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TORTURADO POR JESUCRISTO EN EL COMUNISMO DE LA EUROPA DEL ESTE (Primera Parte)


TORTURADO POR JESUCRISTO EN EL COMUNISMO DE LA EUROPA DEL ESTE.

En reconocimiento a todos los cristianos que dan su vida por Cristo y cuyo ejemplo nos estimula a seguir adelante, y la de tantos mártires que murieron por Cristo, por todos nosotros.
    "que todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, ... y que los has amado a ellos como me has amado a mí... que el amor con que tú me has amado esté en ellos y yo en ellos."

El Rev. Richard Wurmbrand (†17 de Febrero de 2001 a los 92 años) es una pastor evangélico que pasó catorce años en cárceles comunistas en Rumanía, su patria. Es uno de sus más renombrados dirigentes cristianos, autores y educadores. Pocos nombres son tan conocidos en su país.
     En 1945, cuando los comunistas ocuparon Rumanía, e intentaron controlar a las iglesias para sus propios fines, Richard Wurmbrand comenzó de inmediato un efectivo y vigoroso “ministerio subterráneo” entre sus compatriotas esclavizados y los soldados invasores rusos. Finalmente fue arrestado en 1948, en compañía de su esposa Sabina (†11 agosto de 2000). Ella fue condenada a tres años de trabajos forzados. Richard Wurmbrand pasó tres años de confinamiento solitario, sin ver a nadie, con excepción de sus guardias comunistas. Después de tres años fue transferido a una celda común por cinco años más, donde continuaron sus torturas.
     Debido a su prestigio internacional como líder cristiano, algunos diplomáticos de las embajadas de los países occidentales comenzaron a interesarse por su seguridad. Se les informó que había huido de Rumanía. Por otro lado policías secretos, haciéndose pasar por ex-compañeros de cárcel, contaron a su esposa cómo habían presenciado su entierro en el cementerio de la cárcel. Tanto a su familia en Rumanía como a sus amigos en el exterior se les aconsejó que era mejor olvidarlo, ya que estaba muerto.
     Después de ocho años fue puesto en libertad e inmediatamente reanudó su labor en la Iglesia Subterránea. Dos años más tarde, en 1959, fue vuelto a arrestar y sentenciado a veinticinco años de cárcel.
     El Sr. Wurmbrand fue puesto en libertad otra vez en una amnistía general en 1964, y continuó su ministerio subterráneo. Conscientes del peligro que significaba para él un tercer arresto, los cristianos de Noruega negociaron su salida de Rumanía con las autoridades comunistas. El gobierno comunista había comenzado a “vender” a sus presos políticos. El precio habitual de rescate por un preso era de 2.000 dólares; pero por él pidieron 10.000 dólares.
     En mayo de 1966, mientras prestaba declaraciones ante el Sub-Comité de Seguridad Interior del Senado norteamericano en Washington, se desnudó hasta la cintura para que pudieran ver las dieciocho profundas cicatrices que le habían dejado las atroces torturas a que fue sometido durante su encarcelamiento. Los periódicos norteamericanos, europeos y de Asia contaron al mundo su dramática historia. En el mes de septiembre de ese mismo año se le advirtió que el régimen comunista de Rumanía había dispuesto su asesinato. Mas, ni siquiera aquellas amenazas de muerte pudieron silenciar su voz. Ha sido llamado “La Voz de la Iglesia Subterránea”. Líderes cristianos lo han llamado “un mártir viviente” y “el Pablo de la Cortina de Hierro”.
La Iglesia Mártir de Hoy
TORTURADO POR CRISTO
Richard Wurmbrand

Un ateo encuentra a Dios

     Fui criado en una familia donde ninguna religión era reconocida. Por lo tanto, en mi niñez no tuve ninguna instrucción religiosa. A los catorce años era ya un convencido y empedernido ateo. Era el lógico resultado de mi amarga niñez. Quedé huérfano a muy temprana edad y conocí la pobreza en aquellos difíciles años de la Primera Guerra Mundial. De allí que, a mis catorce años, fuera un ateo tan convencido como lo son hoy los comunistas. Había leído libros sobre ateísmo y ello no significaba meramente que no creyese en Dios o en Cristo.... odiaba esos conceptos por considerarlos perjudiciales a la mente humana. Y así crecí, sintiendo amargura y resentimiento hacia la religión.
     Pero, como llegué a entender, más tarde, había sido elegido por la gracia de Dios, por razones que no alcanzaba a comprender. Esas razones no tenían nada que ver con mi carácter, pues éste era muy malo.
     Aún cuando me consideraba un ateo, algo incomprensible dentro de mí me atraía hacia las iglesias. Me resultaba difícil pasar frente a una iglesia sin sentir necesidad de entrar. No obstante, nunca podía entender lo que sucedía dentro de esos lugares. Escuchaba los sermones, pero éstos no apelaban a mi corazón, y no me sentía ni afectado ni conmovido por ellos. Tenía la absoluta seguridad de que Dios no existía. Aborrecía el concepto errado que tenía de Dios como un amo al que había que obedecer. Sin embargo, mucho me habría agradado saber que en algún lugar en el centro de este universo existiera un corazón de amor. Había conocido tan pocos de los goces de la niñez y la juventud, que anhelaba encontrar en alguna parte una corazón que estuviera latiendo de amor por mí también.
     Sabía que Dios no existía, pero me lamentaba que no existiera tal Dios de amor. En cierta oportunidad, movido por este conflicto espiritual interior, entré en una Iglesia Católica. Observé a la gente arrodillada, y me di cuenta que estaban murmurando algo. Rezaban una plegaria a la Santa Virgen:
     “Ave María, llena eres de Gracia”. Repetí esas palabras una y otra vez, mirando a la imagen de la Virgen María, pero no sucedió nada lo que me causó gran pesar.
     Un día, a pesar de ser un ateo convencido, oré a Dios. Más o menos mi oración fue así:
     “Dios, tengo el convencimiento absoluto que Tú no existes, pero por si acaso existieras, cosa que dudo, no es mi deber creer en Ti, pero sí es Tu obligación revelarte a mí”. Sí, yo era ateo, pero eso no traía paz a mi corazón.
     Durante este período de conflicto interior, como lo vine a descubrir más tarde en un pueblito situado en las montañas de Rumanía, un carpintero anciano oraba de esta manera:
     “Mi Dios, te he servido aquí en la tierra y te pido que me des una recompensa tanto aquí como en el Cielo. La recompensa que quiero es que no muera sin antes haber traído a Ti a un judío, puesto que Jesús era judío. Pero soy pobre y estoy viejo y enfermo, no puedo salir de aquí en busca de uno de ellos, y bien sabes que en este pueblo no vive ninguno. Trae, Señor, un judío hasta acá, y haré todo lo que esté en mí para llevarlo a Cristo”.
     Algo irresistible me atrajo a ese pueblo. Yo no tenía nada que hacer allí. Existen doce mil pueblos semejantes en Rumanía. Sin embargo, yo viajé a ese pueblo. Viendo el carpintero que yo era judío, me llenó de atenciones como nunca una hermosa muchacha se vio atendida. En mí había visto la respuesta a su oración, y me obsequió una Biblia. Yo había leído muchas veces la Biblia, pero sólo por interés cultural. En cambio, la Biblia que me obsequiara aquel anciano me dio la impresión de ser totalmente diferente. Esta parecía no estar escrita simplemente con letras, sino con las llamas de amor de sus ardientes oraciones. Según me confesó más tarde, él y su esposa habían pasado horas enteras orando por mi conversión y la de mi mujer. Me resultaba difícil leerla, pues sólo atinaba a llorar cuando comparaba mi vida con la vida de Jesús; mis impurezas con su pureza; mi odio con su amor. Mas a pesar de eso me aceptó como uno de los suyos.
     Al poco tiempo se convirtió mi esposa. Ella atrajo a otras almas a Cristo, las que a su vez atraían a otros a nuestra fe. De esta manera nació una nueva congregación luterana en Rumanía.
     Entonces llegó el nazismo. Teníamos mucho que sufrir. El nazismo tomó la forma de una dictadura de elementos ultra-ortodoxos que persiguieron a los grupos protestantes, además de los judíos.
     Aún antes de mi ordenación formal y de que estuviera preparado para el pastorado, era el líder virtual de esta Iglesia recién fundada. Tenía la responsabilidad de ella. Mi esposa y yo fuimos arrastrados varias veces a los tribunales. El terror nazi fue muy grande, empero era un anticipo de lo que vendría: el Comunismo. Mihai, mi hijito, debió adoptar un nombre no judío para poder escapar de la muerte.
     A pesar de todo, la era del nazismo nos proporcionó una gran ventaja, pues nos enseñó que los golpes físicos podían ser soportados, puesto que el espíritu humano, con la ayuda de Dios, puede sobrevivir a las más horribles torturas. Además nos obligaron a adoptar los métodos del trabajo cristiano en secreto, que nos sirvieron como entrenamiento para la prueba aún más terrible que estaba por venir y que, sin saberlo, ya se aproximaba.
 Mi ministerio con los rusos
     El remordimiento de mi pasado ateo me hizo anhelar desde el primer día de mi conversión el testificar de mi fe a los rusos. Ellos son un pueblo criado desde la infancia en el ateísmo. Mis deseos de alcanzar a los rusos para Cristo se han cumplido. Su cumplimiento comenzó en los años del nazismo, pues había muchos prisioneros de guerra rusos en Rumanía, entre los cuales podíamos hacer nuestra obra.
     Fue una labor conmovedora y dramática. Jamás olvidaré mi primer encuentro con un prisionero ruso, quien me contó que era ingeniero. Le pregunté si creía en Dios. Si me hubiera dicho “no”, no me habría importado tanto, puesto que cada hombre tiene el derecho de creer o no creer. Pero ante mi pregunta si creía en Dios levantó sus ojos sin comprender y me respondió: “Mis superiores militares no me han dado ninguna orden para creer. Si tuviera una orden, creería”.
     Las lágrimas corrieron por mis mejillas, y sentí como si el corazón se destrozara dentro de mí. Allí, frente a mí, había un hombre cuya mente estaba como muerta. Un hombre que había perdido el don más preciado que Dios concede al ser humano: tener su propia personalidad. Era sólo un instrumento, con el cerebro lavado, en manos de los comunistas, dispuesto a creer o no, según se lo ordenaran. No tenía capacidad para pensar por sí mismo. ¡Era un ruso típico después de tantos años de dominación comunista! Después del impacto de ver lo que el comunismo había hecho con los seres humanos, prometí a Dios dedicar mi vida a esos hombres, para ayudarles a recuperar su personalidad y llevarles a la fe en Dios y en Jesucristo.
     No necesité ir a Rusia para alcanzar a los rusos.
     A partir del 23 de agosto de 1944, un millón de soldados rusos entraron en Rumanía, y poco después los comunistas llegaron al poder en nuestro país. Entonces comenzó la horrenda pesadilla, ante la cual el sufrimiento bajo el nazismo parecía poca cosa.
     En ese entonces en Rumanía, que ahora tiene diecinueve millones de habitantes, el partido comunista tenía solamente diez mil miembros. Sin embargo, Vishinsky, ministro de Relaciones Exteriores de la Unión Soviética, irrumpió en la oficina de nuestro muy amado rey Michael I, golpeó en la mesa con los puños, y dijo: “Usted debe nombrar comunistas para el gobierno”. Nuestro ejército y policía fueron desarmados y así, por la violencia, y odiados por casi todos, los comunistas llegaron al poder. Esto sucedió con la pasiva cooperación de los gobernantes ingleses y norteamericanos de aquel tiempo.
     Los hombres son responsables ante Dios no solamente por sus propios pecados, sino también por los de su nación.
     La tragedia de todos los países cautivos constituye una responsabilidad en los corazones de los cristianos ingleses y norteamericanos. Los norteamericanos deben saber que en algunas oportunidades han ayudado, sin darse cuenta, a que los rusos nos hayan impuesto regímenes de terror y muerte. Los norteamericanos deben expiar estas faltas, ayudando a los pueblos cautivos para que llegue hasta ellos la luz de Cristo.
    

El idioma del amor y el idioma de la seducción son la misma cosa

     Una vez que los comunistas estuvieron en el poder, hábilmente pusieron en práctica sus métodos de seducción para conquistarse la Iglesia. El idioma del amor y de la seducción son idénticos. Tanto el que desea a una joven para hacerla su esposa, como el que sólo la desea para tenerla una noche y después desecharla, dicen: “Te quiero”. Jesús nos enseñó a distinguir entre el lenguaje de la seducción y el del amor, como también a discernir a los lobos con la piel de oveja de las verdaderas ovejas.
     Cuando los comunistas consiguieron el poder, miles de sacerdotes, pastores y ministros no supieron distinguir ambas voces.
     Los comunistas convocaron un congreso de todos los grupos cristianos, en el edificio de nuestro parlamento. Asistieron unos cuatro mil sacerdotes y pastores que eligieron nada menos que a ¡José Stalin como presidente honorario de dicho congreso! Al mismo tiempo él era el presidente del movimiento mundial ateo, y un asesino en masa de los cristianos. Uno tras otro, obispos y pastores se levantaron en aquel recinto para declarar que el comunismo y el cristianismo fundamentalmente son los mismo y que por lo tanto podían coexistir. Un ministro tras otro ensalzó al comunismos y aseguró al nuevo gobierno que podría contar con la lealtad de la Iglesia.
     Mi esposa y yo estábamos presentes en ese Congreso. Ella, que estaba sentada cerca de mí, me dijo: “Richard, levántate y limpia la cara de Cristo de tanta vergüenza! Están escupiendo en su cara.” Le dije: “Si lo hago, pierdes a tu esposo.” Ella respondió: “No deseo tener a un cobarde por esposo.”
     Entonces me levanté y hablé a los congresistas, alabando no a los asesinos de los cristianos, sino a Dios y su Hijo Jesucristo, afirmando que nuestra lealtad se debía en primer lugar a Él. Los discursos de aquel congreso eran difundidos por radio, así es que se pudo escuchar el mensaje de Cristo en todo el país, proclamado desde la misma tribuna del Parlamento Comunista. Después tuve que pagar por semejante temeridad, pero había valido la pena.
     Los dirigentes de las Iglesias protestantes y ortodoxas competían entre sí en su afán de ceder al comunismo. Un obispo ortodoxo colocó el emblema de la hoz y el martillo en sus vestiduras eclesiásticas y solicitó a sus sacerdotes que no se dirigieran más a él como “su señoría”, sino como “camarada obispo”. En otra oportunidad asistí al congreso bautista en el pueblo de Resita, que se efectuó bajo la sombra de la bandera roja, donde todos se pusieron de pie al entonarse el himno nacional de la Unión Soviética. El presidente de los bautistas declaró que Stalin no hizo más que cumplir con los mandamientos de Dios, y lo alabó como un gran maestro de la Biblia.
     Algunos sacerdotes, como Patrascoiu y Rosianu fueron más directos, convirtiéndose en miembros de la Policía Secreta. Rapp, obispo auxiliar de la Iglesia Luterana en Rumanía, comenzó a enseñar en el seminario teológico que Dios había dado tres revelaciones: una a través de Moisés, otra a través de Jesús, y una tercera a través de Stalin que superaba aún a la anterior.
     Debo aclarar que los verdaderos bautistas, por quienes siento un verdadero aprecio, no estaban de acuerdo y mantuvieron intacta su fe en Cristo, sufriendo mucho a causa de ello. Sin embargo, los comunistas “eligieron” a sus dirigentes y los bautistas no tuvieron más remedio que aceptarlos. La misma condición se mantiene hoy en las altas esferas de dirección religiosa.
     Aquellos que se convirtieron en siervos del comunismo en lugar de siervos de Cristo, comenzaron a denunciar a los hermanos que no se unían a ellos.
     Así como los cristianos rusos formaron una Iglesia Subterránea después de la revolución rusa, la ascensión al poder del comunismo y la traición de fatuos dirigentes de la iglesia oficial nos obligó a fundar también en Rumanía una Iglesia Subterránea que fuera fiel a su fe, que predicara el Evangelio y que ganara a los niños para Cristo. Los comunistas prohibieron todo esto y la Iglesia Oficial consintió.
     Junto con otros comencé una obra secreta. Exteriormente yo mantenía una posición bastante respetable que nada tenía que ver con mi verdadera obra clandestina, pero que me servía de pantalla para ocultarla. Yo era pastor de la Misión Luterana Noruega y al mismo tiempo era el representante del Consejo Mundial de Iglesias para Rumanía. (Cabe destacar que en Rumanía no teníamos la más remota idea que esa organización algún día podría cooperar con el comunismo. Por aquel entonces se dedicaba a mantener programas de ayuda en nuestro país). Estos dos títulos me dieron una buena reputación ante las autoridades, que nada sabían de mi obra clandestina.
La misma tenía dos facetas.
La primera era nuestro ministerio secreto entre el millón de soldados rusos.
La segunda faceta era nuestro ministerio subterráneo al esclavizado pueblo rumano.

