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HISTORIA DE LA IGLESIA BAUTISTA: ORIGENES DE LOS BAUTISTAS

El vocablo “Bautista”, como un nombre que
describe a un cuerpo de cristianos, se usó por primera vez en idioma inglés en el siglo
XVII. Fue más bien un apodo forjado por sus opositores antes que un nombre creado
por ellos. Los así llamados “bautistas” preferían ser denominados “creyentes
bautizados”, “hermanos cristianos”, “discípulos de Cristo” o “cristianos
neotestamentarios”; ellos creían que reconstruían “la verdadera iglesia de Cristo”.
Bautistas, es un nombre muy inadecuado para la denominación que representa ya que
distorsiona en vez de aclarar la posición eclesiástica de la denominación. ¡La verdad es
que otras denominaciones cristianas ponen más énfasis sobre la importancia del
bautismo que los Bautistas! Sin embargo, con el correr de los años aquellos “creyentes
bautizados” aceptaron finalmente el apodo como nombre.
El origen de nuestra denominación se remonta al siglo XVII en Inglaterra,
como una fase del movimiento separatista que a su vez era hijo de un movimiento más
amplio, el puritanismo. Alrededor de 1633, el bautismo llegó a ser una cuestión
candente entre los puritanos, como resultado del estudio bíblico varios sectores llegaron
a rechazar el bautismo infantil. Este grupo dio un paso más adelante y restauraron el
modo neotestamentario del bautismo, la inmersión, alrededor del año 1641. La
historia de los Bautistas es más que la historia de una denominación dentro del
protestantismo, que surgió del puritanismo inglés, sino también de un movimiento que se
ha caracterizado por un espíritu no conformista. Aunque fue en 1644 cuando fue
publicada la primera “Confesión de fe” de la denominación, el espíritu bautista y los
principios bautistas han existido desde la época apostólica. Por eso, aquellos primeros
bautistas del siglo XVII preferían el nombre de “creyentes neotestamentarios”.
 A partir del siglo XVIII, el nombre “Bautista” comenzó su evolución hacia la
respetabilidad. Debido a la fidelidad de los feligreses, a los frutos de la investigación
histórica, a la práctica consecuente de los principios y al crecimiento grande de las
iglesias, la denominación llamada “Bautista” se cuenta entre las más grandes y evocan
el respeto y la admiración de sectores en el cristianismo.
 Entonces se puede concluir: La Denominación Bautista ha existido desde el
siglo XVII, pero el pueblo Bautista desde los mismos comienzos cristianos. El origen
doctrinal de la denominación se encuentra en los apóstoles. El origen espiritual se ve en
todos aquellos individuos y grupos disidentes que procuraban mantener o restaurar los
principios neotestamentarios, a pesar de la corrupción y de la persecución de la religión
oficial. El origen Histórico de la denominación esta en 1641, relacionado con la revuelta
de los puritanos separatistas ingleses contra la tiranía de una iglesia establecida. Debido
al énfasis sobre la lectura y el estudio del Nuevo Testamento, en gran parte promulgados
por los no conformistas ingleses por muchos años, estos hombres reconocieron la
falsedad de las pretensiones de la iglesia establecida (Anglicana) y aprendieron los
verdaderos principios neotestamentarios. Fue un movimiento espontáneo. Así iniciaron,
clandestinamente a veces, su esfuerzo por restaurar en aquel entonces, el modelo
neotestamentario, separándose de la iglesia Anglicana y fundando sus congregaciones.
De aquel fondo histórico surgió la denominación Bautista. Fue y seguirá siendo nada más que la reaparición de los principios neotestamentarios sobre la pantalla de la
historia.

