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Testimonio de Aníbal Pereira Dos Reis, ex Sacerdote Católico Romano

Si hubiera permanecido en el catolicismo romano no hubiera encontrado a Jesús
Aníbal Pereira Dos Reis

Nací en San Joaquín de Barra, en el estado San Pablo en Brasil el 9 de marzo de 1924, en una familia profundamente arraigada en el catolicismo. Mi padre era portugués y para no ser una excepción a la regla, se había adherido a los admiradores de la Señora de Fátima, la suerte y el buen vino. Mi madre era de origen italiano y se jactaba del trono dorado del papa en la península italiana.

Desde mi temprana edad, el padre de mi madre, muy devoto en las prácticas religiosas, solía llevarme a los solemnes ritos católicos de la Iglesia Madre.

Antes de los siete años, ya asistía regularmente a la parroquia para la instrucción en el catecismo. En una oportunidad un sacerdote obeso nos habló, lleno de energía y vivacidad, acerca del infierno. Nos mostró el peligro, pero no nos dio ni siquiera una mínima clave de cómo salvarnos de ese peligro.

El día de la Primera Comunión
Hice la primera comunión el 1 de mayo de 1932. Me movían los más puros sentimientos. Sin embargo un incidente ensombreció la solemne atmósfera de esa hora. "Toad", uno de nuestros compañeros comenzó a gritar cuando el sacerdote le puso la hostia en la lengua: "¡La hostia se ha pegado, Padre!" El sacerdote se acercó rápidamente al nervioso niño y le ordenó que se callara y que no sacara la hostia del "cielo de la boca" con los dedos. Tocar la hostia con los dedos era sacrilegio. Después de salir de la iglesia, los niños y niñas se volvieron al compañero en cuestión con fuertes recriminaciones, diciéndole que había mostrado una falta total de respeto por el santo Señor.

En 1936 mi familia se mudó a Orlandia, una localidad vecina, para que mis hermanos y yo pudiéramos asistir a la escuela secundaria. Mi padre quería darles a sus hijos la oportunidad de estudiar, cosa que él no había tenido.

Pero desde mi infancia me había quedado un serio problema, era la salvación eterna de mi alma. Solía pensar constantemente en ello. Tem­blando de miedo, recordaba las palabras del sacerdote cuando nos preparábamos para la primera comunión. Nos había informado de todos los actos piadosos recomendados por un sacerdote español muy estricto. Se había despertado en mí desde muy niño, un gran deseo de servir a Dios. Al no conocer otra forma, me hice sacerdote.

El seminario y la ordenación
Me las arreglé para entrar al seminario a los diecisiete años. No era un buen ambiente. Nunca he estado en un lugar tan denigrante. Me entregué a estudiar intensamente todas las asignaturas. Sin embargo mi insatisfacción continuaba.

Fui ordenado sacerdote el 8 de diciembre de 1949 en la ciudad de Montes Claros, en el norte de Minas Gerais. El obispo diocesano me confirió la responsabilidad de organizar y dirigir el Círculo de Obreros. En verdad, esta responsabilidad cumplía con mis aspiraciones. Encontré que la práctica de la asistencia social era un alivio para mi ansiedad espiritual. Era intensamente activo, obtuve la simpatía de la gente trabajadora de toda la región y muchas alabanzas de las autoridades eclesiásticas.

Un sacerdote en el trabajo social
A comienzos de 1952, el obispo de Montes Claros fue transferido por el papa a Recife, como arzobispo. Fui incluido en ese cambio y me mudé a Recife.

En esa capital se me entregó la misión de restaurar una Compañía de Caridad. Una red de orfanatos y centros de educación católica que habían sufrido una crisis financiera en esa región. Trabajé duro, con la meta de reconstruir la imagen pública de esa institución. Cargaba con una.pesada responsabilidad. Después de poco más de dos años de trabajo, los problemas financieros de la institución se resolvieron. Los orfanatos y hogares recibieron mayor número de niños y ancianos. Los educadores se actualizaron. La prensa usó mi nombre en varias oportunidades, cosa que sirvió para protegerme.

No tengo paz frente a Dios
A pesar de esas victorias humanas y del aplauso de los admiradores, nunca sentí paz en mi alma. Ni la total dedicación a mis obligaciones en la caridad, ni la aprobación de las autoridades eclesiásticas eran una respuesta a mis tormentos espirituales. Deseaba ardientemente tener la seguridad de mi salvación, y nadie podía darme esa seguridad.

En 1960 me transfirieron a Guaratingueta en el interior del estado de San Pablo, una localidad próxima a Aparecida del Norte. Me alegró el cambio principalmente porque estaría con el "santo patrono del Brasil". Por otra parte, era la primera vez que estaría involucrado en una tarea relacionada con la gestión social. Siempre había estado preocupado por la obra social. Se suponía que debía encontrar en mis obligaciones como sacerdote la respuesta a mi ansiedad espiritual. Pero no era así.

El trabajo en la parroquia
Organicé una nueva parroquia en el distrito de Pedregulho en Guaratingueta. Trabajé duro. La construcción de una casa parroquial, un salón parroquial y tres iglesias en el plazo de tres años fueron pruebas de mi dedicación. Incluso en esta cumbre de mi vida, con una larga lista de servicios a favor del catolicismo, todavía no tenía seguridad de mi salvación.

Mi padre había muerto de cáncer pulmonar en octubre de 1956. Pasé un año entero rezando misas por el alma de mi padre. En ese tiempo toda la familia rezaba misas por él. Ni siquiera la misa católica romana, con toda su pretensión de valor infinito nos dio la seguridad de la salvación de mi padre.

Solía suplicar por esa seguridad para mí también. Pero ni siquiera el trabajo social en progreso, ni la construcción de las iglesias, ni las ceremonias que conducía, ni el ciego sometimiento a las autoridades eclesiásticas, ni el catolicismo romano estaban dándome la respuesta que necesitaba.

El odio por los evangélicos
Con mi espíritu de rigurosa sujeción a las doctrinas católicas, sentía verdadero odio por los evangélicos, a quienes me refería en las predicaciones como "cabras", mientras que los católicos eran los "cor­deros de Dios".

Hay un hecho que prueba mi tendencia antiprotestante. En oportunidad del día de Todos los Santos, en el cementerio del distrito de Pedregulho, los creyentes bíblicos estaban llevando adelante su tarea de distribuir tratados y extractos bíblicos. Con la intención de "dar gloria a Dios" (ese es el lema jesuita) y de defender a la "Santa Madre de la Iglesia Católica" resolví dañar su obra. Reuní a los niños de mi iglesia y los dividí en grupos para que estuvieran hora tras hora dentro del cementerio. La idea era recibir la literatura y destruirla en las velas encendidas detrás del funerario.

Sin embargo, a la noche, cuando hube terminado esta despiadada destrucción del material evangélico, entré en mi biblioteca para buscar algún libro que me entretuviera. Por la maravillosa gracia de Dios, me topé con la Biblia (traducida por Matos Soares).

Abrí el inspirado volumen. Leí el capítulo once del Evangelio de Juan. Sentí que me llegaba cierto alivio para mi aflicción. Sentí que una energía transformaba mi depresión espiritual. Seguí leyendo cada vez con mayor interés. Constantemente pensaba en ese capítulo.

Un comienzo en el estudio bíblico
Lentamente comencé a sentir un nuevo horizonte en mi alma. Decidí estudiar la Biblia libre de preconceptos. Sin la interferencia de nadie y solamente por medio de la Divina Gracia. Pasmado, descubrí que podemos tener absoluta y permanente certeza de ir al cielo si aceptamos cl plan de Dios.

Sin embargo seguí resistiéndome. Mi alma se había conformado al modelo de la práctica católica romana.

Hablo con mi obispo
Una cosa tenía clara,  cuando hablara con mi obispo, quería ser sincero. Él se sintió confundido con mis preguntas. En definitiva me dijo que yo estaba en Aparecida para ocuparme de la construcción de la Basíli­ca. Mis preocupaciones se convirtieron en la compra de cemento, ladrillos y herramientas. Oraba a nuestra Señora de Aparecida.

El punto crítico de Dios en mi vida
Por ese tiempo los creyentes evangélicos estaban distribuyendo folletos en Guaratingueta. Uno de ellos trataba, sobre la idolatría católica, la adoración de imágenes, etc. Para responder a todas esas afirmaciones, decidí dar una explicación de esas doctrinas desde el púlpito, decir que la adoración a las imágenes no estaba prohibida por Dios. Tomé mi Biblia, comencé la explicación leyendo el capítulo 20 de Éxodo. Salteé los versículos 4 y 5 para no dar "municiones a mis enemigos". Cuando bajé del púlpito, me sentía totalmente avergonzado de mí mismo. Decidí hacer una sincera comparación entre las doctrinas católicas y la Biblia. Entonces pude comprobar el abismo infinito que las separaba.

Comienzo a utilizar las normas bíblicas
En enero de 1963 recibí una invitación para ser sacerdote en la ciudad de Orlandia, donde había pasado mi adolescencia. Estaba encantado de volver a donde tenía tantos amigos.

Sin embargo, esa alegría no era suficiente como para borrar mi ansiedad espiritual. Me dediqué completamente al trabajo en la parroquia católica, llena de todas las deficiencias de una vieja parroquia con sus tradiciones rústicas. A pesar de la oposición de un grupo de mujeres descontentas pero piadosas, me las arreglé para desarrollar un trabajo espléndido donde todo encajaba bien, en lo posible, con las normas de la Biblia. Limpié la iglesia, retirando todos los ídolos. Mis predicaciones eran bíblicas. Mis programas diarios en la radio consistían en un sencillo comentario de la Palabra de Dios. Muchos himnos religiosos que cantábamos en los servicios eran canciones cristianas.

Además me ocurrió algo interesante, mi antiguo odio a los evangélicos se había convertido en temor. Quería hablar con un pastor, pero no tenía el valor de hacerlo. Estando en Guaratingueta decidí ir a San Pa­blo con la única intención de resolver esa situación. Al descender del colectivo en la estación, fui al correo para enviar un telegrama. En la calle del Correo había justo en ese momento un evangélico predicando. Al ver mi sotana, me desafió señalándome con el dedo y exponiéndome con sus duras palabras. Él no sabía lo que estaba ocurriendo en mi alma, y no podía adivinar el propósito de mi visita a Paulicea. Como resultado de este incidente, quedé más convencido todavía de que un pastor evangélico podría liberarme de todos mis problemas. Me volví inmediatamente a casa.

Un siervo de Dios me ayuda
En 1964 llegué cerca del fin. Ya no podía contener esa situación. En noviembre fui a Santos. Ya había trazado un plan. Vistiendo ropa civil, asistí al servicio del domingo de la Primera Iglesia Bautista y por increíble que parezca, el párrafo de la Biblia usado como base para el sermón fue justamente el capítulo once del Evangelio de Juan.

Al día siguiente pude acercarme al pastor Eliseu Ximenes. Este siervo de Dios me respondió de una manera tan amable que pronto me sentí cautivado y liberado de mi anterior prejuicio. Comenzamos a proyectar mi partida del catolicismo romano. Era apenas una partida formal, porque ya la venía realizando desde hacía mucho tiempo.

Fe en el Salvador suficiente
El 12 de mayo de 1965, con la especial protección de Dios, logré desenredarme totalmente de la iglesia romana. El 13 de junio fui bautizado en la Primera Iglesia Bautista de Santos, testificando públicamente del cumplimiento de mi fe en mi único y suficiente Salvador, Jesucristo.

Además de traerme a su Reino, Dios puso en mi corazón la tarea de predicar las Sagradas Escrituras, y dediqué íntegramente mi vida a este ministerio. Recientemente ha bendecido la obra de este humilde siervo suyo dándome la alegría de ver a cientos de almas venir al Señor Jesucristo.

En mis sermones insisto en el Plan de Dios para la salvación solo por medio de Jesucristo. Cada vez que predico puedo sentir una "comunión" más íntima con él.

Nunca antes había sentido tanto gozo espiritual como ahora. Tengo la paz total en mi corazón, porque tengo la certeza de mi salvación eterna. Mi alma ha sido purificada por la sangre redentora de Jesucristo, a quien sea la gloria por toda la eternidad.

Según el Papa sólo la Iglesia Católica puede interpretar las Escrituras

Durante su intervención en el Comité de la Biblia -desde el Vaticano-, que tuvo lugar el pasado viernes (12), el Papa Francisco, rechazó la interpretación subjetiva de la Biblia y dijo que sólo la Iglesia está autorizada para interpretar las Escrituras correctamente.
“El Consejo ha recordado con gran claridad: todo lo que se relaciona con la forma de interpretar las Escrituras que queda sometido al juicio de la Iglesia, que lleva a cabo su comisión y el ministerio divino de conservar e interpretar la palabra de Dios”, dice Francisco.
La posición del Papa evoca la “interpretación medieval”, que muchos papas aplicaron a las Escrituras como lo hizo en una ocasión Inocencio III quien escribió al patriarca griego de Constantinopla en estos términos: «Cristo ha dado el gobierno de todo el mundo a los papas» y, como evidencia conclusiva, añadió: «Pedro en cierta ocasión anduvo sobre las aguas las cuales representaban a las naciones y por lo tanto de ahí se colige que sus sucesores tenemos derecho a gobernar todo el mundo, lo cual incluye las sedes de los patriarcas griegos».
La “interpretación o exégesis medieval”, fue refutada por primera vez por el gran reformador protestante Martín Lutero quien dijo: “La Escritura es su propio intérprete, y no necesita de una autoridad superior a ella”.
Esta es una de las pocas veces que el Papa cita el Concilio Vaticano II (1962 – 1965) y la Constitución del “Dei Verbum” para hablar sobre el papel de la Iglesia.
“La Sagrada Tradición transmite la Palabra de Dios totalmente (….) Por lo tanto, la Iglesia recibe su certeza de todo lo revelado no sólo en las Sagradas Escrituras. Una como la otra debe ser aceptada y venerada con sentimientos similares de compasión y respeto”.
Esta es la tradición que afirma que la interpretación de la Biblia no debe hacerse sólo de manera intelectual, y debe ser enfrentada e insertada dentro de la tradición de la Iglesia Católica, según el Papa.
La posición medieval de Francisco, es posible que desagrade a los católicos contestatarios y protestantes que defienden el derecho a la libre interpretación de las Escrituras. Lo que el Papa no puede aceptar.
“La insuficiencia de cualquier interpretación sugestiva, o simplemente limitada a un análisis es incapaz de captar el sentido global que se ha construido hace siglos por la tradición de todo el pueblo de Dios”.