Los rusos: un pueblo de almas “sedientas”

     Para mí, el predicar el Evangelio a los rusos es el cielo en la tierra. Yo he predicado el Evangelio a hombres de muchas naciones, pero nunca he visto a un pueblo tan sediento del Evangelio como los rusos.
     Un sacerdote ortodoxo amigo mío me telefoneó un día para comunicarme que un oficial ruso había acudido a él para confesarse. Como él no sabía ruso, y yo en cambio sí, le había dado mi dirección. El hombre vino a verme al día siguiente. El amaba a Dios, aunque nunca había visto una Biblia, ni jamás había asistido a ningún servicio religioso (pues existen muy pocas iglesias en Rusia). No tenía la menor instrucción religiosa, pero amaba a Dios a pesar de no tener ni el más elemental conocimiento de Él.
     Comencé a leerle el Sermón de la Montaña y las parábolas de Jesús. después de escucharlas, en un arranque de alegría, se puso a danzar por todo el cuarto, exclamando: “¡Qué maravillosa belleza! ¡Como pude vivir sin saber nada de este Cristo!” Fue la primera vez que veía a alguien tan cautivado por la persona de Cristo.
     Fue entonces que cometí un error. Le leí acerca de la pasión y crucifixión de Jesús, sin haberlo preparado para ello. El no lo esperaba, pues cuando escuchó cómo Cristo fue abofeteado, cómo fue crucificado y al fin murió, cayó en un sillón y comenzó a llorar amargamente. ¡Había creído en un Salvador y ahora su Salvador estaba muerto!
     Al observarle me sentí avergonzado de llamarme cristiano y pastor, de ser un maestro para los demás y, sin embargo, jamás haber compartido los sufrimientos de Cristo en la forma que este oficial ruso ahora los compartía. Mirándole, me pareció volver a ver a María la Magdalena llorando al pie de la cruz; llorando fielmente aun cuando Jesús yacía en la tumba.
     Luego le leí la historia de la Resurrección. El no sabía que su Salvador había resucitado de la tumba. Cuando escuchó estas maravillosas nuevas, se golpeó las rodillas profiriendo una palabra bastante grosera, aunque en ese momento la consideré Aceptable, y aún quizás “santa”. Era su cruda manera de expresarse. Nuevamente se regocijaba, gritando de alegría: “¡El vive! ¡El vive!”, y danzaba, dominado por la felicidad.
     “Oremos”, le dije, pero él no sabía orar, a nuestra manera por lo menos. Cayó de rodillas junto a mí, y las palabras que brotaron de sus labios fueron: “¡Oh Dios, qué magnífico eres. Si Tú fueras yo y yo fuese Tú, nunca te habría perdonado Tus pecados. Eres en realidad magnífico y yo te amo de todo corazón!”
     Pienso que todos los ángeles en el cielo se detuvieron para escuchar esta sublime oración de un oficial ruso. ¡El hombre había sido ganado para Cristo!
     En un negocio encontré a un capitán ruso con una dama que era también oficial del ejército; compraban una gran cantidad de cosas, pero tenían dificultades para hacerse entender con el vendedor, ya que él no entendía el ruso. Me ofrecí para actuar de intérprete para ellos, y trabamos amistad. Les invité a casa para almorzar, y antes de comenzar a comer les dije: “Ustedes están en una casa cristiana y nosotros tenemos la costumbre de orar”. Oré en ruso. Entonces dejaron los cubiertos sobre la mesa y perdieron el interés en la comida. Comenzaron a hacer pregunta tras pregunta acerca de Dios, de Jesucristo y la Biblia. Ellos no sabían nada.
     No fue fácil hablarles. Les narré la parábola de un hombre que tenía cien ovejas y perdió una; pero no me entendieron, porque me preguntaron: “¿Cómo es posible que tenga cien ovejas y que no se las haya quitado la granja colectiva comunista?” Entonces les dije que Jesús es un rey. A esto me contestaron: “Todos los reyes han sido hombres malos que tiranizaban a su pueblo, y Jesús por lo tanto tiene que haber sido un tirano también”. Cuando les narré la parábola de los obreros de la viña, ellos dijeron: “Bueno, esos hombres hicieron muy bien en rebelarse contra el propietario de la viña. La viña tiene que pertenecer a la granja colectiva.” Todo era nuevo para ellos. Al relatarles el nacimiento de Jesús, sus preguntas podrían parecer, en labios de un occidental, una blasfemia: “¿Era María la esposa de Dios?” Fue entonces que comprendí, al discutir con ellos y muchos otros, que para predicarles el Evangelio a los rusos, después de tantos años de comunismo, tendríamos que usar un idioma totalmente nuevo.
     Los misioneros que fueron al África Central tuvieron dificultades para traducir las palabras del profeta Isaías: “Si tus pecados fueron rojos como la grana, como la nieve serán emblanquecidos”. Nadie, en esa parte de África Central, había visto la nieve. Ni siquiera existía la palabra “nieve”. Por lo tanto tuvieron que traducir: “Tus pecados serán blancos como la pulpa del coco”.
     Así también tuvimos que traducir el Evangelio al lenguaje marxista para hacerlo comprensible a ellos. Era algo que no podíamos solos, mas el Espíritu Santo lo hizo a través nuestro.
     En ese mismo día se convirtieron el capitán y el oficial. Después, ellos nos ayudaron mucho en nuestro ministerio clandestino con los rusos.
     Imprimimos y distribuimos en forma secreto muchos miles de Evangelios y otra literatura cristiana entre los rusos. A través de los soldados rusos convertidos pudimos introducir de contrabando muchas Biblias y porciones bíblicas en Rusia.
     Usamos otra técnica para hacer llegar copias de la Palabra de Dios a las manos de los rusos. Los soldados rusos habían estado peleando varios años, y muchos de ellos tenían en su patria hijos que no habían visto en todo ese tiempo (Los rusos tienen un gran cariño por los niños). Mi hijo Mihai y otros pequeños, menores de diez años, iban a las calles y parques llevando con ellos muchas Biblias, Evangelios, y otra literatura en los bolsillos. Los soldados rusos los acariciaban en la cabeza y les hablaban cariñosamente, pensando en sus propios hijos que no habían visto por tantos años. Luego les daban chocolates o dulces a los niños, quienes, a su vez, les daban algo a cambio: Biblias y Evangelios, que eran aceptados gustosamente. A menudo, lo que era peligroso para nosotros hacer abiertamente, podía ser hecho por nuestros hijos sin ningún riesgo. Eran nuestros “pequeños misioneros” para los rusos. Los resultados fueron excelentes. Muchos soldados rusos recibieron de este modo el Evangelio, que de otra manera no hubiéramos podido darles.

Predicando en los cuarteles del ejército ruso

     Nuestra labor entre los rusos no sólo se limitó a la obra personal, sino que también tuvimos la oportunidad de realizar reuniones con grupos pequeños.
     A los rusos les gustaban muchos los relojes. Se lo robaban a cuanta persona se encontraban. Aún detenían a las personas en la calle para ese fin, y había que entregárselo. Se les podía ver usando varios relojes al mismo tiempo, preferentemente en los brazos; y aún a las mujeres oficiales con relojes despertadores colgando de sus cuellos. El rumano que deseara tener un reloj tenía que ir a los cuarteles del Ejército Soviético para comprar uno robado; a menudo adquiría su propio reloj. Así pues era común ver a los rumanos entrar en los cuarteles rusos; y esto nos proporcionó a nosotros, los de la Iglesia Subterránea, un excelente pretexto para ir allí también, a comprar relojes.
     Elegí la festividad ortodoxa de San Pablo y San Pedro como la primera fecha para ir a los cuarteles rusos. Pretestando querer adquirir un reloj fui a la base militar. Con el fin de ganar tiempo, simulaba rechazar uno por encontrarlo muy caro; otro, por ser muy chico y otro por más grande. Como lógica consecuencia, se juntó a mi alrededor un grupo de soldados que me ofrecieron algo para comprar. En son de broma les pregunté: “¿Alguno de ustedes se llama Pablo o Pedro?” Algunos respondieron afirmativamente. Entonces les dije: “¿Sabían ustedes que hoy es el día en que vuestra Iglesia Ortodoxa honra a San Pablo y San Pedro?” Nadie lo sabía, así que comencé a contarles acerca de ellos. Uno de los soldados rusos me interrumpió para decirme: “Tú no has venido a comprar relojes. Has venido para hablarnos de la fe. ¡Siéntate aquí y háblanos!, pero ¡ten cuidado! Sabemos de quienes tenemos que cuidarnos. Cuando coloque mi mano en tu rodilla deberás hablar solamente de relojes. Cuando la retire puedes continuar con tu mensaje.” Tenía ya junto a mi un grupo bastante numeroso de soldados, a los que seguí contándoles acerca de Pablo y Pedro, y en especial de Cristo por quien ellos murieron. Al acercarse de cuando en cuando alguno en quien no tenía confianza, el soldado ponía su mano sobre mi rodilla y de inmediato comenzaba a hablar acerca de los relojes. Tan pronto éste se alejaba, volvía a predicarles de Cristo.
     Con la ayuda de soldados rusos cristianos, pude repetir esta visita muchas veces. Muchos de sus camaradas encontraron a Jesús, y miles de Evangelios fueron repartidos secretamente.
     Lamentablemente, muchos de nuestros hermanos y hermanas de la Iglesia Subterránea que fueron sorprendidos en estas actividades, fueron brutalmente flagelados. No obstante, jamás traicionaron nuestra organización.
     Durante esta labor, tuvimos el gozo de conocer a hermanos de la Iglesia Subterránea rusa, como también escuchar sus experiencias. En primer lugar, pudimos apreciar en ellos lo que convierte a los hombres en grandes santos. Habían pasado a través de tantos años de adoctrinamiento comunista. Algunos incluso habían estado en las universidades comunistas; y sin embargo, al igual que el pez que vive en aguas saladas pero que mantiene dulce su carne, así también ellos habían pasado a través de las escuelas comunistas manteniendo sus almas limpias y puras en Jesucristo.
     ¡Estos rusos cristianos tenían almas tan preciosas! Nos manifestaban: “Sabemos que la estrella con la hoz y el martillo que usamos en nuestras gorras es la estrella del Anticristo”, y lo decían con gran tristeza. Su ayuda nos fue inapreciable para poder extender el Evangelio entre otros soldados rusos.
     Ellos poseían todas las virtudes cristianas, menos el gozo. Lo demostraban solamente en el momento de la conversión, pero luego desaparecía. Como esto no dejara de extrañarme, un día le pregunté a uno de ellos, un bautista: “¿Cómo es posible que ustedes no conozcan el gozo?” Me contestó: “¿Cómo puedo yo estar gozoso cuando tengo que esconder del pastor de mi iglesia el hecho de ser un ferviente cristiano, que dedico tiempo a la oración y trato de ganar almas para Cristo? El pastor de mi iglesia es un delator de la policía secreta. Somos espiados el uno por el otro, y son los pastores quienes traicionan a sus rebaños. El gozo de la salvación existe en lo más profundo de nuestro corazón, pero esa manifestación externa del gozo que ustedes poseen no podemos mostrarla nunca más.”
     “El cristianismo ha llegado a ser dramático para nosotros. Cuando ustedes, que son cristianos libres, ganan un alma para Cristo, ganan un miembro para sus iglesias, que lleva una plácida existencia. Pero cuando nosotros ganamos a un hombre sabemos que éste puede ser encarcelado, y que sus hijos pueden quedar huérfanos. El gozo de conquistar un alma para Cristo se mezcla con el sentimiento de que hay un precio que es necesario pagar.”
     Habíamos encontrado un tipo de cristiano enteramente diferente: el cristiano de la Iglesia Subterránea.
     Aquí también hallamos muchas sorpresas.
     Así como hay muchos que creen que son cristianos, y en realidad no lo son, así entre los rusos encontramos a muchos que se dicen ateos y que en verdad no lo son.
     Conversamos con un matrimonio ruso, ambos escultores. Cuando les hablé de Dios, me contestaron: “No, Dios no existe. Nosotros somos “Bezboshniki”(ateos). Pero permítanos contarle una curiosa experiencia que nos sucedió.
     “Una vez, mientras esculpíamos una estatua de Stalin, mi esposa me preguntó:
“Querido, ¿qué piensas de los pulgares? Si no pudiésemos oponer el pulgar a los otros dedos, si los dedos de las manos fuesen como los de los pies, no podríamos sostener el martillo, un mazo, o cualquier otra herramienta, un libro o aún un trozo de pan. La vida humana sería imposible sin el dedo pulgar. Dime ahora, ¿quién hizo el pulgar? Ambos aprendimos el marxismo en la escuela y sabemos que el cielo y la tierra no fueron creados por Dios, sino que existen por sí mismos, pues así lo hemos aprendido y así lo creemos. Si Dios no ha creado el cielo y la tierra, pero solamente hubiese creado el pulgar, por esa pequeña cosa debería ser aclamado.
     “Nosotros elogiamos a Edison, a Bell y a Stephenson por haber inventado la bombilla o lámpara de luz eléctrica, el teléfono y el ferrocarril. ¿No deberíamos entonces elogiar al que inventó el dedo pulgar? Si Edison no hubiese tenido ese dedo no podría haber inventado nada. Si aceptamos que Dios creó el dedo pulgar es justo que lo elogiemos por ello”.
     El marido se enojó mucho, cosa que a menudo ocurre con los maridos cuando sus esposas dicen algo acertado. “¡No hables tonterías! Has aprendido que no hay Dios. Por otra parte, nunca podremos estar seguros que no hay en esta casa algunos micrófonos ocultos que nos puedan acarrear problemas. Convéncete de una vez por todas que no hay nadie en el cielo. Dios no existe.”
     Ella replicó: “Esto es aún más asombroso. Si en el cielo estuviera el Dios Omnipotente, en el cual estúpidamente creían nuestros antepasados, sería natural que tuviéramos pulgares. Un Dios Todopoderoso puede hacerlo todo, por lo tanto le sería fácil hacer también los pulgares. Sin embargo, si en el cielo no hay nadie, por mi parte estoy dispuesta a alabar desde el fondo de mi corazón a ese “Nadie” que ha hecho los pulgares.”
     Por lo tanto, ¡se convirtieron en adoradores de ese “Nadie”!. Su fe en ese “Nadie” aumentó con el tiempo y creyeron en Él no solamente como el creador de los pulgares, sino de las estrellas, las flores, los niños, y todas las cosas bellas de la vida.
     Así se repetía lo sucedido en Atenas, cuando San Pablo encontró a los adoradores del “Dios desconocido”.
     Esta pareja se sintió inmensamente feliz al decirles que sus creencias eran correctas, que en el cielo realmente hay “Alguien”, Dios que es Espíritu: espíritu de amor, sabiduría, verdad y poder; que los amó tanto que envió a Su Hijo unigénito para morir por ellos en la Cruz.
Hasta ese momento habían creído en Dios, sin siquiera saberlo. Tuve el gran privilegio de llevarles un paso más adelante, a la experiencia de la salvación y redención.
     Cierto día vi a una oficial rusa en la calle. Me acerqué a ella y le dije: “Comprendo que es mala educación dirigirse a una dama a quien no se conoce, pero yo soy pastor y mis intenciones son honestas. Deseo hablarle de Cristo.”
     Me preguntó: “¿Ama usted a Cristo?” Le contesté: “Sí, desde lo más profundo de mi corazón.” entonces ella me abrazó y besó una y otra vez. Era una situación bastante embarazosa, siendo yo pastor, así que, con la esperanza que los transeúntes nos creyeran parientes, la besé también. Ella exclamó: “¡Yo amo a Cristo también!”
     La llevé a mi casa, y allí descubrí para mi asombro que ella no sabía nada de Cristo, absolutamente nada, excepto el nombre. Y sin embargo le amaba. No tenía idea que Él era el Salvador, ni tampoco sabía el significado de la salvación. Ignoraba dónde y cómo Él había vivido y muerto. No conocía sus enseñanzas, Su vida o Su ministerio. Para mí ella era una curiosidad psicológica. ¿Cómo se puede amar a alguien, de quien sólo se conoce el nombre?
     Cuando se lo pregunté, me explicó: “De niña me enseñaron a leer por medio de grabados. La “a” era una abeja, la “b” era una bandera, la “c” una campana, y así sucesivamente. Cuando ingresé a la escuela secundaria, se me enseñó que era deber sagrado defender la patria comunista. Además se me enseñó la moral comunista, pero yo no sabía qué era un “deber sagrado” o “moral”; necesitaba un grabado para esto. Sabía que mis antepasados habían tenido un cuadro que representaba todo lo que era bello, digno de elogio, y verdadero en la vida. Mi abuela siempre se inclinaba delante de él, diciendo que ese cuadro representaba a un hombre llamado “Cristos” (Cristo). ¡Yo amaba ese nombre, y llegó a ser tan real para mí, que el sólo pronunciarlo me llenaba de gozo!”
     Escuchándola recordé que en la epístola a los Filipenses se dice que al nombre de Jesús se doblará toda rodilla. Quizás el Anti-Cristo llegue a poder borrar del mundo por algún tiempo el conocimiento de Dios. No obstante, el sólo nombre de Jesús encierra gran poder y conducirá a la luz.
     Con gran gozo ella encontró a Cristo en mi hogar, y ahora Aquel cuyo nombre amaba moraba en su corazón.
     Cada una de las circunstancias que vivía con los rusos estaba llena de poesía y de un profundo significado.
     Una hermana que difundía el Evangelio en las estaciones del ferrocarril, dio mi dirección a un oficial que demostró interés.
     Una tarde llegó a mi casa. Era un teniente ruso, alto y de buen parecer.
Le pregunté: “¿En qué puedo servirle?”

Me contestó: “He venido buscando la luz.”Comencé a leerle las partes más esenciales de las Sagradas Escrituras, y entonces colocó su mano sobre la mía y dijo: “Le ruego con todo mi corazón no me conduzca al error. Pertenezco a un pueblo mantenido en la oscuridad. Por favor, dígame. ¿Es esta la auténtica Palabra de Dios?” Le aseguré que así era. Me escuchó por horas, y aceptó al Señor Jesús como su Salvador.
     En materia de religión no hay nada de superficial en los rusos. Ya sea que luchen en contra de ella o estén a su favor, buscando a Cristo, ponen siempre toda su alma en ello. Por esta razón en Rusia cada cristiano es un misionero, ganador de almas. A esto se debe que no haya en el mundo otro país tan maduro y fructífero para el evangelismo. Los rusos son por naturaleza uno de los pueblos más religiosos de la tierra. El curso del mundo puede ser cambiado radicalmente si nos ocupamos activamente de darles el Evangelio.
     Es trágico que esta tierra de Rusia y su pueblo estén tan hambrientos de la Palabra de Dios y que sin embargo parezca como si todos los hayan olvidado o descartado.
     En un tren un oficial ruso iba sentado frente a mí. Le había hablado de Cristo sólo unos pocos minutos, cuando él me interrumpió con una verdadera ola de argumentos ateos. Marx, Stalin, Voltaire, Darwin, y otras citas contrarias fluyeron de su boca. No me daba oportunidad para contradecirle. Habló durante casi una hora para convencerme que no había Dios. Cuando terminó le pregunté: “Si no hay Dios, ¿por qué reza usted cuando tiene problemas?” Reaccionó como un ladrón sorprendido robando, y me contestó:
¿Cómo sabe que rezo?” No le permití que se escapara. “Yo le hice una pregunta a usted primero. Le pregunté ¿por qué reza? Por favor, ¡contésteme!” Inclinó su cabeza y reconoció: “En el frente de batalla, cuando los alemanes nos rodeaban, todos rezábamos. No sabíamos cómo hacerlo, sólo atinábamos a decir: “Dios y Espíritu Maternal” –en realidad, ante los ojos de Aquel que escudriña los corazones, estoy seguro que era una buena oración-.
     Nuestro ministerio con los rusos ha dado mucho fruto.
     Recuerdo a Piotr (Pedro). Nadie sabe en que prisión rusa murió. ¡Era tan joven! Tendría quizás unos 20 años. Llegó a Rumanía con el ejército ruso. Se convirtió en una reunión secreta y me pidió que lo bautizara.
     Después del bautismo le pregunté cual era el versículo de la Biblia que más le había impresionado y había influido en el para venir a Cristo.
     Dijo que había escuchado atentamente cuando en una de nuestras reuniones secretas yo había leído en el capítulo 24 de Lucas la historia de Jesús que encontró a los dos discípulos que iban hacía Emaús. Cuando estaban cerca del pueblo, “hizo como que iba más lejos”. Piotr dijo: “Me pregunto por qué Jesús dijo eso. No había duda que deseaba estar con sus discípulos. ¿Por qué, pues, dijo que deseaba ir más lejos?” Le expliqué que Jesús es cortés. Quería tener la seguridad de ser bien recibido. Al darse cuenta que así era, entró gozosamente a la casa con ellos. Los comunistas son descorteses. Procuran penetrar por la violencia dentro de nuestros corazones y mentes. Nos obligan a escucharles desde la mañana hasta la noche. Lo hacen a través de sus escuelas, radioemisoras, periódicos, revistas, carteles, películas, y reuniones ateas. Hay que escuchar continuamente su propaganda atea, quiérase o no. Jesús, en cambio, respeta nuestra libertad. Golpea suavemente a la puerta. “Jesús me ha ganado por su cortesía”, dijo Piotr. Este evidente contraste entre el comunismo y Cristo lo había convencido.
     El no ha sido el único ruso que se impresionó por esta faceta del carácter de Jesús (Yo, como pastor, jamás había pensado en ello de esta manera).
     Después de su conversión, Piotr arriesgó muchas veces su libertad y aún su vida, por pasar de contrabando literatura y ayuda de la Iglesia Subterránea rumana y rusa. Finalmente fue apresado. Sé que en 1959 todavía estaba en la cárcel. ¿Ha muerto? ¿Está ya en el Cielo o continúa la buena batalla en la tierra? No lo sé. Sólo Dios sabe dónde se encuentra hoy.
     Al igual que él, muchos otros no sólo se convirtieron. Nunca deberíamos detenernos en nuestra obra, al ganar un alma para Cristo. Sólo hemos hecho la mitad del trabajo. Cada alma ganada para Cristo debe ser transformada en un ganador de almas. Los rusos no solamente se convertían, sino que llegaban a ser “misioneros” en la Iglesia Subterránea. En su trabajo por Cristo, actuaban con valor y temeridad, siempre aclarando que era tan poco lo que podían hacer por Cristo, en vista de que Él murió por ellos.

