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¿Quiénes son los Menonitas?





¿Quiénes son los Menonitas?
Los menonitas han existido por 500 años. Los primeros menonitas rechazaron el poder que la unión de iglesia y estado ejercía sobre sus vidas individuales. Sus ideas e insistencia sobre la separación de iglesia y Estado tienen la misma importancia hoy en un período de terrorismo y de reacciones gubernamentales que suprimen los derechos de individuos y comunidades disidentes.
Algunos menonitas conservadores y amish todavía tratan de vivir sencillamente en comunidades agrícolas. Sin embargo, la mayoría de los menonitas no llevan esa clase de vida. La verdad es que somos personas bastante sencillas. En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires los menonitas están presentes desde 1940.
Los menonitas creen en la centralidad y la inspiración de la Biblia y en Jesucristo como él que fue enviado por Dios para efectuar la reconciliación entre el creador y el mundo quebrantado. Los menonitas comparten las creencias centrales con los cristianos de las iglesias católicas, ortodoxas, protestantes y evangélicas participando activamente en el Dialogo Ecuménico e Inter-Religioso. Enfatizamos las conexiones entre la fe, las palabras y los hechos. Creemos que el bautismo y la membresía en la iglesia deben ser voluntarios.
Los menonitas creen que una vida de pacificación es factible. Por ser Dios amante y justo, los menonitas sienten el llamado de vivir de una manera que refleja esta realidad. Creemos que la paz y la integridad son posibilidades realizables en la actualidad. Dios desea que vivamos aquí y ahora de esa manera, y hemos recibido todas las herramientas necesarias para llevar a cabo tal vida por medio de la fe en Jesucristo. El vivir como pacificadores en tiempo de guerra no es fácil porque muchas personas de nuestra sociedad creen que no es razonable rehusar defender la patria y a sí mismo frente a la agresión.
La verdadera fe cristiana no puede permanecer inactiva. Viste a los desnudos, da de comer a los hambrientos, consuela a los tristes, da abrigo a los indigentes y sirve a los que le hacen daño. Venda a los heridos. Ha llegado a ser todas las cosas para todos los pueblos.
- Menno Simons, 1539
Haciendo lo que decimos.
Se ha reconocido de una manera creciente que los menonitas trabajan en el arte de la resolución de conflictos—aun al nivel internacional. Los menonitas han sido activos en promover el diálogo entre grupos distintos como, por ejemplo, en Irlanda del Norte y América Central. Los menonitas eran activos en algunas de las primeras organizaciones que abogaban la eliminación del Servicio Militar Obligatorio en la Argentina. Uno de los desafíos más grandes tiene que ver con dar testimonio de lo que hemos aprendido en el camino.
Los menonitas reconocen el valor de “la religión organizada.”
Durante todas las épocas de la historia, la fe religiosa ha ayudado a la gente a comprender el sentido de la vida y establecer cierto orden social cohesivo. A veces la distinción entre iglesia y Estado ha sido borrosa y la iglesia participaba en los movimientos opresivos, en la supresión de los derechos individuales y aun en las guerras. En efecto, hay muchos que piensan que la religión es la causa fundamental de guerra. Este es un tema familiar entre los menonitas. Sin embargo, como parte de la sociedad, nosotros reconocemos la necesidad de organizarnos como grupo de creyentes cristianos. Tratamos de preocuparnos más que todo por confiar en la dirección del Espíritu de Dios de una manera que refleja la vida y enseñanza de Jesús. Dentro de cada uno de nosotros hay un anhelo de comprender el por qué de nuestra existencia. Los menonitas creen que la respuesta tiene que ver con creer en Jesús y seguirlo.
Porque nadie puede poner
otro fundamento que el que
está puesto, el cual es Jesucristo.
- I Corintios 3:11
Creemos que la importancia que damos a la comunidad es una respuesta razonable a la indiferencia de la cultura moderna.
Durante esta época de ventas en masa, el consumismo desenfrenado, la soledad y la creciente violencia, trabajamos con el objeto de crear un sentido de comunidad para nosotros y para nuestros vecinos. Les damos a ustedes la bienvenida a acompañarnos en este proyecto. No somos un grupo cerrado. Creemos que la mejor respuesta al cinismo, la duda y el aislamiento es de invitar a amigos y a desconocidos a compartir las cargas y los gozos de una vida en conjunto—en la nueva comunidad de Cristo.