¿Es verdad que Cristo hace todo lo que dice María?


por Juan Valles | 

¿Nunca le han dicho que si le pide a la virgen puede obtener con más efectividad que si le pide a Cristo? Esto pudiera parecernos una locura teológica, pero es lo que se enseña en el catolicismo. La idea es que sólo la virgen, la madre del Señor puede apaciguar el ánimo del Salvador, por lo que ella puede mediar entre nosotros y Cristo. Se enseña desde el catolicismo que nadie desprecia una súplica de su madre, y mucho menos Jesucristo.

Para ello hay un pasaje bandera de la Escritura, desde donde basan esta doctrina. En el evangelio de Juan las bodas de Caná sirvieron para mostrar la primera señal milagrosa de Jesucristo. El pasaje dice:
"Al tercer día se hicieron unas bodas en Caná de Galilea; y estaba allí la madre de Jesús. Y fueron también invitados a las bodas Jesús y sus discípulos. Y faltando el vino, la madre de Jesús le dijo: No tienen vino. Jesús le dijo: ¿Qué tienes conmigo, mujer? Aún no ha venido mi hora. Su madre dijo a los que servían: Haced todo lo que os dijere. Y estaban allí seis tinajas de piedra para agua, conforme al rito de la purificación de los judíos, en cada una de las cuales cabían dos o tres cántaros. Jesús les dijo: Llenad estas tinajas de agua. Y las llenaron hasta arriba. Entonces les dijo: Sacad ahora, y llevadlo al maestresala. Y se lo llevaron. Cuando el maestresala probó el agua hecha vino, sin saber él de dónde era, aunque lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua, llamó al esposo, y le dijo: Todo hombre sirve primero el buen vino, y cuando ya han bebido mucho, entonces el inferior; mas tú has reservado el buen vino hasta ahora. Este principio de señales hizo Jesús en Caná de Galilea, y manifestó su gloria; y sus discípulos creyeron en él." (Juan 2:1-11, RV60).

Este pasaje es clave para el catolicismo, ya que este dogma tan importante depende de este fragmento de la Escritura, así como de un enorme apego sentimental hacia la virgen María. De tanto apego, es notorio que la iglesia católica se ha desviado de la objetividad de las Escrituras en pos de la subjetividad de la Tradición, basada en interpretaciones de hombres falibles.

Alfonso de Ligorio (quien fue canonizado como "santo" por el papa Gregorio XIV en 1839 y fue declarado "Doctor" de la Iglesia Católica por el papa Pío IX) en su libro Las Glorias de María, llega a decir frases tan encendidas como éstas:
«Hay cosas que se piden a Cristo y no se reciben, pero si se piden a María son otorgadas.» 

También llegó a decir:
«Si mi Redentor me rechaza, me arrojaré a los pies de María.» «¡Señora nuestra, en el Cielo no tenemos otro abogado que tú!»

En un libro de Francisco Lacueva (Curso de Formación Teológica Evangélica, tomo 8: Catolicismo Romano) se nos narra una leyenda que Ligorio cita, llamada las Florecillas de San Francisco, según la cual el hermano León vio una escala roja para subir al Cielo, con Cristo arriba, por la cual muchos frailes trepaban sin éxito. Vio entonces otraa escala blanca, con la Virgen arriba, por la cual se subía fácilmente, pues Marta conducía de la mano a sus devotos para que escalasen sin dificultad el Cielo. Esto da por sentado que el catolicismo prefiere ir a María que ir ante Jesús, sin importar que la Biblia otorgue la exclusividad de la mediación a Jesucristo.

¿Obedeció Jesús a María?

Pero un análisis del texto en cuestión nos puede dar otra enseñanza. El texto dice "Y faltando el vino, la madre de Jesús le dijo: No tienen vino. Jesús le dijo: ¿Qué tienes conmigo, mujer? Aún no ha venido mi hora."

Observe que María se da cuenta del problema que enfrentan los novios: se acabó el vino, y acude a Jesús. William Hendriksen agrega que "María no era, probablemente, una de las personas invitadas sino más bien una de las que ayudaban a servir en la boda. Esto podría explicar por qué sabía ella que se había acabado el vino." 

Así que María observó que se acabó el vino, y lo comunicó a Jesús. ¿De que forma lo comunicó? ¿Cree usted que le dio un mandato o le hizo una solicitud? Puede que a nuestros ojos la expresión "¿qué tienes conmigo, mujer?" suene muy descortés, pero es una forma común y familiar de hablar. Aquí lo importante es lo que quiere comunicar el Salvador, lo cual dista de la interpretación de otros. Básicamente Jesús pregunta a María qué vínculo tiene ella en su misión, "¿qué tienes conmigo...?", ¿por qué te entrometes...? ¿qué te importa a ti...? Luego viene la razón de Jesús de hablar a María: "Aún no ha venido mi hora". Aquí hay que considerar que Jesús hace un reclamo sobre su independencia, donde María no debe tener injerencia. Por supuesto, el católico no entenderá esta conclusión. Hendriksen comenta:
"Ella creía que era su deber indicarle a su hijo que tenía que hacer algo para remediar la escasez de vino. Jesús le contestó: “Mujer, ¿qué tienes tú que hacer conmigo? Aún no ha venido mi hora”. Jesús sabía que todas sus acciones habían sido predeterminadas en cuanto al momento exacto de su cumplimiento. María se dio cuenta de que aunque esta respuesta tenía la forma de una suave (incluso misericordiosa) reprensión, contenía, también, una promesa..."

De igual manera piensa James G. McCarthy en su libro El Evangelio según Roma, al decir
El Señor quería que María entendiera que en su misión divina Él no estaba sometido a sus solicitudes. Jesús había venido a hacer la voluntad de su Padre celestial, no de su madre terrenal. Habiendo aclarado esto, el Señor magnánimamente y con un mínimo de fanfarria, proveyó vino para los invitados.  

Raymond Edward Brow presenta un comentario que no podemos pasar por alto En su libro El Evangelio según Juan: I-XII sugiere que el
"¿Qué a ti y a mí?" parece significar "Esto no es asunto nuestro"; en consecuencia, algunos sugieren que Jesús trata de decir a María que aquello no le importa a él ni a ella. Sin embargo, el hecho de que se refiera luego a "mi hora" indicaría que niega únicamente que le importa a él.

El Comentario Bíblico Mundo Hispano, escrito por Rubén O. Zorzoli, destaca:
Quizá María pensaba que las relaciones íntimas de madre-a-hijo que había gozado con Jesús en el hogar en Nazaret todavía estaban en pie. Con esta pregunta, Jesús quería aclarar a su madre que, a partir de ese momento, y en el cumplimiento de su misión, tendría que obedecer la voluntad de su Padre celestial (ver Luc 2:49) por encima de la de su madre. Todavía no ha llegado mi hora daría la idea de que se negaba a "tomar cartas" en el asunto.

Nuevamente me permito un comentario de William Hendriksen:
Así pues, ella esperaba un milagro, porque sabía mejor que nadie quién era él realmente. Sin embargo, todavía no se daba cuenta que la relación de madre a hijo tenía que ser sustituida por la de creyente a Salvador. Ella creía que era su deber indicarle a su hijo que tenía que hacer algo para remediar la escasez de vino. Jesús le contestó: “Mujer, ¿qué tienes tú que hacer conmigo? Aún no ha venido mi hora”. Jesús sabía que todas sus acciones habían sido predeterminadas en cuanto al momento exacto de su cumplimiento. María se dio cuenta de que aunque esta respuesta tenía la forma de una suave (incluso misericordiosa) reprensión, contenía, también, una promesa, y por ello dijo a los sirvientes (διάκονοι: ayudantes; en sentido técnico, como en Fil. 1:1, adquirió el significado de diácono): “Haced todo lo que os dijere”, sugerencia que indudablemente era necesario hacer.

Finalmente, en Respuestas a Preguntas Que Hacen los Católicos, Tony Coffey añade:
Pero el análisis sencillo del acontecimiento y del contexto no apoya la afirmación católica. En la boda, María dijo a Jesús que el anfitrión se había quedado sin vino. ¿Le sorprendió esta información? ¿Le había dicho algo que Él no supiera? ¡No! Él es Dios el Hijo y lo sabe todo. ¿Por qué se lo dijo, pues? Ella sabía quién era Jesús y que podía satisfacer las necesidades del momento. Por lo tanto, María indicó a los siervos que hicieran todo lo que Jesús les ordenara...
No hay nada en esta historia que indique que es legítimo orar a María. Para llegar a esta conclusión tenemos que pasar por alto lo que dice este relato en realidad y tenemos que darle un significado diferente del que le quiere dar Juan cuando recoge este incidente.

Basta con estos comentarios para obtener luz sobre este pasaje. Y el católico debe preguntarse de la forma más racional posible si este pasaje de Juan puede gritar más fuerte que todo un coro de voces que a gritos nos dicen lo contrario desde las páginas de la Biblia. Esta es la mejor parte.


¿Qué dirá el católico de este pasaje...?
Hay un texto bien claro en la Biblia acerca de nuestro estudio, tan claro que no permite ambigüedades. ¿Es cierto que Jesús hace todo lo que dice María? ¿Qué dirá el católico cuando sepa que la Biblia muestra algo muy diferente a esto? Nuestro pasaje dice:

Mientras él aún hablaba a la gente, he aquí su madre y sus hermanos estaban afuera, y le querían hablar. Y le dijo uno: He aquí tu madre y tus hermanos están afuera, y te quieren hablar. Respondiendo él al que le decía esto, dijo: ¿Quién es mi madre, y quiénes son mis hermanos? Y extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo: He aquí mi madre y mis hermanos. Porque todo aquel que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ése es mi hermano, y hermana, y madre.

Este texto está en Mateo 12:46-50, aunque también podemos hallarlo en Lucas 8:19-21 o Marcos 3:31-35.  Este relato constituye un poderoso argumento apologético en contra del dogma católico. El pasaje es claro: María no tiene autoridad alguna sobre Jesucristo. El Señor no sólo se negó a recibir a su madre sino a también a sus hermanos. Y más allá de lo que un católico pueda pensar, no debemos pasar por alto que Jesús le da más importancia a los que tenía alrededor que a su propia familia, indicando que su verdadera familia no era su madre y hermanos terrenales, sino los que tenía alrededor: los que hacen la voluntad de su Padre que está en los cielos. 

Hendriksen escribe al respecto: "Fue hacia sus discípulos, el círculo más íntimo, que él extendió con amor la
mano. A ellos dio este título de honor: “mi madre y mis hermanos”; sí, y “mis hermanas” también..." Es tan crudo este momento que la familia de Jesús no se vuelve a mencionar en todo el evangelio de Mateo, con excepción de María, al final del mismo.

Pregunto: ¿podemos afirmar que Jesús hace siempre lo que dice su madre? Obviamente no. Entonces, si la Iglesia Católica dicen una cosa y la Biblia dice otra, ¿a quién obedecerá usted?


¿Se contradice la Biblia?

Decir que María doblega el brazo de Cristo por nosotros es contradecir la Escritura. Decir que es a María a quien debemos acudir en oración es admitir que la palabra de la Tradición puede más que la Palabra de Dios. A continuación presento algunos textos que están en clara oposición al dogma católico de confiar en María como nuestra mediadora.

La Biblia nos dice los requisitos que debe tener alguien para poder interceder por nosotros:
"Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros". (Romanos 8:34).

Obviamente María no cumple con este perfil, no puede interceder.


La Biblia no está de acuerdo con el catolicismo en que María sea nuestro abogado. Por algo establece:
"... si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo". (1Juan 2:1)

La Biblia refuta las ideas católicas de que María puede interceder por nosotros ante un Jesús enojado. No es cierto que el Salvador no se compadezca de nosotros, pues está Escrito
"Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro." (Heb 4:15,16).

Si usted cree que María le ayuda no obedece a la Biblia, pues dice la Escritura:
"He aquí, Dios es el que me ayuda". (Salmos 54:4). 

Y también dice:
"De manera que podemos decir confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré lo que me pueda hacer el hombre". (Hebreos 13:6)
Según la Biblia, ¿cuántos mediadores hay entre Dios y nosotros? Si María fuera mediador, la Biblia dijera que hay dos. Pero el catolicismo viola este principio incluyendo a María en esta fórmula. La Escritura establece:
"Porque hay un solo Dios, y también un solo mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús hombre" (1Timoteo 2:5)
Por último, ¿se recuerda que en Juan 2:5 María le dijo a los que servían "Haced todo lo que os dijere"? Siguiendo esta maravillosa recomendación de María no podemos sino obedecer. La Biblia establece:
"Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar." (Mateo 11:28)
Entonces, ?qué más prueba quiere de que no es a María sino a Cristo a quien debemos ir? ¿No le parece que es irracional y anti-bíblico el dogma católico al respecto? A continuación una historia que no debe pasar por alto.