En Maracaibo: Joven satanista mata a su madre tras no soportar escuchar música cristiana

Joven satanista mata a su madre tras no soportar escuchar música cristiana

Según vecinos, a las 2:00 de la tarde, comenzó la acalorada discusión entre María Ismelda y su primogénito. “A María le gustaba mucho la música cristiana. Ella colocó un CD con sus canciones y él la desafió con el rock.

Venezuela | Lunes 18 de Julio, 2011 | Por NoticiaCristiana.com

Maracaibo.- Cuatro heridas con la mecha de un potente taladro, una en cada sien, otra en la parte superior de la cabeza y la otra en el cuello (debajo de la barbilla), en forma de una cruz, le realizó Ahzby Mercado Rangel a su madre, publica el diario El Panorama de Venezuela.

Así asesinó a su mamá, María Ismelda Rangel de Mercado (ella era evangélica), de 42 años, en el segundo piso de su residencia, ubicada en el barrio La Vanega, avenida 56 casa 56-100, del sector Sabaneta, en la parroquia Manuel Dagnino de Maracaibo.


El Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) reveló que el crimen, que impresionó al Zulia, ocurrió por una discusión familiar muy trivial: un equipo con música rock, encendido a todo volumen.

El comisario Marcos Vivas, jefe de la delegación Zulia del Cicpc, aseguró, vía telefónica: “Se le contaron varias heridas a la víctima, tres de ellas en la región occipital producidas por un taladro. También presentó cortaduras con arma blanca en el cuerpo, pero un poco más leves. Presumimos que estaba drogado”.

En el sector donde ocurrió la tragedia nadie salía del asombro. La mujer yacía tendida en el suelo, en toda la mitad del patio trasero techado de la vivienda y, cerca del cadáver, estaba el taladro aun destilando sangre, un cuchillo rudimentario partido en el mango y trozos de madera con la que presumen golpeó salvajemente a su madre.

Según vecinos, a las 2:00 de la tarde, comenzó la acalorada discusión entre María Ismelda y su primogénito. “A María le gustaba mucho la música cristiana. Ella colocó un CD con sus canciones y él la desafió con el rock (sonido era de la banda británica Iron Maiden y de la norteamericana Metallica). Ella le pidió a él que le bajara el volumen y así comenzaron a pelear, como por media hora. De pronto, hubo un silencio largo y no se escuchó más nada. Cuando cayó la noche los gritos de la otra hija de María nos indicó que algo había sucedido. Ya estaba muerta. Eran las 8:00 de la noche”, comentaron.

“Se realizó la inspección ocular y se encontró restos de masa encefálica en el taladro y también sangre en el cuchillo y en la madera. Su papá lo único que alcanzó a decir fue que a su hijo se le metió el demonio”, comentó un funcionario policial.

“Nadie se esperaba esto, ellos se veían como una familia muy normal, sin ningún tipo de problemas”, expresaban los habitantes del sector a la prensa escrita, aún incrédulos.

Un allegado a la familia ingresó a la vivienda y notó que en el cuarto de María Ismelda había rastros de sangre y también la Biblia abierta en el salmo 91. Dicen que encontraron un mecate. Presuntamente, el agresor intentó ahorcarse.
“El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra omnipotente (…) Él te librará del lazo cazador, de la peste destructora. Con sus plumas te cubrirá y debajo de sus alas estarás seguro”, reza el texto de las sagradas escrituras.

Ahzby, fue capturado y llevado a los tribunales penales ante la fiscal Nilda Esther Salas ante el Tribunal Séptimo de Control a cargo de José Domingo Martínez. En la audiencia decretaron privativa de libertad. Lo imputaron por homicidio calificado.

Según informa Noticia al Día, nuevas revelaciones surgieron sobre las razones que llevaron al joven venezolano Ahzby (de 22 años), a asesinar a su madre. El muchacho se había sumergido en el mundo de las drogas y comenzó a rodearse de amigos con atracciones hacía el oscuro mundo del satanismo. Sus nuevas amistades lo habrían inducido a practicar extraños ritos bajo estridentes sonidos de rock, dijo un pariente del homicida.

El pasado 4 de julio, mientras sepultaban a María Ismelda en el cementerio La Chinita, reos del retén El Marite intentaron matar a Ahzby, pero lo salvó el personal de seguridad. La furia de los internos surgió después que el joven dijera que había asesinado a su madre por un mandato de Satanás. El detenido luego decía incoherencias y cambiaba de postura como si se tratase de un demente.

Ismelda la describieron como una “mujer bondadosa, amable, cristiana, siempre, junto a esposo también cristiano, que se congregaban en las iglesias evangélicas La Cruz o a Un Solo Jesús”.

Israel Presenta Sitio Bautismal de Jesús en el Jordán



El 12 de julio de 2011 se abrio al público el sitio Bautismal donde Juan el Bautista bautisaría a Jesús en el Rio Jordán; el sitio, de los tres más sagrados del Cristianismo, fue restaurado por el Ministerio para la Cooperación Regional, y la administración Civil de Israel.

La Iglesia de la Natividad en Belén y la Iglesia del Santo Sepulcro en Jerusalén representan sitios trascendentales en la vida del Mesías, aunque hoy se suma “Qasr al-Yehud” a orillas del Jordán.

El lugar del Bautismo de Jesús es ratificado por hallazgos de Iglesias del siglo v, que afirman que la antigua tradición da testimonio de que ese es el sitio real del Bautismo de Jesús, y en donde posteriormente comienza su ministerio.

El lugar también es reconocido porque se supone es también, el lugar donde los Israelitas cruzaron el Jordán cuando entraron a la tierra de Canaán.

Se supone también, que Qasr Al-Yehud, fuera también un sitio tradicional de bautismos, incluso anteriores a la edad pre-Cristiana.

El evangelio de Mateo en el capítulo 3 describe el bautismo de Jesús:

Entonces Jesús vino de Galilea a Juan al Jordán, para ser bautizado por él. Mas Juan se le oponía, diciendo: Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí? Pero Jesús le respondió: Deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia. Entonces le dejó. Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él. Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia (Mateo 3:13-17).

Fuente: Christian Post

BIOGRAFÍA DE STANILAO MARINO



Stanislao Marino nace en Italia el 25 febrero de 1951 en Amanter, municipio de Calabria, su familia era pobre, su padre se fue a Venezuela y a los pocos años se mudó el resto de la familia. Llegó a Venezuela a los 7 años de edad. Vivió en Caracas por 5 años, y después se mudaron a La Victoria, Estado Aragua. 

Comenzó a estudiar a la edad de 12 años, terminó sus estudios a los 18, y ya no quiso seguir porque le gustaba la música. Siempre buscaba la forma de aprender los instrumentos, algunos los tomaba prestados y otros los hacía de forma artesanal.

Un día forma con unos amigos el grupo "Los Cazadores". Se desempeñaba como cantante/compositor/ bajista. Llegaron a ganar un festival con la canción "Cuando viviremos como Dios Manda". Su primer estilo no dio los resultados esperados, así que comenzaron a cambiarlo con letras más maliciosas, así pudieron ganar algo más de fama.

Como nota curiosa, coloco aquí la canción "Lucía", el mayor éxito que pudieron alcanzar en Venezuela.
A los 24 años de edad conoció a Aida, con quien se casó en 1974. Al poco tiempo les nace una niña a la que llaman Paola Marino. La relación tuvo momentos difíciles y casi llegan al divorcio. Cuando sentía que su vida se desmoronaba, decidió buscar a Dios a su manera. Empezó a leer la Bibliapero no la entendía.

Un día visitó a su cuñada que era cristiana. Ella le empezó a predicar y Marino le comentó su situación. Ella le dijo: "Muchacho, Dios te esta llamando" y lo invita a una cruzada de Yiye Ávila.
Sintiendo un gran deseo de conocer al evangelista, fue al hotel donde él se hospedaba. Un día a final de la campaña aceptó a Jesucristo en su corazón, y cuando se recogía el diezmo oyó unas palabras que le decían: “No hiciste nada, esta es solo una religión más que pide dinero". Se fue desalentado y triste a su casa, y llegando le dice a su esposa que recibió a Cristo. “¿Porque no me llevaste?" – fue su respuesta.

Al poco tiempo su esposa también recibe a Cristo. Marino permaneció con el grupo "Los Cazadores" mientras esperaba que Dios le diera una salida. Tenía problemas entre la música secular y Dios, pero llegó a la iglesia lleno de emociones y deseos de trabajar. En la iglesia le daban oportunidad de dar sus especiales de música en la parte baja del pulpito, pero al poco tiempo varios hermanos le sugirieron que no cantara hasta que se bautizara, a lo que él accedió.

Como su situación económica era mala, integraba dos grupos al mismo tiempo; uno de nombre "Marino y El Pequeño Grupo" y el otro "Los Cazadores". Un día firmo dos contratos para diferentes disqueras, en diferentes ciudades, no pudo cumplir con uno de ellos, quedó mal y un día presentó la renuncia al grupo "Los Cazadores". Basado en esta época, escribió esta canción de título “Mi testimonio”, donde sus amigos le decían “si te alejas, de hambre te vas a morir”.

Desesperado, va a la iglesia a hablar con el pastor, contarle sus problemas y orar. Esta fue una época de tristezas, desconsuelo, angustia y preocupación. Debía mucho dinero y no hallaba a nadie que le ayudara. En ocasión iba a las discotecas para cantar, pero se desviaba e iba a la iglesia. Sus oraciones eran: "Líbrame Señor de las deudas". Luego cambió su oración a "Dame fuerzas Señor", y poco a poco fue pagando sus compromisos. De vez en cuando le lanzaban ofertas para cantar en fiestas seculares, pero las rechazaba.

La disquera donde grabó con Los Cazadores le ofreció nuevas oportunidades, entre ellas ir a España, pero también las rechazó. Su esposa fue bautizada, pero a él no se le bautizó por un tiempo más por “cantar cosas seculares”.

Al poco tiempo Marino formó un grupo musical con dos muchachos y les enseño a tocar el bajo y la batería. Con esfuerzo compró los instrumentos. Empezaron a moverse en las iglesias y a tocar seguido; pero pronto surgieron discordias en el grupo. Los integrantes eran muy inconstantes, y a veces se le veía a Marino solo bajando y subiendo instrumentos.

Un día estaba en la casa tocando la guitarra y recibe una gran bendición de parte del Señor, compone la canción "La Gran Tribulación" y al poco tiempo otras más. Así surgió el disco del mismo nombre.


Terminado el disco, a la iglesia no le gustó, y muy pocos lo apoyaron. La esposa de Marino era “disciplinada” mucho porque se cortaba el pelo y vestía la misma ropa. En casa tenían ocasionales peleas y discordias. Un integrante del grupo le dijo a Marino, sobre el disco "La Gran Tribulación "; que el estilo musical era muy diferente al que se escuchaba en la iglesia, y le advirtió: “Puedes perder el testimonio con esa música". (Algunas canciones tenían un mensaje muy fuerte.

Marino tuvo que contraer otras deudas para poder sacar su disco “La Gran Tribulación”, incluso se dice que no tenía cómo pagar las copias.

Pero Dios le tenía reservadas grandes bendiciones. La oportunidad para Marino se presentó durante una campaña celebrada en Caracas (de la cual no dispongo de mayores datos hasta ahora) Marino cantó "La Gran Tribulación", y la bendición cayó en ese sitio.

Surgieron comentarios malsanos, en esa misma ocasión, de que "Marino se estaba haciendo millonario con las ventas de sus cassettes”. También se menciona que un conocido cantante venezolano se acercó a él y le dijo: “Varón, pon las canciones por radio, canta tus canciones, mírame a mi, yo no era nadie, acepté a Jesucristo y el Señor me abrió las puertas al mundo". Marino le dijo: "Gracias por todo, pero yo no pienso ir al mundo otra vez, el Señor me saco del allí y ya no pienso regresar".

A partir de esa campaña Marino se dio a conocer por todo el país, pero tuvo problemas con su iglesia (gracias a gente "cristiana"). Un día tuvo que marcharse de allí.
Sin embargo, con el paso del tiempo su ministerio se reconoció más, volvió a su iglesia y esta vez fue recibido con honores. Un día en una campaña una señora le profetiza: "Has escogido el mejor camino, tus canciones se oirían en todas partes y serán de gran bendición al pueblo". Se cumplió la profecía sobre Marino, Dios le recompensó a su tiempo.

Alguien afirmó que los beneficios de los tres primeros discos de Marino no le pertenecieron, ya que tuvo que ceder los derechos para poder grabar (no he podido confirmar esta información).
En el año 1990 grabó junto al cantante Benjamín Rivera. En los últimos años ha venido desarrollando su ministerio en Puerto Rico y Estados Unidos. Actualmente Marino es pastor en este último país. Sus hijos también han realizado grabaciones.

Biografía de Juan Wycliffe



Wycliffe1320-1384
Cuando Marco Polo comezaba sus famosos viajes al lejano oriente en 1324, Juan Wycliffe cumplia 4 años de edad. Los Franciscanos radicales estaban denunciando las riquezas del Papado, y el Papa Juan XXII estaba a mediados de su reino. El mundo (como era conocido para los Europeos) estaba en paz; y Roma tenia autoridad final en las vidas de la gente del continente y las islas Británicas.De Agustin y Constantino hasta el nacimiento de Wycliffe, la Iglesia era el centro de la vida de cada persona.

La llamada "edad oscura" (una descripción puramente protestante) era simplemente un periodo de gran calma el cual vino fue producido por el poder de la Iglesia. Juan Wycliffe vino al mundo en esta calma; pero las aguas serían pronto movidas y Wycliffe se uniria al "fray" . Iglaterra fue entonces envuelta en la guerra de los 100 años con Francia (1339 a 1453).

Esta lucha era porque algunos Ingleses estaban cansados de los exhorbitantes impuestos que tenian que pagar a la Iglesia; y Francia era el brazo de la Iglesia en la region Entre 1/3 a 1/4 de la tierra de Inglaterra pertenecia a la Iglesia! Este deseo de retener el dinero y re poseer la tierra que los Igleses veian como de ellos lo trajo en conflicto directo con el papado. El papa queria retener la tierra y el dinero y de esta manera los franceses fueron llamados al servicio, y sirvieron bien.Wycliffe nació en 1320 y estudió Teología en Oxford (murió en 1384).

Su entrenamiento y disposición le llevó a oponerse a la posesión de la tierra Inglesa por el Papado, en fundamentos religiosos y teológicos mas que meramente economicos. Desde 1376 en adelante Wycliffe publicó tratados which denunciaban la secularización de la Iglesia. Esta secularización, el mantenia, no era beneficial ni para la iglesia ni para el Estado.En 1377 el Papa emitió un documento official en el cual prohibía la publicación de ciertos escritos en los que se condenaban en 18 tesis los escritos de Wycliffe. La reacción de Wycliffe fue violenta. Comenzó a denunciar al Papa (aunque no el papado contrario a Lutero) en escritos increiblemente recios.Desde 1378 a 1379 Wycliffe publicó su sistema teológico en una serie de tratados.

La tesis central de estas obras era que las Escrituras eran el fundamento de toda doctrina. Este fue un punto importante en la historia doctrinal. Hasta este punto la Tradición había sido puesta lado a lado con las Escrituras como fuente de doctrina; pero Wycliffe disputaba esta noción y Juan Hus de Praga así como Martin Lutero, Huldych Zwingli y Juan Calvino adoptarían el punto de vista de Wycliffe.La doctrina de Wycliffe acerca de la iglesia tambien fue revolucionante.
El vio la iglesia como una institución espiritual y no politica. Por eso la obra pre-reformadora de Wycliffe esta cimentada sobre las doctrians de la Escirtura y la Iglesia. Serían esta controversias doctrinales precisas el combustible que más tarde alimentaría la "Reformación" de Lutero y Zwingli. El signficado de Wycliffe no puede ser pasado por alto.

Su movimiento hacia las Escrituras y la Iglesia como una sociedad espiritual fueron las piedras del fundamento sobre las cuales la "Reforma" sería luego fundamentada. El, además, propuso idea que eran controversiales. El sugirió que la libertad humana no existia; hasta el punto que todo lo que la persona hacia estaba pre-determinado. Su gran enemistad hacia el Papa lo llevó a hacer algunas declaraciones personales extravagantes; y su desconfianza de la naturaleza humana le llevó a completamente deshumanizar la humanidad. 1Aun así, sin Wycliffe, no podría haber "Reforma". O por ese medio, una traducción Inglesa de la Biblia.

