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MICROCHIPS EN HUMANOS: UN PASO HACIA LA MARCA DE LA BESTIA



“Yoneji Masuda, “Padre de la Sociedad de la Información”, en 1980 expresó con preocupación que nuestra libertad está siendo amenazada, al estilo Orwelliano, por la tecnología cibernética totalmente desconocida para la mayoría de las personas. Esta tecnología conecta los cerebros de las personas, mediante microchips implantados, con satélites controlados por supercomputadoras terrestres.

Los primeros implantes cerebrales fueron insertados quirúrgicamente en 1974 en el estado de Ohio, EE.UU. y también en Estocolmo, Suecia. En 1946 se insertaron electrodos cerebrales en cráneos de bebés sin el conocimiento de sus padres. En la década del ‘50 y el ‘60, se realizaron implantes eléctricos en cerebros de animales y seres humanos, sobre todo en EE.UU., mientras se realizaban investigaciones acerca de la modificación de conducta, y el funcionamiento cerebral y corporal”.

Rauni-Leena Luukanen-Kilde

(Doctor en Medicina Ex Ministra de Salud de Finlandia)

6 de diciembre de 2000.





¿QUÉ ES UN MICROCHIP?



FUNCIONAMIENTO, NEGOCIO, COMERCIALIZACION,

EFECTOS SECUNDARIOS







El «transponder» o microchip consiste en un receptáculo de cristal que contiene una cápsula electromagnética y numerosos «chip» de silicio.

Mide aproximadamente 23 milímetros de largo y 3 de diámetro. Aunque encuentro también información de chips de 11.5 mm de largo x 2.1 mm de diámetro. Cuando se transmite una señal de frecuencia al «transponder», la espiral genera una corriente eléctrica -un efecto que fue descubierto por Michael Faraday hace muchos años- que se utiliza para conducir el circuito del «chip» de silicio, y transmite una señal de 64 bits. La señal puede ser captada por un receptor que se instale en un edificio inteligente. Mediante un ordenador, puede reconocer el código, que es único, e identificar al individuo en cuestión.

En el caso de microchips instalados en animales, encontramos que la memoria del dispositivo electrónico permite almacenar un código de 16 números que combinados entre sí dan una posibilidad de 30 Trillones de combinaciones, lo que significa que cada microchip es único y no tiene posible duplicidad.

También se estudia la aplicación directa de los circuitos, sin cápsula. Sin embargo, parece ser que los chips introducidos directamente en un organismo no sobreviven más de una semana. A partir de entonces empiezan a deteriorarse.







Los RFID (Radio Frequency Identification) conocidos como Identificación Pasiva no requieren una fuente de energía propia para su funcionamiento. No requieren baterías.

Este tipo de transponders son comúnmente llamados: microchips, chips, tags, electronic tags o transponders pasivos.

Es una tecnología establecida que usa energía electromagnética para identificar objetos a distancia.

RFID son las etiquetas que encontramos en artículos de venta en supermercados, en libros de algunas librerías, etc.







En 2005 se predecía el uso masivo de esta tecnología en tres años, y ya entonces se decía que “a la Unión Europea le preocupa que el uso generalizado por las empresas y los gobiernos amenace la privacidad y el derecho de la protección de la información”. O: “En Estados Unidos organismos que resguardan la privacidad han prevenido contra la habilidad para colectar a subrepticiamente una gran variedad de datos sobre la misma persona; rastrear a individuos mientras caminan en lugares públicos; mejorar los perfiles de los consumidores por su conducta de compra”.

Esta tecnología atrae a fabricantes, mayoristas y detallistas. Procter & Gamble y Benetton fueron pioneras en su uso pero Wal-Mart fue la primera compañía en convertirlo en norma.

Sin embargo, la novedosa tecnología llamada polvo inteligente va aún más lejos que los chips RFID. Esta fue concebida hace más de diez años por Kris Pister y Randy Katz, con financiación de DARPA (Agencia de Investigación de Proyectos Avanzados de Defensa), brazo de alta tecnología del Pentágono.









El interés de DARPA es el desarrollo de redes de sensores del tamaño de una cabeza de fósforo o más pequeños, a menudo conocidos como “motas” (smart specks), que serían desplegados sobre territorio enemigo para que transmitan en tiempo real datos sobre movimientos de tropas, armas químicas o cualquier otra información necesaria.

