TESTIMONIO DE CHUCK - El relato de un Santo de los Últimos Dias, digno de ser leído…
Mi esposa y yo fuimos miembros de toda la vida de la Iglesia mormona. Ambos nacimos y crecimos con las comodidades y los valores de la filosofía mormona. Yo obtuve el rango de Águila Exploradora en el programa de exploradores de los SUD. Serví como misionero a los navajo-americanos nativos en su reserva ubicada en la parte suroeste de los Estados Unidos. Fue ahí cuando comencé a cuestionar seriamente cuál era mi propósito para la iglesia...perdón, para Dios, aquí entre esta gente. Mi esposa fue a la universidad con una beca de voleibol, mientras yo estaba ausente sirviendo al Señor. Cuando regresé a mi hogar después de una honorable misión, conocí a mi esposa en un baile para jóvenes patrocinado por la Iglesia. Pronto nos enamoramos y nos casamos entre 6 y 9 meses después de haber regresado de mi misión. Fuimos sellados como marido y mujer en el Templo de Seattle para siempre y por la eternidad. No transcurrió mucho tiempo cuando comenzamos a formar una familia propia con 5 hijos. Éramos el ejemplo perfecto de la familia perfecta que seguía el curso perfecto hacia la felicidad eterna y las recompensas divinas que nos esperaban. Éramos admirados por los miembros de la jurisdicción e irradiábamos el amor y la dedicación que se esperaba de cada familia mormona en la Iglesia. Cada uno de nuestros familiares era igualmente respetado y admirado en los círculos de la comunidad de la Iglesia, por su dedicación y diligencia prioritaria en el evangelio. Ambos proveníamos de familias mormonas grandes y encajábamos perfectamente en el perfil mormón. Éramos el ejemplo perfecto de cómo una familia mormona debía parecer, actuar y ser. Esto era lo único que conocíamos, ya que era nuestro modo de vida.
Mi padre fue un obispo, el padre de mi esposa sirvió como Presidente regional de la sucursal de Pacific Islander Samoan. Ambas familias no dudaban en observar y obedecer todas las enseñanzas mormonas al establecer rutinas firmes con una fe inquebrantable. Cada lunes por la noche llevábamos acabo nuestras veladas semanales como familia en el hogar. En nuestro hogar era obligatorio estar presente para la hora de la cena. Nos arrodillábamos para orar como familia, discutíamos abiertamente los principios de la Iglesia y su historia. Cuando se presentaba la oportunidad, compartíamos nuestro testimonio y fe con los que no eran miembros, amando al invitado curioso en nuestro hogar para que tuviera una muestra de la vida familiar mormona. Siempre participábamos activamente en las enseñanzas de clases dominicales, asistíamos a todas las noches comunales, se esperaba que asistiéramos a los seminarios matutinos por cuatro años, a las 6:00 a.m. antes de la escuela, acudíamos a todas las excursiones del templo, campamentos del distrito, participábamos en los deportes auspiciados por la iglesia, exploraciones, actividades comunitarias, comidas del distrito, obras de teatro y presentaciones, devocionales, enseñanzas y visitas a los hogares...la lista continúa y continúa. Hacíamos todo sin hacer preguntas, con una dedicación total por la Iglesia y la edificación del Reino de Dios. No ni sé ni cómo encuentra uno tiempo para tan siquiera pensar.