El Testimonio de Charles Chiniquy

Charles Chiniquy fue un sacerdote jesuita por veinticinco años que terminó volviéndose protestante debido a una crisis de conciencia que le produjo la lectura de la Biblia. Como admitiera más tarde en su libro 50 Años en la Iglesia de Roma, su gran ambición era convertir a los protestantes hacia el catolicismo, el cual consideraba que era el único medio para alcanzar salvación. Pero luego se dio cuenta que la Iglesia católica no era la Iglesia de Cristo, diciendo textualmente  "Esa triste verdad no me había sido revelada por ningún protestante ni ningún otro enemigo de la Iglesia. Me lo dijo uno de sus más instruidos y devotos obispos!" . Así Charles Chiniquy nos relata lo que encontró una noche leyendo las Escrituras:
"Antes de dormir, tomé mi Biblia como siempre y me arrodille delante de Dios. Leí el capítulo doce de Mateo con un corazón devoto y un sincero deseo de entender. Extrañamente cuando llegué al versículo cuarenta y seis sentí una admiración misteriosa como si hubiera entrado por primera vez en una tierra muy nueva y santa.

Aunque había leido ese versículo y los que siguen muchas veces, llegaron a mi mente con una frescura como si nunca los hubiera leido antes. Lentamente y con intensa atención, contemplé la llegada de María a la casa para encontrarse con su divino hijo que había estado tanto tiempo ausente de ella. ¡Mi corazón palpita ba de gozo ante el privilegio de presenciar esa entrevista y oir las respetuosas palabras que Jesús dirigía a su madre! 
Con mi corazón y alma estremecidos con estos sentimientos, leí atentamente: "Mientras él aún hablaba a la gente, he aquí su madre y sus hermanos estaban afuera, y le querían hablar. Y le dijo uno: He aquí tu madre y tus hermanos están afuera, y te quieren hablar. Respondiendo él al que le decía esto, dijo: ¿Quién es mi madre, y quiénes son mis hermanos? Y extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo: He aquí mi madre y mis hermanos. Porque todo aquel que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ése es mi hermano, y hermana, y madre." (Mt. 12:46-50).  
Apenas terminé de leer el último versículo cuando grandes gotas de sudor empezaron a fluir por mi rostro, mi corazón latía con tremenda velocidad y casi me desmayé. Me senté en mi sillón esperando en cualquier momento caer al suelo. Sólo los que han oído el ruido tronante de las cataratas de Niágara y han sentido el temblor de las rocas debajo de sus pies tienen idea de lo que sentí en esa hora de agonía. Mi conciencia retumbaba como la voz de mil Niágaras diciéndome: -Predicaste una mentira sacrílega esta mañana cuando dijiste a tu congregación ignorante y engañada que Jesús siempre le concede las peticiones de su madre, María. ¿No te da vergüenza engañarte a ti mismo y a tus pobres compatriotas con semejantes falsedades absurdas?  
-Leelo nuevamente y comprende que lejos de concederle todas sus peticiones a María, Jesús siempre, excepto como niño, ha dicho no a sus peticiones. Cuando ella le pedía algo en público él siempre la reprendía... 
Me sentí tan confundido por la voz que me conmovía hasta los huesos que pensé por un momento que estaba poseído por un demonio... 
-No es la voz de Satanás la que oyes. Soy Yo, tu Salvador y tu Dios el que hablo. Lee cómo Marcos, Lucas y Juanb te dicen cómo yo recibía sus peticiones desde el día que comencé a trabajar y hablar públicamente como el Hijo de Dios y el Salvador del mundo...
¿Qué podía responder? Temblando de cabeza a pies, caí de rodillas clamando a la VIrgen María que acudiera a mi auxilio y le pedí que no sucumbiera ante esta tentación y perdiera mi fe y confianza en ella. Pero entre más oraba, más fuerte la voz parecía decirme: -¿Cómo te atreves a predicar semejante mentira cuando nosotros te decimos lo contrario por orden de Dios mismo!
En vano lloraba, oraba, clamaba y luchaba desde las diez de la noche hasta las tres de la mañana. De repente, el milagro de cambiar el agua en vino que Cristo hizo a petición de su madre vino a mi mente.
Yo siempre aceptaba ese texto como prueba de que el primerísimo milagro de Jesucristo fue hecho a petición de su madre. Yo estaba preparándome para responder a los tres testigos: -Aquí está la prueba de mi confianza en la intercesión de María; aquí está la evidencia innegable que Jesús no puede rehusar cosa alguna que su madre pida! 
Armado con estas explicaciones de la Iglesia, estaba punto de confrontar lo que San Mateo, San Marcos y San Lucas me decían cuando de repente, vino a mi mente un pensamiento angustioso como si los tres testigos me dijeran: ¿Cómo puedes estar tan ciego como para no ver que en lugar de ser un favor concedido a María, este primer milagro es la primera oportunidad escogida por Cristo para protestar en contra de la intercesión de ella! Es una advertencia solemne a María a nunca interponerse ante las necesidades de otros y para nosotros a nunca confiar en su intervención.
Aquí, María evidentemente llena de compasión por esa pobre gente que no tenía los medios para proveer el vino para los invitados que habían venido con Jesús, quiere que su hijo les dé lo que hacía falta. ¿Cómo responde Cristo a su petición? El responde con una reprensión... En lugar de decir Sí, Madre, haré lo que deseas; él dice: ¡Mujer! ¿Qué tienes conmigo? Esto claramente significa: Mujer, no tienes nada que ver en este asunto. No quiero que te interpongas entre las necesidades de la humanidad y yo. 

Todo lo anterior sirve para concluir que sólo la Biblia es nuestra regla a seguir, no lo que diga el hombre. Una vez más ha quedado demostrado que puede presentarse un conflicto entre la Biblia y el catolicismo, y tomar partido a favor del catolicismo no es un muy inteligente que digamos: no es bueno llevarle la contraria a Dios. Tenga bien claro esto: no es a María, es a Cristo a quien vamos a ir. Si Cristo quisiera que pidiéramos a María lo habría dicho en Juan 14:14. Cristo no nos enseñó el rosario sino el padrenuestro.

Bendiciones.
Juan Valles.

Respuesta bíblica a Frank Morera sobre la Virgen María.



por Juan Valles | 


Revisando en internet conseguí un sitio de apologética católica, y me llamó la atención un artículo escrito por Frank Morera titulado "Apologética sobre la Virgen María". Pude notar el deseo del autor de dejar una respuesta a su favor, aunque lamentablemente al no tener pruebas escriturales sólidas tuvo que inventar algunas y tergiversar otras. Lo más lamentable del asunto es que los que desconocen el tema y no tienen intimidad con Dios ni su Palabra, caen el error de creer lo que ahí expone Morera. Así, me tomé la libertad de copiar el artículo de Frank Morera e ir respondiendo una a una sus argumentaciones.

¿POR QUÉ MARÍA ES CENTRO DE ATAQUE HOY EN DÍA?

Desde el Génesis fue profetizada la “Enemistad entre la Mujer y el demonio” (Gen. 12, 13-18). También está escrito que el demonio hará la guerra a los hijos de la Mujer. Esta es la razón por la cual María es centro de división entre los cristianos y no de unión.

Falso. Para empezar María no es centro de ataques. Un verdadero cristiano le da valor y reconocimiento a María, pero también sabe que no debe exagerar ni mentir con respecto a ello. Los cristianos no atacamos a María, pero sí atacamos a las mentiras que se ha dicho sobre ella. Decir que María es centro de ataque" es tergiversar y manipular. Es notable que Frank Morera con este título acuse a otros de hacer lo que él mismo hace: mentir sobre María.

¿POR QUÉ LA IGLESIA ES LA GRAN DEFENSORA DE MARÍA?

Porque María es nuestra Madre ya que la recibimos de Jesús en la Cruz, (Jn. 19, 25-28). Juan representa a toda la Iglesia, además, la gran promesa en Gn. 3, 15 dice que quienes podrían vencer a la descendencia de la serpiente, serían los hijos o descendencia de la Mujer. Nosotros somos la descendencia de la Mujer, esta Mujer es la Virgen María. Si el pueblo de Israel, son los hijos en la Fe de Abraham, nosotros somos los hijos en la Fe de María, la primera que acepto a Cristo como Señor y Salvador, la primera que recibió la unción del Espíritu Santo (Lc. 1).

Es falso que María sea nuestra Madre (y a este tipo de mentiras es que nos referimos en el punto anterior). Ni Juan representa a la Iglesia (para inferir que al recibirla Juan la hemos recibido todos), ni María es Madre de todos por haberla recibido Juan. Aquí Morera hace un errado análisis acerca deGénesis 3:15, pues no son "los hijos" de la mujer los que derrotarán a la Serpiente. También es falso que la iglesia sea hija de la fe en María, lo cual es netamente antibíblico. Es incongruente que Morera quiera justificar bíblicamente algunas cosas sin recurrir a la Biblia.

¿POR QUÉ LA IGLESIA LLAMA A MARÍA MADRE DE DIOS?

En el evangelio de San Lucas 1, 39-45, Isabel, llena del Espíritu Santo dijo, “Que favor que la Madre de mi Señor venga a mí”. La palabra griega para definir Señor que utiliza Isabel es “Kurios” que es la misma que se utiliza en la versión griega del Antiguo Testamento para traducir “Adonai”. Cuando una persona habla bajo la unción del Espíritu Santo es Él quien habla, luego fue el mismo Espíritu Santo quien llama a María, Madre de Dios.

Hay dos cosas a decir a este respecto: es cierto que la Biblia dice que María es madre del Señor, pero no hay que leer superficialmente las cosas sino entender, mediante el contexto general el porqué las dice. Uno: cada persona que lee este pasaje debe entender que el protagonista de esto no es ni María ni Elizabeth, sino el Señor. Y cuando se lee el contexto es cuando se entiende que María ni Elizabeth ni ningún otro ser humano son nada comparadas al Dios que está en el vientre de María. Y dos: María es madre no del Eterno Logos, sino de ese Logos encarnado, es decir: Jesús tiene dos naturalezas (véase Efesios 2:5-6 ó Juan 1:1,14), la humana y la divina. María no puede ser madre de la naturaleza divina, y eso lo sabemos todos. Defendemos que María sea la madre del Señor por ser la madre de su naturaleza humana, aclarando las cosas para no cometer error. Por cierto, no para minimizar sino para dejar una interrogante en el aire: ¿sabías que Jesús nunca le dijo "Madre" a María? Intente averiguar el motivo...

¿TUVO MARIA MÁS HIJOS?

En el evangelio de San Marcos, se mencionan cuatro hermanos de Jesús, Santiago, José, Juda y Simón los cuales nunca son llamados hijos de María. La palabra hebrea “Aha” se utiliza como hermano, tío, primo, pariente; por ejemplo en Génesis 13, 8 se menciona a Lot como “hermano, Aha” de Abraham, sin embargo son tío y sobrino (Gen 12, 5). En el mismo evangelio de Marcos 15, 40 se nombran a José y Santiago como “hijos” de María; en Juan 19, 25 se aclara que esta María era hermana (Aha) de la Madre de Jesús. En Hechos 1, 13 se mencionan a Simón y Judas como seguidores del Maestro.

Para comprender mejor de lo que habla Morera es preciso citar aquí el texto de Marcos 6:3 donde se menciona esto, el cual dice: "¿No es éste el carpintero, hijo de María, hermano de Jacobo, de José, de Judas y de Simón? ¿No están también aquí con nosotros sus hermanas? Y se escandalizaban de él"

Aquí Morera, al decir que "los cuales nunca son llamados hijos de María", crea un argumento en base al silencio. Es como decir que Pedro no tuvo suegro porque la Biblia no lo dice. La Biblia debe interpretarse en base a lo que dice. Ahora, haciendo un análisis del porqué no dice lo que Morera quisiera que dijera, es notorio que el relato tiene razón para no decirlo, pues el protagonista no son ni María ni los hermanos de Jesús, sino Jesús. Recordemos que es Jesús quien luego de un año de éxito predicando y revelándose como el Hijo Unigénito de Dios, vuelve a Nazaret, y como es de esperar, hablarán es de Jesús, hijo y hermano de tal persona. Si leyéramos los dos textos sabríamos que el Jesús de Mateo, hijo del carpintero es hijo de María y hermano de Jacobo, José, Simón, Judas y algunas hermanas (ver Mateo 13:53-56 donde Jesús vuelve a Nazaret a predicar y la gente se queda asombrada de él). Y es el mismo Jesús del que habla Marcos en 6:3. La misma familiaridad que se usa para decir que Jesús es hijo de José y María es la que se usa para decir que es hermano de Jacobo, de José, de Judas y de Simón. 

Luego de responder a Morera en el párrafo anterior, es necesario refutar lo que considero una mentira absolutamente intencional hablando del término hebreo "aha". ¿Para qué habla de una palabra hebrea cuando los evangelios fueron escritos en griego? Por ejemplo, cuando vamos a Marcos 6:3 se usa la palabra griega "adelfos", que primariamente significa parientes hijos del mismo padre o madre, es decir, hermanos. ¿Donde se usa? Pues es necesario que Morera se entere de que se usa en Mateo 1:214:3. Es cierto que también puede usarse como "hermanos en la fe", tal como en Hechos 2:37, pero el contexto de Marcos 6:3 elimina esa posibilidad, pues estamos hablando de personas que no andaban con Jesús, que vivían con María, y que se escandalizaban de él por su conducta de predicador. Así que ni primos ni hermanos en la fe: eran hermanos hijos de María, aunque con José. Para ver con más detalle oprima aquí.


¿QUÉ RELACION TUVO JOSÉ CON MARÍA?

