión legal de esas parcelas, los católicos le impiden tomar posesión de ellas, obligándolos a trabajar fuera de su comunidad, toda vez que no puede sembrar en sus propios predios.
EN JALISCO.- El representante de la secta pagana católica Francisco Palacios, administrador de una parroquia en Puerto Vallarta, se ha dedicado sistemáticamente a llevar a cabo acciones para evitar el crecimiento de las congregaciones no católicas.
Hijo de Satanas. Lobos con pieles de oveja ..EL DIABLO ANDA COMO LEON RUIGIENTE BUSCANDO A QUIEN DEVORAR, PORQUE SABE QUE LE QUEDA POCO TIEMPO.
LA GRAN RAMERA QUEDARA DESOLADA Y DESNUDA
El mes pasado el pagano católico, distribuyó una carta entre habitantes de la colonia Infonavit CTM, incitándolos a detener la construcción de un templo de la Iglesia Nazarena, sin fundamento legal alguno.
El sacerdote romanista (católico) encabezó además la invasión de un predio, propiedad de una iglesia Cristiana en el mismo municipio, al tiempo que ha incitado a sus congregantes a realizar otras acciones para evitar la proliferación de la verdad
EN GUERRERO.- Además del caso mencionado al comienzo de esta noticia, también en el Municipio de Chilpancingo, el pastor Joel Sonora Memije, de la Iglesia Fraternidad Cristiana Vida Abundante, fue encarcelado junto con Telésforo Sonora Memije, toda vez que tres familias se negaron a hacer sus aportaciones para las fiestas paganas católicas. Cumpliendo con la ley de Dios

MARIA B. WOODWORTH - ETTER LOS DOLOROSOS COMIENZOS


María nació el 22 de Julio de 1844 in New Lisbon, Ohio. Fue la cuarta hija de unos granjeros, Samuel y Matilda Underwood, y de niña padeció la angustia de tener un padre alcohólico y un hogar sin Cristo.

Cuando María tenía diez años de edad, su padre se convirtió, y empezó a asistir a la Iglesia y a orar por su familia. A los trece años de edad María fue a la Iglesia y se conmovió cuando escuchó el mensaje de salvación. Desde ese entonces, ella escuchó el llamado de Dios para servir como predicadora del mensaje de salvación, pero se convenció a sí misma que esto no podía ser, a menos que se convirtiera en la esposa de un misionero, porque en esa época las mujeres solas no podían predicar y ni siquiera podían votar. Hoy sabemos que ese fue su primer gran error, porque Dios siempre pasará por encima de todas las circunstancias para cumplir Su propósito en aquellos a quienes Él mismo ha llamado.

María no pudo continuar sus estudios porque su padre murió y ella tuvo que trabajar para aportar al sostenimiento de la familia, y en medio de su tribulación conoció al joven soldado John Woodworth, quien regresaba de la guerra civil norteamericana. Aún sin ser cristiano, María se casó con él y trabajaron juntos en la granja en medio de penurias y dificultades. Tuvo seis hijos y murieron cinco de ellos, lo cual trajo mucho dolor a su vida. Solamente sobrevivió su hija Lizzie.

En medio de esta vida, Maria recordaba su llamado a servir al Señor y cada vez lo veía más lejos de la realidad, como un sueño imposible de cumplir, porque su esposo se resistía y rechazaba lo relacionado con el llamado de ella y vivía muy amargado. También tenía oposición en la Iglesia en que se congregaba, porque allí no aceptaban mujeres en el púlpito.

A pesar de la vida miserable que estaba viviendo, en la que nada de lo que hacía prosperaba, María nunca renegó de Dios, ni levantó su voz contra el Altísimo, sino que empezó a estudiar con hambre y sed la Palabra de Dios, y descubrió que el Señor sí usa a las mujeres en Su obra. Especialmente se sintió impactada por la profecía de Joel, Capítulo 2, al ver que Dios usará tanto a hombres como mujeres, a jóvenes, a niños y también a los ancianos.
  
2. EL MINISTERIO
María se dio cuenta que ya no podía seguir inventando excusas para huir del llamado de Dios. Empezó a tener visiones y a sentir dolor por las almas que se perdían en el Infierno. Ella decía que en cada visión que Dios le daba, aprendía tanto de la Biblia como si hubiera pasado muchos años de enseñanza en el Seminario Bíblico.

Dios le dio visiones en las que Jesús le decía: “Ve y yo iré contigo”. También le prometió en una visión que cuando ella predicara, las personas caerían. Todo esto la llevó a rendirse finalmente ante el llamado de Dios y le pidió que la ungiera con el Espíritu Santo. Este fue el punto decisivo para iniciar su ministerio.

Cuando ella le pidió a Dios el bautismo del Espíritu Santo inmediatamente lo recibió como “fuego líquido”, según sus propias palabras, y ese fuego siempre la acompañó por el resto de su vida.

La primera reunión evangelística que dirigió fue en su propia casa, con sus familiares, y desde ese momento se hizo evidente el poder de Dios sobre su vida a través de las señales y prodigios que fueron siempre las marcas de su ministerio. Luego, empezó a predicar más allá de su propia comunidad, empezó a hacer Campañas Evangelísticas y los Pastores de muchos lugares la invitaban porque querían que la predicación de ella avivara sus Iglesias.

Dios le prometió que cuando ella abriera su boca para predicar, Él la llenaría con Sus palabras. Esta promesa se cumplió literalmente: en sus reuniones muchas personas no podían soportar el poder del Espíritu Santo y la convicción de pecado y salían corriendo, gritando, porque querían recibir a Cristo en sus corazones. Ella disfrutaba de una profunda comunión con Dios, y esa vida de intensa oración se reflejaba en sus servicios.

El ministerio de María Woodworth creció aceleradamente, miles de personas venían a sus Campañas Evangelísticas y cada vez crecía más la unción. Empezaron a suceder increíbles sanidades en su ministerio; la gente caía al piso bajo el poder de Dios: María quedaba quieta por varias horas mientras tenía poderosas visiones de Dios; a veces se sacudía, temblaba y rodaba por el piso, como resultado de la fuerza incontenible del poder de Dios que se manifestaba sobre ella. Hablaba en lenguas, algo que no se veía en su generación, y ministraba a sus oyentes el Bautismo del Espíritu Santo, dieciocho años antes del inicio del Movimiento Pentecostal. Por todo esto, a Maria Woodworth se le conoce como la “Precursora del Movimiento Pentecostal”.

Muchas personas eran salvas en sus reuniones, inclusive líderes y ministros de las diferentes Iglesias; otras personas eran sanadas milagrosamente; otras caían como muertas al suelo y allí duraban horas; algunas personas tenían visiones que transformaban para siempre sus vidas y sus familias.

3. VENCIENDO LA OPOSICIÓN
Debido al gran impacto de su ministerio, y a las manifestaciones emocionales que se veían en sus cultos, muchos detractores empezaron a ridiculizarla, pero ella no se defendía sino que continuaba con más fuerza haciendo lo que Dios la había llamado a hacer. En su concepto, las manifestaciones del Espíritu Santo no eran nada nuevo, sino algo que la Iglesia de Jesucristo había perdido durante mucho tiempo. Y respecto de los detractores decía: “Cuando las personas no comprenden, persiguen”. Como resultado de la persecución, su ministerio creció mucho más. Llegó a predicar en reuniones de más de 25.000 personas y ¡SIN MICROFONO! .

Pero el enemigo siguió atacando y golpeó con fuerza en su propio hogar: su marido le era infiel y eso salió a la luz pública durante una Cruzada que María realizaba en Oakland, California. Ella decidió abandonarlo y se divorciaron en Enero de 1891; un año después él se casó de nuevo y comenzó a calumniar publicamente el ministerio de esta sierva de Dios, pero casi inmediatamente murió de fiebre tifoidea (en junio de 1892). Una gran muestra del carácter verdaderamente cristiano de Maria Woodworth se evidencia en el hecho que, a pesar de la tormentosa relación con su ex – esposo, ella asistió al funeral y oró en el servicio.

Otro hecho que fue muy controvertido en su ministerio fue cuando en 1890, profetizó que la Costa Oeste de los Estados Unidos sería destruida por una gran catástrofe. Muchos Pastores y Ministros estaban a favor de ella y otros en contra. Los periódicos sensacionalistas publicaban todos los días diferentes versiones y muchas mentiras, lo cual instigó a personas violentas que eran miembros de pandillas y empezaron a atacar sus servicios de milagros en Oakland. Sin embargo, a pesar de toda la burla y el rechazo, su palabra profética se cumplió en 1906 cuando la ciudad de San Francisco sufrió el más grande y terrible terremoto que ha afectado la Costa Oeste en toda su historia.

4. TIEMPOS DE REFRIGERIO
Diez años después de su divorcio, conoció a quien se convertiría en su esposo, Samuel Etter, un cristiano fiel, lleno del Espíritu Santo, con quien se casó en 1902. Con este hombre de Dios, Maria disfrutó la felicidad de un matrimonio cristiano, recibiendo de él todo el apoyo que necesitaba para el ministerio y el amor y cuidado que nunca había tenido. Samuel Etter murió doce años después de su matrimonio.

 

Después de cuarenta y cinco años de ministerio predicando en Campañas itinerantes por todos los Estados Unidos, Dios le dijo que abriera una sede permanente en Indianapolis y ella construyó el templo, que fue llamado Tabernáculo, al lado de su casa. Este templofue inaugurado en mayo de 1918 y en él ministraría Maria Woodworth los últimos seis años de su vida.

En sus últimos días la llevaban de su casa al Tabernáculo, sentada en una gran silla de madera. Ella oraba e imponía las manos sobre los enfermos y éstos se sanaban. Algunos sanaban con su sola presencia. Ella decía que predicaría hasta el final de sus días porque “Es mejor gastarse por Jesús que herrumbrarse”.

A mediados de 1924 murió su hija Lizzie y, a pesar del dolor y de su salud deteriorada, María dirigió el funeral. Con este triste episodio, María Woodworth terminó de enterrar a toda su familia y poco tiempo después, cuando ya había cumplido ochenta años, ella misma partió con el Señor a su hogar en el cielo.

Hoy es considerada por muchos cristianos como la más grande mujer Evangelista en la historia de la Iglesia.
"Ora como si Dios hiciera todo el trabajo,
pero trabaja como si todo dependiera de Ti".

Aimee Semple McPherson UNA NIÑITA MUY ESPECIAL


 

Aimee Elizabeth Kennedy nació el 9 de Octubre de 1890 en una pequeña granja cerca de Ingersoll, Ontario, Canadá. Nació en un hogar cristiano, fue la hija única de James Kennedy, director del coro de la Iglesia Metodista local, y de Minnie Kennedy, directora de la Escuela Dominical del Ejército de Salvación. Desde muy pequeña dio muestras de un claro liderazgo entre sus compañeros de escuela, y a los 13 años ya se había convertido en una oradora muy popular de los diferentes eventos de la Iglesia y de la ciudad. Muchas personas venían de otros pueblos a escuchar a la “niñita con el don especial”.

En su adolescencia empezó a estudiar la teoría de Darwin, que ya se enseñaba en los cursos de secundaria, y comenzó a debatir con todos los Pastores y Evangelistas que venían a su Iglesia, sin que nadie pudiera vencerla en su argumentación. A pesar de sus aparentes victorias, Aimee se sentía triste porque llegó a la conclusión que la fe no tenía sentido y que la religión solo era un conjunto de costumbres y rituales. Entonces clamó al Señor: “Si hay un Dios, revélate a mí”.

Al día siguiente vio un cartel que anunciaba un servicio pentecostal llamado “Campaña del Espíritu Santo” a cargo del Evangelista irlandés Robert Semple. Por curiosidad asistió esa noche y durante el servicio de Avivamiento, el mensaje de arrepentimiento que compartía el Evangelista penetró profundamente en su corazón. Cuando el Evangelista empezó a predicar sobre el Bautismo del Espíritu Santo y oró en lenguas, Aimee se perturbó de tal manera que salió corriendo de la reunión.