Atentos a esto:

“Un grupo de ingenieros de la Universidad de Glasgow está diseñando una nueva familia de exploradores planetarios: dispositivos diminutos, con formas que se pueden modificar, que pueden ser transportados por el viento como partículas de polvo, pero que también pueden comunicarse, volar en formación y tomar mediciones científicas.







Las partículas de polvo inteligente consisten en un chip, de un tamaño del orden del milímetro, rodeado por una vaina polimérica cuya superficie se puede alisar o hacer rugosa mediante la aplicación de un pequeño voltaje. Arrugar la superficie aumenta el rozamiento de la partícula con el aire, lo que hace que vuele más alto; por el contrario, alisarla hace que descienda. Las simulaciones han mostrado que mediante alternancias entre las formas rugosa y lisa, las partículas de polvo inteligentes pueden desplazarse hacia un objetivo determinado, incluso con vientos racheados”.







Es lo que se llama nanotecnología: manipulación de materiales que ocupan una millonésima parte de un milímetro y no son discernibles por el ojo humano, es considerada la sucesora de la microelectrónica y según los expertos centrará la próxima revolución industrial.

Ya en 2002 se anunciaba: “Sony y Toshiba desarrollarán el chip más pequeño de la historia”. Los fabricantes japoneses Toshiba y Sony, han desarrollado una nueva tecnología para producir chips tipo LSI de 65 nanómetros por primera vez en la historia.


Hay información de microchips de 5 micromilímetros. ¡Un cabello tiene un diámetro de 50 micromilímetros!




“Los seres humanos implantados pueden ser rastreados en todas partes. Sus funciones mentales pueden ser monitoreadas a distancia mediante supercomputadoras e incluso se las puede alterar modificando sus frecuencias. En los experimentos secretos se han incluido, como conejillos de india, a prisioneros, soldados, pacientes enfermos mentales, niños discapacitados, personas sordas y ciegas, homosexuales, mujeres solteras, ancianos, niños en edad escolar, y cualquier grupo de personas consideradas “marginales” por los experimentadores de élite. Las experiencias publicadas realizadas con reclusos en la Prisión Estatal de Utah, por ejemplo, son alarmantes. Los microchips actuales funcionan por medio de ondas de radio de baja frecuencia que permiten rastrearlos. Con la ayuda de satélites, la persona implantada puede ser localizada en cualquier parte del planeta”.

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MICROCHIPS EN HUMANOS: UN PASO HACIA LA MARCA DE LA BESTIA



“Yoneji Masuda, “Padre de la Sociedad de la Información”, en 1980 expresó con preocupación que nuestra libertad está siendo amenazada, al estilo Orwelliano, por la tecnología cibernética totalmente desconocida para la mayoría de las personas. Esta tecnología conecta los cerebros de las personas, mediante microchips implantados, con satélites controlados por supercomputadoras terrestres.

Los primeros implantes cerebrales fueron insertados quirúrgicamente en 1974 en el estado de Ohio, EE.UU. y también en Estocolmo, Suecia. En 1946 se insertaron electrodos cerebrales en cráneos de bebés sin el conocimiento de sus padres. En la década del ‘50 y el ‘60, se realizaron implantes eléctricos en cerebros de animales y seres humanos, sobre todo en EE.UU., mientras se realizaban investigaciones acerca de la modificación de conducta, y el funcionamiento cerebral y corporal”.

Rauni-Leena Luukanen-Kilde

(Doctor en Medicina Ex Ministra de Salud de Finlandia)

6 de diciembre de 2000.





¿QUÉ ES UN MICROCHIP?



FUNCIONAMIENTO, NEGOCIO, COMERCIALIZACION,

EFECTOS SECUNDARIOS







El «transponder» o microchip consiste en un receptáculo de cristal que contiene una cápsula electromagnética y numerosos «chip» de silicio.

Mide aproximadamente 23 milímetros de largo y 3 de diámetro. Aunque encuentro también información de chips de 11.5 mm de largo x 2.1 mm de diámetro. Cuando se transmite una señal de frecuencia al «transponder», la espiral genera una corriente eléctrica -un efecto que fue descubierto por Michael Faraday hace muchos años- que se utiliza para conducir el circuito del «chip» de silicio, y transmite una señal de 64 bits. La señal puede ser captada por un receptor que se instale en un edificio inteligente. Mediante un ordenador, puede reconocer el código, que es único, e identificar al individuo en cuestión.

En el caso de microchips instalados en animales, encontramos que la memoria del dispositivo electrónico permite almacenar un código de 16 números que combinados entre sí dan una posibilidad de 30 Trillones de combinaciones, lo que significa que cada microchip es único y no tiene posible duplicidad.