La relación de José con la Virgen María fue la de proveer legalidad y sostén al Redentor. En Mateo 2, 3 el Ángel le dice a José, “Toma al Niño y a su Madre”. La forma hebrea para referirse a la mujer de José, es la Madre de Jesús. San Mateo 1, 18 dice “No la conoció hasta que parió a su hijo primogénito”. Él “hasta”, indica anterioridad, no condiciona lo que ocurrió después. En Segunda de Samuel 6, 23 dice “Micol hija de Saúl, no tuvo más hijos hasta, que murió”. ¿Tuvo hijos después de muerta?

Falso. Está claro el sentido del texto: no se comportaron como marido y mujer "hasta" [observe el límite] que nació Jesús, lo cual nos da toda la garantía para creer que de ahí en adelante sí tuvieron relaciones sexuales. En la versión Reina Valera se añade un término muy importante: "Pero no la conoció hasta que dio a luz a su hijo primogénito, y le puso por nombre Jesús." [cursivas añadidas]. Cabe destacar que si Jesús hubiera sido hijo único de María, el término "primogénito" estaría de más, no se habría escrito siquiera. Recordemos que esta palabra habla de que es el primero entre varios, y Mateo como escritor inspirado la insertó allí.

Y Morera cita un ejemplo del AT. ¿Por qué no cita a Mateo, quien fue el escritor del pasaje? Por ejemplo, en Mateo 5:26 dice "Te aseguro que no saldrás de allí hasta que pagues el último centavo." Ahí el "hasta" es un límite que cambia lo que ocurre después. Se trata del griego "jeós" y es una preposición de continuación de tiempo y lugar. Puede sustituirse por "entre tanto". Otro detalle muy particular: el hecho de que la Biblia diga que Jesús es el primogénito de María, indica la posibilidad de otros hijos. Para mayor información oprima aquí.

¿POR QUÉ LA IGLESIA DICE QUE MARÍA NO TUVO PECADO?

Jesús estuvo bajo la Ley. En la ley, el pecado lo transfería la madre (Salmo 51, 7). Jesús NO puede tener pecado por lo tanto, por el poder de Dios, María fue preservada del pecado. En tanto a su maternidad, la palabra griega que se traduce llena de gracia es: Kecharito, la cual quiere decir que fue, que es y que será llena de gracia. La gracia es la ausencia del pecado. María se proclama en el Magnificat “Me alegro en el Dios que me salva” faltan 33 años para el calvario y la Salvación y ya María se proclama en presente Salvada.

El salmo 51:7 dice "Purifícame con hisopo, y seré limpio; Lávame, y seré más blanco que la nieve." No tiene nada que ver con lo que trata de decir Morera. Creo que puede tratarse del verso 5, que dice "He aquí, en maldad he sido formado, Y en pecado me concibió mi madre." En caso de tratarse de este verso, debemos saber que no dice, en lo absoluto, que el pecado se transfiera por vía materna, lo que denuncio como una mentira. El pecado se transmite por vía del hombre, es decir del padre, y por eso la Biblia lo dice claramente que "Así como todos mueren porque todos pertenecemos a Adán, todos los que pertenecen a Cristo recibirán vida nueva" (1Corintios 15:22). De este modo, al venir María por transmisión de un hombre (como todos los demás) es pecadora, partícipe de Adán, pero Cristo no viene de esta forma porque el Padre que le engendra es directamente Dios. San Anselmo declara: «Si bien la concepción de Cristo ha sido inmaculada, no obstante, la misma Virgen de la cual nació, ha sido concebida en la iniquidad, y nació con el pecado original; porque ella pecó en Adán, así como por él todos pecaron.» Señor Frank Morera usted miente descaradamente.

¿POR QUÉ LA IGLESIA DICE QUE MARÍA FUE LLEVADA AL CIELO EN CUERPO Y ALMA?

Esto no está en la Biblia. La Asunción de María no esta bíblicamente expresada, pero está en la tradición de la Iglesia. Muchas personas se preguntan, ¿por qué no está en la Biblia? Podríamos, responderles, tampoco Martín Lutero está y sabemos que existió.
Estos fueron hechos que sucedieron después de terminados los libros que componen los Evangelios, sin embargo aunque no está en la Biblia, ésta no la contradice, pues antes de María, Henoc en Gen 5, 24 y Elías en II de Reyes 2, 11 fueron llevados en cuerpo y alma al cielo.

Entiendo que la iglesia católica diga que María fue llevada al cielo en cuerpo y alma, del mismo modo que entiendo que el islam diga que Mahoma es superior a Jesús. El hecho de que el catolicismo enseñe algo no necesariamente tiene que ser verdad. Pero lo más ridículo es el argumento de Morera, comparando a Lutero con María como quien suma peras con manzanas. Siguiéndole el juego a Morera el hecho de que Lutero no esté en la Biblia al menos está soportado históricamente su existencia y vida, pero la ascensión corporal de María no está documentado históricicamente, sino por el contrario está negada por cristianos primitivos. Morera debería hacer caso a lo que dice Agustín: «María murió por causa del pecado original, transmitido desde Adán a todos sus descendientes.». Esto lo dice Agustín porque es indudable que la enseñanza de la asunción de María es mentira. 

¿POR QUÉ LA IGLESIA LLAMA A MARÍA REINA?

Dice la Palabra “El que se humilla será ensalzado”. María se humilla a esclava (Lc 1, 38) y Jesús la ensalza a lo opuesto que es, Reina, ¿lógico verdad?. Además en I Reyes 2, 19 dice que en el Reino de David la madre del Rey se sienta a la derecha del Rey. Jesús es Rey (Jn 18, 37) es heredero del reino de David (Lc 1, 32) por lo tanto el lugar de María es un trono a la derecha de su Hijo que es Rey.

Cierto, la Biblia dice que el se humilla será ensalzado, pero no es la iglesia católica ni ningún papa el encargado de dar cumplimiento a este trato de Dios, sino Dios mismo (ver contexto de Lucas 18:9-14). Lo más interesante de esto es que Morera afirma que Jesús ensalza a María porque es lo más lógico (como si la Biblia dependiera de la lógica nuestra). A esto es más lógico preguntar ¿dónde dice que Jesús la ensalza? Es común ver que en la Biblia esto ocurre es con Cristo, pues luego de decir que Jesús se humilló hasta lo sumo, Pablo escribe: "Por eso Dios le dio el más alto honor y el más excelente de todos los nombres, para que, ante ese nombre concedido a Jesús, doblen todos las rodillas en el cielo, en la tierra y debajo de la tierra, y todos reconozcan que Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre" (Filipenses 2:9-11). Si la Biblia tiene que decir esto de Jesús (que es Dios), ¡cuánto más tendría que decirlo de María! Por estas cosas el señor Frank Morera debe admitir que lo que afirma es sacado de la imaginación, y aun con la más linda de las intenciones está engañando descaradamente. Por cierto, tanto Morera como cualquier otro católico debe saber que la reina de la que habla la Biblia es un ser demoníaco: "Los hijos recogen la leña, los padres encienden el fuego y las mujeres preparan la masa para hacer tortas y ofrecerlas a la diosa que llaman Reina del Cielo. Me ofenden, además, ofreciendo vino a dioses extraños." (Jeremías 7:18).

¿POR QUÉ LOS CATÓLICOS LE ORAN A MARIA?

En Juan 2, 1-12 María demostró hasta la saciedad su poder de intercesión.
“Pero es que hay un solo intercesor y es Cristo”.
Cierto, ante el Padre solo existe un sólo intercesor que es Jesús, pero ante Jesús, María intercede por nosotros. Al igual que un pastor evangélico ora por un enfermo ante Jesús, de la misma manera María ora por nosotros.

No, María no demostró "hasta la saciedad" su poder de intercesión. Señor Frank Morera, es necesario que usted sepa que si va a citar la Biblia debe citarla completa, debe adoptarla toda y no lo que usted crea que le conviene. Hay un mediador y es Cristo, y es falso que necesitemos un mediador entre el hombre y Cristo, pues la Biblia dice con claridad absoluta: "Porque hay un solo Diosy también un solo mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús hombre." (1Timoteo 2:5). No hay que ser muy inteligente para saber que los extremos que se deben unir es a la humanidad con Dios, y el único puente es Jesús. No necesitamos un puente adicional para ir ante Jesús porque al ser humano, ya ese puente llega desde nosotros al Padre. Por eso es que es sólo Jesús el camino (Juan 14:6), nadie más.

También, para que María media entre nosotros y el Jesús o el Padre, debe necesariamente abogar por nosotros, pero la Biblia nos dice que el abogado es Cristo, si desea leerlo puede buscar en 1Juan 2:1. Es otro punto donde Frank Morera ha mentido.

“PERO MARÍA ESTÁ MUERTA”

Falso, Lucas 20, 38 dice”: Que Dios no es Dios de muertos sino de vivos, porque para El todos viven”. Además Apocalipsis 6, 9-10 y 8, 3 nos muestra a las almas clamando a DIOS aun después de abandonar este mundo.

Cierto. Personalmente creo que las personas continuan viviendo tras la muerte. ¿Y? El hecho de que María esté viva no quiere decir que pueda hacer algo por nosotros. Dios establece en la Biblia que: "En verdad, su amor, su odio y su celo ya han perecido, y nunca más tendrán parte en todo lo que se hace bajo el sol" (Eclesiastes 9:6). De esta manera, Dios pone límite a la actividad en las cosas de este mundo para los que han partido a la eternidad. Otra mentira refutada a Morera.

LOS CATÓLICOS ADORAN A MARÍA

No, la Iglesia no se cansa de proclamar que nosotros honramos a María como lo hacia Jesús y la proclamamos bendita, cumpliendo la profecía bíblica (Lc 1, 48) pero la adoración es única y propia de Dios y María es criatura.

En este punto concidiré con Morera siempre y cuando lo que dice sea verdad, es decir, que no adoren a María. Puede que él no lo haga, a modo personal, por conocer en este punto la diferencia entre Dios y el hombre. 

¿POR QUE REZAN EL ROSARIO SI NO ESTÁ EN LA BIBLIA?

No hay oración más Bíblica que el rosario. Todos los misterios están en la Biblia. El Padre Nuestro, también esta en la Biblia así como la primera parte del Ave María. El Rosario es una oración más Bíblica que muchas que se hacen en algunas iglesias. En cuanto a la repetición, dice Marcos 14, 39 que Jesús repetía muchas veces la misma oración, el rosario es una meditación en una oración.

Este punto lo responderé citando Marcos 14:39 para que lector compare lo que dice la Biblia con lo que dice Morera, y observe por sí mismo la mentira: "Se fue otra vez y oró, diciendo las mismas palabras".

¿Leyó bien? Jesús estaba en Getsemaní a punto de ser arrestado. Oró algo bien específico sobre lo que vendría, hizo una pausa y luego fue y volvió a orar con las mismas palabras, acerca del momento histórico que vendría. Luego fue arrestado. Pero Morera afirma tajante y falsamente que Jesús repetía "muchas veces" la misma oración. Ni repetía muchas veces (porque no era su costumbre) ni tampoco lo enseñó. Lo que sí enseñó y dejó bien establecido fue "Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos" (Mateo 6:7). Por consiguiente, Jesús no diría que usemos "vanas repeticiones" si él mismo no daría el ejemplo, ¿no le parece?

El punto más crítico es que se hace una oración a alguien que no es Dios. Morera dice que no adoran a la virgen porque no es Dios, ¿pero sí le oran? La lógica nos dice que si puede escuchar y recibir nuestras oraciones es porque puede ser omnipresente para escucharlas y omnipotente para atenderlas. El señor Frank Morera no comprende la realidad de lo que afirma.


ALGUNAS PERSONAS DICEN QUE LAS APARICIONES DE MARÍA SON COSAS DEL DEMONIO

Falso. María según Apocalipsis 12, tiene la misión de anunciar la segunda venida de Cristo. En las apariciones, María, no trae al mundo mensajes propios, trae un mensaje Evangélico de conversión, arrepentimiento y retorno a las Escrituras. El demonio no puede predicar conversión a Jesús. Y los frutos de Paz, conversión y alegría que se ven en las personas que asisten a estos eventos no pueden venir del maligno. Dice la Escritura que atribuir al demonio las obras de Dios es pecado contra el Espíritu Santo y éste no es perdonado (Mateo 12, 22-32).

Hermanos, dice Timoteo 2, 23-24 que la Biblia es para edificación no para discusión. Ama a María y Ella te llevara al JESUS que tanto buscas, pues ella lo conoce muy bien, lo llevó en su vientre por nueve meses, lo alimentó, cuidó y guió por 30 años. Nadie lo conoce como Ella. Nadie le da Gloria a Dios quitándole Honra a María, pues la Honra de María es la gloria de Dios.

En totalmente falso que María aparezca en Apocalipsis 12 para anunciar la segunda venida de Cristo. Y también es falso que María no traiga mensajes propios. Son mensajes de idolatría y antibíblicos. Todo mensaje que se diga en nombre de Dios debe compararse a la Biblia, probarse con la Biblia que es la regla de fe. La Biblia dice "Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo" (1Juan 4:1). ¿Será que Morera no sabe de las apariciones de María? Por ejemplo en Holanda, en noviembre de 1950, María dijo en una aparición que estaba sobre el globo de la tierra, y quería ser llamada la Reina de todos los pueblos. Aquí sin ningún tapujo María quiere ocupar el lugar de Dios sobre el globo de la tierra, e igualarse cuando dice que quiere ser la reina. En otros, María exige que se le pida y ore, totalmente contrario al mensaje de la Biblia.

Habría sido notable que Morera dijera, como finalmente dijo, que la Biblia debe usarse para edificación personal y no para discusión. Pero no lo dijo luego de decir la verdad. Quizá fue sincero, pero la sola sinceridad no cuenta si no se dice la verdad.