Por tres días ella luchó con la convicción que el Espíritu Santo estaba grabando en su corazón, hasta no pudo más y levantó sus manos al cielo diciendo: “Señor, ten misericordia de mí que soy pecadora”. En ese momento fue consciente del poder de la sangre de Jesús, su carga fue inmediatamente quitada y la gloria del Señor llenó su corazón. Ella había nacido otra vez.

EL LLAMADO Y EL TIEMPO DIFÍCIL

Aimee siguió asistiendo a los servicios de Avivamiento y recibió el Bautismo del Espíritu Santo y comenzó a alabar y glorificar a Dios en otras lenguas. Ella describió este suceso así: "Cada momento podía sentirme más y más cerca en Su presencia… Soy solamente una muchacha de la escuela, vivo en una granja canadiense, pero me entrego completamente a Ti para que me uses".

Con el Bautismo del Espíritu Santo vinieron un amor y una compasión para las almas que derritieron su corazón con el anhelo de servir a Cristo. Ese deseo concordaba perfectamente con el trabajo evangelistico de Robert Semple, quien pocos meses después le pidió que se casara con él, a lo que ella respondió rápidamente "Sí."

En 1910, después de dos años de casados y antes que Aimee hubiera cumplido veinte años, ella y su esposo emprendieron un viaje misionero a China. Aimee viajó embarazada. Debido a kas condiciones insalubres que tuvieron que soportar durante el viaje y en el lugar en el que vivían, Robert y Aimee enfermaron de malaria. El estado de salud de Robert llegó a ser muy grave y murió tan solo tres meses después de llegar a China.

UNA NUEVA OPORTUNIDAD

Aimee regresó a los Estados Unidos cuando su hija Roberta cumplió 1 mes de nacida, y un año después se casó con Harold McPherson, un hombre de negocios, con el cual tuvo a su hijo Rolf. Ella intentó llevar una vida de hogar normal, pero el llamado al ministerio seguía vivo en su corazón y su salud se deterioró mucho durante los siguientes tres años. Finalmente fue deshauciada por los médicos pero ella oía la voz de Dios que le decía: “Haz obra de evangelista. ¿Irás?”. Aimee le respondió: “Sí Señor”, y sus dolores desaparecieron. Dos semanas después había recuperado sus fuerzas y estaba completamente sana.

Harold deseaba una esposa que atendiera los niños y la casa, pero ella sabía que tenía que cumplir su voto. Aimee se fue con sus hijos a la casa de sus padres en Toronto-Canadá, dejó los niños al cuidado de la abuela Minnie y dio inicio al Ministerio al que Dios la había llamado. Un tiempo después Harold intentó unirse al ministerio, pero no se pudo adaptar a los servicios itinerantes y a la falta de futuro que él veía en ese tipo de vida. Finalmente, Harold solicitó el divorcio, se volvió a casar y llevó la vida normal que él anhelaba.

Aimee realizaba los servicios de Avivamiento bajo una carpa, viajando de ciudad en ciudad por todos los Estados Unidos y el Señor convirtió las predicaciones en servicios de milagros. Las multitudes se congregaban donde estuviera Aimee, primero por la novedad de escuchar a una mujer predicadora que hablaba de Jesús en una forma muy tierna, y también porque veían la unción que fluía en su ministerio. La abuela Minnie se unió al ministerio y empezó a llevar los niños a los servicios de Avivamiento.

En 1918, Dios la llamó a predicar a la ciudad de Los Ángeles, que se convirtió en el sitio base de su ministerio evangelístico. Por varios años, ella continuó viajando hasta conseguir el dinero para la construcción del Angelus Temple, cuya dedicación se llevó a cabo el 1º de Enero de 1923. Este templo, con capacidad para 5.300 personas se llenaba totalmente en los tres servicios diarios, siete días a la semana (al principio Aimee predicaba en cada servicio). Tenía una torre de oración en la que había intercesores 24 horas al día, un coro de cien voces y una banda de música de 36 personas. En 1923 también abrió el Instituo Bíblico Faro del Evangelismo Cuadrangular Internacional para entrenar y enviar evangelistas a todo el mundo; y en 1927 fundó la Iglesia del Evangelio Cuadrangular Internacional (Jesús el Salvador, Jesús el Sanador, Jesús bautiza en el Espíritu Santo, y Jesús el Rey que viene), la cual es una de las ramas más distinguidas del Pentecostalismo, se ha extendido en todos los continentes y se mantiene fiel a su misión de evangelizar el mundo.

Aimee daba la bienvenida a todos en una época de terrible segregación en el sur de los Estados Unidos. Invitaba a todos a sus reuniones, predicaba en los barrios pobres de las ciudades, pasó por encima de las barreras raciales y en muchos de sus servicios se convertían hasta miembros del Klu Klux Klan. También ayudó a muchos de los ministerios hispános que comenzaron en Los Ángeles, y era muy especial con el pueblo gitano. Durante la Gran Depresión ayudó a más de un millón de personas empobrecidas en grado sumo.

TIEMPOS DE CRECIMIENTO

Mientras celebraba una reunión del Avivamiento en San Francisco en abril de 1922, Aimee sintió el llamado a ser la primera mujer que predicara en la radio. Compró una emisora de radio y fue la primera mujer en obtener una licencia de radio y fue autorizada para operar la estación KFSG. Esta es la más antigua estación cristiana del mundo. Su voz se volvió famosa alrededor en Los Angeles, en los Estados Unidos y por todo el mundo.

Era conocida dentro y fuera de la Iglesia. En cada ciudad asistían a sus servicios los líderes locales y los pastores de iglesias locales de cada denominación. El Angelus Temple participaba en los desfiles de las ciudades, e incluso rivalizó con Hollywood en cuanto a publicidad del ministerio. Esto atrajo multitudes de personas que de otra forma no hubieran entrado a una Iglesia a escuchar el mensaje de salvación.

Ella creyó que debía ulizar los medios masivos de comunicación, y aprovechar cada oportunidad para presentar el Evangelio a tanta gente como le fuera posible. Fue una mujer en un mundo dominado por los hombres pero nunca dejó que esto la detuviera, porque tenía la certeza que Dios la llamó a ganar almas para Él. Decía que el amor por las almas es un fuego que quema los huesos, y que mientras tuviera vida, la dedicaría a cumplir esta Gran Comisión.

Fue conocida cariñosamente como la hermana McPherson. Tenía muchos seguidores, pero también tenía detractores que suscitaban contiendas por la ropa que ella usaba para predicar, el maquillaje, las joyas, por su oratoria, y por sus entradas dramáticas y originales. Por ejemplo, en un sermón sobre Jonás hizo construir una ballena gigante; en otra ocasión cuando iba a celebrar un servicio de Avivamiento para los Policías de la ciudad, llegó vestida de policía y manejando una motocicleta de policía.

Aimee escribió numerosos libros, más de 180 canciones, siete óperas sagradas y trece dramas-oratorios. Su vida y su obra permanecen a través del tiempo, y los frutos de su ministerio dan fe de la poderosa unción del Espíritu Santo que reposó sobre ella (“Por sus frutos los conoceréis…” Mateo 7:16). Smith Wigglesworth dijo que la más grande unción del Espíritu Santo que él había sentido siempre había sido en las reuniones de Aimee Semple McPherson.

La hermana McPherson partió con el Señor, el 27 de septiembre de 1944, cuando se preparaba para la ceremonia de dedicación de una Iglesia en Oakland, California. A su funeral asistieron miles de personas. Los servicios conmemorativos fueron llevados a cabo en su cumpleaños, el 9 de octubre, en el Angelus Temple, y al cementerio solo alcanzaron a entrar 2000 personas aproximadamente (de las cuales 1700 eran Pastores que habían sido ordenados por ella).