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¿Quiénes son los Menonitas?
Los menonitas han existido por 500 años. Los primeros menonitas rechazaron el poder que la unión de iglesia y estado ejercía sobre sus vidas individuales. Sus ideas e insistencia sobre la separación de iglesia y Estado tienen la misma importancia hoy en un período de terrorismo y de reacciones gubernamentales que suprimen los derechos de individuos y comunidades disidentes.
Algunos menonitas conservadores y amish todavía tratan de vivir sencillamente en comunidades agrícolas. Sin embargo, la mayoría de los menonitas no llevan esa clase de vida. La verdad es que somos personas bastante sencillas. En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires los menonitas están presentes desde 1940.
Los menonitas creen en la centralidad y la inspiración de la Biblia y en Jesucristo como él que fue enviado por Dios para efectuar la reconciliación entre el creador y el mundo quebrantado. Los menonitas comparten las creencias centrales con los cristianos de las iglesias católicas, ortodoxas, protestantes y evangélicas participando activamente en el Dialogo Ecuménico e Inter-Religioso. Enfatizamos las conexiones entre la fe, las palabras y los hechos. Creemos que el bautismo y la membresía en la iglesia deben ser voluntarios.
Los menonitas creen que una vida de pacificación es factible. Por ser Dios amante y justo, los menonitas sienten el llamado de vivir de una manera que refleja esta realidad. Creemos que la paz y la integridad son posibilidades realizables en la actualidad. Dios desea que vivamos aquí y ahora de esa manera, y hemos recibido todas las herramientas necesarias para llevar a cabo tal vida por medio de la fe en Jesucristo. El vivir como pacificadores en tiempo de guerra no es fácil porque muchas personas de nuestra sociedad creen que no es razonable rehusar defender la patria y a sí mismo frente a la agresión.
La verdadera fe cristiana no puede permanecer inactiva. Viste a los desnudos, da de comer a los hambrientos, consuela a los tristes, da abrigo a los indigentes y sirve a los que le hacen daño. Venda a los heridos. Ha llegado a ser todas las cosas para todos los pueblos.
- Menno Simons, 1539
Haciendo lo que decimos.
Se ha reconocido de una manera creciente que los menonitas trabajan en el arte de la resolución de conflictos—aun al nivel internacional. Los menonitas han sido activos en promover el diálogo entre grupos distintos como, por ejemplo, en Irlanda del Norte y América Central. Los menonitas eran activos en algunas de las primeras organizaciones que abogaban la eliminación del Servicio Militar Obligatorio en la Argentina. Uno de los desafíos más grandes tiene que ver con dar testimonio de lo que hemos aprendido en el camino.
Los menonitas reconocen el valor de “la religión organizada.”
Durante todas las épocas de la historia, la fe religiosa ha ayudado a la gente a comprender el sentido de la vida y establecer cierto orden social cohesivo. A veces la distinción entre iglesia y Estado ha sido borrosa y la iglesia participaba en los movimientos opresivos, en la supresión de los derechos individuales y aun en las guerras. En efecto, hay muchos que piensan que la religión es la causa fundamental de guerra. Este es un tema familiar entre los menonitas. Sin embargo, como parte de la sociedad, nosotros reconocemos la necesidad de organizarnos como grupo de creyentes cristianos. Tratamos de preocuparnos más que todo por confiar en la dirección del Espíritu de Dios de una manera que refleja la vida y enseñanza de Jesús. Dentro de cada uno de nosotros hay un anhelo de comprender el por qué de nuestra existencia. Los menonitas creen que la respuesta tiene que ver con creer en Jesús y seguirlo.
Porque nadie puede poner
otro fundamento que el que
está puesto, el cual es Jesucristo.
- I Corintios 3:11
Creemos que la importancia que damos a la comunidad es una respuesta razonable a la indiferencia de la cultura moderna.
Durante esta época de ventas en masa, el consumismo desenfrenado, la soledad y la creciente violencia, trabajamos con el objeto de crear un sentido de comunidad para nosotros y para nuestros vecinos. Les damos a ustedes la bienvenida a acompañarnos en este proyecto. No somos un grupo cerrado. Creemos que la mejor respuesta al cinismo, la duda y el aislamiento es de invitar a amigos y a desconocidos a compartir las cargas y los gozos de una vida en conjunto—en la nueva comunidad de Cristo.