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Las prácticas gays hacen rebrotar el SIDA en Estados Unidos


Los nuevos casos en homosexuales de menos de 30 años aumentaron un 32% en 5 años; jóvenes entre 13 y 19 años doblaron el porcentaje
El fuerte incremento de casos de SIDA entre la población gay en Estados Unidos en los últimos 5 años ha vuelto a crear alarma y tiene preocupadas a las autoridades sanitarias norteamericanas.

Según los datos facilitados por The Journal of the American Medical Association (JAMA), los nuevos casos de contagio por el VIH en varones homosexuales menores de 30 años se incrementaron un 32%, mientras que los jóvenes de entre 13 y 19 años doblaron el porcentaje.

La información, reproducida por el Comité Independiente Anti-Sida (CIAS) el pasado 17 de enero, muestra que el aumento de las infecciones entre los homosexuales más jóvenes, especialmente hombres hispanos y negros, es problemático. El estudio expone la clara implicación de las personas con alto riesgo de contraer la enfermedad.

Las estadísticas recogidas por los responsables sanitarios de Nueva York muestran también queentre los hombres negros e hispanos la cifra fue del 34 por ciento.

Los adolescentes doblan el porcentaje

El mayor problema que encontraron fue el número de nuevas diagnosis entre los hombres más jóvenes del estudio, con edades comprendidas entre los 13 y los 19 años, que doblaron el porcentaje.

Fuentes oficiales neoyorquinas creen que el aumento del consumo de alcohol y drogas puede tener parte de culpa, ya que se mantienen relaciones sexuales con más frecuencia y sin protección.

Cabe recordar que es precisamente esta promiscuidad entre los gays más jóvenes la que hizo saltar las alarmas en los primeros días de enero, cuando expertos de la Universidad de California advirtieron de que una ‘superbacteria’ se está extendiendo entre los gays estadounidenses.

Volviendo al estudio del JAMA, el único dato que aporta algo bueno en este desolador panorama es el 22 por ciento de descenso de las infecciones en hombres mayores de treinta años.

Según el estudio neoyorquino, la concienciación de los devastadores efectos de la enfermedad, así como la madurez, pueden ser los factores que expliquen estas diferencias. Un gran número de hombres mayores de treinta llegaron a esa edad cuando el SIDA aún no tenía tratamiento.

Silencio igual a muerte

Cuando la enfermedad era nueva y aterradora la comunidad gay ayudó a cambiar el comportamiento predicando en voz alta contra la imprudencia de ciertas prácticas sexuales. Se fomentó el uso del preservativo y también de las pruebas de VIH/SIDA. Silencio igual a muerteera el lema.

El silencio ahora parece estar ganando. Casi seis mil homosexuales murieron de SIDA en Estados Unidos en 2005 y aún existen muchos jóvenes que no parecen entender que la infección va más allá que un gran reto humano.

Es verdad que la terapia antirretroviral ha mejorado las perspectivas para los infectados, pero los tratamientos son todavía demasiado novedosos para saber si pueden funcionar después de una década.

Los responsables de salud pública necesitan fomentar la realización de pruebas y la atención de los enfermos. Y los líderes de opinión necesitan empezar a predicar otra vez porque volvemos a alejarnos de los objetivos en la lucha contra el SIDA

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Las prácticas gays hacen rebrotar el SIDA en Estados Unidos


Los nuevos casos en homosexuales de menos de 30 años aumentaron un 32% en 5 años; jóvenes entre 13 y 19 años doblaron el porcentaje
El fuerte incremento de casos de SIDA entre la población gay en Estados Unidos en los últimos 5 años ha vuelto a crear alarma y tiene preocupadas a las autoridades sanitarias norteamericanas.

Según los datos facilitados por The Journal of the American Medical Association (JAMA), los nuevos casos de contagio por el VIH en varones homosexuales menores de 30 años se incrementaron un 32%, mientras que los jóvenes de entre 13 y 19 años doblaron el porcentaje.

La información, reproducida por el Comité Independiente Anti-Sida (CIAS) el pasado 17 de enero, muestra que el aumento de las infecciones entre los homosexuales más jóvenes, especialmente hombres hispanos y negros, es problemático. El estudio expone la clara implicación de las personas con alto riesgo de contraer la enfermedad.

Las estadísticas recogidas por los responsables sanitarios de Nueva York muestran también queentre los hombres negros e hispanos la cifra fue del 34 por ciento.

Los adolescentes doblan el porcentaje

El mayor problema que encontraron fue el número de nuevas diagnosis entre los hombres más jóvenes del estudio, con edades comprendidas entre los 13 y los 19 años, que doblaron el porcentaje.

Fuentes oficiales neoyorquinas creen que el aumento del consumo de alcohol y drogas puede tener parte de culpa, ya que se mantienen relaciones sexuales con más frecuencia y sin protección.

Cabe recordar que es precisamente esta promiscuidad entre los gays más jóvenes la que hizo saltar las alarmas en los primeros días de enero, cuando expertos de la Universidad de California advirtieron de que una ‘superbacteria’ se está extendiendo entre los gays estadounidenses.

Volviendo al estudio del JAMA, el único dato que aporta algo bueno en este desolador panorama es el 22 por ciento de descenso de las infecciones en hombres mayores de treinta años.

Según el estudio neoyorquino, la concienciación de los devastadores efectos de la enfermedad, así como la madurez, pueden ser los factores que expliquen estas diferencias. Un gran número de hombres mayores de treinta llegaron a esa edad cuando el SIDA aún no tenía tratamiento.

Silencio igual a muerte

Cuando la enfermedad era nueva y aterradora la comunidad gay ayudó a cambiar el comportamiento predicando en voz alta contra la imprudencia de ciertas prácticas sexuales. Se fomentó el uso del preservativo y también de las pruebas de VIH/SIDA. Silencio igual a muerteera el lema.

El silencio ahora parece estar ganando. Casi seis mil homosexuales murieron de SIDA en Estados Unidos en 2005 y aún existen muchos jóvenes que no parecen entender que la infección va más allá que un gran reto humano.

Es verdad que la terapia antirretroviral ha mejorado las perspectivas para los infectados, pero los tratamientos son todavía demasiado novedosos para saber si pueden funcionar después de una década.

Los responsables de salud pública necesitan fomentar la realización de pruebas y la atención de los enfermos. Y los líderes de opinión necesitan empezar a predicar otra vez porque volvemos a alejarnos de los objetivos en la lucha contra el SIDA