LA VIDA DE HENRY MARTYN -SEÑOR,QUIERO ARDER HASTA CONSUMIRME ENTERAMENTE EN TI

 
1781 – 1812
Arrodillado en una playa de la India, Henry Martyn derramaba su alma ante el Maestro y oraba: “Amado Señor, yo también andaba en el país lejano; mi vida ardía en el pecado....quisiste que yo regresase, ya no más un tizón para extender la destrucción, sino una antorcha que resplandezca por ti (Zacarías 3:2) ¡Heme aquí entre las tinieblas más densas, salvajes y opresivas del paganismo. Ahora, Señor quiero arder hasta consumirme enteramente por ti!”
El intenso ardor de aquel día siempre motivó la vida de ese joven. Se dice que su nombre es: “el nombre más heroico que adorna la historia de la Iglesia de Inglaterra, desde los tiempos de la reina Isabel”. Sin embargo, aun entre sus compatriotas, él no es muy conocido.
Su padre era de físico endeble. Después que él murió, los cuatro hijos, incluyendo Henry, no tardaron en contraer la misma enfermedad de su padre, la tuberculosis. Con la muerte de su padre, Henry perdió el intenso interés que tenía por las matemáticas y más bien se interesó grandemente en la lectura de la Biblia.
Se graduó con honores más altos de todos los de su clase. Sin embargo, el Espíritu Santo habló a su alma: “Buscas grandes cosas para ti, pues no las busques.”
Acerca de sus estudios testificó: “Alcancé lo más grande que anhelaba, pero luego me desilusioné al ver que sólo había conseguido una sombra.”
Tenía por costumbre levantarse de madrugada y salir a caminar solo por los campos para gozar de la comunión íntima con Dios. El resultado fue que abandonó para siempre sus planes de ser abogado, un plan que todavía seguía porque “no podía consentir en ser pobre por el amor de Cristo”.
Al escuchar un sermón sobre “El estado perdido de los paganos”, resolvió entregarse a la vida misionera.
Al conocer la vida abnegada del misionero Guillermo Carey, dedicaba a su gran obra en la India, se sintió guiado a trabajar en el mismo país.
El deseo de llevar el mensaje de salvación a los pueblos que no conocían a Cristo, se convirtió en un fuego inextinguible en su alma después que leyó la biografía de David Brainerd, quien murió siendo aún muy joven, a la edad de veintinueve años.
Brainerd consumió toda su vida en el servicio del amor intenso que profesaba a los pieles rojas de la América del Norte.
Henry Martyn se dio cuenta de que, como David Brainerd, él también disponía de poco tiempo de vida para llevar a cabo su obra, y se encendió en él la misma pasión de gastarse enteramente por Cristo en el breve espacio de tiempo que le restaba. Sus sermones no consistían en palabras de sabiduría humana, sino que siempre se dirigía a la gente, como “un moribundo, predicando a los moribundos”.
A Henry Martyn se le presentó un gran problema cuando la madre de su novia, Lidia Grenfel, no consentía en el casamiento porque él deseaba llevar a su esposa al extranjero. Henry amaba a Lidia y su mayor deseo terrenal era establecer un hogar y trabajar junto con ella en la mies del Señor. Acerca de esto él escribió en su diario lo siguiente: “Estuve orando durante hora y media, luchando contra lo que me ataba...Cada vez que estaba a punto de ganar la victoria, mi corazón regresaba a su ídolo y, finalmente, me acosté sintiendo una gran pena.”
Entonces se acordó de David Brainerd, el cual se negaba a si mismo todas la comodidades de la civilización, caminaba grandes distancias solo en el bosque, pasaba días sin comer, y después de esforzarse así durante cinco años volvió, tuberculoso, para fallecer en los brazos de su novia, Jerusha, hija de Jonatan Edwards.
Por fin que Henry Martyn también ganó la victoria, obedeciendo al llamado a sacrificarse por la salvación de los perdidos. Al embarcarse, en 1805, para la India, escribió: “Si vivo o muero, que Cristo sea glorificado por la cosecha de multitudes para EL”
A bordo del navío, al alejarse de su patria, Henry Martyn lloró como un niño. No obstante, nada ni nadie podían desviarlo de su firme propósito de seguir la dirección divina. El también era un tizón arrebatado del fuego, por eso repetidamente decía: “Que yo sea una llama de fuego en el servicio divino.”
Después de una travesía de nueve largos meses a bordo y cuando ya se encontraba cerca de su destino, pasó un día entero en ayuno y oración. Sentía cuán grande era el sacrificio de la cruz y cómo era igualmente grande su responsabilidad para con los perdidos en la idolatría que sumaban multitudes en la India.
Siempre repetía: “Sobre tus muros, oh Jerusalén, he puesto guardas; todo el día y toda la noche no callarán jamás. Los que os acordáis de Jehová, no reposéis, ni le deis tregua, hasta que restablezca a Jerusalén, y la ponga por alabanza en la tierra” (Isaías 62:6,7).
La llegada de Henry Martyn a la India, en el mes de abril de 1806, fue también en respuesta a la oración de otros. La necesidad era tan grande en ese país, que los pocos obreros que habían allí se pusieron de acuerdo en reunirse en Calcuta de ocho en ocho días, para pedir a Dios que enviase un hombre lleno del Espíritu Santo y de poder a la India. Al desembarcar Martyn, fue recibido alegremente por ellos, como la respuesta a sus oraciones.
Es difícil imaginar el horror de la tinieblas en que vivía ese pueblo, entre el cual fue Martyn a vivir.
Un día, cerca del lugar donde se hospedaba, oyó una música y vio el humo de una pira fúnebre, acerca de las cuales había oído hablar antes de salir de Inglaterra.
Las llamas ya comenzaban a subir del lugar donde la viuda se encontraba sentada al lado del cadáver de su marido muerto. Martyn, indignado, se esforzó pero no pudo conseguir salvar a la pobre víctima.
En otra ocasión fue atraído por el sonido de címbalos a un lugar donde la gente rendía culto a los demonios. Los adoradores se postraban ante un ídolo, obra de sus propias manos, ¡al que adoraban y temían! Martyn se sentía “realmente en la vecindad del infierno”.
Rodeado de tales escenas, él se esforzaba más y más, incansablemente, día tras día en aprender la lengua. No se desanimaba con la falta de fruto de su predicación, porque consideraba que era mucho más importante traducir las Escrituras y colocarlas en las manos del pueblo.
Con esa meta fija en su mente perseveraba en la obra de la traducción, perfeccionándola cuidadosamente, poco a poco, y deteniéndose de vez en cuando para pedir el auxilio de Dios.
Cómo ardía su alma en el firme propósito de dar la Biblia al pueblo, se ve en uno de sus sermones, conservado en el Museo Británico, y que copiamos a continuación “Pensé en la situación triste del moribundo, que tan sólo conoce bastante de la eternidad como para temer a la muerte, pero no conoce bastante del Salvador como para vislumbrar el futuro con esperanza. No puede pedir una Biblia para aprender algo en que afirmarse, ni puede pedir a la esposa o al hijo que le lean un capítulo para consolarlo. ¡La Biblia, ah, es un tesoro que ellos nunca poseyeron! Vosotros que tenéis un corazón para sentir la miseria del prójimo nosotros que sabéis cómo la agonía del espíritu es más cruel que cualquier sufrimiento del cuerpo, vosotros que sabéis que está próximo el día en que tendréis que morir. ¡OH, dadles aquello que será un consuelo a la hora de la muerte!”
Para alcanzar ese objetivo, de dar las Escrituras a los pueblos de la India y de Persia, Martyn se dedicó a la traducción de día y de noche, en sus horas de descanso y mientras viajaba.
No disminuía su marcha ni cuando el termómetro registraba el intenso calor de 50º, ni cuando sufría de fiebre intermitente, ni debido a la gravedad de la peste blanca que ardía en su pecho. Igual que David Brainerd, cuya biografía siempre sirvió para inspirarlo, Henry Martyn pasó días enteros en intercesión y comunión con su “amado, su querido Jesús”.
“Parece”, escribió él, “que puedo orar cuanto quiera sin cansarme. Cuán dulce es andar con Jesús y morir por EL...” Para él la oración no era una mera formalidad, sino el medio de alcanzar la paz y el poder de los cielos, el medio seguro de quebrantar a los endurecidos de corazón y vencer a los adversarios. Seis años y medio después de haber desembarcado en la India, a la edad de 31 años, cuando emprendía un largo viaje, falleció.
Separado de los hermanos, del resto de la familia, rodeado de perseguidores, y su novia esperándolo en Inglaterra, fue enterrado en un lugar desconocido.
¡Fue muy grande el ánimo, la perseverancia, el amor y la dedicación con que trabajó en la mies de su Señor! Su celo ardió hasta consumirlo en ese corto espacio de seis años y medio. Nos es imposible apreciar cuán grande fue la obra que realizó en tan pocos años. Además de predicar, logró traducir parte de las Sagradas Escrituras a las lenguas de una cuarta parte de todos los habitantes del mundo.
El Nuevo Testamento en indí, indostaní y persa, y los evangelios en judaico-persa son solamente una parte de sus obras.
Cuatro años después de su muerte nació Fidelia Fiske en la tranquilidad de Nueva Inglaterra. Cuando todavía estudiaba en la escuela, leyó la biografía de Henry Martyn. Anduvo cuarenta y cinco kilómetros de noche, bajo violenta tempestad de nieve, para pedir a su madre que la dejase ir a predicar el evangelio a las mujeres y les habló del amor de Jesús, hasta que el avivamiento en Oroomiah se convirtió en otro Pentecostés. Si Henry Martyn, que entregó todo para el servicio del Rey de Reyes, pudiese hoy visitar la India y Persia, cuán grande sería la obra que encontraría, obra realizada por tan gran número de fieles hijos de Dios, en los cuales ardió el mismo fuego encendido por la lectura de la biografía de ese precursor.

LA HABITACIÓN SECRETA DE LA FAMILIA TEN BOOM

 
En absoluto silencio y en una completa oscuridad, seis personas, cuatro de ellas judías, permanecían encerradas en una minúscula habitación secreta. No había espacio para moverse, dos podían sentarse mientras que cuatro permanecían de pie. La Gestapo las buscaba por toda la casa, sabía que estaban escondidas en algún rincón, pero le era imposible descubrirlo: una falsa pared y un armario ocultaba el minúsculo habitáculo que los propietarios de la vivienda, la famila ten Boom, habían creado para salvar la vida de aquellas personas y la de cientos de judíos perseguidos y desesperados.


La familia ten Boom en 1902

La familia ten Boom estaba integrada por los padres, Casper y Cor; cuatro hijos, Betsie, Willem, Nollie y Corrie; y tres tías, Jan, Bep y Anna. Durante la ocupación nazi de Holanda, los ten Boom, ocultaron en su hogar, conocido como Béjé (en la calle Barteljorisstraat, nº 19, en el centro de Haarlem, Holanda), a numerosos judíos y a otras personas que temían ser obligadas a trabajar para los nazis.


Los cuatro hermanos de izquierda a derecha: Betsie, Willem, Nollie y Corrie


Casper era un relojero de gran prestigio en Haarlem. Durante el Holocausto, sus hijos ya eran mayores y su mujer había fallecido. Betsi y Corrie no se habían casado y vivían en el hogar familiar. En 1922, Corrie se convirtió en la primera mujer con licencia de relojero en los Países Bajos. Willem se había graduado en la escuela de teología y se había interesado enormemente por el problema del antisemitismo. En 1927, escribió un artículo sobre este tema. Nollie era maestra, estaba casada y tenía seis hijos.



Taller de relojería de los ten Boom. Casper, al fondo, rodeado de sus empleados

Los nazis ocuparon Haarlem aplicando unas estrictas normas de control de la población. A los ciudadanos no se les permitía abandonar sus hogares después del toque de queda, que pasó de las 9:00 a las 6:00 horas pm. El himno nacional holandés, “Wilhemus”, fue prohibido. La Gestapo reclutaba a todos los hombres de edades comprendidas entre los 17 y 30 para que trabajasen en fábricas o en el ejército. Los holandeses también conocían la persecución de los judíos y su reclusión en campos de concentración. La familia ten Boom sabía muy bien cuál sería su suerte si desafiaban a los nazis ayudando a judíos o a miembros de la Resistencia pero creyeron que era su deber hacerlo.


El Béjé, el hogar de la familia ten Boom. En la planta baja se encontraba la relojería y en la alta, la vivienda


Los cuatro hermanos ten Boom

En mayo de 1942, una mujer judía, elegantemente vestida y con una maleta en la mano, llamó a la puerta del hogar de los ten Boom. Muy nerviosa, le explicó a la familia que su marido había sido detenido varios meses antes y que su hijo había logrado huir. Los nazis la buscaban y tenía mucho miedo de regresar a su casa. Sabía que ellos habían ayudado a otra familia judía, los Weils, y se preguntaba si podría permanecer con ellos un tiempo.

Casper acogió a esta mujer y continuó ofreciendo su hogar como un lugar seguro hasta que los refugiados pudieran salir del país. Estas personas podían permanecer unos días o, incluso, meses en la casa de los ten Boom. Pero era necesario construir un escondite en el que pudieran ocultarse en caso de que los nazis vigilasen el barrio. En el dormitorio de Corrie se levantó una pared falsa de ladrillos que ocultaba una pequeña habitación. A este espacio se accedía a través de un estrecho pasadizo, que se hizo en la parte inferior de un armario, levantando un falso panel. Se colocaba una cesta con ropa de cama para llenar ese lugar y se cerraba la puerta del armario. Desde el exterior, era casi imposible descubrir el acceso a la habitación secreta.




En la imagen superior, la familia ten Boom aparece junto a algunos de los refugiados que vivieron en su hogar. Corrie es la segunda desde la izquierda en la fila superior; Casper se encuentra en frente de Corrie; Betsie está a la derecha, en la fila superior. La fotografía pertenece a Hans Poley, que sobrevivió al Holocausto (está en frente de Betsie).


La familia logró, después de numerosas prácticas, que las personas que escondiesen en su casa se introdujeran en la habitación oculta en sólo 70 segundos, después de que sonase la alarma. Durante ese tiempo, no sólo tenían que arrastrarse hasta el refugio, también debían ocultar cualquier objeto que los delatase, por ejemplo, colchones, almohadas y mantas, si era de noche, o vasos, platos y otros utensilios, si estaban comiendo.




En las imágenes superiores aparece la sala de estar, que era llamada la “habitación de la liberación”. Era el único lugar de la casa lo suficientemente grande como para que cupiesen todos. Las personas que vivían en la clandestinidad compartían con los miembros de la familia las diferentes tareas del hogar. Todos intentaban colaborar y apoyarse en aquella situación tan difícil.

En la casa había varias habitaciones que podían ocupar los refugiados, aunque no sobraba el espacio era posible adaptarse pero los alimentos sí eran un problema. Los no-judíos holandeses habían recibido una tarjeta de racionamiento con la que podían adquirir bonos semanales para comprar alimentos. Estos alimentos eran escasos de modo que era necesario acceder a más tarjetas de racionamiento. Corrie conocía muy bien a muchas familias de Haarlem, gracias a sus obras de caridad. Recordó que una pareja tenía una hija con discapacidad que ella había ayudado. El padre era un funcionario que estaba por entonces a cargo de la oficina de las tarjetas de racionamiento. Una noche, Corrie se presentó en la casa de este funcionario sin previo aviso. Él parecía saber cuál era el motivo. Cuando le preguntó cuántas tarjetas de racionamiento necesitaba, Corrie, que había ido a por cinco, sorprendentemente, se atrevió a pedirle cien.