También se estudia la aplicación directa de los circuitos, sin cápsula. Sin embargo, parece ser que los chips introducidos directamente en un organismo no sobreviven más de una semana. A partir de entonces empiezan a deteriorarse.







Los RFID (Radio Frequency Identification) conocidos como Identificación Pasiva no requieren una fuente de energía propia para su funcionamiento. No requieren baterías.

Este tipo de transponders son comúnmente llamados: microchips, chips, tags, electronic tags o transponders pasivos.

Es una tecnología establecida que usa energía electromagnética para identificar objetos a distancia.

RFID son las etiquetas que encontramos en artículos de venta en supermercados, en libros de algunas librerías, etc.







En 2005 se predecía el uso masivo de esta tecnología en tres años, y ya entonces se decía que “a la Unión Europea le preocupa que el uso generalizado por las empresas y los gobiernos amenace la privacidad y el derecho de la protección de la información”. O: “En Estados Unidos organismos que resguardan la privacidad han prevenido contra la habilidad para colectar a subrepticiamente una gran variedad de datos sobre la misma persona; rastrear a individuos mientras caminan en lugares públicos; mejorar los perfiles de los consumidores por su conducta de compra”.

Esta tecnología atrae a fabricantes, mayoristas y detallistas. Procter & Gamble y Benetton fueron pioneras en su uso pero Wal-Mart fue la primera compañía en convertirlo en norma.

Sin embargo, la novedosa tecnología llamada polvo inteligente va aún más lejos que los chips RFID. Esta fue concebida hace más de diez años por Kris Pister y Randy Katz, con financiación de DARPA (Agencia de Investigación de Proyectos Avanzados de Defensa), brazo de alta tecnología del Pentágono.









El interés de DARPA es el desarrollo de redes de sensores del tamaño de una cabeza de fósforo o más pequeños, a menudo conocidos como “motas” (smart specks), que serían desplegados sobre territorio enemigo para que transmitan en tiempo real datos sobre movimientos de tropas, armas químicas o cualquier otra información necesaria.

Atentos a esto:

“Un grupo de ingenieros de la Universidad de Glasgow está diseñando una nueva familia de exploradores planetarios: dispositivos diminutos, con formas que se pueden modificar, que pueden ser transportados por el viento como partículas de polvo, pero que también pueden comunicarse, volar en formación y tomar mediciones científicas.







Las partículas de polvo inteligente consisten en un chip, de un tamaño del orden del milímetro, rodeado por una vaina polimérica cuya superficie se puede alisar o hacer rugosa mediante la aplicación de un pequeño voltaje. Arrugar la superficie aumenta el rozamiento de la partícula con el aire, lo que hace que vuele más alto; por el contrario, alisarla hace que descienda. Las simulaciones han mostrado que mediante alternancias entre las formas rugosa y lisa, las partículas de polvo inteligentes pueden desplazarse hacia un objetivo determinado, incluso con vientos racheados”.







Es lo que se llama nanotecnología: manipulación de materiales que ocupan una millonésima parte de un milímetro y no son discernibles por el ojo humano, es considerada la sucesora de la microelectrónica y según los expertos centrará la próxima revolución industrial.

Ya en 2002 se anunciaba: “Sony y Toshiba desarrollarán el chip más pequeño de la historia”. Los fabricantes japoneses Toshiba y Sony, han desarrollado una nueva tecnología para producir chips tipo LSI de 65 nanómetros por primera vez en la historia.


Hay información de microchips de 5 micromilímetros. ¡Un cabello tiene un diámetro de 50 micromilímetros!




“Los seres humanos implantados pueden ser rastreados en todas partes. Sus funciones mentales pueden ser monitoreadas a distancia mediante supercomputadoras e incluso se las puede alterar modificando sus frecuencias. En los experimentos secretos se han incluido, como conejillos de india, a prisioneros, soldados, pacientes enfermos mentales, niños discapacitados, personas sordas y ciegas, homosexuales, mujeres solteras, ancianos, niños en edad escolar, y cualquier grupo de personas consideradas “marginales” por los experimentadores de élite. Las experiencias publicadas realizadas con reclusos en la Prisión Estatal de Utah, por ejemplo, son alarmantes. Los microchips actuales funcionan por medio de ondas de radio de baja frecuencia que permiten rastrearlos. Con la ayuda de satélites, la persona implantada puede ser localizada en cualquier parte del planeta”.