La traducción de Wycliffe es bien conocida. Hizo su trabajo de la Vulgata en Latin; dando así al pueblo Inglés la primera traducción de las Escrituras en su propia lengua. Su traducción fue consultada por Tyndale, Coverdale, los Obispos, y por su puesto los traductores autorizados. El fue un traductor antes que Lutero; un Teólogo antes que Calvino; y un reformador antes de la Reforma.Después de la muerte de Wycliffe no apareceria otro Reformador antes de la Reforma hasta Juan Hus (1369-1415) En 1414 el papado atento poner final a la división que se acercaba llamando el concilio de Constancia donde Hus fue condenado (y ejecutado en Julio 6, 1415) y tambien Wycliffe (aunque ya muerte por mucho tiempo) fue censurado. Pero la ola no sería destruida. Las puertas de la inundación abiertas por Wycliffe alcanzarian su fruto en Zwingli y Lutero.

FUENTE: iglesiarefugiocelestial.jimdo.com

Biografía de Jorge Muller



Apóstol de la fe
1805-1898
"Por la fe Abel...Por la fe Noé...Por la fe Abraham..."Así es como el Espíritu Santo cuenta las increíbles proezas que Dios hizo por intermedio de los hombres que osaron confiar únicamente en él. Fue en el siglo XIX que Dios añadió lo siguiente a esa lista: "Por la fe Jorge Muller erigió orfanatos, alimentó a millares de huérfanos, predicó a millones de oyentes alrededor del mundo y ganó multitud de almas para Cristo."
Jorge Muller nació en 1805 de padres que no conocían a Dios. A la edad de diez años fue enviado al colegio con el propósito de que comenzara su preparación para el ministerio, pero no con el fin de servir a Dios, sino única y exclusivamente para llegar a tener una carrera, y vida cómoda. Esos primeros años de estudios transcurrieron en prácticas de vicios a los que se entregaba cada vez más, llegando en una ocasión a estar preso durante 24 días por ese motivo. Pero Jorge, una vez que quedó en libertad, comenzó a esforzarse en sus estudios, levantándose a las cuatro de la mañana y estudiando durante todo el día hasta las diez de la noche. Sin embargo, él hacía todo eso para alcanzar una vida descansada de predicador.
No obstante, a los 20 años de edad se produjo una completa transformación en la vida de ese joven. Asistió a un culto donde los creyentes, de rodillas, imploraban a Dios que hiciese caer su bendición sobre la reunión. Nunca se olvidó de aquel culto, en que vio por primera vez a los creyentes orando de rodillas; quedó profundamente conmovido con el ambiente espiritual, al extremo de querer buscar él también la presencia de Dios, costumbre esa que, luego, no abandonó por el resto de su vida.
Al entregar su vida al servicio sincero de Dios, Muller dejó los libros y comentarios y se dedicó a estudiar la Biblia en oración, y testifica haber leído la Biblia por lo menos 200 veces y por lo menos 100 veces la leyó estando en oración de rodillas. Las armas que Muller utilizó durante toda su vida fueron las Escrituras y la oración; Muller dedicaba unas dos horas diarias en íntima oración y además testifica que en todo lo que hacia nunca dejaba de orar!!! Decía que gracias a la oración millares de almas eran salvas como respuesta de Dios por la oración por los perdidos; Muller vivía en Espíritu de oración...
Muller aprendió a confiar en Dios para todo en su vida y en su ministerio no creía en comprar a crédito y tener deudas ni tampoco trabajaba por un salario fijo, pues decía que trabajar por salario fijo podía ser tropiezo para el crecimiento de la Iglesia y carga para los hermanos y creyó totalmente que Dios era el que le supliría para sus necesidades y para el ministerio. Jorge Muller sintió el llamado de Dios hacia la obra misionera, y al ver que Dios le suplía y cumplía sus promesas en el, comenzó a buscar y recoger niños huérfanos que se encontraba en las calles abandonados y alimentarlos y les enseñaba las Escrituras y mientras más niños ayudaba más Dios lo bendecía hasta que llegó a tener de 30 a 40 niños a su cuidado.
Al mismo tiempo fundó la Junta para el conocimiento de las Escrituras del país y en el extranjero. El fin era: (1) Auxiliar las escuelas bíblicas y las escuelas dominicales. (2)Divulgar las Escrituras. (3)Aumentar la obra misionera. Todo esto se llevaría acabo con los mismos principios de confiar en la ayuda de Dios y sin tener que pedir al prójimo. La palabra de fe en la cual Muller se apoyaba era en el (salmo 81:10) "Abre tu boca y yo la llenaré." Bajo esa promesa fue que Muller pudo fundar un orfanato para niños y otro para niñas.
Todo lo que Muller necesito para el orfanato como el dinero para el hogar, los muebles, y el personal que iba ayudar para cuidar de los niños huérfanos, Muller se lo pidió a Dios en oración y la respuesta no se tardó en venir. Tres meses después Muller inauguró un hogar para niñas abandonas, pero el día de la inauguración se supo que no tenían todavía ni una niña; Muller se fue en oración y al siguiente día recibieron a la primera niña y antes de terminar el mes tenían 26 niñas y 42 esperaban ingresar al orfanato. Muller testificó que de esa misma manera recibió de Dios la respuestas de sus oraciones el mismo día más o menos de 5,000 veces y acostumbraba llevar un registro de todas sus peticiones con sus contestas que le servia para recordarle todas las veces que Dios le había contestado; para así fortalecer su fe.
Respondiendo a muchos que querían saber cómo el creyente podía adquirir una fe tan grande, les dio las siguientes reglas: "1) Leer la Biblia y meditarla. Se llega a conocer a Dios por medio de la oración y de la meditación de su palabra. "2) Procurar mantener un corazón íntegro y una buena conciencia. "3) Si deseamos que nuestra fe crezca, no debemos evitar aquello que la pruebe y por medio de lo cual ella sea fortalecida. "Además para que nuestra fe se fortalezca, es necesario que dejemos que Dios actúe por nosotros al llegar la hora de la prueba, y no procuremos nuestra propia liberación. "Si el creyente desea poseer una fe grande, debe dar tiempo para que Dios trabaje." Los 5 edificios construidos de piedra labrada y situados en Ashley Hill, Bristol, Inglaterra, con sus 1,700 ventanas y espacio para acomodar a más de 2,000 personas, son testigos fieles de esa gran fe sobre la cual él se expresó.
A la edad de 69 años Jorge Muller comenzó sus viajes evangelísticos, en los cuales predicó muchas millares de veces, en 42 países, a más de 3 millones de personas anunciándoles el evangelio de Jesucristo; Estuvo casado con su primera esposa por 40 años hasta fallecer y a la edad de 66 años se casó con su segunda esposa, hasta la edad de 90 años cuando estuvo celebrando un culto de despedida en el cual él predicó y dirigió todos los servicios en la Iglesia y en el cementerio.
En el año 1898, a la edad de 93 años, la última noche antes de partir para estar con Cristo, sin haber demostrado ninguna señal de disminución en sus fuerzas físicas, se acostó como de costumbre a la mañana del día siguiente fue "llamado", según la expresión de un amigo al recibir las noticias que así explican la partida:"Querido anciano! Muller desapareció de nuestro medio para irse al Hogar Celestial, cuando el Maestro le abrió la puerta y lo llamó tiernamente diciéndole: ven." Dios le concedió a Jorge Muller en aportaciones para su ministerio a través de los años más de 20 millones de dólares, y el número de atendidos en los orfanatos asciende a 19,935 personas; Jorge Muller fue un gran ejemplo de fe durante toda su vida que vivió en esta tierra que dejó su huella para que nosotros la evidenciáramos amén!!!

Biografia de Juan Bunyan





Soñador Inmortal
1628-1688
"Caminando por el desierto de este mundo, paré en un sitio donde había una caverna (la prisión de Bedford); allí me acosté para descansar. Pronto me quedé dormido y tuve un sueño. Vi a un hombre cubiertos de andrajos, de pie y dando la espalda a su habitación, que llevaba una pesada carga sobre sus hombros y en las manos un libro."
Hace tres siglos que Juan Bunyan comenzó de esta manera su libro, El Peregrino. Los que conocen sus obras literarias pueden confirmar que él es, en efecto, "el soñador inmortal"-"a pesar de estar muerto, todavía habla". Sin embargo, aun cuando miles y miles de creyentes conocen El Peregrino, son pocos los que conocen la historia de la vida dedicada a la oración de este valiente predicador.
Bunyan, en su obra, Gracia abundante para el principal de los pecadores, nos informa que sus padres, a pesar de ser muy pobres, consiguieron que él aprendiese a leer y a escribir. El mismo se llamó "el principal de los pecadores"; Aún no siendo todavía creyente, se casó con una joven en cuya familia todos eran creyentes fervorosos. Bunyan era hojalatero, y como sucedía con todos los de su oficio, era pobrísimo. Ella, por su parte, no poseía ni un plato ni una cuchara -solamente tenía dos libros: El camino al Cielo para el hombre sencillo y la práctica de la piedad, obras que su padre le dejara antes de fallecer. A pesar que Bunyan encontró en esos dos libros "algunas cosas que le interesaban", fue solamente en los cultos que sintió la convicción de estar camino al infierno.
En los siguientes trozos copiados de la Gracia abundante para el principal de los pecadores, se descubre cómo él luchaba en oración durante el período de su conversión: "Durante el tiempo en que me sentí condenado a las penas eternas, me admiraba de cómo los hombres se esforzaban por conseguir los bienes terrenales, como si esperasen vivir aquí eternamente...Si yo hubiese tenido la seguridad de la salvación de mi alma, cómo me sentiría inmensamente rico, aun cuando no tuviese para comer nada más que frijoles."
"Busqué al Señor, orando y llorando, y desde el fondo de mi alma clamé": "Oh Señor, muéstrame, te lo ruego, que me amas con amor eterno." Entonces escuché repetidas mis palabras, como en un eco: "Yo te amo con amor eterno." Me acosté para dormir en paz y, al despertarme al día siguiente, la misma paz inundaba mi alma. El Señor me aseguró: " Te amé cuando vivías en pecado; te amé antes, te amo después, y te amaré siempre." Después de tal experiencia; entonces las cadenas cayeron de mis tobillos: quedé libre de mis angustias y las tentaciones que me asechaban perdieron vigor; dejé de sentir temor por la severidad de Dios y regresé a mi casa regocijándome con la gracia y el amor de Dios.
Bunyan fue un amante y conocedor de las Escrituras, y deseaba con pasión la salvación de las almas perdidas. Acerca de esto escribió: "Mediante las Escrituras percibí que el Espíritu Santo no quiere que los hombres entierren sus talentos y dones en la tierra, sino más bien que aviven esos dones...Doy gracias a Dios por haberme concedido la capacidad para amar y tener compasión por el alma del prójimo, y por haberme inducido a esforzarme grandemente para hablar una palabra que Dios pudiese usar para apoderarse de la conciencia y despertarla." En eso el buen Señor respondió al anhelo de su siervo, y la gente comenzó a mostrarse conmovida y angustiada al percibir el horror de sus pecados y la necesidad de aceptar a Jesucristo.
"Desde lo profundo de mi corazón clamé a Dios insistentemente para que Él hiciese eficaz la Palabra para la salvación del alma...De hecho, le dije al Señor repetidamente que si el sacrificio de mi vida a la vista de la gente sirviese para despertarlos y confirmarlos en la verdad, yo lo aceptaría alegremente." "Al ejercer mi ministerio, mi mayor anhelo era llegar a los lugares más obscuros del país...Cuando predicaba, realmente sentía dolores de parto para que naciesen hijos para Dios. Si no había fruto, yo no le daba importancia a ninguna alabanza que pudiese recibir por mis esfuerzos; habiendo fruto, no mi importaba oposición alguna."
Juan Bunyan pasó muchas persecuciones por satanás, para hacerlo abandonar su ministerio y dejar de predicar; Lo llamaron hechicero, jesuita, contrabandista, y hasta el punto de rumorar que tenia una amante y tenía dos mujeres y que sus hijos eran ilegítimos; pero nada de esas calumnias detuvieron al siervo de Dios. Entonces el Diablo usó a sus enemigos para que fuera preso por no observar los reglamentos de los cutos la Iglesia oficial y fue sentenciado a prisión perpetua, teniendo que quedar preso hasta el día que jurase que nunca más volvería a predicar. Pero a tal propuesta declaró: "Si hoy saliese de la prisión, mañana comenzaría a predicar, con la ayuda de Dios."
Juan Bunyan pasó más de doce años en la cárcel, que equivale a una quita parte de su vida. Después de ser dejado en libertad por la ayuda de un cuáquero llamado Whitehead, continuó con su ministerio hasta que a la edad de sesenta años falleció de un ataque de fiebre y partió con el Señor.
Si alguien dudase de que Bunyan siguiera la voluntad de Dios durante los doce largos años que pasó en prisión de Bedford, debe recordar que ese siervo de Cristo, al escribir El Peregrino en la prisión, predicó un sermón que ya tiene tres siglos y que hoy se lee en ciento cuarenta lenguas. Es el libro de mayor circulación después de la Biblia. Sin tal dedicación a Dios, no habría sido posible alcanzar el incalculable fruto eterno de ese sermón predicado por un hojalatero lleno de la gracia de Dios.
Otras obras literarias que Juan Bunyan nos legó son: Gracia abundante para el principal de los pecadores; Llamado al ministerio; El Peregrino; La Peregrina; La conducta del creyente; La gloria del templo; El pecador de Jerusalén es salvo; Las guerras de la famosa ciudad de Almahumana; Vida y muerte del hombre malo; El sermón del monte; La higuera estéril; Discursos sobre la oración; El viajero celestial; Gemidos de un alma en el infierno; La justificación es imputada; etc...

Biografía de Juan Calvino



Nació el 10 de julio de 1509 en Noyon. Recibió enseñanza formal para el sacerdocio en el Collège de la Marche y en el Collège de Montaigu, ambos centros académicos dependientes de la Universidad de París. Influido por su padre (el cual prefería que su hijo se dedicara al ejercicio del derecho y no a la teología), cursó estudios de leyes en las universidades de Orleans y Bourges. Junto a varios amigos empezó a interesarse por el entorno del humanismo, así como por el movimiento de la Reforma, y emprendió estudios sobre la traducción griega de la Biblia. En 1532 publicó un comentario sobre De Clementia, obra de Lucio Anneo Séneca, en el que ya quedaba de manifiesto su sólida y erudita formación humanista. Se asoció entonces con Nicolás Cop, que acababa de ser elegido rector de la Universidad de París, y ambos tuvieron que huir de la ciudad en 1533, cuando aquél hizo público su apoyo a Martín Lucero.

Durante los dos años siguientes llevó una vida errática; prosiguió sus estudios y escritos, al tiempo que formulaba, a partir de la Biblia y la tradición cristiana, los principios básicos de la doctrina, lo que le obligaba a eludir constantemente la persecución de la Inquisición. En 1536 publicó en Basilea la primera edición de su Institutio christianae religionis (Institución de la religión cristiana, también conocida como La institución cristiana) un conciso y provocativo trabajo que le situó al frente del pensamiento protestante. Ese mismo año viajó a Ginebra, tras haber sido invitado por Guillaume Farel a participar en el movimiento de reforma que se respiraba en la ciudad. Permaneció en Ginebra hasta 1538, año en que los ciudadanos votaron contra las propuestas de Farel y ambos fueron invitados a abandonar la ciudad. Marchó a Estrasburgo, donde tomó parte en la vida religiosa de esa comunidad, contrajo matrimonio con la viuda Idelette de Bure (con quien tuvo un hijo, que murió en la infancia) y publicó el primero de sus numerosos comentarios sobre los libros de la Biblia.

En septiembre de 1541, los habitantes de Ginebra convencieron a Calvino para que regresara y les dirigiera de nuevo en la reforma de la Iglesia. Allí viviría el resto de su vida, excepto durante los breves viajes que le impuso su actividad al frente de la ciudad. Su esposa falleció en 1549 y no se volvió a casar. Aunque recibió una casa y salario del gobierno local, no tuvo cargo oficial en el mismo y sólo en 1559 se hizo ciudadano de Ginebra. Su liderazgo fue discutido hasta 1555, cuando fue derrotada la resistencia de la influyente familia Perrin.

Calvino redactó el borrador de las nuevas ordenanzas que el consejo adoptaría como constitución de Ginebra, regulando a la vez temas sagrados y profanos. Apoyó también el establecimiento de un sistema de escuelas municipales para todos los niños y de un centro de formación para los estudiantes más adelantados, la Academia, que inauguró en 1559 (con Teodoro de Beza como rector) y que muy pronto se convertiría en una verdadera universidad.

Mientras estuvo al servicio de Ginebra, la ciudad se vio amenazada con frecuencia por los ejércitos a las órdenes de Manuel Filiberto, duque de Saboya, y de otros jefes católicos. En realidad, la ciudad era una auténtica fortaleza amurallada y sólo recibía alguna ayuda de las granjas de los alrededores y de sus aliados más próximos. El clima bélico y la constante amenaza de ser conquistada contribuyeron a que las condiciones de vida fuesen muy duras en Ginebra, que dependía en extremo de su comercio.
Calvino se propuso mejorar la vida de los habitantes de la ciudad a través de muchos medios. Propugnó la construcción de hospitales, el establecimiento de una infraestructura de alcantarillado y de barandillas protectoras en los pisos altos para evitar que los niños se cayeran, y prestó una atención especial al cuidado de pobres y enfermos y a la progresiva introducción de nuevas actividades artesanales. Promovió también el uso de la lengua francesa en las iglesias y contribuyó de forma decisiva a su formación como lengua moderna.

Sin embargo, su mayor aportación a la historia de la Iglesia fueron sus escritos. Compuso personalmente numerosos himnos y animó a otros a hacerlo, entre ellos a su colega Louis Bourgeois, quien compuso el denominado Salterio Ginebrino, llamado a ser el modelo de muchos himnos protestantes. Redactó un influyente catecismo, cientos de cartas a compañeros reformadores y comentarios sobre casi todos los libros de la Biblia. También fueron recopilados sus escritos y numerosos sermones.

Nunca gozó de buena salud, pues padecía asma bronquial, y estuvo muy delicado desde 1558, a causa de una violenta crisis de fiebre cuartana. Falleció el 27 de mayo de 1564 y fue enterrado en una sepultura anónima en Ginebra.