La Gestapo, con la ayuda de un delator, detuvo a seis miembros de la familia el 28 de febrero de 1944 en torno a 12:30. Un individuo llamó a la puerta de los ten Boom pidiendo ayuda. Habían detenido a su mujer por ocultar a judíos y necesitaba dinero para sobornar a la policía y lograr su liberación. Corrie y Betsie no lo habían visto nunca y presentían que aquel individuo no era sincero pero ¿y si era cierto lo que decía? Después de un momento de duda, decidieron ayudarlo. Realmente, el hombre era un espía y, en unos minutos, oficiales nazis invadieron la casa. Sabían que algo comprometedor encontrarían en ella. Pero, además, Betsi tuvo un descuido que confirmó las sospechas. Los ten Boom colocaban en una ventana un signo para que las personas que necesitasen refugiarse en su casa supiesen que no había peligro y que era un buen momento. Si la situación cambiaba, el signo era retirado. Un miembro de la Gestapo, que vigilaba la casa desde el exterior, vio como Betsie retiró la señal de la ventana en el momento en que los oficiales allanaban la vivienda. Los alemanes, al descubrir que aquel símbolo era una señal de aviso, lo volvieron a colocar en su lugar y detuvieron a los que fueron llegando después, creyendo que la casa era segura. Unas treinta personas fueron detenidas y llevadas a prisión.


Sin embargo, las personas que se encontraban refugiadas en el hogar de los ten Boom sí pudieron ponerse a salvo. En aquel momento se encontraban en la casa cuatro judíos (dos hombres y dos mujeres) y dos trabajadores del metro, que lograron esconderse rápidamente en la habitación secreta. La señora más mayor, Mary Italle, tenía asma y tuvo muchas dificultades para acceder a la habitación secreta. Corrie la ayudó y cerró el panel del armario sólo unos segundos antes de que un policía nazi apareciese en su habitación. Los refugiados permanecieron en este pequeño espacio dos días y medio, sin comer ni beber.

Corrie y Betsy fueron interrogadas por miembros de la Gestapo, que les preguntaron una y otra vez dónde escondían a los judíos. Aunque fueron brutalmente golpeadas, las dos mujeres se negaron a hablar.

La Gestapo comenzó a inspeccionar la casa minuciosamente pero no encontró la habitación secreta. Los alemanes localizaron un lugar en la escalera en el que se escondían las tarjetas de racionamiento y los pasaportes falsos.

La familia ten Boom fue inmediatamente detenida. Un oficial se apiadó de Casper, que tenía 84 años, y le ofreció dejarlo libre si le aseguraba que no iba a causar más problemas en el futuro. Casper contestó que no podía prometérselo, de modo que también se lo llevaron.

Dos días después, un agente de la policía holandesa se puso al servicio de los alemanes que estaban vigilando la casa. Pero, en realidad, este individuo era miembro de la Resistencia y había acudido para intentar liberar a los refugiados. Encontró una oportunidad para sacarlos a través de los tejados de los vecinos, que colaboraron para que pudieran escapar. También el agente de policía tuvo que desaparecer para evitar el castigo de la Gestapo.

Por ayudar a los judíos la familia ten Boom fue enviada a diferentes cárceles y campos de concentración. La policía nazi subió a todos los detenidos en furgonetas y los llevó a la cárcel de la ciudad, una antiguo gimnasio. Después fueron enviados a la prisión de Scheveningen. Corrie y Betsie fueron separadas de su padre y ya no volvieron a verlo nunca más. Corrie tenía la gripe, por lo que fue puesta en régimen de aislamiento.

En prisión, Corrie llegó a enterarse de que su padre falleció a los diez días de su detención. También su hermano Willem, el hijo de éste, Christiaan, de 24 años, y otros miembros de su familia murieron como consecuencia de su encarcelamiento, pero de estas tristes noticias se enteraría mucho después.

Cuando se restableció de su enfermedad, Corrie asistió a su primera audiencia. El oficial Rhams llegó a apreciar a esta valerosa mujer y a tener cierta complicidad con ella. Le gustaba escuchar detalles de su vida familiar y, según afirmó la propia Corrie, las conversaciones que mantuvieron los dos trajeron algo de felicidad en aquella etapa tan dura de su vida.

Pero esta felicidad duró poco tiempo. Corrie, Betsie y otras reclusas fueron trasladadas a Vught, un campo de concentración en Holanda. Las condiciones eran terribles, mucho más severas que en el de Scheveningen. Si alguna norma se infringía, todo el campamento era castigado. A veces, los prisioneros eran enviados a un armario donde permanecían encerrados con las manos atadas por encima de sus cabezas.

Después de unos meses en Vught, que parecieron una eternidad, Betsie, Corrie y otros prisioneros fueron trasladados, de nuevo, a otro campamento. Esta vez, a la tierra más temida: Alemania.

Tras cuatro largos días de viaje, los prisioneros llegaron a Ravensbrück, próximo a Berlín, el lugar más horrible en el que Betsie y Corrie habían estado. Al menos en Vught y Scheveningen, los presos eran llamados por sus nombres pero en Ravensbrück sólo eran un número.

Las condiciones de vida en este campo de concentración eran inhumanas. Al parecer, más de 90.000 mujeres y niños perecieron en Ravensbrück. Betsie, cuya salud nunca había sido buena, pronto cayó enferma. Corrie suplicó a uno de los trabajadores de la cárcel que llevaran a su hermana al hospital, pero se aquel individuo se negó a hacerlo. Durante la enfermedad de Betsie, las hermanas planearon que dedicarían su vida a ayudar a las personas que sobrevivieran a los campos de concentración a superar las terribles secuelas físicas y psicológicas. Corrie escuchaba emocionada a Betsie, quería hacer realidad este sueño pero era consciente de que su hermana no estaría ya a su lado.

Finalmente, Betsie fue llevada al hospital pero era demasiado tarde. Corrie descubrió, días después, en la parte trasera del hospital varios cadáveres hacinados, uno de ellos era el de su hermana.

Sólo unos pocos días más tarde, llamaron a Corrie por su nombre. A ella le sorprendió porque estaba acostumbrada a ser sólo el prisionero 66730. Debía permanecer en el hospital por un tiempo y después quedaría libre. Como consecuencia de un error administrativo, Corrie logró sobrevivir. Existía una lista con las mujeres, mayores de 50 años, que debían ser exterminadas. Corrie, que ya tenía 53, no figuraba en esa lista, de modo que no fue conducida a la cámara de gas, en la que murieron las miles de mujeres que aparecían en la lista. Fue puesta en libertad el 25 de diciembre de 1944



Corrie ten Boom

Después de su liberación, Corrie realizó el sueño que quiso compartir con ella su hermana. Creó un campamento al que podían acudir las víctimas del nazismo. También escribió un best-seller titulado El escondite, en el que narraba las duras experiencias que vivieron los miembros de su familia durante la guerra.

Corrie murió el 15 de abril de 1983, con 91 años.

En la actualidad, la casa de los ten Boom se ha convertido en un Museo y son muchas las personas que han visitado esta residencia, que se encuentra exactamente igual que en la época de la ocupación nazi. Un gran agujero en la falsa pared ha dejado al descubierto la habitación secreta y los visitantes pueden, durante los momentos que permanecen en ella, imaginar el horror que vivieron aquellas seis víctimas del Holocausto que permanecieron más de dos días hacinadas en un pequeño espacio, angustiadas, sin poder hablar y en la más completa oscuridad.

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¿Puede un cristiano perder la salvación?


Salvacion 
Así que, con esta definición en mente, ¿puede un cristiano perder la salvación? Quizá la mejor manera de responder a estar importante y crucial pregunta es examinando lo que la Biblia dice que ocurre en la salvación, y entonces estudiar lo que implicaría perder la salvación. Estos son algunos ejemplos 
Antes de que esta pregunta sea respondida, debe ser definido el término “cristiano.” Un “cristiano” no es una persona que haya dicho una oración, o pasado al frente, o que haya crecido en una familia cristiana. Mientras que cada una de estas cosas pueden ser parte de la experiencia cristiana, no son éstas las que “hacen” a un cristiano. Un cristiano es una persona que ha recibido por fe a Jesucristo y ha confiado totalmente en Él como su único Salvador (Juan 3:16; Hechos 16:31; Efesios 2:8-9).



Un cristiano es una nueva criatura. “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas” (2 Corintios 5:17). Estos versos hablan de una persona que se ha convertido enteramente en una nueva criatura, como resultado de estar “en Cristo.” Para que un cristiano perdiera la salvación, la nueva creación tendría que ser revertida y cancelada.

Un cristiano es redimido. “Sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación.” (1 Pedro 1:18-19). La palabra “redimido” se refiere a una compra que ha sido hecha, a un pecio que ha sido pagado. Para que un cristiano perdiera la salvación, Dios tendría que revocar Su compra por la que pagó con la preciosa sangre de Cristo.

Un cristiano es justificado. “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo.” (Romanos 5:1). “Justificar” significa “declarar justo.” Todos los que reciben a Jesucristo como Salvador son “declarados justos” por Dios. Para que un cristiano perdiera la salvación, Dios tendría que desdecir lo dicho en Su Palabra y retractarse de lo que Él declaró previamente.

A un cristiano se le promete la vida eterna. “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, más tenga vida eterna.” (Juan 3:16). La vida eterna es una promesa eterna (para siempre) en el Cielo con Dios. Dios promete “cree, y tendrás vida eterna.” Para que un cristiano perdiera la salvación, la vida eterna tendría que ser retirada. Si a un cristiano se le ha prometido vivir para siempre, ¿cómo entonces puede Dios romper esta promesa, quitándole la vida eterna?

A un cristiano se le garantiza la glorificación. “Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó.” (Romanos 8:30). Como lo aprendemos en Romanos 5:1, la justificación es declarada al momento de la fe. De acuerdo a Romanos 8:30, la glorificación está garantizada para todos aquellos a quienes Dios justifica. La glorificación se refiere a un cristiano recibiendo un perfecto cuerpo resucitado en el Cielo. Si un cristiano pudiera perder la salvación, entonces Romanos 8:30 es un error, porque Dios no puede garantizar la glorificación para todos aquellos a quienes Él predestinó, llamó, y justificó.

Podrían compartirse muchas más ilustraciones de lo que ocurre en la salvación. Sin embargo, aún estas pocas hacen abundantemente claro que un cristiano no puede perder la salvación. La mayor parte, sino todo lo que la Biblia dice que ocurre a una persona cuando recibe a Jesucristo como Salvador, sería invalidado si la salvación pudiera perderse. La salvación no puede ser revertida. Un cristiano no puede ser des-creado como nueva criatura. La redención no puede ser deshecha. La vida eterna no puede perderse y seguirse considerando como eterna. Si un cristiano perdiera la salvación, Dios tendría que retractarse de Su Palabra y cambiar de parecer – dos cosas que la Escritura nos dice que Dios jamás hace.

Las objeciones más frecuentes a la creencia de que un cristiano no puede perder la salvación son; (1) ¿qué hay de aquellos que son cristianos y continuamente viven una vida inmoral? – y – (2) ¿qué pasa con aquellos que son cristianos, pero luego rechazan la fe y niegan a Cristo? El problema con estas dos objeciones es la suposición de que “son cristianos” (1) La Biblia declara que un verdadero cristiano ya no continuará viviendo una vida inmoral (1 Juan 3:6). (2) La Biblia declara que alguien que se separa de la fe, demuestra que realmente nunca fue un cristiano (1 Juan 2:19).

No, un cristiano no puede perder la salvación. Nada puede separar a un cristiano del amor de Dios (Romanos 8:38-39).
Nada puede arrebatar a un cristiano de la mano de Dios (Juan 10:28-29). Dios quiere y tiene el poder para garantizar y mantener la salvación que Él nos ha dado. Judas 24-25 dice, “Y Aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros in mancha delante de su gloria con gran alegría, al único y sabio Dios, nuestro Salvador, sea gloria y majestad, imperio y potencia, ahora y por todos los siglos. Amén.”

LA PERSECUCIÓN CONTRA LOS CRISTIANOS AVANZA EN MEXICO

Obreros de Satanás 


En México un grupo de católicos comandados por sus sacerdotes, del municipio de Tlapa, expulsaron a cuatro familias evangélicas debido a que las cuatro familias cristianas se niegan a participar de las practicas paganas que la secta católico-romana impone. Esta secta (iglesia católica) exige que "todos colaboren" (incluyendo los cristianos evangélicos) .