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Testimonio de Aníbal Pereira Dos Reis, ex Sacerdote Católico Romano

Si hubiera permanecido en el catolicismo romano no hubiera encontrado a Jesús
Aníbal Pereira Dos Reis

Nací en San Joaquín de Barra, en el estado San Pablo en Brasil el 9 de marzo de 1924, en una familia profundamente arraigada en el catolicismo. Mi padre era portugués y para no ser una excepción a la regla, se había adherido a los admiradores de la Señora de Fátima, la suerte y el buen vino. Mi madre era de origen italiano y se jactaba del trono dorado del papa en la península italiana.

Desde mi temprana edad, el padre de mi madre, muy devoto en las prácticas religiosas, solía llevarme a los solemnes ritos católicos de la Iglesia Madre.

Antes de los siete años, ya asistía regularmente a la parroquia para la instrucción en el catecismo. En una oportunidad un sacerdote obeso nos habló, lleno de energía y vivacidad, acerca del infierno. Nos mostró el peligro, pero no nos dio ni siquiera una mínima clave de cómo salvarnos de ese peligro.

El día de la Primera Comunión
Hice la primera comunión el 1 de mayo de 1932. Me movían los más puros sentimientos. Sin embargo un incidente ensombreció la solemne atmósfera de esa hora. "Toad", uno de nuestros compañeros comenzó a gritar cuando el sacerdote le puso la hostia en la lengua: "¡La hostia se ha pegado, Padre!" El sacerdote se acercó rápidamente al nervioso niño y le ordenó que se callara y que no sacara la hostia del "cielo de la boca" con los dedos. Tocar la hostia con los dedos era sacrilegio. Después de salir de la iglesia, los niños y niñas se volvieron al compañero en cuestión con fuertes recriminaciones, diciéndole que había mostrado una falta total de respeto por el santo Señor.

En 1936 mi familia se mudó a Orlandia, una localidad vecina, para que mis hermanos y yo pudiéramos asistir a la escuela secundaria. Mi padre quería darles a sus hijos la oportunidad de estudiar, cosa que él no había tenido.

Pero desde mi infancia me había quedado un serio problema, era la salvación eterna de mi alma. Solía pensar constantemente en ello. Tem­blando de miedo, recordaba las palabras del sacerdote cuando nos preparábamos para la primera comunión. Nos había informado de todos los actos piadosos recomendados por un sacerdote español muy estricto. Se había despertado en mí desde muy niño, un gran deseo de servir a Dios. Al no conocer otra forma, me hice sacerdote.

El seminario y la ordenación
Me las arreglé para entrar al seminario a los diecisiete años. No era un buen ambiente. Nunca he estado en un lugar tan denigrante. Me entregué a estudiar intensamente todas las asignaturas. Sin embargo mi insatisfacción continuaba.

Fui ordenado sacerdote el 8 de diciembre de 1949 en la ciudad de Montes Claros, en el norte de Minas Gerais. El obispo diocesano me confirió la responsabilidad de organizar y dirigir el Círculo de Obreros. En verdad, esta responsabilidad cumplía con mis aspiraciones. Encontré que la práctica de la asistencia social era un alivio para mi ansiedad espiritual. Era intensamente activo, obtuve la simpatía de la gente trabajadora de toda la región y muchas alabanzas de las autoridades eclesiásticas.

Un sacerdote en el trabajo social
A comienzos de 1952, el obispo de Montes Claros fue transferido por el papa a Recife, como arzobispo. Fui incluido en ese cambio y me mudé a Recife.

En esa capital se me entregó la misión de restaurar una Compañía de Caridad. Una red de orfanatos y centros de educación católica que habían sufrido una crisis financiera en esa región. Trabajé duro, con la meta de reconstruir la imagen pública de esa institución. Cargaba con una.pesada responsabilidad. Después de poco más de dos años de trabajo, los problemas financieros de la institución se resolvieron. Los orfanatos y hogares recibieron mayor número de niños y ancianos. Los educadores se actualizaron. La prensa usó mi nombre en varias oportunidades, cosa que sirvió para protegerme.

No tengo paz frente a Dios
A pesar de esas victorias humanas y del aplauso de los admiradores, nunca sentí paz en mi alma. Ni la total dedicación a mis obligaciones en la caridad, ni la aprobación de las autoridades eclesiásticas eran una respuesta a mis tormentos espirituales. Deseaba ardientemente tener la seguridad de mi salvación, y nadie podía darme esa seguridad.

En 1960 me transfirieron a Guaratingueta en el interior del estado de San Pablo, una localidad próxima a Aparecida del Norte. Me alegró el cambio principalmente porque estaría con el "santo patrono del Brasil". Por otra parte, era la primera vez que estaría involucrado en una tarea relacionada con la gestión social. Siempre había estado preocupado por la obra social. Se suponía que debía encontrar en mis obligaciones como sacerdote la respuesta a mi ansiedad espiritual. Pero no era así.

El trabajo en la parroquia
Organicé una nueva parroquia en el distrito de Pedregulho en Guaratingueta. Trabajé duro. La construcción de una casa parroquial, un salón parroquial y tres iglesias en el plazo de tres años fueron pruebas de mi dedicación. Incluso en esta cumbre de mi vida, con una larga lista de servicios a favor del catolicismo, todavía no tenía seguridad de mi salvación.

Mi padre había muerto de cáncer pulmonar en octubre de 1956. Pasé un año entero rezando misas por el alma de mi padre. En ese tiempo toda la familia rezaba misas por él. Ni siquiera la misa católica romana, con toda su pretensión de valor infinito nos dio la seguridad de la salvación de mi padre.

Solía suplicar por esa seguridad para mí también. Pero ni siquiera el trabajo social en progreso, ni la construcción de las iglesias, ni las ceremonias que conducía, ni el ciego sometimiento a las autoridades eclesiásticas, ni el catolicismo romano estaban dándome la respuesta que necesitaba.

El odio por los evangélicos
Con mi espíritu de rigurosa sujeción a las doctrinas católicas, sentía verdadero odio por los evangélicos, a quienes me refería en las predicaciones como "cabras", mientras que los católicos eran los "cor­deros de Dios".

Hay un hecho que prueba mi tendencia antiprotestante. En oportunidad del día de Todos los Santos, en el cementerio del distrito de Pedregulho, los creyentes bíblicos estaban llevando adelante su tarea de distribuir tratados y extractos bíblicos. Con la intención de "dar gloria a Dios" (ese es el lema jesuita) y de defender a la "Santa Madre de la Iglesia Católica" resolví dañar su obra. Reuní a los niños de mi iglesia y los dividí en grupos para que estuvieran hora tras hora dentro del cementerio. La idea era recibir la literatura y destruirla en las velas encendidas detrás del funerario.

Sin embargo, a la noche, cuando hube terminado esta despiadada destrucción del material evangélico, entré en mi biblioteca para buscar algún libro que me entretuviera. Por la maravillosa gracia de Dios, me topé con la Biblia (traducida por Matos Soares).

Abrí el inspirado volumen. Leí el capítulo once del Evangelio de Juan. Sentí que me llegaba cierto alivio para mi aflicción. Sentí que una energía transformaba mi depresión espiritual. Seguí leyendo cada vez con mayor interés. Constantemente pensaba en ese capítulo.

Un comienzo en el estudio bíblico
Lentamente comencé a sentir un nuevo horizonte en mi alma. Decidí estudiar la Biblia libre de preconceptos. Sin la interferencia de nadie y solamente por medio de la Divina Gracia. Pasmado, descubrí que podemos tener absoluta y permanente certeza de ir al cielo si aceptamos cl plan de Dios.

Sin embargo seguí resistiéndome. Mi alma se había conformado al modelo de la práctica católica romana.

Hablo con mi obispo
Una cosa tenía clara,  cuando hablara con mi obispo, quería ser sincero. Él se sintió confundido con mis preguntas. En definitiva me dijo que yo estaba en Aparecida para ocuparme de la construcción de la Basíli­ca. Mis preocupaciones se convirtieron en la compra de cemento, ladrillos y herramientas. Oraba a nuestra Señora de Aparecida.

El punto crítico de Dios en mi vida
Por ese tiempo los creyentes evangélicos estaban distribuyendo folletos en Guaratingueta. Uno de ellos trataba, sobre la idolatría católica, la adoración de imágenes, etc. Para responder a todas esas afirmaciones, decidí dar una explicación de esas doctrinas desde el púlpito, decir que la adoración a las imágenes no estaba prohibida por Dios. Tomé mi Biblia, comencé la explicación leyendo el capítulo 20 de Éxodo. Salteé los versículos 4 y 5 para no dar "municiones a mis enemigos". Cuando bajé del púlpito, me sentía totalmente avergonzado de mí mismo. Decidí hacer una sincera comparación entre las doctrinas católicas y la Biblia. Entonces pude comprobar el abismo infinito que las separaba.

Comienzo a utilizar las normas bíblicas
En enero de 1963 recibí una invitación para ser sacerdote en la ciudad de Orlandia, donde había pasado mi adolescencia. Estaba encantado de volver a donde tenía tantos amigos.

Sin embargo, esa alegría no era suficiente como para borrar mi ansiedad espiritual. Me dediqué completamente al trabajo en la parroquia católica, llena de todas las deficiencias de una vieja parroquia con sus tradiciones rústicas. A pesar de la oposición de un grupo de mujeres descontentas pero piadosas, me las arreglé para desarrollar un trabajo espléndido donde todo encajaba bien, en lo posible, con las normas de la Biblia. Limpié la iglesia, retirando todos los ídolos. Mis predicaciones eran bíblicas. Mis programas diarios en la radio consistían en un sencillo comentario de la Palabra de Dios. Muchos himnos religiosos que cantábamos en los servicios eran canciones cristianas.

Además me ocurrió algo interesante, mi antiguo odio a los evangélicos se había convertido en temor. Quería hablar con un pastor, pero no tenía el valor de hacerlo. Estando en Guaratingueta decidí ir a San Pa­blo con la única intención de resolver esa situación. Al descender del colectivo en la estación, fui al correo para enviar un telegrama. En la calle del Correo había justo en ese momento un evangélico predicando. Al ver mi sotana, me desafió señalándome con el dedo y exponiéndome con sus duras palabras. Él no sabía lo que estaba ocurriendo en mi alma, y no podía adivinar el propósito de mi visita a Paulicea. Como resultado de este incidente, quedé más convencido todavía de que un pastor evangélico podría liberarme de todos mis problemas. Me volví inmediatamente a casa.

Un siervo de Dios me ayuda
En 1964 llegué cerca del fin. Ya no podía contener esa situación. En noviembre fui a Santos. Ya había trazado un plan. Vistiendo ropa civil, asistí al servicio del domingo de la Primera Iglesia Bautista y por increíble que parezca, el párrafo de la Biblia usado como base para el sermón fue justamente el capítulo once del Evangelio de Juan.

Al día siguiente pude acercarme al pastor Eliseu Ximenes. Este siervo de Dios me respondió de una manera tan amable que pronto me sentí cautivado y liberado de mi anterior prejuicio. Comenzamos a proyectar mi partida del catolicismo romano. Era apenas una partida formal, porque ya la venía realizando desde hacía mucho tiempo.

Fe en el Salvador suficiente
El 12 de mayo de 1965, con la especial protección de Dios, logré desenredarme totalmente de la iglesia romana. El 13 de junio fui bautizado en la Primera Iglesia Bautista de Santos, testificando públicamente del cumplimiento de mi fe en mi único y suficiente Salvador, Jesucristo.

Además de traerme a su Reino, Dios puso en mi corazón la tarea de predicar las Sagradas Escrituras, y dediqué íntegramente mi vida a este ministerio. Recientemente ha bendecido la obra de este humilde siervo suyo dándome la alegría de ver a cientos de almas venir al Señor Jesucristo.

En mis sermones insisto en el Plan de Dios para la salvación solo por medio de Jesucristo. Cada vez que predico puedo sentir una "comunión" más íntima con él.

Nunca antes había sentido tanto gozo espiritual como ahora. Tengo la paz total en mi corazón, porque tengo la certeza de mi salvación eterna. Mi alma ha sido purificada por la sangre redentora de Jesucristo, a quien sea la gloria por toda la eternidad.

Según el Papa sólo la Iglesia Católica puede interpretar las Escrituras

Durante su intervención en el Comité de la Biblia -desde el Vaticano-, que tuvo lugar el pasado viernes (12), el Papa Francisco, rechazó la interpretación subjetiva de la Biblia y dijo que sólo la Iglesia está autorizada para interpretar las Escrituras correctamente.
“El Consejo ha recordado con gran claridad: todo lo que se relaciona con la forma de interpretar las Escrituras que queda sometido al juicio de la Iglesia, que lleva a cabo su comisión y el ministerio divino de conservar e interpretar la palabra de Dios”, dice Francisco.
La posición del Papa evoca la “interpretación medieval”, que muchos papas aplicaron a las Escrituras como lo hizo en una ocasión Inocencio III quien escribió al patriarca griego de Constantinopla en estos términos: «Cristo ha dado el gobierno de todo el mundo a los papas» y, como evidencia conclusiva, añadió: «Pedro en cierta ocasión anduvo sobre las aguas las cuales representaban a las naciones y por lo tanto de ahí se colige que sus sucesores tenemos derecho a gobernar todo el mundo, lo cual incluye las sedes de los patriarcas griegos».
La “interpretación o exégesis medieval”, fue refutada por primera vez por el gran reformador protestante Martín Lutero quien dijo: “La Escritura es su propio intérprete, y no necesita de una autoridad superior a ella”.
Esta es una de las pocas veces que el Papa cita el Concilio Vaticano II (1962 – 1965) y la Constitución del “Dei Verbum” para hablar sobre el papel de la Iglesia.
“La Sagrada Tradición transmite la Palabra de Dios totalmente (….) Por lo tanto, la Iglesia recibe su certeza de todo lo revelado no sólo en las Sagradas Escrituras. Una como la otra debe ser aceptada y venerada con sentimientos similares de compasión y respeto”.
Esta es la tradición que afirma que la interpretación de la Biblia no debe hacerse sólo de manera intelectual, y debe ser enfrentada e insertada dentro de la tradición de la Iglesia Católica, según el Papa.
La posición medieval de Francisco, es posible que desagrade a los católicos contestatarios y protestantes que defienden el derecho a la libre interpretación de las Escrituras. Lo que el Papa no puede aceptar.
“La insuficiencia de cualquier interpretación sugestiva, o simplemente limitada a un análisis es incapaz de captar el sentido global que se ha construido hace siglos por la tradición de todo el pueblo de Dios”.