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TORTURADO POR JESUCRISTO EN EL COMUNISMO DE LA EUROPA DEL ESTE (Primera Parte)


TORTURADO POR JESUCRISTO EN EL COMUNISMO DE LA EUROPA DEL ESTE.

En reconocimiento a todos los cristianos que dan su vida por Cristo y cuyo ejemplo nos estimula a seguir adelante, y la de tantos mártires que murieron por Cristo, por todos nosotros.
    "que todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, ... y que los has amado a ellos como me has amado a mí... que el amor con que tú me has amado esté en ellos y yo en ellos."

El Rev. Richard Wurmbrand (†17 de Febrero de 2001 a los 92 años) es una pastor evangélico que pasó catorce años en cárceles comunistas en Rumanía, su patria. Es uno de sus más renombrados dirigentes cristianos, autores y educadores. Pocos nombres son tan conocidos en su país.
     En 1945, cuando los comunistas ocuparon Rumanía, e intentaron controlar a las iglesias para sus propios fines, Richard Wurmbrand comenzó de inmediato un efectivo y vigoroso “ministerio subterráneo” entre sus compatriotas esclavizados y los soldados invasores rusos. Finalmente fue arrestado en 1948, en compañía de su esposa Sabina (†11 agosto de 2000). Ella fue condenada a tres años de trabajos forzados. Richard Wurmbrand pasó tres años de confinamiento solitario, sin ver a nadie, con excepción de sus guardias comunistas. Después de tres años fue transferido a una celda común por cinco años más, donde continuaron sus torturas.
     Debido a su prestigio internacional como líder cristiano, algunos diplomáticos de las embajadas de los países occidentales comenzaron a interesarse por su seguridad. Se les informó que había huido de Rumanía. Por otro lado policías secretos, haciéndose pasar por ex-compañeros de cárcel, contaron a su esposa cómo habían presenciado su entierro en el cementerio de la cárcel. Tanto a su familia en Rumanía como a sus amigos en el exterior se les aconsejó que era mejor olvidarlo, ya que estaba muerto.
     Después de ocho años fue puesto en libertad e inmediatamente reanudó su labor en la Iglesia Subterránea. Dos años más tarde, en 1959, fue vuelto a arrestar y sentenciado a veinticinco años de cárcel.
     El Sr. Wurmbrand fue puesto en libertad otra vez en una amnistía general en 1964, y continuó su ministerio subterráneo. Conscientes del peligro que significaba para él un tercer arresto, los cristianos de Noruega negociaron su salida de Rumanía con las autoridades comunistas. El gobierno comunista había comenzado a “vender” a sus presos políticos. El precio habitual de rescate por un preso era de 2.000 dólares; pero por él pidieron 10.000 dólares.
     En mayo de 1966, mientras prestaba declaraciones ante el Sub-Comité de Seguridad Interior del Senado norteamericano en Washington, se desnudó hasta la cintura para que pudieran ver las dieciocho profundas cicatrices que le habían dejado las atroces torturas a que fue sometido durante su encarcelamiento. Los periódicos norteamericanos, europeos y de Asia contaron al mundo su dramática historia. En el mes de septiembre de ese mismo año se le advirtió que el régimen comunista de Rumanía había dispuesto su asesinato. Mas, ni siquiera aquellas amenazas de muerte pudieron silenciar su voz. Ha sido llamado “La Voz de la Iglesia Subterránea”. Líderes cristianos lo han llamado “un mártir viviente” y “el Pablo de la Cortina de Hierro”.
La Iglesia Mártir de Hoy
TORTURADO POR CRISTO
Richard Wurmbrand

Un ateo encuentra a Dios

     Fui criado en una familia donde ninguna religión era reconocida. Por lo tanto, en mi niñez no tuve ninguna instrucción religiosa. A los catorce años era ya un convencido y empedernido ateo. Era el lógico resultado de mi amarga niñez. Quedé huérfano a muy temprana edad y conocí la pobreza en aquellos difíciles años de la Primera Guerra Mundial. De allí que, a mis catorce años, fuera un ateo tan convencido como lo son hoy los comunistas. Había leído libros sobre ateísmo y ello no significaba meramente que no creyese en Dios o en Cristo.... odiaba esos conceptos por considerarlos perjudiciales a la mente humana. Y así crecí, sintiendo amargura y resentimiento hacia la religión.
     Pero, como llegué a entender, más tarde, había sido elegido por la gracia de Dios, por razones que no alcanzaba a comprender. Esas razones no tenían nada que ver con mi carácter, pues éste era muy malo.
     Aún cuando me consideraba un ateo, algo incomprensible dentro de mí me atraía hacia las iglesias. Me resultaba difícil pasar frente a una iglesia sin sentir necesidad de entrar. No obstante, nunca podía entender lo que sucedía dentro de esos lugares. Escuchaba los sermones, pero éstos no apelaban a mi corazón, y no me sentía ni afectado ni conmovido por ellos. Tenía la absoluta seguridad de que Dios no existía. Aborrecía el concepto errado que tenía de Dios como un amo al que había que obedecer. Sin embargo, mucho me habría agradado saber que en algún lugar en el centro de este universo existiera un corazón de amor. Había conocido tan pocos de los goces de la niñez y la juventud, que anhelaba encontrar en alguna parte una corazón que estuviera latiendo de amor por mí también.
     Sabía que Dios no existía, pero me lamentaba que no existiera tal Dios de amor. En cierta oportunidad, movido por este conflicto espiritual interior, entré en una Iglesia Católica. Observé a la gente arrodillada, y me di cuenta que estaban murmurando algo. Rezaban una plegaria a la Santa Virgen:
     “Ave María, llena eres de Gracia”. Repetí esas palabras una y otra vez, mirando a la imagen de la Virgen María, pero no sucedió nada lo que me causó gran pesar.
     Un día, a pesar de ser un ateo convencido, oré a Dios. Más o menos mi oración fue así:
     “Dios, tengo el convencimiento absoluto que Tú no existes, pero por si acaso existieras, cosa que dudo, no es mi deber creer en Ti, pero sí es Tu obligación revelarte a mí”. Sí, yo era ateo, pero eso no traía paz a mi corazón.
     Durante este período de conflicto interior, como lo vine a descubrir más tarde en un pueblito situado en las montañas de Rumanía, un carpintero anciano oraba de esta manera:
     “Mi Dios, te he servido aquí en la tierra y te pido que me des una recompensa tanto aquí como en el Cielo. La recompensa que quiero es que no muera sin antes haber traído a Ti a un judío, puesto que Jesús era judío. Pero soy pobre y estoy viejo y enfermo, no puedo salir de aquí en busca de uno de ellos, y bien sabes que en este pueblo no vive ninguno. Trae, Señor, un judío hasta acá, y haré todo lo que esté en mí para llevarlo a Cristo”.
     Algo irresistible me atrajo a ese pueblo. Yo no tenía nada que hacer allí. Existen doce mil pueblos semejantes en Rumanía. Sin embargo, yo viajé a ese pueblo. Viendo el carpintero que yo era judío, me llenó de atenciones como nunca una hermosa muchacha se vio atendida. En mí había visto la respuesta a su oración, y me obsequió una Biblia. Yo había leído muchas veces la Biblia, pero sólo por interés cultural. En cambio, la Biblia que me obsequiara aquel anciano me dio la impresión de ser totalmente diferente. Esta parecía no estar escrita simplemente con letras, sino con las llamas de amor de sus ardientes oraciones. Según me confesó más tarde, él y su esposa habían pasado horas enteras orando por mi conversión y la de mi mujer. Me resultaba difícil leerla, pues sólo atinaba a llorar cuando comparaba mi vida con la vida de Jesús; mis impurezas con su pureza; mi odio con su amor. Mas a pesar de eso me aceptó como uno de los suyos.
     Al poco tiempo se convirtió mi esposa. Ella atrajo a otras almas a Cristo, las que a su vez atraían a otros a nuestra fe. De esta manera nació una nueva congregación luterana en Rumanía.
     Entonces llegó el nazismo. Teníamos mucho que sufrir. El nazismo tomó la forma de una dictadura de elementos ultra-ortodoxos que persiguieron a los grupos protestantes, además de los judíos.
     Aún antes de mi ordenación formal y de que estuviera preparado para el pastorado, era el líder virtual de esta Iglesia recién fundada. Tenía la responsabilidad de ella. Mi esposa y yo fuimos arrastrados varias veces a los tribunales. El terror nazi fue muy grande, empero era un anticipo de lo que vendría: el Comunismo. Mihai, mi hijito, debió adoptar un nombre no judío para poder escapar de la muerte.
     A pesar de todo, la era del nazismo nos proporcionó una gran ventaja, pues nos enseñó que los golpes físicos podían ser soportados, puesto que el espíritu humano, con la ayuda de Dios, puede sobrevivir a las más horribles torturas. Además nos obligaron a adoptar los métodos del trabajo cristiano en secreto, que nos sirvieron como entrenamiento para la prueba aún más terrible que estaba por venir y que, sin saberlo, ya se aproximaba.
 Mi ministerio con los rusos
     El remordimiento de mi pasado ateo me hizo anhelar desde el primer día de mi conversión el testificar de mi fe a los rusos. Ellos son un pueblo criado desde la infancia en el ateísmo. Mis deseos de alcanzar a los rusos para Cristo se han cumplido. Su cumplimiento comenzó en los años del nazismo, pues había muchos prisioneros de guerra rusos en Rumanía, entre los cuales podíamos hacer nuestra obra.
     Fue una labor conmovedora y dramática. Jamás olvidaré mi primer encuentro con un prisionero ruso, quien me contó que era ingeniero. Le pregunté si creía en Dios. Si me hubiera dicho “no”, no me habría importado tanto, puesto que cada hombre tiene el derecho de creer o no creer. Pero ante mi pregunta si creía en Dios levantó sus ojos sin comprender y me respondió: “Mis superiores militares no me han dado ninguna orden para creer. Si tuviera una orden, creería”.
     Las lágrimas corrieron por mis mejillas, y sentí como si el corazón se destrozara dentro de mí. Allí, frente a mí, había un hombre cuya mente estaba como muerta. Un hombre que había perdido el don más preciado que Dios concede al ser humano: tener su propia personalidad. Era sólo un instrumento, con el cerebro lavado, en manos de los comunistas, dispuesto a creer o no, según se lo ordenaran. No tenía capacidad para pensar por sí mismo. ¡Era un ruso típico después de tantos años de dominación comunista! Después del impacto de ver lo que el comunismo había hecho con los seres humanos, prometí a Dios dedicar mi vida a esos hombres, para ayudarles a recuperar su personalidad y llevarles a la fe en Dios y en Jesucristo.
     No necesité ir a Rusia para alcanzar a los rusos.
     A partir del 23 de agosto de 1944, un millón de soldados rusos entraron en Rumanía, y poco después los comunistas llegaron al poder en nuestro país. Entonces comenzó la horrenda pesadilla, ante la cual el sufrimiento bajo el nazismo parecía poca cosa.
     En ese entonces en Rumanía, que ahora tiene diecinueve millones de habitantes, el partido comunista tenía solamente diez mil miembros. Sin embargo, Vishinsky, ministro de Relaciones Exteriores de la Unión Soviética, irrumpió en la oficina de nuestro muy amado rey Michael I, golpeó en la mesa con los puños, y dijo: “Usted debe nombrar comunistas para el gobierno”. Nuestro ejército y policía fueron desarmados y así, por la violencia, y odiados por casi todos, los comunistas llegaron al poder. Esto sucedió con la pasiva cooperación de los gobernantes ingleses y norteamericanos de aquel tiempo.
     Los hombres son responsables ante Dios no solamente por sus propios pecados, sino también por los de su nación.
     La tragedia de todos los países cautivos constituye una responsabilidad en los corazones de los cristianos ingleses y norteamericanos. Los norteamericanos deben saber que en algunas oportunidades han ayudado, sin darse cuenta, a que los rusos nos hayan impuesto regímenes de terror y muerte. Los norteamericanos deben expiar estas faltas, ayudando a los pueblos cautivos para que llegue hasta ellos la luz de Cristo.
    

El idioma del amor y el idioma de la seducción son la misma cosa

     Una vez que los comunistas estuvieron en el poder, hábilmente pusieron en práctica sus métodos de seducción para conquistarse la Iglesia. El idioma del amor y de la seducción son idénticos. Tanto el que desea a una joven para hacerla su esposa, como el que sólo la desea para tenerla una noche y después desecharla, dicen: “Te quiero”. Jesús nos enseñó a distinguir entre el lenguaje de la seducción y el del amor, como también a discernir a los lobos con la piel de oveja de las verdaderas ovejas.
     Cuando los comunistas consiguieron el poder, miles de sacerdotes, pastores y ministros no supieron distinguir ambas voces.
     Los comunistas convocaron un congreso de todos los grupos cristianos, en el edificio de nuestro parlamento. Asistieron unos cuatro mil sacerdotes y pastores que eligieron nada menos que a ¡José Stalin como presidente honorario de dicho congreso! Al mismo tiempo él era el presidente del movimiento mundial ateo, y un asesino en masa de los cristianos. Uno tras otro, obispos y pastores se levantaron en aquel recinto para declarar que el comunismo y el cristianismo fundamentalmente son los mismo y que por lo tanto podían coexistir. Un ministro tras otro ensalzó al comunismos y aseguró al nuevo gobierno que podría contar con la lealtad de la Iglesia.
     Mi esposa y yo estábamos presentes en ese Congreso. Ella, que estaba sentada cerca de mí, me dijo: “Richard, levántate y limpia la cara de Cristo de tanta vergüenza! Están escupiendo en su cara.” Le dije: “Si lo hago, pierdes a tu esposo.” Ella respondió: “No deseo tener a un cobarde por esposo.”
     Entonces me levanté y hablé a los congresistas, alabando no a los asesinos de los cristianos, sino a Dios y su Hijo Jesucristo, afirmando que nuestra lealtad se debía en primer lugar a Él. Los discursos de aquel congreso eran difundidos por radio, así es que se pudo escuchar el mensaje de Cristo en todo el país, proclamado desde la misma tribuna del Parlamento Comunista. Después tuve que pagar por semejante temeridad, pero había valido la pena.
     Los dirigentes de las Iglesias protestantes y ortodoxas competían entre sí en su afán de ceder al comunismo. Un obispo ortodoxo colocó el emblema de la hoz y el martillo en sus vestiduras eclesiásticas y solicitó a sus sacerdotes que no se dirigieran más a él como “su señoría”, sino como “camarada obispo”. En otra oportunidad asistí al congreso bautista en el pueblo de Resita, que se efectuó bajo la sombra de la bandera roja, donde todos se pusieron de pie al entonarse el himno nacional de la Unión Soviética. El presidente de los bautistas declaró que Stalin no hizo más que cumplir con los mandamientos de Dios, y lo alabó como un gran maestro de la Biblia.
     Algunos sacerdotes, como Patrascoiu y Rosianu fueron más directos, convirtiéndose en miembros de la Policía Secreta. Rapp, obispo auxiliar de la Iglesia Luterana en Rumanía, comenzó a enseñar en el seminario teológico que Dios había dado tres revelaciones: una a través de Moisés, otra a través de Jesús, y una tercera a través de Stalin que superaba aún a la anterior.
     Debo aclarar que los verdaderos bautistas, por quienes siento un verdadero aprecio, no estaban de acuerdo y mantuvieron intacta su fe en Cristo, sufriendo mucho a causa de ello. Sin embargo, los comunistas “eligieron” a sus dirigentes y los bautistas no tuvieron más remedio que aceptarlos. La misma condición se mantiene hoy en las altas esferas de dirección religiosa.
     Aquellos que se convirtieron en siervos del comunismo en lugar de siervos de Cristo, comenzaron a denunciar a los hermanos que no se unían a ellos.
     Así como los cristianos rusos formaron una Iglesia Subterránea después de la revolución rusa, la ascensión al poder del comunismo y la traición de fatuos dirigentes de la iglesia oficial nos obligó a fundar también en Rumanía una Iglesia Subterránea que fuera fiel a su fe, que predicara el Evangelio y que ganara a los niños para Cristo. Los comunistas prohibieron todo esto y la Iglesia Oficial consintió.
     Junto con otros comencé una obra secreta. Exteriormente yo mantenía una posición bastante respetable que nada tenía que ver con mi verdadera obra clandestina, pero que me servía de pantalla para ocultarla. Yo era pastor de la Misión Luterana Noruega y al mismo tiempo era el representante del Consejo Mundial de Iglesias para Rumanía. (Cabe destacar que en Rumanía no teníamos la más remota idea que esa organización algún día podría cooperar con el comunismo. Por aquel entonces se dedicaba a mantener programas de ayuda en nuestro país). Estos dos títulos me dieron una buena reputación ante las autoridades, que nada sabían de mi obra clandestina.
La misma tenía dos facetas.
La primera era nuestro ministerio secreto entre el millón de soldados rusos.
La segunda faceta era nuestro ministerio subterráneo al esclavizado pueblo rumano.