Los cristianos evangélicos son acusados de oponerse a participar en el trabajo de los preparativos para la celebración de la "Semana Santa" de la secta denominada "Iglesia Católica" en el pueblo. Los expulsados –dicen- son acusados además de negarse a participar en actos cívicos en los que se hacen honores a la bandera o se entona el Himno Nacional y a participar en las asambleas a las que convoca el idólatra comisario municipal.
La decisión del destierro acaba de ser realizado por los integrantes de este culto de origen satánico. Mediante una asamblea una asamblea, convocada por el comisario del pueblo Diego Méndez Lázaro, en la que se acordó expulsar a los pobladores evangélicos de sus hogares y del pueblo por estos “graves” cargos mencionados. Reza el acta de esta samblea que “los evangélicos deben ser expulsados de la comunidad por no pagar las cuotas religiosas”, incluyendo a 14 niños.
LA PERSECUSION HA COMENZADO DANDOSE CUMPLIMIENTO A LA LA PROFESIA DE JESUCRISTO : " Y SEREIS ABORRECIDOS POR CAUSA DE MI NOMBRE"
Como consecuencia, un total de 20 personas fueron sacadas por la fuerza del interior de sus viviendas y encerradas por más de dos horas en la comisaría del poblado. Más tarde, fueron obligados a subir a camionetas y trasladados hasta los límites de la comunidad, ubicada en la zona de la Montaña Alta de Guerrero. Fueron avisados de que no volvieran bajo la amenaza de ser “quemados vivos” si regresan a su comunidad.
El comisario municipal Y CÓMPLICE DE LA MALDAD PROVENIENTE DE LA SECTA CATOLICA : Diego Méndez Lázaro entiende que este salvaje acto digno de una religión tan pagana como el de las antiguas y actuales sectas "es absolutamente legal, ya que afirma que todo lo ocurrido surge de la buena voluntad del pueblo que en un acta del pasado 23 de febrero de 2006 acordó “generosamente” otorgar una oportunidad a las familias evangélicas para que participaran en los actos cívicos y colaboraran en las labores comunitarias" , y de este modo involucrar a los cristianos en el Pecado del ECUMENISMO QUE PROMUEVE EL VATICANO de modo de llevar a millones de personas a lugar reservado para ellos segun las escrituras.
RECORDEMOS QUE SEMANA SANTA ES UNA PRATICA PAGANA QUE NADA TIENE QUE VER CON EL 14 DE NISÁN, FECHA QUE JESUS SOLICITÓ SE RECORDASE SU ENTREGA A LA MUERTE EN REMPLAZO DE NUESTROS PECADOS
Diego Méndez. entregando eplicacones absurdas, ilogicas y que escapan a todo signo de la supuesta tolerancia que predica el culto satanico-católico se lava las manos. Escrito esta que "tendran apariencia de piedad pero negaran la eficacia de ésta" (1 Timoteo)
Escrito esta: Bienaventrados cuando sean perseguidos por causa de mi nombre dice Jesucristo.
¿DONDE ESTAN LAS ORGANIZACIONES DE DERECHOS HUMANOS?
*brillan por su ausencia.
Las familias expulsadas, encabezadas por Dircio González Cruz, Nicolás González Pérez, José González González, y Armando Morales, pidieron la intervención del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan para resolver el problema.
Pero Jehová promere no te abandonare nite desampararé (Josué cap 1) y es asi como los cristianos fueron rescatados por policías en la zona de la Montaña Alta de Guerrero y llevados a la ciudad de Tlapa. Allí permanecen realojados, de momento, en el auditorio municipal, hasta que se negocie con las autoridades de su localidad y se intente que regresen a sus hogares.
PRINCIPIO DE DOLORES
Todo Cristiano debe ser valiente tal cual lo ordenó Jehová a Josué. "NO TE DEJARE NI TE DESAMPARARE" , Lo tiempos del fin estan a pasos. y esta secta diabólica logrará reunir a las demas sectas (juntando supuesto cristianos evangelicos en un ecumenismo que es el preludio a la bienvenida al Hombre de Pecado, El Hijo de perdición)
OTRO CASO EN MEXICO
Obreros de SatanásEN CHIAPAS.- El pasado martes les fueron cortados los servicios de agua potable y luz eléctrica a un grupo de 10 familias cristianas evangélicas en la comunidad de Santa Rita, Municipio de la Trinitaria, Chiapas por no haber cooperado paras las fiestas de la secta católica de la localidad.
Encabezados por otro complice del principe de este mundo, el Comisariado Ejidal, un grupo de católicos decidió, de manera arbitraria, privar del agua a las familias, poniendo en riesgo la salud de al menos 40 personas, entre ellos varios niños, toda vez que los evangélicos no han querido pagar una cuota de 10 mil pesos (poco más de mil dólares) para la realización de festividades religiosas contrarias a los estamentos Bíblicos
El pastor de la Iglesia cristiana Adán Aguilar Pérez, mencionó que estas cuotas se han acumulado de tal forma que actualmente las familias tienen un adeudo de unos 40 mil pesos. “El gobierno local promete apoyarnos con 32 mil pesos, pero quieren que yo los pague y luego ellos me los repondrán, y la verdad no les creo”, dijo el ministro.
El Pastor Aguilar Pérez también ha sido despojado de 10 solares urbanosA pesar de que un tribunal le ha otorgado la posesión legal de esas parcelas, los católicos le impiden tomar posesión de ellas, obligándolos a trabajar fuera de su comunidad, toda vez que no puede sembrar en sus propios predios.
EN JALISCO.- El representante de la secta pagana católica Francisco Palacios, administrador de una parroquia en Puerto Vallarta, se ha dedicado sistemáticamente a llevar a cabo acciones para evitar el crecimiento de las congregaciones no católicas.
Hijo de Satanas. Lobos con pieles de oveja ..EL DIABLO ANDA COMO LEON RUIGIENTE BUSCANDO A QUIEN DEVORAR, PORQUE SABE QUE LE QUEDA POCO TIEMPO.
LA GRAN RAMERA QUEDARA DESOLADA Y DESNUDA
El mes pasado el pagano católico, distribuyó una carta entre habitantes de la colonia Infonavit CTM, incitándolos a detener la construcción de un templo de la Iglesia Nazarena, sin fundamento legal alguno.
El sacerdote romanista (católico) encabezó además la invasión de un predio, propiedad de una iglesia Cristiana en el mismo municipio, al tiempo que ha incitado a sus congregantes a realizar otras acciones para evitar la proliferación de la verdad
EN GUERRERO.- Además del caso mencionado al comienzo de esta noticia, también en el Municipio de Chilpancingo, el pastor Joel Sonora Memije, de la Iglesia Fraternidad Cristiana Vida Abundante, fue encarcelado junto con Telésforo Sonora Memije, toda vez que tres familias se negaron a hacer sus aportaciones para las fiestas paganas católicas. Cumpliendo con la ley de Dios

MARIA B. WOODWORTH - ETTER LOS DOLOROSOS COMIENZOS


María nació el 22 de Julio de 1844 in New Lisbon, Ohio. Fue la cuarta hija de unos granjeros, Samuel y Matilda Underwood, y de niña padeció la angustia de tener un padre alcohólico y un hogar sin Cristo.

Cuando María tenía diez años de edad, su padre se convirtió, y empezó a asistir a la Iglesia y a orar por su familia. A los trece años de edad María fue a la Iglesia y se conmovió cuando escuchó el mensaje de salvación. Desde ese entonces, ella escuchó el llamado de Dios para servir como predicadora del mensaje de salvación, pero se convenció a sí misma que esto no podía ser, a menos que se convirtiera en la esposa de un misionero, porque en esa época las mujeres solas no podían predicar y ni siquiera podían votar. Hoy sabemos que ese fue su primer gran error, porque Dios siempre pasará por encima de todas las circunstancias para cumplir Su propósito en aquellos a quienes Él mismo ha llamado.

María no pudo continuar sus estudios porque su padre murió y ella tuvo que trabajar para aportar al sostenimiento de la familia, y en medio de su tribulación conoció al joven soldado John Woodworth, quien regresaba de la guerra civil norteamericana. Aún sin ser cristiano, María se casó con él y trabajaron juntos en la granja en medio de penurias y dificultades. Tuvo seis hijos y murieron cinco de ellos, lo cual trajo mucho dolor a su vida. Solamente sobrevivió su hija Lizzie.

En medio de esta vida, Maria recordaba su llamado a servir al Señor y cada vez lo veía más lejos de la realidad, como un sueño imposible de cumplir, porque su esposo se resistía y rechazaba lo relacionado con el llamado de ella y vivía muy amargado. También tenía oposición en la Iglesia en que se congregaba, porque allí no aceptaban mujeres en el púlpito.

A pesar de la vida miserable que estaba viviendo, en la que nada de lo que hacía prosperaba, María nunca renegó de Dios, ni levantó su voz contra el Altísimo, sino que empezó a estudiar con hambre y sed la Palabra de Dios, y descubrió que el Señor sí usa a las mujeres en Su obra. Especialmente se sintió impactada por la profecía de Joel, Capítulo 2, al ver que Dios usará tanto a hombres como mujeres, a jóvenes, a niños y también a los ancianos.
  
2. EL MINISTERIO
María se dio cuenta que ya no podía seguir inventando excusas para huir del llamado de Dios. Empezó a tener visiones y a sentir dolor por las almas que se perdían en el Infierno. Ella decía que en cada visión que Dios le daba, aprendía tanto de la Biblia como si hubiera pasado muchos años de enseñanza en el Seminario Bíblico.

Dios le dio visiones en las que Jesús le decía: “Ve y yo iré contigo”. También le prometió en una visión que cuando ella predicara, las personas caerían. Todo esto la llevó a rendirse finalmente ante el llamado de Dios y le pidió que la ungiera con el Espíritu Santo. Este fue el punto decisivo para iniciar su ministerio.

Cuando ella le pidió a Dios el bautismo del Espíritu Santo inmediatamente lo recibió como “fuego líquido”, según sus propias palabras, y ese fuego siempre la acompañó por el resto de su vida.

La primera reunión evangelística que dirigió fue en su propia casa, con sus familiares, y desde ese momento se hizo evidente el poder de Dios sobre su vida a través de las señales y prodigios que fueron siempre las marcas de su ministerio. Luego, empezó a predicar más allá de su propia comunidad, empezó a hacer Campañas Evangelísticas y los Pastores de muchos lugares la invitaban porque querían que la predicación de ella avivara sus Iglesias.

Dios le prometió que cuando ella abriera su boca para predicar, Él la llenaría con Sus palabras. Esta promesa se cumplió literalmente: en sus reuniones muchas personas no podían soportar el poder del Espíritu Santo y la convicción de pecado y salían corriendo, gritando, porque querían recibir a Cristo en sus corazones. Ella disfrutaba de una profunda comunión con Dios, y esa vida de intensa oración se reflejaba en sus servicios.

El ministerio de María Woodworth creció aceleradamente, miles de personas venían a sus Campañas Evangelísticas y cada vez crecía más la unción. Empezaron a suceder increíbles sanidades en su ministerio; la gente caía al piso bajo el poder de Dios: María quedaba quieta por varias horas mientras tenía poderosas visiones de Dios; a veces se sacudía, temblaba y rodaba por el piso, como resultado de la fuerza incontenible del poder de Dios que se manifestaba sobre ella. Hablaba en lenguas, algo que no se veía en su generación, y ministraba a sus oyentes el Bautismo del Espíritu Santo, dieciocho años antes del inicio del Movimiento Pentecostal. Por todo esto, a Maria Woodworth se le conoce como la “Precursora del Movimiento Pentecostal”.

Muchas personas eran salvas en sus reuniones, inclusive líderes y ministros de las diferentes Iglesias; otras personas eran sanadas milagrosamente; otras caían como muertas al suelo y allí duraban horas; algunas personas tenían visiones que transformaban para siempre sus vidas y sus familias.

