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El papel central de la religión en Haití, con catolicismo, protestantismo y vudú


La religión ocupa un lugar preponderante en la vida de los haitianos y desde el sismo que devastó al país los fieles católicos, protestantes o del culto vudú se reúnen para rezar y agradecerle a Dios haber sobrevivido, con una mezcla de fervor y fatalismo. Numerosas iglesias e incluso la catedral de Puerto Príncipe fueron destruidas por el terremoto, pero los creyentes siguen cantando y rezando juntos en las calles, donde algunos, para explicar la catástrofe acaecida hace una semana, no dudan en hablar del Apocalipsis.
El sismo también se llevó la vida de numerosos responsables religiosos. "Hay cosas difíciles de entender si no se tiene fe", explicaba el domingo en la capital haitiana el sacerdote Henry Marie Landasse, mientras preparaba la misa en una calle lateral a la catedral, de la que sólo quedó la fachada.
El lugar preponderante de la religión en Haití procede de la historia, es decir, de los misioneros que llegaron con los conquistadores, y de la situación contemporánea, en la cual la creencia en el más allá permite afrontar la miseria cotidiana.
Y ello a un punto tal que en 1990, los haitianos eligieron a un cura salesiano, Jean Bertrand Aristide, como presidente. Obligado al exilio, Aristide fue reelegido en 2001 y luego acusado de 'deriva mafiosa'. En 2004, fue apartado del poder y se exilió en Sudáfrica. Defensor de la teología de la liberación, Aristide, el cura de las villas miserias, se apoyaba en un amplio movimiento popular opuesto a la jerarquía católica.
"A falta de datos estadísticos fiables, se considera que en Haití hay un 80% de católicos, un 40% de protestantes y un 90% de vuduistas", dijo en broma el sacerdote francés Gilles Dauroc, que vivió 20 años en Haití, en una entrevista al diario francés La Croix para ilustrar el alcance del culto vudú. "Esas cifras hay que tomarlas más en serio de lo que parece", agrega el religioso antes de explicar que los haitianos fabrican su propia religión tomando elementos de varios orígenes. Y explica: "Durante mucho tiempo, la Iglesia católica ejerció un cierto monopolio pero sigue vinculada con la colonización" y ello explica el desarrollo del vudú, "una religión que integra diferentes formas de religiones tradicionales del oeste de África" tras la independencia del país de Francia, en 1804, .
Para el sociólogo especialista en religiones Sebastien Fath, en Haití hay un 50% de católicos y un 45% de protestantes, "con tasas de práctica religiosa muy superiores a las que se observan en Europa".
El protestantismo y los pentecostales en particular, han ganado terreno en los últimos 30 años, hasta pisarle los talones al catolicismo.
Edouard Paultre, secretario general de la federación protestante de Haití explicó en el semanario Reforme que "en los años 70, el peso de las Iglesias protestantes creció, en particular debido a la oposición al catolicismo de la familia Duvalier", época durante la cual "se llevó a cabo una importante evangelización".
El experto universitario canadiense André Corten considera que la Iglesia pentecostal se "desarrolla sobre el carisma de los pastores procedentes del mismo medio que sus fieles y porque no están separados de ellos por largos estudios en seminario".
"Principalmente son las clases populares de las villas miserias las que son el vivero de esas iglesias, designadas, erróneamente, como 'sectas protestantes'", explicó.
El catolicismo llegó a Haití de la mano de Cristóbal Colón. El protestantismo llegó en 1804, casi cuatro siglos más tarde y el culto vudú forma parte de la cultura de los esclavos africanos llevados a Haití en los siglos XVI y XVII.
Sus seguidores se relacionan con los espíritus sobrenaturales que los protegen y los vinculan con un mundo invisible. AFP
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El papel central de la religión en Haití, con catolicismo, protestantismo y vudú


La religión ocupa un lugar preponderante en la vida de los haitianos y desde el sismo que devastó al país los fieles católicos, protestantes o del culto vudú se reúnen para rezar y agradecerle a Dios haber sobrevivido, con una mezcla de fervor y fatalismo. Numerosas iglesias e incluso la catedral de Puerto Príncipe fueron destruidas por el terremoto, pero los creyentes siguen cantando y rezando juntos en las calles, donde algunos, para explicar la catástrofe acaecida hace una semana, no dudan en hablar del Apocalipsis.
El sismo también se llevó la vida de numerosos responsables religiosos. "Hay cosas difíciles de entender si no se tiene fe", explicaba el domingo en la capital haitiana el sacerdote Henry Marie Landasse, mientras preparaba la misa en una calle lateral a la catedral, de la que sólo quedó la fachada.
El lugar preponderante de la religión en Haití procede de la historia, es decir, de los misioneros que llegaron con los conquistadores, y de la situación contemporánea, en la cual la creencia en el más allá permite afrontar la miseria cotidiana.
Y ello a un punto tal que en 1990, los haitianos eligieron a un cura salesiano, Jean Bertrand Aristide, como presidente. Obligado al exilio, Aristide fue reelegido en 2001 y luego acusado de 'deriva mafiosa'. En 2004, fue apartado del poder y se exilió en Sudáfrica. Defensor de la teología de la liberación, Aristide, el cura de las villas miserias, se apoyaba en un amplio movimiento popular opuesto a la jerarquía católica.
"A falta de datos estadísticos fiables, se considera que en Haití hay un 80% de católicos, un 40% de protestantes y un 90% de vuduistas", dijo en broma el sacerdote francés Gilles Dauroc, que vivió 20 años en Haití, en una entrevista al diario francés La Croix para ilustrar el alcance del culto vudú. "Esas cifras hay que tomarlas más en serio de lo que parece", agrega el religioso antes de explicar que los haitianos fabrican su propia religión tomando elementos de varios orígenes. Y explica: "Durante mucho tiempo, la Iglesia católica ejerció un cierto monopolio pero sigue vinculada con la colonización" y ello explica el desarrollo del vudú, "una religión que integra diferentes formas de religiones tradicionales del oeste de África" tras la independencia del país de Francia, en 1804, .
Para el sociólogo especialista en religiones Sebastien Fath, en Haití hay un 50% de católicos y un 45% de protestantes, "con tasas de práctica religiosa muy superiores a las que se observan en Europa".
El protestantismo y los pentecostales en particular, han ganado terreno en los últimos 30 años, hasta pisarle los talones al catolicismo.
Edouard Paultre, secretario general de la federación protestante de Haití explicó en el semanario Reforme que "en los años 70, el peso de las Iglesias protestantes creció, en particular debido a la oposición al catolicismo de la familia Duvalier", época durante la cual "se llevó a cabo una importante evangelización".
El experto universitario canadiense André Corten considera que la Iglesia pentecostal se "desarrolla sobre el carisma de los pastores procedentes del mismo medio que sus fieles y porque no están separados de ellos por largos estudios en seminario".
"Principalmente son las clases populares de las villas miserias las que son el vivero de esas iglesias, designadas, erróneamente, como 'sectas protestantes'", explicó.
El catolicismo llegó a Haití de la mano de Cristóbal Colón. El protestantismo llegó en 1804, casi cuatro siglos más tarde y el culto vudú forma parte de la cultura de los esclavos africanos llevados a Haití en los siglos XVI y XVII.
Sus seguidores se relacionan con los espíritus sobrenaturales que los protegen y los vinculan con un mundo invisible. AFP
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