En Venezuela para principios del 2010 se cuenta con 504 Iglesias Bautistas
agrupadas por la Convención Nacional Bautista de Venezuela (CNBV) la cual coordina los
trabajos y esfuerzos mancomunados de todas las iglesias en busca del bienestar
económico, social y espiritual de nuestro país. La CNBV agrupa las distintas iglesias por
zonas geográficas donde cada estado conforma una Asociación de iglesias dependiente
de la Convención. Nosotros formamos parte de la Asociación de Iglesias Bautistas de la
Región Capital (ASIBARCA) conformada por más de 15 iglesias. Nuestra Convención
esta inscrita en la Alianza Bautista Mundial (ABM), ente que coordina los trabajos
internacionales e ínter convenciones Bautistas con la finalidad de procurar que el mundo
entero conozca de Cristo.
La Obra Bautista en Venezuela:
Fijar un comienzo en la obra bautista venezolana, no es tarea fácil porque nadie –
salvo nuestro Dios omnisciente que está en los cielos acaso lo planificó todo- puede
asegurar, a ciencia cierta, como fue tal inicio. Nos limitaremos a mencionar y comentar
las distintas versiones, de manera que sean nuestros lectores los que tengan el privilegio
de llegar, con la con la ayuda del Espíritu Santo, a sus propias conclusiones.
Algunos- entre ellos, don Ruperto Prato, quien ya esta en la paz del Señor – hacen
coincidir el inicio de la obra bautista venezolana con un incidente que se registro varias
décadas atrás en Guasdualito (para aquel entonces, “Periquera”), en el Alto Apure.
Cuentan que don Ruperto, quien llegó a esa población, proveniente de San Cristóbal,
Edo. Táchira, “buscando oro y camorra” (para usar sus propias palabras), tuvo un
encuentro inexplicable con Dios. Para polemizar con un sacerdote católico-romano que
había errado faltándole el respeto a las damas del lugar, don Ruperto usó una Biblia que
un amigo había tenido por 12 años encerrada en un baúl. Fue tildado de “protestante”
por su antagonista. Luego por invitación de don Ruperto, visitó Guadualito, el Rev. G.A
Holmberg, misionero de la Alianza Evangélica. Otros sucedieron en esta labor de
misiones al hno. Holmberg. Más adelante, cuando se presentó el caso de un bautismo
infantil, don Ruperto polemizó de nuevo, pero esta vez con el misionero evangélico de
turno, pues, según él, mal interpretaba las Escrituras. Como era de esperarse, fue
“insultado con el título “despectivo” de “bautista”. Se cree que fue la primera vez que se
oyó nombrar esta palabra (en forma de título) en Venezuela.
Se sabe, también, que un grupo de jóvenes evangélicos – entre ellos: Julio Moros,
Rafael Urdaneta Mejías y, Principalmente, Domingo S. Bracho V. – Fue a estudiar al
Instituto Bíblico de San José de Costa Rica (hoy Seminario Bíblico Latinoamericano).
Entraron en contacto con jóvenes bautistas puertorriqueños y cubanos, compañeros de
estudio y de éstos recibieron la semilla de la sana doctrina neotestamentaria. Al
regresar Domingo Bracho de Costa Rica, Inició correspondencia con el Dr. J. E. Davis,
para aquel entonces, gerente de la Bautista de Publicaciones de El Paso, Texas. El hno.
Bracho luchó denodadamente para que el Dr. Davis viniese a Venezuela, pero este
esfuerzo se vio frustrado, porque el Señor llamó a éste a sus moras eternas.
Otros aseveran que el hecho que contribuyó positivamente y directamente el inicio
de la obra bautista venezolana, fue la amplia labor de difusión de su literatura que
desempeño la Casa Bautista de Publicaciones de El Paso, Texas. Esta editora de libros,
revistas, material educativo en general, surtía a casi todas las iglesias e instituciones
evangélicas del país. De esta manera, las practicas y doctrinas neotestamentarias fueron
sembradas en varios de los estudiantes del aquel entonces Instituto Bíblico de Maracaibo
(en 1976 Ebenezer de San Cristóbal). Estos jóvenes, bajo el liderazgo de J.J. Corti,
iniciaron una verdadera “revolución” a favor de las practicas y doctrinas “bautistas”
(léase, neotestamentarias). Al graduarse Corti, fue llamado al pastorado de la gran
Iglesia Evangélica “El Salvador” de Maracaibo (donde continuó realizando su “revolución
doctrinaria”), cargo del cual se separó para ir a iniciar la obra bautista en Acarigua, en Julio de 1944, bajo los auspicios de la Asociación de Iglesias Bautistas Independientes
para Evangelización Mundial. Esta organización era representada en Colombia, Venezuela
por la pareja de misioneros, Jaime y Elena Carder. Corti duró poco en Acarigua, pues
apercibió fiebres palúdicas y debió retirarse del lugar para recobrar la salud. Sin
embargo, ya había dejado fundada, la primera iglesia evangélica que llevó el nombre de
“Bautista de Barquisimeto”. Luego siguió la de Guanare, donde se había instalado como
obrero, Antonio Escalona.
