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EL VATICANO SACUDIDO POR ESCANDALOS SOBRE PEDOFILIA


Después de Estados Unidos, Irlanda y Alemania, Roma, corazón de la cristiandad, se ve salpicada por un escándalo de abusos sexuales a menores con el juicio a un cura en el que jueces y parte civil no dudan en denunciar la actitud de la jerarquía eclesiástica. En el banco de los acusados se encuentra Don Ruggero Conti, un cura de 56 años que ofició durante diez años en Selva Candida, en la periferia de Roma, hasta su arresto en junio de 2008. Convocado en la barra de los testigos el jueves por la noche, su obispo, Gino Reali, tuvo que explicar por qué no reaccionó cuando dos jóvenes varones vinieron a quejarse de abusos sexuales sufridos cuando eran adolescente por parte de Don Ruggero. Una decena de periodistas y unos cincuenta parroquianos simpatizantes del cura siguieron la jornada en la pequeña sala de audiencia, la mayoría de pie, bajo la vigilancia de una decena de policías en uniforme. Hasta ahora, "jamás nos habíamos preguntado ante un tribunal italiano sobre la responsabilidad moral y penal de un obispo", señaló un abogado de la parte civil, Nino Marazzita, en una entrevista a la AFP. "Creo que este obispo es de cierta forma cómplice moralmente y jurídicamente", estimó. El abogado de Don Ruggero, Gianfranco D'Onofrio, juzgó por su parte "dificil invocar la responsabilidad civil de una diócesis". Para Marazzita, "las responsabilidades se remontan más arriba"...

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EL VATICANO SACUDIDO POR ESCANDALOS SOBRE PEDOFILIA


Después de Estados Unidos, Irlanda y Alemania, Roma, corazón de la cristiandad, se ve salpicada por un escándalo de abusos sexuales a menores con el juicio a un cura en el que jueces y parte civil no dudan en denunciar la actitud de la jerarquía eclesiástica. En el banco de los acusados se encuentra Don Ruggero Conti, un cura de 56 años que ofició durante diez años en Selva Candida, en la periferia de Roma, hasta su arresto en junio de 2008. Convocado en la barra de los testigos el jueves por la noche, su obispo, Gino Reali, tuvo que explicar por qué no reaccionó cuando dos jóvenes varones vinieron a quejarse de abusos sexuales sufridos cuando eran adolescente por parte de Don Ruggero. Una decena de periodistas y unos cincuenta parroquianos simpatizantes del cura siguieron la jornada en la pequeña sala de audiencia, la mayoría de pie, bajo la vigilancia de una decena de policías en uniforme. Hasta ahora, "jamás nos habíamos preguntado ante un tribunal italiano sobre la responsabilidad moral y penal de un obispo", señaló un abogado de la parte civil, Nino Marazzita, en una entrevista a la AFP. "Creo que este obispo es de cierta forma cómplice moralmente y jurídicamente", estimó. El abogado de Don Ruggero, Gianfranco D'Onofrio, juzgó por su parte "dificil invocar la responsabilidad civil de una diócesis". Para Marazzita, "las responsabilidades se remontan más arriba"...