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El país de Nigeria, se ha convertido en una tierra inhóspita para los cristianos, muestra de ello fue la reciente masacre que ocurrió hace dos días donde murieron 500 granjeros cristianos, muertos a machetazos y quemados vivos por ganaderos musulmanes.
Los musulmanes asesinaron sin piedad mujeres, algunas embarazadas, y niños de todas las edades. Producto de estas muertes, las tropas nigerianas patrullaban las aldeas de la región de Jos (centro), donde ocurrió la masacre.
Muchas personas cristianas han quedado traumatizadas ante el terror infundido por los musulmanes. “Vamos a vengarnos”, murmuraba un joven durante un entierro en Dogo Nahawa, una de las tres aldeas atacadas, en el que un periodista musulmán que cubría el funeral casi resulta linchado.
Una fuente militar, reveló que un soldado resultó muerto en Bukuru, a 20 Km. de Jos, cuando intentaba calmar a los jóvenes cristianos que planeaban represalias. “Nos vamos de Tin-Tin nuestro pueblo que puede ser el próximo blanco”, dijo Patricia Silas, quien abandonó el lugar con su hijo de seis meses.
El Ejército se desplegó en la región, que se encuentra en estado de alerta máxima por orden del presidente interino Goodluck Jonathan. Sin embargo el toque de queda no impidió los ataques del fin de semana que, según varios supervivientes, duraron tres horas sin que las fuerzas de seguridad intervinieran.
“Ya no confiamos en las fuerzas armadas nigerianas encargadas de la seguridad del Estado de Plateau”, declaró el día de la matanza una organización cristiana, en el Foro de los Cristianos del Estado de Plateau.