Casi simultáneamente, don Antolín Tovar, que estaba frente de una pequeña grey
en San Nicolas, Edo. Portuguesa, al recibir visitas de los obreros, Corti, Núñez, Pérez y
Escalona, observó que sus doctrinas eran neotestamentarias, por lo que pidió lo
bautizaran, junto con todos los miembros de su iglesia.
Instituciones Precursoras:
De esta manera surgió la Asociación Bautista de Portuguesa y Lara. Integrada por
las 4 iglesias antes mencionadas, la Asociación sostenía los obreros, publicaba una
revista – “Luminar”, precursora de nuestro actual vocero denominacional – y adelantaba
obra misionera en todos los campos de Portuguesa. De Acarigua, de donde ya indicamos
anteriormente salió por razones de salud, Corti pasó a pastorear la gran iglesia Bautista
Central de Barranquilla. Esto coincidió con una tremenda crisis económica que
experimentó la Misión del Hno. Carder. La Misión Bautista en Colombia (de J.M.F. de la
Convención Bautista del Sur), por su influencia de Corti y designios del Señor, tornó su
mirada hacia la incipiente obra en nuestra Patria, apoyando económicamente, las 4
iglesias de Portuguesa y Lara. Los “Bautista del Sur” heredaron, pues, las iglesias que
integraban las Asociaciones de Portuguesa y Lara y pronto surgieron dos nuevas iglesias:
La Central de Caracas y la Primera de Maracaibo.
Para 1950, las iglesias bautistas no podían mantenerse aisladas unas de otras. Por
lo tanto, para “Semana Santa” de 1950, por iniciativa del único misionero bautista para
aquel entonces en Venezuela, T. L. Neely, se efectuó en Caracas una “reunión de obreros
laicos”, con el propósito de iniciar una serie que se llevaría a cabo dos veces al año y en
las cuales: “se cambiarían impresiones acerca de lo obra bautista en los diferentes
campos, se dictarían y recibirían cursillos y charlas con temas de interés general para la
mayor capacitación en los principios y organizaciones bautistas y en las doctrinas del
Nuevo Testamento, los cuales los bautistas han abrazado con entera fidelidad”. En la
tercera de estas reuniones (de acercamiento), celebrada en Guanare, Edo. Portuguesa,
surgió la idea de organizar una Convención Nacional. Se nombraron dos comisiones: una
de organización, integrada por: José J. Corti (Presidente) Germán Núñez B. (Secretario),
José M. Requena y Antonio Escalona (Vocales); y la otra para preparar un ante-proyecto
de constitución formada por: Luc Eustache M., J. Ulman Moss y Oscar Galdona. El 8 de
agosto de 1950 se constituyó la Convención en su Primera Asamblea con solo 6 iglesias.
Alcanzó las 46 iglesias afiliadas en 1975, hoy en día, (2008) tenemos un total de 456
iglesias afiliadas a nuestra Convención y aproximadamente 200 misiones.
Fundación de la convención:
“Ambas comisiones realizaron un trabajo digno de todo ecomio, y gracias a él, las
reuniones se llevaron a cabo con un desenvolvimiento excelente. Más parecía una
experimentada convención sesionando, que una en organización”. Así se reseña en el
primer número de “Luminar Bautista”, La Reunión de Organización de la CNBV llevada a
cabo en Acarigua, Edo. Portuguesa, los días 7 al 12 de agosto de 1951.
