About

Avivamiento de la calle Azusa



AVIVAMIENTO DE LA CALLE AZUSA
El cristianismo fue cambiado para siempre por el avivamiento de la Calle Azusa en los Ángeles al principio del siglo pasado. Allí se celebraban cultos tres veces al día los siete días de la semana durante sus días gloriosos, desde 1906 hasta 1909. Las reuniones dirigidas por el William J. Seymour, pastor afroamericano, tenían lugar en el desvencijado edificio de una misión bajo el nombre de Fe Apostólica. Por imposible que en aquellos momentos pareciera, el avivamiento de la Calle Azusa estaba destinado a convertirse en un momento decisivo en la historia mundial del cristianismo.
El mensaje que trajo multitudes a la Misión de la Calle Azusa era considerado nuevo, novedoso y revolucionario. Los cristianos de la época actual podían recibir el bautismo en el Espíritu Santo como lo habían recibido los apóstoles en el día de Pentecostés con la evidencia bíblica de las lenguas.
El padre teológico de este mensaje fue Charles Fox Parham, antiguo pastor metodista que se había unido al Movimiento de Santidad. En la Escuela Bíblica Bethel (fundada en Topeka, Kansas, en 1898) los estudiantes de Parham sostenían que las lenguas eran las evidencias de esta bendición pentecostal. La primera persona que experimentó este fenómeno fue Agnes Ozman. Lo ocurrido allí el día del año nuevo de 1901 se convirtió en el prototipo del pentecostalismo moderno.
En 1905, Parham sirvió de mentor a William J. Seymour en otra escuela bíblica de Houston, Texas. Entonces Seymour llevó el mensaje pentecostal a Los Ángeles cuando llegó a pastorear una pequeña iglesia negra de Santidad. Los miembros de la iglesia rechazaron de inmediato su mensaje. Después de un mes de reuniones de oración en una casa de Bonnie Brae, Seymour y varios más hablaron en lenguas. Esto atrajo a grandes multitudes a aquella pequeña casa. Mientras buscaban un edificio mayor en el centro de Los Ángeles, Seymour y su rebaño encontraron una iglesia episcopal metodista africana abandonada en la Calle Azusa. En abril de 1906 comenzaron los históricos cultos.
El movimiento se extendió por el mundo entero bajo los emocionantes ministerios de los Peregrinos de la Calle Azusa que recibieron su experiencia pentecostal allí. Entre ellos estaban G.B. Cashwell (Sur de los Estados Unidos), C.H. Mason (La Iglesia de Dios en Cristo). William H. Durham (Chicago, Medio Oeste de EE.UU. y Canadá); Mary Rumsey (Corea) A.H. Argue (Canadá), y John G. Lake (Sudáfrica). Más tarde hubieron personas que habían recibido de forma indirecta la influencia de la Calle Azusa, que llevaron el mensaje y la experiencia pentecostales al mundo entero. Entre ellos estaban Thomas Ball Barratt (Oeste de Europa y Gran Bretraña), Daniel Berg y Gunnar Vingren (Brasil), Luigi Francesconi (Italia, Argentina, Brasil) e Iván Varonaev (Rusia y ls naciones eslavas).
El pequeño grupo de adoradores que se reunieron en la Calle Azusa en 1906 nunca habrían podido imaginar siquiera los históricos resultados del avivamiento que ellos ayudaron a desatar en Los Ángeles.
La Calle Azusa pertenece a todo el Cuerpo de Cristo. No son solo los afroamericanos los que pueden reclamar como suyo a Seymour, ni tampoco los pentecostales solamente; él pertenece a todo el Cuerpo de Cristo, en todas las naciones, etnias y pueblos. Y el bautismo en el Espíritu Santo, con los dones y las gracias que le acompañan, no pertenece solo a los pentecostales, sino que es de todo el cuerpo de Cristo.

Con la tecnología de Blogger.