Como ratones que giran en su carrusel, nos unimos a la manada en un frenesí insensato de una mayordomía asignada. Quizá, el plan final de la Iglesia es mantener a todos tan ocupados que no tienen tiempo para pensar en lo que están haciendo. Como mormones, simplemente lo hacíamos porque todos los demás también lo hacían, y nos decía que eso era lo correcto si queríamos hacernos como Dios, y así obtener lo que Él obtuvo. (Si no hacíamos las cosas igual o mejor que las otras personas que nos observaban, era posible que no alcanzáramos la plenitud de la gloria de Dios, ni recibiéramos la totalidad de sus bendiciones). Estábamos demasiados ocupados, al igual que todos los demás, como para darnos cuenta de que el mismo temor, silencioso e interno, estaba también en la mente de todos los demás. La salvación eterna de nuestra familia dependía de nuestra habilidad para realizar y cumplir con todas las obligaciones requeridas y esperadas por la Iglesia...perdón, quiero decir, por Dios. Así que todos seguimos adelante, mostrando aquellos rostros domingueros que escondían nuestros verdaderos sentimientos de desgaste, dando demasiado de nosotros en los llamados al servicio y comprometiendo demasiado tiempo adicional que, eventualmente, nos llevaría a una locura absurda. ¿Es este el verdadero plan de Dios para la felicidad? Hmmm.
Conforme transcurren los años, el pensamiento común es cimentado en todas las abejas obreras mormonas, de llevar a cabo la gloria de Dios, edificar su iglesia, y el establecimiento de Sion. ¡Imagínense! Éramos parte de esta aventura gloriosa, y a cambio, teníamos asegurados un lugar en la eternidad con nuestras familias y seres queridos. No era un mal trato, ¿cierto? Cuán bendecidos éramos con tal de que no cuestionáramos nada, ni desafiáramos la historia de la Iglesia o sus inicios. Después de todo, hubiera sido perjudicial para el establecimiento de Dios si se hubiera expuesto como mentira algo que se enseñaba como verdad. Cuán afortunados éramos de tener vivo a un Profeta de los Últimos Días para guiar y dirigir los asuntos de la iglesia y explicar mejor los misterios del Reino. Si hacemos las cosas como se nos indica, nuestro lugar en el Reino celestial está asegurado. Las eternidades serán un lugar de paz, gozo, y la seguridad de estar con nuestras familias y nuestros seres queridos. Qué hermoso. ¿Quieren escuchar alguna canción en especial?
Y resultó que, después de admitir personalmente que algo está mal con la Iglesia, con sus inicios y con la misma naturaleza de su auto-proclamada supremacía y autoridad sobre la tierra, oficialmente renunciamos y quitamos nuestros nombres de los archivos de la Iglesia. Al optar voluntariamente por salir del programa de la Iglesia, no tuvimos que batallar más con la culpa de no cumplir con las expectativas de la “Iglesia.” No más diezmos obligatorios para ser admitido al templo para recibir las bendiciones de Dios; no hay dinero...no hay bendiciones eternas, amigos. No más culpabilidad por no aceptar los llamados a servir voluntariamente en el distrito local o revindicar y sostener una progresión constante para lograr el dominio religioso en la comunidad “para la gloria de Dios.” No más culpa. No más locura. Denme una galleta.
El sueño mormón es regar la tierra con Templos. Esto implicaría esparcir la tierra con múltiples Estacas y edificios Distritales/Casas de Reunión. Esto también significa esparcir aún más la tierra con autómatas de la religión mormona, que caminan, hablan y piensan de la misma manera...sin la capacidad de pensar en lo absoluto. Sí, entonces seríamos invadidos por miembros de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días quienes absurdamente harían sonar sus trompetas con la historia de José Smith. ¡Caramba! Qué historia. Piensen en esto... ¿Por qué NUNCA se ha descubierto artefacto alguno que coincida con la historia del Libro de Mormón? Muy sencillo... ¡Nunca sucedió! No hubieron guerras gigantescas, ni civilizaciones enormes, nada de elefantes aquí, nada de nada. Esta es una verdad que no se puede esconder, pero los mormones no se detendrán para pensar en esto, ¿no es así? Se les enseña a los mormones de manera reiterada y continua a decir una y otra vez que si ellos tan sólo creen y siguen al profeta, no tienen necesidad de pensar, puesto que ya fue realizado por ellos. Verán, ya que se enseña y se cree que Cristo es la cabeza de la Iglesia, nadie jamás cuestionará o desafiará abiertamente al Profeta actual, a la historia de la Iglesia, o la autoridad que él ejerce para tutelar, guiar y dirigir los asuntos de la Iglesia. El profeta obtiene su autoridad y dirección de Cristo, ¿no es así? Ahora, tomen asiento para leer lo que sigue.