Una obra netamente nacional (1959- 1964):
Desde enero de 1959 hasta agosto de 1964, la convención Nacional Bautista de
Venezuela se realizó como organización. Desarrolló su propia personalidad. Alcanzó una
gran madurez, auque a un alto costo: El sacrificio de los obreros y su familias y el de
cada miembro de iglesia. Dos aspectos caracterizaron este periodo: la ofensiva en la
enseñanza de la mayordomía cristiana y discusiones con la Misión para reunificar la obra,
sobre bases diferentes de cooperación.El acuerdo previo se logró en una histórica reunión conjunta de la Junta Directiva
de la Convención y el comité Ejecutivo de la Misión, celebrada en octubre de 1963, en
Barquisimeto. Luego fue ratificado por las iglesias y aprobado por unanimidad en la XV
Asamblea, reunida en Valencia.
La escalada extraordinaria de 1964 – 1975:
Se fundó el Seminario Teológico Bautista de Venezuela. Se creo la residencia
Estudiantil Bautista de Guanare. Se instituyo el Fondo de Préstamos par Construcción de
Templos, gracias al cual, hoy en día la mayor parte de las iglesias bautistas tienen local
apropiado para desarrollar su ministerio. Se organizó, asimismo, un fondo de jubilaciones
para lo obreros; un trabajo radial, cuyo alcance trascendió toda Latinoamérica; un
ministerio musical que empezó a producir sus primeros frutos; una verdadera obra de
misiones nacionales; dos campañas evangelizadoras nacionales; y, muy importante un
riguroso desarrollo de talentos juveniles y laicos que se rinden por completo al servicio
del Señor.
En la Asamblea XXV Asamblea, en Maracaibo, agosto de 1975 y en enero de 1976 en
Caracas, (II Reunión Extraordinaria) se reestructuró, organizativamente hablando, La
Convención. Se creó el Instituto de Previsión Social de la Obra Bautista de Portuguesa

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HISTORIA DE LA IGLESIA BAUTISTA: ORIGENES DE LOS BAUTISTAS

El vocablo “Bautista”, como un nombre que
describe a un cuerpo de cristianos, se usó por primera vez en idioma inglés en el siglo
XVII. Fue más bien un apodo forjado por sus opositores antes que un nombre creado
por ellos. Los así llamados “bautistas” preferían ser denominados “creyentes
bautizados”, “hermanos cristianos”, “discípulos de Cristo” o “cristianos
neotestamentarios”; ellos creían que reconstruían “la verdadera iglesia de Cristo”.
Bautistas, es un nombre muy inadecuado para la denominación que representa ya que
distorsiona en vez de aclarar la posición eclesiástica de la denominación. ¡La verdad es
que otras denominaciones cristianas ponen más énfasis sobre la importancia del
bautismo que los Bautistas! Sin embargo, con el correr de los años aquellos “creyentes
bautizados” aceptaron finalmente el apodo como nombre.
El origen de nuestra denominación se remonta al siglo XVII en Inglaterra,
como una fase del movimiento separatista que a su vez era hijo de un movimiento más
amplio, el puritanismo. Alrededor de 1633, el bautismo llegó a ser una cuestión
candente entre los puritanos, como resultado del estudio bíblico varios sectores llegaron
a rechazar el bautismo infantil. Este grupo dio un paso más adelante y restauraron el
modo neotestamentario del bautismo, la inmersión, alrededor del año 1641. La
historia de los Bautistas es más que la historia de una denominación dentro del
protestantismo, que surgió del puritanismo inglés, sino también de un movimiento que se
ha caracterizado por un espíritu no conformista. Aunque fue en 1644 cuando fue
publicada la primera “Confesión de fe” de la denominación, el espíritu bautista y los
principios bautistas han existido desde la época apostólica. Por eso, aquellos primeros
bautistas del siglo XVII preferían el nombre de “creyentes neotestamentarios”.