Los rusos: un pueblo de almas “sedientas”

     Para mí, el predicar el Evangelio a los rusos es el cielo en la tierra. Yo he predicado el Evangelio a hombres de muchas naciones, pero nunca he visto a un pueblo tan sediento del Evangelio como los rusos.
     Un sacerdote ortodoxo amigo mío me telefoneó un día para comunicarme que un oficial ruso había acudido a él para confesarse. Como él no sabía ruso, y yo en cambio sí, le había dado mi dirección. El hombre vino a verme al día siguiente. El amaba a Dios, aunque nunca había visto una Biblia, ni jamás había asistido a ningún servicio religioso (pues existen muy pocas iglesias en Rusia). No tenía la menor instrucción religiosa, pero amaba a Dios a pesar de no tener ni el más elemental conocimiento de Él.
     Comencé a leerle el Sermón de la Montaña y las parábolas de Jesús. después de escucharlas, en un arranque de alegría, se puso a danzar por todo el cuarto, exclamando: “¡Qué maravillosa belleza! ¡Como pude vivir sin saber nada de este Cristo!” Fue la primera vez que veía a alguien tan cautivado por la persona de Cristo.
     Fue entonces que cometí un error. Le leí acerca de la pasión y crucifixión de Jesús, sin haberlo preparado para ello. El no lo esperaba, pues cuando escuchó cómo Cristo fue abofeteado, cómo fue crucificado y al fin murió, cayó en un sillón y comenzó a llorar amargamente. ¡Había creído en un Salvador y ahora su Salvador estaba muerto!
     Al observarle me sentí avergonzado de llamarme cristiano y pastor, de ser un maestro para los demás y, sin embargo, jamás haber compartido los sufrimientos de Cristo en la forma que este oficial ruso ahora los compartía. Mirándole, me pareció volver a ver a María la Magdalena llorando al pie de la cruz; llorando fielmente aun cuando Jesús yacía en la tumba.
     Luego le leí la historia de la Resurrección. El no sabía que su Salvador había resucitado de la tumba. Cuando escuchó estas maravillosas nuevas, se golpeó las rodillas profiriendo una palabra bastante grosera, aunque en ese momento la consideré Aceptable, y aún quizás “santa”. Era su cruda manera de expresarse. Nuevamente se regocijaba, gritando de alegría: “¡El vive! ¡El vive!”, y danzaba, dominado por la felicidad.
     “Oremos”, le dije, pero él no sabía orar, a nuestra manera por lo menos. Cayó de rodillas junto a mí, y las palabras que brotaron de sus labios fueron: “¡Oh Dios, qué magnífico eres. Si Tú fueras yo y yo fuese Tú, nunca te habría perdonado Tus pecados. Eres en realidad magnífico y yo te amo de todo corazón!”
     Pienso que todos los ángeles en el cielo se detuvieron para escuchar esta sublime oración de un oficial ruso. ¡El hombre había sido ganado para Cristo!
     En un negocio encontré a un capitán ruso con una dama que era también oficial del ejército; compraban una gran cantidad de cosas, pero tenían dificultades para hacerse entender con el vendedor, ya que él no entendía el ruso. Me ofrecí para actuar de intérprete para ellos, y trabamos amistad. Les invité a casa para almorzar, y antes de comenzar a comer les dije: “Ustedes están en una casa cristiana y nosotros tenemos la costumbre de orar”. Oré en ruso. Entonces dejaron los cubiertos sobre la mesa y perdieron el interés en la comida. Comenzaron a hacer pregunta tras pregunta acerca de Dios, de Jesucristo y la Biblia. Ellos no sabían nada.
     No fue fácil hablarles. Les narré la parábola de un hombre que tenía cien ovejas y perdió una; pero no me entendieron, porque me preguntaron: “¿Cómo es posible que tenga cien ovejas y que no se las haya quitado la granja colectiva comunista?” Entonces les dije que Jesús es un rey. A esto me contestaron: “Todos los reyes han sido hombres malos que tiranizaban a su pueblo, y Jesús por lo tanto tiene que haber sido un tirano también”. Cuando les narré la parábola de los obreros de la viña, ellos dijeron: “Bueno, esos hombres hicieron muy bien en rebelarse contra el propietario de la viña. La viña tiene que pertenecer a la granja colectiva.” Todo era nuevo para ellos. Al relatarles el nacimiento de Jesús, sus preguntas podrían parecer, en labios de un occidental, una blasfemia: “¿Era María la esposa de Dios?” Fue entonces que comprendí, al discutir con ellos y muchos otros, que para predicarles el Evangelio a los rusos, después de tantos años de comunismo, tendríamos que usar un idioma totalmente nuevo.
     Los misioneros que fueron al África Central tuvieron dificultades para traducir las palabras del profeta Isaías: “Si tus pecados fueron rojos como la grana, como la nieve serán emblanquecidos”. Nadie, en esa parte de África Central, había visto la nieve. Ni siquiera existía la palabra “nieve”. Por lo tanto tuvieron que traducir: “Tus pecados serán blancos como la pulpa del coco”.
     Así también tuvimos que traducir el Evangelio al lenguaje marxista para hacerlo comprensible a ellos. Era algo que no podíamos solos, mas el Espíritu Santo lo hizo a través nuestro.
     En ese mismo día se convirtieron el capitán y el oficial. Después, ellos nos ayudaron mucho en nuestro ministerio clandestino con los rusos.
     Imprimimos y distribuimos en forma secreto muchos miles de Evangelios y otra literatura cristiana entre los rusos. A través de los soldados rusos convertidos pudimos introducir de contrabando muchas Biblias y porciones bíblicas en Rusia.
     Usamos otra técnica para hacer llegar copias de la Palabra de Dios a las manos de los rusos. Los soldados rusos habían estado peleando varios años, y muchos de ellos tenían en su patria hijos que no habían visto en todo ese tiempo (Los rusos tienen un gran cariño por los niños). Mi hijo Mihai y otros pequeños, menores de diez años, iban a las calles y parques llevando con ellos muchas Biblias, Evangelios, y otra literatura en los bolsillos. Los soldados rusos los acariciaban en la cabeza y les hablaban cariñosamente, pensando en sus propios hijos que no habían visto por tantos años. Luego les daban chocolates o dulces a los niños, quienes, a su vez, les daban algo a cambio: Biblias y Evangelios, que eran aceptados gustosamente. A menudo, lo que era peligroso para nosotros hacer abiertamente, podía ser hecho por nuestros hijos sin ningún riesgo. Eran nuestros “pequeños misioneros” para los rusos. Los resultados fueron excelentes. Muchos soldados rusos recibieron de este modo el Evangelio, que de otra manera no hubiéramos podido darles.

Predicando en los cuarteles del ejército ruso

     Nuestra labor entre los rusos no sólo se limitó a la obra personal, sino que también tuvimos la oportunidad de realizar reuniones con grupos pequeños.
     A los rusos les gustaban muchos los relojes. Se lo robaban a cuanta persona se encontraban. Aún detenían a las personas en la calle para ese fin, y había que entregárselo. Se les podía ver usando varios relojes al mismo tiempo, preferentemente en los brazos; y aún a las mujeres oficiales con relojes despertadores colgando de sus cuellos. El rumano que deseara tener un reloj tenía que ir a los cuarteles del Ejército Soviético para comprar uno robado; a menudo adquiría su propio reloj. Así pues era común ver a los rumanos entrar en los cuarteles rusos; y esto nos proporcionó a nosotros, los de la Iglesia Subterránea, un excelente pretexto para ir allí también, a comprar relojes.
     Elegí la festividad ortodoxa de San Pablo y San Pedro como la primera fecha para ir a los cuarteles rusos. Pretestando querer adquirir un reloj fui a la base militar. Con el fin de ganar tiempo, simulaba rechazar uno por encontrarlo muy caro; otro, por ser muy chico y otro por más grande. Como lógica consecuencia, se juntó a mi alrededor un grupo de soldados que me ofrecieron algo para comprar. En son de broma les pregunté: “¿Alguno de ustedes se llama Pablo o Pedro?” Algunos respondieron afirmativamente. Entonces les dije: “¿Sabían ustedes que hoy es el día en que vuestra Iglesia Ortodoxa honra a San Pablo y San Pedro?” Nadie lo sabía, así que comencé a contarles acerca de ellos. Uno de los soldados rusos me interrumpió para decirme: “Tú no has venido a comprar relojes. Has venido para hablarnos de la fe. ¡Siéntate aquí y háblanos!, pero ¡ten cuidado! Sabemos de quienes tenemos que cuidarnos. Cuando coloque mi mano en tu rodilla deberás hablar solamente de relojes. Cuando la retire puedes continuar con tu mensaje.” Tenía ya junto a mi un grupo bastante numeroso de soldados, a los que seguí contándoles acerca de Pablo y Pedro, y en especial de Cristo por quien ellos murieron. Al acercarse de cuando en cuando alguno en quien no tenía confianza, el soldado ponía su mano sobre mi rodilla y de inmediato comenzaba a hablar acerca de los relojes. Tan pronto éste se alejaba, volvía a predicarles de Cristo.
     Con la ayuda de soldados rusos cristianos, pude repetir esta visita muchas veces. Muchos de sus camaradas encontraron a Jesús, y miles de Evangelios fueron repartidos secretamente.
     Lamentablemente, muchos de nuestros hermanos y hermanas de la Iglesia Subterránea que fueron sorprendidos en estas actividades, fueron brutalmente flagelados. No obstante, jamás traicionaron nuestra organización.
     Durante esta labor, tuvimos el gozo de conocer a hermanos de la Iglesia Subterránea rusa, como también escuchar sus experiencias. En primer lugar, pudimos apreciar en ellos lo que convierte a los hombres en grandes santos. Habían pasado a través de tantos años de adoctrinamiento comunista. Algunos incluso habían estado en las universidades comunistas; y sin embargo, al igual que el pez que vive en aguas saladas pero que mantiene dulce su carne, así también ellos habían pasado a través de las escuelas comunistas manteniendo sus almas limpias y puras en Jesucristo.
     ¡Estos rusos cristianos tenían almas tan preciosas! Nos manifestaban: “Sabemos que la estrella con la hoz y el martillo que usamos en nuestras gorras es la estrella del Anticristo”, y lo decían con gran tristeza. Su ayuda nos fue inapreciable para poder extender el Evangelio entre otros soldados rusos.
     Ellos poseían todas las virtudes cristianas, menos el gozo. Lo demostraban solamente en el momento de la conversión, pero luego desaparecía. Como esto no dejara de extrañarme, un día le pregunté a uno de ellos, un bautista: “¿Cómo es posible que ustedes no conozcan el gozo?” Me contestó: “¿Cómo puedo yo estar gozoso cuando tengo que esconder del pastor de mi iglesia el hecho de ser un ferviente cristiano, que dedico tiempo a la oración y trato de ganar almas para Cristo? El pastor de mi iglesia es un delator de la policía secreta. Somos espiados el uno por el otro, y son los pastores quienes traicionan a sus rebaños. El gozo de la salvación existe en lo más profundo de nuestro corazón, pero esa manifestación externa del gozo que ustedes poseen no podemos mostrarla nunca más.”
     “El cristianismo ha llegado a ser dramático para nosotros. Cuando ustedes, que son cristianos libres, ganan un alma para Cristo, ganan un miembro para sus iglesias, que lleva una plácida existencia. Pero cuando nosotros ganamos a un hombre sabemos que éste puede ser encarcelado, y que sus hijos pueden quedar huérfanos. El gozo de conquistar un alma para Cristo se mezcla con el sentimiento de que hay un precio que es necesario pagar.”
     Habíamos encontrado un tipo de cristiano enteramente diferente: el cristiano de la Iglesia Subterránea.
     Aquí también hallamos muchas sorpresas.
     Así como hay muchos que creen que son cristianos, y en realidad no lo son, así entre los rusos encontramos a muchos que se dicen ateos y que en verdad no lo son.
     Conversamos con un matrimonio ruso, ambos escultores. Cuando les hablé de Dios, me contestaron: “No, Dios no existe. Nosotros somos “Bezboshniki”(ateos). Pero permítanos contarle una curiosa experiencia que nos sucedió.
     “Una vez, mientras esculpíamos una estatua de Stalin, mi esposa me preguntó:
“Querido, ¿qué piensas de los pulgares? Si no pudiésemos oponer el pulgar a los otros dedos, si los dedos de las manos fuesen como los de los pies, no podríamos sostener el martillo, un mazo, o cualquier otra herramienta, un libro o aún un trozo de pan. La vida humana sería imposible sin el dedo pulgar. Dime ahora, ¿quién hizo el pulgar? Ambos aprendimos el marxismo en la escuela y sabemos que el cielo y la tierra no fueron creados por Dios, sino que existen por sí mismos, pues así lo hemos aprendido y así lo creemos. Si Dios no ha creado el cielo y la tierra, pero solamente hubiese creado el pulgar, por esa pequeña cosa debería ser aclamado.
     “Nosotros elogiamos a Edison, a Bell y a Stephenson por haber inventado la bombilla o lámpara de luz eléctrica, el teléfono y el ferrocarril. ¿No deberíamos entonces elogiar al que inventó el dedo pulgar? Si Edison no hubiese tenido ese dedo no podría haber inventado nada. Si aceptamos que Dios creó el dedo pulgar es justo que lo elogiemos por ello”.
     El marido se enojó mucho, cosa que a menudo ocurre con los maridos cuando sus esposas dicen algo acertado. “¡No hables tonterías! Has aprendido que no hay Dios. Por otra parte, nunca podremos estar seguros que no hay en esta casa algunos micrófonos ocultos que nos puedan acarrear problemas. Convéncete de una vez por todas que no hay nadie en el cielo. Dios no existe.”
     Ella replicó: “Esto es aún más asombroso. Si en el cielo estuviera el Dios Omnipotente, en el cual estúpidamente creían nuestros antepasados, sería natural que tuviéramos pulgares. Un Dios Todopoderoso puede hacerlo todo, por lo tanto le sería fácil hacer también los pulgares. Sin embargo, si en el cielo no hay nadie, por mi parte estoy dispuesta a alabar desde el fondo de mi corazón a ese “Nadie” que ha hecho los pulgares.”
     Por lo tanto, ¡se convirtieron en adoradores de ese “Nadie”!. Su fe en ese “Nadie” aumentó con el tiempo y creyeron en Él no solamente como el creador de los pulgares, sino de las estrellas, las flores, los niños, y todas las cosas bellas de la vida.
     Así se repetía lo sucedido en Atenas, cuando San Pablo encontró a los adoradores del “Dios desconocido”.
     Esta pareja se sintió inmensamente feliz al decirles que sus creencias eran correctas, que en el cielo realmente hay “Alguien”, Dios que es Espíritu: espíritu de amor, sabiduría, verdad y poder; que los amó tanto que envió a Su Hijo unigénito para morir por ellos en la Cruz.
Hasta ese momento habían creído en Dios, sin siquiera saberlo. Tuve el gran privilegio de llevarles un paso más adelante, a la experiencia de la salvación y redención.
     Cierto día vi a una oficial rusa en la calle. Me acerqué a ella y le dije: “Comprendo que es mala educación dirigirse a una dama a quien no se conoce, pero yo soy pastor y mis intenciones son honestas. Deseo hablarle de Cristo.”
     Me preguntó: “¿Ama usted a Cristo?” Le contesté: “Sí, desde lo más profundo de mi corazón.” entonces ella me abrazó y besó una y otra vez. Era una situación bastante embarazosa, siendo yo pastor, así que, con la esperanza que los transeúntes nos creyeran parientes, la besé también. Ella exclamó: “¡Yo amo a Cristo también!”
     La llevé a mi casa, y allí descubrí para mi asombro que ella no sabía nada de Cristo, absolutamente nada, excepto el nombre. Y sin embargo le amaba. No tenía idea que Él era el Salvador, ni tampoco sabía el significado de la salvación. Ignoraba dónde y cómo Él había vivido y muerto. No conocía sus enseñanzas, Su vida o Su ministerio. Para mí ella era una curiosidad psicológica. ¿Cómo se puede amar a alguien, de quien sólo se conoce el nombre?
     Cuando se lo pregunté, me explicó: “De niña me enseñaron a leer por medio de grabados. La “a” era una abeja, la “b” era una bandera, la “c” una campana, y así sucesivamente. Cuando ingresé a la escuela secundaria, se me enseñó que era deber sagrado defender la patria comunista. Además se me enseñó la moral comunista, pero yo no sabía qué era un “deber sagrado” o “moral”; necesitaba un grabado para esto. Sabía que mis antepasados habían tenido un cuadro que representaba todo lo que era bello, digno de elogio, y verdadero en la vida. Mi abuela siempre se inclinaba delante de él, diciendo que ese cuadro representaba a un hombre llamado “Cristos” (Cristo). ¡Yo amaba ese nombre, y llegó a ser tan real para mí, que el sólo pronunciarlo me llenaba de gozo!”
     Escuchándola recordé que en la epístola a los Filipenses se dice que al nombre de Jesús se doblará toda rodilla. Quizás el Anti-Cristo llegue a poder borrar del mundo por algún tiempo el conocimiento de Dios. No obstante, el sólo nombre de Jesús encierra gran poder y conducirá a la luz.
     Con gran gozo ella encontró a Cristo en mi hogar, y ahora Aquel cuyo nombre amaba moraba en su corazón.
     Cada una de las circunstancias que vivía con los rusos estaba llena de poesía y de un profundo significado.
     Una hermana que difundía el Evangelio en las estaciones del ferrocarril, dio mi dirección a un oficial que demostró interés.
     Una tarde llegó a mi casa. Era un teniente ruso, alto y de buen parecer.
Le pregunté: “¿En qué puedo servirle?”

Me contestó: “He venido buscando la luz.”Comencé a leerle las partes más esenciales de las Sagradas Escrituras, y entonces colocó su mano sobre la mía y dijo: “Le ruego con todo mi corazón no me conduzca al error. Pertenezco a un pueblo mantenido en la oscuridad. Por favor, dígame. ¿Es esta la auténtica Palabra de Dios?” Le aseguré que así era. Me escuchó por horas, y aceptó al Señor Jesús como su Salvador.
     En materia de religión no hay nada de superficial en los rusos. Ya sea que luchen en contra de ella o estén a su favor, buscando a Cristo, ponen siempre toda su alma en ello. Por esta razón en Rusia cada cristiano es un misionero, ganador de almas. A esto se debe que no haya en el mundo otro país tan maduro y fructífero para el evangelismo. Los rusos son por naturaleza uno de los pueblos más religiosos de la tierra. El curso del mundo puede ser cambiado radicalmente si nos ocupamos activamente de darles el Evangelio.
     Es trágico que esta tierra de Rusia y su pueblo estén tan hambrientos de la Palabra de Dios y que sin embargo parezca como si todos los hayan olvidado o descartado.
     En un tren un oficial ruso iba sentado frente a mí. Le había hablado de Cristo sólo unos pocos minutos, cuando él me interrumpió con una verdadera ola de argumentos ateos. Marx, Stalin, Voltaire, Darwin, y otras citas contrarias fluyeron de su boca. No me daba oportunidad para contradecirle. Habló durante casi una hora para convencerme que no había Dios. Cuando terminó le pregunté: “Si no hay Dios, ¿por qué reza usted cuando tiene problemas?” Reaccionó como un ladrón sorprendido robando, y me contestó:
¿Cómo sabe que rezo?” No le permití que se escapara. “Yo le hice una pregunta a usted primero. Le pregunté ¿por qué reza? Por favor, ¡contésteme!” Inclinó su cabeza y reconoció: “En el frente de batalla, cuando los alemanes nos rodeaban, todos rezábamos. No sabíamos cómo hacerlo, sólo atinábamos a decir: “Dios y Espíritu Maternal” –en realidad, ante los ojos de Aquel que escudriña los corazones, estoy seguro que era una buena oración-.
     Nuestro ministerio con los rusos ha dado mucho fruto.
     Recuerdo a Piotr (Pedro). Nadie sabe en que prisión rusa murió. ¡Era tan joven! Tendría quizás unos 20 años. Llegó a Rumanía con el ejército ruso. Se convirtió en una reunión secreta y me pidió que lo bautizara.
     Después del bautismo le pregunté cual era el versículo de la Biblia que más le había impresionado y había influido en el para venir a Cristo.
     Dijo que había escuchado atentamente cuando en una de nuestras reuniones secretas yo había leído en el capítulo 24 de Lucas la historia de Jesús que encontró a los dos discípulos que iban hacía Emaús. Cuando estaban cerca del pueblo, “hizo como que iba más lejos”. Piotr dijo: “Me pregunto por qué Jesús dijo eso. No había duda que deseaba estar con sus discípulos. ¿Por qué, pues, dijo que deseaba ir más lejos?” Le expliqué que Jesús es cortés. Quería tener la seguridad de ser bien recibido. Al darse cuenta que así era, entró gozosamente a la casa con ellos. Los comunistas son descorteses. Procuran penetrar por la violencia dentro de nuestros corazones y mentes. Nos obligan a escucharles desde la mañana hasta la noche. Lo hacen a través de sus escuelas, radioemisoras, periódicos, revistas, carteles, películas, y reuniones ateas. Hay que escuchar continuamente su propaganda atea, quiérase o no. Jesús, en cambio, respeta nuestra libertad. Golpea suavemente a la puerta. “Jesús me ha ganado por su cortesía”, dijo Piotr. Este evidente contraste entre el comunismo y Cristo lo había convencido.
     El no ha sido el único ruso que se impresionó por esta faceta del carácter de Jesús (Yo, como pastor, jamás había pensado en ello de esta manera).
     Después de su conversión, Piotr arriesgó muchas veces su libertad y aún su vida, por pasar de contrabando literatura y ayuda de la Iglesia Subterránea rumana y rusa. Finalmente fue apresado. Sé que en 1959 todavía estaba en la cárcel. ¿Ha muerto? ¿Está ya en el Cielo o continúa la buena batalla en la tierra? No lo sé. Sólo Dios sabe dónde se encuentra hoy.
     Al igual que él, muchos otros no sólo se convirtieron. Nunca deberíamos detenernos en nuestra obra, al ganar un alma para Cristo. Sólo hemos hecho la mitad del trabajo. Cada alma ganada para Cristo debe ser transformada en un ganador de almas. Los rusos no solamente se convertían, sino que llegaban a ser “misioneros” en la Iglesia Subterránea. En su trabajo por Cristo, actuaban con valor y temeridad, siempre aclarando que era tan poco lo que podían hacer por Cristo, en vista de que Él murió por ellos.