Desde que nos salimos de la iglesia mormona, ambos, al igual que nuestros hijos, hemos experimentado una sensación de paz y calma en nuestras almas. En serio, una gran calma y paz mental. Es difícil explicar el alivio que ahora sentimos, excepto a decir que entendemos que la verdad si brinda paz y gozo. Ahora tenemos un propósito divino dentro de nuestras creencias religiosas. La palabra “ministerio” ha cobrado un significado completamente nuevo y emocionante. El servir a otros con gozo ahora brota del corazón. Las enseñanzas de Cristo y de los apóstoles bíblicos ahora tienen más sentido para nosotros. Ya no usamos alguna publicación mormona o algún libro doctrinal para resolver alguna pregunta confusa con respecto al evangelio. ¿Por qué? Nuevamente, la respuesta es sencilla. Fue la fe mormona la que confundió el propósito del evangelio y preparó la doctrina para un banquete de conceptos nuevos e ideas nuevas que no se encuentran por ningún lado en toda la extensión de las escrituras bíblicas. Fue la fe mormona y sus enseñanzas las que complicaron un evangelio que no era complicado. Fueron las enseñanzas mormonas que frustraron el propósito de Cristo para nuestras vidas y han revuelto su mensaje para la humanidad. Es a causa de las enseñanzas de la fe mormona que se han requerido mayores explicaciones de los principios, ritos y la autoridad, que hacen necesario que animen continuamente a las personas a suscribirse a sus publicaciones, para actualizarse con las profecías más recientes, y continuar con ese adoctrinamiento doctrinal. Un mormón es inundado con una dirección que es desafortunadamente, interpretada como el verdadero evangelio, en lugar de un hecho del evangelio auténtico.
Siendo miembros de la iglesia mormona, en la primaria y la escuela dominical se enseña desde la niñez, por medio de lecciones y canciones pegadizas, que la palabra de los siervos del Señor es igual como si Dios mismo te estuviera hablando. Sus escrituras dicen que la voz de Dios y la de sus siervos es la misma. Por eso, si una “Autoridad General” de la Iglesia mormona escribe un libro, ofrece una charla maravillosa, o prescribe abiertamente una solución espiritual para los problemas de la vida, esto en realidad es tomado como “escritura nueva”. Todos levantamos nuestras manos hacia el estrado en un voto de confianza para apoyar al Profeta actual y a las autoridades que enseñan, guían y dirigen la historia y el curso de la Iglesia. Como resultado, debemos hacer lo que ellos dicen. Si no, no tan sólo los hemos rechazado a ellos y a su palabra, sino que ahora hemos rechazado a Dios. Ellos hablan de parte de Dios, ¿lo recuerdan? Este es un mensaje muy poderoso abiertamente aceptado por todos los Santos de los Últimos Días. Incluso el simple término de “Autoridad General” es atemorizante por sí sólo. Por cierto, un Santo de los Últimos Días somete voluntariamente su progreso eterno a una autoridad terrenal. Imaginen esto, nosotros colocamos voluntariamente nuestro destino eterno en las manos de una autoridad terrenal que nunca será cuestionada, que casi siempre habla por medio de guiones e historias memorizadas, mezcladas con Escrituras. El someter el espíritu para confiar en alguien, tan sólo por su categoría y posición aquí en la tierra, debería presentar varias señales de alarma...sin embargo, no es así en la mente de un SUD. Suelten a los ratones y déjenlos correr. Oh, pero ya he mencionado eso, ¿no es así? ¡Entonces corran más rápido!