 A partir del siglo XVIII, el nombre “Bautista” comenzó su evolución hacia la
respetabilidad. Debido a la fidelidad de los feligreses, a los frutos de la investigación
histórica, a la práctica consecuente de los principios y al crecimiento grande de las
iglesias, la denominación llamada “Bautista” se cuenta entre las más grandes y evocan
el respeto y la admiración de sectores en el cristianismo.
 Entonces se puede concluir: La Denominación Bautista ha existido desde el
siglo XVII, pero el pueblo Bautista desde los mismos comienzos cristianos. El origen
doctrinal de la denominación se encuentra en los apóstoles. El origen espiritual se ve en
todos aquellos individuos y grupos disidentes que procuraban mantener o restaurar los
principios neotestamentarios, a pesar de la corrupción y de la persecución de la religión
oficial. El origen Histórico de la denominación esta en 1641, relacionado con la revuelta
de los puritanos separatistas ingleses contra la tiranía de una iglesia establecida. Debido
al énfasis sobre la lectura y el estudio del Nuevo Testamento, en gran parte promulgados
por los no conformistas ingleses por muchos años, estos hombres reconocieron la
falsedad de las pretensiones de la iglesia establecida (Anglicana) y aprendieron los
verdaderos principios neotestamentarios. Fue un movimiento espontáneo. Así iniciaron,
clandestinamente a veces, su esfuerzo por restaurar en aquel entonces, el modelo
neotestamentario, separándose de la iglesia Anglicana y fundando sus congregaciones.
De aquel fondo histórico surgió la denominación Bautista. Fue y seguirá siendo nada más que la reaparición de los principios neotestamentarios sobre la pantalla de la
historia.

En Venezuela para principios del 2010 se cuenta con 504 Iglesias Bautistas
agrupadas por la Convención Nacional Bautista de Venezuela (CNBV) la cual coordina los
trabajos y esfuerzos mancomunados de todas las iglesias en busca del bienestar
económico, social y espiritual de nuestro país. La CNBV agrupa las distintas iglesias por
zonas geográficas donde cada estado conforma una Asociación de iglesias dependiente
de la Convención. Nosotros formamos parte de la Asociación de Iglesias Bautistas de la
Región Capital (ASIBARCA) conformada por más de 15 iglesias. Nuestra Convención
esta inscrita en la Alianza Bautista Mundial (ABM), ente que coordina los trabajos
internacionales e ínter convenciones Bautistas con la finalidad de procurar que el mundo
entero conozca de Cristo.
La Obra Bautista en Venezuela:
Fijar un comienzo en la obra bautista venezolana, no es tarea fácil porque nadie –
salvo nuestro Dios omnisciente que está en los cielos acaso lo planificó todo- puede
asegurar, a ciencia cierta, como fue tal inicio. Nos limitaremos a mencionar y comentar
las distintas versiones, de manera que sean nuestros lectores los que tengan el privilegio
de llegar, con la con la ayuda del Espíritu Santo, a sus propias conclusiones.
Algunos- entre ellos, don Ruperto Prato, quien ya esta en la paz del Señor – hacen
coincidir el inicio de la obra bautista venezolana con un incidente que se registro varias
décadas atrás en Guasdualito (para aquel entonces, “Periquera”), en el Alto Apure.
Cuentan que don Ruperto, quien llegó a esa población, proveniente de San Cristóbal,
Edo. Táchira, “buscando oro y camorra” (para usar sus propias palabras), tuvo un
encuentro inexplicable con Dios. Para polemizar con un sacerdote católico-romano que
había errado faltándole el respeto a las damas del lugar, don Ruperto usó una Biblia que
un amigo había tenido por 12 años encerrada en un baúl. Fue tildado de “protestante”
por su antagonista. Luego por invitación de don Ruperto, visitó Guadualito, el Rev. G.A
Holmberg, misionero de la Alianza Evangélica. Otros sucedieron en esta labor de
misiones al hno. Holmberg. Más adelante, cuando se presentó el caso de un bautismo
infantil, don Ruperto polemizó de nuevo, pero esta vez con el misionero evangélico de
turno, pues, según él, mal interpretaba las Escrituras. Como era de esperarse, fue
“insultado con el título “despectivo” de “bautista”. Se cree que fue la primera vez que se
oyó nombrar esta palabra (en forma de título) en Venezuela.