3. VENCIENDO LA OPOSICIÓN
Debido al gran impacto de su ministerio, y a las manifestaciones emocionales que se veían en sus cultos, muchos detractores empezaron a ridiculizarla, pero ella no se defendía sino que continuaba con más fuerza haciendo lo que Dios la había llamado a hacer. En su concepto, las manifestaciones del Espíritu Santo no eran nada nuevo, sino algo que la Iglesia de Jesucristo había perdido durante mucho tiempo. Y respecto de los detractores decía: “Cuando las personas no comprenden, persiguen”. Como resultado de la persecución, su ministerio creció mucho más. Llegó a predicar en reuniones de más de 25.000 personas y ¡SIN MICROFONO! .

Pero el enemigo siguió atacando y golpeó con fuerza en su propio hogar: su marido le era infiel y eso salió a la luz pública durante una Cruzada que María realizaba en Oakland, California. Ella decidió abandonarlo y se divorciaron en Enero de 1891; un año después él se casó de nuevo y comenzó a calumniar publicamente el ministerio de esta sierva de Dios, pero casi inmediatamente murió de fiebre tifoidea (en junio de 1892). Una gran muestra del carácter verdaderamente cristiano de Maria Woodworth se evidencia en el hecho que, a pesar de la tormentosa relación con su ex – esposo, ella asistió al funeral y oró en el servicio.

Otro hecho que fue muy controvertido en su ministerio fue cuando en 1890, profetizó que la Costa Oeste de los Estados Unidos sería destruida por una gran catástrofe. Muchos Pastores y Ministros estaban a favor de ella y otros en contra. Los periódicos sensacionalistas publicaban todos los días diferentes versiones y muchas mentiras, lo cual instigó a personas violentas que eran miembros de pandillas y empezaron a atacar sus servicios de milagros en Oakland. Sin embargo, a pesar de toda la burla y el rechazo, su palabra profética se cumplió en 1906 cuando la ciudad de San Francisco sufrió el más grande y terrible terremoto que ha afectado la Costa Oeste en toda su historia.

4. TIEMPOS DE REFRIGERIO
Diez años después de su divorcio, conoció a quien se convertiría en su esposo, Samuel Etter, un cristiano fiel, lleno del Espíritu Santo, con quien se casó en 1902. Con este hombre de Dios, Maria disfrutó la felicidad de un matrimonio cristiano, recibiendo de él todo el apoyo que necesitaba para el ministerio y el amor y cuidado que nunca había tenido. Samuel Etter murió doce años después de su matrimonio.

 

Después de cuarenta y cinco años de ministerio predicando en Campañas itinerantes por todos los Estados Unidos, Dios le dijo que abriera una sede permanente en Indianapolis y ella construyó el templo, que fue llamado Tabernáculo, al lado de su casa. Este templofue inaugurado en mayo de 1918 y en él ministraría Maria Woodworth los últimos seis años de su vida.

En sus últimos días la llevaban de su casa al Tabernáculo, sentada en una gran silla de madera. Ella oraba e imponía las manos sobre los enfermos y éstos se sanaban. Algunos sanaban con su sola presencia. Ella decía que predicaría hasta el final de sus días porque “Es mejor gastarse por Jesús que herrumbrarse”.

A mediados de 1924 murió su hija Lizzie y, a pesar del dolor y de su salud deteriorada, María dirigió el funeral. Con este triste episodio, María Woodworth terminó de enterrar a toda su familia y poco tiempo después, cuando ya había cumplido ochenta años, ella misma partió con el Señor a su hogar en el cielo.

Hoy es considerada por muchos cristianos como la más grande mujer Evangelista en la historia de la Iglesia.
"Ora como si Dios hiciera todo el trabajo,
pero trabaja como si todo dependiera de Ti".

Aimee Semple McPherson UNA NIÑITA MUY ESPECIAL


 

Aimee Elizabeth Kennedy nació el 9 de Octubre de 1890 en una pequeña granja cerca de Ingersoll, Ontario, Canadá. Nació en un hogar cristiano, fue la hija única de James Kennedy, director del coro de la Iglesia Metodista local, y de Minnie Kennedy, directora de la Escuela Dominical del Ejército de Salvación. Desde muy pequeña dio muestras de un claro liderazgo entre sus compañeros de escuela, y a los 13 años ya se había convertido en una oradora muy popular de los diferentes eventos de la Iglesia y de la ciudad. Muchas personas venían de otros pueblos a escuchar a la “niñita con el don especial”.

En su adolescencia empezó a estudiar la teoría de Darwin, que ya se enseñaba en los cursos de secundaria, y comenzó a debatir con todos los Pastores y Evangelistas que venían a su Iglesia, sin que nadie pudiera vencerla en su argumentación. A pesar de sus aparentes victorias, Aimee se sentía triste porque llegó a la conclusión que la fe no tenía sentido y que la religión solo era un conjunto de costumbres y rituales. Entonces clamó al Señor: “Si hay un Dios, revélate a mí”.

Al día siguiente vio un cartel que anunciaba un servicio pentecostal llamado “Campaña del Espíritu Santo” a cargo del Evangelista irlandés Robert Semple. Por curiosidad asistió esa noche y durante el servicio de Avivamiento, el mensaje de arrepentimiento que compartía el Evangelista penetró profundamente en su corazón. Cuando el Evangelista empezó a predicar sobre el Bautismo del Espíritu Santo y oró en lenguas, Aimee se perturbó de tal manera que salió corriendo de la reunión.

Por tres días ella luchó con la convicción que el Espíritu Santo estaba grabando en su corazón, hasta no pudo más y levantó sus manos al cielo diciendo: “Señor, ten misericordia de mí que soy pecadora”. En ese momento fue consciente del poder de la sangre de Jesús, su carga fue inmediatamente quitada y la gloria del Señor llenó su corazón. Ella había nacido otra vez.

EL LLAMADO Y EL TIEMPO DIFÍCIL

Aimee siguió asistiendo a los servicios de Avivamiento y recibió el Bautismo del Espíritu Santo y comenzó a alabar y glorificar a Dios en otras lenguas. Ella describió este suceso así: "Cada momento podía sentirme más y más cerca en Su presencia… Soy solamente una muchacha de la escuela, vivo en una granja canadiense, pero me entrego completamente a Ti para que me uses".

Con el Bautismo del Espíritu Santo vinieron un amor y una compasión para las almas que derritieron su corazón con el anhelo de servir a Cristo. Ese deseo concordaba perfectamente con el trabajo evangelistico de Robert Semple, quien pocos meses después le pidió que se casara con él, a lo que ella respondió rápidamente "Sí."

En 1910, después de dos años de casados y antes que Aimee hubiera cumplido veinte años, ella y su esposo emprendieron un viaje misionero a China. Aimee viajó embarazada. Debido a kas condiciones insalubres que tuvieron que soportar durante el viaje y en el lugar en el que vivían, Robert y Aimee enfermaron de malaria. El estado de salud de Robert llegó a ser muy grave y murió tan solo tres meses después de llegar a China.

UNA NUEVA OPORTUNIDAD

Aimee regresó a los Estados Unidos cuando su hija Roberta cumplió 1 mes de nacida, y un año después se casó con Harold McPherson, un hombre de negocios, con el cual tuvo a su hijo Rolf. Ella intentó llevar una vida de hogar normal, pero el llamado al ministerio seguía vivo en su corazón y su salud se deterioró mucho durante los siguientes tres años. Finalmente fue deshauciada por los médicos pero ella oía la voz de Dios que le decía: “Haz obra de evangelista. ¿Irás?”. Aimee le respondió: “Sí Señor”, y sus dolores desaparecieron. Dos semanas después había recuperado sus fuerzas y estaba completamente sana.

Harold deseaba una esposa que atendiera los niños y la casa, pero ella sabía que tenía que cumplir su voto. Aimee se fue con sus hijos a la casa de sus padres en Toronto-Canadá, dejó los niños al cuidado de la abuela Minnie y dio inicio al Ministerio al que Dios la había llamado. Un tiempo después Harold intentó unirse al ministerio, pero no se pudo adaptar a los servicios itinerantes y a la falta de futuro que él veía en ese tipo de vida. Finalmente, Harold solicitó el divorcio, se volvió a casar y llevó la vida normal que él anhelaba.

Aimee realizaba los servicios de Avivamiento bajo una carpa, viajando de ciudad en ciudad por todos los Estados Unidos y el Señor convirtió las predicaciones en servicios de milagros. Las multitudes se congregaban donde estuviera Aimee, primero por la novedad de escuchar a una mujer predicadora que hablaba de Jesús en una forma muy tierna, y también porque veían la unción que fluía en su ministerio. La abuela Minnie se unió al ministerio y empezó a llevar los niños a los servicios de Avivamiento.

En 1918, Dios la llamó a predicar a la ciudad de Los Ángeles, que se convirtió en el sitio base de su ministerio evangelístico. Por varios años, ella continuó viajando hasta conseguir el dinero para la construcción del Angelus Temple, cuya dedicación se llevó a cabo el 1º de Enero de 1923. Este templo, con capacidad para 5.300 personas se llenaba totalmente en los tres servicios diarios, siete días a la semana (al principio Aimee predicaba en cada servicio). Tenía una torre de oración en la que había intercesores 24 horas al día, un coro de cien voces y una banda de música de 36 personas. En 1923 también abrió el Instituo Bíblico Faro del Evangelismo Cuadrangular Internacional para entrenar y enviar evangelistas a todo el mundo; y en 1927 fundó la Iglesia del Evangelio Cuadrangular Internacional (Jesús el Salvador, Jesús el Sanador, Jesús bautiza en el Espíritu Santo, y Jesús el Rey que viene), la cual es una de las ramas más distinguidas del Pentecostalismo, se ha extendido en todos los continentes y se mantiene fiel a su misión de evangelizar el mundo.

Aimee daba la bienvenida a todos en una época de terrible segregación en el sur de los Estados Unidos. Invitaba a todos a sus reuniones, predicaba en los barrios pobres de las ciudades, pasó por encima de las barreras raciales y en muchos de sus servicios se convertían hasta miembros del Klu Klux Klan. También ayudó a muchos de los ministerios hispános que comenzaron en Los Ángeles, y era muy especial con el pueblo gitano. Durante la Gran Depresión ayudó a más de un millón de personas empobrecidas en grado sumo.

TIEMPOS DE CRECIMIENTO

Mientras celebraba una reunión del Avivamiento en San Francisco en abril de 1922, Aimee sintió el llamado a ser la primera mujer que predicara en la radio. Compró una emisora de radio y fue la primera mujer en obtener una licencia de radio y fue autorizada para operar la estación KFSG. Esta es la más antigua estación cristiana del mundo. Su voz se volvió famosa alrededor en Los Angeles, en los Estados Unidos y por todo el mundo.

Era conocida dentro y fuera de la Iglesia. En cada ciudad asistían a sus servicios los líderes locales y los pastores de iglesias locales de cada denominación. El Angelus Temple participaba en los desfiles de las ciudades, e incluso rivalizó con Hollywood en cuanto a publicidad del ministerio. Esto atrajo multitudes de personas que de otra forma no hubieran entrado a una Iglesia a escuchar el mensaje de salvación.

Ella creyó que debía ulizar los medios masivos de comunicación, y aprovechar cada oportunidad para presentar el Evangelio a tanta gente como le fuera posible. Fue una mujer en un mundo dominado por los hombres pero nunca dejó que esto la detuviera, porque tenía la certeza que Dios la llamó a ganar almas para Él. Decía que el amor por las almas es un fuego que quema los huesos, y que mientras tuviera vida, la dedicaría a cumplir esta Gran Comisión.

Fue conocida cariñosamente como la hermana McPherson. Tenía muchos seguidores, pero también tenía detractores que suscitaban contiendas por la ropa que ella usaba para predicar, el maquillaje, las joyas, por su oratoria, y por sus entradas dramáticas y originales. Por ejemplo, en un sermón sobre Jonás hizo construir una ballena gigante; en otra ocasión cuando iba a celebrar un servicio de Avivamiento para los Policías de la ciudad, llegó vestida de policía y manejando una motocicleta de policía.