La Iglesia mormona primitiva está repleta de representaciones falsas y equivocadas, además de verdades parciales erróneas en cuanto a sus inicios. Las “Autoridades” continuamente vuelven a escribir su historia y con elocuencia refinan su origen y naturaleza a una perfecta imperfección. Como con el vino, la historia que se vuelve a narrar, sólo mejora con los años, y es filtrada una y otra vez. La historia de la Iglesia ha sido untada con demasiada mantequilla y muy endulzada para aumentar su credibilidad. Quizás, esto se hizo para calmar toda preocupación y para reasegurar a los miembros que Dios ha restaurado su verdadero evangelio a través de los Profetas de los Últimos Días, aunque usted no lo crea (¡guiño!). ¿Quiénes somos nosotros para cuestionar la autoridad de Dios o de sus siervos acerca de estos asuntos? Si usted valora su gloria eterna, orará más acerca de las verdades tal como le fueron explicadas. Por favor, ore hasta que Dios le diga que todo es verdad, ¿entendido? Como misionero, este era el mensaje de orar repetidamente por la respuesta con la que yo quería que ellos estuvieran de acuerdo...quiero decir, una confirmación espiritual de que lo que estoy diciendo es la verdad, que se utiliza continuamente para persuadir a las multitudes. Si no obtiene la respuesta que yo quería, entonces todavía no lo ha obtenido. Por favor, ayune y ore hasta que esté de acuerdo con el Señor o sus siervos, ya que son lo mismo. ¡Piensen en esto amigos! Este es un juego mental espeluznante en una situación religiosa. Que miedo...
De hecho, lo mismo sucede si alguna vez uno profundiza acerca de alguna pregunta seria histórica o incluso una pregunta eterna. Suponiendo que usted hizo su tarea y planteó una pregunta sobre algún punto del evangelio mormón como es enseñado, pidiendo una referencia escritural y explicación, sin usar NINGUNA de las obras mormonas que se usan normalmente, usted encontrará que muchos puntos no están claramente definidos en respuestas bíblicas que se relacionan con la doctrina mormona. ¿Por qué? La respuesta es sencilla. Nunca hubo la intención de que fuera interpretada de tal forma. Sin embargo, puesto que la Iglesia mormona se jacta de tener todas las respuestas a todo lo que se pueda imaginar, usted encontrará una respuesta en alguna publicación, o plática por alguna Autoridad General en cuanto a dichos asuntos. Se dan las respuestas por medio de profecías actuales...mezcladas con escrituras. ¡Exactamente aquello contra lo cual se le ADVIERTE en la ceremonia del Templo! Se nos dijo que un mormón no debe perder su tiempo con hechos históricos que no sean honrados por la Iglesia, o preocuparse excesivamente con preguntas místicas ya que el Señor revelará todo a su debido tiempo. A lo mejor el Profeta debería pedirle a Dios, de una vez por todas, que le dé todas las respuestas verdaderas. Bueno, pero quizá desde el inicio nunca hubo una pregunta, hasta que la filosofía mormona revolvió al evangelio de Cristo tan gravemente...que necesitó una explicación. ¡Trate de explicar eso! Por favor, reconozcan que el evangelio de Cristo tuvo el propósito de servir al hombre, y los hombres para servir los unos a los otros. Desenreden sus mentes si pueden, y dense cuenta que Dios nunca fue el autor de confusión. Su mensaje es sencillo. Es por el hombre que este mensaje se ha vuelto exagerado y tan complejo. No necesitas un millar de libros de doctrina mormona para entender lo que Dios quiere de ti. Cristo habló de manera sencilla, y así también lo hicieron sus apóstoles.