¿Es verdad que Cristo hace todo lo que dice María?


por Juan Valles | 

¿Nunca le han dicho que si le pide a la virgen puede obtener con más efectividad que si le pide a Cristo? Esto pudiera parecernos una locura teológica, pero es lo que se enseña en el catolicismo. La idea es que sólo la virgen, la madre del Señor puede apaciguar el ánimo del Salvador, por lo que ella puede mediar entre nosotros y Cristo. Se enseña desde el catolicismo que nadie desprecia una súplica de su madre, y mucho menos Jesucristo.

Para ello hay un pasaje bandera de la Escritura, desde donde basan esta doctrina. En el evangelio de Juan las bodas de Caná sirvieron para mostrar la primera señal milagrosa de Jesucristo. El pasaje dice:
"Al tercer día se hicieron unas bodas en Caná de Galilea; y estaba allí la madre de Jesús. Y fueron también invitados a las bodas Jesús y sus discípulos. Y faltando el vino, la madre de Jesús le dijo: No tienen vino. Jesús le dijo: ¿Qué tienes conmigo, mujer? Aún no ha venido mi hora. Su madre dijo a los que servían: Haced todo lo que os dijere. Y estaban allí seis tinajas de piedra para agua, conforme al rito de la purificación de los judíos, en cada una de las cuales cabían dos o tres cántaros. Jesús les dijo: Llenad estas tinajas de agua. Y las llenaron hasta arriba. Entonces les dijo: Sacad ahora, y llevadlo al maestresala. Y se lo llevaron. Cuando el maestresala probó el agua hecha vino, sin saber él de dónde era, aunque lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua, llamó al esposo, y le dijo: Todo hombre sirve primero el buen vino, y cuando ya han bebido mucho, entonces el inferior; mas tú has reservado el buen vino hasta ahora. Este principio de señales hizo Jesús en Caná de Galilea, y manifestó su gloria; y sus discípulos creyeron en él." (Juan 2:1-11, RV60).

Este pasaje es clave para el catolicismo, ya que este dogma tan importante depende de este fragmento de la Escritura, así como de un enorme apego sentimental hacia la virgen María. De tanto apego, es notorio que la iglesia católica se ha desviado de la objetividad de las Escrituras en pos de la subjetividad de la Tradición, basada en interpretaciones de hombres falibles.

Alfonso de Ligorio (quien fue canonizado como "santo" por el papa Gregorio XIV en 1839 y fue declarado "Doctor" de la Iglesia Católica por el papa Pío IX) en su libro Las Glorias de María, llega a decir frases tan encendidas como éstas:
«Hay cosas que se piden a Cristo y no se reciben, pero si se piden a María son otorgadas.» 

También llegó a decir:
«Si mi Redentor me rechaza, me arrojaré a los pies de María.» «¡Señora nuestra, en el Cielo no tenemos otro abogado que tú!»

En un libro de Francisco Lacueva (Curso de Formación Teológica Evangélica, tomo 8: Catolicismo Romano) se nos narra una leyenda que Ligorio cita, llamada las Florecillas de San Francisco, según la cual el hermano León vio una escala roja para subir al Cielo, con Cristo arriba, por la cual muchos frailes trepaban sin éxito. Vio entonces otraa escala blanca, con la Virgen arriba, por la cual se subía fácilmente, pues Marta conducía de la mano a sus devotos para que escalasen sin dificultad el Cielo. Esto da por sentado que el catolicismo prefiere ir a María que ir ante Jesús, sin importar que la Biblia otorgue la exclusividad de la mediación a Jesucristo.

¿Obedeció Jesús a María?

Pero un análisis del texto en cuestión nos puede dar otra enseñanza. El texto dice "Y faltando el vino, la madre de Jesús le dijo: No tienen vino. Jesús le dijo: ¿Qué tienes conmigo, mujer? Aún no ha venido mi hora."

Observe que María se da cuenta del problema que enfrentan los novios: se acabó el vino, y acude a Jesús. William Hendriksen agrega que "María no era, probablemente, una de las personas invitadas sino más bien una de las que ayudaban a servir en la boda. Esto podría explicar por qué sabía ella que se había acabado el vino." 

Así que María observó que se acabó el vino, y lo comunicó a Jesús. ¿De que forma lo comunicó? ¿Cree usted que le dio un mandato o le hizo una solicitud? Puede que a nuestros ojos la expresión "¿qué tienes conmigo, mujer?" suene muy descortés, pero es una forma común y familiar de hablar. Aquí lo importante es lo que quiere comunicar el Salvador, lo cual dista de la interpretación de otros. Básicamente Jesús pregunta a María qué vínculo tiene ella en su misión, "¿qué tienes conmigo...?", ¿por qué te entrometes...? ¿qué te importa a ti...? Luego viene la razón de Jesús de hablar a María: "Aún no ha venido mi hora". Aquí hay que considerar que Jesús hace un reclamo sobre su independencia, donde María no debe tener injerencia. Por supuesto, el católico no entenderá esta conclusión. Hendriksen comenta:
"Ella creía que era su deber indicarle a su hijo que tenía que hacer algo para remediar la escasez de vino. Jesús le contestó: “Mujer, ¿qué tienes tú que hacer conmigo? Aún no ha venido mi hora”. Jesús sabía que todas sus acciones habían sido predeterminadas en cuanto al momento exacto de su cumplimiento. María se dio cuenta de que aunque esta respuesta tenía la forma de una suave (incluso misericordiosa) reprensión, contenía, también, una promesa..."

De igual manera piensa James G. McCarthy en su libro El Evangelio según Roma, al decir
El Señor quería que María entendiera que en su misión divina Él no estaba sometido a sus solicitudes. Jesús había venido a hacer la voluntad de su Padre celestial, no de su madre terrenal. Habiendo aclarado esto, el Señor magnánimamente y con un mínimo de fanfarria, proveyó vino para los invitados.  

Raymond Edward Brow presenta un comentario que no podemos pasar por alto En su libro El Evangelio según Juan: I-XII sugiere que el
"¿Qué a ti y a mí?" parece significar "Esto no es asunto nuestro"; en consecuencia, algunos sugieren que Jesús trata de decir a María que aquello no le importa a él ni a ella. Sin embargo, el hecho de que se refiera luego a "mi hora" indicaría que niega únicamente que le importa a él.

El Comentario Bíblico Mundo Hispano, escrito por Rubén O. Zorzoli, destaca:
Quizá María pensaba que las relaciones íntimas de madre-a-hijo que había gozado con Jesús en el hogar en Nazaret todavía estaban en pie. Con esta pregunta, Jesús quería aclarar a su madre que, a partir de ese momento, y en el cumplimiento de su misión, tendría que obedecer la voluntad de su Padre celestial (ver Luc 2:49) por encima de la de su madre. Todavía no ha llegado mi hora daría la idea de que se negaba a "tomar cartas" en el asunto.

Nuevamente me permito un comentario de William Hendriksen:
Así pues, ella esperaba un milagro, porque sabía mejor que nadie quién era él realmente. Sin embargo, todavía no se daba cuenta que la relación de madre a hijo tenía que ser sustituida por la de creyente a Salvador. Ella creía que era su deber indicarle a su hijo que tenía que hacer algo para remediar la escasez de vino. Jesús le contestó: “Mujer, ¿qué tienes tú que hacer conmigo? Aún no ha venido mi hora”. Jesús sabía que todas sus acciones habían sido predeterminadas en cuanto al momento exacto de su cumplimiento. María se dio cuenta de que aunque esta respuesta tenía la forma de una suave (incluso misericordiosa) reprensión, contenía, también, una promesa, y por ello dijo a los sirvientes (διάκονοι: ayudantes; en sentido técnico, como en Fil. 1:1, adquirió el significado de diácono): “Haced todo lo que os dijere”, sugerencia que indudablemente era necesario hacer.

Finalmente, en Respuestas a Preguntas Que Hacen los Católicos, Tony Coffey añade:
Pero el análisis sencillo del acontecimiento y del contexto no apoya la afirmación católica. En la boda, María dijo a Jesús que el anfitrión se había quedado sin vino. ¿Le sorprendió esta información? ¿Le había dicho algo que Él no supiera? ¡No! Él es Dios el Hijo y lo sabe todo. ¿Por qué se lo dijo, pues? Ella sabía quién era Jesús y que podía satisfacer las necesidades del momento. Por lo tanto, María indicó a los siervos que hicieran todo lo que Jesús les ordenara...
No hay nada en esta historia que indique que es legítimo orar a María. Para llegar a esta conclusión tenemos que pasar por alto lo que dice este relato en realidad y tenemos que darle un significado diferente del que le quiere dar Juan cuando recoge este incidente.

Basta con estos comentarios para obtener luz sobre este pasaje. Y el católico debe preguntarse de la forma más racional posible si este pasaje de Juan puede gritar más fuerte que todo un coro de voces que a gritos nos dicen lo contrario desde las páginas de la Biblia. Esta es la mejor parte.


¿Qué dirá el católico de este pasaje...?
Hay un texto bien claro en la Biblia acerca de nuestro estudio, tan claro que no permite ambigüedades. ¿Es cierto que Jesús hace todo lo que dice María? ¿Qué dirá el católico cuando sepa que la Biblia muestra algo muy diferente a esto? Nuestro pasaje dice:

Mientras él aún hablaba a la gente, he aquí su madre y sus hermanos estaban afuera, y le querían hablar. Y le dijo uno: He aquí tu madre y tus hermanos están afuera, y te quieren hablar. Respondiendo él al que le decía esto, dijo: ¿Quién es mi madre, y quiénes son mis hermanos? Y extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo: He aquí mi madre y mis hermanos. Porque todo aquel que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ése es mi hermano, y hermana, y madre.

Este texto está en Mateo 12:46-50, aunque también podemos hallarlo en Lucas 8:19-21 o Marcos 3:31-35.  Este relato constituye un poderoso argumento apologético en contra del dogma católico. El pasaje es claro: María no tiene autoridad alguna sobre Jesucristo. El Señor no sólo se negó a recibir a su madre sino a también a sus hermanos. Y más allá de lo que un católico pueda pensar, no debemos pasar por alto que Jesús le da más importancia a los que tenía alrededor que a su propia familia, indicando que su verdadera familia no era su madre y hermanos terrenales, sino los que tenía alrededor: los que hacen la voluntad de su Padre que está en los cielos. 

Hendriksen escribe al respecto: "Fue hacia sus discípulos, el círculo más íntimo, que él extendió con amor la
mano. A ellos dio este título de honor: “mi madre y mis hermanos”; sí, y “mis hermanas” también..." Es tan crudo este momento que la familia de Jesús no se vuelve a mencionar en todo el evangelio de Mateo, con excepción de María, al final del mismo.

Pregunto: ¿podemos afirmar que Jesús hace siempre lo que dice su madre? Obviamente no. Entonces, si la Iglesia Católica dicen una cosa y la Biblia dice otra, ¿a quién obedecerá usted?


¿Se contradice la Biblia?

Decir que María doblega el brazo de Cristo por nosotros es contradecir la Escritura. Decir que es a María a quien debemos acudir en oración es admitir que la palabra de la Tradición puede más que la Palabra de Dios. A continuación presento algunos textos que están en clara oposición al dogma católico de confiar en María como nuestra mediadora.

La Biblia nos dice los requisitos que debe tener alguien para poder interceder por nosotros:
"Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros". (Romanos 8:34).

Obviamente María no cumple con este perfil, no puede interceder.


La Biblia no está de acuerdo con el catolicismo en que María sea nuestro abogado. Por algo establece:
"... si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo". (1Juan 2:1)

La Biblia refuta las ideas católicas de que María puede interceder por nosotros ante un Jesús enojado. No es cierto que el Salvador no se compadezca de nosotros, pues está Escrito
"Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro." (Heb 4:15,16).

Si usted cree que María le ayuda no obedece a la Biblia, pues dice la Escritura:
"He aquí, Dios es el que me ayuda". (Salmos 54:4). 

Y también dice:
"De manera que podemos decir confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré lo que me pueda hacer el hombre". (Hebreos 13:6)
Según la Biblia, ¿cuántos mediadores hay entre Dios y nosotros? Si María fuera mediador, la Biblia dijera que hay dos. Pero el catolicismo viola este principio incluyendo a María en esta fórmula. La Escritura establece:
"Porque hay un solo Dios, y también un solo mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús hombre" (1Timoteo 2:5)
Por último, ¿se recuerda que en Juan 2:5 María le dijo a los que servían "Haced todo lo que os dijere"? Siguiendo esta maravillosa recomendación de María no podemos sino obedecer. La Biblia establece:
"Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar." (Mateo 11:28)
Entonces, ?qué más prueba quiere de que no es a María sino a Cristo a quien debemos ir? ¿No le parece que es irracional y anti-bíblico el dogma católico al respecto? A continuación una historia que no debe pasar por alto.