Se sabe, también, que un grupo de jóvenes evangélicos – entre ellos: Julio Moros,
Rafael Urdaneta Mejías y, Principalmente, Domingo S. Bracho V. – Fue a estudiar al
Instituto Bíblico de San José de Costa Rica (hoy Seminario Bíblico Latinoamericano).
Entraron en contacto con jóvenes bautistas puertorriqueños y cubanos, compañeros de
estudio y de éstos recibieron la semilla de la sana doctrina neotestamentaria. Al
regresar Domingo Bracho de Costa Rica, Inició correspondencia con el Dr. J. E. Davis,
para aquel entonces, gerente de la Bautista de Publicaciones de El Paso, Texas. El hno.
Bracho luchó denodadamente para que el Dr. Davis viniese a Venezuela, pero este
esfuerzo se vio frustrado, porque el Señor llamó a éste a sus moras eternas.
Otros aseveran que el hecho que contribuyó positivamente y directamente el inicio
de la obra bautista venezolana, fue la amplia labor de difusión de su literatura que
desempeño la Casa Bautista de Publicaciones de El Paso, Texas. Esta editora de libros,
revistas, material educativo en general, surtía a casi todas las iglesias e instituciones
evangélicas del país. De esta manera, las practicas y doctrinas neotestamentarias fueron
sembradas en varios de los estudiantes del aquel entonces Instituto Bíblico de Maracaibo
(en 1976 Ebenezer de San Cristóbal). Estos jóvenes, bajo el liderazgo de J.J. Corti,
iniciaron una verdadera “revolución” a favor de las practicas y doctrinas “bautistas”
(léase, neotestamentarias). Al graduarse Corti, fue llamado al pastorado de la gran
Iglesia Evangélica “El Salvador” de Maracaibo (donde continuó realizando su “revolución
doctrinaria”), cargo del cual se separó para ir a iniciar la obra bautista en Acarigua, en Julio de 1944, bajo los auspicios de la Asociación de Iglesias Bautistas Independientes
para Evangelización Mundial. Esta organización era representada en Colombia, Venezuela
por la pareja de misioneros, Jaime y Elena Carder. Corti duró poco en Acarigua, pues
apercibió fiebres palúdicas y debió retirarse del lugar para recobrar la salud. Sin
embargo, ya había dejado fundada, la primera iglesia evangélica que llevó el nombre de
“Bautista de Barquisimeto”. Luego siguió la de Guanare, donde se había instalado como
obrero, Antonio Escalona.
Casi simultáneamente, don Antolín Tovar, que estaba frente de una pequeña grey
en San Nicolas, Edo. Portuguesa, al recibir visitas de los obreros, Corti, Núñez, Pérez y
Escalona, observó que sus doctrinas eran neotestamentarias, por lo que pidió lo
bautizaran, junto con todos los miembros de su iglesia.
Instituciones Precursoras:
De esta manera surgió la Asociación Bautista de Portuguesa y Lara. Integrada por
las 4 iglesias antes mencionadas, la Asociación sostenía los obreros, publicaba una
revista – “Luminar”, precursora de nuestro actual vocero denominacional – y adelantaba
obra misionera en todos los campos de Portuguesa. De Acarigua, de donde ya indicamos
anteriormente salió por razones de salud, Corti pasó a pastorear la gran iglesia Bautista
Central de Barranquilla. Esto coincidió con una tremenda crisis económica que
experimentó la Misión del Hno. Carder. La Misión Bautista en Colombia (de J.M.F. de la
Convención Bautista del Sur), por su influencia de Corti y designios del Señor, tornó su
mirada hacia la incipiente obra en nuestra Patria, apoyando económicamente, las 4
iglesias de Portuguesa y Lara. Los “Bautista del Sur” heredaron, pues, las iglesias que
integraban las Asociaciones de Portuguesa y Lara y pronto surgieron dos nuevas iglesias:
La Central de Caracas y la Primera de Maracaibo.