El truco en el juego de la religión mormona es finalmente evitar los hechos históricos con respecto a José Smith y los hechos con respecto a los primeros inicios de la Iglesia, quienes eran realmente los jugadores principales quienes sacaron a la luz el Libro de Mormón, y los asuntos verdaderamente problemáticos dentro de la Iglesia hoy en día. Esto se logra al estar re-enfocando continuamente la atención en el “sueño eterno.” Vendiendo a las multitudes la idea de lograr la Divinidad de Dios y el avance de su gloria eterna. Se nos exhorta a mirar hacia adelante, hacia el futuro que Dios nos ofrece y descartar al pasado errado por los hombres. Al volver a escribir la doctrina de la Iglesia, mezclada con Escrituras, ellos pueden persuadir astutamente a las multitudes SI es que las promesas de gozo eterno, de que la familia será guardada para siempre, y el ofrecimiento de esperanza a sus amigos y parientes, son lo suficientemente convincentes. La iglesia mormona ha hecho un buen trabajo en venderse. Para colmo, ellos necesitan declarar ser la “Autoridad” en tales asuntos religiosos y hablar de parte de Dios. Nuevamente, la iglesia mormona le ha sacado provecho a esto también. Ahora, bajo la “instrucción de Dios,” ellos mandan que todo miembro pague completamente su diezmo, cueste lo que cueste, para poder obtener una recomendación del templo y obtener más instrucciones para poder lograr un lugar en la eternidad. “¡Si no compran sus boletos, no lograrán ingresar amigos! ¿No me creen? Hagan la prueba”. Todos estos trucos han funcionado. La Iglesia ha logrado garantizarse ingresos substanciales vendiendo boletos para los ritos en su templo. ¡Cielos! ¿Por qué no pensé en esto antes? ¡Yo sería un rico!
Hermanos y hermanas en el evangelio de Cristo, por favor, sálganse del carrusel para ratones. Deténganse un minuto y miren a su alrededor. Lemas creativos como: “Las familias pueden vivir juntas par siempre,” pueden ser recitados una y otra vez hasta agotarse. Esto no significa que debe soportar tal frustración, abuso de tiempo y llegar casi a la locura para poder tenerlo. La iglesia mormona no tiene todos los “ases” en este juego. Es un tipo de juego mental “Jedi”. Le hacen creer que sólo debe tener su boleto al templo para lograr la salvación eterna. Recuerde, Cristo fue el que de veras nos ha mostrado todo el camino al gozo, a la paz, al amor y la felicidad. Cristo nos enseña a cómo ser felices como familia, como comunidad y como nación. Han sido las intenciones indulgentes propias del hombre las que han distorsionado y continúan confundiendo el mensaje sencillo del Señor, para su propio beneficio y dominación religiosa. Esto se observa muy seguido. Encienda su televisor y observe cómo estos tipos lo hacen. Hay poder en la posición. No es de maravillarse que los mormones deseen posicionarse globalmente como contendientes por la fe. Cristo desea almas, mientras que los hombres quieren Autoridad y Control, Poder y Dominio.Entonces, por favor, deténgase. Piense.
¿Quién está en lo correcto? ¿Cristo o la Iglesia mormona? Debe escoger a quién servir. El asunto es que usted sí tiene una opción. Nosotros elegimos ser libres de la culpabilidad. Elegimos gozo para nuestra familia. Elegimos entender lo que en verdad significa el servir a otros. El amor de Cristo era por la gente. Él verdaderamente nos amó y soportó las garras de la muerte por nuestro beneficio. Usted debe aprender a confiar en Él, y amarle nuevamente. La Iglesia mormona está enseñando justamente aquello que ellos mismos advierten que usted debe desconfiar. El problema es que se hace de una manera tan astuta, y se enseña de una manera tan elocuente, que necesita tomar la elección de dar un paso hacía atrás, para que vea por si mismo aquello que está mal en el panorama. Hágase a un lado y suelte a los ratones. Mire hacia arriba y pregunte si Dios fue el autor de tal confusión y opresión. No, no lo es. Le urjo a que salve su vida y al linaje de su familia. Salga de allí mientras aún tenga una mente que le permita hacerlo.
En el nombre de Jesús. Sean bendecidos.
Atentamente, Chuck