Sample

Followers

Vistas de página en total

Avivamiento de la calle Azusa



AVIVAMIENTO DE LA CALLE AZUSA
El cristianismo fue cambiado para siempre por el avivamiento de la Calle Azusa en los Ángeles al principio del siglo pasado. Allí se celebraban cultos tres veces al día los siete días de la semana durante sus días gloriosos, desde 1906 hasta 1909. Las reuniones dirigidas por el William J. Seymour, pastor afroamericano, tenían lugar en el desvencijado edificio de una misión bajo el nombre de Fe Apostólica. Por imposible que en aquellos momentos pareciera, el avivamiento de la Calle Azusa estaba destinado a convertirse en un momento decisivo en la historia mundial del cristianismo.
El mensaje que trajo multitudes a la Misión de la Calle Azusa era considerado nuevo, novedoso y revolucionario. Los cristianos de la época actual podían recibir el bautismo en el Espíritu Santo como lo habían recibido los apóstoles en el día de Pentecostés con la evidencia bíblica de las lenguas.
El padre teológico de este mensaje fue Charles Fox Parham, antiguo pastor metodista que se había unido al Movimiento de Santidad. En la Escuela Bíblica Bethel (fundada en Topeka, Kansas, en 1898) los estudiantes de Parham sostenían que las lenguas eran las evidencias de esta bendición pentecostal. La primera persona que experimentó este fenómeno fue Agnes Ozman. Lo ocurrido allí el día del año nuevo de 1901 se convirtió en el prototipo del pentecostalismo moderno.
En 1905, Parham sirvió de mentor a William J. Seymour en otra escuela bíblica de Houston, Texas. Entonces Seymour llevó el mensaje pentecostal a Los Ángeles cuando llegó a pastorear una pequeña iglesia negra de Santidad. Los miembros de la iglesia rechazaron de inmediato su mensaje. Después de un mes de reuniones de oración en una casa de Bonnie Brae, Seymour y varios más hablaron en lenguas. Esto atrajo a grandes multitudes a aquella pequeña casa. Mientras buscaban un edificio mayor en el centro de Los Ángeles, Seymour y su rebaño encontraron una iglesia episcopal metodista africana abandonada en la Calle Azusa. En abril de 1906 comenzaron los históricos cultos.
El movimiento se extendió por el mundo entero bajo los emocionantes ministerios de los Peregrinos de la Calle Azusa que recibieron su experiencia pentecostal allí. Entre ellos estaban G.B. Cashwell (Sur de los Estados Unidos), C.H. Mason (La Iglesia de Dios en Cristo). William H. Durham (Chicago, Medio Oeste de EE.UU. y Canadá); Mary Rumsey (Corea) A.H. Argue (Canadá), y John G. Lake (Sudáfrica). Más tarde hubieron personas que habían recibido de forma indirecta la influencia de la Calle Azusa, que llevaron el mensaje y la experiencia pentecostales al mundo entero. Entre ellos estaban Thomas Ball Barratt (Oeste de Europa y Gran Bretraña), Daniel Berg y Gunnar Vingren (Brasil), Luigi Francesconi (Italia, Argentina, Brasil) e Iván Varonaev (Rusia y ls naciones eslavas).
El pequeño grupo de adoradores que se reunieron en la Calle Azusa en 1906 nunca habrían podido imaginar siquiera los históricos resultados del avivamiento que ellos ayudaron a desatar en Los Ángeles.
La Calle Azusa pertenece a todo el Cuerpo de Cristo. No son solo los afroamericanos los que pueden reclamar como suyo a Seymour, ni tampoco los pentecostales solamente; él pertenece a todo el Cuerpo de Cristo, en todas las naciones, etnias y pueblos. Y el bautismo en el Espíritu Santo, con los dones y las gracias que le acompañan, no pertenece solo a los pentecostales, sino que es de todo el cuerpo de Cristo.