Para 1950, las iglesias bautistas no podían mantenerse aisladas unas de otras. Por
lo tanto, para “Semana Santa” de 1950, por iniciativa del único misionero bautista para
aquel entonces en Venezuela, T. L. Neely, se efectuó en Caracas una “reunión de obreros
laicos”, con el propósito de iniciar una serie que se llevaría a cabo dos veces al año y en
las cuales: “se cambiarían impresiones acerca de lo obra bautista en los diferentes
campos, se dictarían y recibirían cursillos y charlas con temas de interés general para la
mayor capacitación en los principios y organizaciones bautistas y en las doctrinas del
Nuevo Testamento, los cuales los bautistas han abrazado con entera fidelidad”. En la
tercera de estas reuniones (de acercamiento), celebrada en Guanare, Edo. Portuguesa,
surgió la idea de organizar una Convención Nacional. Se nombraron dos comisiones: una
de organización, integrada por: José J. Corti (Presidente) Germán Núñez B. (Secretario),
José M. Requena y Antonio Escalona (Vocales); y la otra para preparar un ante-proyecto
de constitución formada por: Luc Eustache M., J. Ulman Moss y Oscar Galdona. El 8 de
agosto de 1950 se constituyó la Convención en su Primera Asamblea con solo 6 iglesias.
Alcanzó las 46 iglesias afiliadas en 1975, hoy en día, (2008) tenemos un total de 456
iglesias afiliadas a nuestra Convención y aproximadamente 200 misiones.
Fundación de la convención:
“Ambas comisiones realizaron un trabajo digno de todo ecomio, y gracias a él, las
reuniones se llevaron a cabo con un desenvolvimiento excelente. Más parecía una
experimentada convención sesionando, que una en organización”. Así se reseña en el
primer número de “Luminar Bautista”, La Reunión de Organización de la CNBV llevada a
cabo en Acarigua, Edo. Portuguesa, los días 7 al 12 de agosto de 1951.
Una obra netamente nacional (1959- 1964):
Desde enero de 1959 hasta agosto de 1964, la convención Nacional Bautista de
Venezuela se realizó como organización. Desarrolló su propia personalidad. Alcanzó una
gran madurez, auque a un alto costo: El sacrificio de los obreros y su familias y el de
cada miembro de iglesia. Dos aspectos caracterizaron este periodo: la ofensiva en la
enseñanza de la mayordomía cristiana y discusiones con la Misión para reunificar la obra,
sobre bases diferentes de cooperación.El acuerdo previo se logró en una histórica reunión conjunta de la Junta Directiva
de la Convención y el comité Ejecutivo de la Misión, celebrada en octubre de 1963, en
Barquisimeto. Luego fue ratificado por las iglesias y aprobado por unanimidad en la XV
Asamblea, reunida en Valencia.
La escalada extraordinaria de 1964 – 1975:
Se fundó el Seminario Teológico Bautista de Venezuela. Se creo la residencia
Estudiantil Bautista de Guanare. Se instituyo el Fondo de Préstamos par Construcción de
Templos, gracias al cual, hoy en día la mayor parte de las iglesias bautistas tienen local
apropiado para desarrollar su ministerio. Se organizó, asimismo, un fondo de jubilaciones
para lo obreros; un trabajo radial, cuyo alcance trascendió toda Latinoamérica; un
ministerio musical que empezó a producir sus primeros frutos; una verdadera obra de
misiones nacionales; dos campañas evangelizadoras nacionales; y, muy importante un
riguroso desarrollo de talentos juveniles y laicos que se rinden por completo al servicio
del Señor.
En la Asamblea XXV Asamblea, en Maracaibo, agosto de 1975 y en enero de 1976 en
Caracas, (II Reunión Extraordinaria) se reestructuró, organizativamente hablando, La
Convención. Se creó el Instituto de Previsión Social de la Obra Bautista de Portuguesa