Aimee escribió numerosos libros, más de 180 canciones, siete óperas sagradas y trece dramas-oratorios. Su vida y su obra permanecen a través del tiempo, y los frutos de su ministerio dan fe de la poderosa unción del Espíritu Santo que reposó sobre ella (“Por sus frutos los conoceréis…” Mateo 7:16). Smith Wigglesworth dijo que la más grande unción del Espíritu Santo que él había sentido siempre había sido en las reuniones de Aimee Semple McPherson.

La hermana McPherson partió con el Señor, el 27 de septiembre de 1944, cuando se preparaba para la ceremonia de dedicación de una Iglesia en Oakland, California. A su funeral asistieron miles de personas. Los servicios conmemorativos fueron llevados a cabo en su cumpleaños, el 9 de octubre, en el Angelus Temple, y al cementerio solo alcanzaron a entrar 2000 personas aproximadamente (de las cuales 1700 eran Pastores que habían sido ordenados por ella).

LA VIDA DE HENRY MARTYN -SEÑOR,QUIERO ARDER HASTA CONSUMIRME ENTERAMENTE EN TI

 
1781 – 1812
Arrodillado en una playa de la India, Henry Martyn derramaba su alma ante el Maestro y oraba: “Amado Señor, yo también andaba en el país lejano; mi vida ardía en el pecado....quisiste que yo regresase, ya no más un tizón para extender la destrucción, sino una antorcha que resplandezca por ti (Zacarías 3:2) ¡Heme aquí entre las tinieblas más densas, salvajes y opresivas del paganismo. Ahora, Señor quiero arder hasta consumirme enteramente por ti!”
El intenso ardor de aquel día siempre motivó la vida de ese joven. Se dice que su nombre es: “el nombre más heroico que adorna la historia de la Iglesia de Inglaterra, desde los tiempos de la reina Isabel”. Sin embargo, aun entre sus compatriotas, él no es muy conocido.
Su padre era de físico endeble. Después que él murió, los cuatro hijos, incluyendo Henry, no tardaron en contraer la misma enfermedad de su padre, la tuberculosis. Con la muerte de su padre, Henry perdió el intenso interés que tenía por las matemáticas y más bien se interesó grandemente en la lectura de la Biblia.
Se graduó con honores más altos de todos los de su clase. Sin embargo, el Espíritu Santo habló a su alma: “Buscas grandes cosas para ti, pues no las busques.”
Acerca de sus estudios testificó: “Alcancé lo más grande que anhelaba, pero luego me desilusioné al ver que sólo había conseguido una sombra.”
Tenía por costumbre levantarse de madrugada y salir a caminar solo por los campos para gozar de la comunión íntima con Dios. El resultado fue que abandonó para siempre sus planes de ser abogado, un plan que todavía seguía porque “no podía consentir en ser pobre por el amor de Cristo”.
Al escuchar un sermón sobre “El estado perdido de los paganos”, resolvió entregarse a la vida misionera.
Al conocer la vida abnegada del misionero Guillermo Carey, dedicaba a su gran obra en la India, se sintió guiado a trabajar en el mismo país.
El deseo de llevar el mensaje de salvación a los pueblos que no conocían a Cristo, se convirtió en un fuego inextinguible en su alma después que leyó la biografía de David Brainerd, quien murió siendo aún muy joven, a la edad de veintinueve años.
Brainerd consumió toda su vida en el servicio del amor intenso que profesaba a los pieles rojas de la América del Norte.
Henry Martyn se dio cuenta de que, como David Brainerd, él también disponía de poco tiempo de vida para llevar a cabo su obra, y se encendió en él la misma pasión de gastarse enteramente por Cristo en el breve espacio de tiempo que le restaba. Sus sermones no consistían en palabras de sabiduría humana, sino que siempre se dirigía a la gente, como “un moribundo, predicando a los moribundos”.
A Henry Martyn se le presentó un gran problema cuando la madre de su novia, Lidia Grenfel, no consentía en el casamiento porque él deseaba llevar a su esposa al extranjero. Henry amaba a Lidia y su mayor deseo terrenal era establecer un hogar y trabajar junto con ella en la mies del Señor. Acerca de esto él escribió en su diario lo siguiente: “Estuve orando durante hora y media, luchando contra lo que me ataba...Cada vez que estaba a punto de ganar la victoria, mi corazón regresaba a su ídolo y, finalmente, me acosté sintiendo una gran pena.”
Entonces se acordó de David Brainerd, el cual se negaba a si mismo todas la comodidades de la civilización, caminaba grandes distancias solo en el bosque, pasaba días sin comer, y después de esforzarse así durante cinco años volvió, tuberculoso, para fallecer en los brazos de su novia, Jerusha, hija de Jonatan Edwards.
Por fin que Henry Martyn también ganó la victoria, obedeciendo al llamado a sacrificarse por la salvación de los perdidos. Al embarcarse, en 1805, para la India, escribió: “Si vivo o muero, que Cristo sea glorificado por la cosecha de multitudes para EL”
A bordo del navío, al alejarse de su patria, Henry Martyn lloró como un niño. No obstante, nada ni nadie podían desviarlo de su firme propósito de seguir la dirección divina. El también era un tizón arrebatado del fuego, por eso repetidamente decía: “Que yo sea una llama de fuego en el servicio divino.”
Después de una travesía de nueve largos meses a bordo y cuando ya se encontraba cerca de su destino, pasó un día entero en ayuno y oración. Sentía cuán grande era el sacrificio de la cruz y cómo era igualmente grande su responsabilidad para con los perdidos en la idolatría que sumaban multitudes en la India.
Siempre repetía: “Sobre tus muros, oh Jerusalén, he puesto guardas; todo el día y toda la noche no callarán jamás. Los que os acordáis de Jehová, no reposéis, ni le deis tregua, hasta que restablezca a Jerusalén, y la ponga por alabanza en la tierra” (Isaías 62:6,7).
La llegada de Henry Martyn a la India, en el mes de abril de 1806, fue también en respuesta a la oración de otros. La necesidad era tan grande en ese país, que los pocos obreros que habían allí se pusieron de acuerdo en reunirse en Calcuta de ocho en ocho días, para pedir a Dios que enviase un hombre lleno del Espíritu Santo y de poder a la India. Al desembarcar Martyn, fue recibido alegremente por ellos, como la respuesta a sus oraciones.
Es difícil imaginar el horror de la tinieblas en que vivía ese pueblo, entre el cual fue Martyn a vivir.
Un día, cerca del lugar donde se hospedaba, oyó una música y vio el humo de una pira fúnebre, acerca de las cuales había oído hablar antes de salir de Inglaterra.
Las llamas ya comenzaban a subir del lugar donde la viuda se encontraba sentada al lado del cadáver de su marido muerto. Martyn, indignado, se esforzó pero no pudo conseguir salvar a la pobre víctima.
En otra ocasión fue atraído por el sonido de címbalos a un lugar donde la gente rendía culto a los demonios. Los adoradores se postraban ante un ídolo, obra de sus propias manos, ¡al que adoraban y temían! Martyn se sentía “realmente en la vecindad del infierno”.
Rodeado de tales escenas, él se esforzaba más y más, incansablemente, día tras día en aprender la lengua. No se desanimaba con la falta de fruto de su predicación, porque consideraba que era mucho más importante traducir las Escrituras y colocarlas en las manos del pueblo.
Con esa meta fija en su mente perseveraba en la obra de la traducción, perfeccionándola cuidadosamente, poco a poco, y deteniéndose de vez en cuando para pedir el auxilio de Dios.
Cómo ardía su alma en el firme propósito de dar la Biblia al pueblo, se ve en uno de sus sermones, conservado en el Museo Británico, y que copiamos a continuación “Pensé en la situación triste del moribundo, que tan sólo conoce bastante de la eternidad como para temer a la muerte, pero no conoce bastante del Salvador como para vislumbrar el futuro con esperanza. No puede pedir una Biblia para aprender algo en que afirmarse, ni puede pedir a la esposa o al hijo que le lean un capítulo para consolarlo. ¡La Biblia, ah, es un tesoro que ellos nunca poseyeron! Vosotros que tenéis un corazón para sentir la miseria del prójimo nosotros que sabéis cómo la agonía del espíritu es más cruel que cualquier sufrimiento del cuerpo, vosotros que sabéis que está próximo el día en que tendréis que morir. ¡OH, dadles aquello que será un consuelo a la hora de la muerte!”
Para alcanzar ese objetivo, de dar las Escrituras a los pueblos de la India y de Persia, Martyn se dedicó a la traducción de día y de noche, en sus horas de descanso y mientras viajaba.
No disminuía su marcha ni cuando el termómetro registraba el intenso calor de 50º, ni cuando sufría de fiebre intermitente, ni debido a la gravedad de la peste blanca que ardía en su pecho. Igual que David Brainerd, cuya biografía siempre sirvió para inspirarlo, Henry Martyn pasó días enteros en intercesión y comunión con su “amado, su querido Jesús”.
“Parece”, escribió él, “que puedo orar cuanto quiera sin cansarme. Cuán dulce es andar con Jesús y morir por EL...” Para él la oración no era una mera formalidad, sino el medio de alcanzar la paz y el poder de los cielos, el medio seguro de quebrantar a los endurecidos de corazón y vencer a los adversarios. Seis años y medio después de haber desembarcado en la India, a la edad de 31 años, cuando emprendía un largo viaje, falleció.
Separado de los hermanos, del resto de la familia, rodeado de perseguidores, y su novia esperándolo en Inglaterra, fue enterrado en un lugar desconocido.
¡Fue muy grande el ánimo, la perseverancia, el amor y la dedicación con que trabajó en la mies de su Señor! Su celo ardió hasta consumirlo en ese corto espacio de seis años y medio. Nos es imposible apreciar cuán grande fue la obra que realizó en tan pocos años. Además de predicar, logró traducir parte de las Sagradas Escrituras a las lenguas de una cuarta parte de todos los habitantes del mundo.
El Nuevo Testamento en indí, indostaní y persa, y los evangelios en judaico-persa son solamente una parte de sus obras.
Cuatro años después de su muerte nació Fidelia Fiske en la tranquilidad de Nueva Inglaterra. Cuando todavía estudiaba en la escuela, leyó la biografía de Henry Martyn. Anduvo cuarenta y cinco kilómetros de noche, bajo violenta tempestad de nieve, para pedir a su madre que la dejase ir a predicar el evangelio a las mujeres y les habló del amor de Jesús, hasta que el avivamiento en Oroomiah se convirtió en otro Pentecostés. Si Henry Martyn, que entregó todo para el servicio del Rey de Reyes, pudiese hoy visitar la India y Persia, cuán grande sería la obra que encontraría, obra realizada por tan gran número de fieles hijos de Dios, en los cuales ardió el mismo fuego encendido por la lectura de la biografía de ese precursor.

LA HABITACIÓN SECRETA DE LA FAMILIA TEN BOOM

 
En absoluto silencio y en una completa oscuridad, seis personas, cuatro de ellas judías, permanecían encerradas en una minúscula habitación secreta. No había espacio para moverse, dos podían sentarse mientras que cuatro permanecían de pie. La Gestapo las buscaba por toda la casa, sabía que estaban escondidas en algún rincón, pero le era imposible descubrirlo: una falsa pared y un armario ocultaba el minúsculo habitáculo que los propietarios de la vivienda, la famila ten Boom, habían creado para salvar la vida de aquellas personas y la de cientos de judíos perseguidos y desesperados.


La familia ten Boom en 1902

La familia ten Boom estaba integrada por los padres, Casper y Cor; cuatro hijos, Betsie, Willem, Nollie y Corrie; y tres tías, Jan, Bep y Anna. Durante la ocupación nazi de Holanda, los ten Boom, ocultaron en su hogar, conocido como Béjé (en la calle Barteljorisstraat, nº 19, en el centro de Haarlem, Holanda), a numerosos judíos y a otras personas que temían ser obligadas a trabajar para los nazis.