El Testimonio de Charles Chiniquy

Charles Chiniquy fue un sacerdote jesuita por veinticinco años que terminó volviéndose protestante debido a una crisis de conciencia que le produjo la lectura de la Biblia. Como admitiera más tarde en su libro 50 Años en la Iglesia de Roma, su gran ambición era convertir a los protestantes hacia el catolicismo, el cual consideraba que era el único medio para alcanzar salvación. Pero luego se dio cuenta que la Iglesia católica no era la Iglesia de Cristo, diciendo textualmente  "Esa triste verdad no me había sido revelada por ningún protestante ni ningún otro enemigo de la Iglesia. Me lo dijo uno de sus más instruidos y devotos obispos!" . Así Charles Chiniquy nos relata lo que encontró una noche leyendo las Escrituras:
"Antes de dormir, tomé mi Biblia como siempre y me arrodille delante de Dios. Leí el capítulo doce de Mateo con un corazón devoto y un sincero deseo de entender. Extrañamente cuando llegué al versículo cuarenta y seis sentí una admiración misteriosa como si hubiera entrado por primera vez en una tierra muy nueva y santa.

Aunque había leido ese versículo y los que siguen muchas veces, llegaron a mi mente con una frescura como si nunca los hubiera leido antes. Lentamente y con intensa atención, contemplé la llegada de María a la casa para encontrarse con su divino hijo que había estado tanto tiempo ausente de ella. ¡Mi corazón palpita ba de gozo ante el privilegio de presenciar esa entrevista y oir las respetuosas palabras que Jesús dirigía a su madre! 
Con mi corazón y alma estremecidos con estos sentimientos, leí atentamente: "Mientras él aún hablaba a la gente, he aquí su madre y sus hermanos estaban afuera, y le querían hablar. Y le dijo uno: He aquí tu madre y tus hermanos están afuera, y te quieren hablar. Respondiendo él al que le decía esto, dijo: ¿Quién es mi madre, y quiénes son mis hermanos? Y extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo: He aquí mi madre y mis hermanos. Porque todo aquel que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ése es mi hermano, y hermana, y madre." (Mt. 12:46-50).  
Apenas terminé de leer el último versículo cuando grandes gotas de sudor empezaron a fluir por mi rostro, mi corazón latía con tremenda velocidad y casi me desmayé. Me senté en mi sillón esperando en cualquier momento caer al suelo. Sólo los que han oído el ruido tronante de las cataratas de Niágara y han sentido el temblor de las rocas debajo de sus pies tienen idea de lo que sentí en esa hora de agonía. Mi conciencia retumbaba como la voz de mil Niágaras diciéndome: -Predicaste una mentira sacrílega esta mañana cuando dijiste a tu congregación ignorante y engañada que Jesús siempre le concede las peticiones de su madre, María. ¿No te da vergüenza engañarte a ti mismo y a tus pobres compatriotas con semejantes falsedades absurdas?  
-Leelo nuevamente y comprende que lejos de concederle todas sus peticiones a María, Jesús siempre, excepto como niño, ha dicho no a sus peticiones. Cuando ella le pedía algo en público él siempre la reprendía... 
Me sentí tan confundido por la voz que me conmovía hasta los huesos que pensé por un momento que estaba poseído por un demonio... 
-No es la voz de Satanás la que oyes. Soy Yo, tu Salvador y tu Dios el que hablo. Lee cómo Marcos, Lucas y Juanb te dicen cómo yo recibía sus peticiones desde el día que comencé a trabajar y hablar públicamente como el Hijo de Dios y el Salvador del mundo...
¿Qué podía responder? Temblando de cabeza a pies, caí de rodillas clamando a la VIrgen María que acudiera a mi auxilio y le pedí que no sucumbiera ante esta tentación y perdiera mi fe y confianza en ella. Pero entre más oraba, más fuerte la voz parecía decirme: -¿Cómo te atreves a predicar semejante mentira cuando nosotros te decimos lo contrario por orden de Dios mismo!
En vano lloraba, oraba, clamaba y luchaba desde las diez de la noche hasta las tres de la mañana. De repente, el milagro de cambiar el agua en vino que Cristo hizo a petición de su madre vino a mi mente.
Yo siempre aceptaba ese texto como prueba de que el primerísimo milagro de Jesucristo fue hecho a petición de su madre. Yo estaba preparándome para responder a los tres testigos: -Aquí está la prueba de mi confianza en la intercesión de María; aquí está la evidencia innegable que Jesús no puede rehusar cosa alguna que su madre pida! 
Armado con estas explicaciones de la Iglesia, estaba punto de confrontar lo que San Mateo, San Marcos y San Lucas me decían cuando de repente, vino a mi mente un pensamiento angustioso como si los tres testigos me dijeran: ¿Cómo puedes estar tan ciego como para no ver que en lugar de ser un favor concedido a María, este primer milagro es la primera oportunidad escogida por Cristo para protestar en contra de la intercesión de ella! Es una advertencia solemne a María a nunca interponerse ante las necesidades de otros y para nosotros a nunca confiar en su intervención.
Aquí, María evidentemente llena de compasión por esa pobre gente que no tenía los medios para proveer el vino para los invitados que habían venido con Jesús, quiere que su hijo les dé lo que hacía falta. ¿Cómo responde Cristo a su petición? El responde con una reprensión... En lugar de decir Sí, Madre, haré lo que deseas; él dice: ¡Mujer! ¿Qué tienes conmigo? Esto claramente significa: Mujer, no tienes nada que ver en este asunto. No quiero que te interpongas entre las necesidades de la humanidad y yo. 

Todo lo anterior sirve para concluir que sólo la Biblia es nuestra regla a seguir, no lo que diga el hombre. Una vez más ha quedado demostrado que puede presentarse un conflicto entre la Biblia y el catolicismo, y tomar partido a favor del catolicismo no es un muy inteligente que digamos: no es bueno llevarle la contraria a Dios. Tenga bien claro esto: no es a María, es a Cristo a quien vamos a ir. Si Cristo quisiera que pidiéramos a María lo habría dicho en Juan 14:14. Cristo no nos enseñó el rosario sino el padrenuestro.

Bendiciones.
Juan Valles.

Respuesta bíblica a Frank Morera sobre la Virgen María.



por Juan Valles | 


Revisando en internet conseguí un sitio de apologética católica, y me llamó la atención un artículo escrito por Frank Morera titulado "Apologética sobre la Virgen María". Pude notar el deseo del autor de dejar una respuesta a su favor, aunque lamentablemente al no tener pruebas escriturales sólidas tuvo que inventar algunas y tergiversar otras. Lo más lamentable del asunto es que los que desconocen el tema y no tienen intimidad con Dios ni su Palabra, caen el error de creer lo que ahí expone Morera. Así, me tomé la libertad de copiar el artículo de Frank Morera e ir respondiendo una a una sus argumentaciones.

¿POR QUÉ MARÍA ES CENTRO DE ATAQUE HOY EN DÍA?

Desde el Génesis fue profetizada la “Enemistad entre la Mujer y el demonio” (Gen. 12, 13-18). También está escrito que el demonio hará la guerra a los hijos de la Mujer. Esta es la razón por la cual María es centro de división entre los cristianos y no de unión.

Falso. Para empezar María no es centro de ataques. Un verdadero cristiano le da valor y reconocimiento a María, pero también sabe que no debe exagerar ni mentir con respecto a ello. Los cristianos no atacamos a María, pero sí atacamos a las mentiras que se ha dicho sobre ella. Decir que María es centro de ataque" es tergiversar y manipular. Es notable que Frank Morera con este título acuse a otros de hacer lo que él mismo hace: mentir sobre María.

¿POR QUÉ LA IGLESIA ES LA GRAN DEFENSORA DE MARÍA?

Porque María es nuestra Madre ya que la recibimos de Jesús en la Cruz, (Jn. 19, 25-28). Juan representa a toda la Iglesia, además, la gran promesa en Gn. 3, 15 dice que quienes podrían vencer a la descendencia de la serpiente, serían los hijos o descendencia de la Mujer. Nosotros somos la descendencia de la Mujer, esta Mujer es la Virgen María. Si el pueblo de Israel, son los hijos en la Fe de Abraham, nosotros somos los hijos en la Fe de María, la primera que acepto a Cristo como Señor y Salvador, la primera que recibió la unción del Espíritu Santo (Lc. 1).

Es falso que María sea nuestra Madre (y a este tipo de mentiras es que nos referimos en el punto anterior). Ni Juan representa a la Iglesia (para inferir que al recibirla Juan la hemos recibido todos), ni María es Madre de todos por haberla recibido Juan. Aquí Morera hace un errado análisis acerca deGénesis 3:15, pues no son "los hijos" de la mujer los que derrotarán a la Serpiente. También es falso que la iglesia sea hija de la fe en María, lo cual es netamente antibíblico. Es incongruente que Morera quiera justificar bíblicamente algunas cosas sin recurrir a la Biblia.

¿POR QUÉ LA IGLESIA LLAMA A MARÍA MADRE DE DIOS?

En el evangelio de San Lucas 1, 39-45, Isabel, llena del Espíritu Santo dijo, “Que favor que la Madre de mi Señor venga a mí”. La palabra griega para definir Señor que utiliza Isabel es “Kurios” que es la misma que se utiliza en la versión griega del Antiguo Testamento para traducir “Adonai”. Cuando una persona habla bajo la unción del Espíritu Santo es Él quien habla, luego fue el mismo Espíritu Santo quien llama a María, Madre de Dios.

Hay dos cosas a decir a este respecto: es cierto que la Biblia dice que María es madre del Señor, pero no hay que leer superficialmente las cosas sino entender, mediante el contexto general el porqué las dice. Uno: cada persona que lee este pasaje debe entender que el protagonista de esto no es ni María ni Elizabeth, sino el Señor. Y cuando se lee el contexto es cuando se entiende que María ni Elizabeth ni ningún otro ser humano son nada comparadas al Dios que está en el vientre de María. Y dos: María es madre no del Eterno Logos, sino de ese Logos encarnado, es decir: Jesús tiene dos naturalezas (véase Efesios 2:5-6 ó Juan 1:1,14), la humana y la divina. María no puede ser madre de la naturaleza divina, y eso lo sabemos todos. Defendemos que María sea la madre del Señor por ser la madre de su naturaleza humana, aclarando las cosas para no cometer error. Por cierto, no para minimizar sino para dejar una interrogante en el aire: ¿sabías que Jesús nunca le dijo "Madre" a María? Intente averiguar el motivo...

¿TUVO MARIA MÁS HIJOS?

En el evangelio de San Marcos, se mencionan cuatro hermanos de Jesús, Santiago, José, Juda y Simón los cuales nunca son llamados hijos de María. La palabra hebrea “Aha” se utiliza como hermano, tío, primo, pariente; por ejemplo en Génesis 13, 8 se menciona a Lot como “hermano, Aha” de Abraham, sin embargo son tío y sobrino (Gen 12, 5). En el mismo evangelio de Marcos 15, 40 se nombran a José y Santiago como “hijos” de María; en Juan 19, 25 se aclara que esta María era hermana (Aha) de la Madre de Jesús. En Hechos 1, 13 se mencionan a Simón y Judas como seguidores del Maestro.

Para comprender mejor de lo que habla Morera es preciso citar aquí el texto de Marcos 6:3 donde se menciona esto, el cual dice: "¿No es éste el carpintero, hijo de María, hermano de Jacobo, de José, de Judas y de Simón? ¿No están también aquí con nosotros sus hermanas? Y se escandalizaban de él"

Aquí Morera, al decir que "los cuales nunca son llamados hijos de María", crea un argumento en base al silencio. Es como decir que Pedro no tuvo suegro porque la Biblia no lo dice. La Biblia debe interpretarse en base a lo que dice. Ahora, haciendo un análisis del porqué no dice lo que Morera quisiera que dijera, es notorio que el relato tiene razón para no decirlo, pues el protagonista no son ni María ni los hermanos de Jesús, sino Jesús. Recordemos que es Jesús quien luego de un año de éxito predicando y revelándose como el Hijo Unigénito de Dios, vuelve a Nazaret, y como es de esperar, hablarán es de Jesús, hijo y hermano de tal persona. Si leyéramos los dos textos sabríamos que el Jesús de Mateo, hijo del carpintero es hijo de María y hermano de Jacobo, José, Simón, Judas y algunas hermanas (ver Mateo 13:53-56 donde Jesús vuelve a Nazaret a predicar y la gente se queda asombrada de él). Y es el mismo Jesús del que habla Marcos en 6:3. La misma familiaridad que se usa para decir que Jesús es hijo de José y María es la que se usa para decir que es hermano de Jacobo, de José, de Judas y de Simón. 

Luego de responder a Morera en el párrafo anterior, es necesario refutar lo que considero una mentira absolutamente intencional hablando del término hebreo "aha". ¿Para qué habla de una palabra hebrea cuando los evangelios fueron escritos en griego? Por ejemplo, cuando vamos a Marcos 6:3 se usa la palabra griega "adelfos", que primariamente significa parientes hijos del mismo padre o madre, es decir, hermanos. ¿Donde se usa? Pues es necesario que Morera se entere de que se usa en Mateo 1:214:3. Es cierto que también puede usarse como "hermanos en la fe", tal como en Hechos 2:37, pero el contexto de Marcos 6:3 elimina esa posibilidad, pues estamos hablando de personas que no andaban con Jesús, que vivían con María, y que se escandalizaban de él por su conducta de predicador. Así que ni primos ni hermanos en la fe: eran hermanos hijos de María, aunque con José. Para ver con más detalle oprima aquí.


¿QUÉ RELACION TUVO JOSÉ CON MARÍA?