En Maracaibo: Joven satanista mata a su madre tras no soportar escuchar música cristiana

Joven satanista mata a su madre tras no soportar escuchar música cristiana

Según vecinos, a las 2:00 de la tarde, comenzó la acalorada discusión entre María Ismelda y su primogénito. “A María le gustaba mucho la música cristiana. Ella colocó un CD con sus canciones y él la desafió con el rock.

Venezuela | Lunes 18 de Julio, 2011 | Por NoticiaCristiana.com

Maracaibo.- Cuatro heridas con la mecha de un potente taladro, una en cada sien, otra en la parte superior de la cabeza y la otra en el cuello (debajo de la barbilla), en forma de una cruz, le realizó Ahzby Mercado Rangel a su madre, publica el diario El Panorama de Venezuela.

Así asesinó a su mamá, María Ismelda Rangel de Mercado (ella era evangélica), de 42 años, en el segundo piso de su residencia, ubicada en el barrio La Vanega, avenida 56 casa 56-100, del sector Sabaneta, en la parroquia Manuel Dagnino de Maracaibo.


El Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) reveló que el crimen, que impresionó al Zulia, ocurrió por una discusión familiar muy trivial: un equipo con música rock, encendido a todo volumen.

El comisario Marcos Vivas, jefe de la delegación Zulia del Cicpc, aseguró, vía telefónica: “Se le contaron varias heridas a la víctima, tres de ellas en la región occipital producidas por un taladro. También presentó cortaduras con arma blanca en el cuerpo, pero un poco más leves. Presumimos que estaba drogado”.

En el sector donde ocurrió la tragedia nadie salía del asombro. La mujer yacía tendida en el suelo, en toda la mitad del patio trasero techado de la vivienda y, cerca del cadáver, estaba el taladro aun destilando sangre, un cuchillo rudimentario partido en el mango y trozos de madera con la que presumen golpeó salvajemente a su madre.

Según vecinos, a las 2:00 de la tarde, comenzó la acalorada discusión entre María Ismelda y su primogénito. “A María le gustaba mucho la música cristiana. Ella colocó un CD con sus canciones y él la desafió con el rock (sonido era de la banda británica Iron Maiden y de la norteamericana Metallica). Ella le pidió a él que le bajara el volumen y así comenzaron a pelear, como por media hora. De pronto, hubo un silencio largo y no se escuchó más nada. Cuando cayó la noche los gritos de la otra hija de María nos indicó que algo había sucedido. Ya estaba muerta. Eran las 8:00 de la noche”, comentaron.

“Se realizó la inspección ocular y se encontró restos de masa encefálica en el taladro y también sangre en el cuchillo y en la madera. Su papá lo único que alcanzó a decir fue que a su hijo se le metió el demonio”, comentó un funcionario policial.

“Nadie se esperaba esto, ellos se veían como una familia muy normal, sin ningún tipo de problemas”, expresaban los habitantes del sector a la prensa escrita, aún incrédulos.

Un allegado a la familia ingresó a la vivienda y notó que en el cuarto de María Ismelda había rastros de sangre y también la Biblia abierta en el salmo 91. Dicen que encontraron un mecate. Presuntamente, el agresor intentó ahorcarse.
“El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra omnipotente (…) Él te librará del lazo cazador, de la peste destructora. Con sus plumas te cubrirá y debajo de sus alas estarás seguro”, reza el texto de las sagradas escrituras.

Ahzby, fue capturado y llevado a los tribunales penales ante la fiscal Nilda Esther Salas ante el Tribunal Séptimo de Control a cargo de José Domingo Martínez. En la audiencia decretaron privativa de libertad. Lo imputaron por homicidio calificado.

Según informa Noticia al Día, nuevas revelaciones surgieron sobre las razones que llevaron al joven venezolano Ahzby (de 22 años), a asesinar a su madre. El muchacho se había sumergido en el mundo de las drogas y comenzó a rodearse de amigos con atracciones hacía el oscuro mundo del satanismo. Sus nuevas amistades lo habrían inducido a practicar extraños ritos bajo estridentes sonidos de rock, dijo un pariente del homicida.

El pasado 4 de julio, mientras sepultaban a María Ismelda en el cementerio La Chinita, reos del retén El Marite intentaron matar a Ahzby, pero lo salvó el personal de seguridad. La furia de los internos surgió después que el joven dijera que había asesinado a su madre por un mandato de Satanás. El detenido luego decía incoherencias y cambiaba de postura como si se tratase de un demente.

Ismelda la describieron como una “mujer bondadosa, amable, cristiana, siempre, junto a esposo también cristiano, que se congregaban en las iglesias evangélicas La Cruz o a Un Solo Jesús”.

Israel Presenta Sitio Bautismal de Jesús en el Jordán



El 12 de julio de 2011 se abrio al público el sitio Bautismal donde Juan el Bautista bautisaría a Jesús en el Rio Jordán; el sitio, de los tres más sagrados del Cristianismo, fue restaurado por el Ministerio para la Cooperación Regional, y la administración Civil de Israel.

La Iglesia de la Natividad en Belén y la Iglesia del Santo Sepulcro en Jerusalén representan sitios trascendentales en la vida del Mesías, aunque hoy se suma “Qasr al-Yehud” a orillas del Jordán.

El lugar del Bautismo de Jesús es ratificado por hallazgos de Iglesias del siglo v, que afirman que la antigua tradición da testimonio de que ese es el sitio real del Bautismo de Jesús, y en donde posteriormente comienza su ministerio.

El lugar también es reconocido porque se supone es también, el lugar donde los Israelitas cruzaron el Jordán cuando entraron a la tierra de Canaán.

Se supone también, que Qasr Al-Yehud, fuera también un sitio tradicional de bautismos, incluso anteriores a la edad pre-Cristiana.

El evangelio de Mateo en el capítulo 3 describe el bautismo de Jesús:

Entonces Jesús vino de Galilea a Juan al Jordán, para ser bautizado por él. Mas Juan se le oponía, diciendo: Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí? Pero Jesús le respondió: Deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia. Entonces le dejó. Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él. Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia (Mateo 3:13-17).

Fuente: Christian Post

BIOGRAFÍA DE STANILAO MARINO



Stanislao Marino nace en Italia el 25 febrero de 1951 en Amanter, municipio de Calabria, su familia era pobre, su padre se fue a Venezuela y a los pocos años se mudó el resto de la familia. Llegó a Venezuela a los 7 años de edad. Vivió en Caracas por 5 años, y después se mudaron a La Victoria, Estado Aragua. 

Comenzó a estudiar a la edad de 12 años, terminó sus estudios a los 18, y ya no quiso seguir porque le gustaba la música. Siempre buscaba la forma de aprender los instrumentos, algunos los tomaba prestados y otros los hacía de forma artesanal.

Un día forma con unos amigos el grupo "Los Cazadores". Se desempeñaba como cantante/compositor/ bajista. Llegaron a ganar un festival con la canción "Cuando viviremos como Dios Manda". Su primer estilo no dio los resultados esperados, así que comenzaron a cambiarlo con letras más maliciosas, así pudieron ganar algo más de fama.

Como nota curiosa, coloco aquí la canción "Lucía", el mayor éxito que pudieron alcanzar en Venezuela.
A los 24 años de edad conoció a Aida, con quien se casó en 1974. Al poco tiempo les nace una niña a la que llaman Paola Marino. La relación tuvo momentos difíciles y casi llegan al divorcio. Cuando sentía que su vida se desmoronaba, decidió buscar a Dios a su manera. Empezó a leer la Bibliapero no la entendía.

Un día visitó a su cuñada que era cristiana. Ella le empezó a predicar y Marino le comentó su situación. Ella le dijo: "Muchacho, Dios te esta llamando" y lo invita a una cruzada de Yiye Ávila.
Sintiendo un gran deseo de conocer al evangelista, fue al hotel donde él se hospedaba. Un día a final de la campaña aceptó a Jesucristo en su corazón, y cuando se recogía el diezmo oyó unas palabras que le decían: “No hiciste nada, esta es solo una religión más que pide dinero". Se fue desalentado y triste a su casa, y llegando le dice a su esposa que recibió a Cristo. “¿Porque no me llevaste?" – fue su respuesta.

Al poco tiempo su esposa también recibe a Cristo. Marino permaneció con el grupo "Los Cazadores" mientras esperaba que Dios le diera una salida. Tenía problemas entre la música secular y Dios, pero llegó a la iglesia lleno de emociones y deseos de trabajar. En la iglesia le daban oportunidad de dar sus especiales de música en la parte baja del pulpito, pero al poco tiempo varios hermanos le sugirieron que no cantara hasta que se bautizara, a lo que él accedió.

Como su situación económica era mala, integraba dos grupos al mismo tiempo; uno de nombre "Marino y El Pequeño Grupo" y el otro "Los Cazadores". Un día firmo dos contratos para diferentes disqueras, en diferentes ciudades, no pudo cumplir con uno de ellos, quedó mal y un día presentó la renuncia al grupo "Los Cazadores". Basado en esta época, escribió esta canción de título “Mi testimonio”, donde sus amigos le decían “si te alejas, de hambre te vas a morir”.

Desesperado, va a la iglesia a hablar con el pastor, contarle sus problemas y orar. Esta fue una época de tristezas, desconsuelo, angustia y preocupación. Debía mucho dinero y no hallaba a nadie que le ayudara. En ocasión iba a las discotecas para cantar, pero se desviaba e iba a la iglesia. Sus oraciones eran: "Líbrame Señor de las deudas". Luego cambió su oración a "Dame fuerzas Señor", y poco a poco fue pagando sus compromisos. De vez en cuando le lanzaban ofertas para cantar en fiestas seculares, pero las rechazaba.

La disquera donde grabó con Los Cazadores le ofreció nuevas oportunidades, entre ellas ir a España, pero también las rechazó. Su esposa fue bautizada, pero a él no se le bautizó por un tiempo más por “cantar cosas seculares”.

Al poco tiempo Marino formó un grupo musical con dos muchachos y les enseño a tocar el bajo y la batería. Con esfuerzo compró los instrumentos. Empezaron a moverse en las iglesias y a tocar seguido; pero pronto surgieron discordias en el grupo. Los integrantes eran muy inconstantes, y a veces se le veía a Marino solo bajando y subiendo instrumentos.

Un día estaba en la casa tocando la guitarra y recibe una gran bendición de parte del Señor, compone la canción "La Gran Tribulación" y al poco tiempo otras más. Así surgió el disco del mismo nombre.


Terminado el disco, a la iglesia no le gustó, y muy pocos lo apoyaron. La esposa de Marino era “disciplinada” mucho porque se cortaba el pelo y vestía la misma ropa. En casa tenían ocasionales peleas y discordias. Un integrante del grupo le dijo a Marino, sobre el disco "La Gran Tribulación "; que el estilo musical era muy diferente al que se escuchaba en la iglesia, y le advirtió: “Puedes perder el testimonio con esa música". (Algunas canciones tenían un mensaje muy fuerte.

Marino tuvo que contraer otras deudas para poder sacar su disco “La Gran Tribulación”, incluso se dice que no tenía cómo pagar las copias.

Pero Dios le tenía reservadas grandes bendiciones. La oportunidad para Marino se presentó durante una campaña celebrada en Caracas (de la cual no dispongo de mayores datos hasta ahora) Marino cantó "La Gran Tribulación", y la bendición cayó en ese sitio.

Surgieron comentarios malsanos, en esa misma ocasión, de que "Marino se estaba haciendo millonario con las ventas de sus cassettes”. También se menciona que un conocido cantante venezolano se acercó a él y le dijo: “Varón, pon las canciones por radio, canta tus canciones, mírame a mi, yo no era nadie, acepté a Jesucristo y el Señor me abrió las puertas al mundo". Marino le dijo: "Gracias por todo, pero yo no pienso ir al mundo otra vez, el Señor me saco del allí y ya no pienso regresar".

A partir de esa campaña Marino se dio a conocer por todo el país, pero tuvo problemas con su iglesia (gracias a gente "cristiana"). Un día tuvo que marcharse de allí.
Sin embargo, con el paso del tiempo su ministerio se reconoció más, volvió a su iglesia y esta vez fue recibido con honores. Un día en una campaña una señora le profetiza: "Has escogido el mejor camino, tus canciones se oirían en todas partes y serán de gran bendición al pueblo". Se cumplió la profecía sobre Marino, Dios le recompensó a su tiempo.

Alguien afirmó que los beneficios de los tres primeros discos de Marino no le pertenecieron, ya que tuvo que ceder los derechos para poder grabar (no he podido confirmar esta información).
En el año 1990 grabó junto al cantante Benjamín Rivera. En los últimos años ha venido desarrollando su ministerio en Puerto Rico y Estados Unidos. Actualmente Marino es pastor en este último país. Sus hijos también han realizado grabaciones.

Biografía de Juan Wycliffe



Wycliffe1320-1384
Cuando Marco Polo comezaba sus famosos viajes al lejano oriente en 1324, Juan Wycliffe cumplia 4 años de edad. Los Franciscanos radicales estaban denunciando las riquezas del Papado, y el Papa Juan XXII estaba a mediados de su reino. El mundo (como era conocido para los Europeos) estaba en paz; y Roma tenia autoridad final en las vidas de la gente del continente y las islas Británicas.De Agustin y Constantino hasta el nacimiento de Wycliffe, la Iglesia era el centro de la vida de cada persona.

La llamada "edad oscura" (una descripción puramente protestante) era simplemente un periodo de gran calma el cual vino fue producido por el poder de la Iglesia. Juan Wycliffe vino al mundo en esta calma; pero las aguas serían pronto movidas y Wycliffe se uniria al "fray" . Iglaterra fue entonces envuelta en la guerra de los 100 años con Francia (1339 a 1453).

Esta lucha era porque algunos Ingleses estaban cansados de los exhorbitantes impuestos que tenian que pagar a la Iglesia; y Francia era el brazo de la Iglesia en la region Entre 1/3 a 1/4 de la tierra de Inglaterra pertenecia a la Iglesia! Este deseo de retener el dinero y re poseer la tierra que los Igleses veian como de ellos lo trajo en conflicto directo con el papado. El papa queria retener la tierra y el dinero y de esta manera los franceses fueron llamados al servicio, y sirvieron bien.Wycliffe nació en 1320 y estudió Teología en Oxford (murió en 1384).

Su entrenamiento y disposición le llevó a oponerse a la posesión de la tierra Inglesa por el Papado, en fundamentos religiosos y teológicos mas que meramente economicos. Desde 1376 en adelante Wycliffe publicó tratados which denunciaban la secularización de la Iglesia. Esta secularización, el mantenia, no era beneficial ni para la iglesia ni para el Estado.En 1377 el Papa emitió un documento official en el cual prohibía la publicación de ciertos escritos en los que se condenaban en 18 tesis los escritos de Wycliffe. La reacción de Wycliffe fue violenta. Comenzó a denunciar al Papa (aunque no el papado contrario a Lutero) en escritos increiblemente recios.Desde 1378 a 1379 Wycliffe publicó su sistema teológico en una serie de tratados.

La tesis central de estas obras era que las Escrituras eran el fundamento de toda doctrina. Este fue un punto importante en la historia doctrinal. Hasta este punto la Tradición había sido puesta lado a lado con las Escrituras como fuente de doctrina; pero Wycliffe disputaba esta noción y Juan Hus de Praga así como Martin Lutero, Huldych Zwingli y Juan Calvino adoptarían el punto de vista de Wycliffe.La doctrina de Wycliffe acerca de la iglesia tambien fue revolucionante.
El vio la iglesia como una institución espiritual y no politica. Por eso la obra pre-reformadora de Wycliffe esta cimentada sobre las doctrians de la Escirtura y la Iglesia. Serían esta controversias doctrinales precisas el combustible que más tarde alimentaría la "Reformación" de Lutero y Zwingli. El signficado de Wycliffe no puede ser pasado por alto.

Su movimiento hacia las Escrituras y la Iglesia como una sociedad espiritual fueron las piedras del fundamento sobre las cuales la "Reforma" sería luego fundamentada. El, además, propuso idea que eran controversiales. El sugirió que la libertad humana no existia; hasta el punto que todo lo que la persona hacia estaba pre-determinado. Su gran enemistad hacia el Papa lo llevó a hacer algunas declaraciones personales extravagantes; y su desconfianza de la naturaleza humana le llevó a completamente deshumanizar la humanidad. 1Aun así, sin Wycliffe, no podría haber "Reforma". O por ese medio, una traducción Inglesa de la Biblia.