Los cuatro hermanos de izquierda a derecha: Betsie, Willem, Nollie y Corrie


Casper era un relojero de gran prestigio en Haarlem. Durante el Holocausto, sus hijos ya eran mayores y su mujer había fallecido. Betsi y Corrie no se habían casado y vivían en el hogar familiar. En 1922, Corrie se convirtió en la primera mujer con licencia de relojero en los Países Bajos. Willem se había graduado en la escuela de teología y se había interesado enormemente por el problema del antisemitismo. En 1927, escribió un artículo sobre este tema. Nollie era maestra, estaba casada y tenía seis hijos.



Taller de relojería de los ten Boom. Casper, al fondo, rodeado de sus empleados

Los nazis ocuparon Haarlem aplicando unas estrictas normas de control de la población. A los ciudadanos no se les permitía abandonar sus hogares después del toque de queda, que pasó de las 9:00 a las 6:00 horas pm. El himno nacional holandés, “Wilhemus”, fue prohibido. La Gestapo reclutaba a todos los hombres de edades comprendidas entre los 17 y 30 para que trabajasen en fábricas o en el ejército. Los holandeses también conocían la persecución de los judíos y su reclusión en campos de concentración. La familia ten Boom sabía muy bien cuál sería su suerte si desafiaban a los nazis ayudando a judíos o a miembros de la Resistencia pero creyeron que era su deber hacerlo.


El Béjé, el hogar de la familia ten Boom. En la planta baja se encontraba la relojería y en la alta, la vivienda


Los cuatro hermanos ten Boom

En mayo de 1942, una mujer judía, elegantemente vestida y con una maleta en la mano, llamó a la puerta del hogar de los ten Boom. Muy nerviosa, le explicó a la familia que su marido había sido detenido varios meses antes y que su hijo había logrado huir. Los nazis la buscaban y tenía mucho miedo de regresar a su casa. Sabía que ellos habían ayudado a otra familia judía, los Weils, y se preguntaba si podría permanecer con ellos un tiempo.

Casper acogió a esta mujer y continuó ofreciendo su hogar como un lugar seguro hasta que los refugiados pudieran salir del país. Estas personas podían permanecer unos días o, incluso, meses en la casa de los ten Boom. Pero era necesario construir un escondite en el que pudieran ocultarse en caso de que los nazis vigilasen el barrio. En el dormitorio de Corrie se levantó una pared falsa de ladrillos que ocultaba una pequeña habitación. A este espacio se accedía a través de un estrecho pasadizo, que se hizo en la parte inferior de un armario, levantando un falso panel. Se colocaba una cesta con ropa de cama para llenar ese lugar y se cerraba la puerta del armario. Desde el exterior, era casi imposible descubrir el acceso a la habitación secreta.




En la imagen superior, la familia ten Boom aparece junto a algunos de los refugiados que vivieron en su hogar. Corrie es la segunda desde la izquierda en la fila superior; Casper se encuentra en frente de Corrie; Betsie está a la derecha, en la fila superior. La fotografía pertenece a Hans Poley, que sobrevivió al Holocausto (está en frente de Betsie).


La familia logró, después de numerosas prácticas, que las personas que escondiesen en su casa se introdujeran en la habitación oculta en sólo 70 segundos, después de que sonase la alarma. Durante ese tiempo, no sólo tenían que arrastrarse hasta el refugio, también debían ocultar cualquier objeto que los delatase, por ejemplo, colchones, almohadas y mantas, si era de noche, o vasos, platos y otros utensilios, si estaban comiendo.




En las imágenes superiores aparece la sala de estar, que era llamada la “habitación de la liberación”. Era el único lugar de la casa lo suficientemente grande como para que cupiesen todos. Las personas que vivían en la clandestinidad compartían con los miembros de la familia las diferentes tareas del hogar. Todos intentaban colaborar y apoyarse en aquella situación tan difícil.

En la casa había varias habitaciones que podían ocupar los refugiados, aunque no sobraba el espacio era posible adaptarse pero los alimentos sí eran un problema. Los no-judíos holandeses habían recibido una tarjeta de racionamiento con la que podían adquirir bonos semanales para comprar alimentos. Estos alimentos eran escasos de modo que era necesario acceder a más tarjetas de racionamiento. Corrie conocía muy bien a muchas familias de Haarlem, gracias a sus obras de caridad. Recordó que una pareja tenía una hija con discapacidad que ella había ayudado. El padre era un funcionario que estaba por entonces a cargo de la oficina de las tarjetas de racionamiento. Una noche, Corrie se presentó en la casa de este funcionario sin previo aviso. Él parecía saber cuál era el motivo. Cuando le preguntó cuántas tarjetas de racionamiento necesitaba, Corrie, que había ido a por cinco, sorprendentemente, se atrevió a pedirle cien.

La Gestapo, con la ayuda de un delator, detuvo a seis miembros de la familia el 28 de febrero de 1944 en torno a 12:30. Un individuo llamó a la puerta de los ten Boom pidiendo ayuda. Habían detenido a su mujer por ocultar a judíos y necesitaba dinero para sobornar a la policía y lograr su liberación. Corrie y Betsie no lo habían visto nunca y presentían que aquel individuo no era sincero pero ¿y si era cierto lo que decía? Después de un momento de duda, decidieron ayudarlo. Realmente, el hombre era un espía y, en unos minutos, oficiales nazis invadieron la casa. Sabían que algo comprometedor encontrarían en ella. Pero, además, Betsi tuvo un descuido que confirmó las sospechas. Los ten Boom colocaban en una ventana un signo para que las personas que necesitasen refugiarse en su casa supiesen que no había peligro y que era un buen momento. Si la situación cambiaba, el signo era retirado. Un miembro de la Gestapo, que vigilaba la casa desde el exterior, vio como Betsie retiró la señal de la ventana en el momento en que los oficiales allanaban la vivienda. Los alemanes, al descubrir que aquel símbolo era una señal de aviso, lo volvieron a colocar en su lugar y detuvieron a los que fueron llegando después, creyendo que la casa era segura. Unas treinta personas fueron detenidas y llevadas a prisión.


Sin embargo, las personas que se encontraban refugiadas en el hogar de los ten Boom sí pudieron ponerse a salvo. En aquel momento se encontraban en la casa cuatro judíos (dos hombres y dos mujeres) y dos trabajadores del metro, que lograron esconderse rápidamente en la habitación secreta. La señora más mayor, Mary Italle, tenía asma y tuvo muchas dificultades para acceder a la habitación secreta. Corrie la ayudó y cerró el panel del armario sólo unos segundos antes de que un policía nazi apareciese en su habitación. Los refugiados permanecieron en este pequeño espacio dos días y medio, sin comer ni beber.

Corrie y Betsy fueron interrogadas por miembros de la Gestapo, que les preguntaron una y otra vez dónde escondían a los judíos. Aunque fueron brutalmente golpeadas, las dos mujeres se negaron a hablar.

La Gestapo comenzó a inspeccionar la casa minuciosamente pero no encontró la habitación secreta. Los alemanes localizaron un lugar en la escalera en el que se escondían las tarjetas de racionamiento y los pasaportes falsos.

La familia ten Boom fue inmediatamente detenida. Un oficial se apiadó de Casper, que tenía 84 años, y le ofreció dejarlo libre si le aseguraba que no iba a causar más problemas en el futuro. Casper contestó que no podía prometérselo, de modo que también se lo llevaron.

Dos días después, un agente de la policía holandesa se puso al servicio de los alemanes que estaban vigilando la casa. Pero, en realidad, este individuo era miembro de la Resistencia y había acudido para intentar liberar a los refugiados. Encontró una oportunidad para sacarlos a través de los tejados de los vecinos, que colaboraron para que pudieran escapar. También el agente de policía tuvo que desaparecer para evitar el castigo de la Gestapo.

Por ayudar a los judíos la familia ten Boom fue enviada a diferentes cárceles y campos de concentración. La policía nazi subió a todos los detenidos en furgonetas y los llevó a la cárcel de la ciudad, una antiguo gimnasio. Después fueron enviados a la prisión de Scheveningen. Corrie y Betsie fueron separadas de su padre y ya no volvieron a verlo nunca más. Corrie tenía la gripe, por lo que fue puesta en régimen de aislamiento.

En prisión, Corrie llegó a enterarse de que su padre falleció a los diez días de su detención. También su hermano Willem, el hijo de éste, Christiaan, de 24 años, y otros miembros de su familia murieron como consecuencia de su encarcelamiento, pero de estas tristes noticias se enteraría mucho después.

Cuando se restableció de su enfermedad, Corrie asistió a su primera audiencia. El oficial Rhams llegó a apreciar a esta valerosa mujer y a tener cierta complicidad con ella. Le gustaba escuchar detalles de su vida familiar y, según afirmó la propia Corrie, las conversaciones que mantuvieron los dos trajeron algo de felicidad en aquella etapa tan dura de su vida.

Pero esta felicidad duró poco tiempo. Corrie, Betsie y otras reclusas fueron trasladadas a Vught, un campo de concentración en Holanda. Las condiciones eran terribles, mucho más severas que en el de Scheveningen. Si alguna norma se infringía, todo el campamento era castigado. A veces, los prisioneros eran enviados a un armario donde permanecían encerrados con las manos atadas por encima de sus cabezas.

Después de unos meses en Vught, que parecieron una eternidad, Betsie, Corrie y otros prisioneros fueron trasladados, de nuevo, a otro campamento. Esta vez, a la tierra más temida: Alemania.

Tras cuatro largos días de viaje, los prisioneros llegaron a Ravensbrück, próximo a Berlín, el lugar más horrible en el que Betsie y Corrie habían estado. Al menos en Vught y Scheveningen, los presos eran llamados por sus nombres pero en Ravensbrück sólo eran un número.

Las condiciones de vida en este campo de concentración eran inhumanas. Al parecer, más de 90.000 mujeres y niños perecieron en Ravensbrück. Betsie, cuya salud nunca había sido buena, pronto cayó enferma. Corrie suplicó a uno de los trabajadores de la cárcel que llevaran a su hermana al hospital, pero se aquel individuo se negó a hacerlo. Durante la enfermedad de Betsie, las hermanas planearon que dedicarían su vida a ayudar a las personas que sobrevivieran a los campos de concentración a superar las terribles secuelas físicas y psicológicas. Corrie escuchaba emocionada a Betsie, quería hacer realidad este sueño pero era consciente de que su hermana no estaría ya a su lado.

Finalmente, Betsie fue llevada al hospital pero era demasiado tarde. Corrie descubrió, días después, en la parte trasera del hospital varios cadáveres hacinados, uno de ellos era el de su hermana.

Sólo unos pocos días más tarde, llamaron a Corrie por su nombre. A ella le sorprendió porque estaba acostumbrada a ser sólo el prisionero 66730. Debía permanecer en el hospital por un tiempo y después quedaría libre. Como consecuencia de un error administrativo, Corrie logró sobrevivir. Existía una lista con las mujeres, mayores de 50 años, que debían ser exterminadas. Corrie, que ya tenía 53, no figuraba en esa lista, de modo que no fue conducida a la cámara de gas, en la que murieron las miles de mujeres que aparecían en la lista. Fue puesta en libertad el 25 de diciembre de 1944



Corrie ten Boom

Después de su liberación, Corrie realizó el sueño que quiso compartir con ella su hermana. Creó un campamento al que podían acudir las víctimas del nazismo. También escribió un best-seller titulado El escondite, en el que narraba las duras experiencias que vivieron los miembros de su familia durante la guerra.

Corrie murió el 15 de abril de 1983, con 91 años.

En la actualidad, la casa de los ten Boom se ha convertido en un Museo y son muchas las personas que han visitado esta residencia, que se encuentra exactamente igual que en la época de la ocupación nazi. Un gran agujero en la falsa pared ha dejado al descubierto la habitación secreta y los visitantes pueden, durante los momentos que permanecen en ella, imaginar el horror que vivieron aquellas seis víctimas del Holocausto que permanecieron más de dos días hacinadas en un pequeño espacio, angustiadas, sin poder hablar y en la más completa oscuridad.