La relación de José con la Virgen María fue la de proveer legalidad y sostén al Redentor. En Mateo 2, 3 el Ángel le dice a José, “Toma al Niño y a su Madre”. La forma hebrea para referirse a la mujer de José, es la Madre de Jesús. San Mateo 1, 18 dice “No la conoció hasta que parió a su hijo primogénito”. Él “hasta”, indica anterioridad, no condiciona lo que ocurrió después. En Segunda de Samuel 6, 23 dice “Micol hija de Saúl, no tuvo más hijos hasta, que murió”. ¿Tuvo hijos después de muerta?

Falso. Está claro el sentido del texto: no se comportaron como marido y mujer "hasta" [observe el límite] que nació Jesús, lo cual nos da toda la garantía para creer que de ahí en adelante sí tuvieron relaciones sexuales. En la versión Reina Valera se añade un término muy importante: "Pero no la conoció hasta que dio a luz a su hijo primogénito, y le puso por nombre Jesús." [cursivas añadidas]. Cabe destacar que si Jesús hubiera sido hijo único de María, el término "primogénito" estaría de más, no se habría escrito siquiera. Recordemos que esta palabra habla de que es el primero entre varios, y Mateo como escritor inspirado la insertó allí.

Y Morera cita un ejemplo del AT. ¿Por qué no cita a Mateo, quien fue el escritor del pasaje? Por ejemplo, en Mateo 5:26 dice "Te aseguro que no saldrás de allí hasta que pagues el último centavo." Ahí el "hasta" es un límite que cambia lo que ocurre después. Se trata del griego "jeós" y es una preposición de continuación de tiempo y lugar. Puede sustituirse por "entre tanto". Otro detalle muy particular: el hecho de que la Biblia diga que Jesús es el primogénito de María, indica la posibilidad de otros hijos. Para mayor información oprima aquí.

¿POR QUÉ LA IGLESIA DICE QUE MARÍA NO TUVO PECADO?

Jesús estuvo bajo la Ley. En la ley, el pecado lo transfería la madre (Salmo 51, 7). Jesús NO puede tener pecado por lo tanto, por el poder de Dios, María fue preservada del pecado. En tanto a su maternidad, la palabra griega que se traduce llena de gracia es: Kecharito, la cual quiere decir que fue, que es y que será llena de gracia. La gracia es la ausencia del pecado. María se proclama en el Magnificat “Me alegro en el Dios que me salva” faltan 33 años para el calvario y la Salvación y ya María se proclama en presente Salvada.

El salmo 51:7 dice "Purifícame con hisopo, y seré limpio; Lávame, y seré más blanco que la nieve." No tiene nada que ver con lo que trata de decir Morera. Creo que puede tratarse del verso 5, que dice "He aquí, en maldad he sido formado, Y en pecado me concibió mi madre." En caso de tratarse de este verso, debemos saber que no dice, en lo absoluto, que el pecado se transfiera por vía materna, lo que denuncio como una mentira. El pecado se transmite por vía del hombre, es decir del padre, y por eso la Biblia lo dice claramente que "Así como todos mueren porque todos pertenecemos a Adán, todos los que pertenecen a Cristo recibirán vida nueva" (1Corintios 15:22). De este modo, al venir María por transmisión de un hombre (como todos los demás) es pecadora, partícipe de Adán, pero Cristo no viene de esta forma porque el Padre que le engendra es directamente Dios. San Anselmo declara: «Si bien la concepción de Cristo ha sido inmaculada, no obstante, la misma Virgen de la cual nació, ha sido concebida en la iniquidad, y nació con el pecado original; porque ella pecó en Adán, así como por él todos pecaron.» Señor Frank Morera usted miente descaradamente.

¿POR QUÉ LA IGLESIA DICE QUE MARÍA FUE LLEVADA AL CIELO EN CUERPO Y ALMA?

Esto no está en la Biblia. La Asunción de María no esta bíblicamente expresada, pero está en la tradición de la Iglesia. Muchas personas se preguntan, ¿por qué no está en la Biblia? Podríamos, responderles, tampoco Martín Lutero está y sabemos que existió.
Estos fueron hechos que sucedieron después de terminados los libros que componen los Evangelios, sin embargo aunque no está en la Biblia, ésta no la contradice, pues antes de María, Henoc en Gen 5, 24 y Elías en II de Reyes 2, 11 fueron llevados en cuerpo y alma al cielo.

Entiendo que la iglesia católica diga que María fue llevada al cielo en cuerpo y alma, del mismo modo que entiendo que el islam diga que Mahoma es superior a Jesús. El hecho de que el catolicismo enseñe algo no necesariamente tiene que ser verdad. Pero lo más ridículo es el argumento de Morera, comparando a Lutero con María como quien suma peras con manzanas. Siguiéndole el juego a Morera el hecho de que Lutero no esté en la Biblia al menos está soportado históricamente su existencia y vida, pero la ascensión corporal de María no está documentado históricicamente, sino por el contrario está negada por cristianos primitivos. Morera debería hacer caso a lo que dice Agustín: «María murió por causa del pecado original, transmitido desde Adán a todos sus descendientes.». Esto lo dice Agustín porque es indudable que la enseñanza de la asunción de María es mentira. 

¿POR QUÉ LA IGLESIA LLAMA A MARÍA REINA?

Dice la Palabra “El que se humilla será ensalzado”. María se humilla a esclava (Lc 1, 38) y Jesús la ensalza a lo opuesto que es, Reina, ¿lógico verdad?. Además en I Reyes 2, 19 dice que en el Reino de David la madre del Rey se sienta a la derecha del Rey. Jesús es Rey (Jn 18, 37) es heredero del reino de David (Lc 1, 32) por lo tanto el lugar de María es un trono a la derecha de su Hijo que es Rey.

Cierto, la Biblia dice que el se humilla será ensalzado, pero no es la iglesia católica ni ningún papa el encargado de dar cumplimiento a este trato de Dios, sino Dios mismo (ver contexto de Lucas 18:9-14). Lo más interesante de esto es que Morera afirma que Jesús ensalza a María porque es lo más lógico (como si la Biblia dependiera de la lógica nuestra). A esto es más lógico preguntar ¿dónde dice que Jesús la ensalza? Es común ver que en la Biblia esto ocurre es con Cristo, pues luego de decir que Jesús se humilló hasta lo sumo, Pablo escribe: "Por eso Dios le dio el más alto honor y el más excelente de todos los nombres, para que, ante ese nombre concedido a Jesús, doblen todos las rodillas en el cielo, en la tierra y debajo de la tierra, y todos reconozcan que Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre" (Filipenses 2:9-11). Si la Biblia tiene que decir esto de Jesús (que es Dios), ¡cuánto más tendría que decirlo de María! Por estas cosas el señor Frank Morera debe admitir que lo que afirma es sacado de la imaginación, y aun con la más linda de las intenciones está engañando descaradamente. Por cierto, tanto Morera como cualquier otro católico debe saber que la reina de la que habla la Biblia es un ser demoníaco: "Los hijos recogen la leña, los padres encienden el fuego y las mujeres preparan la masa para hacer tortas y ofrecerlas a la diosa que llaman Reina del Cielo. Me ofenden, además, ofreciendo vino a dioses extraños." (Jeremías 7:18).

¿POR QUÉ LOS CATÓLICOS LE ORAN A MARIA?

En Juan 2, 1-12 María demostró hasta la saciedad su poder de intercesión.
“Pero es que hay un solo intercesor y es Cristo”.
Cierto, ante el Padre solo existe un sólo intercesor que es Jesús, pero ante Jesús, María intercede por nosotros. Al igual que un pastor evangélico ora por un enfermo ante Jesús, de la misma manera María ora por nosotros.

No, María no demostró "hasta la saciedad" su poder de intercesión. Señor Frank Morera, es necesario que usted sepa que si va a citar la Biblia debe citarla completa, debe adoptarla toda y no lo que usted crea que le conviene. Hay un mediador y es Cristo, y es falso que necesitemos un mediador entre el hombre y Cristo, pues la Biblia dice con claridad absoluta: "Porque hay un solo Diosy también un solo mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús hombre." (1Timoteo 2:5). No hay que ser muy inteligente para saber que los extremos que se deben unir es a la humanidad con Dios, y el único puente es Jesús. No necesitamos un puente adicional para ir ante Jesús porque al ser humano, ya ese puente llega desde nosotros al Padre. Por eso es que es sólo Jesús el camino (Juan 14:6), nadie más.

También, para que María media entre nosotros y el Jesús o el Padre, debe necesariamente abogar por nosotros, pero la Biblia nos dice que el abogado es Cristo, si desea leerlo puede buscar en 1Juan 2:1. Es otro punto donde Frank Morera ha mentido.

“PERO MARÍA ESTÁ MUERTA”

Falso, Lucas 20, 38 dice”: Que Dios no es Dios de muertos sino de vivos, porque para El todos viven”. Además Apocalipsis 6, 9-10 y 8, 3 nos muestra a las almas clamando a DIOS aun después de abandonar este mundo.

Cierto. Personalmente creo que las personas continuan viviendo tras la muerte. ¿Y? El hecho de que María esté viva no quiere decir que pueda hacer algo por nosotros. Dios establece en la Biblia que: "En verdad, su amor, su odio y su celo ya han perecido, y nunca más tendrán parte en todo lo que se hace bajo el sol" (Eclesiastes 9:6). De esta manera, Dios pone límite a la actividad en las cosas de este mundo para los que han partido a la eternidad. Otra mentira refutada a Morera.

LOS CATÓLICOS ADORAN A MARÍA

No, la Iglesia no se cansa de proclamar que nosotros honramos a María como lo hacia Jesús y la proclamamos bendita, cumpliendo la profecía bíblica (Lc 1, 48) pero la adoración es única y propia de Dios y María es criatura.

En este punto concidiré con Morera siempre y cuando lo que dice sea verdad, es decir, que no adoren a María. Puede que él no lo haga, a modo personal, por conocer en este punto la diferencia entre Dios y el hombre. 

¿POR QUE REZAN EL ROSARIO SI NO ESTÁ EN LA BIBLIA?

No hay oración más Bíblica que el rosario. Todos los misterios están en la Biblia. El Padre Nuestro, también esta en la Biblia así como la primera parte del Ave María. El Rosario es una oración más Bíblica que muchas que se hacen en algunas iglesias. En cuanto a la repetición, dice Marcos 14, 39 que Jesús repetía muchas veces la misma oración, el rosario es una meditación en una oración.

Este punto lo responderé citando Marcos 14:39 para que lector compare lo que dice la Biblia con lo que dice Morera, y observe por sí mismo la mentira: "Se fue otra vez y oró, diciendo las mismas palabras".

¿Leyó bien? Jesús estaba en Getsemaní a punto de ser arrestado. Oró algo bien específico sobre lo que vendría, hizo una pausa y luego fue y volvió a orar con las mismas palabras, acerca del momento histórico que vendría. Luego fue arrestado. Pero Morera afirma tajante y falsamente que Jesús repetía "muchas veces" la misma oración. Ni repetía muchas veces (porque no era su costumbre) ni tampoco lo enseñó. Lo que sí enseñó y dejó bien establecido fue "Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos" (Mateo 6:7). Por consiguiente, Jesús no diría que usemos "vanas repeticiones" si él mismo no daría el ejemplo, ¿no le parece?

El punto más crítico es que se hace una oración a alguien que no es Dios. Morera dice que no adoran a la virgen porque no es Dios, ¿pero sí le oran? La lógica nos dice que si puede escuchar y recibir nuestras oraciones es porque puede ser omnipresente para escucharlas y omnipotente para atenderlas. El señor Frank Morera no comprende la realidad de lo que afirma.


ALGUNAS PERSONAS DICEN QUE LAS APARICIONES DE MARÍA SON COSAS DEL DEMONIO

Falso. María según Apocalipsis 12, tiene la misión de anunciar la segunda venida de Cristo. En las apariciones, María, no trae al mundo mensajes propios, trae un mensaje Evangélico de conversión, arrepentimiento y retorno a las Escrituras. El demonio no puede predicar conversión a Jesús. Y los frutos de Paz, conversión y alegría que se ven en las personas que asisten a estos eventos no pueden venir del maligno. Dice la Escritura que atribuir al demonio las obras de Dios es pecado contra el Espíritu Santo y éste no es perdonado (Mateo 12, 22-32).

Hermanos, dice Timoteo 2, 23-24 que la Biblia es para edificación no para discusión. Ama a María y Ella te llevara al JESUS que tanto buscas, pues ella lo conoce muy bien, lo llevó en su vientre por nueve meses, lo alimentó, cuidó y guió por 30 años. Nadie lo conoce como Ella. Nadie le da Gloria a Dios quitándole Honra a María, pues la Honra de María es la gloria de Dios.

En totalmente falso que María aparezca en Apocalipsis 12 para anunciar la segunda venida de Cristo. Y también es falso que María no traiga mensajes propios. Son mensajes de idolatría y antibíblicos. Todo mensaje que se diga en nombre de Dios debe compararse a la Biblia, probarse con la Biblia que es la regla de fe. La Biblia dice "Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo" (1Juan 4:1). ¿Será que Morera no sabe de las apariciones de María? Por ejemplo en Holanda, en noviembre de 1950, María dijo en una aparición que estaba sobre el globo de la tierra, y quería ser llamada la Reina de todos los pueblos. Aquí sin ningún tapujo María quiere ocupar el lugar de Dios sobre el globo de la tierra, e igualarse cuando dice que quiere ser la reina. En otros, María exige que se le pida y ore, totalmente contrario al mensaje de la Biblia.

Habría sido notable que Morera dijera, como finalmente dijo, que la Biblia debe usarse para edificación personal y no para discusión. Pero no lo dijo luego de decir la verdad. Quizá fue sincero, pero la sola sinceridad no cuenta si no se dice la verdad.