La traducción de Wycliffe es bien conocida. Hizo su trabajo de la Vulgata en Latin; dando así al pueblo Inglés la primera traducción de las Escrituras en su propia lengua. Su traducción fue consultada por Tyndale, Coverdale, los Obispos, y por su puesto los traductores autorizados. El fue un traductor antes que Lutero; un Teólogo antes que Calvino; y un reformador antes de la Reforma.Después de la muerte de Wycliffe no apareceria otro Reformador antes de la Reforma hasta Juan Hus (1369-1415) En 1414 el papado atento poner final a la división que se acercaba llamando el concilio de Constancia donde Hus fue condenado (y ejecutado en Julio 6, 1415) y tambien Wycliffe (aunque ya muerte por mucho tiempo) fue censurado. Pero la ola no sería destruida. Las puertas de la inundación abiertas por Wycliffe alcanzarian su fruto en Zwingli y Lutero.

FUENTE: iglesiarefugiocelestial.jimdo.com

Biografía de Jorge Muller



Apóstol de la fe
1805-1898
"Por la fe Abel...Por la fe Noé...Por la fe Abraham..."Así es como el Espíritu Santo cuenta las increíbles proezas que Dios hizo por intermedio de los hombres que osaron confiar únicamente en él. Fue en el siglo XIX que Dios añadió lo siguiente a esa lista: "Por la fe Jorge Muller erigió orfanatos, alimentó a millares de huérfanos, predicó a millones de oyentes alrededor del mundo y ganó multitud de almas para Cristo."
Jorge Muller nació en 1805 de padres que no conocían a Dios. A la edad de diez años fue enviado al colegio con el propósito de que comenzara su preparación para el ministerio, pero no con el fin de servir a Dios, sino única y exclusivamente para llegar a tener una carrera, y vida cómoda. Esos primeros años de estudios transcurrieron en prácticas de vicios a los que se entregaba cada vez más, llegando en una ocasión a estar preso durante 24 días por ese motivo. Pero Jorge, una vez que quedó en libertad, comenzó a esforzarse en sus estudios, levantándose a las cuatro de la mañana y estudiando durante todo el día hasta las diez de la noche. Sin embargo, él hacía todo eso para alcanzar una vida descansada de predicador.
No obstante, a los 20 años de edad se produjo una completa transformación en la vida de ese joven. Asistió a un culto donde los creyentes, de rodillas, imploraban a Dios que hiciese caer su bendición sobre la reunión. Nunca se olvidó de aquel culto, en que vio por primera vez a los creyentes orando de rodillas; quedó profundamente conmovido con el ambiente espiritual, al extremo de querer buscar él también la presencia de Dios, costumbre esa que, luego, no abandonó por el resto de su vida.
Al entregar su vida al servicio sincero de Dios, Muller dejó los libros y comentarios y se dedicó a estudiar la Biblia en oración, y testifica haber leído la Biblia por lo menos 200 veces y por lo menos 100 veces la leyó estando en oración de rodillas. Las armas que Muller utilizó durante toda su vida fueron las Escrituras y la oración; Muller dedicaba unas dos horas diarias en íntima oración y además testifica que en todo lo que hacia nunca dejaba de orar!!! Decía que gracias a la oración millares de almas eran salvas como respuesta de Dios por la oración por los perdidos; Muller vivía en Espíritu de oración...
Muller aprendió a confiar en Dios para todo en su vida y en su ministerio no creía en comprar a crédito y tener deudas ni tampoco trabajaba por un salario fijo, pues decía que trabajar por salario fijo podía ser tropiezo para el crecimiento de la Iglesia y carga para los hermanos y creyó totalmente que Dios era el que le supliría para sus necesidades y para el ministerio. Jorge Muller sintió el llamado de Dios hacia la obra misionera, y al ver que Dios le suplía y cumplía sus promesas en el, comenzó a buscar y recoger niños huérfanos que se encontraba en las calles abandonados y alimentarlos y les enseñaba las Escrituras y mientras más niños ayudaba más Dios lo bendecía hasta que llegó a tener de 30 a 40 niños a su cuidado.
Al mismo tiempo fundó la Junta para el conocimiento de las Escrituras del país y en el extranjero. El fin era: (1) Auxiliar las escuelas bíblicas y las escuelas dominicales. (2)Divulgar las Escrituras. (3)Aumentar la obra misionera. Todo esto se llevaría acabo con los mismos principios de confiar en la ayuda de Dios y sin tener que pedir al prójimo. La palabra de fe en la cual Muller se apoyaba era en el (salmo 81:10) "Abre tu boca y yo la llenaré." Bajo esa promesa fue que Muller pudo fundar un orfanato para niños y otro para niñas.
Todo lo que Muller necesito para el orfanato como el dinero para el hogar, los muebles, y el personal que iba ayudar para cuidar de los niños huérfanos, Muller se lo pidió a Dios en oración y la respuesta no se tardó en venir. Tres meses después Muller inauguró un hogar para niñas abandonas, pero el día de la inauguración se supo que no tenían todavía ni una niña; Muller se fue en oración y al siguiente día recibieron a la primera niña y antes de terminar el mes tenían 26 niñas y 42 esperaban ingresar al orfanato. Muller testificó que de esa misma manera recibió de Dios la respuestas de sus oraciones el mismo día más o menos de 5,000 veces y acostumbraba llevar un registro de todas sus peticiones con sus contestas que le servia para recordarle todas las veces que Dios le había contestado; para así fortalecer su fe.
Respondiendo a muchos que querían saber cómo el creyente podía adquirir una fe tan grande, les dio las siguientes reglas: "1) Leer la Biblia y meditarla. Se llega a conocer a Dios por medio de la oración y de la meditación de su palabra. "2) Procurar mantener un corazón íntegro y una buena conciencia. "3) Si deseamos que nuestra fe crezca, no debemos evitar aquello que la pruebe y por medio de lo cual ella sea fortalecida. "Además para que nuestra fe se fortalezca, es necesario que dejemos que Dios actúe por nosotros al llegar la hora de la prueba, y no procuremos nuestra propia liberación. "Si el creyente desea poseer una fe grande, debe dar tiempo para que Dios trabaje." Los 5 edificios construidos de piedra labrada y situados en Ashley Hill, Bristol, Inglaterra, con sus 1,700 ventanas y espacio para acomodar a más de 2,000 personas, son testigos fieles de esa gran fe sobre la cual él se expresó.
A la edad de 69 años Jorge Muller comenzó sus viajes evangelísticos, en los cuales predicó muchas millares de veces, en 42 países, a más de 3 millones de personas anunciándoles el evangelio de Jesucristo; Estuvo casado con su primera esposa por 40 años hasta fallecer y a la edad de 66 años se casó con su segunda esposa, hasta la edad de 90 años cuando estuvo celebrando un culto de despedida en el cual él predicó y dirigió todos los servicios en la Iglesia y en el cementerio.
En el año 1898, a la edad de 93 años, la última noche antes de partir para estar con Cristo, sin haber demostrado ninguna señal de disminución en sus fuerzas físicas, se acostó como de costumbre a la mañana del día siguiente fue "llamado", según la expresión de un amigo al recibir las noticias que así explican la partida:"Querido anciano! Muller desapareció de nuestro medio para irse al Hogar Celestial, cuando el Maestro le abrió la puerta y lo llamó tiernamente diciéndole: ven." Dios le concedió a Jorge Muller en aportaciones para su ministerio a través de los años más de 20 millones de dólares, y el número de atendidos en los orfanatos asciende a 19,935 personas; Jorge Muller fue un gran ejemplo de fe durante toda su vida que vivió en esta tierra que dejó su huella para que nosotros la evidenciáramos amén!!!

Biografia de Juan Bunyan





Soñador Inmortal
1628-1688
"Caminando por el desierto de este mundo, paré en un sitio donde había una caverna (la prisión de Bedford); allí me acosté para descansar. Pronto me quedé dormido y tuve un sueño. Vi a un hombre cubiertos de andrajos, de pie y dando la espalda a su habitación, que llevaba una pesada carga sobre sus hombros y en las manos un libro."
Hace tres siglos que Juan Bunyan comenzó de esta manera su libro, El Peregrino. Los que conocen sus obras literarias pueden confirmar que él es, en efecto, "el soñador inmortal"-"a pesar de estar muerto, todavía habla". Sin embargo, aun cuando miles y miles de creyentes conocen El Peregrino, son pocos los que conocen la historia de la vida dedicada a la oración de este valiente predicador.
Bunyan, en su obra, Gracia abundante para el principal de los pecadores, nos informa que sus padres, a pesar de ser muy pobres, consiguieron que él aprendiese a leer y a escribir. El mismo se llamó "el principal de los pecadores"; Aún no siendo todavía creyente, se casó con una joven en cuya familia todos eran creyentes fervorosos. Bunyan era hojalatero, y como sucedía con todos los de su oficio, era pobrísimo. Ella, por su parte, no poseía ni un plato ni una cuchara -solamente tenía dos libros: El camino al Cielo para el hombre sencillo y la práctica de la piedad, obras que su padre le dejara antes de fallecer. A pesar que Bunyan encontró en esos dos libros "algunas cosas que le interesaban", fue solamente en los cultos que sintió la convicción de estar camino al infierno.
En los siguientes trozos copiados de la Gracia abundante para el principal de los pecadores, se descubre cómo él luchaba en oración durante el período de su conversión: "Durante el tiempo en que me sentí condenado a las penas eternas, me admiraba de cómo los hombres se esforzaban por conseguir los bienes terrenales, como si esperasen vivir aquí eternamente...Si yo hubiese tenido la seguridad de la salvación de mi alma, cómo me sentiría inmensamente rico, aun cuando no tuviese para comer nada más que frijoles."
"Busqué al Señor, orando y llorando, y desde el fondo de mi alma clamé": "Oh Señor, muéstrame, te lo ruego, que me amas con amor eterno." Entonces escuché repetidas mis palabras, como en un eco: "Yo te amo con amor eterno." Me acosté para dormir en paz y, al despertarme al día siguiente, la misma paz inundaba mi alma. El Señor me aseguró: " Te amé cuando vivías en pecado; te amé antes, te amo después, y te amaré siempre." Después de tal experiencia; entonces las cadenas cayeron de mis tobillos: quedé libre de mis angustias y las tentaciones que me asechaban perdieron vigor; dejé de sentir temor por la severidad de Dios y regresé a mi casa regocijándome con la gracia y el amor de Dios.
Bunyan fue un amante y conocedor de las Escrituras, y deseaba con pasión la salvación de las almas perdidas. Acerca de esto escribió: "Mediante las Escrituras percibí que el Espíritu Santo no quiere que los hombres entierren sus talentos y dones en la tierra, sino más bien que aviven esos dones...Doy gracias a Dios por haberme concedido la capacidad para amar y tener compasión por el alma del prójimo, y por haberme inducido a esforzarme grandemente para hablar una palabra que Dios pudiese usar para apoderarse de la conciencia y despertarla." En eso el buen Señor respondió al anhelo de su siervo, y la gente comenzó a mostrarse conmovida y angustiada al percibir el horror de sus pecados y la necesidad de aceptar a Jesucristo.
"Desde lo profundo de mi corazón clamé a Dios insistentemente para que Él hiciese eficaz la Palabra para la salvación del alma...De hecho, le dije al Señor repetidamente que si el sacrificio de mi vida a la vista de la gente sirviese para despertarlos y confirmarlos en la verdad, yo lo aceptaría alegremente." "Al ejercer mi ministerio, mi mayor anhelo era llegar a los lugares más obscuros del país...Cuando predicaba, realmente sentía dolores de parto para que naciesen hijos para Dios. Si no había fruto, yo no le daba importancia a ninguna alabanza que pudiese recibir por mis esfuerzos; habiendo fruto, no mi importaba oposición alguna."
Juan Bunyan pasó muchas persecuciones por satanás, para hacerlo abandonar su ministerio y dejar de predicar; Lo llamaron hechicero, jesuita, contrabandista, y hasta el punto de rumorar que tenia una amante y tenía dos mujeres y que sus hijos eran ilegítimos; pero nada de esas calumnias detuvieron al siervo de Dios. Entonces el Diablo usó a sus enemigos para que fuera preso por no observar los reglamentos de los cutos la Iglesia oficial y fue sentenciado a prisión perpetua, teniendo que quedar preso hasta el día que jurase que nunca más volvería a predicar. Pero a tal propuesta declaró: "Si hoy saliese de la prisión, mañana comenzaría a predicar, con la ayuda de Dios."
Juan Bunyan pasó más de doce años en la cárcel, que equivale a una quita parte de su vida. Después de ser dejado en libertad por la ayuda de un cuáquero llamado Whitehead, continuó con su ministerio hasta que a la edad de sesenta años falleció de un ataque de fiebre y partió con el Señor.
Si alguien dudase de que Bunyan siguiera la voluntad de Dios durante los doce largos años que pasó en prisión de Bedford, debe recordar que ese siervo de Cristo, al escribir El Peregrino en la prisión, predicó un sermón que ya tiene tres siglos y que hoy se lee en ciento cuarenta lenguas. Es el libro de mayor circulación después de la Biblia. Sin tal dedicación a Dios, no habría sido posible alcanzar el incalculable fruto eterno de ese sermón predicado por un hojalatero lleno de la gracia de Dios.
Otras obras literarias que Juan Bunyan nos legó son: Gracia abundante para el principal de los pecadores; Llamado al ministerio; El Peregrino; La Peregrina; La conducta del creyente; La gloria del templo; El pecador de Jerusalén es salvo; Las guerras de la famosa ciudad de Almahumana; Vida y muerte del hombre malo; El sermón del monte; La higuera estéril; Discursos sobre la oración; El viajero celestial; Gemidos de un alma en el infierno; La justificación es imputada; etc...

Biografía de Juan Calvino



Nació el 10 de julio de 1509 en Noyon. Recibió enseñanza formal para el sacerdocio en el Collège de la Marche y en el Collège de Montaigu, ambos centros académicos dependientes de la Universidad de París. Influido por su padre (el cual prefería que su hijo se dedicara al ejercicio del derecho y no a la teología), cursó estudios de leyes en las universidades de Orleans y Bourges. Junto a varios amigos empezó a interesarse por el entorno del humanismo, así como por el movimiento de la Reforma, y emprendió estudios sobre la traducción griega de la Biblia. En 1532 publicó un comentario sobre De Clementia, obra de Lucio Anneo Séneca, en el que ya quedaba de manifiesto su sólida y erudita formación humanista. Se asoció entonces con Nicolás Cop, que acababa de ser elegido rector de la Universidad de París, y ambos tuvieron que huir de la ciudad en 1533, cuando aquél hizo público su apoyo a Martín Lucero.

Durante los dos años siguientes llevó una vida errática; prosiguió sus estudios y escritos, al tiempo que formulaba, a partir de la Biblia y la tradición cristiana, los principios básicos de la doctrina, lo que le obligaba a eludir constantemente la persecución de la Inquisición. En 1536 publicó en Basilea la primera edición de su Institutio christianae religionis (Institución de la religión cristiana, también conocida como La institución cristiana) un conciso y provocativo trabajo que le situó al frente del pensamiento protestante. Ese mismo año viajó a Ginebra, tras haber sido invitado por Guillaume Farel a participar en el movimiento de reforma que se respiraba en la ciudad. Permaneció en Ginebra hasta 1538, año en que los ciudadanos votaron contra las propuestas de Farel y ambos fueron invitados a abandonar la ciudad. Marchó a Estrasburgo, donde tomó parte en la vida religiosa de esa comunidad, contrajo matrimonio con la viuda Idelette de Bure (con quien tuvo un hijo, que murió en la infancia) y publicó el primero de sus numerosos comentarios sobre los libros de la Biblia.

En septiembre de 1541, los habitantes de Ginebra convencieron a Calvino para que regresara y les dirigiera de nuevo en la reforma de la Iglesia. Allí viviría el resto de su vida, excepto durante los breves viajes que le impuso su actividad al frente de la ciudad. Su esposa falleció en 1549 y no se volvió a casar. Aunque recibió una casa y salario del gobierno local, no tuvo cargo oficial en el mismo y sólo en 1559 se hizo ciudadano de Ginebra. Su liderazgo fue discutido hasta 1555, cuando fue derrotada la resistencia de la influyente familia Perrin.

Calvino redactó el borrador de las nuevas ordenanzas que el consejo adoptaría como constitución de Ginebra, regulando a la vez temas sagrados y profanos. Apoyó también el establecimiento de un sistema de escuelas municipales para todos los niños y de un centro de formación para los estudiantes más adelantados, la Academia, que inauguró en 1559 (con Teodoro de Beza como rector) y que muy pronto se convertiría en una verdadera universidad.

Mientras estuvo al servicio de Ginebra, la ciudad se vio amenazada con frecuencia por los ejércitos a las órdenes de Manuel Filiberto, duque de Saboya, y de otros jefes católicos. En realidad, la ciudad era una auténtica fortaleza amurallada y sólo recibía alguna ayuda de las granjas de los alrededores y de sus aliados más próximos. El clima bélico y la constante amenaza de ser conquistada contribuyeron a que las condiciones de vida fuesen muy duras en Ginebra, que dependía en extremo de su comercio.
Calvino se propuso mejorar la vida de los habitantes de la ciudad a través de muchos medios. Propugnó la construcción de hospitales, el establecimiento de una infraestructura de alcantarillado y de barandillas protectoras en los pisos altos para evitar que los niños se cayeran, y prestó una atención especial al cuidado de pobres y enfermos y a la progresiva introducción de nuevas actividades artesanales. Promovió también el uso de la lengua francesa en las iglesias y contribuyó de forma decisiva a su formación como lengua moderna.

Sin embargo, su mayor aportación a la historia de la Iglesia fueron sus escritos. Compuso personalmente numerosos himnos y animó a otros a hacerlo, entre ellos a su colega Louis Bourgeois, quien compuso el denominado Salterio Ginebrino, llamado a ser el modelo de muchos himnos protestantes. Redactó un influyente catecismo, cientos de cartas a compañeros reformadores y comentarios sobre casi todos los libros de la Biblia. También fueron recopilados sus escritos y numerosos sermones.

Nunca gozó de buena salud, pues padecía asma bronquial, y estuvo muy delicado desde 1558, a causa de una violenta crisis de fiebre cuartana. Falleció el 27 de mayo de 1564 y fue enterrado en una sepultura anónima en Ginebra.